Los huesos que hablan 

Los huesos que hablan 

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Aún después de 40 años, el Equipo Argentino de Antropología Forense sigue identificando cuerpos de víctimas del terrorismo de Estado que afectaron al país entre 1976 y 1983. 

“Siempre vamos a
defender la democracia
porque costó
sangre
Estela de Carlotto 

“El piso de madera está cubierto por diarios y, sobre los diarios, hay un suéter a rayas —roto—, un zapato retorcido como una lengua negra —rígida—, algunas medias. Todo lo demás son huesos. Tibias y fémures, vértebras y cráneos, pelvis, mandíbulas, los dientes, costillas en pedazo”, escribió Leila Guerriero en su artículo titulado “El rastro en los huesos”. La crónica realiza la construcción de un pequeño retrato de los miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense, quienes trabajan en la identificación de desaparecidos durante la dictadura militar argentina.

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) es una organización no gubernamental sin fines de lucro creada en 1984 por iniciativa de las organizaciones de Derechos Humanos, con el objetivo de descubrir lo que sucedió con las personas desaparecidas durante la dictadura militar (1976 – 1983) para restituirlos a sus familias. 

¿Cómo empezó su trabajo? 

Durante la última dictadura cívico militar sucedida en el país, las Fuerzas Armadas desaparecieron a 30.000 personas justificando su accionar bajo la premisa de “restaurar el orden” y “eliminar la subversión”, todo esto bajo el chivo expiatorio de combatir al “comunismo” y proteger al “ser nacional”.

En mayo de 1984, ya en democracia, fueron convocados por las Abuelas de Plaza de Mayo siete miembros de la Asociación Americana por el Avance de la Ciencia para regresar al país. Entre ellos, se encontraba el antropólogo forense Clyde Snow, quien participó en varias exhumaciones bajo el pedido de jueces y familiares de desaparecidos. 

A su vez también llegó para trabajar junto a él, Mary-Claire King, una genetista estadounidense, que impulsó la idea de utilizar la genética dental para identificar desaparecidos, dando así pie para la creación de la Ley 23.511 que conformó el Banco Nacional de Datos Genéticos.

Tras enfrentar a Madres de Plaza de Mayo, quienes cuestionaron al antropólogo de ser un infiltrado de la CIA, lograron convencerlas de dejarlos hacer la exhumación para así identificar un cuerpo en Mar del Plata, perteneciente a Liliana Pereyra, identificación que además fue usada en la declaración del juicio a las juntas.

“Lo  que  estamos  haciendo  —decía  Snow  en  Página/12—  va  a  impedir  a  futuros revisionistas  negar  lo  que  realmente  pasó.  Cada  vez  que  recuperamos  un  esqueleto  de una  persona  joven  con  un  orificio  de  bala  en  la  nuca,  se  hace  más  difícil  venir  con argumentos”.

Para 1987 se inscribieron como una asociación civil sin fines de lucro bajo el nombre de Equipo Argentino de Antropología Forense, con el objetivo de practicar la antropología forense aplicada en los casos de violencia de Estado y los delitos de Lesa Humanidad. De esta manera Snow permaneció en el país hasta 1989 trabajando en las exhumaciones.

En la actualidad, luego de que por muchos años el EAAF no tuviera oficinas propias (alquilaban varios departamentos ubicados en el barrio de Once en la Ciudad de Buenos Aires), residen en oficinas en el predio de la Ex ESMA, cedidas por las Abuelas de Plaza de Mayo, en donde funciona su sede central que lleva el nombre de Clyde Snow.

El Equipo trabajó durante los últimos meses en la identificación y restitución de varios cuerpos, entre los cuales se encontraban René Salustiano Ruíz, Virginia Beatriz Tempone y Antero Daniel Esquivel, quienes habían sido secuestrados durante la última dictadura. También participaron en conferencias sobre la identificación de los migrantes fallecidos.

Desde su fundación hace 40 años, el equipo logró localizar 1.647 restos óseos o registros de homicidios vinculados al terrorismo de Estado en Argentina. Hasta la actualidad han logrado restituir 838 personas desaparecidas. Utilizando técnicas arqueológicas y forenses, lograron identificar los huesos que luego separan en cajas etiquetadas con los nombres de los desaparecidos. 

“Cada caja es una persona. Ahí guardamos los huesos. Todas están etiquetadas con el nombre del cementerio, el número de lote”, declaró hace algunos años Sofía Egaña, investigadora del equipo. 

