Hambre en Uruguay: sin pan y sin paz en los barrios

Hambre en Uruguay: sin pan y sin paz en los barrios

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Hay hambre en Uruguay: suena tan fuerte, como increíble. Es un país donde se produce alimento para 30 millones de personas, con una población de poco más de tres millones y donde hay casi cuatro vacas por persona. La pandemia de covid-19 y la del gobierno neoliberal liderado por Luis Lacalle dejan al desnudo un sistema voraz e insaciable que deja a miles con la panza vacía.

¿Y el pan para hoy?

En las últimas semanas empezaron a circular por medios de prensa, informes y noticias sobre casos de hambre  y mala alimentación en centros educativos de Montevideo. Los titulares se esparcieron como pólvora y el debate se instaló en medios oficiales y redes sociales. La primera reacción del gobierno fue negar y desacreditar tales situaciones.

La vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, consideró al respecto que “estamos asistiendo a la construcción de un nuevo relato por parte de la oposición”. “Se llegó a hablar de hambruna, se llegó a hablar de fracaso en las últimas horas. Seguramente, en breve también alguien puede llegar a comer pasto, como se nos dijo alguna vez”, comentó el 18 de mayo en una rueda de prensa.

La referencia a comer pasto es a la crisis del 2002. Un docente de esa época relató que conoció casos de gente que comía pasto en una especie de caldo del mismo. El caso resonó por todo el país e internacionalmente. La derecha desde allí se encargó sistemáticamente de que dicho episodio se convirtiera en un mito y una leyenda de mala fe por parte de la izquierda.

“Acá hay gente que, en lugar de buscar que los niños coman, busca salir en el diario”,  dijo el consejero de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) Juan Gabito en el programa radial En perspectiva, con suma frivolidad.

Números fríos, realidad caliente

Según la encuestadora Cifra, un 52% de la población entiende que el desempleo aumentó, un 62% que la inseguridad aumentó y un 84% que la inflación también, pese a la sempiterna mueca-sonrisa de Lacalle..

Inseguridad(es) a la uruguaya – Por Nicolás Centurión – NODAL

Un relevamiento de la Usina de Percepción Ciudadana, buscó recoger la opinión de la población sobre seguridad y hambre, y arrojó que la mayoría de la población entiende que el hambre y el desborde de la situación de la seguridad son una realidad palpable a diario.

Frente a la pregunta sobre cuán de acuerdo está con la afirmación “Hay mucha gente pasando hambre en Uruguay”, 63% de la población estuvo de acuerdo o muy de acuerdo, mientras que 15% no estuvo de acuerdo ni en desacuerdo y 20% estuvo en desacuerdo. Dos por ciento no sabe o no contesta.

Mientras el acuerdo con la frase alcanza a 75% en los sectores socioeconómicos bajos, en los sectores medios alcanza a 64% y en los altos a 55%. Las mujeres tienen un nivel de acuerdo mayor (71%) en relación a los hombres (55%).

Seguridad pública

La inseguridad volvió a ser la principal preocupación de los uruguayos, según la última encuesta de Opción. La preocupación por el tema aumentó 11 puntos porcentuales en el último trimestre (pasó de 18% a 29%) y el mayor incremento se dio entre los votantes de la coalición multicolor de derecha, en el gobierno.

Diez muertos en una guerra entre dos familias narco que ya lleva seis años – Información – 16/03/2021 – EL PAÍS Uruguay

Aunque si se suman las distintas temáticas consultadas, la realidad económica es la que más preocupa. Un 14% menciona la suba de precios, otro 14% el desempleo, 10% los bajos salarios y  9% la pobreza.

La encuesta de la Usina  de Percepción Ciudadana también consultó sobre la seguridad con la frase “La seguridad pública está desbordada”. Los resultados arrojan que 66% de la población se encuentra de acuerdo con la afirmación, mientras que 16% no está de acuerdo ni en desacuerdo y 16% está en desacuerdo. 2% no sabe o no contesta.

Dato mata relato

El sociólogo y director de opinión pública de la consultora Opción, Rafael Porzecanski, advierte en base a las últimas mediciones que el gobierno enfrenta “un trimestre complicado”. Ve “caída” en aprobación de Lacalle por encima de fluctuaciones habituales. “Una de las grandes piedras en el zapato del gobierno, y con la que le ha costado lidiar, es la tarifa de los combustibles”, opinó.

La encuesta de Opción, consultó sobre de quién se cree que es la responsabilidad de los problemas económicos. Para casi la mitad de los encuestados, 48%, los problemas económicos mundiales son la principal causa de los que tiene el país; 27% cree que la responsabilidad es del gobierno, mientras que 17% la atribuye al gobierno previo.

Ollas populares en Uruguay trabajan sin pausa para saciar el hambre ante la crisis económica a un año de pandemia | Video | CNN

El informe de Opción Consultores aclara que, por primera vez desde que se aplica esta pregunta (segundo trimestre de 2020), “quienes atribuyen mayor responsabilidad al gobierno actual superan a quienes atribuyen mayor responsabilidad al gobierno anterior”.

