Creció la brecha de precios entre el campo y la góndola

Creció la brecha de precios entre el campo y la góndola

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Por los 24 productos agropecuarios que componen la canasta IPOD, en mayo el consumidor pagó 3,53 veces más de los que recibió el productor en la tranquera de su campo.

El informe del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), que elaboró el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), destaca que por los 24 productos agropecuarios que componen la canasta IPOD, el consumidor pagó 3,53 veces más de los que recibió el productor en la tranquera de su campo. El deterioro parte de bajas en los precios pagados a los productores de cebolla, naranja, calabaza y mandarina, que en algunos casos se combinaron con aumentos al consumidor.

El IPOD es un indicador elaborado por el sector de Economías Regionales de CAME para medir las distorsiones que suelen multiplicar por varias veces los precios de los productos agropecuarios, desde que salen del campo hasta que llegan al consumidor. Estas distorsiones son muy dispares según producto, región, forma de comercialización y época del año.

En general, las diferencias se deben a un conjunto de comportamientos. Por un lado, los especulativos, adoptados por diferentes actores de la cadena de valor que abusan de su posición dominante en el mercado (básicamente, los hipermercados, los galpones de empaque y cámaras de frío). Por el otro, factores tales como la estacionalidad, que afectan a determinados productos en algunas épocas del año, las adversidades agroclimáticas, y los costos de almacenamiento/acopio y transporte, entre otros. 

La diferencia origen-destino indica la cantidad de veces que aumenta el precio del producto desde su salida del campo hasta su comercialización en góndola. El relevamiento para elaborar el IPOD de mayo se realizó durante la segunda quincena del mes, con una cobertura geográfica nacional.

Con respecto a los productos agropecuarios, el informe resalta que la diferencia entre el precio que se le pagó al productor y el que abonó el consumidor en góndola (brecha entre precio de origen y destino) aumentó un siete por ciento en comparación al mes anterior. El 58,3% de los agroalimentos medidos aumentaron sus brechas entre origen y destino, mientras que el 41,7% restante registró una baja. Cebolla y naranja fueron los productos con mayor variación mensual, mientras que la menor se produjo en frutilla y limón.

Para el 54,2% de los productos agropecuarios relevados, los precios en los comercios de cercanía fueron menores a los importes que ofrecieron los hipermercados. En promedio, la participación del productor en el precio final de venta de los 24 agroalimentos de la canasta IPOD fue tan solo del 25,9%, convirtiéndose en la más baja del año.

La brecha en los productos frutihortícolas subió 17,4% en mayo, ya que del campo a la góndola, los precios de las frutas y hortalizas se multiplicaron por 6,23, registrándose la brecha más alta del año. Mientras tanto en los ganaderos bajó 0,03%. Aun así, el consumidor abonó 2,62 veces más de lo que recibió el productor.

En mayo, la mayor brecha entre precio de origen y destino la tuvo nuevamente el limón, en la que el consumidor pagó 14,42 veces más de lo que cobró el productor. Le siguieron la naranja (13,65 veces), el zapallito (10,31 veces) y la mandarina, con una diferencia de 10,3. Mientras que los productos con menores brechas, en tanto, fueron: huevos (1,9), pollo (2,12), frutilla (2,14 veces), acelga (2,63) y leche (2,84).

En mayo, 14 productos registraron subas en sus brechas, mientras que 10 presentaron bajas. Estas variaciones marcaron el aumento mensual del siete por ciento en las diferencias promedio de los 24 agroalimentos relevados.

El IPOD cebolla subió 96,8% y fue el producto con mayor incremento en su brecha en mayo. El aumento mensual se explica por una caída de 32,8% en el desembolso al productor y una suba de 32,3% en los precios al consumidor. También subió un 58,2% el IPOD naranja, con caídas de 4,6% en los precios al consumidor y de 39,7% en los pagos al productor. Los menores montos en origen, de acuerdo a lo informado por los productores, se debe a la menor demanda y lo poco que se vende.

Sartori: “Vemos un gran compromiso del presidente Fernández con la economía popular”

Sartori: “Vemos un gran compromiso del presidente Fernández con la economía popular”

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

El presidente de la Cámara Argentina de Productores de la Economía Popular (Capep), Germán Sartori, afirmó que esa entidad buscará “equilibrar las desigualdades” en el derecho a la producción en la Argentina y destacó el apoyo del Gobierno, pero pidió que se agilicen los trámites legales y administrativos para formalizar las unidades productivas.

Vemos un gran compromiso del presidente Alberto Fernández” con los sectores de la economía popular, dijo.