El EAAF es financiado a través de diversas fuentes, incluyendo donaciones privadas, mayormente de organizaciones internacionales y donantes individuales. Durante el proceso de investigación el equipo trabaja con testigos y familiares de la víctima, luego de que una comisión especial de investigación, un cuerpo internacional como Naciones Unidas o un cuerpo judicial requiera de su asistencia.

Al igual que durante el gobierno de Mauricio Macri (2015 – 2019), actualmente el gobierno de Javier Milei, mediante ajuste fiscal y reducción de fondos destinados a derechos humanos, limitó varios de los proyectos claves del EAAF. A esto se le suman discursos negacionistas sobre la dictadura que han creado mayores tensiones en cuanto a su trabajo.

La identificación de los cuerpos permite a las familias cerrar la búsqueda y poder despedir a sus seres queridos, pero el trabajo del EAAF busca reconstruir lo que le pasó a cada persona desde el momento de su secuestro. Han trabajado en más de 100 cementerios y sitios de entierro clandestinos. Entre sus proyectos más destacados se encuentran la identificación de soldados argentinos caídos en la Guerra de Malvinas o la ayuda en la investigación de crímenes de lesa humanidad en otros países como México y Paraguay.

 

Entre los casos más emblemáticos que marcaron su trayectoria internacional se encuentran las investigaciones de los restos de Ernesto “Che” Guevara en Bolivia, Pablo Neruda y Salvador Allende, sumado a la más reciente; el reconocimiento y restitución de Virginia Tempone en Mar del Plata. 

“En  otra  de  las  fosas  alguien  encuentra  un  suéter  a  rayas,  un  cráneo  con  tres  balazos, redondos como tres bocas de pez: los huesos de mujer son gráciles. Mañana, en un cuarto discreto del barrio de Once, sobre los diarios con noticias de ayer y bajo la luz grumosa de la tarde, se secarán los huesos, el suéter roto, el zapato como una lengua rígida”, se lee hacia el cierre del artículo “El rastro en los huesos”, que permite conocer más sobre el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense. 

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Otro guiño de impunidad: Milei disolvió el ente que busca a los niños apropiados en la dictadura

Otro guiño de impunidad: Milei disolvió el ente que busca a los niños apropiados en la dictadura

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Mediante un decreto, el Gobierno Nacional le puso fin a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad y uno de los argumentos fue que ese tipo de investigaciones corresponden al Poder Ejecutivo. Entre los diferentes repudios, Axel Kicillof condenó al oficialismo por sus “constantes ataques a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia”.

Este miércoles el Gobierno nacional a cargo de por La Libertad Avanza (LLA) decidió, de un plumazo, disolver la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), creada formalmente en 2004 para localizar bebés apropiados por la última dictadura militar. De esta manera, CONADI ya no contará con su Unidad Especial de Investigación (UEI), por lo que no podrá conducir pesquisas ni acceder a los archivos del Estado para contribuir con la búsqueda que las Abuelas de Plaza de Mayo llevan adelante hace 47 años, de manera ininterrumpida.

Mediante el decreto 727/2024 publicado en el Boletín Oficial, que lleva la firma del presidente Javier Milei y del ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, el Gobierno derogó el decreto que le dio origen formal a la Conadi. En los argumentos, el Gobierno planteó que corresponde al Ministerio Público Fiscal llevar adelante este tipo de investigaciones, las cuales quedan fuera de la órbita del Ejecutivo. Con ese criterio, por ejemplo, no habría existido la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (Conadep), creada en 1984 por un decreto del gobierno de Raúl Alfonsín y que elaboró el informe Nunca Más.

Específicamente uno de los objetivos del nuevo decreto es derogar otro decreto, pero de 2004, que había creado la “Unidad Especial de Investigación de la desaparición de niños como consecuencia del accionar del terrorismo de Estado”, que desde entonces funciona bajo la órbita de la Conadi, ésta última creada por la Ley 25.457 de 2001.

El argumento de Milei y Cúneo Libarona para impedir la continuidad de las tareas (eliminando la Unidad Especial de Investigación de la Conadi) es que se le ha dado “a un órgano de la administración nacional facultades de investigación, por iniciativa propia para la individualización de los responsables de posibles hechos criminales”, dándole “potestades que son de estricto resorte legal del Poder Judicial de la Nación y de los fiscales que integran el Ministerio Público Fiscal”.