El oficialismo se ha parado siempre sobre dos pilares en su relato y justificación de acción de gobierno. La primera es echarle la culpa de todo al centroizquierdista Frente Amplio. Según dicha encuesta, esta táctica empieza a hacer agua. La segunda sigue más firme y es la de mostrarse indemne e indefenso ante las condiciones externas.

Es cierto que Uruguay es un punto en el concierto internacional y no gravita. Pero si todo es culpa del afuera, que entreguen la llave de la casa de gobierno y se dediquen a hacer negocios, que de eso saben.

Niega niega que algo quedará

Como en el 2002, la coalición gobernante de derecha se escuda en las causas externas, que existen, pero no explican todo el panorama. La actitud pasiva del gobierno, como si se estuviera maniatado de pies y manos, no condice con las sucesivas subas de combustible y los recortes en varias áreas del Estado.

Lacalle dijo que Justicia no es "presionable" y afirmó que presencia de  Heber en Durazno para "respaldar" a policías fue un "buen gesto" -  Teledoce.com
Lacalle y Heber, el ministro del interior:¿de qué se rién?

En el 2002 fue la aftosa, la corrida cambiaria en Argentina. Hoy la excusa  exterior para ajustar a la interna es la pandemia y la guerra en Ucrania. La premisa es negar; como se negó a los niños que comían pasto en la última catástrofe socio-económica del país. Toda crítica es tomada como “traición a la patria” como diría una senadora incontinente y verborrágica.

Se pide “no poner palos en la rueda” desde el gobierno, pero el propio palo en la rueda son los gobiernos oligárquicos que condenan a otra generación al hambre, a la desnutrición, a desarrollarse en condiciones indignas, mientras las exportaciones no paran de engordar al gran empresariado.

Artículo publicado originalmente en Periferia

Nicolás Centurión
Nicolás Centurión

Como dice un rapero: «por amor y por vicio… se convirtió en mi oficio.» La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

No tienen nada bueno para ofrecer

No tienen nada bueno para ofrecer

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Si bien la derecha siempre ha intentado imponer su forma de comprender la historia y por consiguiente su forma de ver el presente, la realidad es que siempre existió una tensión entre quienes pretenden sostener el status quo y quienes buscan romperlo para construir una sociedad más justa y equitativa.

La famosa “grieta” de la que habla la prensa hegemónica y que fue impuesta como concepto por la derecha, siempre ha existido. Desde la fundación de los estados nacionales que hoy conocemos, las disputas entre quienes reivindicaban un proyecto político popular y quienes pretendían el gobierno de los criollos acomodados estuvieron en tensión. Por momentos muy marcadas y por otros con una de las partes imponiendo su visión.

Si miramos la histórica completa la derecha, los sectores conservadores y acomodados casi siempre lograron imponerse. No sólo por su poderío económico, sino porque fueron quienes propugnaron las traiciones a los procesos independentistas de la primera hora. Hecho que no dista mucho de la actualidad. El poder económico en complicidad con los imperios de turno, impusieron a punta de pistola su forma de comprender el mundo y los vínculos sociales.

Pero quienes reivindicamos la necesidad de una segunda y definitiva independencia nunca hemos sido derrotados. Siempre resistimos a sus embates y aunque por momentos esas fuerzas parecieron casi extintas, siempre estuvieron ahí, recuperando terreno lentamente hasta una nueva irrupción.

Lo que hoy vemos en países hermanos del continente como Chile y Colombia con sus puebladas e levantamientos populares contra la injusticia no es muy disímil a lo vivido en nuestro país en el 2001. Pueblos hastiados de tanta injusticia, del saqueo y la miseria planificada que dijeron basta.

Estos dos países -al igual que Perú- no fueron parte de esa primera oleada de gobiernos populares conquistada entre finales del siglo pasado y principios de este. Esa es la novedad, que esos tres países (Chile y Perú este año y Colombia en 2022) podrían significar un giro de 180 grados en sus gobiernos, volviéndolos parte de un equilibro de fuerzas en el continente.

De igual manera será de importancia estratégica para la región que el Frente de Todes gane las parlamentarias en Argentina o que AMLO y sus aliados logren un buen resultado en las parlamentarias, municipales y de gobernadores en un México que tampoco fue parte de esa primera oleada progresista en la región.

Por otro lado, nadie podría negar el peso específico de Brasil, no sólo para Sudamérica sino para todo el continente. Un país que el año que viene tendrá unas elecciones presidenciales determinantes y que todo indicaría que luego de la recomposición de los derechos políticos de Lula, su posible candidatura se convierte en una esperanza no sólo para el pueblo brasileño sino para toda Nuestra América.

