Cuidar la industria nacional no es la peor abdicación de política exterior, es soberanía

Cuidar la industria nacional no es la peor abdicación de política exterior, es soberanía

TIEMPO DE LECTURA: 10 min.

Por Miranda Cerdá Campano*

En una nota publicada en Infobae, Diego Guelar, ex embajador argentino ante la Unión Europea y en Brasil durante los mandatos de Carlos Menem, en Estados Unidos durante el gobierno de Eduardo Duhalde y en China durante los cuatro años de macrismo, afirma que la “salida del Mercosur es la peor abdicación de política exterior”.

En los renglones siguientes, Guelar asegura que Argentina “volvió a los paradigmas ideológicos vigentes entre 2003 y 2015” y otra sarta de estupideces infundadas como que el primer paso en falso que dio el organismo fue “incorporar a Venezuela”.

En primera instancia estaría bien contarle que Argentina no se retiró del Mercado Común del Sur y en segunda instancia, comentarle que cuidar la industria nacional, aún más en este contexto de pandemia, no es ni la peor abdicación de política exterior ni un paradigma ideológico: es una decisión soberana.

Hace algunos días, Argentina se retiró de las negociaciones que venían llevando adelante los países del Mercosur para acordar un tratado de libre comercio con Corea del Sur, Singapur, Canadá, India y el Líbano.

El presidente Alberto Fernández y el ministro de Relaciones Exteriores Felipe Solá concluyeron que las negociaciones que se estaban realizando eran perjudiciales para el país, porque se trataba de acuerdos de libre comercio con países que producen bienes que compiten directamente con la industria local. La conclusión fue que, en este escenario aún más complejo por la pandemia del coronavirus, esto podría resultar letal para la producción nacional.

Foto tomada de http://www.tradenews.com.ar

Rápidamente, los medios hegemónicos de comunicación salieron a plantear que Argentina había abandonado el Mercosur y que la decisión era ilegal. Como no podía ser de otra manera, porque hasta en este contexto tienen que boicotear todo con sus trolls, la mesa directiva de Juntos por el Cambio difundió un comunicado rechazando la medida.

“La irresponsabilidad de los que nos critican hoy ya quedó demostrada. Hablamos con los países hermanos de la Argentina real, no de la que solo estuvo en las cabezas de los CEO que nos endeudaron para que se fugara la plata”, dijo Solá, y en esta oportunidad -porque cabe señalar que para hablar sobre Venezuela no fue muy responsable- estuvo acertado.

Parece necesario volver a señalar que los que piden tratados de libre comercio del Mercosur con otros países no pueden destacar un solo beneficio para el trabajo argentino y ya quedó demostrado en las primeras negociaciones del acuerdo Mercosur – Unión Europea, que comenzó a tratarse durante el año pasado.

En un contexto extremadamente complejo como el que nos atraviesa por la pandemia del coronavirus, nuestra industria, nuestros servicios y también nuestros empleos afrontan una gran incertidumbre. “¿Es el momento para aceptar una aceleración de los acuerdos de libre comercio? ¿Con qué consecuencias?”, se preguntó Solá.

Y la respuesta parece un tanto obvia para quienes todos los días imaginan un mundo más justo, pero quizás no para el Canciller. Está claro que este no es el momento de aceptar acuerdos de libre comercio, pero también está claro que nunca lo será para los países del Tercer Mundo mientras exista el sistema capitalista. Mientras seamos parte de un orden económico y político global por siempre desigual, la negociación económica entre desiguales proporcionará desigualdades en la capacidad de negociación en favor de las economías más fuertes.

Esto no se basa en una especulación: hay casos de otros países que firmaron Tratados de Libre Comercio con Corea del Sur hace pocos años, como Colombia, Perú y Chile. Las organizaciones sociales y sindicales colombianas denunciaron que este tratado profundizaría el déficit comercial y pondría a Colombia en el lugar de proveedor de productos primarios contra la importación de productos manufacturados con alta tecnología incorporada.

La industria de electrodomésticos colombiana denunció que tras iniciarse el TLC, la importación de productos con cero aranceles desde Corea del Sur estaba afectando fuertemente al sector, especialmente a empresas medianas y pequeñas y con ello, al empleo. Algo similar pasó con Perú y Chile. Cuando entraron en vigencia sus TLC con Corea, las exportaciones subieron, pero las importaciones crecieron el doble.

