EL CORDOBAZO Y LAS GRANDES REBELIONES DEL ‘69

EL CORDOBAZO Y LAS GRANDES REBELIONES DEL ‘69

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POR HÉCTOR AMICHETTI*


Resulta un aporte esclarecedor caracterizar cuál era el cuadro de situación económico-social a comienzos de aquel año 1969 en que se producirían en cadena una serie de puebladas que alcanzaron con el “Cordobazo” su punto culminante.


Al cabo de dos años y medio de gobierno del dictador Onganía, la moneda nacional había sufrido una devaluación superior al 70% lo que favorecía la compra de empresas nacionales por parte de capitales extranjeros y la constitución de importantes sectores monopólicos. Siguiendo los lineamientos económicos ensayados desde el derrocamiento de Perón por Prebisch, Alsogaray y Pinedo, entre otros, el ministro de economía Adalbert Krieger Vasena intentaba el equilibrio fiscal mediante el aumento de impuestos y la reducción del gasto público, a la vez que contenía progresivamente la inflación a través de un severo congelamiento salarial.

La situación de empobrecimiento en varias regiones del país era muy notable y el cierre de fuentes de trabajo motivó innumerables conflictos en los que se expresaba el malestar popular.  

En un documento emitido por la CGT de los Argentinos en enero de 1969 se decía: “El año que acaba de transcurrir deja en nosotros y en ustedes un sabor amargo. Durante 1968 el imperialismo aumentó su penetración, la oligarquía consolidó su poder, las fuerzas armadas acentuaron su papel de custodios de una minoría rapaz adueñada por la fuerza de las riquezas y los derechos. Se acercan nuevas batallas. Sepamos librarlas sin desaliento, sin miedo. Sepamos recorrer hasta el fin el camino que nos hemos trazado, junto al pueblo, por la revolución del pueblo”.

El FMI, en tanto, afirmaba que la marcha de la economía argentina iba por el camino correcto.

Adalbert Krieger Vasena, Ministro de Economía (1966-69) durante la dictadura de Onganía

“Todos debemos hacer sacrificios y conformarnos con un cachito menos de lo que recibimos”, ordenaba Krieger Vasena, palabras que generaban indignación popular cuando el semanario de la CGT difundía el incremento de las ganancias reflejado en los balances de algunos poderosos grupos patronales a lo largo de 1968: Ingenio y Refinerías San Martín de Tabacal había aumentado un 30% sus ganancias, Pirelli un 50%, Compañía Italo Argentina de Electricidad un 130%, Ingenio Ledesma un 180%, Gurmendi un 220%.

En contraste, los trabajadores y trabajadoras sólo habían recibido un aumento del 20% en 1967, un inapelable congelamiento salarial a lo largo de 1968 y el anuncio de un miserable 8% en bruto para todo el año 1969.

La reducción del salario real acarreaba una fuerte caída del consumo y profundizaba el estancamiento de la economía en general.

Esa delicada situación económica con sus graves consecuencias sociales, alimentaba el descontento popular, fogoneando la reacción que sobrevendría en los meses posteriores.


 LOS DIAS PREVIOS

A mediados del mes de abril, castigado por la desocupación y la pobreza, se levantó el pueblo de Villa Ocampo en el norte santafesino.

El cierre de ingenios mantenía desde hace tiempo en estado de rebelión a muchos pueblos de Tucumán.

El aumento de los precios de los tickets en el comedor estudiantil en la Universidad del Nordeste provocó -el 12 de mayo de 1969- un paro total en las facultades de Resistencia. En Corrientes se organiza un comedor estudiantil en el local de la CGT de los Argentinos, pocos días después la represión policial le arrebata la vida al estudiante Juan José Cabral

El 14 de mayo, unos 3000 trabajadores mecánicos de Córdoba convocados por el SMATA, realizan una asamblea en el Sport Club para tomar posición acerca de la amenaza gubernamental de acabar con el beneficio laboral el sábado inglés, al salir pacíficamente de la reunión son reprimidos, algunos trabajadores son internados con heridas de balas y otros son detenidos.