Lógicamente a estos escenarios electorales se suma la heroica resistencia de Venezuela, Cuba y Nicaragua, asediadas brutalmente durante la administración Trump y que todo indica que continuará durante la de Biden, aunque quizás con algún matiz.

Las derechas del continente nunca tuvieron un proyecto que contemplara a los pueblos de los países que gobernaban. Siempre la respuesta ha sido el saqueo, la miseria y el hambre planificada y la represión ante quienes se rebelaban contra esos poderes instituidos que oprimían a las grandes mayorías.

En Argentina, la experiencia macrista pudo tener un mandato al frente del ejecutivo nacional. Las organizaciones sociales, las de derechos humanos, los sindicatos y la comprensión de que era necesaria la unidad del peronismo lograron recuperar el control del gobierno en tiempo récord.

En Bolivia se derrotó un golpe de estado en menos de un año. Evo Morales y las fuerzas populares de ese país lograron revertir lo que parecía enterrar el tiempo nuestroamericano en el más profundo agujero. La paciencia, la conciencia política y la organización vencieron al terror que ofrecía la derecha golpista.

Así las cosas, el México de Andrés Manuel parece haber inaugurado la rotura de espejismos de aquellos países que no habían sido parte del proceso de gobiernos populares de principios de siglo. Chile, Colombia y Perú parecen encaminarse en el mismo sentido aunque no se debe subestimar el poder y la respuesta de las fuerzas reaccionarias enquistadas en el poder. El componente de la juventud parece ser determinante en todos estos casos. Jóvenes sin futuro hijos de padres endeudados hasta el tuétano o sin trabajos estables. Una generación que se rebela ante la injusticia.

En Venezuela la derecha antichavista se vio obligada a cambiar de estrategia dado que las sanciones unilaterales de EEUU y la lógica de la violencia callejera o las intentonas de intervenciones extranjeras no lograron doblegar al gobierno revolucionario de Nicolás Maduro.

Si bien la derecha sigue teniendo la mayoría del control de los gobiernos, no se puede predecir por cuánto tiempo este mapa seguirá pintado con los mismos colores, más bien podría decirse que hay grandes posibilidades de que los proyectos populares vuelvan a ponerse de pié en la región.

La pandemia ayudó a unas derechas sin muchas ideas novedosas que simplemente se limitan a saquear y hambrear a los pueblos cuando son gobierno, o a poner palos en la rueda y apostar al fracaso y la destrucción de los gobierno populares cuando les toca estar en la oposición.

Nuestra América tiene grandes posibilidades de reencauzarse en un nuevo proceso de gobiernos populares, una segunda oleada revolucionaria que siga avanzando hacia una segunda y definitiva independencia. Los pueblos del continente pujan cada vez con más fuerza en esa dirección.

Pero la reacción de la derecha no puede subestimarse. La victoria del banquero Guillermo Lasso en Ecuador debe servir como caso testigo de que si no consolidamos los procesos de unidad en cada país, la derecha se rearticula y pone a andar toda su artillería para ensuciar la cancha, condicionar a las fuerzas populares y de ser posible intentar fragmentarlas.

Lo que debe quedar claro es que sea mediante el voto en las urnas o en los alzamientos populares en las calles, la épica y la mística revolucionaria, de solidaridad, de empatía y de justicia social debe primar para reconfigurar los lazos de unidad que consoliden en el ideario popular continental, que nos enfrentamos en todos los territorios ante un mismo enemigo y su bestialidad. Porque desde el Río Bravo hasta la Patagonia la lucha sigue siendo contra la opresión del imperio y sus lacayos locales.

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Tener hambre cuesta vida

Tener hambre cuesta vida

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Alex Campo se llamaba el pibe.
Alex Campo tenía hambre.
A Alex Campo lo asesinó Rodolfo Sánchez.

Durante las vísperas del 25 de Mayo, en un campo de Cañuelas (precisamente en el kilómetro 72,5 de la ruta 205), un pibe de 16 años buscaba liebres para cazar con dos amigos y algunos galgos. Querían algo para comer, pero se cruzaron con un impune de la oligarquía, un patrón de estancia, dueño de la tierra y al parecer, de las vidas que se cruza. Uno de esos que no pueden ver más allá de sus vidrios polarizados o su codicia recalcitrante. Uno de esos que gana y gana y gana, sin saber nunca lo que es perder.

Los dos amigos del barrio Guzzetti que acompañaban a Alex, José Luis y Agustín, contaron que Sánchez les dijo: “Levántelo y llévenselo de acá”, desde su Dodge RAM 4×4. Nunca se bajó de su asiento. Antes de intentar salvarle la vida al pibe, decidió llamar al 911 para decir que “habían entrado a robarle”. Decidió matarlo.

