De Stonewall a Argentina

De Stonewall a Argentina

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Desde los disturbios en Stonewall hasta la conquista de derechos fundamentales, la historia de la comunidad LGBTIQ+ muestra resistencia, organización y avance social. A pesar de todos los logros obtenidos, el contexto actual sigue planteando desafíos, desde el aumento de discursos de odio hasta la mercantilización de la diversidad. 

“Lleva tu orgullo. Vive tu orgullo.

Sé tu orgullo. 

Y se amable, todos merecen 

ser felices. Los derechos humanos 

pertenecen a todas las personas”.

Luke Evan

Cada junio, el mundo se viste de los colores del arcoíris para celebrar el Mes del Orgullo LGBTIQ+, una conmemoración que va mucho más allá de los desfiles y festivales. Su origen se remonta al levantamiento de Stonewall en 1969, un momento clave en la historia de la comunidad LGBTIQ+, donde la resistencia contra la violencia policial marcó el inicio de un movimiento global por los derechos y la visibilidad. 

Desde entonces el Pride ha evolucionado de una protesta reivindicativa a una celebración. El Mes del Orgullo es un récord de la lucha como una afirmación de identidad, donde activistas continúan exigiendo igualdad, justicia y reconocimiento.

 

La revuelta de Stonewall consistió en una serie de manifestaciones en protesta contra una redada policial que tuvo lugar en la madrugada del 28 de junio de 1969, en el pub conocido como Stonewall Inn

Durante las décadas de 1950 y 1960 lesbianas, gays, bisexuales y trans estadounidenses debían enfrentarse a un sistema legal hostil. Sin embargo, los últimos años de la década de 1960 fueron muy turbulentos, ya que en ese periodo había muchos movimientos sociales activos. 

Eran realmente pocos los establecimientos que acogían a personas abiertamente homosexuales durante estas décadas. Los que sí lo hacían eran generalmente bares. El Stonewall Inn, en aquella época, era propiedad de la mafia. Servía a una gran variedad de clientes, pero era conocido por ser popular entre las personas más marginadas de la comunidad. 

Las redadas policiales en los bares gays eran rutinarias durante la década de 1960, pero los agentes perdieron rápidamente el control en Stonewall Inn y atrajeron a una muchedumbre, provocando que se revelasen. Tras los disturbios de Stonewall, gays y lesbianas de Nueva York hicieron frente a obstáculos de índole generacional, de clase y de género para formar una comunidad cohesionada. 

Entre las figuras más destacadas que le hizo frente a la policía está Marsha P. Johnson, una activista que desempeñó un rol crucial en la organización de la comunidad. 

 

Conocida como la madre de la Comunidad LGBTIQ+, Marsha P. Johnson nació el 24 de agosto de 1945 en Nueva Jersey. Fue considerada como una de las activistas más importantes de los enfrentamientos con la policía de los disturbios de Stonewall. 

A principios de la década de 1970, Johnson, junto con su amiga Sylvia Rivera, co-fundaron la organización Street Transvestite Action Revolutionaries, con el objetivo de brindar apoyo a personas trans sin hogar. También fue una destacada activista contra el VIH/SIDA, participando en ACT UP, un grupo de lucha por la visibilidad y el acceso a tratamientos para personas afectadas por la enfermedad. Además de ser activista, Johnson fue artista y modelo, colaborando con Andy Warhol en su serie de polaroids titulada Ladies and Gentlemen. 

Finalmente en 1992 Johnson desapareció y seis días después la policía encontró su cuerpo. Según se informó nadie más había sido responsable de su muerte que por supuesto trajo protestas de sus allegados, afirmando que los ataques a personas homosexuales y trans eran comunes. 

1970: El inicio de una revolución

El 28 de junio de 1970, al cumplirse un año de los disturbios en Stonewall, activistas organizaron la primera Marcha del Orgullo, en ciudades como Nueva York, Los Angeles, San Francisco y Chicago. La más emblemática fue la de Nueva York, llamada Día de la Liberación de Christopher Street, que reunió a miles de personas en una caminata desde el bar Stonewall hasta el Central Park. 

Aquella manifestación marcó un antes y un después en cuanto a las marchas a lo largo del mundo. Desde entonces se ha seguido recordando y celebrando el último sábado de cada junio, convirtiéndose en una tradición internacional.

Un año después, el último domingo de junio de 1971, otras muchas ciudades se unieron a las marchas de Christopher Street: Boston, Dallas, Milwakee, París, Berlín Occidental, Estocolmo y Londres. La primera marcha del Orgullo Gay oficial en Europa se celebró en Munster (Alemania), el 28 de abril de 1972. 