Dirigentes de diversos sectores, como cooperativistas, pequeños empresarios y movimientos sociales, encabezaron el lanzamiento de la Capep, que busca insertarse definitivamente en el mercado con iniciativas tendientes a la generación de trabajo genuino y el fortalecimiento de la producción nacional.

La Capep será una herramienta muy importante para los sectores de la economía popular porque estamos peleando por el derecho a la producción en la Argentina para equilibrar las desigualdades a la hora de proyectar a futuro nuestras unidades productivas“, destacó Sartori.

Añadió que “todo trabajador y trabajadora o grupos de trabajadores que se sientan parte de la Economía Popular pueden ser parte” de esa organización y destacó que ese amplio espectro de la economía abarca de seis a siete millones de personas.

¿Creen que con las políticas que lleva adelante el gobierno de Alberto Fernández va a potenciar el rol de la cámara de la Economía Popular?

Hemos sentido un gran respaldo del Gobierno Nacional. En realidad de todos los sectores, el público y el privado, representados en el lanzamiento de Capep, han mostrado su decisión de empujar y colaborar en el armado de este camino. En realidad estamos con muy buenas expectativas según las palabras de los funcionarios del Gobierno Nacional, de ponernos codo a codo y trabajar fuerte en todo el país en la generación de trabajo digno. Vemos un gran compromiso del presidente Alberto Fernández y del Gobierno Nacional en este largo camino, entendiendo también que no somos el único sector económico y político en la Argentina, pero sin dudas que nos sentimos valorados por el presidente de la Nación.

¿Cómo ha sido el lanzamiento de la Capep?

Fue un hecho muy importante, no para la Cámara en sí sino para todo lo que hace a la economía popular en la Argentina. Desde algunos años venimos logrando reconocimientos. Las y los trabajadores de la economía popular fueron generando leyes; generando reconocimiento por parte del Estado a través del Renatep (el Registro de Trabajadores de la Economía Popular), todos esos derechos que se fueron adquiriendo como trabajadores y trabajadoras, junto a su gremio que es la UTEP, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, que ya forma parte de las discusiones del Consejo del Salario. Todo esto lo tomamos como parte de un reconocimiento al sector de la economía popular. Y nos empezamos a plantear que las asociaciones de esos trabajadores y trabajadoras, las cooperativas, las empresas recuperadas, los núcleos agrarios de la agricultura familiar, todas aquellas unidades productivas, tenían, tienen y van a seguir teniendo problemas para desarrollar su proyecto productivo…

¿Para qué sirve hoy una cámara como la Capep?

Para justamente solucionar esos problemas que enumeraba. Problemas que existen en todo el país para poder laburar y producir, son problemas que no son solo de una unidad productiva o una cooperativa, son problemas generales que se le plantea hoy a la economía popular. Entonces esta Cámara nace para resolver esos problemas, poniendo en agenda el derecho a producir en la Argentina, pero hay asimetrías estructurales que no permiten la economía popular se desarrolle.

“Hay asimetrías estructurales que no permiten la economía popular se desarrolle”.

Germán Sartori
¿Los problemas son administrativos, legales, de logística?

Hay de todo tipo. El principal problema que tiene una unidad productiva es su formalización. Poder conformarse en Cooperativa para tener acceso al crédito o inscribirse en cuestiones de capacitación es engorroso, es difícil. Es la primera barrera formal que hoy tenemos y lo que termina haciendo es marginar para que esos proyectos de trabajo y de producción se desarrollen. Después aparecen problemas que hacen al cómo se vende lo que cada uno produce, cómo se comercializa; qué logística se usará. Cómo hacer para trabajar y vender lo producido si no tenés papeles, si no hay certificaciones de los productos. Es importante avanzar en todos estos aspectos para que el trabajo y la producción se puedan desarrollar en todo el país.

¿Quiénes pueden participar de la Capep?

Toda microempresa, cooperativa, asociación de trabajadores y trabajadoras pueden participar con su producción; también cuentapropistas, el que labura solo. Y los hay de todos los rubros que van desde empresas recuperadas, unidades productivas familiares de alimentos agroecológicos, cooperativas de liberados (ex presos), trabajadores del reciclado o de la cosmética natural. Cualquiera que se sienta parte de la Economía Popular puede formar parte de esta Cámara, obvio no aceptamos grandes empresas. Es un muy amplio abanico de sectores representados. La economía popular es tan vasta como la economía nacional en lo que hace a rubros. No hay rubro de la economía nacional donde no haya un componente en la cadena de valor de la economía popular.

“Todo trabajador y trabajadora o grupos de trabajadores que se sientan parte de la Economía Popular pueden ser parte” de Capep.

