¿Hay alguien ahí?

¿Hay alguien ahí?

TIEMPO DE LECTURA: 8 min.

Notas ensayísticas sobre la exposición de la BIENALSUR “fragmentos de un presente a la deriva”. ¿A dónde iremos a parar? ¿Será el Estado-Nación-IA el futuro? ¿Qué hacemos con toda esta basura? ¿Qué va a pasar con las otras especies cuando colapse el mundo humano?

Cuando leemos algo, en nuestra mente, aparece la figura de une interlocutore. Para algunas personas, este es une misme; es su propia voz la que narra. En mi caso, no. Le otorgo un cuerpo, un estilo, una personalidad, y un tono de voz a esa figura que me cuenta una historia. Se construye su silueta a través de fragmentos atemporales, recortes de vivencias y aprendizajes que conforman el imaginario sobre este sujeto que habla de algo, a través de algún medio, en un momento y lugar.

Es por eso, que quisiera comentar un poco sobre quién escribe. Si bien no se trata de limitar la perspectiva de este artículo a mi existencia material (que, sin dudas, ya tiene bastantes limitaciones sin mi nota de por medio), creo que es interesante comentar un poco sobre el cómo llegué a tomar estos apuntes y por qué. 

Las siguientes notas ensayísticas fueron hechas de forma analógica, en un anotador de esos verdes o naranja flúor, anillado arriba, que vale menos de mil pesos, en un experimento con (al menos) dos intenciones: la primera, trabajar la paciencia y desconectarme del mundo online por el tiempo que dure la visita; y la segunda hacer evidente para el entorno que estoy tomando notas sobre lo que allí sucede, una especie de justificación por la que me paso quince, o más, minutos frente una obra. Además, si me ponía con el celular, es posible que les guías y guardias piensen que estoy scrolleando, mientras una obra me mira fijamente, y me parecía un poco faltarle el respeto al espacio y a la muestra. Aunque, habiéndola visitado, quizá hubiese sido otro buen experimento.

Estas reflexiones bajo ningún punto de vista son inocuas: están atravesadas por mis vivencias, mi formación, lo que me pasó ese día y lo que me devuelve el entorno al momento de tomarlas. 

La motivación para escribir fue clara desde el comienzo. Me resulta interesante explorar lo absurdo: hacer algo a lo que no se me invitó, que no tiene como finalidad el rendimiento, ni ser útil a la producción de un servicio o un producto. Hacer algo humano. Algo… ¿inútil? Un punto de partida que se encuentra con el de la intención curatorial de la muestra.

Investigar la exposición, sus organizadores, a les artistes, ir a comprar un anotador, hacerme tiempo después del trabajo para ir al Centro de Arte, tomar notas analógicas, hablar con quienes trabajan en las salas y con les visitantes, ver las obras expuestas/dispuestas a correr a quien las experimenta de su eje. Una invitación a moverse, más allá del plano físico (aunque es evidente que lo incluye). En un contexto donde la coyuntura nos aliena y precariza a la vez que normaliza, escribir una nota que no te va a dar más que preguntas y la satisfacción de haberla escrito parece, en efecto, absurdo.

Sin embargo, el resultado está lejos de no tener sentido. Resultó ser una prueba introspectiva a la vez que una catarsis colectiva. Una forma de permitirle a quién experimenta las obras, conectarse con formas no tan diferentes a las propias de percibir la deriva actual de nuestra sociedad. En ese sentido, el arte actuó en mi, de dos formas: como un espejo gigante, donde mirar mis peores y mejores cualidades, al igual que las de mi contexto; y, como un catalizador, que acelera el proceso de consciencia sobre lo que sucede (y lo que no) en nuestro presente.

¿A dónde iremos a parar? ¿Será el Estado-Nación-IA el futuro? ¿Qué hacemos con toda esta basura? ¿Qué va a pasar con las otras especies cuando colapse el mundo humano? La insignia del presente es el rendimiento sobre el pensamiento, la rapidez en la ejecución sobre la pregnancia de las acciones. Esto es, al mismo tiempo, distopía y utopía; depende de cómo lo narres, depende de cómo lo vivas. En redes sociales es normal cruzarse con contenido del tipo “dale campeón, resistí” o “te lo mereces, reina”, síntoma de un sistema que se alimenta de la utopía meritocrática. Esta narrativa individual se basa en los fundamentos más básicos de un neoliberalismo agonizante: tu cuerpo es la última parcela por explotar. La tecnología, tu plegaria de mercado, el único templo-institución al que está permitido rendirle culto. ¿Y les otres seres? Simple y llanamente, un recurso o un estorbo, rivales o presas, competidores en la fila de distribución por tener algo de lo que queda.

Recorrí la muestra con una profunda sensación de extrañeza, como la de estar presenciando algo que no debería ver. Esto es irónico, ya que considero al Centro de Arte de la UNLP mi refugio: es el primer espacio donde no me sentí ajena al arte. Sin embargo, esta vez, los roles cambiaron. Pararme frente a las obras y escribir notas apuradas sobre lo que me despertaban, me hizo reflexionar sobre mi papel de visitante anónima: una persona ajena a las narrativas que cuelgan de las paredes, pero a la vez, totalmente cercana y retratada en ellas. No hice estas obras, pero siento que estoy en ellas, en un sitio que hoy solo existe en nuestra imaginación. Y este espacio de reflexión, lejos de dejarme en el anonimato, reflejó nuestras más profundas cosmovisiones sobre el futuro, aquellas visiones utópicas y distópicas que compartimos por estar viviendo bajo el mismo presente (que muchas veces, se siente como futuro distópico). No importa cuán remoto sea ese no-lugar; hay un tipo de anonimato en el que no podemos refugiarnos, y es el de la propia imaginación: el anonimato es siempre una fachada hacia el exterior.

