Balances de un 2024 turbulento

Balances de un 2024 turbulento

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Si bien en nuestro país este año fue, particularmente, violento y desalentador para los sectores populares, no es ni el primero ni el último. Cabe destacar que no será desde la antología del llanto desde donde lograremos revertir la situación. Como siempre lo dijimos, en tiempos difíciles cada trinchera se vuelve fundamental y, para transitar las turbulencias que se avecinan, habrá que luchar y construir unidad si efectivamente pretendemos construir una patria libre, justa, soberana e inclusiva donde todo, todos y todes podamos vivir dignamente.

Como se ha retratado en varias ocasiones en nuestros artículos a lo largo de nuestra corta vida como medio de comunicación, tal como afirmaba el General Perón: “la verdadera política es la política internacional, el resto es cabotaje”. Nada de lo que nos sucede en Argentina está desligado de las tensiones y disputas globales, aunque para algunos eso pueda sonar conspiranoico. Si algo entendía muy bien Perón, es que todo lo que sucediera en el país está condicionado por lo que acontece fuera de nuestras fronteras, sobre todo en la disputa entre las naciones más poderosas del mundo.

A principios de año señalábamos que este 2024, que está llegado a su fin, iba a ser un año muy interesante de analizar, dado que podían darse hechos determinantes o muy significativos para el devenir de la humanidad. El primer hito a destacar es que más de la mitad de la población mundial estuvo llamada a votar. Más de 3700 millones de personas en elecciones de 70 países que podían tener un impacto significativo en la geopolítica mundial, entre ellas, las de Rusia, EEUU, India, las parlamentarias de la Unión Europea, o las de Venezuela y México, entre muchas otras.

En ese contexto electoral, Trump volvió a ganar las elecciones en EEUU y aplastó el sueño de reelección Demócrata (y de los globalistas), muchas expresiones reaccionarias y/o conservadoras ganaron las parlamentarias en la UE, Modi reeligió en la India, Vladimir Putin volvió a ser electo para guiar los destinos de Rusia con más del 87% de los votos, y tanto la Revolución Bolivariana como la Cuarta Transformación en México resultaron victoriosas con Maduro y Sheinbaum Pardo respectivamente.

A su vez, se dieron algunas particularidades: en Sri Lanka ganó un gobierno declarado abiertamente comunista, que recientemente vivió elecciones parlamentarias que consolidaron su victoria con una mayoría oficialista; los oficialismos en Francia y Alemania (las principales potencias del bloque europeo) vivieron reveces muy significativos que los tienen contra las cuerdas; en Gran Bretaña los laboristas dieron una paliza a los conservadores y volvieron al poder luego de 14 años; en Irán, luego de la trágica muerte de Ebrahim Raisi, resultaría electo el candidato “reformista” Masoud Pezeshkian; en países como Senegal o Chad (emblemas de un pasado colonial francés) ganaron y se consolidaron gobiernos anticoloniales, en sintonía con las revoluciones del Sahel (Mali, Niger y Burkina Faso); y el cómico devenido en presidente guerrerista, Volodimir Zelenski, quien no convocó a elecciones en Ucrania, por lo que desde mayo pasado usurpa el poder con el aval de todo el llamado Occidente Colectivo.

Pero (siempre hay un “pero”), también se vivieron procesos desestabilizadores, sobre todo recientemente en los casos de Georgia, Moldavia y Rumania, por solo citar los más recientes. Parece que si los resultados no son los deseados por Occidente, todo está permitido, sobre todo si el país a desestabilizar no es de los considerados “desarrollados”. Algo parecido a lo sucedido en Bangladesh, ese país del que en Argentina se habló mucho durante el mundial (por su fanatismo con nuestra selección) pero del que casi nadie habló cuando derrocaron a su gobernante hace unos meses.

Sin ánimos de aburrirles, mencionamos algunos de los procesos electorales porque son parte de la vida institucional bajo las normas de la democracia burguesa, y porque involucraron a más de medio planeta este año. Pero pasaron infinidad de cosas que tampoco es el lugar para detallar.

Tal como lo venimos advirtiendo, el mundo está en guerra, entre dos grandes bloques que se están disputando lugares de poder. Por un lado, el llamado Occidente Colectivo o autodenominada “comunidad internacional” básicamente compuesto por EEUU, la UE, Canadá, Japón y algunos aliados más; y por el otro, el denominado “Sur Global” compuesto fundamentalmente por los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y sus socios de Asia, África y Nuestra América y Oceanía. Y si bien hay matices en cada caso, ese podría ser hoy el gran parteaguas a nivel global, por ese mismo hecho ya hablar de izquierda o derecha parecen categorías de análisis caducas dado que no explican en su totalidad los procesos. ¿Qué tiene de izquierda el Chile de Boric en comparación con la Venezuela Revolucionaria? Nada. En este contexto ¿Rusia calificaría como de izquierda? Seguramente no encontraremos respuestas certeras y eso es porque el concepto ya no nos sirve para explicar el proceso. Materia de debate en algún artículo futuro, no en este, pero lo introdujimos para sembrar la semilla de un debate necesario.