“Es un campo pelado, no hay ningún animal en 3 km a la redonda”, “el lugar se describe como un descampado con amplios caminos de tierra asentada para la circulación de vehículos” son algunas de las frases que se repiten en las declaraciones de amigos y familiares de Alex, pero los testimonios de Sánchez parecen intentar tapar el sol con las manos: “Vi a dos personas que se iban llevando un ternero en brazos. Fui hacia la zona tocando bocina y mientras los perseguía apareció otra persona de la nada, no sé si de abajo del paso o de atrás de una vaca, por lo que intenté frenar de golpe y eludirlo pero no pude porque había rocío y las gomas de la camioneta están gastadas”.

¿La atención puesta en un supuesto ternero no le permitió ver que iba a matarlo? ¿”De la nada”? ¿no lo vio hasta abrirle la cabeza y desgarrarle el hígado? El informe de su autopsia demuestra que murió por el impacto del vehículo. Sánchez declaró haber conducido a “20 o 30 kilómetros porque había vacas y caballos en el lugar” pero los daños causados en el cuerpo de Alex aseguran que el impacto sucedió a unos 60 o 70 kilómetros, por lo menos. La vista estaba clara y la decisión, también.

Uno de los hermanos de Alex relató: “Cuando me acerqué, vino la policía. Les pedí que me ayudaran y el tipo se acercó y en vez de pedir que ayudaran a mi hermano, dijo ‘ahí está tirado el chorro’”.

Noelia Campo, tía de la víctima aseguró que “Alex era tranquilo, no hay nadie que hablara mal de él. Era un buen chico, solo queremos justicia.” La causa, que está a cargo de la fiscal Norma Pippo, fue caratulada como “homicidio agravado por alevosía” y prevé la pena de prisión perpetua.

Pablo Sánchez, padre del asesino, fue propietario de una estación “Shell” ubicada sobre la ruta 205 y afiliado a la Sociedad Rural local. Paralelamente, se dedicó a la actividad agropecuaria en un campo cerca del paraje “El Taladro”, en Cañuelas, provincia de Buenos Aires. Rodolfo continúa el mismo camino, dedicándose a la cría de caballos. Compitió durante muchos años en Endurance, una disciplina hípica de resistencia y estrategia. Ganó competencias y representó al país en un mundial que se desarrolló en Dubái en 1998, obteniendo el cuarto puesto. Tuvo un accidente que lo desvió de su carrera, pero no perdió; Sánchez no sabe lo que es perder.

Luego de ser detenido, se conoció que la camioneta que conducía contaba con 20 infracciones de tránsito en CABA y Provincia de Buenos Aires, sumando un monto de 75 mil pesos. De esas 20, ocho fueron por exceso de velocidad.

También se supo que el estanciero se dedica a los negocios inmobiliarios y la lotería. Tiene cheques rechazados en el transcurso de estos meses por falta de fondos y aportes impagos a sus empleados. No es lo último, por supuesto. Contrajo deudas con ARBA, carga con tres juicios pendientes: dos por las patentes de la camioneta con la que mató a Axel (que son de 400 mil pesos) y uno por no pagar el impuesto inmobiliario.

Alex era un pibe de 16 años, estudiaba en la Escuela Media N° 2 de Cañuelas, trabajaba como peón de albañil y durante un tiempo, jugó en el club de rugby “Las Cañas”. Se había comprado su primera moto, empezó a militar en el MTL (Movimiento Territorial de Liberación), participaba en un comedor del barrio y cuando podía, en la murga. Era un pibe que como muchos otros, se cruzó con los abanderados de la propiedad privada, los famosos dueños de la pelota.

Dentro de este sistema capitalista, la propiedad privada se encuentra por encima de la vida y este crimen demuestra, una vez más, que la oligarquía agraria de Argentina estrecha lazos constantemente con “la mano dura” y con el desprecio por la vida de todos aquellos que circulan por fuera de sus alambres de púa electrificados, por la de todos los sectores populares que sostienen familias enteras tejiendo lazos de solidaridad. Solidaridad que nunca conocerán porque dentro de sus muros, quien aplasta más cabezas, gana.

Son ellos, que han sabido arrebatar sueños y perpetuar dolores, aquellos que viven en una realidad paralela y no saben lo que es tener la panza vacía. Aquellos que nunca supieron lo que es perder nada. Los mismos de siempre.

Pasaron pocos días del 25 de Mayo, pasaron 210 años desde que decidimos conformar el primer gobierno patrio para sacarnos de encima a los colonizadores, reyes y señores. Pero acá estamos, seguimos como en ese momento dando la vida para terminar con las desigualdades de nacimiento, seguimos dando la vida para construir una patria justa, libre y soberana. Seguimos dando la vida para que nunca más, ningún Rodolfo Sánchez arranque de raíz los sueños de los nuestros. Seguimos dando la vida para que esa patria justa, soberana y libre se convierta en una realidad. 