¿Será la distopía de nuestra sociedad, volverse una sociedad anónima? Humanidad S.A., deje su queja después del BIP, muchas gracias.

Composición realizada por quién escribe. Obras utilizadas: The Linguistic Errantry, Tansy Xiao (2022); Tránsito, Eva Cafiero (2023) y Los nuevos anónimos, Andrés Pasinovich (2023). La primera mediante captura de pantalla desde el sitio oficial y las últimas dos mediante fotografías tomadas por mano propia e intervenidas digitalmente.

Se hizo explícito el bilateralismo en las formas de percibir la realidad. Algunas de las obras presentaban el discurso hiperbolizado del “estado de bienestar” al que deberíamos aspirar, basado en nuestra capacidad de producción y concentración de bienes o acciones. Del otro lado, el trasbambalinas: un escenario desarticulado, lleno de basura, señalética sin dirección y otras cosas inútiles, que intentan cubrir los agujeros de una extracción en proceso. La de un recurso escaso: humanidad.

Creo, ya habiendo llegado al final de estas notas ensayísticas, que el fragmento del comienzo respecto a quien relata tiene varias intenciones. La primera es volver a traer a este texto a quién está contando la historia. No hay nada peor que transformarse en un ser extraño en una utopía ajena. Esa es, para mí, la verdadera distopía: un lugar donde nuestras formas de narrar y vivir están desconectadas del tejido social. Nuestra variable en fuga. O fugada. O un poco de ambas.

La segunda, desmantelar la noción de “objetividad” que a menudo recubre la experiencia que se narra en algunos artículos (más que nada, en este presente donde todo es “real” y nada lo es), aquella figura inocua y estándar que mencioné al comienzo. Si la exposición me ha obligado a confrontar mis absurdos y todos los fragmentos que hemos dejado tirados en este lugar llamado mundo, mi voz debe ser igualmente honesta, desordenada e in fraganti.

La tercera, sacarme la culpa por no estar haciendo cosas que tendría que hacer. Al fin y al cabo, sigo siendo una humana más en este mundo.

La exposición “FRAGMENTOS DE UN PRESENTE A LA DERIVA” de BIENALSUR se presenta en el Centro de Arte de la UNLP. Es una muestra creada en torno a la idea de utopías y distopías que propone al espectador nuevas formas de ver y representar las ideas, las tecnologías, los imaginarios y los discursos sobre los horizontes posibles que guían (muchas veces, pasando desapercibidos a nuestra fugaz e impaciente mirada) nuestra vida en sociedad. Esto lo hace a través de una clara interrogante curatorial: ¿cómo sostener el deseo de un mundo por venir? Esta pregunta, lejos de buscar una conclusión, es un llamado, desesperanzado pero con ilusión, a pensar y compartir horizontes, por y para nosotres.

Gracias por leer.


Lecturas recomendadas:


Sobre la exposición:

En 1932, Aldous Huxley publica “Un mundо feliz”, una novela de ficción que imagina una distopía donde cada persona acepta su lugar en una sociedad de castas y de alta tecnología, en la que las emociones se regulan mediante drogas.

Para alcanzar ese “mundo feliz” se elimina la familia, la diversidad cultural, el arte, la literatura, la religión, la filosofía y el amor.

Irónica y descarnadamente Huxley construye un horizonte contrario a la utopía, que anticipa otras representaciones de futuros indeseables, como 1984 de George Orwell, Fahrenheit 451 de Ray Bradbury o, la más reciente, Blade Runner de Ridley Scott.

Deshumanización, gobiernos tiránicos, desastres ambientales y guerras brutales se suceden en estos relatos de ficción que, curiosamente, hoy nos parecen menos lejanos. Es que esos imaginarios contaminan lo cotidiano y nos sitúan en la paradoja de tener que defender principios y valores que hasta hace poco parecían indiscutibles.

En este contexto, el arte se convierte en un reservorio. A veces para denunciar, otras para volver a imaginar. Frente al desconcierto, el arte insiste en la pregunta por la utopía: ¿cómo sostener el deseo de un mundo por venir?

Obtenido de: https://bienalsur.org/es/single_agenda/618 

Artistas:

Alejandro Argüelles (ARG)
Andrés Pasinovich (ARG)
Eva Moro Cafiero (ARG)
Facundo Belén (ARG)
Florencia Levy (ARG)
Indira Montoya (ARG)
José Luis Miralles (ARG)
Marcelo Burgos (ARG-ESP)
Mariano Giraud (ARG)
Tansy Xiao (USA-CHN)
Tina Willgren (SWE)
Yaya Firpo (ARG)

Ttabajo Curatorial:

  • BIENALSUR, Fernando Farina (ARG) 
  • BIENALSUR, Florencia Battiti (ARG)

Fera

Nacida en Mercedes (1999), vive en la ciudad de La Plata. Es trabajadora comunicacional y desarrolla su práctica en el cruce de distintos lenguajes. Actualmente es becaria alumna en la UNLP, donde colabora en proyectos vinculados a los estudios urbanos, el ocio, el arte y las tecnologías. Su escritura, que abarca poesía, ensayo y narrativa, es un ejercicio exploratorio en curso.

