Asesinaron a la madre de un militante de los DD.HH en Córdoba

Asesinaron a la madre de un militante de los DD.HH en Córdoba

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Lo que hasta el momento crecía como una reivindicación de los peores días de nuestra historia, esta semana trasvasó el relato: Beatriz Montoya, ex pareja de un militante desaparecido y madre de un militante de DDHH, fue hallada sin vida en su domicilio. El hecho sucedió tras meses de amenazas constantes que persistieron incluso tras el asesinato.

Este viernes, el militante por los derechos humanos Fernando Albareda, encontró a su madre Susana Beatríz Montoya sin vida en el patio de su casa, ubicada en Córdoba Capital. La autopsia confirmó que se trataba de un asesinato, lo que inmediatamente alertó y preocupó a toda la comunidad y organismos de derechos humanos, quienes vincularon el crimen con las constantes amenazas e intimidaciones que desde hace tiempo, tanto Susana como sus hijos, recibían por su militancia y la participación de Fernando en la organización HIJOS. De confirmarse este móvil, el crimen representaría el cruce de uno de los umbrales más temidos durante los últimos tiempos en relación al negacionismo creciente en nuestro país sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado nacional durante la última dictadura cívico eclesiástica militar.

Ricardo Albareda era subcomisario y militante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP),  y fue secuestrado en el año 1979, en manos de sus propios compañeros de las fuerzas de seguridad. Se sabe que estuvo detenido en el centro clandestino conocido como El Embudo, y que allí fue torturado y asesinado. Su hijo, Fernando, llevó adelante su militancia como hijo de desaparecido justamente en HIJOS Córdoba, y luchó para que se haga justicia por la memoria de su padre. Sin embargo, desde hace un tiempo ha comenzado a denunciar el envío de amenazas e intimidaciones que generaron preocupación tanto en él como en su familia.

Ahora, este viernes, el propio Fernando encontró sin vida a su madre luego de saltar por la pared de un vecino tras advertir que Susana no contestaba. La vivienda se hallaba en condiciones poco habituales, con las persianas bajas y la televisión prendida con el volumen alto. Las condiciones en las que se encontró a Montoya aún son parte del expediente privado en el que está trabajando el personal de peritaje junto al fiscal Juan Pablo Klinger, pero sí se destacó que el crimen fue hecho con alevosía. Por si fuese poco, dejaron un cartel que asegura: “Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos. #Policía”.

En diciembre, tras la asunción de La Libertad Avanza al gobierno nacional, se encontraron carteles con amenazas de gravedad similar, que iban de lleno contra Albareda: “Se te terminaron los amigos en la Policía”, y “te vamos a juntar con tu papito”, además de “vas a morir”, junto a cruces esvásticas y seis balas calibre 22 que acompañaban el mensaje denunciado por la familia. En ese sentido, Klinger estudia una custodia policial cercana que “no vio ni escuchó nada”.

Como se denuncia desde hace varios meses, tanto en este como otros medios, los discursos negacionistas enarbolados por el actual oficialismo surten efecto y no pueden ser despegados de un espacio político que sin dudas da vía libre al envalentonamiento de prácticas similares a las de los genocidas condenados tras el gobierno de facto. Albareda no es el único militante que ha sido amenazado desde la asunción de la Libertad Avanza, y es responsabilidad del Estado nacional garantizar el cuidado y la tranquilidad de todos sus ciudadanos. Para nada menor, es el dato de la reciente visita de un grupo de diputados a Alfredo Astiz, genocida condenado por múltiples crímenes cometidos durante la dictadura.

Así mismo, el militante de HIJOS aseguró que en las últimas semanas su madre se encontraba preocupada, ya que estaba próxima a cobrar un dinero como reparación por la desaparición de su esposo, y en los últimos días, había visto difundirse el monto de manera pública. Esto profundiza la desconfianza y las dudas de la familia, respecto sobre todo del personal que debía custodiarlos: “Desde el advenimiento de la democracia para acá, al no haberse depurado las fuerzas policiales, sospecho de todos”.

Por su parte, organismos de Derechos Humanos como Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo e HIJOS, exigieron el inmediato esclarecimiento del caso, justicia ante ello y la protección tanto a Albareda como al resto de su familia y otros militantes amenazados. 

