Uruguay: De “se terminó el recreo” al comienzo del saqueo de la ultraderecha

Uruguay: De “se terminó el recreo” al comienzo del saqueo de la ultraderecha

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

«Se terminó el recreo”, lanzó en uno de sus actos de campaña en 2019 el senador Guido Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto y excomandante de las Fuerzas Armadas. Esta expresión se viralizó a la velocidad de la luz y ya forma parte del lenguaje cotidiano de los y las uruguayas, pero… ¿qué encierra esta frase?

Manini “no renuncia” a ninguna de las propuestas de Cabildo ...

Primero destacar su potencia. Si se hizo tan popular es porque encastra perfectamente con el relato inoculado de los sectores concentrados de poder de que la primavera progresista fue una calamidad. Resumió en cuatro palabras el sentir de la oligarquía criolla y la bajó al llano. 

“Se terminó el recreo” es eso, se acabó el divertimento, el goce, el disfrute. Se ajusta al clima y al humor militar: se acata, no se sonríe. Es una frase que evoca autoridad, intransigencia con lo que está fuera de la ley; dureza sin contemplación para preservar determinados valores e instituciones.

Se sostiene en un relato amplificado por los medios de comunicación, donde en quince años de gobiernos del centroizquierdista Frente Amplio los dineros públicos fueron malgastados, la educación fue un desastre, los delincuentes tenían más libertad y más derechos que sus víctimas, etc.

Si uno seguía los noticieros y los portales de noticias, Uruguay parecía Kosovo o se vivía en el far west. Es cierto que el tema de la seguridad es uno de los flancos más débiles del Frente Amplio en su gestión, pero también es una tendencia que desde los años noventa los índices de criminalidad y violencia han ido en aumento.

Entonces vale decir que las políticas en materia de seguridad que han desarrollado los partidos Nacional, Colorado y Frente Amplio han fracasado.

El último militar de derecha candidato a presidente fue el coronel Mario Aguerrondo. Anticomunista y herrerista (el ala más conservadora del Partido Nacional) y fundador de la Logia de los Tenientes de Artigas, grupo que Manini Ríos integra, se presentó a las elecciones nacionales de 1971 como candidato, siendo acompañado por Luis Alberto Heber Usher (tío del actual Ministro de Transporte de la coalición derechista gobernante) como vicepresidente.

Vintage fotografía de retrato de Oscar Mario Aguerrondo, 1971 ...

Aguerrondo obtuvo el 13.23% del padrón, unos 228.569 votos. Cabildo Abierto en las elecciones nacionales de 2019 obtuvo el 11.04% del padrón, unos 268.736 votos. Se observa que a pesar de haber pasado casi 50 años, el caudal electoral del sector más conservador y reaccionario del Uruguay se mantiene estable.

Aguerrondo falleció seis años después de su candidatura y la dictadura ya estaba consolidada. No se precisaba un líder carismático porque la maquinaria estaba en marcha. Cabildo Abierto supo ocupar y condensar una estructura donde la derecha y ultraderecha militar conservadora encontraron su espacio y un líder carismático. En “se terminó el recreo” encontraron el grito de guerra, el eslogan no oficial de campaña que los identifica y parecen no tener techo.

Cabildo Abierto surge en un momento donde las derechas populistas se autoproclaman como la opción para salir de la crisis sistémica a la que estamos asistiendo, criticando a la derecha como vetusta y corrupta y a la izquierda, porque nunca llegó a cumplir con los postulados que siempre predicó.

A Manini Ríos lo podemos sumar a la terna de líderes y movimientos de derechas populistas junto con Donald Trump en Estados Unidos, Jair Bolsonaro en Brasil, Matteo Salvini en Italia y Marine Le Pen en Francia.

Los cabildantes se definen como artiguistas, ni de izquierda ni derecha. Férreos defensores de la familia, la patria y Dios, evocan un Uruguay del pasado como un paraíso que se perdió por culpa de grupos guerrilleros con ideología foránea. Portan un discurso que linda con el de las Fuerzas Armadas predictadura, donde se ataca a la “clase política” como culpable de casi todos los males que acaecen en el país.