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Recurrir al fondo (del mar): “Conociendo cuidamos”

Recurrir al fondo (del mar): “Conociendo cuidamos”

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Entre scrolleos nauseabundos, contenido efímero y la espectacularización de nuestra vida cotidiana, surgen voces amables desde las profundidades de nuestro mar argentino. Pese a las apuestas de estadística, no hay títere enojado que compita con la congregación mágica, que se dio lugar en torno a la expedición submarina en aguas marplatenses.

Un silencio necesario contra la sobreinformación obligatoria

Finalizada la transmisión, con la tripulación ya en tierra firme, quedan muchas más muestras por analizar que las recolectadas por el submarino SuBastian. Entre ruidos de mate, sonidos de ambiente inteligibles, susurros laborales y voces con nombre propio pero sin rostros visibles, la argentinidad se sumergió en profundidades incalculables y fantasías preciadas, suspendidas en una corriente de tiempo apurado y voraginoso. El tono calmo, la interacción amable, el lenguaje nutrido, las palabras certeras en dulzura y aproximadas en tecnicismos irrelevantes nos devolvieron un ritmo que parecía perdido entre amenazas de motosierra, genocidios étnicos e inteligencia artificial.

Contra todo pronóstico adverso de esta modernidad cómoda, la incertidumbre, la curiosidad y la búsqueda por lo desconocido, vencieron el espacio vacío al que las plataformas digitales nos tienen cada vez más acostumbrados. Inundadas de agua salada y formas de vida diversa, las redes sociales se hicieron eco de un hecho extraordinario que encierra mucho más que un proyecto científico situado; la pasión es colectiva, el patriotismo sigue intacto y el progreso puede ser soberano.

Volver a las bases, ¿marítimas?

Una cámara submarina, con un aumento y definición que sorprende en cada acercamiento permiten conocer un mundo de texturas, tramas y colores minuciosos, que también representa una oposición estética al minimalismo de durlock, cubiertos descartables y melamina ,en esta era de caducidad programada.

 Lo que dominamos y lo que no; la velocidad de la cámara, la técnica de la pinza, la imprecisión de la aspiradora, el tiempo robótico de una tecnología avanzada al servicio del descubrimiento. Entre tanta pretensión de grandeza, el ejercicio de buscar, develar y extraer la riqueza de la miniatura natural, pone en valor la práctica del detenimiento. Una demostración en vivo de lo que escapa a nuestro control, desterrando a cada segundo el mito antropocentrista del control total de nuestra especie. A veces, la corriente es más fuerte, el coral es más blando, la ofiura es más rápida, y habrá que recolectar lo que se pueda.

La oscuridad de profundidades inexploradas, manifiestan verdades ancestrales en nuestro presente, mucho más cercanas a nuestra humanidad que cualquier carrera espacial. 

Los dueños materiales de nuestro mundo siguen su búsqueda impaciente por nuevos planetas que destruir, no se conforman con el deterioro cada vez más acelerado, inevitablemente destructivo, con el que condenan nuestras tierras, nuestros suelos, nuestras aguas y nuestros cielos. Mirar hacia el mar implica entonces, no solo fomentar el cuidado de nuestra riqueza natural, sino invitar a la reflexión de lo que vale la pena conocer para amar y defender. La humanidad que nos antecede sobrevivió gracias a cambios de adaptación que se configuran junto y gracias a la convivencia con otras especies. Las respuestas a la supervivencia y las innovaciones tecnológicas siempre tuvieron su sustento o por lo menos fueron inspiradas en las estrategias de la naturaleza para adaptarse y crecer. ¿Cuánto pretendemos alejarnos del sedimento del que nacimos?

En los días a bordo de la expedición “Talud Continental IV”, Argentina pudo observar en vivo y en directo, lo que la cercanía de un banco de corales tupido e indescifrable contiene; una celebración de especies entrelazadas en simbiosis. Cuando falte sustrato de donde aferrarse, serán otros organismos quienes sirvan de sostén. La vida en comunidad, el intercambio inevitable entre criaturas que comparten suelo es metáfora anunciada contra los detractores del “colectivismo”, cuidarme/te es cuidarnos. 

El CONICET, plantar cartel de “gracias” entre sedimentos de rivalidad

Sobre algoritmos predestinados al individualismo pesimista, la post verdad online apunta contra la ciencia argentina y toda pretensión de soberanía. Pero la verdad siempre vence, y el conocimiento científico, da pelea contra la red de sentidos comunes desorientados. 

Sumergida a casi 4000 metros de profundidad, la audacia nacional, en competencia permanente, celebra como un gol la aparición de un bivalvo, en un chat que expresa con emoción otra coronación de gloria argentina. 