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H.I.J.O.S.: mientras la sociedad y la dirigencia política repudia el hecho, el Gobierno sigue en silencio

H.I.J.O.S.: mientras la sociedad y la dirigencia política repudia el hecho, el Gobierno sigue en silencio

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Ni el presidente, ni la vice, ni la ministra de Seguridad condenaron la brutal agresión que sufrió la militante de H.I.J.O.S. por parte de dos desconocidos que la golpearon y amenazaron, y estamparon su firma con la sigla VLLC en una pared. Los típicos likeos de Milei a mensajes negacionistas, contrastaron más que nunca con el repudio generalizado, del pueblo y las organizaciones sociales y políticas, al hecho ocurrido.

El ataque con golpes y abuso sexual contra una militante de la agrupación H.I.J.O.S. conmovió a la sociedad y a casi toda la dirigencia política, menos a los integrantes de La Libertad Avanza (LLA). El presidente de la Nación, Javier Milei, y todas las líneas políticas (para abajo), incluida la militancia “libertaria” rechazó condenar el atentado y aún más: negaron que haya existido e intentaron instalar la idea de que fue una operación en su contra.

Como sucede ante cada crítica o hecho de la realidad que no le gusta, el presidente acudió nuevamente a sus redes sociales para bajar una línea autoritaria. Mediante su perfil de Twitter (ahora X), Milei compartió el mensaje de una de las militantes de la ultraderecha local, refugiada bajo el nick “Lady Market”, la usuaria sin identificación declaró en su perfil: “Increíble que usen a sus desaparecidos para operar contra el gobierno. Son mas mierdas de lo que uno piensa (sic)”. “Lo bueno es que cada vez tienen menos credibilidad (sic)”, agregó.

Por supuesto, Milei compartió el “tuit” de “Lady Market”, a quien semanas atrás recibió en Casa Rosada como parte de la muy acotada agenda oficial. En consonancia con la línea ya instalada, los trolls que operan para la Casa Rosada atestaron las redes de mensajes que cuestionaron la veracidad del hecho y se preocuparon por instalar que se trató de un falso atentado, de algo armado como parte de una operación opositora. Fue tanta la repetición que impusieron como tendencia de la red el término “opereta”.

El asesor presidencial y estratega de comunicación de LLA, Fernando Cerimedo, alentó la idea de una operación contra el oficialismo y apenas comenzó a circular la denuncia disparó desde su cuenta personal: “Cruzan cualquier límite. ¿Cómo van a inventar una cosa así?”. Por su parte, el vocero presidencial, Manuel Adorni, consultado en su habitual conferencia de prensa, se limitó a decir: “esperamos que la Justicia avance y se dé con el esclarecimiento”.

Incluso en la Legislatura, tampoco fueron capaces de repudiar el hecho. En este sentido, el jueves de la corriente semana la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires emitió una declaración oficial que condenó de forma explícita el ataque contra la militante de H.I.J.O.S. Todos los bloques votaron afirmativamente la declaración, menos La Libertad Avanza.

Pese al negacionismo del Gobierno, el pueblo y diferentes organizaciones repudiaron el hecho

Como era de esperarse, las primeras en repudiar la agresión fueron las Abuelas de Plaza de Mayo, además, reiteraron que “los discursos de odio son el caldo de cultivo de acciones y delitos violentos”. En estas líneas, el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, deliberó: “Esto está pasando en la Argentina y es promovido por el discurso de violencia política del Gobierno nacional. Quieren fomentar el negacionismo y el terror”, y agregó: “Este 24 de marzo demostraremos una vez más que la Democracia, la Memoria, la Verdad y la Justicia son irreversibles”.

A su turno, la Confederación General del Trabajo (CGT) manifestó en un comunicado el “más absoluto repudio” ante la agresión y la comparó con la “metodología utilizada por los grupos de tarea de la última dictadura militar”. En este sentido, recordó que “no podemos tolerar estas expresiones de violencia, que se dan en un marco de creciente conflicto social fruto de las políticas de ajuste que lleva a cabo el actual gobierno, que reproducen la misma lógica de la entrega del plan económico de Martínez de Hoz”, y concluyó: “¡Basta de violencia, exigimos justicia!”.

Por su parte, la CTA Autónoma se solidarizó con H.I.J.O.S. y repudió “este ataque político contra la vida e integridad de una militante” y exigió el inmediato esclarecimiento. También el Sipreba hizo mención del hecho y lo calificó de “gravísimo”, expresó su repudio y solidaridad con la víctima, su agrupación y todos los organismos de derechos humanos, y reiteró su “alerta y preocupación por los discursos violentos que son avalados y fomentan estas acciones”.

