Crónica de un saqueo

Crónica de un saqueo

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Por Miranda Cerdá Campano*

Las modificaciones a la Ley 7722 (Ley de Prohibición de Sustancias Químicas), sancionada por el Poder Legislativo de Mendoza en junio de 2007, volvieron a poner sobre la mesa la discusión sobre el fracking y la megaminería en un país que, en más de una ocasión, ha visto a su pueblo levantar la voz en favor del agua, la vida, la justicia ambiental y social.


¿Por qué el pueblo se organiza y realiza un reclamo generalizado de rechazo en torno a la minería metalífera a gran escala? En los argumentos que repiten funcionarios y las compañías mineras, la respuesta podría ser que las grandes transnacionales no logran transmitir correctamente las “oportunidades” y “ventajas” del modelo extractivista o que la población no se encuentra adecuadamente informada sobre el impacto que en términos de “desarrollo” tendría la megaminería.

Sin embargo, los motivos de oposición social a los grandes emprendimientos mineros, hay que buscarlos en las consecuencias sociales y ambientales que traen aparejadas. La minería a gran escala consume enormes cantidades de agua y energía y compite por tierra y recursos hídricos con otras actividades económicas, como la agricultura, la ganadería y el turismo. En este sentido y dada la envergadura de los emprendimientos, estos tienden a desestructurar y reorientar la vida de las poblaciones, desplazando economías regionales preexistentes.

En otras palabras, se profundiza una dinámica de desposesión o despojo de tierras, recursos y territorios y se producen nuevas y peligrosas formas de dependencia y dominación. Según la socióloga argentina, Maristella Svampa, entre los elementos comunes de esta dinámica “podemos destacar la gran escala de los emprendimientos, la tendencia a la monoproducción y una lógica de ocupación de los territorios claramente destructiva”[1].

FUENTE: LATINOMINERIA.CL

¿Decir minería es decir desarrollo y trabajo?

Uno de los argumentos centrales que suelen esgrimir los defensores de esta actividad es asociar la megaminería con la creación de puestos de trabajo. Lo que suele ocultarse es que los grandes proyectos mineros generan una demanda intensiva de trabajo en las fases iniciales, lo cual crea la ilusión de trabajo permanente. Sin embargo, la minería a gran escala se caracteriza por ser una de las actividades económicas más capital-intensivas, es decir, que utiliza más capital que otros factores de producción (en relación con otras actividades productivas).

Cuanto más capital-intensiva es una actividad, menos empleo se genera, y menor es la participación del salario de les trabajadores en el valor agregado total que elles produjeron con su trabajo: la mayor parte es ganancia del capital. Según una revista semanal sobre minería, cada US$ 1,2 millones invertido en los grandes emprendimientos mineros, se crea apenas un empleo directo[2].

El caso de Bajo la Alumbrera, en la provincia de Catamarca, uno de los yacimientos de cobre más grandes de Sudamérica, es emblemático. Cuando arrancó, en 1997, Minera Alumbrera auspiciaba la creación de 10.000 puestos de trabajo para ocupación de mano de obra directa. Sin embargo, durante la fase de construcción sólo se crearon 4 mil según un informe publicado por la Cámara Argentina de Empresarios Mineros, y de acuerdo con la página de la empresa, en el yacimiento minero trabajan actualmente 1800 empleados, de los cuales 800 se encuentran en planta permanente.

Asimismo, la historia mostró que la mina no mejoró los niveles de indigencia, pobreza y exclusión social de los catamarqueños. Todo lo contrario. La Alumbrera, como caso testigo, mostró los límites de un modelo de desarrollo asociado al enclave de exportación: los índices industriales y de la construcción cayeron, los niveles de pobreza de los catamarqueños continúan siendo altísimos (cinco puntos más que la media nacional según el último informe del INDEC), y la tasa de desocupación aumentó visiblemente.

Mendoza y Chubut discuten la lógica extractivista empresarial

La instalación de proyectos mineros a cielo abierto es interpretada por los pueblos como una amenaza a las fuentes de agua, al ambiente, a sus formas de producir y vivir, a sus cuerpos y a su salud. Los daños sociales y ambientales no pueden justificarse con la creación de algunos empleos, ni tampoco con el crecimiento económico cuando la mayor parte de las ganancias de la actividad minera son giradas al exterior.