Germán Sartori
¿Cuántas entidades productivas están representadas en la Capep?

No hay un número exacto porque día a día se suman otras organizaciones o núcleos productivos de todo el país. Hicimos que el acto de lanzamiento de la Capep se transforme en una gran convocatoria para el sector de la economía popular de todo el país. Se estima sí es que hay entre 6 y 7 millones de trabajadores y trabajadoras de la economía popular a nivel país. Aspiramos a representar a todo ese continente laboral argentino y lo que fuimos logrando, a partir del acto de lanzamiento, es el reconocimiento por parte del Gobierno Nacional y del sector privado, como interlocutor muy fuerte, donde participaron cuatro ministros nacionales, secretarios de Estado; el sector privado y la UIA y la Fundación Idea. El reconocimiento hacia Capep empieza a caminar y a discutir estas necesidades y urgencias que son de la economía argentina.

Artículo publicado originalmente en Agencia Telam

Marcelo Cena
Marcelo Cena

Trabajador de Prensa en diversos medios. Militante de la vida Peronista. No soy neutral.

El campo que siembra miedo

El campo que siembra miedo

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Como cualquier martes, Juan Carlos “Don Cheta” González, con la intención de llevar a pastar a sus vacas, se acercó a su terreno de cuatro hectáreas en la localidad de El Cevilar, al este de la provincia de Tucumán. Una vez allí se encontró con tres personas, dos estaban alambrando el terreno y el tercero era Carlos Fortunato Flores. Ante la confusa situación, este último le gritó a Don Cheta que las tierras ya no le pertenecían, acto seguido sacó un arma y le disparó. Don Cheta cayó del caballo y Flores se acercó para rematarlo de dos tiros más.

El martes 15 de septiembre ya no era como solían ser los martes habituales, pero Don Cheta tampoco había sido parte de un hecho único y diferente, puede llamarse como quiera, menos un caso aislado.

No es un caso aislado

Una vecina avisó a la familia que en el terreno se encontraba un hombre tirado, cuando uno de los hijos se acercó al lugar se pudo constatar que efectivamente era Don Cheta. La policía ya se encontraba en el lugar.

Del otro lado de la escena, Flores fue a la comisaría de la localidad a declarar. Dijo que fue en defensa propia pero la excusa se cayó sola al no encontrar ningún arma en poder de Don Cheta, ni ningún signo de violencia en su cuerpo. A pesar de haber confesado el asesinato se lo mantiene en prisión preventiva en la casa de su sobrina en Horco Molle, Yerba Buena, a las afueras de San Miguel de Tucumán.

Carlos Fortunato Flores tampoco fue un caso aislado. Carlos Fortunato Flores es un ex policía, con antecedentes penales por intentos de homicidio y robos, también conocido por amenazar a campesines y a sus familias para quedarse con sus tierras y alquilarlas a sojeros. Se entiende que no es un caso aislado porque es una situación recurrente a lo largo y ancho del país que sufren les pequeñes productores.

Aunque, como supimos ver en un 25 de mayo en Cañuelas, no solo son los pequeñes productores les que sufren esta fortuna. Alex Campo era un pibe de 16 años que buscaba liebres para cazar con dos amigos. Rodolfo Sánchez, dueño del campo en donde el grupo de amigos se encontraba, impactó a Alex con su vehículo, causándole su muerte. Cuando llamó al 911 dijo que habían entrado al terreno para robar.

Si bien existen diferencias entre ambos casos, hay un factor que los une: la impunidad de la oligarquía agropecuaria cuyo trono está manchado de sangre, pero patentado en millones.

Trabajadores de la Tierra

Don Cheta pertenecía a la base La Tala de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) en Tucumán. Desde la organización denunciaron el hecho desde el primer instante, piden justicia por él y por todes les que son asesinades y/o violentados por grandes terratenientes y empresaries por el simple hecho de defender sus tierras y producciones.

A su denuncia se le agrega la exigencia de una Ley de Acceso a la Tierra, proyecto que la organización presentó el mes pasado, para que el ser un pequeño productor sea posible y que no conlleve ningún tipo de riesgo.

“La tierra en manos campesinas significa alimentos sanos y a precios justos, cuidado de los animales, protección del monte, del bosque, del río y de la biodiversidad. Cuando matan a un campesino o una campesina, todo nuestro pueblo retrocede y nos vamos alejando de nuestra soberanía alimentaria. Sólo ganan unos pocos, los que concentran la tierra y especulan con los alimentos, las empresas transnacionales y sus socios locales, y la clase política, judicial y policial que trabaja para ellos. Cuando matan a un campesino o una campesina, todos y todas nos morimos un poquito” denuncia la UTT a través de sus redes sociales.