Las movilizaciones obrero estudiantiles se expanden por todo el territorio nacional: La Plata, Tucumán, Córdoba, Santa Fe. El 17 de mayo en Rosario, la policía reprime ferozmente una marcha callejera asesinando con un disparo a quemarropa al estudiante Adolfo Bello.

El 21 de mayo, las agrupaciones estudiantiles universitarias y secundarias de Rosario inician una movilización partiendo desde la olla popular instalada en la sede de la CGT de los Argentinos. Al día siguiente la ciudad es declarada “zona de emergencia”, lo que justifica la intervención de fuerzas combinadas del ejército y la policía que no logran amedrentar a un pueblo decidido a enfrentarlos en las calles. La gran pueblada que pasaría a la historia como “Rosariazo” agrega un nuevo mártir, el joven estudiante y aprendiz de obrero metalúrgico Norberto Blanco, de tan sólo 15 años, que cae bajo las balas asesinas de los uniformados.

El 23 de mayo, un grupo de 38 sindicatos realizan un masivo paro en el sector industrial, 7000 personas acompañan los restos del joven Blanco al cementerio, la Unión Ferroviaria se pone en pie de lucha ante la suspensión de sus delegados por adherir al paro y varios sacerdotes comprometidos con el accionar de obreros y estudiantes se niegan a celebrar el Te Deum, expresando de esa manera su repudio al gobierno.

Un centenar de detenidos en Salta, la situación casi fuera de control en Tucumán, dos facultades ocupadas en Mendoza, agitaciones en la Capital Federal, La Plata, Bahía Blanca. A esa altura de los acontecimientos la ferocidad policial no tiene límites. Tampoco la indignación popular. Ya no eran estudiantes y obreros, se les habían sumado madres, empleados. Las declaraciones en apoyo a las movilizaciones se sucedían unas a otras. Excepto el reducido círculo de los implicados en el gobierno, el pueblo estaba en lucha.

La CGT de los Argentinos convoca a un paro en todo el país para el 30 de mayo.

Tucumán se había convertido en el mayor foco de la rebelión, durante la noche del 27 de mayo se realizó la manifestación más grande que se haya hecho nunca en la zona. Después de una misa por los caídos oficiada en la iglesia San Gerardo, se organizó una marcha del silencio en dirección a la plaza encabezada por varios sacerdotes. La policía comenzó a reprimir a mansalva y se generalizaron los enfrentamientos que se prolongaron durante todo el día siguiente hasta la madrugada del 29 de mayo cuando Onganía decidió recurrir a  la intervención del ejército, quedando como saldo  de los enfrentamientos, 40 heridos y lesionados, más de 100 detenidos, barricadas por toda la ciudad y la Casa de Gobierno con todos sus vidrios rotos.


CORDOBA BAJO CONTROL DEL PUEBLO

Desde los primeros años de resistencia peronista tras el golpe militar fusilador de setiembre de 1955, el movimiento obrero cordobés había dado muestras de ser vanguardia en el desafío al nuevo orden establecido por la oligarquía que no admitía ni la presencia del Justicialismo en la vida política, ni la existencia legal de organizaciones fuertes de la clase trabajadora.

Fue en un Congreso de Regionales de CGT realizado en la ciudad de La Falda en 1957 que surgió el primer gran pronunciamiento de la clase trabajadora en resistencia, un programa que definía con absoluta claridad la necesidad de construir una Patria con plena soberanía e independencia económica como única forma de garantizar la justicia social en general y el respeto a los derechos de la clase trabajadora en particular.

Esa conducta consecuente del movimiento obrero organizado cordobés mantuvo una continuidad ejemplar a lo largo de los 12 años siguientes, lo que permitió que más allá de las diferencias  que ubicaban a los sindicatos en distintas variantes organizativas primara la unidad en la acción para enfrentar las injusticias del régimen.