Pese a los detractores del disfrute popular, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas no pasará desapercibido. El amor a la profesión, el amor a la naturaleza, el amor a hacer patria. La dulzura de un relato entusiasmado y genuino, fueron refugio y compañía de una alegría muy nuestra, en tiempos donde las vaquitas son cada vez más ajenas.  

Despertando una conciencia colectiva adormecida, cada uno de los 24 científicos argentinos a bordo del barco estadounidense Falkor, paso por los micrófonos comprometido con la divulgación científica, pero también con las universidades públicas nacionales y las instituciones como el Museo de Ciencias Naturales, de Mar del Plata, Córdoba, Ushuaia y Puerto Madryn.

“¡Motosierra no, aspiradora si!”

Las condiciones de vida, a las que nos someten las políticas neofascistas del gobierno de Javier Milei, plantean escenarios de competencia entre sectores, peligrosos y dañinos. Al igual que el deterioro en salud y educación, la situación del sector científico es crítica: la inversión se encuentra en un mínimo histórico, y los salarios perdieron más de un 35%.

Mientras la expedición marina culminó el pasado domingo con éxito, nos restan campañas de protección en tierra firme. Si más de 80.000 espectadores pudieron sentir como propia cada roca del cañón submarino, nos queda aprender de la experiencia compartida, nuevos mecanismos de defensa de nuestra soberanía territorial.

De las múltiples especies observadas, descubiertas y amadas en los últimos días, la de figura espectral que se deshace enfrente a la cámara fantasmagóricamente, también encierra metáforas para la pedagogía de la liberación. Donde parece haber un bicho raro, resulta que son varios: un sifonóforo, formado por colonias de zooides. Al parecer, y como nosotros, al verse en peligro esa masa colectiva tiende a separarse.

Aunque no estoy muy convencida de que el amor venza al odio, creo firmemente que puede vencer al miedo. Así que, si una amenaza extranjera pone lo que amamos en peligro, la moraleja evidente de esta y toda nuestra historia es el mantra al que volver insolentemente cuando se enturbian las aguas: Nadie se salva solx.

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Cada vez que damos click en “aceptar”

Cada vez que damos click en “aceptar”

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

En las últimas décadas, pero fundamentalmente durante este tiempo de pandemia, la virtualidad fue cobrando más y más relevancia en la vida cotidiana de millones de personas a lo largo y ancho del planeta.

El solo hecho de que las grandes empresas tecnológicas hayan sido las grandes ganadoras de la pandemia (al igual que lo serán las farmacéuticas), habla del proceso acelerado de enriquecimiento de quienes dirigen ese selecto grupo de compañías y del poder de lobby que acumulan.

De hecho, en un reciente artículo de la periodista canadiense Naomi Klein, se pone sobre la mesa el acuerdo que habría hecho el alcalde de Nueva York, Andrew Como, con el Ex CEO de Google, Eric Schmidt, o con la Fundación Bill y Melinda Gates, para convertir a esa ciudad en un verdadero experimento tecnológico-social: Telesalud, aprendizaje remoto, vehículos sin conductor.

Las presiones de las empresas de Silicon Valley (GAFAM) parecen comenzar a ir más allá de la reducción de aranceles, liberalización laboral o no restricción del uso “libre” de datos. Estos actores son cada vez más un co-gobierno, o incluso un actor central en la toma de decisiones de los gobiernos.

Repercusión mundial

Se ha mencionado en reiteradas oportunidades cómo esta carrera tecnológica estaba jugando un papel trascendental en la geopolítica mundial. El hecho más visible es la guerra comercial entre Estados Unidos y China. No por nada el Director de Inteligencia Nacional de los EEUU, John Ratcliffe, sostuvo que “China es la mayor amenaza global para la democracia y la libertad desde el final de la Segunda Guerra Mundial”. Incluso, estas disputas políticas y económicas se pueden ver dentro de EEUU bajo los intereses defendidos por Trump-Pence (petroleros) y Biden-Harris (tecnológicos).

De hecho, mientras en occidente se polemiza sobre las redes de telecomunicaciones conocidas como 5G, empresas de China, Corea del Sur o Japón ya comienzan a avanzar sobre el 6G. En efecto, en noviembre del año pasado, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China “anunció el establecimiento de un equipo de trabajo enfocado a investigar y desarrollar las redes de sexta generación (6G) tan solo unos días después del lanzamiento comercial del 5G”·.

Tecnología vs. democracia

El espacio virtual se ha vuelto de importancia estratégica, no sólo para los grandes jugadores mundiales, sino también una fuente de preocupación para los países con menores capacidades. Tal es el caso de las redes sociales que han potenciado la aparición de mentiras (Fake News), propagadas a velocidades impensadas desde hace tan sólo una década.

Este hecho ha sido incluso un problema para las democracias, que se vieron agredidas por vendavales de artículos, comentarios televisivos y radiofónicos, o cadenas de mensajes operando descaradamente con mentiras para torcer la balanza electoral de un lado a otro. En la posverdad (plusmentira) no importan los hechos, sino las percepciones y las emociones.

El diplomático británico, fundador y director del Conflicts Forum, además de figura destacada en inteligencia militar británica (MI6) y en la diplomacia de la Unión Europea, Alastair Crooke, analizó recientemente algunas de las tensiones que se están generando no sólo en Europa, sino también en Estados Unidos, respecto a la injerencia de las grandes empresas tecnológicas en las decisiones de los gobiernos.

