La máquina de destruir empleos

La máquina de destruir empleos

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

Por Nasim Iusef Venturini*

Se perdieron 148.000 empleos en el sector privado durante el último año; no hay bono que revierta la crisis.

Ya pasaron casi 4 años de la Alianza Cambiemos en el gobierno y los resultados son calamitosos. Las propuestas de que la liberalización de las fuerzas del mercado iban a traer alegría y felicidad al pueblo siempre fueron una mentira, solo que cambió la cantidad de gente que sigue creyendo en ese pensamiento cuasi mágico, dada la evidente crisis a la que nos sumergió el paquete de políticas que implementó el macrismo.

El despilfarro fue inaudito. Se tomó deuda en los mercados internacionales por más de 100 mil millones de dólares en menos de dos años (mayo 16- febrero 18) y luego al no poder conseguir los dólares para afrontar los compromisos de deuda, acudieron al FMI solicitando el préstamo más grande de la historia de la institución que a los pocos meses tuvo que ser reformulado, alcanzando los 57.400 millones de dólares.

La noticia de la semana[1] fue el no desembolso de los 5.400 millones de dólares por parte del FMI a la espera de las elecciones presidenciales de fines de octubre. El organismo ya desembolsó el 78% del total del préstamo en menos de un año y la economía en estos últimos meses lo único que mostró fue la profundización de una crisis en la que hay severas responsabilidades por parte de la gestión de la política económica. Ni las condiciones en materia fiscal y monetaria que se acordaron tuvieron el efecto virtuoso de recomponer la marcha de la economía.

Lo perverso del plan es la profundización de la dependencia. El aumento de la deuda en dólares, que sirvió para financiar un nuevo proceso de financiarización y especulación de la economía demuestra cómo las estrategias de dominación hoy por hoy pasan por el endeudamiento brutal y los condicionamientos a las políticas económicas soberanas.

Con la renegociación del acuerdo con el FMI de septiembre del año pasado, se confirmó que en menos 4 años (2020-2023), se tendrá que pagar casi la totalidad del capital adeudado (información de la evolución de la deuda externa)[2], condicionando la política económica para pagar un endeudamiento que nada generó en términos de creación de empleo y desarrollo de la economía.

Recordando a Rodolfo Walsh, y sus palabras en la Carta Abierta a las Juntas Militares, vemos como ese proyecto de miseria planificada fue reeditado por la Alianza Cambiemos que, con el mismo andamiaje teórico de política económica, profundizó la desigualdad, la pobreza y la desesperanza.

La profundidad de la crisis se manifiesta a diario. Más cantidad de personas revolviendo la basura para poder comer, son consecuencias directas de un programa económico que destruyó la capacidad de generar empleo de la economía.

Según un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda[3] en el último año, se destruyeron 148.000 puestos de trabajo en el sector privado, es decir que por día 478 trabajadores se quedan sin su fuente laboral en un contexto de creciente desocupación.

Ante la situación de crisis que nos condujeron las políticas económicas de la actual gestión, el gobierno desesperado por juntar algunos votitos, le exige a las empresas del sector privado que den un bono a sus trabajadores por $5.000 para compensar el descalabro post PASO. Lo que olvidan es que para recomponer el poder adquisitivo de hace un año, es necesario un aumento de alrededor del $14.000, por un lado y por el otro que las ventas y la actividad económica se recompongan, para así disponer de los fondos para cubrir dicho bono.

Como perro que se muerde la cola, el macrismo termina la gestión aplicando mal las medidas que tanto criticó de la gestión anterior, defaulteando deuda para llegar a fin de año y con un proceso de deterioro del tejido social que se profundiza, mientras desde las voces oficiales se exacerba la violencia y la confrontación.

No servirán 30 anuncios ni 30 marchas oficialistas para revertir la crisis. El descalabro económico y social que está dejando el macrismo, tiene que servirnos como experiencia para no volver a cometer los mismos errores del pasado, para mejorar la gestión y la ejecución de las políticas públicas donde los derechos sean efectivos y donde nuestra sociedad no vuelva a ser engañada por cantos de sirena que nos condujeron a esta situación actual de naufragio.


* Lic en Economía, integrante del colectivo "Economía a pata", Co-conductor de “Promocionando la Salud” (Radio Futura – FM 90.5), responsable de la sección Economía de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Bibliografía:
[1] https://www.ambito.com/lacunza-almuerza-el-fmi-siguen-negociando-giro-us5400-millones-n5056484
[2] https://www.argentina.gob.ar/hacienda/finanzas/presentaciongraficadeudapublica
[3] https://www.ambito.com/en-2019-se-perdio-un-puesto-trabajo-cada-minuto-y-medio-n5057021

La vuelta del “Cepo”

La vuelta del “Cepo”

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

Por Nasim Iusef Venturini*

El domingo 1 de septiembre quedará como otro hito en el descalabro económico perpetrado por la Alianza Cambiemos desde que asumieron la gestión.