Casualmente, el escrito lleva las firmas sólo del Presidente y su ministro amigo, algo que no pasa con los decretos en general, ya que suelen llevar las firmas de todo el Gabinete o, en su defecto, de la mayoría de sus miembros.

Asimismo, el oficialismo sostiene en su nuevo decreto que “no tiene sustento constitucional que un organismo dependiente del Poder Ejecutivo Nacional lleve a cabo medidas y tenga prerrogativas de índole jurisdiccional o que correspondan al Ministerio Público Fiscal”. Esto deja a la vista que el cinismo para ellos no tiene límites, ya que es el mismo Gobierno que, para fundamentar su negacionismo de los 30 mil detenidos desaparecidos, se apoya en las cifras de víctimas del terrorismo de Estado recopiladas en el informe Nunca Más.

Además, los gobernantes ultraderechistas en el decreto sostienen: “No puede legitimarse que un órgano establecido por decreto desempeñe funciones que el texto constitucional y, concordantemente con este, el legislador asigna a órganos específicos del Estado Nacional”. 

Sin embargo, lo que no quieren legitimar es que se sigan buscando a más de 400 personas cuyas identidades fueron cambiadas por otras falsas en el mismo momento en que fueron arrancados de los brazos de sus madres y padres; o que nacieron en las maternidades clandestinas de los centros de detención militares, policiales y penitenciarios.

Repudios al unísono

Apenas enterada del nuevo decreto presidencial, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, sostuvo en diálogo con el periodista Ari Lijalad: “Este gobierno está cerrando todas las puertas posibles para seguir haciendo la búsqueda que, por supuesto, es un derecho humano universal”. “Llevamos más de 47 años de lucha, este impedimento es aberrante. No puede ser que se quiera borrar la historia para que no se hable más y se hable de cosas que siempre perjudican a la sociedad”, sentenció Carlotto.

La presidenta de Abuelas aclaró que “la Conadi es importantísima” y recordó que su hija Claudia, tía a la vez de uno de los jóvenes recuperados por Abuelas (hijo de Laura Carlotto, que continúa desaparecida) trabaja allí desde 1993, “ampliando la búsqueda de los desaparecidos pero también de otros niños robados en otras circunstancias”. Para Carlotto, desde LLA “están haciendo cosas para dejar de hablar de los desaparecidos, se burlan con sadismo”.

Por su parte, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires (PBA), Axel Kicillof, expresó: “La eliminación de la CONADI representa un enorme retroceso para nuestra democracia. Otro hecho gravísimo que va en sintonía con los constantes ataques del Gobierno Nacional contra las políticas de Memoria, Verdad y Justicia”.

“Si lo que pretenden con estas provocaciones es borrar la memoria, no van a poder, porque la lucha incansable de las Abuelas de Plaza de Mayo para encontrar a cada uno de los nietos apropiados es también la lucha de todo el pueblo argentino, que dijo de una vez y para siempre que Nunca Más es Nunca Más”, sentenció el dirigente opositor.

En consonancia, el secretario general de ATE Capital, Daniel “Tano” Catalano, sostuvo: “Son claras las prioridades de quienes hoy son gobierno: liberar genocidas, torturadores y secuestradores de identidades. Sepan también que quienes votaron a favor de la ley bases ahora son cómplices de la perversidad de quienes robaron bebés, y de eso no se vuelve”. “A donde vayan los iremos a buscar”, sentenció el militante. 

El Gobierno de La Pampa, mediante la Subsecretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Desarrollo Social, elevó un documento en el cual “lamenta y rechaza” el desmantelamiento de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), “pieza clave en la ayuda recibida por Abuelas de Plaza de Mayo desde el Estado nacional en la búsqueda de los bebés robados durante la dictadura cívico militar”.

Tal pronunciamiento apunta a que con el cierre por un Decreto del Gobierno nacional de la Unidad Especial que depende de la CONADI, “ya no podrá hacer investigaciones ni acceder a los archivos del Estado para ayudar en esta tarea a Abuelas, obstaculizando su tarea”.

Merced a la tarea de Abuelas de Plaza de Mayo y la CONADI”, prosigue, “se pudo encontrar finalmente a la hija de la pampeana Lucía Tartaglia, desaparecida en 1977, la nieta número 125 restituida”. También recordó que “falta saber dónde están los hijos apropiados de los pampeanos Ana María Gutiérrez y Carlos Orzaocoa”.