En ese mundo en disputa hay que comprender el genocidio en Gaza y las constantes agresiones al Líbano, Siria e Irak a manos del Ente Sionista, Israel (siempre respaldado por EEUU), la guerra en Ucrania entre la OTAN y Rusia (esperamos que a estas alturas nadie crea que es sólo un enfrentamiento entre primos), o el reciente incremento de las tensiones comerciales y diplomáticas entre EEUU y Europa con China. Nada de todo ello se puede leer sin comprender la disputa global, de igual manera que nada puede alejarse de esa lupa para analizar las tensiones en el Mercosur entre Milei y el resto de los presidentes, o las tensiones internas en el Brasil de Lula, o el reciente intento de autogolpe en la República de Corea (o como se la llama cotidianamente, Corea del Sur).

Decimos “el mundo está en guerra”, pero no de la forma que nos la imaginamos con tanques y soldados por doquier (aunque en algunas regiones sí pase). La guerra mutó. Hoy una corrida cambiaria es más poderosa que un misil. Presiones diplomáticas, circulación de “noticias falsas” (que en realidad es mentir y afirmar que algo es verdad), presiones económicas, y también militares: hoy vivimos en una permanente guerra híbrida y los principales objetivos son los pueblos, la sociedad civil de cada nación.

Incluso la disputa interna que se da en los EEUU entre Demócratas y Republicanos globalistas, y Trump y su grupo selecto de pirañas, no es otra cosa que una disputa por ver cómo resuelven su decadencia. Un país cada vez más endeudado, que vive de la renta de la guerra y las deudas de los demás, que utiliza al dólar como arma y que pretende someter a todo el resto a sus designios. Para Biden, Harris y sus cómplices europeos la salida es una guerra total contra Rusia en territorio ucraniano y ruso (casi al punto de llevarla a escala nuclear) al tiempo que siguen timbeando y haciendo grandes negocios con las BigTech (tecnológicas) y BigPharma (farmacéuticas), mientras que para Trump y su tropa el enfrentamiento es contra China por el control de la producción y el comercio, por eso la “Guerra comercial”; y con Irán por el control de Asia Occidental. En definitiva, no son lo mismo, pero huelen bastante similar.

En este escenario, seguramente el imperio intentará reasegurar todo nuestro continente bajo su bota. Saben que es su gran joya preciada en el mundo que se viene si no nos llevan a una guerra global nuclear antes. Países como Venezuela, Nicaragua y Cuba, e incluso México, Brasil o Colombia seguramente podrán ser objetivos de la nueva administración gringa, ya sea con nuevos intentos de golpes de Estado, con nuevas sanciones económicas unilaterales o bloqueos, o de presiones diplomáticas, económicas o de algún otro tipo.

Es desde ese contexto global desde el que hay que partir el análisis de lo que sucede en nuestro país, dado que, si no lo hacemos desde allí, seguramente no entenderemos muchas de las cosas que lleva adelante el primer presidente autodefinido como “anarcocapitalista”, pero que en realidad es un mero peón de los grupos financieros globalizados como BlackRock, Vanguard, State Street y demás. No es casual que en materia de política exterior Milei haya dicho literalmente que sus “aliados son EEUU e Israel, con todo lo que eso implica”. Estos Fondos de Inversión (llamados “Fondos Buitres”) tienen entre sus principales actores a figuras del sionismo, con gran lobby en EEUU con una mirada rapaz y saqueadora para con el resto de la humanidad. Como verán, todo está vinculado con todo.

La política de desregulación y de intento privatizador de empresas estatales (YPF, Aerolíneas Argentinas, Trenes Argentinos, INVAP, el Correo, el Banco Nación, etc) o sectores claves como la educación, la salud o la obra pública, no son otra cosa que la posibilidad de negocios muy rentables para los “accionistas” de estos fondos mega-especulativos. Mismo caso para el tema de la deuda externa o las políticas de financierización de nuestra economía. Tercerizar, quitar derechos laborales y sociales, entregar herramientas del Estado, todo entra en el mismo combo que busca desarticular las posibilidades de un país para enfrentarse a estos grandes pulpos que buscan controlar todo lo que puedan. Bueno, Milei es su empleado. Cuando deje de servirles lo descartarán por otro.

No hay que perder de vista que los buenos vínculos de Milei con Trump no necesariamente van a significar una lluvia de dólares. Trump en la teoría es un proteccionista y va a intentar resguardar y robustecer los intereses de EEUU. La economía argentina en buena parte no es complementaria con la norteamericana, sino que compite. Aquí tenemos el primer escollo. ¿Harán esfuerzos para sostenerlo de todas maneras con más préstamos del FMI o de otros organismos internacionales? Puede ser, el tiempo lo dirá. Lo que queda claro es que nada será color de rosas.