Ya lo dijo el Che Guevara en un discurso pronunciado el 24 de febrero de 1965 en el Segundo Seminario de Solidaridad Afroasiática, realizado en Argel: “¿Cómo puede significar beneficio mutuo vender a precios de mercado mundial las materias primas que cuestan sudor y sufrimiento sin límites a los países atrasados y comprar a precio de mercado mundial las máquinas producidas en las grandes fábricas automatizadas del presente?”

El acuerdo con la Unión Europea sigue vigente

Pese a abandonar las negociaciones con Corea del Sur, Singapur, Canadá, India y El Líbano, Argentina también confirmó que no habrá cambios en las que están próximas a cerrarse o que ya se anunciaron, como el acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE) y con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA).

Aun en este contexto de intervención de los Estados en las economías, sigue habiendo una enorme cantidad de negociaciones de Tratados de Libre Comercio que no son puestos en cuestión y muchas veces estas negociaciones siguen por videoconferencia con la participación de parlamentarios y representantes comerciales, sin información ni debate público porque el contexto ayuda para que todo se haga rápido y tras bambalinas.

Foto tomada de http://www.conclusión.com.ar

El acuerdo Mercosur-UE también tiene que suscitar la atención del Gobierno argentino porque puede tener un fuerte impacto en la seguridad sanitaria del país. No nos olvidemos que el acuerdo con la UE cuenta con un capítulo de apertura de compras públicas en el cual se obliga al Estado a generar licitaciones públicas abiertas y poner en el mismo nivel a los laboratorios nacionales con las mega-corporaciones farmacéuticas europeas.

En este sentido, y de acuerdo con un reporte[1] escrito por los investigadores Luciana Ghiotto y Javier Echaide, lo que ya está probado en otros países es que la liberalización de compras públicas lo que ha hecho es concentrar el poder en estas farmacéuticas y encarecer el precio de los medicamentos.

La profundización del principal modelo extractivo ya se puede observar como consecuencia de acuerdos comerciales firmados por la UE con países latinoamericanos. La diversificación económica prometida que vendría con estos acuerdos nunca sucedió, pero sí la explotación de nuestros bienes comunes y la dependencia de la exportación de materias primas y productos agrícolas. El Mercosur podría sufrir una mayor desindustrialización y la exacerbación de las consecuencias ambientales y sociales negativas que derivarían de la profundización de un modelo productivo basado en monocultivos y la explotación de minerales.

Este tipo de acuerdos comerciales no solo favorecen la diversificación de las exportaciones, sino que también impulsan la concentración de capital en pocas manos -a menudo extranjeras- en el sector exportador. Después de la entrada en vigor del acuerdo comercial entre Chile y la UE en 2005, las exportaciones aumentaron un 23%, impulsadas por el cobre, pero las industrias nacionales solo vieron un crecimiento de las exportaciones del 2% en ese período[2].

En resumen, se muestra que los acuerdos comerciales firmados por la UE con los países de Nuestra América han profundizado la tendencia a la especialización en la producción de materias primas y la explotación de bienes comunes, sacrificando grandes partes de bosques y ecosistemas diversos, esenciales para crear un ambiente saludable y mitigar el cambio climático.

El Mercosur y la UE tienen innegables asimetrías económicas. Una vez que entre en vigor este acuerdo, se mantendrán y profundizarán las asimetrías existentes. Los sectores que se beneficiarán en ambos bloques son los que ya son más competitivos: en la UE, la industria y el sector exportador de capital, y en el Mercosur, los agronegocios.

Argentina debe salir de este acuerdo también, si no, cualquier intento por proteger el sistema productivo nacional estaría lejos de alcanzarse. No pueden tomarse decisiones sobre una negociación que se lleva adelante este año, pero no sostener una postura pública clara sobre los acuerdos que cerró el Gobierno de Mauricio Macri.

Los ganadores de siempre – Capítulo 5168435187

La mesa directiva de Juntos por el Cambio no fue la única en manifestar preocupación por la finalización de las negociaciones en varios Tratados de Libre Comercio. El Campo y la Cámara Argentina de Comercio (CAC) también se mostraron un tanto indignados por la decisión: los ganadores de siempre, como en la historia, ilustrando con discursos vagos por qué deberían respetarse sus intereses, digo los TLC.

La mesa directiva de la CAC está compuesta por empresarios de renombre como Eduardo Eurnekián, dueño de la Corporación América, y Alfredo Coto, de la cadena de supermercados COTO. Estos dos agradables sujetos integran la lista de los argentinos más ricos, a quienes se les cobraría el impuesto a la riqueza que se está discutiendo a nivel nacional.