“Es parte de las consecuencias de la Ley Bases votada en el Congreso de la Nación, una embestida más de este Gobierno al proceso de Memoria, Verdad y Justicia, que aunque se intente desmantelar desde una política de negacionismo y ajuste, es parte integrante de nuestros valores democráticos, una causa popular y una política de Estado del gobierno pampeano” concluye el escrito pampeano.

En paralelo, en redes sociales se generó una fuerte polémica por la doble vara oficialista, ya que aunque se dictaminó la eliminación del CONADI, hasta el momento el Gobierno Nacional no dijo palabra alguna sobre los diputados libertarios que visitaron a genocidas como el exmilitar Alfredo Astiz en la cárcel de Ezeiza.

Por el momento, no se sabe con exactitud todavía qué pasará con las investigaciones que están en marcha, si el gobierno de Milei pretende que se archiven sin más. En tal caso, el responsable es el secretario de Derechos Humanos de la Nación, el exjuez Alberto Baños.

Finalmente, cabe recordar que Abuelas de Plaza de Mayo ya había denunciado la maniobra, ante lo cual la auxiliar fiscal Ana Oberlin pidió preservar el acervo documental que la Conadi produjo a lo largo de décadas. En este marco, el juez federal Ernesto Kreplak dictó una medida cautelar para que el gobierno no ponga en riesgo todo lo trabajado por el organismo.

¿Qué era la Conadi?

La Conadi era el organismo del Poder Ejecutivo encargado de colaborar con Abuelas de Plaza de Mayo en el hallazgo de sus nietos y cuenta con la tarea de rastrear y sistematizar elementos de prueba en los diferentes estamentos del Estado a fin de dar con el paradero de personas que han sido desaparecidas o apropiadas y darles la posibilidad de que recuperen su identidad.

El área inició sus tareas en 1992, para dar cumplimiento a la Convención sobre los Derechos del Niño, que reconocía el derecho a la identidad. Una ley de 2001 ratificó su existencia. Tres años más tarde, en 2004, el entonces presidente Néstor Kirchner firmó un decreto, el 715, mediante el cual se creó una unidad especial de investigación (UEI) dentro de la Conadi y se la facultaba a acceder a todos los archivos en poder del Estado para encontrar a los bebés apropiados.

A través de la Unidad Especial de Investigación creada por el decreto que hoy Milei deroga, trabajando en común con la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños Durante el Terrorismo de Estado de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, se logró la recuperación de identidad de muchas de personas que habían sido secuestradas y su identidad cambiada por los genocidas.


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Comenzó el juicio “Acindar”: la complicidad civil y responsabilidad empresarial en la dictadura

Comenzó el juicio “Acindar”: la complicidad civil y responsabilidad empresarial en la dictadura

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Este lunes el Tribunal Oral Federal 1 de Rosario comenzó a juzgar a 22 acusados por su responsabilidad en los crímenes de lesa humanidad cometidos en la localidad santafesina de Villa Constitución en 1975. Se trata de uno de los múltiples casos de responsabilidad empresarial en crímenes de lesa humanidad cometidos.

Luego de una larga espera y a casi 50 años de los hechos, este lunes comenzó el juicio “Acindar” en el Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) de Rosario en el que se juzgará a 22 acusados por su responsabilidad en los crímenes de lesa humanidad cometidos en la localidad santafesina de Villa Constitución en 1975. La causa cuenta con la participación de más de 400 testigos. Se trata de uno de los tantos casos de complicidad civil y responsabilidad empresarial en crímenes de lesa humanidad cometidos.

El inicio de este juicio histórico, que se demoró más de 10 años, juzgará la responsabilidad civil de estos crímenes. Entre los imputados se encuentran Roberto Pellegrini y Oscar Torralvo, ex directivos de la empresa siderúrgica Acindar, junto a ex miembros del Ejército, de la Policía Federal y provincial y de Prefectura Naval por su responsabilidad en los delitos de privación ilegal de la libertad, tormentos, asociación ilícita y homicidios que tuvieron como víctimas a 67 personas a partir de 1975.

La causa abarca la represión ilegal desatada sobre un amplio arco de trabajadores y trabajadoras, militantes políticos y sindicalistas de la localidad santafesina como respuesta a un creciente activismo político y sindical que vivía la zona. Todo ello desembocó en las protestas y los paros conocidos como el “Villazo” de 1974 y en la llegada de activistas sindicales combativos a la conducción de la UOM local.