Ahora, mientras el presidente y sus rufianes les hacen el trabajo sucio a las grandes corporaciones multinacionales y a los Fondos Buitres, y hacen negocios con sus “amigos” locales como Galperín, Roca, Midlin, entre algunos otros, millones de argentinas y argentinos, y de personas de otras nacionalidades que eligieron nuestro país para vivir, padecen las consecuencias.

La pregunta es: ¿lo que Milei tiene enfrente alcanza para evitar el saqueo y la entrega del país? Por un lado, tenemos a muchos gobernadores que se acomodan según la circunstancia, diputados y senadores que hacen lo propio, una interna en el peronismo que en lugar de ayudar a construir una alternativa parece estar pensando más en quién tiene la lapicera para poner los nombres en las listas del 2025, un sector importante de CGT preocupada por negociar (para sostener sus negocitos) pero que acompaña el sablazo a los salarios que lleva adelante el gobierno nacional, y un sector financiero (de nacionales y extranjeros) donde se están haciendo una panzada.

Por el otro algunos gobernadores (los menos) que se plantan y enfrentan el ajuste como pueden, algunos diputados y senadores que no traicionaron el mandato de sus votantes y dan la batalla en esa trinchera, algunos sindicatos que se plantan ante el ajuste, sobre todo ligados a las CTA’s y la Corriente Federal de los Trabajadores, y a las organizaciones populares nucleadas en la UTEP.

El año pasó así entre anuncios de recortes y envío de leyes para flexibilizar tal o cual política, y sectores organizados que dieron la pelea en el micromundo que les tocó. Como siempre, los sectores más necesitados fueron los más solidarios con el resto, pero a diferencia de otras oportunidades, esta vez no se inmolaron y salieron a “romper todo” como antaño. Pero de todo ese berenjenal, por ahora, al menos por ahora, al empleado de peluquín las cosas parecen estar saliéndole bastante bien. No para beneficio del pueblo argentino, sino para un sector minoritario: los mega ricos y sus terminales internacionales.

¿Esto quiere decir que el pueblo argentino se rindió y quiere entregar la patria al capital transnacional? No, definitivamente no. Como siempre, el poder pretende hacer negocios, sus cómplices ejecutan la partitura escrita en Washington o Bruselas, el problema es que nuestro pueblo se cansó de votar expresiones populares que no le resuelvan (o resuelvan a medias) sus problemas, caldo de cultivo fenomenal para la aparición de figuras como Milei que desde las redes sociales vociferan cosas grandilocuentes, pero con cero fundamentos prácticos.

Así las cosas, este 2024 termina en una relativa calma pese al cimbronazo que significó el primer año de gatito mimoso con peluquín de león. Habrá que ver qué sucede en lo que resta del año y en el verano, sobre todo en las fiestas, fechas emblemáticas de nuestro pasado reciente. Habrá que ver si el campo popular puede generar los mecanismos de resistencia y de lucha que le permitan desarticular la andanada de entrega del gobierno libertario en complicidad con el PRO y otros. Habrá que ver qué gestamos como propuesta para nuestro pueblo, porque si algo quedó claro con la llegada de Milei, es que la forma de hacer política tal como se la venía haciendo murió, y si no lo hizo hay que terminar de matarla y gestar algo nuevo, de lo contrario seguiremos de fracaso en fracaso dejando que el tren de la historia pase frente a nuestras narices.

El mundo está cambiando y al parecer (o al menos por lo que dicen los que saben) ni siquiera una guerra nuclear podría impedir que esas transformaciones globales se concreten, lógicamente, porque ante una conflagración de esas características todo el mundo perdería. Pero, nunca puede descartarse un escenario de ese tipo, sobre todo si consideramos el grado de locura que han demostrado desde ese Occidente Colectivo, que parece más propenso a la guerra que un mosquito a picarnos. Debemos prepararnos para esos cambios, sabiendo que no serán escenarios amigables o fáciles de transitar en el mediano/corto plazo.

Para concluir, afirmar que muy posiblemente el 2025 será un año muy turbulento, no solo por lo que pueda suceder en nuestro país, sino fundamentalmente, por lo que pueda suceder desde que se publique este análisis hasta la asunción de Trump de su segundo mandato, y lo que pueda devenir a posteriori. Pero como decimos desde inicios de año, “en tiempos difíciles somos más Trinchera que nunca”, y porque como decía el Che: “si el presente es de lucha, el futuro será nuestro”.

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Lacalle: un cosmético balance de gestión y el alcance de la guerra en Uruguay

Lacalle: un cosmético balance de gestión y el alcance de la guerra en Uruguay

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Por segunda vez en su gobierno, el presidente derechista Luis Lacalle Pou compareció ante la Asamblea General legislativa para dar cuenta de los últimos doce meses de su gestión, con un discurso donde vuelve a ilustrar un país de las maravillas que dista mucho de la realidad de cientos de miles de uruguayos. Por su parte, el conflicto ruso-ucraniano también tiene sus repercusiones en tierras uruguayas. Manifestaciones, posicionamiento por parte del gobierno y yerros diplomáticos.