Ese día, minutos antes que comience el clásico entre River y Boca, el reciente Ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, anunció la imposición de controles para la compra de dólares, o lo que burdamente ha llamado la prensa hoy oficialista: “CEPO”.

Y volvió el cepo… Medida tardía, mal implementada, que no termina de resolver la sangría de dólares que estamos atravesando producto de las políticas económicas que favorecen la timba y hunden a la industria.

La economía argentina demanda más dólares de los que dispone. Eso devela que tenemos una economía bimonetaria, de ahí que el cepo es un instrumento de política económica para favorecer el crecimiento y el desarrollo, si es implementado de forma adecuada, permitiendo la disponibilidad de divisas para la importación de insumos de la industria y limitando la demanda especulativa.


Un país genera dólares a partir de exportar más de lo que importa o pidiendo prestado, es decir prometiendo que después los generará y los devolverá.

La demanda dólares en nuestro país es para realizar importaciones por parte de la industria, por consumo de cosas importadas, para atesoramiento, para gastar en el exterior o para devolver los que pedimos anteriormente.

El ingreso de dólares se a través de la industria bajo la Inversión Extranjera Directa, o ingresan al mercado financiero para aprovechar las rentabilidades del mercado -que no necesariamente tienen que ser una estafa al pueblo-, o ingresan producto del endeudamiento externo, engordando las reservas del Banco Central.

Por lo tanto se puede decir que el modelo de endeudamiento desaforado que promovió el macrismo, es el que a 3 años y medio de haber accedido al mercado internacional de capitales (que estaba vedado por el conflicto con los fondos buitres), llevó al país a una situación de default selectivo, donde todavía no está claro que bonos serán reperfilados y cuáles no.


Infografía: crisis financiera – septiembre 2019

Entre abril de 2016 a febrero del 2018, el gobierno de Macri tomó deuda en los mercados internacionales por un total de aproximadamente 100 mil millones de dólares. En junio del año pasado concretó el préstamo con el FMI por un total de 50 mil millones de dólares que en agosto -del mismo año- tuvo que ampliarse 7 mil millones más por no cumplir las condiciones establecidas. En ningún momento de este plan de miseria planificada se detallaba cómo se iban a conseguir los dólares que se pidieron prestados.

El impacto de las políticas de liberalización económica y libre importación, que fueron vendidas por el macrismo como la forma de que Argentina vuelva al mundo, no hicieron más que reventar el entramado industrial, impactando severamente sobre la capacidad de generar empleo de la economía (fundamentalmente PyMEs), profundizando la caída del consumo, sin obtener resultados en materia inflacionaria y de reducción del gasto público, que era lo que supuestamente venía a hacer el macrismo.

Hace pocos días el INDEC publicó el IPIM [1] (Índice de Producción Industrial Manufacturera) para el mes de julio. La realidad superó la ficción de la prensa adicta y mostró una caída interanual de la actividad industrial manufacturera del 8.4%, es decir que todas las políticas del macrismo sólo generaron destrucción del entramado social e industrial.

A su vez, el Índice Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) [2] mostró una caída interanual del 8.3% en julio, cuando cayó un 1.7% en el mes y 11.8% en el mes de junio, mostrando un retroceso formidable en las actividades que generan trabajo en los sectores populares.

En la semana debut del cepo, el valor de la divisa se pudo mantener a costa de que el Banco Central siga rifando divisas. Durante agosto, las reservas aceleraron su caída llegando a los U$S 14.614 millones de dólares. Sigue avanzando el plan de miseria planificada, y lo único que el macrismo deja al pueblo argentino en tres años de su ruinosa gestión es un endeudamiento descomunal con mucho olor a estafa.

De pueblo argentino depende que juzgar a los responsables de hundir la economía argentina, haciendo fabulosos negociados, jugando con el hambre y la desesperación de les argentines. Porque si hay algo que se sabe -y bien por estas tierras- es que cuando los mercados están contentos se doblega a nuestro pueblo a mandatos foráneos y se coarta la posibilidad de realizar políticas soberanas que permitan generar trabajo, derechos y dignidad para el pueblo.


* Lic en Economía, integrante del colectivo "Economía a pata", Co-conductor de “Promocionando la Salud” (Radio Futura - FM 90.5), Redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Trinchera.

Bibliografía:
[1]https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipi_manufacturero_09_1963DFEFFF26.pdf
[2]https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/isac_09_19063CD261D4.pdf

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