Militante de la juventud de la Corriente Nuestra Patria Berisso 
y estudiante de Ciencias de la Educación en la UNLP.
Casimiro Elías: “El gobierno sigue protegiendo intereses empresariales como ha sido a lo largo de toda la historia de nuestro país”

Casimiro Elías: “El gobierno sigue protegiendo intereses empresariales como ha sido a lo largo de toda la historia de nuestro país”

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Revista Trinchera dialogó con el militante guatemalteco y actual Secretario Nacional de la Juventud del Movimiento Político “Winaq”, Rudy Israel Casimiro Elías, quien analizó la situación en su país ante la aparición del COVID-19.


¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?

Cabe recordar que Guatemala ha vivido una colonia de muchos, muchos años. Luego de ello, llevamos 80 años de gobiernos de derecha que han hundido al país y han entregado sus recursos, tanto a las oligarquías nacionales como a las mismas transnacionales que hacen alarde de las pocas riquezas que el país posee. Esto nos posiciona como uno de los países con altos índices de pobreza, de desigualdad, una educación precaria.

En los últimos años se ha retrocedido con gobiernos corruptos. Gobiernos que no les ha importado el pueblo, más allá de sus intereses empresariales y personales de quienes nos han gobernado.

Exactamente hace un año se dieron unas elecciones para un nuevo gobierno. Se terminó el período del ex presidente Jimmy Morales, completamente para el olvido, con cero ejecución a favor del pueblo y una retórica lucha por beneficiar a los sectores empresariales. Quedó electo un gobierno que comenzó el 14 de enero de este año. Otro personaje elegido por partidos de derecha.

En sí, Guatemala, hasta el momento es gobernado por la derecha y siempre respondiendo a intereses empresariales y no a las necesidades del pueblo. Esto nos deja en una situación compleja ante el COVID-19, porque no tenemos la capacidad hospitalaria, ni la inversión en salud y educación para hacer frente a una pandemia de estas magnitudes, que el mundo entero está enfrentando. Es una de las grandes características y desventajas que tiene nuestro gobierno, aunque los medios de comunicación llenen las columnas de los periódicos o los canales de televisión, diciendo que estamos preparados, que contamos con la infraestructura, esto no es cierto.

En Guatemala se siguen viviendo las secuelas del Consenso de Washington. Se busca la privatización de todos los servicios públicos, y entre estos, definitivamente, la salud. Por eso proliferan, abundan, hospitales y sanatorios de índole privado y el sector público olvidado, lo que lleva a que mucha gente prefiera ajustar sus ahorros para pagarse un tratamiento privado antes que dejarse morir en el sector público. Esto ayudará a entender que Guatemala no cuenta con la serie de infraestructuras necesarias para enfrentar esta pandemia que ya nos está llevando a todos.

¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?

El gobierno actual, como mencionaba, comenzó el 14 de enero y creo que ya se enfrenta a esta pandemia. No le ha dado tiempo de reaccionar ni de estar preparado.

Una de las características del gobierno es que no responde a los intereses del pueblo y esto se notó desde el primer día en que Guatemala se declara en alerta por el COVID-19 y se declara el estado de calamidad.

En primera hora, el presidente -el Dr Alejandro Giammattei Falla-, hace un llamado por cadena nacional para comunicarse al país y dejar en claro las medidas a tomar para enfrentar la pandemia. Medidas fuertes y muy acertadas que podían detener la propagación del virus. Pero resulta que 24 hs después, vuelve a hacer un enlace nacional para echar atrás ciertos puntos que se habían mencionado. Hizo más blando el confinamiento. Esto no sucedió porque al presidente se le haya ocurrido, sino porque el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), reaccionó de inmediato. Un sector que se iba a ver altamente afectado tuvo que actuar de inmediato y eso hizo que el gobierno retroceda en ciertas medidas.

Desde entonces el gobierno ha adoptado una actitud prepotente. A diario se están dando conferencias de prensa, se enlaza a nivel nacional a todos los medios de comunicación y salen a dar la cara, pero no permiten preguntas.

Otra de las características es que se han hecho préstamos millonarios (20 millardos para enfrentar la pandemia). Préstamos que ya fueron aprobados desde el congreso de la república y del gobierno central, pero que no se ven sus ejecuciones. Es algo por lo que el pueblo sigue luchando, porque no se ve donde está el auxilio del gobierno.

El gobierno sigue protegiendo intereses empresariales como ha sido a lo largo de toda la historia de nuestro país. Esto se puede analizar desde el decreto 15/2020. En este decreto, firmado por el Congreso de la República, establece que los servicios básicos -de momento- no puedan ser cobrados por las empresas y que a su vez estas no puedan cortarlos. La población no puede quedarse sin energía eléctrica, sin agua potable, internet u otras cuestiones. Este decreto protege al ciudadano para que no sufra. Ese pago se podría realizar en los 12 meses posteriores a la pandemia de forma diferida.