La distribución justa de tierras junto a leyes como la Ley de Acceso a la Tierra y el constante diálogo con organizaciones campesinas, demuestra que la problemática comenzó a discutirse dentro de la agenda política del gobierno de turno. Es hora de que el sector campesino sea escuchado.

El campo que nos alimenta

A comienzos de año, incluso antes de que el COVID-19 atente contra nuestras vidas, el gobierno nacional decidió aumentar tres puntos las retenciones al campo, al campo de los grandes terratenientes. El hecho generó gran catarsis y llevó a que desde el sector agropecuario se declararan cuatro días de paro. En la ciudad, cacerolas y banderas argentinas de vecines manifestaron su descontento con la medida.

“El campo está en la mesa de todos, por eso hay que defenderlo” se solía -y suele- escuchar en esos escenarios llenos de discursos vacíos. Sin embargo, esa afirmación no puede estar más alejado a la realidad: en Argentina sólo el 13% de la tierra está en manos de pequeñes productores, y son elles les que producen más del 60% de alimentos que circulan en el mercado interno. El 1% de las empresas agrarias controlan el 36% de la tierra cultivada en nuestro país.

¿Qué campo hay que defender? ¿El campo monopolizador que aprovecha nuestras tierras para el beneficio de unes poques o el campo que trabajan las manos de la mayoría que buscan la soberanía alimentaria para una redistribución justa para el pueblo?

El campo que busca acumular tierras y beneficios sigue de pie en su castillo agropecuario gracias al lobby político que le garantiza total impunidad ante sus actos. Hoy no estamos hablando solo de tomar tierras, sino de tomar vidas.

La distribución de tierras luego de la famosa y mal llama “Conquista del Desierto” sigue casi intacta por el sistema de herencias de las familias enriquecidas. El poder político y económico que generaron es difícil de corromper, con la policía cubriendo y el sector empresarial operando, solo queda esperar a políticas públicas reguladoras por parte del Estado.

Otro factor que entra en juego es el ideológico. Como mencionaba anteriormente, las marchas en apoyo al “campo” están llenas de consignas sumamente erróneas pero que movilizan y dan de qué hablar en la agenda del día. Es así como este gran sector agropecuario también domina el “Cuarto Poder” -influencia de medios de comunicación-.

Las estructuras que garantizan la impunidad de estos personajes para robar tierras y llevarse vidas por delante, generan la minimización del hecho como una pequeña mancha en el historial de la persona que comete el delito, que tal vez quede circulando como cuento en el pueblo, pero que difícilmente sea condenado por lo que es: un asesinato a sangre fría.

No son enfrentamientos ni intentos de robo. Las familias productoras que alimentan al pueblo merecen el respeto a sus personas y a sus tierras, resultan esenciales políticas que les protejan para encaminarnos hacia el modelo de país productor que el pueblo desea y propone desarrollar.

Ni un muerto más por el derecho a la tierra.


Fuentes:
https://www.facebook.com/pg/trabajadoresdelatierra/posts/?ref=page_internal


Agustina Flores
Agustina Flores

Soy hija de los vientos patagónicos. Compañera (in)esperada de la militancia para la liberación. Entusiasta del puño y la letra. Lo personal es político, el periodismo también.

Caminando un nuevo campo: Modelos de producción en disputa

Caminando un nuevo campo: Modelos de producción en disputa

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Este próximo miércoles nos encontraremos debatiendo cuáles son los desafíos que tenemos por delante para disputar un modelo de producción sano y soberano, a sabiendas de que el modelo agrario dominante plantea graves problemáticas, como el desmonte, la pérdida de biodiversidad, desigualdad en el acceso a la tierra, uso de pesticidas y fertilizantes con consecuencias en nuestra salud y en el ambiente en general.

¿Cuáles son las problemáticas más urgentes? ¿Qué políticas públicas se están implementando hoy? ¿Cuál es la disputa que se viene dando en el Estado? ¿Cuál es la situación en el cinturón frutihortícola? Rol de las organizaciones, rol de la Universidad, Foro Agrario Soberano y Popular, son algunos de los temas que discutiremos junto con Nadia Dubrovsky Berensztein, bióloga y doctora en ciencias agrarias y forestales (UNLP), a cargo de la Dirección de Fortalecimiento Territorial para la Agricultura Familiar (Ministerio de Desarrollo Agrario, PBA) y Sergio Dumrauf trabajador social y veterinario (UNLP) director de Economía Popular del Consejo Social de la UNLP, referente del Movimiento Agrario Nacional y Popular.

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