En video: los momentos clave del discurso de Lacalle Pou en el Parlamento – Información – 02/03/2022 – EL PAÍS Uruguay

Este 2 de marzo Lacalle realizó su segundo discurso en carácter de balance de su gestión hasta el momento. Sin duda alguna dicho balance fue positivo para su gestión, soslayando los temas más acuciantes para la población y haciendo autobombo de sus logros.

Inició por el plan de vacunación, destacando allí el alto porcentaje de ciudadanos vacunados. Es real, pero se le olvidó mencionar los meses de demora en obtener la vacuna por temas ideológicos y los uruguayos fallecidos en ese momento. Ni una palabra dijo sobre los tres meses en que los casos, las internaciones y las muertes ascendieron a niveles terribles.

Un tema que brilló por su ausencia en el discurso presidencial fue el de la cada vez más cuestionada concesión del puerto de Montevideo hasta 2081 a la trasnacional belga Katoen Natie.

Como al pasar, mencionó que prevé para este año un llamado a licitación para potabilizar aguas del Río de la Plata. El año pasado había anunciado el “proyecto Neptuno” y ahora se le llama “proyecto Arazatí”, como cuando fue impulsado a comienzos de este siglo.

Agua en Uruguay: ¿Bendición o Maldición? – El Eco Digital

Más allá del nombre y sobre todo de las objeciones técnicas que llevaron antes a descartarlo, implica la asociación con inversores privados, y en 2004 hubo una reforma constitucional para establecer que “el servicio público de abastecimiento de agua para el consumo humano” sea prestado “exclusiva y directamente por personas jurídicas estatales”. Quizá lo que esté preanunciando su interés en la privatización del agua.

Con énfasis en el “dato, no relato”, Lacalle Pou destacó ante la Asamblea General que “se cumplieron los planes económicos y no se les metió la mano en el bolsillo a los uruguayos”. En comparación con el informe de 2021, en este pareció que había menos trabajo previo para seleccionar los datos y el modo de presentarlos, con miras al destaque en titulares de los medios de comunicación y el impacto en la opinión pública.

La enrevesada promesa de que este año “va a comenzar el proceso de registrar la recuperación del poder adquisitivo del salario” no da para iniciar festejos, y menos aún el compromiso de reducir el impuesto a las jubilaciones y el IRPF para las franjas más bajas de ingresos… en 2023 y sólo si se obtienen “resultados satisfactorios en la economía”. Eso no es dato ni relato, señaló un editorial de ladiaria.

En materia de políticas sociales, destacó que el refuerzo de las asignaciones familiares implicó un aumento de 127% de los fondos y dijo que en 2021 “se triplicó la población asistida a través del sistema de comedores” y llegó a 24.000 personas. Aunque parezca mentira, es el mismo gobierno que le negó a los escolares repetir el plato de comida en los comedores.

Sobre seguridad Lacalle Pou apuntó que “no se trata de relatos ni de voluntarismo”, sino de “datos”, ya que “las cifras son contundentes, ha habido una mejora sensible en este aspecto”.

Alegó que la Ley de urgente consideración (LUC) le proporcionó a la Policía el “escudo legal” que necesita ante una delincuencia que “está cada vez más armada y cada vez más tecnificada”. Obviamente era un título para la prensa, porque nunca dijo a qué norma se refería, ni dijo cuál es el plan para “potenciar las posibilidades de rehabilitación” en las cárceles. El 27 de marzo se realizará el plebiscito sobre la eliminación de 135 normas antipopular y represivas incluídas en la LUC.

Fernando Pereira, el líder sindical devenido en presidente del centroizquierdista Frente Amplio, insistió con que Lacalle Pou ante la Asamblea General “ignoró las principales necesidades de la gente” .“Yo no sé qué pueden pensar una maestra o un policía cuando les dicen que no les metieron las manos en el bolsillo, si en el primer año de gobierno perdieron 19 jornales”, sostuvo.

Señaló Lacalle que, para “no entrar en la discusión infértil” sobre la disminución de delitos y la asociación a las restricciones de movilidad de la pandemia, iba a comparar con las cifras de 2019 y apuntó que “los homicidios se redujeron 23%, las rapiñas y los hurtos casi 19% y 36% los abigeatos”. “Si bien hay una disminución de 1%, nos sigue azotando el flagelo de la violencia doméstica”, agregó.

Abuso policial: ¿cuál fue el resultado de las denuncias que se presentaron en 2020?

En tema seguridad, que fue en campaña electoral el caballo de batalla y actualmente también lo es por parte del gobierno, sus detractores lo definen como un relato falso. Se ha modificado la manera de cuantificar los delitos y las denuncias y en realidad los abusos policiales han ido en aumento. Recientemente tres policías abusaron dentro de un móvil policial a dos mujeres. También dentro de los delitos cometidos por violencia de género y con arma de fuego, los policías representan un altísimo porcentaje.