El señor presidente no sancionó la ley, decidió vetarla, por errores que él asume como errores técnicos y que la ley tenía ciertas lagunas. En sí, ocupó todo el tiempo para poder dar una respuesta, atrasando los procedimientos. Hasta hoy, que el congreso le devuelve la ley y la sanciona para su aprobación y nuevamente el presidente la bloquea. Lo hace porque la derecha en Guatemala, se ha caracterizado por gobernar pactando favores con el sector empresarial. Entonces no puede decirle a los dueños de la energía eléctrica que no se cobre o que no pueda hacer presión para cobrar porque eso los hundiría. El gobierno ha tomado esta actitud de proteger a los sectores poderosos, dejando desamparado al pueblo.

¿A qué le atribuís la actitud adoptada por el gobierno?

Hay un fenómeno que se da a nivel país, pero que se da en otros países de la región: los gobiernos de derecha, obviamente, responde a un sector y se busca sacar provecho de esta situación.

Guatemala se ha caracterizado que los estados de calamidad o estados de excepción, por situaciones del mismo occidente geográfico del país que es muy propenso a sufrir por daños climáticos y esas cuestiones, se han aprovechado para endeudar al país y para que algunos salgan beneficiados.

El gobierno que hoy está a la cabeza del país, tiene financistas y desde ese punto, hay que cumplierles. La pandemia se presta como anillo al dedo para pagar esos favores. Definitivamente se ha notado esa cercanía al sector empresarial nucleado  en el CACIF. Incluso en una de sus conferencias de prensa, el presidente sale rodeado de los representantes de estas cámaras de comercio, diciendo al país entero que no tengan pena, que ellos no van a ser tan malos, o que no van a cortar los servicios. Pero fue sólo un discurso, pero sin sancionar la ley 15/2020 que sería la que le garantizaría al ciudadano, el goce de los servicios básicos.

¿Qué efectividad consideras que tienen las medidas adoptadas?

A la fecha el país tiene más de 1100 contagios por COVID-19. Ya son más de 60 días desde que se comenzaron a adoptar ciertas medidas para la contención del virus. Pero resulta que en esta semana (precisamente ayer 16 de mayo), se declaró un confinamiento total (0 movilidad), las 24 hs del día. De 8 a 11 de la mañana hay un espacio leve para que alguien pueda ir a la tienda de barrio. Las medidas se han venido endureciendo cada día más.

Esto resume que los 60 días que se adoptaron al principio no fueron tan funcionales porque no ha permitido detener el avance del virus. Esto se relaciona a una cuestión que va más allá, porque el gobierno anterior firmó con EEUU el pacto para ser el tercer “país seguro” y de recibir a todos los deportados de ese país. Entonces hoy, Guatemala, recibe una gran cantidad de migrantes que vienen de los EEUU. Y no es que no se quieran recibir, el caso es que no los traen con las medidas necesarias, no se están cumpliendo con las pruebas al momento de entrar al país y esto ha generado que la propagación se siga dando.

Al final de cuenta, las medidas no han sido las más acertadas. Lo que sí se ha creado es una crisis económica en el pueblo.

¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?

En Guatemala se da la particularidad que existe una oposición, pero de nombre. Al final de cuentas, oposición, oposición no es. Y no lo es porque la correlación de fuerzas entre partidos progresistas o de izquierda, es una cuota muy baja. Es decir que de 163 diputados en el Congreso de la República, únicamente se cuenta con 18 diputados. Esto hace difícil que haya una verdadera oposición. Lo que sí existe son divisiones de intereses, entonces cuando hay pastel grande para repartir, esta supuesta oposición se sienta a negociar y al final no crean oposición, ni para bien ni para mal, a un gobierno. Entonces el papel de la oposición se podría decir que es inexistente. Hasta el momento el Congreso de la República le ha tendido la mano al gobierno. Se han aprobado todos los estados (de calamidad y de excepción), los préstamos millonarios que se están haciendo, la distribución presupuestaria y su readecuación. No ha existido una oposición real.

¿Cómo repercutió este nuevo escenario en la economía nacional?

La economía nacional del país se ve bastante afectada. Hace algunos años escribí un artículo donde ponía “la economía informal, un mal necesario para la supervivencia en nuestro país”. Resulta que la mayoría de las personas radican en la economía informal. No existe capacidad industrial, una capacidad de servicios, o fuentes grandes que provean empleo a miles o millones de guatemaltecos.

Los guatemaltecos tienen que decidir entre trabajar la poca tierra que tienen o ir a las calles a vender: comprar mercancías por la mañana que luego vende durante el día y que guarda para reinvertir al siguiente día una parte de sus ingresos, y la ganancia la utiliza para cubrir sus gastos del día a día. La economía del guatemalteco es del día a día con un salario mínimo de 3 mil quetzales (equivalente a unos 300 dólares), con una canasta básica que cada día sube más, entonces es una economía con una precariedad muy alta. Definitivamente si el guatemalteco vive del día a día, si no puede salir a trabajar y a generar ingresos, el golpe es fuerte.