Ante tales sucesos el gobierno nacional de facto denunció la supuesta existencia de un “complot subversivo” y desde el 20 de marzo de 1975 llevó adelante una ocupación por fuerzas represivas de la ciudad que apuntó sobre todo a los trabajadores metalúrgicos de Acindar y de las otras fábricas de Villa Constitución.

Según relevó la investigación “Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad” que realizó la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), y el Área de Economía y Tecnología de FLACSO, al menos 18 personas vinculadas a Acindar fueron asesinadas, 8 se encuentran desaparecidas y 69 estuvieron detenidas y luego fueron liberadas.

Además, con el aporte imprescindible de las y los sobrevivientes, durante la investigación se logró probar el rol central que tuvo la empresa en esos crímenes. En este sentido, el ente confeccionó listas de personas a detener, permitió el ingreso de los grupos de tareas a la fábrica para realizar secuestros y aportó información para identificar y ubicar a las víctimas en sus domicilios.

Asimismo, dispuso espacios físicos de la planta para el funcionamiento de un centro clandestino de detención, en el denominado Albergue de Solteros, cedió vehículos y viviendas para las fuerzas represivas y abonó un sobresueldo a las fuerzas de seguridad.

Cristina Monterrubianesi era maestra y alfabetizadora, militó en la Juventud Peronista desde donde apoyó la lucha de los trabajadores de Acindar y de la UOM local. En diálogo con Tiempo sostuvo: “Fui detenida el mismo 20 de marzo del 75 junto con los compañeros de la UOM y algunos militantes de algunas organizaciones políticas”.

“Nos llevaron a la policía de Villa Constitución, de ahí parte una caravana a la delegación Rosario de la Policía Federal, donde estuve hasta septiembre de 1975. De ahí nos llevaron a la jefatura de la policía provincial, al subsuelo, y a fines de 1975 a la Cárcel de Devoto”, reconstruyó la sobreviviente que recuperó la libertad a fines de 1978.

Por su parte, Jorge Martín que trabajó en la mutual de la Unión Ferroviaria y militó junto a su hermana, un año menor, en la Federación Juvenil Comunista fue secuestrado en su casa el 20 de junio de 1975. “Mi hermana venía de la facultad con otros compañeros, la detiene un piquete en la puerta de Acindar, revisan el auto y encontraron documentación de los fondos y mercancía que juntábamos para los presos. Los detuvieron y luego fueron a allanar mi casa y me detuvieron también. Nos llevaron a los dos a Acindar, nos torturaron y sufrimos simulacros de fusilamiento”, recordó Jorge. Además reconoció entre sus captores a Aníbal Gordon miembro de la SIDE, quien ordenó que los blanquearan.

Luego de unos días en el “Albergue de Solteros”, fue trasladado a la sede de Prefectura de Rosario, donde permaneció en una celda solo durante más de un año y medio. Martin destacó: “Tuvimos la suerte de salir vivos, pero cuántos han muerto o desaparecido”.

Monterrubianesi y Martin son querellantes en el juicio y ambos cuestionan que la causa haya demorado tantos años en llegar a debate, lo que implicó la muerte de víctimas y victimarios. “Tengo muchos sentimientos encontrados porque después de tantos años sufrimos la pérdida de muchos que no van a estar presentes”, destacó Martín, cuya hermana murió en 2013, y agregó: “Sólo nos quedan dos imputados de Acindar y tienen edad muy avanzada. Esperemos que sobrevivan para que puedan recibir la condena que se merecen”.

“No está en nuestro ánimo la venganza sino la memoria que tuvimos durante casi 50 años”, manifestó Cristina, que también lamentó las ausencias “porque no van a poder ver que hemos llegado al lugar por el que siempre luchamos”.

Cabe recordar que hasta 1976, la siderúrgica estuvo presidida por José Alfredo Martínez de Hoz, que luego fue designado ministro de Economía por la dictadura, y su lugar en el directorio fue ocupado por el general Alcides López Aufranc.