Todo disco (perdón millennials, por la analogía del siglo pasado) tiene su lado B. Detrás de estas prédicas tenemos hechos que van en sentido contrario. A propuesta de Cabildo Abierto, se incluyó en la Ley de Urgente Consideración que no solo los policías retirados puedan portar armas sino también los militares retirados.

Tomás Casella. Foto: cortesía archivo La República.

En las listas de Cabildo Abierto podemos encontrar torturadores de la dictadura o defensores de la misma. A Eduardo Radaelli, uno de los tres militares uruguayos implicado en el crimen del científico chileno Eugenio Berríos, en plena democracia, junto a una diputada definiendo los femicidios como “exceso de amor” y una directora del ente encargado de la seguridad social con un currículum con cursos inexistentes y experiencia en floristería y jardinería.

Súmele, un candidato a diputado y su primo implicados en la incautación de estupefacientes más grande de toda la historia (seis toneladas de cocaína).

Incluso el propio Guido Manini Ríos está siendo investigado por haber ocultado información siendo Comandante de las Fuerzas Armadas, sobre un delito ocurrido en la dictadura. Desde la oposición se está especulando con quitarle los fueros como Senador para poder ser juzgado.

Desde su banca de senador ha defendido a militares retirados que habían sido o estaban siendo juzgados por delitos de lesa humanidad aduciendo que eran “unos pobres octogenarios.” Esto generó polvareda en la arena política, pero también una especie de deja vu.

Guiños políticos del MPP a Manini Ríos

Como candidato a la presidencia por el Frente Amplio en 2009, Mujica expresó que “la Justicia tiene un hedor a venganza de la puta madre que lo parió”. Siendo presidente, sentenció: “Yo no quiero tener viejos presos. Viejos de 75, 80 años… Pero no solo los militares, ningún preso a esa edad”. Manini Ríos fue nombrado Comandante en Jefe en la presidencia, justamente, del ocotogenario José Mujica.

Cabildo Abierto que hoy cuenta con 11 diputados, tres senadores y ocupa las carteras ministeriales de Salud y Vivienda, además de varios cargos de jerarquía en otros ministerios, fundado recién en el 2019, hasta el momento ha sido la revelación política en lo que va de las dos primeras décadas del siglo XXI.

A pesar de varios exabruptos que han dicho sus parlamentarios y máximos dirigentes, de haber sido fotografiados con jóvenes con ideología nazista y sus listas la integran fascistas que piden escuadrones de la muerte, Cabildo Abierto se convirtió en la cuarta fuerza a nivel nacional y le disputa el tercer lugar al histórico Partido Colorado, que a contrapié de los cabildantes, viene en franco retroceso.

En la política no existen los espacios vacíos. ¿Pensábamos los uruguayos que la ultraderecha nostálgica de la dictadura no tendría su lugar en nuestro país?

Nota publicada originalmente en estrategia.la


<strong>Nicolás Centurión</strong>
Nicolás Centurión

Como dice un rapero: “por amor y por vicio…se convirtió en mi oficio.” La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

Los colores de la Coalición Multicolor en Uruguay

Los colores de la Coalición Multicolor en Uruguay

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POR Nicolás Centurión*

Han transcurrido los primeros 100 días del gobierno multicolor liderado por el nacionalista Luis Lacalle Pou en la presidencia. En este pequeño país arrinconado por los gigantes Brasil y Argentina, donde tenemos un ex presidente a su vez ex guerrillero, con fama de rockstar; donde legalizamos la marihuana y el matrimonio igualitario. Donde las mujeres pueden abortar de manera segura, libre y gratuita.

Donde el Estado se separó de la Iglesia a principios del siglo XX, donde todo parece calmo y sin sobresaltos, es que estamos conviviendo con un gobierno neoliberal que nos quiere devolver a los 90. Senadores y ministros de la órbita militar que nos quieren devolver a los 70. Mientras el Frente Amplio pretende seguir asustando con el fantasma de la crisis del 2002.

Bienvenidos a Uruguay.