El descarado intento de las Big Tech y de los principales medios de comunicación de escribir la narrativa de las elecciones estadounidenses de 2020 en Facebook y Twitter -asociados en su campaña para insistir en que la disidencia es la intrusión de la desinformación del enemigo, o las « mentiras » del presidente de los Estados Unidos o simples estupideces- es sólo el primer paso para redefinir a los «disidentes» como riesgos para la seguridad y enemigos del bien[1].

¿Avance tecnológico es igual a desarrollo de la “humanidad”?

Todo indica que el desarrollo tecnológico y la orientación en Ciencia y Tecnología de la mayoría de los países, tal y como los conocemos, están llevando a un escenario de mayor destrucción del ambiente (por la voracidad depredadora por extraer materias primas), que a su vez tiene consecuencias en la salud de la humanidad y de otras especies animales y vegetales (como la aparición de nuevas enfermedades).

Más allá de algunos cambios en la vida cotidiana -generalmente producto de las necesidades de la misma reproducción del capitalismo-, esta forma de producción de desarrollo, innovación y ciencia (bajo las lógicas de este sistema) no ha implicado mejoras significativas para la humanidad sino sólo para un puñado de corporaciones que se han vuelto megaempresas, y para algunos gobiernos a nivel mundial que las utilizan para oprimir a sus pueblos, invadir o desestabilizar a otros.

Hoy el gran negocio está puesto en la producción de datos en el escenario virtual que es Internet. La licenciada y profesora en Psicología y analista e investigadora del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégicos, Paula Giménez, señala en un artículo publicado en mayo de este año que, según uno de los máximos ejecutivos de Google, hasta 2003 la humanidad había producido un total de cinco exabytes (1 millón de terabytes) de información,  mientras que en 2018 “se crearon 33 zettabytes de datos en el mundo (un zettabyte equivale a 1.000 millones de terabytes), 16,5 veces más que solo hace nueve años. Con el desarrollo tecnológico existen proyecciones que indican que en el año 2035 la producción de datos trepará a los 2.142 zettabytes”.

Al mismo tiempo que aumentan los niveles de producción de datos, avanza la tecnificación de los sistemas productivos. Lo que le sobra a la forma que va adoptando el capitalismo son las personas, lo cual explica por qué, pese al “desarrollo”, los niveles de desempleo, pobreza y miseria son cada vez más elevados en todo el planeta. Según Giménez, actualmente el mundo tiene aproximadamente 3.300 millones de trabajadores y trabajadoras de los cuales sólo 1.300 son estables. El problema es que sobre la tierra hay aproximadamente 8 mil millones de seres humanes.

Esclavitud del siglo XXI

Como afirma el dicho popular (que refuerza la lógica capitalista), “nada es gratis en la vida”. El uso de las redes e internet tampoco. Cada vez que apretamos “aceptar” cuando instalamos aplicaciones en nuestros teléfonos o creamos cuentas en las redes sociales, estamos entregando a esas megaempresas el derecho de utilizar nuestros datos a gusto y piacere. Datos que serán utilizados para segmentar audiencias, públicos y posibles consumidores para determinada empresa, hasta el uso de los mismos de manera opresiva contra la población de determinado gobierno.

El negocio es redondo porque no tiene límites, y las presiones para que no existan son cada vez más fuertes. Límites que deberían poner los gobiernos de los Estados o bloques regionales como la UE. Gobiernos o regiones que muchas veces tienen profundas limitaciones por el gran poder de lobby de estas empresas.

Retomando algunas de las ideas vertidas al principio de estas líneas, es tal el problema en que se ha convertido esta situación que incluso muchas de estas empresas comienzan a tener más peso específico en la toma de decisiones que los propios gobiernos. Se ha convertido en un problema geopolítico, ergo de defensa de la soberanía nacional.

Desafíos futuros

Seguramente, la maquinaria siga funcionando y cada vez sea más complejo desarticular el entramado mundial que genera estas condiciones de injusticia e inequidad. Pero no todo puede estar perdido. La legislación sobre el uso de datos que controle a las compañías y respete la privacidad de les usuaries es una situación primordial, y para que ello suceda debe haber concientización y presión social.

Al significar un problema geopolítico, habrá que ir a paso firme pero con mucho cuidado en los caminos que se adopten, al tiempo que se deberá fomentar la producción nacional no sólo de tecnologías, también de plataformas que puedan competir en estos mercados.

Los sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil tendrán el gran desafío de defender los derechos de les trabajadores y avanzar en más conquistas. Transpolando esto al ámbito digital y usando la metáfora del periodista y analista político brasileño, Pepe Escobar, “nuestro futuro será de hackers o de siervos”.


[1] https://www.nodal.am/2020/12/la-cortina-de-hierro-digital-esta-bajando-por-alastair-crooke/

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Vivir Bien: La Revolución Tecnológica en Bolivia

Vivir Bien: La Revolución Tecnológica en Bolivia

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Jonatan Pérez*

La llegada al gobierno de Juan Evo Morales Ayma fue uno de los pasos más importantes para la historia de Bolivia. Este no sólo logró consagrar un Estado Plurinacional, sino que buscó producir una revolución tecnológica para que estos puedan vivir bien y no vivir mejor.


