Como cada miércoles desde hace más de 30 años, en Plaza Congreso se lleva a cabo el reclamo de las y los jubilados para conseguir una mejora en los haberes jubilatorios y sus condiciones de vida.
“Somos más pueblo
que milicos,
que no se olviden de eso“
– Norma Plá
¿Quién fue Norma Plá?
Argentina, marzo de 1991. Después de dos años en el poder, el gobierno de Carlos Menem anunció frente a todo el pueblo la nueva ley impulsada por el ministro de Economía, Domingo Cavallo, llamada “Convertibilidad”, la cual estableció una paridad fija entre el peso argentino y el dólar estadounidense, conocida también como el “uno a uno”.
Entre las miles de crisis durante el gobierno menemista, se encontraba aquella en la que estaba involucrada la clase pasiva (como se los conoce a las y los jubilados). Mientras que algunos cumplían con la edad necesaria para jubilarse, quienes trabajaron en negro nunca tuvieron los aportes necesarios y otros miles cobraban mucho menos de lo que les correspondía.
Toda está situación de tensión generó que un pequeño grupo se reuniera a protestar frente a la puerta del Ministerio de Economía para reclamar, entre los que se encontraba Norma Beatriz Guilmi de Pla de 59 años de edad. Trabajadora desde los 13 años, se casó y decidió dedicar su vida al cuidado del hogar, pero tras la muerte de su marido en 1990, debió subsistir con una pequeña pensión que no llegaba a los 50 pesos.
Acampó junto a otros cientos de jubilados en Plaza Lavalle frente al Palacio de Tribunales, quienes habían organizado una olla popular para el que la necesitase. Poco después, la policía llegó al lugar para impedirles prender el fuego, pero de igual manera Norma encendió las brasas, y terminó presa.
“No vamos a aflojar, los abuelos tienen que comer. En este lugar van a comer”, declaró Norma una vez que salió en libertad. A partir de ese momento cada miércoles se congregaron más de 200 jubilados a almorzar y cenar, además de cortar la Avenida Rivadavia frente al Congreso.

De esta manera lograron captar la atención de los medios de comunicación, instalando a su vez el reclamo en el debate público, pidiendo una jubilación de $450 pesos/dólares. Gracias a su carisma y personalidad Norma terminó siendo la vocera de los jubilados, en esos momentos era normal verla subida a las columnas del Palacio de Tribunales o trepada a alguna reja.
Logró colarse en el gobierno de la Nación mientras Domingo Cavallo daba explicaciones a una comisión parlamentaria. El ministro, quien se vio acorralado, tuvo que enfrentarse a ella delante de las cámaras, y al escuchar atentamente todo lo que Norma le reclamaba, rompió en llanto logrando de esta manera que ella le dijera una de sus frases más recordadas: “No llore señor ministro, no llore, tenga fuerza para defender a su padre y a todos”.
A pesar de creer en las palabras del ministro, quien le dio la razón a los jubilados, el aumento jamás llegó. En respuesta a esto, además de los acampes, cortes y ollas populares, Norma empezó a organizar choriceadas incluso frente al domicilio del propio Cavallo.
Tras ser detenida por segunda vez al organizar una choriceada frente a la embajada, declaró a las cámaras: “Siempre estoy detenida, pero no por ladrona ni por corrupta, sino por decirle la verdad a estos señores que nos están apaleando constantemente, pero vamos a seguir, somos más pueblo que milicos, que no se olviden de eso”.
Las marchas en la actualidad
Desde hace 34 años que se organizan las marchas de los jubilados todos los miércoles ahora en la Plaza del Congreso, impulsadas y guiadas en los 90 por Norma Plá. Hoy estas marchas son un símbolo de lucha por los derechos y la dignidad.
Con el gobierno de Javier Milei, estas protestas empezaron a tomar fuerza debido al congelamiento de los haberes frente a la mega devaluación del 118% de diciembre de 2023, que significó la transferencia de ingresos más grande de un sector en el PBI argentino para la sostenibilidad del ajuste realizado por dicha gestión. Por si fuese poco, hace semanas se eliminó la moratoria provisional, en un marco donde la tensión con las fuerzas de seguridad escala semana tras semana, debido a que el Protocolo AntiPiquetes no distingue edades para golpear.

En todas las marchas que se han dado en los últimos meses, los jubilados han sido golpeados, rociados por gases lacrimógenos, y reprimidos por parte de la policía a cargo de la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Estas marchas han contado con apoyo de movimientos sociales y sindicales, como la CGT o como los hinchas de varios clubes de fútbol, quienes han decidido respaldar los reclamos de los jubilados.
En concreto, se han reportado abusos en el accionar policial a través del uso indiscriminado de la fuerza que derivó en heridos entre los manifestantes. Ejemplos de ello fueron la jubilada que fue atropellada por un policía en moto o la que fue gaseada después de que les haya dado un bastonazo. También se suma sin dudas el fotógrafo Pablo Grillo, que fue herido por el disparo de un cartucho de gas lacrimógeno que impactó en su cabeza.
Por las marchas de Norma Plá y los jubilados
La lucha por la dignidad y los derechos de los adultos mayores en un contexto de políticas económicas adversas es lo que une estos dos momentos históricos de los reclamos constantes en la Plaza del Congreso.

Norma Plá marcó un hito al ser quien dio visibilidad a las demandas de los jubilados hace más de 30 años frente al Congreso, convirtiendo las calles en escenario de resistencia y reclamo social.
En el mismo sentido, el contexto actual se encuentra tomando un curso similar, impulsado por las medidas enumeradas anteriormente, a lo cual se agrega una capa de complejidad debido a la respuesta de la policía y la cobertura mediática, generando grandes tensiones entre el pueblo y el Gobierno.

En esencia, estas marchas reflejan la persistencia de la lucha histórica, que aunque ha enfrentado diversos contextos y diversos mandatos presidenciales, mantienen como objetivo central la búsqueda incansable de justicia social, dignidad y mejores condiciones de vida para las y los jubilados, quienes históricamente han sido uno de los sectores más atacados de la sociedad.
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