Gris

Se aproxima el invierno y el fondo de pantalla de nuestra ciudad se muestra gris. La neblina espesa no permite divisar los últimos pisos de los edificios. Las familias se aprontan para el segundo comienzo de clases de este año debido a la pandemia, en la época donde más enfermedades respiratorias se registran.

Rojos dos demonios

El pasado 30 de mayo fueron asesinados tres marines en la base naval del Cerro, Montevideo. Esto despertó congoja y dolor en toda la población a la vez que determinadas alarmas se encendieron. Si hablamos que tres militares dentro de la misma base fueron asesinados, podemos aventurar que fue un gran operativo y que implicó armas de gran porte.

Raudamente el dos veces ex presidente colorado, Julio María Sanguinetti, realizó un paralelismo entre estas muertes y la muerte de cuatro soldados a bordo de un jeep por parte del grupo guerrillero Tupamaros en 1972.

Sanguinetti, el abanderado de la teoría de los dos demonios, pretendió instalar un clima pre dictadura, donde el crimen organizado estaba arrasando con las instituciones del Estado. El senador por Cabildo Abierto Guido Manini Ríos, instó a la rebeldía (no se sabe de quién ni contra qué), otro senador del Partido Nacional hizo carroña política culpando al Frente Amplio por sus 15 años de gobierno.

Pero las investigaciones dieron que el autor del hecho fue nada más y nada menos que un solitario desertor de las Fuerzas Armadas, que era conocido de las víctimas y que justamente por este vínculo ingresó a la base naval y en la noche los ajustició. El móvil fue vender las armas en el mercado negro y poder comerse un asado.

Azul oficial

En esa misma semana fue aprobada en Cámara de Senadores la Ley de Urgente Consideración (LUC). Un compendio de casi 500 artículos donde se establece un shock de ajuste que beneficia a los sectores económicos y de poder concentrados, y a la vez vuelve paupérrimas las condiciones de vida de las grandes mayorías.

La próxima etapa para la aprobación de la ley es en Cámara de Diputados donde la coalición de gobierno posee también mayoría parlamentaria.

El primer cambio fue en el artículo 26 del Código Penal sobre la legítima defensa. Luego de 4 horas de discusión se saldó la misma con que la propiedad está por encima de la vida. Eso lo ratificó una senadora del partido nacional en su alocución en el parlamento.

“Las propuestas sobre el accionar policial contenidas en la ley de urgente consideración (LUC) restringen derechos de las personas, otorgan a la Policía licencia para reprimir impunemente y violentan principios del proceso penal. Algunas propuestas formuladas son, además, inconstitucionales”, sentencia el abogado Oscar López Goldaracena.

La central única de trabajadores Pit-Cnt, rechaza la LUC “porque no toma en cuenta nada de los problemas actuales del pueblo” según las palabras del presidente de la central. Uno de los problemas que más acucian al pueblo por ejemplo es que el Gobierno planteó pérdida de salario real por un año hasta que se recupere la economía.

Blanco censura

En la cámara de diputados, la primera vez electa Verónica Matto del 18A, movimiento ligado al Partido Comunista del Uruguay, mientras tenía el turno de la palabra y comentaba los obstáculos que han sorteado las mujeres en distintos ámbitos y que en el parlamento justamente muchas veces no eran escuchadas; el presidente de Cámara, Martín Lema del Partido Nacional, la censuró en su alocución.

El argumento fue que él no debía avalar que por ser mujer no fueran escuchadas, y por eso, entendió que lo mejor era callarla y espetarle que estaba realizando “expresiones hirientes”. “Me gusta cuando callas…”, decía el poeta.

Por si faltaba poco, el líder del Partido Ecologista, Cesar Vega, tomó partido por el diputado Lema. Vega que se mostraba crítico con el Frente Amplio y lo intentaba “correr por izquierda”, en los últimos meses ha expresado públicamente propuestas de mano dura, castración química para los violadores, trabajo forzosos para los presidiarios y mensajes que rozan lo misógino con respecto al feminismo. Brotes verdes de ecofascismo en Uruguay.

Verde humor

:En los últimos quince días se dio un brote de contagio de COVD-19 en el departamento nordestino de Rivera limítrofe con Brasil. Hasta allí fue el Presidente de la República y estuvo en contacto con contagiados, por lo que se le debió realizar el test para saber si había contraído coronavirus. El mismo dio negativo y parece que la “novela” Rivera estaba saldada, pero no.