Si bien la ciencia y la tecnología son consideradas como rubros complementarios (por detrás de los 4 rubros principales: el agropecuario, el hidrocarburo, el minero y el energético) estos no pasaron desapercibidos durante sus mandatos. Uno de los puntos fuertes en estos campos que aportó mucho a la educación de el país fue el programa “Una computadora por docente”, llevado adelante por el viceministerio de Ciencia y Tecnología, perteneciente al Ministerio de Educación.

Este programa es un complemento a los avances obtenidos en materia de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) dentro del sector educación, cómo lo fueron la Política Nacional de TICS para la Educación (2005), el Programa Nacional de TICS (2006), la creación de un portal educativo (educabolivia.bo), la entrega de equipamientos a establecimientos educativos y la capacitación constante a docentes para la implementación de las TICS en el aula. Pero por sobre muchas cosas, era en una segunda etapa, un proyecto de innovación tecnológica mucho más ambicioso.

La primera etapa constó en la creación de Telecentros Educativos Comunitarios (TEC), para uso tanto de estudiantes y docentes como de la comunidad en general.

Estos brindan -al día de hoy- tres servicios primarios a la hora de hablar de telecomunicaciones:

  • Computadoras con internet para el uso común (uso de correos electrónicos, navegación, educación y comunicación a larga distancia con videoconferencias).
  • Televisión satelital con transmisiones de canales nacionales e internacionales.
  • Telefonía para servicios de llamadas nacionales e internacionales.

La segunda etapa era la entrega de computadoras portátiles a los docentes de los niveles inicial, primario, secundario, de educación alternativa, de escuelas superiores de formación docente e institutos técnicos, directores departamentales y distritales de educación. Este equipamiento es entregado con el objetivo general de contribuir al desarrollo de procesos pedagógicos docentes mediante la facilitación de herramientas tecnológicas, reduciendo la brecha digital, acompañando el desarrollo de las competencias digitales del siglo XXI, fomentando la igualdad de oportunidades y la innovación en el aula.

La tercera etapa y la más importantes era la total implementación del programa “Una computadora por estudiante” en conjunto con la llegada de internet a todos los establecimientos educativos. Este programa venía desde el año 2014 entregando computadoras portátiles en distintos puntos del país. No sólo buscaba que todos los estudiantes del país cuenten con su computadora portátil personal, sino que cada una de estas sea ensamblada en el país por la empresa estatal Quipus, creada en el año 2013 con este único objetivo.

La empresa creada por el gobierno de Evo Morales tiene el objetivo de redistribuir la riqueza a la población boliviana. Este fue uno de los ejes atacados por la oposición porque “no generaba ganancia y estaba al borde de la quiebra”. El mandatario señaló en una de las entregas realizadas que:

“…Quipus no nos dará plata, sino computadoras para los estudiantes de Bolivia, y para eso hemos creado esta empresa social y de servicio… Esta empresa no nos dará utilidades, esta empresa es de servicios, es una empresa social, donde las autoridades aportan para dotar computadoras a los estudiantes… no es una empresa de generación de utilidades como las termoeléctricas, plantas separadoras de hidrocarburos, industrias, últimos que son para ganar plata”

Por otro lado, en Bolivia el servicio de internet está a cargo de la empresa de telecomunicaciones Entel, que fue nacionalizada por el gobierno de Evo el 1 de mayo de 2008. Esta fue una de las decisiones acertadas que tuvo el mandatario, ya que el crecimiento de la empresa aporta tanto en las ramas de ciencia y tecnología como en educación.

Esta empresa genera alrededor de 2.400 puestos de empleo directo y más de 8.000 empleos de manera indirecta por subcontratación. Destacando también que todo lo que realiza Entel es con recursos propios y es autosuficiente. Por lo tanto, no sólo no tiene deudas, sino que todas las ganancias generadas son invertidas directamente en el país, siendo uno de los principales beneficiados el programa “Juancito Pinto”, que brinda un incentivo de permanencia a los estudiantes de 1° a 8° año de escuela primaria.

El crecimiento de la empresa de telecomunicaciones en el país fue tal que, debido a las inversiones y el buen servicio brindado, no sólo se logró reducir gradualmente el costo de las tarifas de internet para los usuarios, sino que al día de hoy la cobertura del servicio es a todo el país gracias a la puesta en órbita del primer satélite de telecomunicaciones del Estado Plurinacional de Bolivia: el TK-SAT1 (Túpak Katari).

Este satélite artificial fue lanzado a órbita el 20 de diciembre de 2013 desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Xichang, en China, ya que el mismo fue construido en el país asiático. El objetivo de este era mejorar las telecomunicaciones con la aplicación en Internet, Telefonía, Televisión, Telemedicina y Teleeducación, y tuvo un gran éxito en todas.

Gracias al TK-SAT1, un total de 30 canales de televisión y 26 emisoras de radios están al alcance de todos los ciudadanos bolivianos; el servicio de internet a mejorado su funcionamiento de 30% a más del 60% desde su lanzamiento; y, pese a no ser lanzado con un objetivo comercial, para fines del año 2018 había recaudado aproximadamente de U$S 100 millones tras distintos acuerdos comerciales con empresas locales, y se espera que para el año 2028 recupere el costo invertido, un total de U$S 302 millones.