Atilio López

EL SMATA, conducido por Elpidio Torres venía de una gran experiencia en tomas de fábricas y los acontecimientos posteriores a la asamblea del 14 de mayo habían provocado un salto de conciencia en los trabajadores mecánicos acerca de las formas más efectivas de enfrentar al gobierno de facto. La Unión Tranviarios Automotor liderada por Atilio López, de larga tradición combativa, había demostrado su enorme poder con un contundente paro de transporte realizado el 5 de mayo.

Agustín Tosco

Torres y López, integrantes de la CGT Legalista identificados con el peronismo, convocaron entonces a Agustín Tosco, quien formaba parte de la CGT de los Argentinos  junto a gremialistas con origen en la ortodoxia peronista y contaba además con muy buena relación con los sectores estudiantiles. Entre los tres conformaron el pilar organizativo que daría sustento a una de las acciones populares más trascendentales de la historia nacional.

Todos los sectores del movimiento obrero organizado convocaron a un paro activo de 37 horas que comenzaría a las 11 de la mañana del día 29 de mayo y se completaría con el paro general convocado por las dos CGT para el día 30. Los fundamentos de la medida eran el rechazo a las políticas del gobierno, el reclamo por reivindicaciones puntuales y, esencialmente, la exigencia del fin de la dictadura y la restauración de un gobierno constitucional y democrático.

Es preciso señalar que el Cordobazo no fue para nada una reacción popular espontánea, tuvo la preparación necesaria, siendo evaluado hasta el más mínimo de los detalles para alcanzar el objetivo deseado.

Las agitadas jornadas previas de aquel mayo cruzado por rebeliones populares en la propia Córdoba y en otras ciudades del país, brindaban experiencia suficiente como para estar eficazmente preparados para enfrentar la previsible represión.

No es necesario desarrollar en este texto un detalle acerca de las gloriosas acciones de aquel día, por otra parte ampliamente relatadas en infinidad de publicaciones a lo largo de los últimos 50 años. Las imponentes columnas de obreros mecánicos que marcharon desde el sur hacia el centro de la ciudad partiendo de la fábrica IKA-Renault, las que venían del norte con los trabajadores de Luz y Fuerza, nutriéndose a su paso con trabajadores y trabajadoras de otros gremios. La represión policial que se cobraba la primera víctima, el joven obrero mecánico Máximo Mena.

Los estudiantes tomando el barrio Alberdi como bastión inexpugnable de resistencia, la caballería mostrándose inoperante y el conjunto de las fuerzas policiales abatidas por barricadas, piedras y molotov hasta la virtual rendición, dando paso a la intervención del ejército.

La noche oscura, los francotiradores y una victoria que en definitiva recién sería celebrada al año siguiente con la retirada del dictador Onganía.


AÑO 1969… PUERTA DE SALIDA HACIA LA DEMOCRACIA Y EL RETORNO DE JUAN PERON

Ocurrió hace 50 años y sigue siendo en la actualidad una muestra de lo que nuestra querida Evita señaló con claridad en su último mensaje: “No hay nada que sea más fuerte que un pueblo. Lo único que se necesita es decidirlo a ser justo, libre y soberano. ¿Los procedimientos? Hay mil procedimientos eficaces para vencer: con armas o sin armas, de frente o por la espalda, a la luz del día o a la sombra de la noche, con un gesto de rabia o con una sonrisa, llorando o cantando, por los medios legales o por los medios ilícitos que los mismos imperialismos utilizan en contra de los pueblos. Yo me pregunto: ¿Qué pueden hacer un millón de acorazados, un millón de aviones y un millón de bombas atómicas contra un pueblo que decide sabotear a sus amos hasta conseguir la libertad y la justicia?. Frente a la explotación inicua y excecrable, todo es poco. Y cualquier cosa es importante para vencer”.

“Hay una sola cosa invencible en la tierra: la voluntad de los pueblos: No hay ningún pueblo en el mundo que no pueda ser justo, libre y soberano”.