Los dos imputados civiles, Pellegrini, ex jefe de relaciones laborales de la siderúrgica, y Torralvo, empleado jerárquico, son los únicos responsables empresariales que llegaron a juicio oral. Muchos han sido los testimonios que los mencionan como los nexos directos entre la empresa y las fuerzas represivas. Si bien hubieron otros posibles imputados civiles, estos fallecieron antes de que el proceso judicial avance respecto a su responsabilidad o fueron apartados por problemas de salud, esto sin dudas demuestra la resistencia que tiene el poder judicial a investigar estos casos.

En tanto el resto de los acusados son ex militares del Batallón de Ingenieros de Combate 101 de San Nicolás, sede del Área Militar 132; ex integrantes de la Prefectura Naval de Rosario y de Villa Constitución y ex policías de la Provincia de Santa Fe y de la Guardia Rural Los Pumas; y ex miembros de la Policía Federal de la Delegación Rosario y de la Dirección General del Interior.

El avance de las causas por responsabilidad empresarial en crímenes de lesa humanidad son una prioridad para la Secretaría de Derechos Humanos. Principalmente al tratarse de actores civiles y económicos, ya que son los que mayor resistencia generan en el Poder Judicial y los que más demoras registran. Es por ello que se les dio un fuerte impulso en todo el país para evitar que haya impunidad y para que las víctimas puedan conocer la verdad, puedan acceder a la justicia y reparación en un plazo razonable.

Finalmente se dio a conocer que la audiencia se realizará de manera presencial en la sala del TOF 1, en el primer piso de Oroño 940, y se podrá seguir en vivo mediante el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=JZBvrp1tpNQ. Desde la vuelta de la democracia, ya fueron condenados por su participación en el terrorismo de Estado 1200 genocidas. Para más información, podes ingresar a juiciosdelesahumanidad.ar.

17 años sin Jorge Julio López: seguir reconstruyendo la verdad

17 años sin Jorge Julio López: seguir reconstruyendo la verdad

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El 18 de septiembre de 2006 Jorge Julio López fue desaparecido por segunda vez en la antesala del juicio a Miguel Etchecolaz, uno de sus represores y torturadores durante su primera desaparición forzada en la última dictadura cívica, eclesiástica y militar. A 17 años, la coyuntura exige más que nunca mantener la memoria viva.

La vida de Jorge Julio López sin dudas -no solo- encarna una de los ejemplos más explícitos de lo que fue el cruento proceder de la última dictadura entre los años 1976 y 1983, sino que además da cuenta de la estructura de poder que existió, y que logró perdurar incluso hasta en los años más complicados para los genocidas y ex funcionarios dictatoriales, donde sus crímenes fueron fehacientemente condenados, tanto a nivel judicial como social. Que Jorge Julio López haya desparecido un 18 de septiembre de 2006, camino a los alegatos de uno de los más viles secuestradores y torturadores, llamado Miguel Etchecolaz, explica como incluso en las mayores sombras, estas estructuras siguieron teniendo poder de acción.

La historia y vida política de López se remonta al primer contexto histórico de censura hacia el Movimiento Justicialista nacido al calor de la revolución de trabajadores del 45, cuando, diez años después, la autodenominada Revolución Libertadora derrocó al presidente elegido por el voto popular, Juan Domingo Perón, y persiguió a toda su estructura militante. Por aquellos años se estima que aún López no tenía ninguna vinculación directa con estos armados, pero aun así dejó su pueblo natal de General Villegas (donde existía una alta persecución a militantes peronistas) para recluirse en Los Hornos, barrio perteneciente a la Ciudad de La Plata, donde comenzó a trabajar de albañil.

Lamentablemente, este barrio sería uno de los apuntados por las fuerzas armadas en su tercer y definitivo ataque hacia el peronismo y los grupos de izquierda. La Revolución Libertadora fue la primera versión, mientras que, pasados dos gobiernos de semi democracia (con el Partido Justicialista proscripto), la Revolución Argentina tomó el poder pero poco tiempo después perdió el terreno y tras 18 años el general Juan Domingo Perón pudo regresar al país, y con él, el sueño de la definitiva independencia. Allí es donde López comenzó a militar activamente en la unidad básica Juan Pablo Maestre, ubicada a pocas cuadras de su casa en Los Hornos.