En materia de política exterior, destacó el inicio de “conversaciones formales con Turquía para ver si se puede avanzar en un TLC”, y mencionó que hubo “acciones puntuales”, como la firma de acuerdos o la solución de situaciones, en las que se coordinó la “estrategia con el sector exportador para así poder tener acceso a la mayor cantidad de mercados en países y regiones”.

El mandatario dijo que “la pandemia cambió al mundo” y que la invasión de Rusia a Ucrania “está haciendo cambiar aún más la realidad mundial. Así fue que nos tuvimos que mover en las relaciones exteriores, y tendremos que estar atentos a lo que sucede en estos tiempos”, afirmó.

Cabe recordar que el canciller Fernando Bustillo votó en la OEA en contra de la condena del ataque de Rusia a Ucrania, en una postura que sorprendió a propios y extraños, ya que el Presidente ya se había pronunciado por twitter condenando a Rusia. Bustillo puso el cargo a disposición luego de error en la OEA y Lacalle no lo aceptó. Lo que sí requirió es que Uruguay rectifique su voto ante el organismo internacional.

Elbio Rosselli, exrepresentante de Uruguay ante ONU dijo estar “confundido” tras “idas y vueltas” ante OEA. “Estos titubeos nos dejan muy mal acomodados en el escenario internacional”, aseguró el doctor en Diplomacia.

Antel suspendió la emisión de Russia Today en VeraTV – YouTube

Mientras, la empresa estatal de telecomunicaciones Antel, dejó de transmitir Rusia Today (RT) por Vera TV el canal de la empresa. El presidente de la telefónica estatal, Gabriel Gurméndez, argumentó que es un “canal al servicio de la propaganda y justificación de la violenta invasión militar de Rusia a Ucrania”.

“Ni en los peores momentos de la Guerra Fría se hizo algo igual”, declaró Guido Manini Ríos, senador ultraderechista de Cabildo Abierto, integrante de la coalición derechista de gobierno. La Embajada de Rusia en Uruguay “lamentó” la decisión del presidente de la compañía estatal. De esta manera, Uruguay toma partido en el conflicto y se suma al coro de del doble rasero de Occidente en cuanto a invasiones e intervenciones militares.

Artículo publicado originalmente en Periferia

Nicolás Centurión
Nicolás Centurión

Como dice un rapero: «por amor y por vicio… se convirtió en mi oficio.» La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

África y el Medio Oriente: un balance necesario de este 2020

África y el Medio Oriente: un balance necesario de este 2020

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Golpismos en el Sahel africano, guerras entre Armenia y Azerbaiyán, Etiopía al borde de la guerra civil y la peligrosa expansión diplomática del sionismo israelí sobre países musulmanes escenificaron un panorama crítico y que hizo temblar ciertos cimientos geoestratégicos para las potencias en la lucha por los recursos naturales.

Empezamos con el conflicto en el Medio Oriente

Si hay regiones que hacen tensionar a la geopolítica de grandes y medianas potencias en el mundo actual, son las de África y el Medio Oriente. El año 2020 fue bastante dinámico, aunque los conflictos que se dieron a lo largo de este año singular vienen de largos legados históricos que no hacen más que eclosionar con fuerzas cuando las tensiones aumentan. Ya el año arrancó con el temor de una guerra entre Estados Unidos y la República Islámica de Irán, enfrentados desde 1979. El 3 de enero de 2020 el general iraní Qasem Soleimani, considerado la segunda persona más importante de aquel país, es asesinado en Irak por orden del presidente estadounidense Donald Trump. Para colmo, el 5 de enero la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta al mundo del surgimiento de un nuevo coronavirus en la ciudad china de Wuhan lugar donde se reportó un brote de neumonía atípica desde diciembre de 2019, ratificando oficialmente el inicio de la pandemia del COVID-19.

Pero regreando al Medio Oriente, el 8 de enero la Guardia Revolucionaria Islámica ataca simultáneamente, con decenas de misiles, las bases aéreas de Al Asad y Erbil, las cuales son operadas por Estados Unidos e Irak. En Teherán, Irán, el vuelo 752 de Ukraine International Airlines es derribado de manera errónea, dejando un saldo de 176 personas muertas.

La prensa occidental alardeaba sobre un posible conflicto entre Washington y Teherán. El cacareo de Trump alimentaba esto y desde Irán el orgullo nacionalista era cada vez más firme como desde 1979. Israel se sumaba a combatir y buscaba la guerra con Teherán, lo mismo que Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Jordania, monarquías antishiítas. Irán recibió el histórico apoyo desde el Hizbolá libanés, grupos afines en el sur de Irak y en el Yemen, y, por supuesto, desde la República Árabe Siria, donde el shiíta alawita Bashar Al Assad ha estrechado lazos con Teherán.

Homenaje del pueblo iraní al profesor Moshe Fajrizade, asesinado por los sionistas de Israel y Estados Unidos.