Este satélite es operado en su totalidad por profesionales bolivianos de la Agencia Boliviana Espacial (ABE), que hoy trabajan las estaciones ubicadas en Amachuma, ciudad de El Alto y La Guardia (Santa Cruz). Y si bien en el presente el TK-SAT1 funciona al 70% de su capacidad, se espera que para el 2025 se utilice la totalidad de su capacidad.

Al unísono, Evo remarcaba a través de sus redes sociales los logros conseguidos y marcaba que estos eran los primeros pasos a lo que apostaba que sea un crecimiento en las materias de Ciencia y Tecnología.

Sin ir más lejos, el mandatario había convocado a universidades, científicos y empresarios para la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, que está contemplado en uno de los puntos de la Ley de la Agenda del Bicentenario, anticipando que realizarían tres encuentros nacionales pidiendo propuestas a esos sectores para que “funcione con mucha fuerza, arranque con mucha fuerza para una liberación tecnológica”.

Lamentablemente, la implementación de este proyecto en conjunto de la continuidad de otros parece que quedarán en el pasado. El Golpe Cívico-Militar-Policial contra Evo, la autoproclamación de Jeanine Áñez como Presidenta y la sistemática represión al pueblo, dan cuenta de que se avecina un retroceso en todos estos aspectos.


* Periodista, columnista en "No Se Mancha" y "Columna Vertebral" (ambos en Radio Estación Sur - FM 91,7), responsable de la sección Ciencia y Tecnología de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Bibliografía:
https://www.youtube.com/watch?v=SCs8XvxrOug
https://eju.tv/2017/08/quipus-fue-creada-para-ensamblar-computadoras-para-estudiantes-y-no-para-generar-utilidades-morales/
https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=292876&SEO=gobierno-boliviano-entrega-computadoras-a-estudiantes-en-santa-cruz
https://www.eldiario.net/noticias/2018/2018_03/nt180305/opinion.php?n=27&-telecentros-educativos-comunitarios-espacios-de-ensenianza-y-aprendiz
https://www.elmundo.es/mundodinero/2007/04/03/economia/1175584953.html
https://www.entel.bo/inicio3.0/index.php/sala-de-prensa/item/1123-nacionalizacion-de-entel-en-bolivia-una-certera-decision

De la carrera espacial a la carrera tecnológica

De la carrera espacial a la carrera tecnológica

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Por Jonatan “Chino” Pérez*

En rigor, el objetivo del desarrollo político y económico de las grandes potencias se encuentra en el virtualismo de las comunicaciones, la historia se repite pero parece haber cambiado de campo: del universo espacial, al universo tecnológico.


Para realizar una suerte de profundización sobre los acontecimientos contemporáneos que se relacionan con el intercambio y el acceso a la información, utilizaremos como analogía los resultados y el posterior desarrollo tecnológico de quienes supieron ser potencia mundial luego de la Segunda Guerra; Estados Unidos y la Unión Soviética. Uno de los primeros hechos que redireccionaron el objetivo de la competencia a escala global fueron; el lanzamiento del primer satélite artificial Sputnik 1 (URSS), y un año más tarde el Explorer 1 (EEUU). Esa tensión constante entre ambas potencias género la posibilidad (entre otras cosas), de que llegaran astronautas a la Luna, y a su vez de poner fin a la llamada Carrera Espacial.

Estados Unidos y la URSS supieron disputarse en plena Guerra Fría el desarrollo de la Astronáutica, lo que incentivo a la creación de nuevas tecnologías.  Ambos países sabían que este logro no solo iba a profundizar el avance científico, sino que también permitiría el desarrollo del potencial militar, el crecimiento de la economía y la consolidación de un modelo económico, político y socio- cultural. En suma, fue clara la ventaja yanki en cuanto a estrategias de politización global, desde lo netamente publicitario, hasta la presión por medio de acuerdos políticos o la  intervención militar, para avanzar ideológicamente e imponer como modelo económico; el capitalismo.

Previo a la forzada caída de la URSS (Muro de Berlín; 1991), el país del norte ya había logrado avanzar en materia tecnológica. La llegada de la primera versión de la interfaz gráfica Windows presentada por Microsoft (1985), no solo dejó en el pasado al viejo sistema de comandos MS- DOS, sino que ayudó a que las IBM (enormes computadoras que las películas de Hollywood se encargaron de mostrarnos), lograsen mutar de tamaño, funcionalidad y sistemas operativos hasta lograr el desarrollo y la capacidad que hoy vemos comprimido en pequeñas laptops y celulares.

MS-DOS vs Windows

A la par, el desarrollo y la constante evolución de Internet fue otro de los factores importantes. La misma requiere de servidores que funcionen como motor de búsqueda en la web, y el más utilizado a nivel mundial es Google Inc., creado por Larry Page y Sergey Brin, que hoy pertenece, en parte, a la multinacional estadounidense Alphabet Inc. Se trata de uno de los servidores que posee el control de gran parte de las comunicaciones y la información, es decir, que los datos que circulan por la web, huellas que cada usuarie deja, son administrados, procesados, almacenados y utilizados por empresas privadas.