El impacto en Argentina

Aunque los disturbios de Stonewall ocurrieron en Estados Unidos, su influencia llegó a Argentina a través de los movimientos internacionales. En 1967, dos años antes de Stonewall, se fundó en Buenos Aires el grupo Nuestro Mundo, considerada la primera organización homosexual de América Latina. Este colectivo, sentó las bases del activismo local.

En 1971, Nuestro Mundo se fusionó con otros grupos para formar el Frente de Liberación Homosexual (FLH), una organización pionera que articuló discursos políticos, alianzas con sectores feministas y de izquierda, y una producción intelectual que desafiaba las normas de género y sexualidad impuestas por la dictadura moral de la época. El FLH fue silenciado tras el golpe militar de 1976.

La primera Marcha del Orgullo en Argentina se realizó el 2 de julio de 1992, en la cual participaron unas 300 personas, muchas de las cuales usaban máscaras para evitar las represalias. Los organizadores de esta fueron Carlos Jauregui y César Cigliutti, dos de los referentes de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).

Tiempo después la marcha se movió a noviembre, específicamente al primer sábado del mes, como conmemoración al grupo Nuestro Mundo, que fue fundado en noviembre. Además para evitar las bajas temperaturas que podían ser perjudiciales para las personas con VIH/SIDA.

Argentina pionera en derechos

Argentina ha sido pionera en la ampliación de los derechos para la comunidad LGBTIQ+ en América Latina y el mundo. Desde la aprobación  del matrimonio igualitario en 2010 hasta la ley de Identidad de Género en 2012, el país ha marcado hitos históricos en la lucha por la igualdad. 

En comparación con otros países de la región, Argentina lidera el reconocimiento de los derechos, con 13 específicos para la comunidad LGBTIQ+: 

1. Matrimonio Igualitario (Ley 26.618): Permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. 

2. Ley de Identidad de Género (Ley 26.743): Permite a las personas trans cambiar su identidad en documentos sin requisitos médicos. 

3. Derecho a la adopción: Parejas del mismo sexo pueden adoptar en igualdad de condiciones. 

4. Acceso a tratamientos de salud para personas trans: Incluye cobertura médica para tratamientos hormonales.

5. Protección contra la discriminación: Leyes que prohiben la discriminación por orientación sexual e identidad de género en ámbitos laborales y sociales.

6. Educación Inclusiva: Programas educativos que promueven la diversidad y el respeto por la identidad de género. 

7. Reconocimiento de familias diversas: Protección legal para familias homoparentales. 

8. Acceso igualitario a técnicas de reproducción asistida: Parejas del mismo sexo pueden acceder a tratamientos de fertilidad.

9. Cambio de nombre y género en documentos oficiales: Sin necesidad de intervención judicial. 

10. Protección contra crímenes de odio: Legislación que castiga la violencia basada en orientación sexual o identidad de género. 

11. Derecho a la donación de sangre: Sin restricciones discriminatorias. 

12. Reconocimiento del género no binario en documentos oficiales

13. Prohibición de las terapias de conversión o “reorientación sexual”, que buscan modificar la orientación sexual o identidad de género de quien ya decidió por propia voluntad cambiarla.

Las leyes y los decretos que han ampliado los derechos de las personas representan pasos firmes y concretos hacia una sociedad más justa y equitativa. Estos avances no surgieron de la nada: son el resultado de décadas de lucha incansable por parte de organizaciones feministas, colectivas, movimientos sociales y activistas que alzaron la voz frente a las desigualdades históricas y estructurales. 

Su persistencia logró que muchas de sus demandas sean finalmente reconocidas y respondidas por el Estado, y en ocasiones, incluso por el propio poder judicial que comenzó a atender y contemplar el profundo malestar expresado por los sectores más minoritarios. 

¡Sumate a la Comunidad Trinchera y aportá a la Comunicación Popular!

Tu aporte es esencial para que el Multimedio Trinchera pueda continuar con la construcción de una comunicación por y para el pueblo. Agradecemos el apoyo de nuestra comunidad y te invitamos a suscribirte para afianzar día a día nuestra Trinchera y disfrutar de un montón de beneficios.

Ciencia, Tecnología e Innovación con perspectiva de género

Ciencia, Tecnología e Innovación con perspectiva de género

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

POR JONATAN PEREZ*

El pasado jueves 4 de junio se oficializó la creación del Programa Nacional Para la Igualdad de Géneros. Este programa, creado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación en colaboración con el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y el Observatorio de Violencia Laboral y de Género, busca terminar con una realidad: si bien la mayoría de las investigadoras son mujeres, son minoría dentro de los espacios mejor valorados, con altos rangos y posiciones jerárquicas.