Así lo entendieron en 2003 los vecinos autoconvocados de Esquel, que se plantaron ante la instalación de la minera canadiense Meridian Gold. La empresa había comenzado a explotar un yacimiento de oro a seis kilómetros del centro de la ciudad y los vecinos organizaron un plebiscito en el que el 82% de la población pronunció un rotundo “no” a la minería tóxica. Ningún emprendimiento minero pudo instalarse en Chubut desde entonces.

Foto: Bymartinjaider

Se trató de un caso emblemático que puso en agenda las implicancias que tiene para las comunidades locales el desarrollo de la industria minera y que promovió la sanción de la Ley 5001 (que prohíbe la actividad minera metalífera en la modalidad a cielo abierto y la utilización de cianuro en los procesos de producción minera).

Que la megaminería vuelva a ser tema de discusión en Chubut fue uno de los objetivos del ex presidente Mauricio Macri. En el verano de 2018, el ex ministro de Energía y Minería y ex presidente de Shell, Juan José Aranguren, visitó la Provincia y brindó un discurso donde resaltó la necesidad de explotar el yacimiento de plata que quiere Pan American Silver. De la mano, va la extracción de uranio para exportación y abastecimiento de las centrales nucleares y la explotación del yacimiento de oro denominado Suyai.

Cuando Mariano Arcioni asumió la gobernación de Chubut, luego de la muerte de Mario Das Neves (uno de los principales obstáculos del gobierno nacional para la instalación de la megaminería), mandó a la legislatura un proyecto de ley para la modificación de los ministerios provinciales. Ahí se creo el de Minería e Hidrocarburos, a cargo de Martín Cerdá. El lunes, el ministro se reunió con Alberto Hensel, secretario de Minería de la Nación, y tras el encuentro insistió en “dar la discusión” sobre la reforma de la Ley 5001.

Este jueves, después de muchos años en los que se pensó que Chubut no tendría que volver a salir a las calles en rechazo a la megaminería, hubo movilizaciones masivas en distintos puntos de la provincia, y una vigilia en Rawson a la espera de la sesión extraordinaria del viernes en la Legislatura chubutense. Si bien la megaminería no se encontraba en el temario de la sesión, los chubutenses estaban alarmados de que el tema pudiese entrar por la puerta trasera y aprobarse de forma fugaz, como en Mendoza.

Como en Chubut, en Mendoza las grandes movilizaciones populares fueron las que lograron una legislación que protegiera el medio ambiente de la amenaza voraz de los grandes emprendimientos mineros. Y sin embargo, el viernes 20 de diciembre, en una sesión express se aprobaron modificaciones a la Ley 7722, que prohibía algunas sustancias químicas como el cianuro, el mercurio y el ácido sulfúrico.

Antes de que se vote, Alberto Fernández había dado su visto bueno en un almuerzo que mantuvo con la Asociación Empresaria Argentina[3] Dos días después, el bloque justicialista apoyaba a la UCR en la modificación de la Ley. 

En los días posteriores, las movilizaciones del pueblo mendocino en rechazo a las reformulaciones de la Ley, fueron multitudinarias. En seguida, los principales referentes del partido justicialista de Mendoza mostraron su arrepentimiento por haber votado a favor de la modificación de la 7722 y repudiaron la represión desatada por el gobierno provincial contra las personas que se movilizaban en rechazo a un modelo extractivista que daña y nada tiene para ofrecerle al pueblo mendocino.

FUENTE: UNIDIVERSIDAD.COM.AR

Fueron días de movilización incesante y el gobernador Rodolfo Suárez terminó por confirmar que no reglamentaría la ley, al mismo tiempo que informó que convocaría una mesa de diálogo para obtener “consenso social”. Aunque esta instancia parecía más una maniobra dilatoria que otra cosa. En este sentido, el Frente de Todos de Mendoza lanzó un comunicado luego de la conferencia de Suárez, en el que le pedían que derogue la norma y avance con el diálogo social “desde foja cero”. La presión de las movilizaciones populares y los reclamos de la oposición, terminaron obligando al gobernador a enviar a la Legislatura la derogación de la Ley Minera.