Este departamento es uno de los más conservadores de nuestro país. Bastión del Partido Colorado por décadas y décadas donde conserva su única Intendencia. En las últimas elecciones el partido de ultraderecha Cabildo Abierto ganó las elecciones, el Partido Colorado salió segundo, el Partido Nacional tercero y cuarto el Frente Amplio.

En “La mesa de los galanes”, uno de los programas radiales de más audiencia, un personaje humorístico llamado “Campiglia”, realizó una canción sobre el departamento de Rivera. El punto no es si causaba gracia o no, la cuestión es que les resultó sumamente ofensiva a los riverenses y denunciaron penalmente por incitación al odio y apología del delito, a todos los integrantes del programa.

Pero esto no quedó aquí, varios políticos del oficialismo aprovecharon el momento para asociar a los conductores al Frente Amplio, para crear una grieta entre la capital y el interior y además para realizar un tiro por elevación al carnaval montevideano, ya que el humorista que interpreta a “Campiglia” es integrante de una de las murgas más famosas “Agarrate Catalina”.

Esto que parece una disputa doméstica entre departamentos ha mostrado el encono (nuevamente) de los sectores de la derecha para con la fiesta máxima popular que es el Carnaval. No es de sospechar su futura desfinanciación por parte del Estado y un boicot por parte de la derecha social.

Este hecho puntual abre el abanico sobre temas tan extensos como la libertad de expresión, los límites del humor y los medios de comunicación. Esta disputa sacó a la luz el debate entre la moral progresista, políticamente correcta y superficial, versus lo políticamente incorrecto, la reacción, el conservadurismo. El progresismo con sus cambios de barniz a este sistema le ha allanado el camino al humor fascista que se respira en el aire. Los que fueron señalados por el progresismo hoy se suman al bando de los dinosaurios.

Tan importante es lo que se dice como lo que se calla. Rivera lleva en lo que va del año 39 imputados por delitos de abuso sexual contra menores. Pero el indignómetro parece que mide similar al rating.

Ocre – OEA

Como corolario, además del apoyo explícito del oficialismo para con el Secretario General de la OEA, Luis Almagro; se envió a Washington “Turco” Abdala como embajador uruguayo de dicho organismo. Abdala es un personaje de la derecha más rancia y conservadora, devenido en standapero y panelista de televisión porque su escasa cantidad de votos lo alejaron del parlamento.

Hoy vuelve al ruedo y el otrora “soldado batllista” seguirá las órdenes del que sigue las órdenes de la Casa Blanca. Un opaco futuro para Latinoamérica.

La paleta

 Un círculo cromático que se cierra para los reclamos de los sectores populares, un Frente Amplio descolorido que se le han desteñido varias banderas históricas. Mientras, el regocijo de los de arriba se traduce en verdes dólares y si este ajuste no alcanza, y si hay que sacar pluma por pluma, como diría Sanguinetti, los liberales siempre tienen a mano a las botas verde oliva para llamar al orden.


Publicado originalmente en estrategia.la

* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional 
de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista
asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
¿”Nueva normalidad”? Psicología de la pandemia

¿”Nueva normalidad”? Psicología de la pandemia

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

Por Nicolás Centurión*

Cuareim y La Paz. Dos calles del centro de Montevideo que se cruzan y en su esquina un nuevo mural capta la atención de los transeúntes por las luces de un bar. La imagen es la de una señora de tercera edad con un barbijo. “El mundo ya no va a ser el mismo. Esa nueva normalidad, la estamos probando en base a estudios científicos”, indicó el presidente uruguayo Lacalle Pou en conferencia de prensa el 16 de abril.

Nueva normalidad. Concepto que al otro día recorrió todos los medios de comunicación. Los diarios afines ya se hicieron eco del mismo y lo adoptaron a modo de slogan. Algo a lo que hay que acostumbrarse y listo.