Para que entendamos mejor el porqué del rechazo de la CAC a la decisión de cesar las negociaciones, parece necesario señalar que en varios de los TLC a firmarse, las compañías del Mercosur y los países firmantes podrían participar en licitaciones para la construcción de carreteras, aeropuertos, puentes y líneas ferroviarias en cualquiera de los países que integren el acuerdo.

Eduardo Eurnekián – Foto: Tiempo Argentino

Adivinen… La Corporación América es el mayor operador de aeropuertos en todo el mundo, y los tratados le permitirían expandir sus fronteras. Corporación América participa en al menos tres sectores económicos: aeropuertos, agronegocios y servicios en Argentina, Uruguay, Ecuador, Brasil, Italia, Armenia y Perú. Un dato no menor es que su principal asociado es Corporación América, una compañía offshore con el mismo nombre, que se basa en Panamá y aparece en los Panamá Papers. Con razón el señor Eurnekián quiere continuar con las negociaciones.

De acuerdo con un estudio del London School of Economics[3], los otros grandes beneficiados en los Tratados de Libre Comercio son los sectores ganadero, agrícola y azucarero, mientras que productores de lácteos, maquinarias y autopartes sufrirán la peor parte.

La ganadora de siempre, la por siempre beneficiada por este sistema económico desigual es la oligarquía terrateniente, aquella que cuando no es auspiciada por el gobierno de turno sale a pedir encarecidamente que el pueblo levante un cartelito que diga “todos somos el campo”, intentando imponer que los grandes propietarios de tierras en nuestro país son esforzados trabajadores que se desloman para hacer honor al lema de la Sociedad Rural: “Cultivar el suelo, es servir a la Patria”.

Cultivar el suelo sería servir a la patria si al menos se preocuparan por la pobreza que azota al 50% de les niñes argentines, en lugar de desear que la gente no coma en su país para llenarse los bolsillos con las exportaciones. Dejar el agronegocio librado a la situación del mercado no sólo es suicida, condena a millones de niñes a morir de hambre.

Sólo la solidaridad

El 5 de noviembre de 2005, en Mar del Plata y en uno de los días más lindos de nuestra historia, tuvo lugar el entierro al Área de Libre Comercio de las Américas, un acuerdo que la pintaba muy linda para nuestra región, pero que constituía un esquema para la dominación continental por parte de los Estados Unidos y el saqueo sistemático de nuestros bienes comunes, y una determinada concepción sobre las funciones de los estados nacionales, la soberanía y el desarrollo socioeconómico -que no contemplaba las desigualdades entre los países firmantes-.

Tanto en aquel entonces como hoy, el silencio sobre la deuda externa en los TLC deja demostrado que ninguna de las negociaciones se lleva adelante en pos de enfrentar los verdaderos retos para los países del Tercer Mundo, como la inequidad social y la pobreza, que son parte de la eterna deuda que azota a América Latina, por dar un ejemplo.

Es imposible que puedan integrarse economías que viven sumidas en permanentes negociaciones de deuda y que antes de emprender acciones de integración regional, deben cumplir con un ajuste fiscal sistemático que no ajusta, sino que desajusta del todo la posibilidad de avanzar en políticas y proyectos comunes.

Otro mundo es posible sólo si se avanza en una verdadera integración latinoamericana y caribeña como la que quiso Chávez con su Petrocaribe, con su Alianza Bolivariana para las Américas y sus “misiles de solidaridad”.

Foto tomada de Página 12

Por un comercio nuestroamericano que se constituya como instrumento para alcanzar un desarrollo justo y sustentable, por un trato especial que tenga en cuenta el nivel de desarrollo de los diversos países y la dimensión de sus economías, por una cooperación y una complementariedad económica que promuevan una especialización productiva eficiente.

Es la hora de pensar en un mundo en el que la solidaridad sea el núcleo básico y no el lucro. La derrota definitiva de los Tratados de Libre Comercio como los conocemos y del proyecto imperialista de dominación, será una realidad cuando la integración de nuestros pueblos sea irreversible.


*Periodista, columnista sobre Sudamérica del programa Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), redactora de Revista Trinchera y colaboradora de Agencia Timón

[1] https://www.academia.edu/41691482/Study_on_the_EU_Mercosur_agreement_09.01

[2] https://ciperchile.cl/2019/01/16/el-tpp-11-y-el-desarrollo-en-chile-aliados-o-adversarios/

[3] https://trade.ec.europa.eu/doclib/docs/2018/march/tradoc_156631.pdf

Carrera de impunidad

Carrera de impunidad

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Por Maia Cubric*

¿Puede el deporte legitimar personajes en la sociedad? ¿Puede ser visto como una herramienta de ascenso al poder? Carlos “Lole” Reutemann es un claro ejemplo del respaldo de la construcción política basada en el triunfo deportivo. Y a 17 años de la mayor inundación en la historia de Santa Fe, que lo tuvo como principal responsable -ya que era  Gobernador-, su impunidad se apoya en sus trofeos.