La economía interna del país y de sus habitantes hoy se ve muy afectada. El rumor más grande es “no vamos a morir infectados por el virus sino de hambre”. Esto es lo que se apresta a vivir en el futuro inmediato del país.

¿Cómo repercutió la pandemia en el día a día del pueblo?

En las calles de la ciudad capital se puede ver gran cantidad de personas con banderas blancas, pidiendo ayuda porque ya no tiene para el sustento de su familia. A lo largo de las carreteras que van al interior del país, también se los puede ver.

Resulta que la ayuda que ha prometido el gobierno, los distintos programas, las ayudas a los campesinos, a la economía informal, a la pequeña y mediana empresa, y toda una diversidad de programas que se aprobaron por el Congreso de la República a través de préstamos, luego de 60 días de confinamiento, no han llegado. No se ve por donde comenzará a llegar esta ayuda al pueblo.

La economía está definitivamente detenida. No hay forma de que esta progrese. Los mercados cantonales, que son los proveen y abastecen la canasta del guatemalteco, están cerrados. Entendemos que no se puedan abrir porque también serían focos de contagio y de rebrote del virus. Únicamente se están abriendo las grandes cadenas y tiendas de super mercado, pero al final son ganancias -únicamente- para un sector empresarial como Wall-Mart, de México y Centro América, capitales fuera de nuestro país.

Por lo tanto, la pandemia tiene un efecto directo sobre los guatemaltecos de a pie. Sobre las capas medias y bajas que su día a día es trabajar para generar ingresos para sostenerse. Los ingresos de Guatemala están basados en las remesas que los connacionales envían trabajando en el extranjero. Esta es una de las fuentes más grandes de ingresos y que sostienen activa la economía del país. Porque a través de esas remesas la industria de la construcción, del consumo. Desde el momento que se frenaron las remesas se frenó el trabajo a nivel local.

Claramente la situación afecta de manera distinta al sector rural porque en esos sectores se está acostumbrado a otros niveles de subsistencia porque cuentan con huertos familiares, porque las familias saben guardar el maíz (que es la base de la alimentación guatemalteca) o prepararlo para un año de consumo al igual que a los frijoles. Esto les da cierta garantía de tener para echar mano. Cierta parte de los sectores rurales tienen esta defensa ante la crisis.

El área urbana que vive de los supermercados, de la comida rápida, no tiene esta posibilidad y está siendo muy afectado en este momento. Va empeorando día a día, al punto que hoy (16 de mayo) varias poblaciones ya se han levantado y han dicho que no van a continuar con el confinamiento porque no es posible que la economía local, que produce las hortalizas, no pueda sacar la producción a los mercados y esta se tenga que tirar, mientras los camiones del transporte pesado sigan circulando y llevando productos de empresas grandes.

Ante el confinamiento total, algunas poblaciones han decidido bloquear carreteras, desobedecer el confinamiento, no porque no crean en la circulación del virus, sino porque o se mueren contagiados o se mueren de hambre. Hay que tener en cuenta que la composición de la población guatemalteca donde las familias son numerosas, sin mayor acceso al sistema de educación, viviendo con 40 quetzales al día (alrededor de 5 dólares). Con esos ingresos es complicado sostener a una familia de 5 o 6 miembros.

¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?

Cabe recordar que en Guatemala las FFAA tienen un pasado muy oscuro. Desde la historia más reciente del enfrentamiento interno, pasando por la contrarevolución de 1954 y luego los años de conflicto armado interno, donde las FFAA jugaron un papel fundamental para preservar gobiernos de derecha o de dictaduras aliadas al gobierno norteamericano; la invasión de fincas, pueblos arrasados y desaparecidos por las FFAA.

Esta situación ha marcado un antes y un después y nos ha dejado, después de los acuerdos de paz, donde se supone que se acabó el conflicto, tenemos unas FFAA corruptas. No toda su institución, sino sus dirigentes, que se han adueñado de grandes recursos del país, como en el gobierno de Otto Pérez Molina (que fue noticia a nivel mundial), donde hubo una gran red de corrupción en el sistema aduanero. O gobierno como el último con un gran afín a las FFAA y al Ejército Nacional.

Ante esto se ha tenido una política de limpieza de su imagen, de lavarle la cara a las FFAA, y hoy en día es notable verlas llevando la poca ayuda que entrega el gobierno. Están cumpliendo ese rol de reparto de las bolsas con víveres e insumos necesarios para vivir. Eso lo han utilizado para limpiarles ese pasado tan oscuro.

Además, la verdad es que es muy complicado hablar de las FFAA. No han hecho otra labor más que querer llevarse 31 millones de quetzales para reparar un avión que data de 1960, y que algunos expertos dicen que sale más barato comprar uno nuevo, pero se empeñaron en reconstruir esa nave. Entonces parece que el ejército está cumpliendo con la finalidad de también tomar su parte dentro de los grandes préstamos que se otorgan.

