Mujeres, resistencia y la lucha desde la unidad

Mujeres, resistencia y la lucha desde la unidad

TIEMPO DE LECTURA: 8 min.

POR MAIA CUBRIC*

En el marco del 34 Encuentro de Mujeres y diversidades en la ciudad de La Plata y a veinte años de los primeros proyectos de organización de las mujeres que fueron presas políticas entre 1974 y 1983, la resistencia y los feminismos son piezas claves para las luchas colectivas. 

La ciudad de La Plata estaba ocupada por mujeres y castigada por la lluvia. Así amanecía el sábado 12 de octubre y, de por sí, estaba cargado de representaciones: en plena lucha por el reconocimiento de los pueblos preexistentes a la hora de nombrar el Encuentro, este comenzaba en el Día del Respeto a la Diversidad Cultural

A lo largo de la ciudad, como así también en Berisso y Ensenada, se percibía un movimiento constante. Es que en estas fechas de re-construcción colectiva el debate es la moneda corriente, el encuentro con les otres es el eje. Por eso, se realizan marchas, se canta, se baila y también se hacen talleres. Estos últimos, son espacios de debate en los que se busca desarrollar un temática durante los dos días, para abordar una conclusión en conjunto. Y en esta ocasión, tenían como sedes las facultades de la UNLP.

La lluvia se volvía hacer presente, justo en el momento en el que había que salir.  Sin embargo, esquivando charcos las mujeres, las tortas, las trans, las travas, las lesbianas, llegamos a las distintas facultades, el sábado a partir de las 15hs, para participar de un taller a elección. En la diversidad y amplitud que pueden significar 114 talleres, el de Mujeres, militancia política y resistencia en los 70’ nos interpeló a varies.

No era un día cualquiera y se notaba en las calles que conducen a la Facultad de Periodismo y Comunicación Social (FPyCS). El paisaje no se podía ver gris porque lo opacaban los colores, las sonrisas y los cantos de quienes decidían encontrarse esa tarde para intercambiar.

El aula 16A, 19 y 22 estaban completamente llenas de mujeres y diversidades, que nos estábamos reuniendo por una situación común: el patriarcado como forma de opresión intrínseca a la vida de cada une y la reivindicación de la lucha de las mujeres que marcaron el caminar.

Alcanzó con que una compañera pronuncie “no hay coordinadora” para que Beatriz Horrac proponga hacerse cargo de esa tarea, luego de expresar que ella había sido detenida en abril de 1976. Esa experiencia en primera persona marcó de forma clave el rumbo del taller. La disposición del mismo contó con la premisa de plantar la resistencia y con ella la comunión entre las mujeres presas en Devoto, más allá de los partidismos. Porque la diversidad y los matices en las ideologías de las mujeres que estaban presas por querer cambiar la realidad, entre las rejas no significaban lo mismo. La unidad frente a un enemigo mayor trascendía a las pequeñas diferencias, como se encargaron de remarcar las compañeras ex-presas políticas. 

El encierro, las torturas físicas y psicológicas a las que las mujeres privadas de libertad eran sometidas, fueron suficiente experiencia para que la unión entre pares sea una práctica concreta. Lazos que hoy en día son base de los feminismos, pero que en ese entonces no eran catalogados con términos por ellas mismas.

Entre mates que se movían, palabras atravesadas por llantos y aplausos de apoyo se estaba desarrollando una tarde que constituía un paso más en el reconocimiento a las luchas que antecedieron y marcaron el camino por una sociedad con derechos, igualitaria e inclusiva. Las compañeras lejos de relegar la militancia, remarcaban todo el tiempo el tinte político de sus concepciones de mundo.

“El límite era la reja”, dice Beatriz. Codigo clave que las demás compañeras ex-presas compartirían después en sus intervenciones. Porque algunas eran militantes Montoneras, otras del PRT-ERP, pero detrás de las rejas se tenían entre ellas y solo en conjunto iban a construir poder. Coincidían, como expresaban también, en el sentimiento profundo de lucha por una sociedad justa y sin opresiones, y por si eso fuese poco, coincidían también, en ser mujeres. Entonces ¿qué límite puede ser más profundo que la libertad? Estaban dando un mensaje claro, un aprendizaje en carne propia para que los feminismos construyamos en unidad. 