Habrá que ver qué sucede en la Argentina de Todes. El 10 de diciembre, ante la multitud que bancó el calor en la Plaza de Mayo, Alberto Fernández pidió que si se equivocaba, el pueblo habitara las calles para reclamárselo y así fue en estos días. Lo cierto es que estamos ante la emergencia de una nueva valoración del territorio asociada a la creciente reivindicación de los derechos territoriales, la justicia ambiental y social, que van por fuera de su valoración utilitaria de cambio. Con megaminería, no hay patria justa, ni libre, ni soberana.


*Periodista, columnista sobre Sudamérica del programa Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), redactora de Revista Trinchera y colaboradora de Agencia Timón

Bibliografía:
[1] https://ri.conicet.gov.ar/bitstream/handle/11336/6451/CONICET_Digital_Nro.6853_A.pdf?sequence=2&isAllowed=y
[2] Cálculo sobre datos de Minera Alumbrera, Veladero, Potasio Río Colorado y otras. HERNÁNDEZ, S.: Sistemas Legales de Apoyo a la Pequeña y Mediana Minería, en Panorama Minero.
[3] https://www.youtube.com/watch?v=9-0ueapMgRk&feature=youtu.be&fbclid=IwAR1hBNTvfeO8rYPmSE9fVqLH0ek0hbV4zVpOm7rcMIsch47gbstdozQDsKc

Una interesante vuelta de rosca

Una interesante vuelta de rosca

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

Se presentó en el microestadio de Ferro la Unión de Trabajadores de la Economía Popular. Organizaciones sociales y cooperativistas se unieron para el armado de una herramienta sindical propia, que sirva para reivindicar y defender los derechos de les trabajadores más vulnerades.

Argentina cambia, evoluciona, renace. Cualquiera de estas calificaciones parecen ajustarse a las transformaciones que comienzan a verse a menos de un mes de asumido el gobierno de Alberto y Cristina Fernández.

Más allá de las medidas anunciadas por el gobierno, de la aprobación de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, de la vuelta de ministerios emblemáticos que habían sido reducidos a secretarías, por fuera de las decisiones de gobierno también aparecen buenos augurios.

Si bien el proceso de reingreso a la CGT y los gremios nucleados en la CTA de los Trabajadores está en pleno desarrollo y con idas y vueltas, la reciente presentación de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular -y la manifestación explícita de sus referentes de pretender ingresar a la Confederación General del Trabajo- auguran un camino de ida hacia la dignificación de millones de argentines que hoy están en la informalidad o desempleades con la limitación de derechos que ello conlleva.

Hasta la actualidad quienes trabajan en cooperativas, quienes hacen changas, o quienes cobran alguna ayuda social del Estado, estuvieron en la indefensión y en desventaja respecto de aquelles que se encuentran sindicalizades. La agremiación, mal que les pese a los patrones, es la garantía de que les trabajadores puedan luchar por sus derechos y que esas conquistas se vuelquen en reglamentaciones parte de los convenios colectivos de trabajo.

Para dimensionar lo que implicaría la concreción de este nuevo sindicato, imagínese le lectore lo significativo que sería -para une que trabajaba en la informalidad- comenzar a tener aportes jubilatorios y obra social. Sólo ese hecho eleva sustancialmente el nivel de vida presente y futuro de eses trabajadores. Ni hablar si se le sumase que no podrían cobrar menos que el salario mínimo, hoy en poco más de $16.500 pesos.

Sin lugar a dudas los sectores sindicalizados y las organizaciones sociales fueron sectores claves en el proceso de resistencia a los 4 años de gobierno macrista, a la vez que organizadores de la unidad necesaria para derrotar a Cambiemos en las elecciones generales de octubre. Esa misma iniciativa y predisposición fue la expresada por les referentes que hicieron uso de la palabra en la presentación del nuevo sindicato.