Históricamente la política y el deporte han sido presentados como asuntos separados. El legado discursivo en una sociedad que vivió grandes atrocidades, el impacto del deporte en la vida social de la Argentina o la construcción de sentido con connotaciones negativas en torno a ella llevan a preguntarse ¿Por qué ensuciar al deporte junto a la política? Preguntan reiterativa en los medios masivos de comunicación. ¿Por qué mezclar espacios que, a simple vista, no tienen nada que ver? La respuesta radica en la disputa de poder que se da en estos ámbitos. Disputa que pretende ser invisibilizada por conveniencia e intereses particulares de sectores de poder. Para ejemplifica lo oculto de la idea que describe al deporte como una isla alejada de toda realidad política, Carlos Reutemann, sirve perfectamente de ejemplo.

Trayectoria deportiva

El ex-piloto es un ícono del automovilismo nacional. Entre sus grandes logros: compitió para Brabham, para Ferrari y otras marcas de prestigio y renombre internacional. Entre sus conquistas, cabe destacar que consiguió más de doce victorias en la Fórmula 1 y llegó a estar 45 veces en el podio. Además, fue el único piloto en la historia que obtuvo los podios mundiales de Sport Prototipos de WEC, de Fórmula 1 y de Rally.

Estas insignias, con su peso y repercusión, llegaron a gran parte del pueblo, creando sobre su figura un sentido de admiración. Pero ese no es el problema, sino para lo que Carlos Reutemann las utilizó a posteriori.

Implicancia política

A sus 49 años, y en paralelo a su crecimiento como productor agropecuario, el “Lole” Reutemann inició su carrera política. No es menor destacar su punto de partida: una posición de poder basada en la acumulación de tierras y el crecimiento en la esfera empresarial ligada a “el campo”.

De igual manera cabe recordar que desde sus inicios, una constante fueron sus comparaciones constantes entre la política y el automovilismo: “Hay mucha similitud entre lo que hice, automovilismo, y la política, ¿no cierto?, porque los dos son muy competitivos y la lucha entre los sectores es muy importante”.

En 1991, fue electo gobernador por la provincia de Santa Fe, acompañando a nivel nacional al proyecto neoliberal de Carlos Menem. Acorde con este proyecto y con sus medidas económicas y anti Derechos Humanos, en 1992 Reutemann intentó destruir todos los archivos de la administración pública de la provincia, sobre la última dictadura cívico-eclesiástica-militar.

En el decreto 1596/87, sostenía que las mansardas Este y Oeste de la Casa de Gobierno provincial estaban en pésimas condiciones y que la documentación que allí se encontraba (casualmente archivos de la dictadura) estaba en “grado de destrucción parcial o total en algunos casos”. Según Reutemann esta situación estaba “causando un daño considerable a la estructura del edificio”. De tal manera que en el decreto, estableció el retiro de la documentación y se la exceptuó de las pautas de conservación en el ámbito de la Administración Pública Central. Afortunadamente los distintos organismos de Derechos Humanos de Rosario impidieron que se destruyan.

En 1995 fue elegido Senador de la Nación. En el ´97, junto al gobernador santafecino Jorge Obeid y al intendente Horacio Rosatti, participó de la inauguración de las obras de la defensa oeste de la ciudad, que tenía como objetivo impedir el desborde del Río Salado. En 1999 renuncia a su senaduría tras haber sido electo -nuevamente- como Gobernador en la provincia de Santa Fe. Cargo que ostentaría hasta el 11 de diciembre de 2003.

Inundación en Santa Fe

Entre el 29 de abril y el 3 de mayo de 2003, Santa Fe sufrió la peor inundación en su historia. La acumulación de agua durante esos días fue superior a los 1400 milímetros de agua y literalmente el Río Salado se tragó un tercio de la ciudad.

En aquellas fatídicas jornadas, oficialmente, se reconoció la muerte de 23 personas, pero les vecines y ciudadanes sostuvieron que fueron más de cien. La responsabilidad política fue, entre otros, de Carlos Reutemann, dado que fueron muchas las alertas que se realizaron advirtiendo que esa situación podía darse. Con decisión política y medidas concretas la tragedia se podría haber evitado. Sin tapujos en ese momento, el Lole declaró que: “Santa Fe está muy complicado, diríamos que al afectar zonas muy populosas el número de evacuados que va a haber en Santa Fe, en la zona del Oeste, va a ser altísimo”.