Si en los 70’ en Argentina los derechos estaban clausurados por la autoridad, en 2019 están solapados a políticos que los vacían completamente o los dirigen sólo para un sector de la sociedad. Las compañeras, más cerca del cierre de esa tarde de conmoción y taller, marcaron otro eje primordial: el que reivindica a la memoria. Las ex-presas políticas remarcaron la importancia de los juicios como desarrollo de una resistencia que no puede quedar en el aire. Pidieron asistencia a los mismos y  que se entiendan como pieza de un rompecabezas identitario necesario para la ciudadanía: el derecho a la verdad y a la justicia, son banderas que todas las luchas deben alzar. Porque no se trata sólo de que la justicia juzgue a los culpable, sino que, también se trata de entender a estas experiencias como dolorosas y difíciles para quienes tienen que declarar, como han sido sus casos particulares.

Por eso convocaron a las mujeres y diversidades presentes en el aula a seguir los juicios, a acompañar a les testigues, a hacerse presente en las puertas de los tribunales, como sostén para quienes se exponen al declarar y como demostración de un pueblo que no olvida, no perdona, ni se piensa reconciliar.

Anclado a las visiones de las diversas intervenciones de las compañeras que presenciaron el taller, las luchas y resistencias de los 70’ tienen mucho que ver con el contexto actual. La censura y les preses politiques, el hambre y la desigualdad social, la deslegitimación de la lucha por los Derechos Humanos desde el discurso mediático y el gobierno de turno son sólo algunas aristas que demuestran la importancia de que exista un camino de lucha marcado que hay que decidir transitar. Y que este camino de lucha sea transmitido de generación en generación, de mujeres a mujeres, en espacios tan diversos como lo son los Encuentros, es otra muestra de lo que los feminismos como movimientos organizados pueden gestar. Estos debates, lejos de estar saldados y representar al total, sirven como puerta hacia una ideología que nos sitúa todo el tiempo en preguntar(nos) algo más. Esa incomodidad que caracteriza a los feminismos, esas necesidades de preguntar, cobraron un sentido claro en las palabras de las compañeras, que entendían que la diversidad no podía ser un pretexto que impida el acompañamiento y la construcción de redes entre las que históricamente han sido oprimidas.

“De aquí saldrán locas o no saldrán”, les decían a las compañeras en la cárcel de Devoto. A algunas se las privó de la libertad por ocho años y, durante ese tiempo, la picana, las torturas, no distinguían a que cuerpa lastimar. Sin embargo, habían pasado cuarenta años de esas amenazas por parte de los jefes de seguridad y ellas estaban contando esa experiencia, en un aula llena de mujeres a las que no nos permitían olvidar. La organización tanto en el periodo en el que compartieron el encierro, como el reencuentro posterior y los proyectos colectivos, demostraban no sólo que estaban vivas, sino que, estaban cuerdas y  dispuestas a continuar la misma lucha.

La tarde seguía moviendo las fibras emocionales de las personas que estábamos presentes y algunas intervenciones pedían que se les cedería más tiempo a quienes habían vivido la lucha en los 70´, porque a través de sus experiencias se enriquecía el taller. Por eso las compañeras siguieron relantando sus vivencias, algunas pasadas y otras en lo que respecta a la organización más actual.

Por ejemplo, ellas contaron que tienen un libro “Nosotras, presas políticas” donde reúnen los testimonios de más de 1200 mujeres que estuvieron detenidas entre 1974 y 1983. A veinte años del primer reencuentro y propuesta de organización, estas mujeres siguen apostando a la construcción colectiva. Hace un año el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, propuso trasladar la cárcel de Devoto al predio federal que se encuentra junto al Complejo Penitenciario de Marcos Paz y con ello demoler el edificio anterior, para negocios inmobiliarios. Pero la organización entre compañeras ex-presas fue lo que logró que esa cárcel sea declarada Sitio de Memoria. Eso, es continuar en la lucha.

Con la fuerza y la convicción de su pelea, con algunas lágrimas en los abrazos del final, el taller fue terminando con la misma premisa con la que había comenzado: que hermanadas es la manera de actuar. Que las políticas que promulgan derechos y las que los vulneran, no nos dan lo mismo a las mujeres. Que la libertad, la verdad y la justicia son derechos de la ciudadanía. Que de resistencia y mancomunión es nuestra historia y también tiene que ser nuestro futuro. Que desde el debate, con sus choques de perspectivas incluso, los feminismo debemos construir desde la unidad porque nuestro enemigo es común, es un poder legitimado que juntes vamos a tirar.