La Unión de Trabajadores de la Economía Popular no es solamente la visibilización de sectores fuertemente estigmatizados que se organizan, sino la demostración empírica de que frente a la crisis neoliberal macrista, les trabajadores más precarizades del sistema generaron sus propios trabajos y espacios de contención en las barriadas populares para paliar las penurias de manera colectiva y solidaria.

Las palabras del presidente de la nación, Alberto Fernández, dieron cuenta de que este proceso es un acierto político de quienes componen la UTEP. El presidente no sólo envió un saludo a quienes se hicieron presentes en el microestadio de Ferro el pasado 20 de diciembre, sino que alentó la iniciativa.

Cuando empezamos a militar en nuestros propios barrios y nos quedábamos sin laburo, fuimos capaces de crear nuevas formas de trabajo y de eso vivimos muchos años. Si somos capaces de salir de ese infierno, cómo no vamos a sacar este país adelante en unidad, con felicidad, con todo el movimiento popular saliendo a la calle a decirle que no al Fondo Monetario Internacional y a decirle que sí a todo el pueblo que quiera luchar por sus reivindicaciones[1], señaló quien será Secretario General de la UTEP, Esteban “el Gringo” Castro.

Por su parte el referente de la Corriente NuestraPatria, Fabián Gutiérrez, señaló a este medio que la importancia de este proceso de conformación del sindicato de la Economía Popular, es que “se generó la mayor unidad posible, una unidad en la diversidad”. Un proceso que posiblemente permitirá a les más precarizades luchar con mejores herramientas para conquistar sus derechos.

Nada casual la fecha elegida por las organizaciones para hacer la presentación de esta herramienta de lucha: hace 18 años muchas de las organizaciones que ahora conformarán la UTEP, eran parte de las jornadas de lucha popular del 19 y 20 de diciembre de 2001, que terminarían con la famosa retirada en helicóptero del ex-presidente Fernando De La Rúa.

Si bien la presentación de este nuevo sindicato parece ser un buen augurio para quienes tienen más vulnerados sus derechos, habrá que ver cuáles serán las dificultades que puedan surgir en el camino emprendido. Desde las negociaciones y posibilidades de ingreso al seno de la CGT, hasta la relación con el Estado como posible empleador (en principio) para estos sectores, al menos si lo expresado por algunos funcionarios -crear trabajo de calidad y digno e ir reconfigurando los planes sociales hacia ese sector- es verdad.

Grandes desafíos y grandes expectativas se abren alrededor de la conformación de este sindicato que terminará de elegir sus autoridades en enero próximo. Una nueva herramienta para un sector muy castigado por el macrismo en los últimos cuatro años y que indiscutiblemente podría significar una interesante vuelta de rosca en la inclusión de estos sectores a la estructura productiva del país.


[1] http://agencia.farco.org.ar/noticias/nuevo-sindicato-se-lanzo-la-union-de-trabajadores-de-la-economia-popular/

EL SIONISMO Y SU CONDUCTA CÍNICA Y CRIMINAL

EL SIONISMO Y SU CONDUCTA CÍNICA Y CRIMINAL

TIEMPO DE LECTURA: 9 min.

Por Pablo Jofré Leal*

La palabra cinismo se define como aquella actitud, ya sea de una persona o un grupo de ellas, que suele mentir o comportarse en forma hipócrita, procaz y hasta criminal. Esto, en forma contumaz, con descaro, desembozadamente, sin que ello conlleve un problema moral, político o de conciencia para estos cínicos.

Así, este concepto y su campo semántico, es perfectamente atribuible al régimen sionista, cuya sola existencia es prueba palpable de la acción de otros actores internacionales, dotados de este cinismo y que permitieron el surgimiento de Israel el año 1948. Una entidad, que junto al término de criminal, debemos asignarle claramente el de un sionismo dotado de un cinismo intrínseco, a partir de la política de ocupación y colonización, que lleva a cabo contra el pueblo palestino, desde el año 1948 a la fecha.

Un comportamiento consciente, defendido a ultranza por la casta política, militar  y una sociedad mayoritariamente dotada de una visión de mundo mesiánica, racista y donde la segregación y el concepto de superioridad son partes componentes y que salvaguarda y practica una política, que representa la impudicia de llevar a cabo un proceso de exterminio del pueblo palestino, sometido a la violación de sus derechos humanos integrales, por 71 años a cuestas de el más cruel de los procesos de ocupación y colonización, que haya sufrido pueblo alguno.