Pero, ¿qué es lo normal? ¿quién define lo que es normal? ¿y lo anormal? En el imaginario social, como diría Castoriadis, se piensa que lo normal es lo que define lo anormal. En realidad es a través de lo anormal como definimos lo normal: sólo por la anormalidad sabemos qué es normal. Por lo tanto, aunque la anormalidad sea excluida y supuestamente ocultada, la gente que permanece, la gente normal, se dedica a estudiarla e interrogarla de manera incesante y obsesiva.

El psicólogo, nos habla sobre los locos, el médico sobre los enfermos, el criminólogo habla sobre los criminales, pero nunca escucharíamos a los últimos hablar sobre los primeros. Lo que tienen que decir ha sido decretado de antemano como irrelevante, dado que por definición carecen de saber (y esta es justamente la clave para no otorgarles ningún poder).

El estudio de la anormalidad constituye una de la vías principales a través de la cual se establecen las relaciones de poder en la sociedad. Cuando se define una anormalidad con su correspondiente norma, siempre, de una manera u otra, es la persona normal la que tiene el poder sobre la anormal, siguiendo a Foucault.

La nueva normalidad que plantea el presidente uruguayo, se alinea con los poderes concentrados de la derecha continental y mundial. Pero pierden de vista que el centro gravitacional del mundo ya no es Estados Unidos sino que se está corriendo hacia China.

Esta nueva normalidad de nuevo tiene poco y más bien son los 90 con barbijo y distanciamiento social. El sueño húmedo de la oligarquía criolla, que las organizaciones populares no puedan aglomerarse ni manifestarse. La imaginación política será fundamental para poder transitar esta realidad con nuevos obstáculos, como si las organizaciones políticas y sociales tuvieran pocos.

El otro, nosotros, el virus

Hoy el otro es el enemigo. El otro no es la patria, es un agente de contagio. Alguien que nos puede enfermar y matar sin intención. Nosotros lo mismo, potenciales contagiantes.

La amenaza ya no está tan estereotipada, aunque el racismo estructural de este sistema no se lava de un día al otro. Ya no son solo los negros, los pobres, los marginales, los extranjeros, los subversivos. Hoy somos todos amenaza y amenazados. El otro es la barrera y en la atomización social, los de siempre amasan fortunas desde su auto-aislamiento económico.

Allí surge el ecofascismo. Grupos que plantean que el virus es el ser humano y no el COVID-19. Si se plantea que el virus es el ser humano y no el sistema, entonces lo que hay que eliminar es al ser humano. Pero no a todos, porque sería autoeliminación. Entonces a determinada cantidad de seres humanos en nombre de la sobrepoblación.

Quizá no se sepa un número en concreto pero quiénes deciden quienes mueren o no. ¿Los que más consumen, los que más contaminan, los que destruyen ecosistemas? ¿O en realidad siempre terminan definiendo los “normales” a los que ellos consideran “anormales”? Entonces en nombre de la ecología el fascismo se camufla de verde reciclaje y siembra su semilla de odio.

Siglo corto, siglo largo, siglo viral

Las farmacéuticas opulentas aumentan sus arcas mientras un sin techo gasta las pocas monedas que tiene en un barbijo porque no puede ingresar al supermercado para comprar alimentos sino no come.

Un predicador apunta con su dedo hacia el cielo y con la otra mano hacia al piso señalando un número de cuenta para que le transfieran el diezmo. Una nueva tribu olvidada del Amazonas es arrasada por la aplanadora del progreso. Otro preso mira por la ventana de su celda ansiando libertad. Un trabajador mira por la ventana de su oficina ansiando libertad.

En esta nueva etapa mundial se encuentran en una esquina plena de cámaras: Foucault, Orwell y Huxley. El big data toma el té con el 5G mientras esperan a la Inteligencia Artificial. Los brazaletes biométricos se aprontan para salir a escena. Byung Chul Han y Zizek debaten acaloradamente en un bar mientras pasa Bill Gates por detrás de ellos y se dirige hacia atrás del mostrador. A lo lejos asoma Fukuyama sin que se lo vea, escondido, viendo como la historia sigue pariendo nuevos capítulos.

Si el siglo XX fue un cambalache, como decía el tango, ¿qué nos espera para este siglo XXI?


* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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