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* Por Leticia Viola y Mauricio Piñero (*)

Un 2 de diciembre de 2023 arrancaba una nueva aventura por el espacio radial de Trinchera, en los viejos galpones ferroviarios de Tolosa, en La Plata. Se trata de “La Vida y la Ciencia”, un proyecto de dos profes “locos” por la divulgación científica y convencidos de que hay que llegar al llano. Porque la ciencia es parte de nuestra vida cotidiana, y es esa la consigna madre que nos propusimos dos docentes de la educación pública en Argentina, primero desde las aulas, y luego en nuestras cotidianeidades. 

Con los nervios y la ansiedad de algo novedoso, emprendimos esa aventura no sin tener a un clarísimo mentor, que nos sirvió de inspiración para tratar de explicar (nuevamente) que la ciencia es parte de nuestras vidas.  Si hay alguien que nos da estímulo para encarar esta aventura en “La Vida y la Ciencia”, ese es el señor Carl Sagan, uno de los científicos más destacados de la historia mundial contemporánea. 

Es como si fuera bandera única de toda esta hermosa expedición multimedia, porque Sagan, astrónomo, escritor y hasta estrella de televisión, es una de las figuras más queridas de la ciencia. Su presencia en la vida pública cambió para siempre la forma en la que vemos la labor científica. Destacamos que, como divulgador de la ciencia, logró romper la barrera entre las abstracciones teóricas y el asombro que provocan la naturaleza y el cosmos. Y eso lo hace enorme y un gran aporte a la humanidad. 

Este grande de las ciencias nació en Nueva York, un 9 de noviembre de 1934, y falleció en Seattle, un 20 de diciembre de 1996. Fue un astrónomo, astrofísico, cosmólogo, astrobiólogo, escritor y divulgador científico. Inicialmente fue profesor asociado de la Universidad de Harvard y posteriormente profesor principal de la Universidad de Cornell. En esta última, fue el primer científico en ocupar la Cátedra David Duncan de Astronomía y Ciencias del Espacio, creada en 1976, y además director del Laboratorio de Estudios Planetarios. 

Fue un defensor del pensamiento escéptico científico y del método científico, pionero de la exobiología, promotor de la búsqueda de inteligencia extraterrestre a través del proyecto SETI. Impulsó el envío de mensajes a bordo de sondas espaciales, destinados a informar a posibles civilizaciones extraterrestres acerca de la cultura humana. Mediante sus observaciones de la atmósfera de Venus, fue de los primeros científicos en estudiar el efecto invernadero a escala planetaria. 

Sagan ganó gran popularidad gracias a la galardonada serie documental de TV “Cosmos: Un viaje personal”, producida en 1980, de la que fue narrador y coautor. Fue la serie más vista en la historia de la televisión pública estadounidense, con una audiencia de al menos 500 millones de personas en 60 países. Para acompañar la serie se publicó el libro Cosmos. También escribió la novela de ciencia ficción Contact, de 1985, en la que se basó la película homónima de 1997. Sus publicaciones, que contienen 595.000 artículos, están archivados en la Biblioteca del Congreso. También publicó numerosos artículos científicos, y fue autor, coautor y editor de más de una veintena de libros de divulgación científica. En 1978 ganó el Premio Pulitzer de “Literatura general de no ficción” por su libro Los dragones del Edén. A lo largo de su vida, Sagan recibió numerosos premios y condecoraciones por su labor como comunicador de la ciencia y la cultura. 

Sagan también fue un gran luchador por un mundo mejor. En 1985, cuando las ideas sobre el cambio climático eran mucho menos fatídicas, Sagan dio un discurso en el Congreso de Estados Unidos donde llamaba a la acción sobre lo que ahora es una crisis más que un cambio.

¿Cuántas cosas más podemos escribir sobre nuestra bandera? ¿Podemos decir que somos parte de una “revolución saganiana? Se dice que de hecho durante la década de 1980 tanto Sagan como su esposa Ann Druyan llevaban clandestinamente tomos de La Historia de la Revolución Rusa escritos por el líder bolchevique León Trotsky para sus colegas soviéticos para que pudieran saber algo de sus propios orígenes políticos. ¡Algo notable! ¡Y Sagan jamás se proclamó socialista! Pero era un revolucionario que sabía comprender, y no tenía que ver con estar del lado de una bandera con el martillo y la hoz, sino con decirle al mundo que la ciencia es una herramienta para la justicia social y la paz mundial. 

También Sagan alertaba a finales del siglo XX sobre los peligros de la manipulación histórica para las generaciones futuras, sobre todo para el pensamiento crítico y el avance de posturas de ultraderecha, anti científicas y ciertos fanatismos religiosos inadecuados. Resulta casi perturbadora la exactitud con la que podríamos comparar sus predicciones si tomamos en cuenta el avance de gobiernos derechistas actuales en el universo occidental, incluso la aceptación de teorías conspirativas como el movimiento antivacunas, el terraplanismo, etc.

Sagan sin dudas se ganó un lugar destacado en ese panteón de grandes de las ciencias, junto a Kepler, Galileo, Newton, Darwin y Einstein. Siempre será nuestro maestro, nuestra guía y nuestra única bandera. Sagan es “La Vida y la Ciencia”.


Leticia Viola y Mauricio Piñero

Conductores del programa radial “La Vida y la Ciencia”: Leticia Viola, profesora de Ciencias Naturales y Biología, y Mauricio Piñero, profesor de Historia, periodista y antropólogo.

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