El 24 de marzo de 1976 el denominado Proceso de Reorganización Nacional utilizó como excusa el violento contexto socio político y realizó un golpe de Estado, en busca de ir a fondo con su tercer y más dura etapa de su plan original: la eliminación del otro.  El 27 de octubre de ese mismo año fue el turno del barrio donde residía López, donde las Fuerzas Armadas actuaron en la madrugada con el objetivo de secuestrar a toda la militancia del territorio, entre ellos el propio Julio. La organización del operativo clandestino estuvo a cargo de Miguel Etchecolaz que dirigía los 21 centros de detención de la Provincia de Buenos Aires. Desde allí, López pasó detenido por los centros de Cuatrerismo, Pozo de Arana, la Comisaría Quinta y la Comisaría Octava, donde sufrió torturas y presenció asesinatos como el de sus compañeros, Ambrosio Francisco de Marco y Patricia Dell’Orto.  Lo que diferencio a López de otros detenidos es la declaración y blanqueo de su detención el 4 de abril de 1977, que lo protegía del destino de los clandestinos. De esta manera los “altos mando” debían dar explicaciones sobre su cuerpo. El 25 de junio de 1979 fue dado en libertad, corriendo una suerte distinta a la de sus compañeros, solo por aquel momento.

SI bien la herida es gigante y el miedo paraliza, López nunca se detuvo en su misión, y le hizo frente a lo que consideraba su deber a la hora de condenar al represor Etchecolaz. En 1999, luego de retomar su antiguo trabajo como albañil, el sobreviviente a la maquinaria más grande de tortura y asesinato declaró por primera vez en el juicio por la Verdad de La Plata, sin que su familia se enterase. En aquel momento regían las leyes de Obediencia Debida y Punto Final dictadas en los dos mandatos anteriores, que protegían en gran medida a los represores, por lo que esta acción era de gran peligro para López. Sin embargo, durante el gobierno de Néstor Kirchner sendas leyes fueron declaradas nulas, por lo que la causa contra Etchecolaz y otros represores fueron nuevamente abiertas.

El 28 de junio de 2006 López declaró por primera vez en el marco del juicio contra Etchecolaz, y tres meses más tarde, cuando se realizarían los alegatos, desapareció de camino al Tribunal, sin obtener más información hasta el día presente. Al día siguiente Etchecolaz fue condenado a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad.

A 17 años de este suceso, en un contexto socio político donde una discusión que parecía asentada vuelve a reflotar mediante sectores negacionistas, Radio Trinchera dialogó con Rubén López, hijo de Julio, quien reflexionó: “En estos tiempos políticos donde hay gente que reivindica la dictadura parece que más que nunca tenemos que comunicar lo que pasó y lo que hemos vivido”.

“Me encuentro ocupado en seguir difundiendo lo que pasó con mi viejo y preocupado por el contexto político que estamos viviendo, y me pasa lo mismo que me pasa todos los días, porque todos los días nos falta mi viejo”, explicó López y siguió: “Este intento de reabrir un debate que esta saldado como el de Memoria Verdad y Justicia, llevado a cabo por estos personajes pro dictadura, esta vez es explícito. Por suerte, al ser tan sinceros, la sociedad va a terminar de entender que significan estos conceptos”.

Al ser consultado sobre cómo avanza la investigación, López respondió: “La carátula sigue igual, no hubo avances en casi 17 años, más allá de sospechas. El juicio a Etchecolaz fue sobre la base de hechos realizados en dictadura, y lamentablemente la situación de mi viejo pasa a un segundo plano en ese sentido, por lo cual aún no sabemos nada”.

Sin embargo, el hijo de quien en vida militó por la memoria, la verdad y la justicia tiene en claro el horizonte a trazar más allá de lo que la justicia resuelva o no: “Hay que seguir construyendo un relato basado en la reconstrucción de la verdad, que le siga llegando a los jóvenes, y que siga manteniendo la memoria viva, porque la discusión nunca esta saldada”. En este sentido, cabe destacar que durante esta jornada, en conmemoración a la causa, se estrenará el primer capítulo del microdocumental titulado “Arana sin olvido”, realizado por la Universidad de La Plata, que relata el cautiverio de López, en referencia a Pozo de Arana, donde permaneció detenido. Además, el martes 19 se realizará un acto y una pintada de un mural en la facultad de Humanidades organizado por el Centro de Estudiantes, Agrupación Uturuncos, con la participación de Rubén.

“Yo no les digo donde tienen que militar a los chicos, pero les digo que militen. Política hacemos siempre, y me parece que esta es la manera de que los jóvenes tengan las herramientas para saber que en estos centros clandestinos se torturaba y asesinaba gente, y evitar que esto vuelva a pasar”, concluyó López hijo.

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