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, enfatizó: “Repudiamos este gravísimo hecho y exigimos su inmediato esclarecimiento. No podemos permitir que el odio y la violencia política se instalen en nuestro país”. El bloque de diputados de Unión por la Patria (UXP) compartió el comunicado de H.I.J.O.S. y agregó: “Abrazamos muy fuerte a la compañera. Y exigimos un rápido accionar de la Justicia. A 48 años del golpe, y a escasas horas del 24 de marzo, decimos muy fuerte Nunca Más”

Incluso la Unión Cívica Radical (UCR) manifestó su “solidaridad y acompañamiento a la víctima, su familia y a toda la agrupación H.I.J.O.S. frente al aberrante episodio” y exigió el esclarecimiento y la sanción a los responsables. “La sociedad argentina hace muchos años que decidió su convivencia democrática en paz y resolvió que no hay lugar para la violencia por razones ideológicas. Repudiamos estos hechos brutales y pedimos al Poder Judicial una rápida y transparente investigación para dar con los culpables”, prosiguió el mensaje de los radicales.

La Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) tomó nota de que los agresores “no buscaban robar nada material, solamente información de la agrupación”, no sin antes hacer “pasar por un calvario” a la víctima. El ente contextualizó el episodio en el aniversario del golpe y como un “producto del odio desparramado contra los derechos humanos”.

“Este momento de extrema violencia, oscuridad y revanchismo que atraviesa nuestro país, claramente fomentado por quienes tienen la obligación de respetarnos, aplicar la ley y gobernar para todos y todas”, enmarcó el episodio la Asociación Argentina de Actores y Actrices, y remarcó: “Intentan asustarnos, disciplinarnos, pero estos hechos nos movilizan aún más a ocupar las calles este domingo”.

Por último, la Comisión Provincial por la Memoria expresó su “repudio y consternación”. “La responsabilidad de este hecho recae directamente sobre el gobierno nacional, que alienta el odio, la violencia y la apología de la dictadura militar y sus atroces metodologías”, añadió. Además, reclamó el “pronunciamiento inmediato de LLA” que nunca llegó y enfatizó que “para detener esta avanzada neofascistas hace falta del compromiso de todas las fuerzas democráticas”.

A 25 años del nacimiento de los HIJOS de la memoria

A 25 años del nacimiento de los HIJOS de la memoria

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Por Juan Martín Palermo*

El pasado martes 14 de abril se cumplieron 25 años de la creación de HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio). La agrupación está compuesta por hijos e hijas de detenidos-desaparecidos de la última dictadura cívico-militar, que exigen juicio y castigo a los genocidas. Desde su creación, la organización ha tenido un papel preponderante en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, llevando adelante acciones que permitieron, en tiempos de impunidad, visibilizar la lucha y no permitir que la llama de la memoria se apague.

En 1985, el juicio que encarceló a las juntas militares responsables del genocidio y del terrorismo de Estado, provocó unos años después levantamientos militares que dieron como resultado las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Luego, los indultos decretados en 1989 por el recién asumido presidente de la Nación, Carlos Menem, y que concedían la libertad a los represores que estaban encarcelados, dejaron al descubierto el momento de mayor impunidad desde el regreso de la democracia. A raíz de esto y en este contexto, nació la agrupación HIJOS en 1995.

El primer encuentro de la agrupación a nivel nacional se dio en Córdoba, en Río Ceballos. En un principio, fue un espacio donde muchos se encontraron con personas que habían vivido situaciones similares que hasta el momento nadie conocía. Muchos militantes no habían encontrado hasta el momento el espacio para reclamar lo que tanto buscaban y ahí lo encontraron. Cada vez se incorporaba más gente y a medida que llegaban, empezaban a contar sus historias. Comenzó a ser un espacio donde había lugar para el testimonio y esto se convirtió en una especie de ritual que se repetía cada vez que alguien se sumaba. Uno de sus militantes que presenció el inicio de la agrupación, decía que lo que querían era “encontrar los denominadores comunes” en los sentimientos, las ideas, en las historias, para crear un espacio que los contenga y exprese.

Este modo de organización fue creciendo junto con la agrupación. La discusión pasaba por la manera en que se iba a llevar adelante la lucha: si la pelea contra la impunidad era desde un punto de vista ético, sabiendo que difícilmente iba a hacerse justicia, o si la lucha a través de la acción iba a permitir “conseguir” lo que tanto anhelaban. Como se consideran “gente de acción”, optaron por la segunda opción. A partir de esto, tuvieron un objetivo claro y sabían cómo llevarlo a cabo. No se quedaban en el dolor, en la tristeza o en la bronca por todo lo que había pasado, sino que buscaban, con alegría y esperanza, que se haga justicia por la memoria de sus padres.