¿Por qué traigo a colación este concepto de cinismo cuando parece ser de sentido común el catalogar a Israel con este y otros términos? Tal vez, porque en nuestra condición de seres humanos, dotados de razón, creemos, que incluso en entidades de la calaña del sionismo, algo de lucidez puede ser entregado para nuestra sorpresa. Pero… ¡no! resulta un objetivo fuera del alcance o del mero sentido común. La hipocresía, la impudicia son parte consustancial al que se denomina pueblo elegido y que ocupa una tierra de la cual dice ser propietario por mandato divino.

Una entidad así se considera libre de hacer y deshacer lo que le venga en gana, en función de no rendir cuentas, que para eso el mesianismo le da el aval para violar derechos humanos de otros pueblos, pasar por encima del derecho internacional, agredir, desestabilizar gobiernos considerados enemigos, formar una alianza criminal junto al imperialismo y el wahabismo. No someterse a dictado alguno y menos reconocer la jurisdicción de instituciones como la Corte Penal Internacional.Y es aquí, en esta última organización donde el cinismo sionista se expresa en toda su magnitud.

El día 19 de diciembre pasado, la Oficina de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) anunció públicamente, que se tienen las pruebas y las bases para investigar a Israel por crímenes de guerra en los territorios palestinos, tanto de Cisjordania como de la Franja de Gaza, el primero ocupado desde el año 1967 y el segundo, ocupado físicamente desde el mismo año de Cisjordania, hasta el año 2005 y posteriormente bloqueado a partir del año 2006 (hasta el día de hoy) por tierra, mar y aire.Lo dado a conocer por la CPI tuvo un nombre: la Fiscal en jefe, Fatou Bensouda, quien señaló que “después de una evaluación exhaustiva, independiente y objetiva de toda la información confiable disponible para mi Oficina, el examen preliminar de la situación en Palestina ha concluido, que se cumplen todos los criterios legales establecidos en el Estatuto de Roma para la apertura de una investigación, con una base razonable para seguir con una investigación sobre la situación en Palestina, según el artículo 53 (1) del citado Estatuto”.

Artículo que señala que “el Fiscal, después de evaluar la información de que disponga, iniciará una investigación a menos que determine que no existe fundamento razonable para proceder a ella con arreglo al presente Estatuto…” y por lo señalado por Bensouda, esos motivos existen claramente sobre Cisjordania, Gaza y Al Quds Este, a pesar de que se revisará el tema de jurisdicción de la CPI pues Israel no es miembro del organismo con sede en La Haya. Cuestión que no debería ofrecer problemas pues la propia ONU y las resoluciones respecto a Palestina, señalan que estos son territorios ocupados, donde se ha exigido el retiro de las tropas ocupantes, el desmantelamiento de los asentamientos ilegales, la demolición del muro, el retorno de los refugiados entre otros puntos.

Resulta evidente que la CPI no sólo tiene jurisdicción en los territorios palestinos ocupados y bloqueados, sino también y esto aterra al sionismo, Israel puede ser investigado por la construcción de asentamientos y los colonos sionistas instalados allí, que en número de 650 mil violan la IV Convención de Ginebra en el marco de la prohibición de trasladar población ocupante (colonos) a territorio ocupado. Sume a ello las demoliciones de viviendas palestinas, la construcción del muro de segregación y aislamiento de aldeas, pueblos y ciudades cisjordanas, como también el muro que está cercando Gaza. Como también investigar lo que fue el ataque de la denominada Operación “Margen Protector” contra Gaza el año 2014 que se saldó con 3 mil palestinos asesinados, diez mil heridos y la destrucción de gran parte de la infraestructura del enclave costero.