En aquellas jornadas de Mayo, el pueblo argentino hizo en las calles una demostración de poder, manifestando su indeclinable voluntad de ser libre al enfrentar con enorme valentía a las históricas fuerzas de la oligarquía protegidas por las armas de la dictadura militar.

 Ha transcurrido medio siglo desde aquellos heroicos acontecimientos del año 1969, la llama que encendieron esas históricas jornadas siguen vivas e iluminan por estos días las intensas luchas que el pueblo argentino libra contra el salvajismo neoliberal.

Los intereses de la inmensa mayoría del pueblo resultan irreconciliables con los de las eternas minorías del privilegio que siguen hoy definiendo el destino de las mayorías a través de una democracia que se garantiza en las urnas pero no en las decisiones que luego adopta el gobierno que el pueblo ha elegido.

Las enseñanzas de aquellas puebladas siguen vigentes, en esta Argentina brutalmente endeudada donde el FMI define las políticas económicas y condiciona las políticas sociales, la Liberación Nacional es aún el desafío pendiente.

* Secretario General de la Federación Gráfica Bonaerense / CFT / FSMN / CGT
Daniel Catalano: “El pueblo está esperando que haya una CGT combativa”

Daniel Catalano: “El pueblo está esperando que haya una CGT combativa”

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Hoy estatales movilizaron a la Secretaría de Trabajo para negociar la recomposición del año pasado y, nuevamente, fueron reprimidos. El jueves marcharán al Ministerio de Modernización ‘contra el ajuste, los despidos y en defensa de nuestros salarios’. Dialogamos con el Secretario General de ATE Capital, Daniel el Tano Catalano, para analizar la lucha que están llevan a cabo los diferentes gremios que concluyeron en la masiva movilización del pasado jueves 4 de abril, el rol de la CGT y su conducción y de la lucha sindical en año electoral.

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Daniel Catalano, Secretario General de ATE Capital y Secretario Adjunto de CTA de los Trabajadores

Por Cintia Mansilla* y Luciano Montefinale**

 

–El pasado 4 de abril vimos una movilización que fue importante, que fue convocada desde la Secretaría de Industria de la CGT, hubo varios sectores que se plegaron a la convocatoria y uno que movilizó fuertemente fue la CTA de los Trabajadores y ATE Capital. Te pido que hagas un balance sobre lo que dejó la marcha y también de lo que planteó, lo que puso en agenda.

–Para nosotros la marcha era necesaria. Nos llevó un montón de tiempo poder llegar a este 4, en una movilización que se pensaba de tres días, que iba a salir de Rosario e iba a culminar con un paro general, iba a ser el mes pasado, llevó muchas horas de debate y articulación. Pudimos construir este escenario, esta movilización multitudinaria de un montón de organizaciones que entendíamos que era el momento de salir a la calle. Hubo varias lecturas, quizás no fue lo prolija que se esperaba porque no hubo lectura de documento, porque no hubo acto central, pero creo que el saldo es miles y miles de trabajadores ganando las calles.

–Algunas cosas que nos parecían interesantes analizar es la política económica del gobierno de la alianza Cambiemos, pero –profundamente– la necesidad de un paro general planteado desde diferentes dirigentes sindicales. Escuchamos a Daer plantear que no están las condiciones dadas todavía para hacer un paro general, ¿vos coincidís con esta visión, ¿la situación económica está en el debate de las centrales obreras pero no están conteniendo un posible paro?

–El razonamiento de Daer es complaciente con Cambiemos. Para nosotros están dadas las condiciones no sólo para llevar adelante un paro sino, también, para llevar adelante medidas de fuerza progresivas. Debería haber un plan de lucha que vaya garantizando al pueblo trabajador una instancia en la que vos puedas modificar la condición laboral, el modelo económico –hoy– no garantiza eso y se asusta a los trabajadores, porque se plantea que si paras te descuentan el día, desde cuándo el sindicalismo asusta a los trabajadores. Yo me siento muy lejos de lo que plantea Daer porque entiendo que hay otra secuencia que genere que vos tengas que poder salir. El pueblo está esperando que haya una CGT combativa, que haya una CGT que pueda salir y ser garante de pelea de derechos. Así que yo lejos de sentirme cercano a Daer, creo que son necesarias más movilizaciones, las hicimos todas y vamos a hacer todas las que sean necesarias. Y es necesario, ahora, generar instancias de resistencia.