Muchacha en los sesenta 

La memoria esa llave
para entrar al teatro donde tu cuerpo 
burla la ley que a gravedad condena
y sos la gracia efímera que a los ojos regala
su música secreta.
Muchacha en los sesenta
con pollera campana y que el viento arremolina 
con tu vaso de vino celebrando
que un astronauta ruso orbita ya la tierra
con tu Milosz contándote
de una berlina detenida en la noche
con tu voz rebelde escribiendo otro idioma
en la ciudad patriarcal.
También tu boca riente 
esa cascada de luz que nos contagia
y escucho tus palabras aquietando mis miedos
porque en mí todavía 
una niña tonta y alucinada
La memoria esa llave
para viajar lejos de este bosque
que hora a hora se despuebla de tanto rostro amado
para encontrarte a vos la enamorada
en ese día posible largamente esperando
<<en que el mundo será aquello que soñamos:
una vasta y dichosa provincia del Amor>>

                                                                                                Teresa Leonardi Herrán


* Periodista, columnista del programa No Se Mancha (Radio Estación Sur – FM 91.7), responsable de la sección DDHH de Revista Trinchera y colaboradora de Agencia Timón. 
Estela Díaz: “Las mujeres somos artífices de esta unidad”

Estela Díaz: “Las mujeres somos artífices de esta unidad”

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Dialogamos con Estela Díaz (Sec. de Género de la CTA de los Trabajadores) con quien analizamos el rol de las compañeras sindicalizadas en el proceso de unidad de la CGT y la CTA, el encuentro de secretarios generales del pasado 3 de octubre y de lo que se vendrá en el próximo encuentro de mujeres que se realizará en La Plata.


¿Cuál es tu opinión sobre lo que sucedió en el congreso de delegados de la CTA, tanto bancar la fórmula Fernández-Fernández como avanzar a la unificación en la CGT? Sobre todo teniendo en cuenta que las compañeras sindicalistas feministas, vienen trabajando en unidad desde mucho antes de que las cúpulas se hagan cargo.

La verdad es que nosotras estamos muy contentas. Fue muy emocionante el plenario y todas las personas que estuvieron así lo señalaban. Somos artífices de esa unidad. Ese plenario que puede ser un paso más en el camino de la unidad es un proceso largo de construcción y articulaciones intersindicales amplias, diversas y plurales donde las mujeres y de distintas formas fuimos totalmente protagonistas.

En nuestra región claramente porque aquí tenemos una intersindical de mujeres que ya viene desde muy larga data (unos cuantos años), pero también a nivel nacional y cuando una recorre todo el país -por mi responsabilidad en la CTA tengo esa posibilidad- me encontré con esto todo el tiempo. En las provincias, no sólo en las peleas que dimos en la resistencia contra el neoliberalismo o en defensa de los derechos conquistados, sino en discusiones para adelante: las peleas que dimos las mujeres para la ampliación de derechos, porque además como trabajadores y trabajadoras hemos tenido la intersindical de salud, la articulación de la juventudes sindicales de todas las centrales; y la lucha y la resistencia. Si hubo posibilidades de la construcción de unidad política mucho tiene que ver con la resistencia que hicimos los movimientos sociales y las mujeres.

Así que cómo no estar muy feliz de avanzar en una propuesta de unidad orgánica que además va a poner en debate el acuerdo social que hay que construir en Argentina.

Además de que parece que es más fácil para nosotras que para los compañeros tejer redes, más allá de a qué central sindical pertenezcamos

La verdad es que tenemos esa enorme posibilidad. Nosotras ya veníamos encontrándonos por algunos ejes temáticos, pero el llamado al paro internacional de las mujeres los 8 de marzo, también nos interpelaron mucho y dijimos “discutámoslo nosotras” porque somos las protagonistas de ese debate, y eso pone en debate el trabajo de las mujeres no sólo del que hacemos remunerado sino del que hacemos invisible, no remunerado. Enfrentamos leyes e iniciativas muy fuertes y lo hicimos en nuestra soledad.

El proyecto machista para supuestamente equilibrar las brechas salariales era un proyecto flexibilizador que se metía con injerencia en los sindicatos. Se generaron audiencias en la cámara de diputados y logramos que se retrocediera, igual que con la moratoria previsional. Ellos ya empezaban a implementar la eliminación de la moratoria y las mujeres nos movilizamos, lo denunciamos en el país, marchamos al Anses y logramos una prórroga de la moratoria previsional. Esto es ese camino. La recuperación entre las PASO y la elección definitiva logró que a último momento el ingreso de un concejal más que fue Cristian Vander (concejal del movimiento obrero). Ahí pusimos nuestra cuotita.