Estas estadísticas surgen del diagnóstico nacional del sistema científico y tecnológico realizado en los últimos años, en el que se concluyó que si bien las mujeres que trabajan en el sector de CTI son mayoría, se profundiza la brecha de género en posiciones jerárquicas, en el acceso al financiamiento y en la producción científica y tecnológica, entre otras. A su vez, el diagnóstico echa luz sobre la participación desigual en algunas disciplinas científicas y especialidades en STEM en las que hay escasa representación femenina.

Cabe destacar que dichas estadísticas no han diagnosticado la situación de otras identidades de género ya que aún no se dispone de registros que logren superar el binarismo.

Fuente: Estadísticas de Género en Ciencia, Tecnología e Innovación

Ahí es cuando entra en juego el Programa Nacional Para la Igualdad de Géneros, el cual tiene como objetivos garantizar la participación igualitaria de las mujeres y la población LGTBIQ+ en todos los niveles y ámbitos del sistema científico-tecnológico y promover la incorporación de la perspectiva de género en los procesos de investigación, desarrollo e innovación desde su propio diseño. También, propone hacer de las instituciones de ciencia, tecnología e innovación, ambientes propicios para el desempeño y el progreso con igualdad.

En su presentación, la Secretaria Ejecutiva del Programa, María Victoria Tignino, consideró que “la puesta en marcha de este proyecto es parte del trabajo que venimos realizando al interior del Ministerio, generando indicadores y un diagnóstico de la situación de los géneros en el sistema científico-tecnológico. Tener un programa no es un punto de llegada sino de partida, una expresión del compromiso del Estado con la política de género y un desafío para generar proyectos para reducir la brecha de género en todos los sectores, mejorar las políticas de cuidado y ofrecer espacios libres de violencia”.

Para la presidenta del CONICET, Ana Franchi, “la creación del Programa Nacional por la Igualdad de Géneros en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación es el resultado de muchos años de lucha por la equidad en nuestras instituciones de ciencia y tecnología. Este programa permitirá reforzar la búsqueda de igualdad en la participación y promoción de los distintos géneros dentro del sistema científico tecnológico”.

Por otra parte y también referido a que las desigualdades de género atraviesan todos los ámbitos laborales, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCYT) lanzó ese mismo jueves 4 de junio el área de Política Transversal de Género y Diversidad Sexual de la Agencia.

La presentación virtual estuvo a cargo de Paula Lenguita, responsable del área de Género; Dora Barrancos, ex integrante del directorio del CONICET y referente en materia de ciencia y género; Fernando Peirano, presidente de la Agencia; María Alejandra Zinni, representante del Directorio de la Agencia; y Laura Toledo, directora del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC) del MINCYT.

En esta presentación, Paula Lenguita contó que la tarea de la Agencia se enfocará en tres aspectos clave: “En primer lugar, tener un compromiso en la valorización de las capacidades de las mujeres en todos los terrenos de la ciencia, tecnología e innovación. Un segundo elemento es la cuestión de las tareas reproductivas y de cuidado. Esta pandemia hizo que, forzosamente, las instituciones empiecen a asumir los compromisos que requiere enfrentar la desigual distribución de esas tareas. En tercer lugar, fortalecer y promover los liderazgos femeninos a la hora de formar equipos de trabajo”

El cierre estuvo a cargo de Dora Barracos quien declaró que “en el ámbito científico muchas veces se ve una autoimpugnación, donde a las mujeres les cuesta manifestar una situación reivindicativa, subjetiva, ante la desigualdad de género, porque consideran que eso significa herir la objetividad de la ciencia. Por eso, auguro que esta iniciativa sea un programa vigoroso y vertebral. La no democracia derivada de las circunstancias de género en ciencia no es solamente un problema de moral, sino que la ciencia y la tecnología se pierden extraordinarias oportunidades de creatividad”.

Este accionar del hoy Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación que viene a revalorizar la ciencia de nuestro país y el trabajo de muchas de las investigadoras no es nada nuevo ya que la igualdad fue uno de los ideales principales desde el inicio de la gestión. La designación de Carolina Vera como Jefa de Gabinete del MINCYT y la de Ana Franchi como Presidenta del CONICET fueron los primeros pasos, en conjunto con el proyecto de modificación de la Ley N°25.467 de Ciencia, Tecnología e Innovación que obtuvo media sanción a fines del año pasado. Tal parece que a 6 meses del cambio de categoría de Secretaría a Ministerio, vamos camino a reconstruir un país y una ciencia para todes.