–Decías de instancias de resistencia, al principio la crítica de que no hubo lectura de documento, que no se pudo constituir un acto, pero, en principio, la unidad de acción en la calle se pudo construir en esta movilización. Creo que esa unidad –y lo que expresan todas las convocantes que vinieron después de ese primer llamado que hace la CGT– también marcó una masiva movilización que fue generando las condiciones de que esa unidad se dé, con un diagnóstico que quizás sea el mismo, por los diferentes dirigentes sindicales que hemos podido escuchar. Se conjugó en la movilización lo que estaba pasando adentro del congreso. ¿La agenda de los candidatos, en un año electoral como este, es la misma que la de los de las centrales sindicales, que la de los trabajadores organizados?

–Debería ser la misma. Hay una parte de la política en sí que lo entiende de esa manera, y hay otra parte que está más preocupada por ver de qué manera se posiciona en el armado electoral. Todo es necesario porque hay que tener un armado electoral y disputarle a Cambiemos, pero nosotros vemos que hay –por suerte– una dirigencia política que llamó al Congreso a discutir un marco legal que nos pueda proteger. Estaban los mejores compañeros adentro bancando la pelea contra Cambiemos y la agachada de algunos que dicen ser peronistas. No está alcanzado por eso tenemos que llegar al marco electoral y ganarle a este modelo político que se nos impone, porque necesitamos un parlamento que pueda funcionar de cara a lo que el pueblo necesita. Así que es un año muy complicado para cualquiera, pero va a generar –para un lado o para otro– transformaciones muy fuertes, porque si se llega a consolidar el proyecto político de Cambiemos va a ser catastrófico para el pueblo trabajador, y si hay una recuperación por parte de un proyecto popular, hay que arrancar rápidamente con la industrialización. Va a haber una secuencia muy dinámica en el país.

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Movilización del 8 de abril de 2019 frente a la Secretaría de Trabajo. Foto: ATE Capital

–Con los datos económicos que estamos teniendo en la Argentina, la situación a futuro no es la mejor. Hace dos semanas hicieron una movilización desde ATE Capital y, como única respuesta, el gobierno los reprimió. Uno de los planteos, en esa oportunidad, era que la masa salarial de los y las trabajadores del Estado cayó un 30 o 40% en lo que va del gobierno de Mauricio Macri. Después de esta movilización en Capital Federal y de las sucesivas acciones que se dieron, ¿hubo respuesta del gobierno a esto?

–El gobierno nos citó para el lunes a discutir la paritaria 2018, para tratar de cerrarla. Por supuesto que no me citaron a mí, siendo una paritaria nacional citaron a ATE Nacional. Nosotros vamos a movilizarnos el lunes a la puerta de la Secretaría de Trabajo a reclamar nuestro espacio de discusión y vamos a ingresar a debatir. Sabemos que lo que van a proponer es insuficiente porque, ya en el 2018, perdimos entre un 20 y 35% de salario, en promedio entre las distintas escalas salariales, y el gobierno quiere ofrecer el lunes un bono de tres mil pesos y están evaluando un 5% de aumento salarial, cosa que nos complicaría muchísimo porque no habría recuperación. El 11 vamos a parar y a movilizar por la apertura de este año. Por un lado nos escucharon porque abrieron la mesa para cerrar el 2018, pero por otro lado no quieren discutir con nosotros porque saben que no vamos a aceptar lo que nos va a ofrecer.

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* Periodista de política nacional del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata) y del programa Columna Vertebral (FM 91.7 Radio Estación Sur), redactora de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

** Periodista. Productor general del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), editor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

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