Pero la guerra no llegó. Sin embargo, el sionismo israelí y el wahabismo saudí siguieron confrontando con Irán. Pero el 27 de noviembre es asesinado el científico nuclear iraní Moshe Fajrizade en un atentado terrorista orquestado por Israel y Estados Unidos, y las tensiones resurgieron. Sobre todo, dejando un cóctel explosivo desde Trump para Joseph Biden, el próximo presidente estadounidense que tendrá que sentarse a ver cómo está el panorama en el Medio Oriente y el capítulo urticante iraní. Lo que sabemos es que Teherán jamás se va a dejar chantajear y que no abandonará a Palestina en su lucha contra la ocupación sionista israelí.

El peligroso embate sionista

Israel se ha convertido en este año 2020 en un protagonista diplomático muy peligroso para los pueblos palestino y saharaui. ¿Por qué? El sionismo israelí ha logrado avances diplomáticos en el Medio Oriente y con la ayuda de la diplomacia estadounidense ha lanzado sus tentáculos hasta el Magreb africano. El 4 de septiembre de 2020 Baréin e Israel acuerdan normalizar las relaciones, lo que marca el cuarto acuerdo de paz árabe-israelí. Días después, el 15 de septiembre, Israel, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin firman acuerdos para normalizar formalmente las relaciones diplomáticas.

El 14 de noviembre Israel logra avances en la normalización con países africanos de mayoría musulmana como Níger y Mauritania. Pero una noticia en el mismo tiempo sacudió al Magreb. Los saharauis reactivan su lucha por la independencia contra Marruecos en la zona sureña del Guerguerat. Desde fines del siglo XIX el territorio del Sahara Occidental quedó bajo dominio colonial español. En 1975-1976 España abandona esas tierras ancestrales de los saharauis (que viven allí desde hace miles de años) y Marruecos y Mauritania entran a una guerra por el control del Sahara Occidental. En el medio quedaron los patriotas saharauis del Frente POLISARIO, que siguen luchando hasta hoy por su independencia. Marruecos se apoderó del país desde 1976 y condenó a un apartheid y a campos de concentración a los saharauis. La ONU no pudo activar un referéndum por la independencia del Sahara Occidental, que es la última colonia de África.

Finalmente, el 12 de diciembre Israel y Marruecos normalizan relaciones con patrocinio de Estados Unidos. En este paisaje, los palestinos y los saharauis siguen siendo los castigados. Las naciones musulmanas que han hecho pactos con Israel traicionan los fundamentos básicos de la Liga Árabe y de la Conferencia Islámica Mundial que dicen defender los derechos de autodeterminación del pueblo de Palestina.

Nagorno-Karabaj

Uno de los conflictos que puso en vilo a las potencias fue el de la región de Nagorno-Karabaj entre Azerbaiyán y Armenia, en la Transcaucasia. Los enfrentamientos comenzaron la mañana del 27 de septiembre de 2020 a lo largo de la línea de contacto del Alto Karabaj con los bombardeos por parte de los azeríes a la “República de Artsaj”, que es como llaman los armenios a Nagorno-Karabaj. Ambas partes informaron de bajas militares y civiles. En respuesta a los enfrentamientos, Armenia y la “República de Artsaj” introdujeron la ley marcial y la movilización total, ​mientras que Azerbaiyán introdujo la ley marcial y el toque de queda. Varios países y la ONU han condenado enérgicamente el conflicto y han pedido a ambas partes que reduzcan las tensiones y reanuden negociaciones significativas sin demora,​ mientras que Afganistán, Pakistán y Turquía han expresado su apoyo a Azerbaiyán. Asimismo Turquía ha proporcionado un amplio apoyo militar a Azerbaiyán. Se cree que el apoyo de Turquía a Azerbaiyán es un intento de ampliar su esfera de influencia aumentando la posición de los azeríes en el conflicto y marginando la influencia de Rusia en la región y en Armenia.

Los enfrentamientos se derivan luego del fin de la Unión Soviética en 1991 y de la disputa sobre la región de Nagorno-Karabaj en el que habita una minoría armenia dentro de Azerbaiyán, que actualmente está en manos de la autoproclamada “República de Artsaj”. Este antecedente de guerra de Nagorno-Karabaj terminó con un alto el fuego en 1994, con Armenia al mando de la protección de la región y territorios circundantes. Pero todo volvió a explotar en el 2020. Los intereses hidrocarburíferos siempre estuvieron  presentes, ya que los negocios rusos, turcos y occidentales sobre el gas natural de la Transcaucasia es muy rentable y es el paso de Asia a Europa. Los turcos, por su parte, bajo el régimen “neo-otomano” de Recep Tayyip Erdogan quieren poner un pie firme no sólo en la Transcaucasia, sino también en el Mediterráneo y el Medio Oriente, con sus escaramuzas con Chipre, Grecia y Siria. Al tradicional sentimiento antiarmenio de los “turcos neo-otomanos”, se le suma la idea de la “Gran Turquía” reivindicando al Sultán Solimán el Magnífico del siglo XVI. El 10 de noviembre se termina el conflicto bélico entre armenios y azeríes por Nagorno-Karabaj, territorio de mayoría armenia que queda finalmente bajo control de Azerbaiyán. Un triunfo del “neo-otomano” Erdogan.