Internet: las políticas de privacidad y el imperialismo virtual

A partir de la creación de cuentas de usuarie en las distintas plataformas y sus derivados (como YouTube o Gmail), volcamos datos personales con el fin de tener un mejor acceso, o eso es lo que nos obligan a aceptar en los términos y condiciones que ofrece el servidor para poder utilizarlo. Esto viola nuestra privacidad, un ejemplo es el hecho de que los aparatos que cuentan con micrófonos adaptados pueden escuchar nuestras conversaciones, las cuales son utilizadas para mostrarnos publicidad específica acorde a nuestros intereses, tanto como para cruzar búsquedas a partir de algoritmos, y de esa manera ocultar determinada información (entre otras cosas). Las múltiples copias de seguridad de distintas aplicaciones en las que se encuentra nuestro minuto a minuto, nuestra ubicación, cuentas bancarias, claves,  etc., son algunas de las cosas que están a un click de distancia, de empresas ligadas a países imperialistas con claras intenciones políticas y económicas.

Lo que Mark Zuckerberg comenzó como un proyecto universitario, es hoy en día una de las compañías más grandes del mundo, multimillonaria y con el mayor flujo de información. Facebook es una red social de acceso a escala global que permite comunicarse entre usuaries desde diferentes puntos del globo. Normalmente es utilizada como una herramienta mas de comunicacion, el problema radica sobre el intercambio de datos.

Zuckerberg enfrentó en 2018 uno de los juicios más importantes de la última década. Allí admitió que en el año 2014 los datos personales de 87 millones de usuaries de esta red social fueron vendidos, sin su consentimiento, a la empresa británica de consultoría política Cambridge Analytica. Estos datos fueron utilizados por el equipo de Donald Trump para segmentar a los votantes potenciales durante su campaña electoral, y por plataformas a favor del Brexit en Reino Unido.

Esto no le impidió a Zuckerberg poder apropiarse de otras aplicaciones que harían crecer la hegemonía de las plataformas y el capital financiero de la compañía, que al mismo tiempo dejó a Facebook en un segundo plano, estamos hablando de Instagram y Whatsapp. El primero funciona como un gigantesco registro de fotografías, y el segundo, como el canal de comunicación instantánea más utilizado por les usuaries a nivel mundial. Pero para lo que aparentaba ser el poderío absoluto de Estados Unidos, resulta una gran incomodidad el crecimiento de China.

En los últimos años, el país asiático ha logrado marcar la cancha y poner a los norteamericanos contra las cuerdas. Con una ideología social y política totalmente distinta al capitalismo yanki, China impulsó el nacionalismo para que se genere una red de consumo interno que fortalezca la producción nacional y genere un crecimiento a escala mundial.

Tras el acrecentamiento de Huawei, China no solo logró convertirse en la piedra en el zapato de Estados Unidos, sino que parece empezar a sacar ventaja. La tecnología de Huawei sobrepasó a los Iphone (principal marca de tecnología celular yanki), y se hizo de un gran lugar en el mercado mundial, lo cual causó un revuelo e hizo que EEUU, tome medidas drásticas.

A mediados de este año y en un ataque desesperado, el gobierno de Donald Trump agregó a Huawei a una lista de compañías con las que las empresas estadounidenses no podrán negociar. Esto derivó en que la compañía norteamericana Google Inc. rompiera su vínculo con Huawei y deje de brindarle soporte, a poco tiempo de lanzar su nuevo smartphone Huawei P30.

Pero lo que parecía ser un gran golpe terminó siendo un gran impulso para los chinos ya que hace pocos días salió a la luz HarmonyOS, su propio sistema operativo que no depende de ninguna aplicación de Google, una nueva alternativa a Android. El cual no solo se podrá utilizar en smartphones, sino también en altavoces inteligentes y sensores.

Lo que parece ser una guerra comercial entre estos dos países tiene dos cuestiones de fondo, mucho más profundas en el dominio de las nuevas tecnologías a nivel mundial: las IA (inteligencias artificiales) y el 5g (redes móviles de quinta generación).

Si bien Google viene realizando un arduo trabajo y ha avanzado mucho en la creación de las IA (ayudado por el bloqueo a China), Huawei ha logrado abrir un laboratorio de investigaciones en Londres. Este no solo esta ubicado muy cerca de donde se instalará la nueva sede británica de Google, sino que contará con una unidad de desarrollo de IA en la cual se investigará el desarrollo de vehículos no tripulados.

Al mismo tiempo y pese a las presiones del país norteamericano, China logró instalar en Mónaco la primera red de telecomunicaciones de Quinta Generación. Según los dichos del Presidente de Mónaco; Telecom, Etienne Franzi, y el 5g son parte de un plan destinado a expandir el uso de las tecnologías digitales en el país y supone que permitirá utilizar una serie de servicios relacionados con el transporte y la seguridad pública.

Cuando Estados Unidos parecía tener todo bajo absoluto control, China logró a través de Huawei equiparar la balanza en lo que supone una de las nuevas Guerras del Primer Mundo.  Hoy las armas son otras y lo que supo ser una carrera espacial; es una batalla por el control de datos y el universo digital.


* Periodista, columnista en "No Se Mancha" y "Columna Vertebral" (ambos en Radio Estación Sur - FM 91,7), responsable de la sección Ciencia y Tecnología de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
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