De humor ácido, bastante particular. Un poco friki, un poco otaku. Le dicen "Chino"
desde siempre y eso no lo cambia por nada. Apuesta por la comunicación popular,
por eso intenta ser productor de la gloriosa No Se Mancha, columnista en Columna
Vertebral, y escritor de la Trinchera. Un colgado que deja siempre todo para
ultimo momento, lo único que puede llegar a garantizar es que va a llegar
tarde así sea en la esquina de su casa.

Links: 
https://revistatrinchera.com/2019/11/17/conicet-camino-a-reconstruir-un-pais-de-todxs/
https://revistatrinchera.com/2019/12/18/ciencia-tecnologia-e-innovacion-del-abandono-a-la-recuperacion-del-ministerio/
https://www.argentina.gob.ar/noticias/el-ministerio-de-ciencia-tecnologia-e-innovacion-creo-el-programa-nacional-para-la-igualdad
http://www.unsam.edu.ar/tss/politica-para-la-igualdad-de-genero-en-ciencia/

¿Por qué hablar de  bisexualidad?

¿Por qué hablar de bisexualidad?

TIEMPO DE LECTURA: 3 min.

POR FLOREN LUENGO*

En Argentina, país pionero en lo que respecta a los derechos humanos de los colectivos LGTBIQ+, se celebra el 23 de Septiembre, como en otras partes del mundo, el día Internacional de la Bisexualidad.


Bandera del orgullo bisexual

Un 23 de septiembre de 1999 se establece el día Internacional de la Bisexualidad por iniciativa de tres activistas norteamericanas. Levantando bien en alto la bandera con los colores azul, rosa y violeta, lo que se pretende una vez más es la visibilización y legitimidad de las identidades no binarias.

La bisexualidad se refiere generalmente a personas que sienten atracción hacia más de un género. Pueden ser personas que se ven atraídas por hombres y mujeres; aquellas que experimentan sus identidades sexuales fluidas y que cambian con el tiempo; personas que se ven atraídas por otras independientemente de su sexo. Es decir, son personas cuyos gustos y atracciones no son excluyentes de sólo un género. Su orientación sexual es variable, cambiante y humanamente posible.

Se trata de vivir de una manera diferente la sexualidad, el deseo y los gustos. Lejos de ser una confusión en la identidad sexual o una enfermedad –como fue declarada durante el siglo XX–, se trata de identidades sociales-sexuales y, por eso mismo, políticas. La diferencia es que en el podio verticalista del orden social vigente, sólo la heteronormatividad se cree legítima.

Como se sabe, incluso antes de nacer, a las personas se las determina por su sexo biológico. Se adjudican así determinados colores, nombres, vestimentas, juguetes, peinados, gustos, intereses y todo lo que se nos venga a la cabeza cuando nos sabemos personas clasificadas por lo material de este mundo.

Como signo de resistencia y liberación de tales mandatos culturales, Carlos Jáuregui fue un reconocido militante y activista argentino por los derechos de la comunidad LGTBIQ+ y ex presidente de la Comunidad Homosexual Argentina. La lucha contra la discriminación hacia la diversidad sexual/política fue uno de los legados con los que hoy continúan luchando y resistiendo las comunidades.

Para reivindicar la libertad en la identidad y orientación sexual de las personas, la Argentina ha escuchado los reclamos históricos de grandes organizaciones sociales que pretenden, como cualquier grupo, hacer valer sus derechos humanos. En este marco, el Grupo de Organizaciones del Estado Nacional para la Protección y Promoción de Derechos de la Población LGTBI, aboga a hablar sobre la diversidad sexual desde la perspectiva de derechos.

Luego de la sanción de las leyes de Matrimonio Igualitario e Identidad de Género, se propone avanzar en la transformación de una igualdad jurídica efectiva, que garantice el respeto y la inclusión social y laboral de lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex, sin discriminación.

En este día y cada día, la lucha es colectiva. Fundamentalmente es un reclamo desde los colectivos LGTBI+ para una vida digna de ser vivida, y para ello, requiere que el grueso de la sociedad comience a dar cuenta de la disputa de sentidos, de las desigualdades y discriminaciones que sufren gran cantidad de personas, sólo por la decisión política de habitar la sexualidad y la identidad de una manera distinta a la impuesta.


*Periodista, conductora del programa La Marea (Radio Futura FM 90.5), redactora de Revista Trinchera, editora del portal Luchelatinoamérica y colaboradora de Agencia Timón. 
1