Nota por Nicolás Carrizo
Cobertura fotográfica por Juliana Vaccaro
A pocos días de finalizada la Navidad, uno de los públicos más fieles de la historia del rock argentino recibió un regalo tardío pero inolvidable: el último recital del año de su banda favorita, en un entorno que ofreció todas las comodidades necesarias para vivir una experiencia única, generando anécdotas que quedarán grabadas en la memoria colectiva.
Desde las playas de Necochea hasta las orillas del Río Quequén, la ciudad balnearia se llenó de “rengos” llegados desde todos los rincones del país: del norte al sur y del este al oeste. Conservadoras, banderas, bombos y cantitos populares invadieron las calles y playas en un clima de camaradería marcado por el respeto y el sentido de comunidad.
No es novedad que La Renga sea sinónimo de familia, tanto la de sangre como esa familia de la ruta que se construye a lo largo de los kilómetros y los años. El espíritu festivo prevaleció, sin reportarse disturbios ni incidentes, consolidando una vez más el ejemplo de unión y convivencia que caracteriza a su público en los últimos años. Este punto cobra especial relevancia si se considera que el trío de Mataderos ha sido censurado y estigmatizado por distintos gobiernos provinciales y municipales durante las últimas décadas.
Luego de varias horas de previa, tanto en la playa como en el río y la peatonal de la calle 83 en el centro nuevo, miles de personas comenzaron a peregrinar hacia el Polideportivo Municipal, ubicado a metros del puerto. A las 18 horas se abrieron las puertas del predio, y los encargados de inaugurar la noche fueron Bulldozer Blues Band, oriundos de Villa Ventana, a 345 kilómetros de Necochea. Con un show contundente, dejaron todo sobre el escenario para encender los motores del esperado banquete.
¡Este es El Plan, eh!
A continuación, llegó el turno de una de las bandas emergentes más convocantes del momento, que ha llenado Obras, el Luna Park y el Movistar Arena: El Plan de la Mariposa. Los oriundos de Necochea son actualmente la banda más grande de toda la Costa Atlántica. Su localía geográfica les aseguró una buena base de seguidores propios, pero había dudas sobre cómo serían aceptados por el público de La Renga, conocido por su predilección por un sonido más pesado y letras directas.
Sin embargo, los 11 temas que tocaron fueron recibidos con respeto y sorpresa, lo que demostró que la música no debe ser etiquetada y que lo más importante es la energía que viaja desde el escenario hacia el público, y el mensaje que se transmite, ya sea positivo o crítico sobre los tiempos que corren.
Fue una grata sorpresa que una banda de rock libre y con una fuerte tendencia hacia la espiritualidad haya sido invitada por una de las bandas más tradicionales del rock argentino. Esto demostró la apertura de los anfitriones hacia nuevas propuestas y remarcó un puente entre generaciones y estilos, evidenciando que el rock argentino tiene raíces profundas, pero también ramas que se extienden hacia nuevas direcciones.
Renga es mi alma, rengo mi corazón…
Finalmente, a las 21:55 horas, el público presente fue testigo de la salida al escenario de Gustavo “Chizzo” Napoli, Gabriel “Tete” Iglesias, Jorge “Tanque” Iglesias y Manuel Varela. Durante casi tres horas, la banda ofreció un viaje por su extensa trayectoria, desempolvando clásicos, pero también presentando un tema nuevo.
La noche comenzó con “Buena ruta, hermano”, parte de la banda sonora de Totalmente Poseídos, la película que el grupo estrenó en marzo de 2024. Luego llegaron “Buena pipa”, “A tu lado” y “Tripa y corazón”, marcando un inicio cargado de energía que aumentaba en intensidad con cada canción. Temas como “A la carga mi rocanrol”, y los ruteros “Almohada de piedra” y “Motoralmaisangre” elevaron el fervor del público.