Para dirigentes políticos palestinos como Hanan Ashrawi, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y veterana negociadora de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) frente a los israelíes el anuncio de la CPI “es un importante paso hacia adelante. Como pueblo palestino nos adherimos al Estatuto de Roma, convencidos en que los organismos internacionales den actuar en función de la justeza de nuestras demandas. Hemos invertido confianza y fe en la Corte Penal Internacional como un lugar independiente que puede garantizarles algo de justicia y reparación, frente a la multitud de crímenes cometidos por Israel contra la Palestina ocupada”

¿Cuál fue la reacción israelí?  La esperable, por supuesto, amenazas a diestra y siniestra. Ultimátum a las autoridades palestinas, exigiéndoles retirar la demanda efectuada por la ANP ante la Corte Penal Internacional el año 2015 cuando presentó su petición de ingreso ante el organismo internacional. Amenazas destempladas, agresivas, infames, como la del Ministro de Transporte sionista Bezalel Smotrich“Dale a la Autoridad Nacional Palestina un ultimátum de 48 horas para que retira su demanda, o será destruida inmediatamente la aldea beduina Jan Al Ahmar (en la Cisjordania ocupada).  Destruya – llamado a Netanyahu – Jan Al-Ahmar mañana por la mañana, y todos los días destruya otro asentamiento ilegal de árabes y europeos. En una guerra como esta, toma medidas fuertes desde todos lados” vociferó Smotrich. Lamentando que la denuncia palestina infrinja daños a la imagen de Israel en el mundo. Una imagen sostenida, sin duda, a punta de Hasbara y cientos de millones de dólares, junto a la compra de conciencias.

Se consigna que el anuncio de la fiscal de la CPI Fatou Bensouda ha generado pánico entre las autoridades israelíes, que temen que el fallo de la Corte de La Haya, al término de las pesquisas solicitadas por Palestina, resulte en masivas órdenes de arresto contra funcionarios y militares del régimen sionista “Un reporte publicado por el canal 12 de la televisión israelí reconoce que un gran rango de los actuales y antiguos funcionarios y personal militar del régimen de Israel podría ser perseguido en el escenario mundial en el caso de que la Corte Penal Internacional (CPI) cumpla con investigar sus actividades en los territorios ocupados palestinos”.

Por su parte el cuestionado primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el cínico mayor, ha mostrado su sorpresa por la decisión de la Fiscal Bensouda al afirmar que “la decisión de la Fiscal ha convertido a la Corte Penal Internacional en una herramienta política para deslegitimar al Estado de Israel. La fiscal ha ignorado por completo los argumentos legales que le presentamos”. En el caso del Fiscal general de Israel, Avijai Mandelblit, éste aseguró que la CPI, si bien ha examinado de formas preliminar una solicitud presentada por palestina, no tiene jurisdicción en Cisjordania o Gaza. “La CPI carece de jurisdicción en relación con Israel, ya que no pertenece a esta Corte y cualquier acción palestina con respecto a la Corte es legalmente inválida”.Unamos a lo señalado el error israelí de considerar que la jurisdicción de la CPI no puede existir porque Palestina no es un Estado. Pero Palestina es Estado observador no miembro de la ONU desde finales del 2012. 

Reitero, una opinión absolutamente equivocada, pues la CPI puede investigar todo crimen de guerra y de lesa humanidad, en este caso contra Israel y para ello no hay límites de jurisdicción. El tribunal en La Haya, efectivamente, sólo puede realizar investigaciones en estados firmantes del Estatuto de Roma que lo instituyó. Israel no adhirió a ese tratado internacional, aprobado en 1998 en la capital italiana pero…aquí se trata de crímenes de guerra y de lesa humanidad que son imprescriptibles y pueden ser perseguidos en todo lugar. Además, Palestina, al adherir al estatuto de Roma y al hacer suyo los territorios de Gaza y Cisjordania, hace patente que las trasgresiones a los derechos humanos y la violación del IV Convenio de Ginebra entre otras acciones del sionismo son posibles de investigar.

En esta visualización de entidades y regímenes cínicos, Washington y la administración Trump no podía ser menos. A través de una declaración emitida por el Departamento de Estado se rechazó, por considerarlo “injusta”,la decisión anunciada por la CPI a través del informe de la Fiscal Bensouda, quien ve bases suficientes para investigar a Israel por acusaciones de crímenes de guerra cometidos en los territorios palestinos.”Nos oponemos firmemente a esta y a cualquier otra acción que busque atacar a Israel injustamente”, expresó en un comunicado el titular del ente, Mike Pompeo.