Golpismo, separatismo y crisis en Malí

África no estuvo libre de crisis. El 18 de agosto en Malí ocurre una rebelión militar, que termina con la renuncia del presidente de Ibrahim Boubacar Keita. Desde un principio retuvieron al presidente Keita al primer ministro Boubou Cisse, al jefe del estado mayor del ejército y otros miembros del gobierno. Los militares anunciaron la creación del Comité Nacional para la Salvación del Pueblo, para celebrar elecciones “en un plazo razonable” y restaurar la estabilidad. La Unión Africana y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) han suspendido a Malí como Estado miembro. El 5 de octubre de 2020 se nombró el nuevo gobierno de Malí dando inicio a la transición. En el nuevo gobierno los militares se reservan los ministerios clave de seguridad y control territorial. La CEDEAO anunció el levantamiento de las sanciones impuestas tras el golpe de Estado. Todo volvió a su cauce neocolonial. Francia sigue teniendo influencia en su ex colonia del Sahel.

Población maliense contra la presencia militar francesa.

Malí, ex colonia francesa, sigue estando bajo órbita de las injerencias occidentales. Francia tiene una presencia militar en África Occidental y en el Sahel, para combatir al “terrorismo” y a los grupos “yihadistas” que resurgen desde los pueblos Tuareg del Sahara. El sentimiento antifrancés de los militares golpistas en Malí es un síntoma de que los neocolonialistas hacen estragos en las soberanías de los países africanos sahelianos y subsaharianos. El saqueo de los recursos agroindustriales, minerales e hidrocarburíferos en esas regiones son la razón de la presencia de los pretorianos franceses en el Sahel y África Occidental. Malí y otros países del Sahel tienen a raya los separatismos Tuareg, que son históricos y de era precolonial. Además, los intereses de China en África molestan a los occidentales y eso genera que se propaguen las desestabilizaciones, los golpismos y las guerras civiles.

Etiopía y la guerra civil en puertas

El 4 de noviembre estalla la lucha secesionista de la región del Tigray contra el gobierno central de Etiopía del premier Ahmed Abiy, Premio Nobel de la Paz 2019. Los tigreños se vienen cansando de las medidas políticas centralistas desde Adis Abeba, capital de Etiopía, pero el trasfondo es más fuerte. Los grupos nacionalistas del Tigray desean unirse a Eritrea, país que se independizó de 1993 tras una guerra con Etiopía. Los eritreanos son apoyados por los chinos y de hecho hay jugosos negocios comerciales hidrocarburíferos que derivó en sanciones occidentales. Etiopía se fue acercando a Occidente y de hecho Abiy es un aliado de Estados Unidos en la región del Cuerno de África Oriental.

Más allá del rebrote nacionalista del Tigray, Etiopía no dudó en sofocar a la rebelión secesionista y la guerra civil siempre se mantuvo como latente. Era una clara señal a Eritrea y a… China. Los tigreños resisten y el temor de una escalada militar puede generar un fuerte chispazo en esa parte de África. Occidente cuidará a Etiopía y no permitirá que un área cercana al estratégico Golfo de Adén caiga en manos de China y sus aliados. Otro desafío para la administración de Biden desde enero de 2021.

Balance o final abierto

Está más que claro que África y Medio Oriente se convertirán en un escenario abierto de conflictos que no pasarán desapercibidos. Una escalada focalizada puede generar una guerra regional y ésta última una contienda entre potencias interesadas. Los guerreros de la administración de Barack Obama han hecho estragos en Siria y Libia, y quizás busquen debilitar a enemigos regionales cuando regresen de la mano de Biden. No obstante, se especula con volver a los acuerdos nucleares entre Irán y las potencias occidentales, como en la era Obama.

Pero con Irán no es sencillo, ni tampoco con Turquía. China y Rusia jugarán su partido y custodiarán sus intereses también. Estados Unidos y la Unión Europea se unirán con el argumento del “multilateralismo” y aunque no abandonarán a Israel no se arriesgarán a una escalada militar incontrolable en África y Medio Oriente que impacte de forma muy negativa en los mercados de petróleo, gas, minerales, agroindustria y otras materias primas rentables. Pero la guerra regional está allí y no puede ser descartada como punto de partida para conflictos bélicos más significativos en el 2021.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

El mundo no está enfermo, lo están depredando

El mundo no está enfermo, lo están depredando

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Se acerca el cierre del año y la humanidad se ha vuelto un poco más injusta. En la mayoría de los países del mundo la desigualdad social aumentó. No sólo por culpa de la pandemia como se pretende hacer creer desde la prensa hegemónica mundial, sino producto de la ausencia de políticas realmente efectivas para frenar el crecimiento del hambre y la miseria.

La pandemia -además- vino a demostrar que la voracidad del capitalismo no tiene fin. La forma que va adoptando el sistema -cada vez más tecnificada y virtual- deja al descubierto que no importa ni siquiera la vida de les seres humanes. No es ningún descubrimiento asombroso: bajo las reglas predominantes en este mundo, sólo importa la rentabilidad, el poder y la concentración de la riqueza en cada vez menos manos.