“Corazón fugitivo” y “Parece un caso perdido” mantuvieron la adrenalina en lo más alto para los más de 30.000 presentes. Luego, “Ese lugar de ninguna parte” ofreció un respiro necesario, bajando un poco los decibeles y permitiendo a la audiencia prepararse para lo que estaba por llegar con “Cuando vendrán”, donde se desató un pogo masivo sobre la superficie de pasto y arena.
Con el frenesí se levantaron muchas nubes de tierra, que llegaron a incomodar la garganta de Chizzo. Sin embargo, lejos de incomodarse, el frontman eligió tomárselo con humor: entre risas, incentivó a los más fanáticos a saltar aún más con “Bien alto” y “En los brazos del sol” en lugar de detenerse a quejarse.
Posteriormente llegó el momento de una de las grandes sorpresas de la noche, con la aparición del viejo clásico “Negra mi alma, negra mi corazón” que a mediados de los 90 sonaba en los walkmans de miles de jóvenes que hoy peinan canas y que ya le transmitieron la pasión por La Renga a sus hijos e hijas.
Tras este momento emocionante, sobre todo para los más nostálgicos, llegó el momento de “La banquina de algún lado” enganchado con “Palabras estorbantes”, lo que fue un momento de trance y de guitarras psicodélicas que te transportan a otra dimensión.
Los clásicos “En el baldío”, “El rito de los corazones sangrando” y “Desnudo para siempre (o despedazado por mil partes)” desataron la euforia colectiva y fueron la antesala a “Mirada de acantilado”, canción que sonaba desde el año 2017 y que eligieron tocar debido a que en la ciudad balnearia de Necochea hay muchos de estos accidentes geográficos.
Con “Oportunidad oportuna”, “El revelde”, y “El juicio del ganso” los presentes comenzaron a darse cuenta de que la noche poco a poco iba a llegando a su fin, por lo que estas canciones fueron disfrutadas entre pogos y abrazados con gente querida.
Luego llegó el emotivo momento del cover de El Tri, “Triste canción de amor”, seguido de los infaltables clásicos “El viento que todo empuja” y “El final es en dónde partí”, que cerraron el set principal. Al terminar, la banda se bajó del escenario por unos minutos, pero la gente sabía que todavía faltaba un poco más.
Para comenzar los bises, el grupo presentó “Hay un tirano que es para vos”, una canción inédita presentada esa misma noche, y que tiene una letra muy conmovedora que incita a quien la escuche a salir adelante, incluso en los peores pozos de tristeza.
A continuación de esta última sorpresa para todos presentes, sonaron “Panic show”, “Oscuro diamante” y “La razón que te demora” antes del cierre perfecto y clásico de todos los banquetes con “Hablando de la libertad”.
El 2024 de La Renga
La banda comenzó el año en enero con cuatro shows en la cancha de Racing, y el 7 de marzo estrenaron en los cines del país su película documental “Totalmente poseídos”. En abril despidieron la gira de su último disco de estudio “Alejados en la red” en Montevideo, Uruguay, y mayo arrancaron su nueva gira de nombre homónimo al filme con dos fechas en el Estadio Ciudad de La Plata, que serán recordadas por la vuelta del escenario a 360° grados como en Estadio de Huracán en 2004 y en el mismo estadio de la ciudad de La Plata en 2009.
En junio se presentaron en el Estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba, nuevamente con escenario 360°, y en septiembre realizaron dos fechas en la Patagonia Argentina, más precisamente en Comodoro Rivadavia. En octubre realizaron una pequeña gira por Europa pasando por Mallorca, Nápoles y Madrid, mientras que en noviembre se presentaron en San Miguel de Tucumán.
El 6 de diciembre fueron invitados al Festival Internacional de Cine de La Habana, por lo que realizaron un show en la capital cubana, y 22 días después cerraron el año en Necochea. Por su parte, el 2025 lo abrirán el 1 de febrero en San Rafael (Mendoza), mientras que el 22 de marzo se estarán presentando en El Calafate, Provincia de Santa Cruz.
Nicolás Carrizo
Del 2001, casi Licenciado en Comunicación Social (UNLP) y del rock como todo llanto.
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