¿Finalmente el rey está desnudo? ¿El gran “Businessman” o “Showman” del Siglo XXI quedó entrampado en su retórica beligerante, supremacista y xenófoba? En política, sobre todo a escala internacional, nunca hay una respuesta cien por ciento certera, pero… las piezas se siguen moviendo.
Como se ha analizado en anteriores oportunidades, desde su retorno a la Casa Blanca, el presidente norteamericano, Donald Trump, ha librado una batalla sin cuartel en múltiples frentes. Batallas que se dan en medio de una crisis de hegemonía imperial no sólo en el plano político, sino en el económico, el militar, el tecnológico, cultural y fundamentalmente ético/moral.
Con el respaldo de EEUU (¿o los tienen amenazados con el caso Espetein?), el “pichón de Hitler” sigue haciendo una limpieza étnica en Gaza, y ahora el parlamento del Ente Sionista aprueba tomar el control de todo el enclave palestino. Pese a las diversas reacciones a nivel mundial, incluso dentro de Israel, parece que nada importa: El mensaje es que la masacre va a continuar. Algo que no se cansan de repetir distintos ministros, como el tristemente célebre, Amichai Eliyahu (ministro de patrimonio sionista), quien sostuvo que “El ejército debe encontrar maneras más dolorosas que la muerte para los civiles de Gaza. Matarlos no es suficiente”.
Y como si estas barbaridades no fuesen suficiente, no solamente Bibi Mileikowski (Netanyahu) amenazó a Starmer si reconocía a Palestina, sino que en paralelo Trump arremetió contra sus vecinos del norte por reconocer al Estado de Palestina. Algo que también había ninguneado cuando hizo lo propio el francés Macrón.
Pero como sabrán lo de las amenazas es algo habitual en la dinámica del magnate de peluquín que hoy ocupa el Despacho Oval. Sin duda los últimos hechos de peso en este sentido fue la imposición de sanciones tanto a Brasil como a la India. Éste último, un aliado histórico de EEUU, pese a que es uno de los socios fundadores del BRICS.
No conforme con haberle impuesto sanciones a todo el mundo (porque no se salvó ningún país), redobló la apuesta con 2 socios fundadores del bloque, bajo el argumento de que le compran petróleo a Rusia y que con ello alimentan la maquinaria de guerra de Putin. Como resultado, Lula y Modi fortalecieron su retórica soberanista, contestaron con contramedidas: mientras el brasileño impondría sanciones recíprocas, o dejará de, por ejemplo, vender café, que pasará a suministrarle a China; el hindú, entre otras cosas, frenó la compra de armamento a EEUU, luego de unos días de publicado un comunicado en el que expone la hipocresía de Occidente: “EEUU continúa importando uranio a Rusia, hexafluoruro para su industria nuclear, paladio para su industria de vehículos eléctricos” o fertilizantes y químicos.
Como si no bastara, recientemente también amenazó -nuevamente- a China con imponerle los famosos “aranceles secundarios” por seguir comprando hidrocarburos a Rusia. Cosa a la que el gigante asiático respondió de forma implacable: seguiremos garantizando nuestra soberanía energética en base a nuestros intereses. Además, salió a respaldar a Brasil y a la India.
Lo sorprendente del escenario no es que Brasil o China se hayan plantado, sino que lo haya hecho la India. Modi confirmó hace horas que participará el próximo 31 de agosto de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai en China. Será una visita luego de siete años sin viajar al gigante asiático, y luego de la escalada de tensiones que se vivieron hace algunos años. Organización en la que también participa Pakistán, otro aliado estratégico de China. Con sus políticas de aranceles, amenazas y bravuconadas ¡Trump está logrando lo que parecía casi imposible! Que converjan en un mismo evento Xi Jimping, Narendra Modi y quizás (por qué no) Shehbaz Sharif ¡Mega WOW! ¡De no creer! ¡Home Run para Xi si mete ese pleno”
De hecho, fue el mismo Trump quien reconoció públicamente (¡MEGA WOW!) que no sabe si las sanciones “tienen algún efecto”, pero que lo van a hacer. Y lo hizo luego de haberle dado un “ultimátum” de 10 días a Putin para que ponga fin a la guerra en Ucrania como si fuese el emperador del globo. Mandatario con el que, de hecho, anunció que se reunirá a mediados de agosto en Alaska (antiguo territorio ruso, vendido a los norteamericanos en 1867), cosa que luego confirmó el asesor del presidente ruso, Yuri Ushakov.
Este anuncio se da tan sólo unos días después del cruce entre Trump y Medvedev, que según el ex diplomático y analista británico, Alastair Crooke, podría convertir el conflicto en Ucrania en una guerra nuclear. Según este, Putin no está fanfarroneando con la cuestión de los submarinos nucleares, los misiles hipersónicos rusos son un “Game changer” por ser más precisos y efectivos que el armamento nuclear y porque ya están en producción masiva, para 2026 se estima te tendrán divisiones enteras equipadas con los Oreshnik, que son tan solo uno de los misiles de nuevo tiempo de los que dispone Rusia. En este escenario, uno hasta se podría imaginar al mandatario ruso, luego de tres horas de reunión, despidiéndose con una sonrisa, muy protocolar y formalmente, del enviado especial de Trump, Steve Witkoff, pero saludándolo internamente con un ¡Chau pichón, hasta el viernes!