El gran negocio del capitalismo es la muerte: de la naturaleza ante la voracidad por producir sin límites, que se lleva la vida de miles de especies animales y vegetales; la muerte de personas producto del racismo, del patriarcado, del colonialismo, o de guerras lanzadas en nombre de la democracia, los derechos humanos y/o el progreso.

Hay quienes dicen que la pandemia del COVID-19 fue un acto reflejo de la naturaleza, un llamado de atención a la única especie que habita este planeta y destruye y mata sólo por placer.

Algunes analistas especulaban con que la crisis sanitaria que produjo la pandemia haría que se tome conciencia de la necesidad de cambiar, de dar un giro de 180 grados para evitar que esta lógica de muerte planificada lleve a la propia extinción de les seres humanes. Iluses quienes creyeron que tal cosa podría suceder.

Pese a todas las advertencias hechas por científiques, pese a las marcadas consecuencias sobre el medio ambiente, el calentamiento global, la aparición de más y más enfermedades, la muerte sistemática e imparable de personas por falta de condiciones mínimas de subsistencia. Nada parece detener esta alocada maquinaria.

Las disputas globales siguen avanzando, ahora por ver quién se hace con el control y predominio de la tecnología y con ello la pole position para avanzar primeros y más rápidamente en la reformulación de los aspectos estratégicos en el desarrollo de las capacidades de predominio sobre el resto: militar, comunicación, financiera y económica, servicios, educación, robotización, etc.

Disputas que como se ha señalado en anteriores oportunidades tiene a los EEUU y a China como principales competidores. Y si bien en algunas cosas puede decirse que tienen lógicas diferentes, lo cierto es que tanto una como otra son aspiradoras que no paran de consumir materias primas en volúmenes cada vez más importantes.

Al igual que con la pandemia, algunes se ilusionaron con la llegada de Joe Biden como el 46º Presidente de los EEUU. Si se observa sin mucho detalle el prontuario de este señor se podrá discernir fácilmente que es poco probable que ello suceda.

Los años de Trump fueron años de una violencia inusitada en la retórica oficial de la Casa Blanca. Los de Biden quizás sean más diplomáticos, no por ello menos agresivos. Intentarán revertir muchas de las adversidades en las que quedó la diplomacia de ese país luego del paso del huracán, volverán las andanadas de fake news, las presiones de la embajada, las presiones de los organismos multilaterales de crédito, las “inversiones” para que China no siga avanzando en Nuestra América.

Con Biden no se terminará ni la guerra comercial, ni las agresiones contra Rusia, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Irán o cualquier otro país que ose enfrentar los mandatos del caduco imperio del norte. Las jugarretas puede que pasen a ser más sutiles, pero seguirán existiendo. La región seguirá siendo un territorio en disputa.

Irán, Rusia y China seguirán apostando a diversificar y mejorar sus relaciones con nuestro continente, los EEUU intentarán que eso no suceda. El caso más gráfico quizás estará en cómo utilicen la presidencia de Claver-Carone frente del BID (históricamente ocupada por une latine). Con ello seguramente intentarán resquebrajar el financiamiento y las inversiones Chinas en los países de la región.

Las ONG’s ligadas a los gringos y los europeos seguirán operando y “construyendo” opiniones en diversos temas para deslegitimar a los gobiernos populares que intenten avanzar en la integración regional, más allá de las diferencias ideológicas existentes en los diversos gobiernos.

Los préstamos del FMI y el BM a los países de la región seguramente se verán potenciados bajo la excusa de ayudar a esos gobiernos a sobrellevar las complejas consecuencias de la pandemia del COVID-19. Eso sí, a los gobiernos “amigos”, al resto ni para una curita.

El 2020 fue un año de muchas batallas, de enormes desafíos a los que se tuvieron que enfrentar los distintos pueblos de Nuestra América y el mundo. Desafíos que se vieron agravados por una pandemia que no es otra cosa que la consecuencia de la voracidad del capitalismo y sus promotores. Nada hace creer que el 2021 o los años venideros no serán iguales o más complejos.

Si hay algo que es seguro de cara al futuro inmediato de la humanidad, es que seguirán existiendo las injusticias; que seguirán generándose descalabros en la economía al igual que en el medio ambiente; que posiblemente aparecerán más virus y que los que ganaron siempre querrán seguir ganando pese a que ello pueda generar la muerte de miles o millones de personas.

Lo único que se puede predecir de ese escenario es que seguirá habiendo lucha, resistencia y organización de los pueblos para tumbar las injusticias, provengan del colonialismo, del capitalismo, del racismo, del patriarcado o de todas juntas.

Trabajemos en la unidad y para ser cada vez más solidaries, estudiemos para ser cada vez más conscientes de los peligros que se avecinan, denunciemos las injusticias y opresiones del sistema para que nadie las desconozca. Brindemos por los años de lucha que vendrán, que serán muchos.

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

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