Ahora las trabajadoras estamos coordinando y ofreciendo que la agenda del trabajo del cuidad y la reducción de las brechas por suerte en esta transversalidad, también con el movimiento feminista, hoy son agendas políticas de primer orden para cualquier discusión de un proyecto de difusión en la argentina.

Si hubo posibilidades de la construcción de unidad política mucho tiene que ver con la resistencia que hicimos los movimientos sociales y las mujeres.

Estela Díaz

¿Cuál crees que tiene que ser las principales consignas que lleven las compañeras sindicalistas y feministas a la discusión de la unificación de la CTA-CGT?

Cuando nosotras pensamos cual es la agenda, nos identificamos desde una perspectiva de un sindicalismo feminista, que es un sindicalismo popular, que es nacional, que se mira en una integración regional y que el eje del trabajo es un eje pensable si el trabajo es digno y de calidad. La agenda de las brechas laborales y la agenda de los temas de los cuidados es un tema crucial para impulsarlo desde el movimiento obrero para el proyecto nacional. Entonces cuando pensamos producción y trabajo esta agenda la atraviesa.

Veo que las propuestas que ya está diciendo nuestro candidato a presidente Alberto Fernández, la agenda de los cuidados está muy presente y podrían agendar la representación y la paridad, este tema de que nuestras voces cuenten, que sean escuchadas y que sean cada vez más disímiles. Me parece que es el camino que venimos transitando en el movimiento sindical donde todavía nos falta un poco más de visibilidad de los liderazgos de las mujeres, pero me parece que vamos caminando, hay mucho en el protagonismo de la militancia y creemos que ese protagonismo público también va a crecer.

Con respecto al Encuentro de Mujeres y lo que ha sido la organización, más allá de los miles de talleres que hay ¿Cuáles pensás que deberían ser los ejes en cuestiones reivindicativas del movimiento de mujeres, de esta discusión respecto de lo plurinacional y sobre todo en la parte del feminismo sindical?

Todos los temas importan. Son más de 100 talleres que van a convocar y las compañeras se van a agrupar según sus intereses. Obviamente el tema del trabajo, del sindicalismo, de la educación, la salud, la violencia, el derecho al aborto, las identidades.

Me parece que sobre todo este año a poquitos días de las elecciones del 27 de octubre, nada menos que en una provincia donde la gobernadora es Vidal, que es mujer pero ha llevado políticas tan antipopulares y tan antifeministas. Va a estar muy presente el desafío electoral que tenemos por delante donde se consolida y profundiza incluso los resultados que se dieron en las PASO y cómo nos alentamos para que la organización popular sea el motor del nuevo gobierno. Esos van a ser debates ineludibles en el encuentro.

Descolonizar los feminismos para descolonizar el poder

Descolonizar los feminismos para descolonizar el poder

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Floren Luengo*

De cara al 34° Encuentro de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales y No-Binarias que se realiza en la Ciudad de La Plata la próxima semana, aquí se comparten algunas aristas interesantes de cara a reflexionar sobre el aporte de los feminismos para analizar los vínculos sociales que decantarán en otra manera de pensar(nos) la sociedad en Nuestra América.


Ocurre que ciertos intereses se ven favorecidos por el hallazgo de la verdad, mientras que otros lo son por su destrucción.

Erich Fromm

Si una se toma el trabajo de preguntarle a las personas que le rodean ¿qué es el conocimiento científico? las respuestas tienen algunos elementos en común: son una serie de pasos a seguir, los cuales, de tener consistencia teórica y empírica, serán considerados como válidos y hasta incluso  universales. Quizás esta es una concepción del sentido común instalada que se podría comenzar a cuestionar.

Los campos del conocimiento están en continua lucha por instalar verdades únicas. Es decir, no se admite más que una verdad convertida en conocimiento universalmente válido. En ese gran campo de saber, la pluralidad de voces compite y no hace acuerdos, porque quienes detentan el saber detentan el poder.

Las personas estamos todo el tiempo en contacto con los conocimientos, y por ello, es interesante dejar de pensar que existe un único conocimiento que es universal y trasnacional. Es preciso rever tal concepción neoliberal del saber y el conocer. No existe una única manera de conocer, como tampoco existen sólo algunas personas que tienen el saber y el conocer. Por esto, es urgente y necesario construir estrategias para enfrentar el monopolio de la palabra, del saber y del conocer.

El análisis cultural del conocimiento, desde las ópticas feministas es uno de los primeros pasos que quizás se pueden comenzar a adoptar. Dicho análisis, facilita evidenciar los prejuicios -consientes o inconscientes- que se portan y se transmiten, así como las necesidades y los deseos que están ligadas a las teorías, prácticas, investigaciones y conocimientos que exceden el campo meramente académico.