No existió un pronóstico en tiempo real de la catástrofe, pero en marzo de 2003 el Sistema de Alerta Hidrológico de la Cuenca del Plata -dependiente del Instituto Nacional del Agua-, había enviado una alerta que advertía sobre posibles situaciones de riesgo sobre la cuenca del Salado. A todo esto, las obras de la defensa oeste de la ciudad, que Reutemann había inaugurado, estaba inconclusa. Las obras a medio hacer y la Av. de Circunvalación “Mar Argentino” terminaron funcionando como barreras, concentrando el agua en la zona urbana. De haberse terminado el Tramo 2 (proyecto del 2001 del gobernador Reutemann) la historia sería distinta. De igual manera, analistas sostienen que la ampliación del puente de Rosario, también hubiese disminuido el caudal de los desbordes y la inundación.

Por otro lado, la falta de medidas no estructurales también fue otra ausencia importante dado que no existía un sistema de alerta hidrológico, ni una regulación de áreas inundables, ni un plan de acción preventivo. Cabe mencionar que la historia de Santa Fe respecto a las lluvias y los desbordes ya era de conocimiento público, del mismo modo que el peligro que ello podría implicar para la ciudad. A diferencia de las declaraciones liberales que le echan siempre la culpa a las catástrofes naturales, hay una cuota de intervención humana que es innegable.

En 2004, luego de dejar la gobernación santafesina, Reutemann fue denunciado penalmente por su accionar en el gobierno al momento de las inundaciones. La acusación mencionaba delitos de homicidio por medio catastrófico y desvío de fondos públicos.

Pero el automovilista no se declaró culpable, tampoco inocente. Directamente no hizo alusión al hecho y sigue paseándose por los medios reviviendo sus anécdotas tras el volante. Hace analogías constantes de la política y el Ferrari, y sigue usando el prestigio de su carrera deportiva como el piso de su impunidad.

Posicionamiento concreto

En 2003, el Carlos Reutemann, fue electo nuevamente como senador de la Nación. En 2008 fue parte de quienes votaron en contra de las retenciones impositivas impuestas a las exportaciones de soja, trigo y maíz, siendo fiel a sus intereses como empresario rural. En ese momento declaró en una entrevista que “hay un mensaje desde el gobierno para poner en contra al campo”. Nunca mencionó, más bien ocultó a sabiendas, que ese pequeño sector de la sociedad es el que acapara más propiedades y que constantemente juega con la economía y la calidad de vida del resto del pueblo.

En 2009 fue reelecto senador de la Nación. En 2015 comenzó a caminar junto a Mauricio Macri  y declaró: “me sumo a un proyecto de alguien que tiene ganas“. En la actualidad, y hasta 2021, representa a Juntos Por el Cambio en una banca en el Congreso de la Nación.

El deporte como medio

Lejos de condenar las diferentes disciplinas o su poder de llegada; lejos de pretender separar al deporte del mundo capitalista y mercantil en torno del cual gira; el ejemplo de Carlos Reutemann es uno de los tantos que da cuenta del uso del deporte más allá de sus prácticas. Una figura que interpela nuestros sentidos de pertenencia, nuestra pasión: un arma de doble filo. Un mecanismo que como se ve, también se utiliza para escalar en lugares de poder. No hay que olvidar a Macri y su pasado en Boca, al igual que sucede con varios de los candidatos de la derecha en la región, los cuales tuvieron como inicio de sus carreras un club de fútbol, como Jair Bolsonaro o Sebastián Piñera.

Como contracara están les que creen que el deporte tiene que ser inclusivo, que tiene que ser una herramienta de contención, de trabajo colectivo y no un espacio en el cual refugien sus impunidades los grandes empresarios y quienes buscan sólo hacer negocios.

La pasión, no debería distorsionar la verdad: Reutemann es uno de los responsables políticos de las inundaciones de Santa Fe y tiene que ser juzgado por ello. Porque hasta que no suceda el pueblo santafesino seguirá en la calle pidiendo justicia por las víctimas de la desidia y el negocio neoliberal.

El deporte no se mancha.


* Periodista, conductora del programa La Marea (Radio Futura - FM 90.5), columnista del programa No Se Mancha (Radio Estación Sur – FM 91.7), colaboradora de Revista Trinchera y de Agencia Timón.
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