Al no garantizarse todavía el fin de la impunidad, optaron por una herramienta que hasta el momento era innovadora. La frase “si no hay justicia, hay escrache” pasó a ser una bandera de la agrupación. La idea de los escraches era poner en evidencia a la sociedad que los asesinos y torturadores estaban entre nosotros. Localizaban los domicilios o trabajos de los represores, y organizaban una movilización para alertar a los vecinos de que en su barrio había un responsable del terrorismo de Estado. 

El escrache viene del lunfardo y quiere decir “poner en evidencia algo que está oculto”. Pero los militantes además de poner en evidencia que ahí vivía un represor, creían en el escrache como un acto de justicia. La intención era empezar a crear conciencia de a poco en las personas del barrio o vecinos y que ellos mismos condenen a los genocidas cuando los vean en la calle.

El primer escrache que se organizó fue a Jorge Luis Magnacco, un partero de la ESMA que sometía a las mujeres detenidas a parir en condiciones aberrantes y que al momento del escrache trabajaba como jefe de ginecología en el Sanatorio Mitre. Se organizó una movilización hacia la puerta del sanatorio reclamando que echen a Magnacco y con aerosoles “marcaron” el lugar para dar cuenta de que ahí trabajaba un represor. Luego, en el mismo día, llegó el dato que el médico vivía a unas diez cuadras del lugar y decidieron marchar hasta su domicilio. Así fue como, espontáneamente, nació el escrache. Hasta 2008, la agrupación con sede en Capital Federal, había realizado más de 50 escraches. Entre los militantes y las personas que apoyaban su causa, se aprendió que se podía lograr una condena social ante la falta de condena judicial.

Uno de los escraches que más magnitud tuvo fue el realizado a Jorge Rafael Videla en el año 2006. Unas 10 mil personas se concentraron en la puerta del domicilio del genocida ubicado en el barrio de Belgrano, en Capital Federal, repudiando que se encontrara bajo prisión domiciliaria y no en la cárcel, destino que iba a tener tiempo después, luego de que el Estado se convirtiera en herramienta de transformación y decidiera la cárcel común para todos los responsables del genocidio. Se utilizó una grúa que se elevó hasta el quinto piso del edificio donde se encontraba el departamento de Videla para “hablarle de frente”. De la máquina, colgaba una bandera de unos cuantos metros, que tocaba el suelo y tenía los rostros de los desaparecidos. Se pronunció un efusivo discurso donde se lo insultaba y a su vez, aprovecharon la ocasión para mandarles un mensaje a los demás represores que seguían libres. “A donde vayan, los iremos a buscar”, gritaba el orador a unos 20 metros de altura.

Escrache a Videla

La casa de la Militancia-HIJOS funciona en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (Ex ESMA) y es el lugar donde se reivindica la lucha por la verdad y la justicia por los 30 mil compañeros detenidos-desaparecidos. Allí, donde funcionó el centro clandestino de detención, tortura y exterminio más grande del país, actualmente funciona la radio “La Imposible”, y propuestas de educación pública y gratuita como la Tecnicatura de Periodismo Deportivo, perteneciente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, entre otras.

(página oficial HIJOS capital)

En momentos donde era impensado que se cumpliera con el reclamo de Memoria, Verdad y Justicia, donde el neoliberalismo azotaba la economía argentina y la pobreza crecía y alcanzaba niveles sin precedentes, donde las empresas públicas se privatizaban y ante la apertura feroz de las importaciones, una gran parte de la población quedaba  desempleada,  donde los represores caminaban por las calles como si nada hubiesen hecho, la agrupación HIJOS y otros organismos de Derechos Humanos  como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo resistieron e hicieron visible un reclamo que pedía a gritos que fuese escuchado.

La llama de la memoria amenazaba con apagarse y con el reinado la impunidad para siempre. Hoy, 25 años después y gracias a la lucha, es una llama que nos emociona y nos llena los ojos de lágrimas cuando la miramos de frente. Y si de algo tenemos certeza, es que nunca van a permitir que se apague.


* Estudiante de Licenciatura en Comunicación Social con orientación en periodismo en UNLP, redactor en Revista Trinchera
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