Y en esta línea de continuidad temporal, posiblemente haya sido la difusión de la “noticia” de que Rusia dejaría de autoimponerse el no despliegue de misiles de corto y mediano alcance, lo que prendió las alarmas en Occidente. Tal como lo relata el ex marine norteamericano y ex analista nuclear de la ONU, Scott Ritter, vale aclarar que, en 2019, durante la primera administración de Trump, EEUU ya había abandonado el tratado INF (Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio) que databa de 1987, en tiempos de “Guerra Fría”, y que prohibía los misiles balísticos y de crucero terrestres con alcances de entre 500 y 5.500 kilómetros. EEUU ya había realizado pruebas de estos sistemas luego de romper el acuerdo, así y todo, Rusia continuó con su autolimitación para no provocar una escalada. Sin embargo, la paciencia rusa, como la de cualquiera, tiene un límite; y al parecer se agotó estas semanas.
Es por ello que, coincidiendo con lo analizado por el Dr. Alfredo Jalife, quizás el tema nuclear y retomar algún tipo de diálogo/acuerdo en materia nuclear/misilística, sea el tema más importante de lo que discutirán Trump y Putin este viernes 15 de agosto en Alaska; seguido por el reparto del Ártico.
Pese a los intentos por boicotear el encuentro desde dentro y fuera de EEUU; pese a las frases rimbombantes del comediante jázaro usurpador del ejecutivo ucraniano y de los “chihuahuas” europeos; pese a las amenazas repletas de humo del magnate de peluquín, lo cierto es que lo más importante es evitar un posible enfrentamiento nuclear entre las dos principales potencias del mundo, y discutir a qué otros actores se contemplarán en un posible nuevo acuerdo. Vale destacar que, por ejemplo, China no era firmante del antiguo acuerdo INF ¿Lo será en el próximo? Habrá que ver qué sucede dado el historial de violaciones sistemáticas de acuerdos de Trump, hecho que tanto Xi como Vlady conocen de memoria.
En esta misma lógica, los analistas Ezequiel Bistoletti y Fernando Moragón, señalan que podrían agregar en estas conversaciones temas colaterales a las consecuencias de la derrota de Occidente en Ucrania: las agresiones a Irán y la situación en Asia Occidental, los movimientos desestabilizadores en Moldavia y/o el juego que están haciendo en el Cáucaso sur con Armenia y Azerbaiyán. Todo esto sin perder de vista que posiblemente Trump querrá discutan cómo “echarle todo el fardo” a los europeos para dejar a EEUU “fuera” de la impactante foto de la derrota.
Tal como podrán observar, pese a la retórica, lo que hay de fondo es una batalla descarnada de EEUU y sus socios del Occidente Colectivo (pese a que Trump los ningunee y embauque cuantas veces pueda) contra los BRICS. Y en esta misma tónica se deberían leer muchos de los demás hechos que suceden en la actualidad: el supuesto acuerdo de resolución pacífica del conflicto entre Azerbaiyán y Armenia, mediado por Trump (que no es otra cosa que el Corredor de Zangezur para aislar a los armenios de Irán y competir con el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur); el aumento de la “recompensa” para la captura del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, un socio BRICS en la práctica, pese a que formalmente no sea miembro; la calificación de terroristas a los cárteles del narcotráfico y el actual despliegue militar de EEUU en norte, centro y sud América, puntualmente apuntando a México, Colombia, Venezuela, Nicaragua y Cuba; entre otros.
Pero lo “jugoso”, tal como sostiene el analista internacional brasileño, Pepe Escobar, aún está por llegar: posiblemente a mediados de octubre, el Politburó del Partido Comunista de China, realizará su cuarta sesión plenaria. Reunión que congregará a los 370 miembros del Comité Central del partido, donde se elaborarán los lineamientos del próximo plan quinquenal. ¡Sí! China elabora planes quinquenales y en ellos define cuál será su política, de acuerdo al contexto; ahora guerra comercial, de tarifas y de monedas mediante. ¡No es una reunión cualquiera! Encima, “el pleno tendrá lugar unas semanas después de que Pekín organice un gran desfile para celebrar el final de la Segunda Guerra Mundial”, donde Vladimir Putin es uno de los invitados de honor de Xi.
Y como si fuese poco, a finales de octubre (luego del delineado del próximo plan quinquenal de China y de una cumbre de la OCS que puede ser histórica) sucederá la Cumbre Anual de la APEC (o Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) en Seúl (Corea del Sur). Y si bien es un foro que está bastante desprestigiado, lo importante es que ¡podrían coincidir Xi y Donald! Una cachetada para el viejo Orden Unipolar, que daría una nueva señal de que el mundo se está reconfigurando muy rápidamente.
A esta altura del partido, está más que claro que las amenazas ya no estaría funcionando como antes para el imperio unipolar. Y los países BRICS saben muy bien que esto es así, por eso responden en conjunto. Y el resto del mundo lo está viendo en vivo y en directo ¡Los principales países del sur global ya no se callan!
Y de los jugadores medianamente grandes en esta ecuación, quizás, por peso específico y ubicación geográfica, sea el Brasil de Lula el que menos preparado esté para la embestida que se puede venir. Y esto es fundamentalmente porque internamente el gobierno brasileño no está tan consolidado como otros procesos, incluso si se lo compara con Venezuela. Las alianzas que conforman el gobierno de Lula no son tan homogéneas, sin embargo, todo parece indicar que, así y todo, en Brasil están comprendiendo que no tiene más opción que plantarse y dar pelea si no quiere terminar arrodillados y subsumidos a los designios de este imperio en decadencia.
Serán semanas y meses muy importantes. Habrá que analizar muy minuciosamente lo que decante de la reunión de Trump con Putin, y estar atentos y atentas a todos los detalles, porque como dice el dicho, ahí es donde radica lo importante. Es la delgada línea roja entre el ser y el parecer.

Nicolás Sampedro
Prefiero escucha antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.
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