El cinismo sionista, no se queda sólo en sostener que las acusaciones son infundadas, aunque las pruebas se multipliquen por miles. No le basta con seguir presentándose ante los ojos del mundo como el victimario devenido en víctima. En el agresor que se considera agredido, la entidad dotada de síndromes peligrosos, como el de disparar y llorar, con que justifica los crímenes más atroces que se puedan cometer contra el pueblo palestino. El paroxismo del descaro llega de los propios labios del primer ministro Benjamín Netanyahu, dirigente sionista, acusado además de corrupción, quien señaló ante el Informe de Bensouda “Este es un día oscuro para la verdad y la justicia. Esta es una decisión escandalosa e infundada”.Lo escandaloso es que el sionismo siga cometiendo crímenes sin recibir el castigo que merece. Lo abusivo es que Netanyahu y todos aquellos que masacran día a día a la población palestina, gocen de libertad. Eso es inconcebible además de vergonzoso.

Y para continuar mostrando al mundo que este Netanyahu, no sólo exuda cinismo, sino también la peligrosa enfermedad del falsario dirigente mesiánico, ha expresado, sin que un ápice de vergüenza se reflejara en su rostro que “nos asombra que Bensouda sostenga que “es un crimen, un crimen de guerra que los judíos vivan en su tierra natal, la tierra de la Biblia, la tierra de nuestros antepasados”, en referencia a las colonias judías en territorio palestino ocupado. Lo que oculta Netanyahu y siempre es necesario reiterarlo cuando los cínicos copan los medios de información y son apoyados además por Washington es que: Todos los asentamientos con colonos sionistas de creencia judía en Cisjordania, incluida Al Quds este e incluso en los ocupados Altos del Golán sirio son ilegales, según el derecho internacional. Y eso por más impúdico que seas, no lo puedes ocultar.

Netanyahu podrá encontrar “absurdas” las acusaciones palestinas y la decisión de investigar los crímenes cometidos bajo sus gobiernos y en general desde que nació  la entidad sionista, pero sus palabras de desprecio no ocultan la necesidad de justicia, que la verdad se imponga y sobre todo la exigencia,que políticos, militares, ministros y todo aquel responsable de la muerte de miles de palestinos, de cientos de miles de heridos y detenidos y la creación de un sistema de segregación racial y exterminio al estilo del nacionalsocialismo sean juzgados y sancionados. Los crímenes del sionismo no pueden seguir en la impunidad.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl
Neoliberalismo nunca más

Neoliberalismo nunca más

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Nasim Iusef Venturini*

El 19 y 20 de diciembre, se cumplieron 18 años de las jornadas que conocimos como el Argentinazo. En diciembre del 2001 explotó el programa de la Convertibilidad, que dejó un saldo de 39 muertos y muertas en todo el territorio argentino y una situación social de empobrecimiento y miseria en la que la pobreza alcanzaba a más del 50% de la población y el desempleo escalaba hacia el 18%.

Esta fatídica situación se alcanzó luego de casi 30 años de políticas neoliberales que se impusieron a punta de represión y muerte por parte de la última dictadura cívico-militar- eclesiástica, y que los posteriores gobiernos democráticos siguieron implementando.

Con el endeudamiento y la desindustrialización como bandera, se fue destruyendo el entramado socio-productivo de nuestro país, condicionando la política económica a partir de los elevados niveles de deuda externa que contrajeron sucesivamente dichos gobiernos. Este condicionamiento llevó a que en las vísperas de Navidad del 2001, el Presidente interino, Adolfo Rodríguez Saá, declarara el default de la deuda pública luego de más de 30 años de endeudamiento irresponsable.

Las políticas impulsadas por los militares a partir del ‘76 procuraron desarticular la industria argentina, lo que favoreció un esquema de valorización financiera en el que la deuda externa pasó de 7 800 millones a 45 000 millones de dólares en el ‘83. Así se destruyó la posibilidad de construcción de políticas económicas soberanas: el endeudamiento externo operó como salvavida de plomo en una economía que se contrajo producto de las políticas de ajuste estructural.