Monserrat Tellez – Moon Tez. Mural en Alta Gracia, Córdoba, Arg. 2019

Feminismos nuestroamericanos para el conocimiento

Algo interesante para preguntarse al momento de pensar en la construcción de los feminismos desde el Sur y desde Nuestra América es ¿cuál es el sujeto de la historia? Volviendo una vez más al sentido común construido, muchas veces se relatan procesos que parecieran estar dados, como una sucesión de hechos impredecibles y necesarios que van marcando la historia, la cultura y la economía de un país desde el desarrollo para el progreso de los territorios.

Aquella “historia oficial” que coloniza mentes, es preciso abordarla desde el racismo de Estado como eje problemático. Durante la invasión en Abya Yala, la modernidad iluminada europeísta implicó la construcción del racismo como instrumento de control de la población, con la necesidad de crear un primer mundo que se incline progresivamente hacia el desarrollo, y el resto del mundo. Mujeres, abuelos/as, niñxs y hombres indígenas fueron los sujetos productores del desarrollo de ese “mundo ideal”, habiendo establecido el hombre blanco, que por su color de piel, religión y lengua no tienen el intelecto necesario para formar parte de las decisiones importantes, dando inicio la estratificación de los vínculos sociales.

Existe un paternalismo histórico que rige el (des)orden mundial, sustentado en la teoría del más débil acobijado bajo el ala del más fuerte. Las mismas discusiones atraviesan los feminismos. El feminismo occidental blanco de las leyes por ejemplo, no cuestiona a la modernidad sino que se adapta a ésta, no cuestiona el racismo sino que lo perpetua a veces sin dar cuenta. De ahí la importancia de remarcar que no existe una historia universal del feminismo. No se plantea la igualdad de derechos como la cima de la praxis feminista, sino que también, es posible pensarlo desde la presencia y resistencia de la comunidad.

Por eso son importantes los saberes y conocimientos que provienen de los demás feminismos y grupos de mujeres que se autoperciben no feministas. Las mujeres de los 607 pueblos y nacionalidades de Nuestra América, enseñan otras formas de relacionarse con la producción de conocimiento. Y el conocimiento científico tiene mucho que aprender de estos cuerpos epistemológicos, que no se quedan ya en el lugar de ser objeto de conocimiento sino que producen y resignifican lo que parece olvidado, en desuso, fuera de este tiempo.

Como argumenta Francesca Gargallo [1], la filosofía de nuestros territorios se alimenta de teorías que nacen de reflexiones grupales necesarias para enfrentar las eventualidades que tienen  sus raíces en problemas históricos negados. En la voluntad política de transformar, la teoría y la práctica se encuentran en los mismos cuerpos que producen conocimiento para la vida cotidiana.

José Martí se preguntó una vez cómo es posible pensar en la formación de gobernantes desde y para Nuestra América, si no hay universidad en América donde se enseñe lo rudimentario del arte del gobierno, que no es más que el análisis de los elementos peculiares de nuestros pueblos y territorios. Esto es pertinente tenerlo presente cuando pensemos en qué feminismos y para qué.

Las mejoras de las condiciones de vida de hoy y de mañana, el reconocimiento de lxs sujtexs políticxs que llevan adelante la reflexión y acción necesarias para alcanzarla, la crítica y los aportes para lograr formas de gobierno que no avasallen las diferencias propias de Nuestra América, el antirracismo, el respeto a las diferencias sexuales alimentan el feminismo que se pretende construir.

La lucha de los feminismos nuestroamericanos, es ni más ni menos que por el derecho a la autonomía de los pueblos, dice Rita Segato [2]. Urge el uso de la argumentación para la decolonialidad del pensamiento y del reconocimiento del Pluralismo Histórico para evidenciar las desigualdades y dar con la transformación colectiva teniendo siempre presente la historia de opresión que subyace en los relatos de la colonialidad vencedora.


* Periodista, conductora del programa La Marea (Radio Futura – FM 90.5), responsable de la sección Feminismos de Revista Trinchera, editora del portal Luchelatinoamérica y colaboradora de Agencia Timón.

Fuentes:
[1] Gargallo, F. “Ideas feministas latinoamericanas”.
[2] Segato, R. (2015) “La crítica a la colonialidad en ocho ensayos. Y una antropología por demanda, Buenos Aires, Prometeo libros, 293 pp.”

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