Las fichas se siguen moviendo en el tablero, la realidad mundial sigue mutando hacia algo desconocido, pero en principio con algún grado de certidumbre, y cada vez son más quienes se animan a desafiar las directrices del -hasta ahora- hegemón. No sin que haya contragolpes y juego sucio de parte de la bestia herida, intentando defenderse y recuperar terreno.
Solo por mencionar un aspecto, reiterar algo que venimos siguiendo de cerca: en el último tiempo más de 50 países han manifestado su intención de ingresar al BRICS+; Bielorrusia recientemente se sumó a la Organización de Cooperación de Shanghái; el proceso de desdolarización sigue avanzando a paso firme y cada vez son más los intercambios en monedas locales; estos bloques comienzan a gestar una arquitectura financiera distinta que evite el uso punitivo de del hegemón mediante sanciones o impidiendo el sistema de pagos SWIFT. De hecho, hasta provincias como la de Buenos Aires han manifestado su intención de coordinar con el bloque. Recordemos que Milei nos privó de esa posibilidad por mera ceguera ideológica y en un claro alineamiento con EEUU e Israel.
El sur global parece tener cada vez más claro que el Occidente Colectivo llegó a un punto de deterioro que difícilmente se revierta en el corto plazo. La guerra en Ucrania está completamente perdida (y lo saben desde hace rato) y sus consecuencias empiezan a verse: situación económica deteriorada, descontento social, violencia; el genocidio en Gaza es tan evidente que hasta dentro de sus propios países ha habido inmensas manifestaciones en contra de que se perpetúe, e incluso comienza a haber países supuestamente de ese bloque que empiezan a desmarcarse. Más allá de quienes ya venían en esa postura como Orbán de Hungría, Vucic de Serbia, incluso Fico de Eslovaquia, que recientemente afirmó que no entregaría ni una sola bala a Ucrania; la visita de la italiana Georgia Meloni al mandarín Xi Jimping no debe haber caído muy bien en el Despacho Oval. Incluso en Alemania hay sectores (sobre todo en las provincias de la parte oriental) que están planteando abiertamente que el país debe recuperar los vínculos con Rusia y pensar un sistema de seguridad común, algo como lo que viene planteando Putin para toda Eurasia.
Como si fuera poco, recientemente circuló la posibilidad de que Rusia, China e India vuelvan a poner en funciones al RIC, bloque que integran los tres países y que fue la antesala al BRICS ya con Brasil y Sudáfrica como socios. Aceitar sus relaciones políticas, comerciales y estratégicas seguramente aceleraría aún más los procesos que se vienen gestando. Paso fundamental será que China e India logren un entendimiento que permita evitar las tensiones en su frontera, aunque parece que están avanzando seriamente en ese sentido. Recientemente sus ministros de Relaciones Exteriores, Wang Yi y Subrahmanyam Jaishankar, tuvieron un encuentro, al parecer, bastante fructífero.
Quizás esa recomposición de relaciones sumado al hecho de que el presidente indio Narendra Modi visitara Moscú el mismo día en que comenzaba el 75 aniversario de la creación de la OTAN, o que manifestara abiertamente que la India no sería parte de ninguna alianza que encabece EEUU, hayan sido algunos de los elementos que llevaron a que los norteamericanos apoyaran abiertamente el golpe de Estado en Bangladesh, país vecino de India en donde gobernaba la Primera Ministra, Sheikh Hasina, de buenos vínculos con Nueva Deli.
En medio de esa desesperación por su pérdida de hegemonía, afloran las peores expresiones de odio, inoculadas durante décadas por medios de comunicación y amplificadas hoy por redes sociales como la cloaca de X (ex twitter) que controla Musk: Sea en Venezuela, en Gran Bretaña, en Bangladesh o en donde sea, siempre están detrás sectores desestabilizadores que sólo tienen como propuesta incendiarlo todo y eliminar al otro, o sea, a nosotros.
Son tiempos complejos y posiblemente los que vendrán sean aún más complejos y virulentos. Serán tiempos difíciles, pero habrá que mantener la calma, la mente fría y rodilla en tierra. No regalarse y ser inteligente, pero no abandonar absolutamente ningún espacio. Es tiempo de resistencia, y por más que aquí parezca lo contrario, el reloj está jugando en su contra.

Nicolás Sampedro
Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.
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