Los años que le siguieron a la dictadura fueron traumáticos en términos económicos. Los intereses en pugna, la crisis local e internacional de deuda y la imposibilidad de establecer un sendero de recuperación de la actividad económica llevaron al gran fracaso de la década del ‘80, que terminó con una crisis de hiperinflación.

Luego de la hiper, el imperativo de “ordenar” la economía siguió los postulados del Consenso de Washington y el programa neoliberal terminó de desembarcar con el “1 a 1” dispuesto en el año ‘91.

El endeudamiento creció a pasos agigantados y procedieron a profundizar el desguace del Estado: vendieron las empresas estatales (de carácter estratégico), lo que permitió que el desempleo avance y la pobreza se agudice, e impulsaron una lógica individualista perversa que hoy sigue presente en muchos sectores.

El programa económico neoliberal no solo endeudó y empobreció al pueblo argentino, sino que también permitió la proliferación de un discurso de odio e intolerancia hacia la otredad en la búsqueda de culpables internos a la crisis.

Luego del 2001, durante la transición de Eduardo Duhalde y la presidencia de Néstor Kirchner, se puso en tela de juicio el control soberano de algunos resortes de la economía y se comenzaron a aplicar medidas de reactivación del mercado interno, que permitieron que se generen procesos de empleo y distribución que ayudaron a muchas personas a salir de la pobreza en la que estaban sumergidas, producto de años de neoliberalismo.

La expansión económica amplió la capacidad de consumo de muchos sectores de la economía, dando lugar a un proceso de movilidad ascendente en el que muchas y muchos cosecharon los frutos de la bonanza, mientras que para otros sectores dichos beneficios no se consolidaron en términos de trabajo genuino.

En el camino de la construcción de políticas económicas soberanas, hubo errores y aciertos; pujas de poder internas y externas. Ante el ascenso social, se volvió a consolidar un discurso de repudio a las políticas distributivas, propio de los sectores más reaccionarios que no toleran que se construya justicia distributiva.

Este discurso no tenía razón de ser: se levantó en torno a acusaciones sin fundamento jurídico concreto y a una construcción “mentimediática” de la corrupción, que permitió la polarización del electorado, y que en un contexto de desgaste y crisis de las economías a nivel mundial (muy pocos países crecieron en el período 2010-2015), vuelvan a la Casa Rosada aquellos que representaron los intereses de los poderes más concentrados de la economía.

¡Construir dignidad es la tarea!

Entre el 10 de diciembre del 2015 y 2019, se volvió a aplicar el libreto neoliberal de desregulación, endeudamiento y quita de derechos para las mayorías. El encubrimiento mediático, la represión y la estigmatización a la otredad volvió de la mano de la persecución política (a un pibe lo metieron en cana por escribir un tweet en contra del presidente[1]).

El programa de ajuste devino en un recorte de políticas sociales y derechos. El manejo discrecional de los planes sociales, llevó a que aumente la cantidad de planes otorgados durante el macrismo, producto de las políticas económicas que iban dejando el tendal en materia de empleo y desamparo. Ante eso, la discreción estuvo por encima de una política de generación de empleo genuina que permita construir dignidad en vez de pobreza.

Lo que deja como enseñanza otro período de políticas neoliberales, que nuevamente endeudaron y empobrecieron al pueblo argentino, es que es necesario desarticular el discurso de odio e individualismo imperante, y poder poner los intereses comunes por sobre los personales: buscar formas de diálogo y trabajo para que todas y todos los habitantes del suelo argentino podamos disfrutar su riqueza y potenciar los aprendizajes para que nos desarrollemos construyendo derechos y respetando nuestra tierra.


* Lic en Economía, integrante del colectivo "Economía a pata", Co-conductor de “Promocionando la Salud” (Radio Futura – FM 90.5), responsable de la sección Economía de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Trinchera.

Bibliografía:
[1] https://www.diarioregistrado.com/sociedad/el-chico-que-estuvo-preso-por-tuitear-contra-macri-conto-como-fue-todo_a59f87196469c062c48782102

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