¿Cuál es la actitud de los empresarios?

Habría que reconocer que en Guatemala no existe un empresariado fuerte y capaz de darle empleo a una población y de activar la economía del país. Existen casiques, monopolios pequeños que se han adueñado, a su sabor y antojo, de la producción y la distribución de las necesidades básicas del guatemalteco.

Lo que no puede ser es que un sector empresarial trate de aprovechar la pandemia para solicitar una exoneración de impuestos de 100 años. Y lo hicieron, quisieron pasar esa ley. Lo intentaron hacer porque tienen la mayoría de los diputados del congreso. Y si no pasó es porque la población se manifestó en redes sociales.

El sector empresarial sale en tv haciendo donaciones a los hospitales temporales que se han abierto. Aparece algún consorcio donando mascarillas o trajes para el sistema de salud, donando alimentos o camas. A eso se ha reducido el sector empresarial. Pero lo que en realidad ha hecho es bloquear la posibilidad de que el gobierno sancione el decreto 15/2020 que mencioné anteriormente.

El tema es que la constitución política les da ciertas viabilidades. Nuestra constitución guarda ciertos derechos como la libre empresa, la protección a la propiedad privada, entonces basados en ciertos artículos ellos acusan de inconstitucionalidad a ese decreto, diciendo que atenta contra la propiedad privada y contra la libre empresa.

Se maquilla todo a través de donaciones, pero que al final no son más que cortinas de humo para no quedar mal parados ante la pandemia.

Del mismo modo, ¿Cómo están actuando los medios de comunicación?

Los medios de comunicación tienen mucho peso en Guatemala, porque existe una sola línea. No existen los medios de comunicación alternativos. Hoy las redes sociales hacen el intento pero es muy escueto este avance. Se ha perseguido a radios comunitarias que trataban de hacer comunicación interna y local. Es un monopolio de la comunicación y ante este monopolio han logrado tener gobiernos y gobierno de derecha a través de la manipulación de los medios de comunicación.

Es claro que los medios están del lado del gobierno. Tenemos una prensa muy amarillista, donde a diario suena lo de la pandemia, los muertos, de cuánto sufre una persona contagiada, de cómo es un proceso de entubación o que algún contagiado se escapó, etc. Al final es una prensa de miedo. Una prensa que ha logrado crear una psicosis dentro de la población. A excepción de algunos pueblos que se han levantado como ya mencioné.

La mayoría del país apoya y asume que las medidas del gobierno han sido las mejores porque a diario pasan cadena nacional y con una alta carga de mensaje religioso. Se termina cada intervención diciendo “Dios bendiga a Guatemala”, llamando a la población a hacer cadenas de oración, cadenas de ayuno, para pedir que Dios nos salve y tenga misericordia de nuestro país.

Este mensaje, teniendo en cuenta que tenemos una población altamente religiosa, cae en este círculo que construyen los medios de comunicación. Esto fue efectivo los primeros 50 o 60 días de confinamiento, pero en esta última semana se han visto temas distintos porque las redes sociales han empezado a romper porque la ayuda no lleva, no se ve donde están los préstamos, y obviamente a una prensa mala como la que tiene Guatemala, ya no se le cree tanto y la gente comienza a dudar de la finalidad y los objetivos del gobierno.

¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?

El tema de la pandemia va avanzando en nuestro país. Se deberían haber tomado medidas extremas como las que se están tomando hoy en día, pero desde el principio, para su contención, pero no se hizo.

Hoy lo que primero habría que hacer es crear la viabilidad, para que la ayuda llegue de inmediato a los pueblos. Y cuando digo de inmediato, me refiero a que debe ser ya, porque la situación se está complicando cada día más. La gente se está quedando sin recursos para alimentarse y esos es necesario cubrirlo.

La ayuda debe llegar a los más necesitados, pero hoy en las aldeas, en los barrios, no se trata de quien sea el más necesitado, toda la colonia, toda la población está padeciendo a raíz de que llevamos 60 días sin ingresos, donde la economía no ha tenido cómo activarse y prácticamente se han acabado las reservas. Es necesario y urgente que el gobierno pueda distribuir ayuda a toda la población.

Otra de las medidas a tomar, y que sería viable, maximizar las pruebas. No puede ser que se sigan tomando 800, 1100 pruebas al día, 1500 a lo sumo. Deben maximizarse las pruebas porque de esa forma se van a identificar a las personas contagiadas y poder frenar la propagación del brote.

Por otro lado, a nivel nacional, existe una gran duda respecto de las pruebas. Mucha gente no tiene los síntomas pero los resultados le dan positivos. Ellos manifiestan que es todo un engaño porque ellos están sanos. Desde el gobierno se ha dicho que son personas asintomáticas. Se generó una duda muy grande de si en realidad los números que se están dando son reales o no.

 Esto sumado al control de las fronteras, que es algo que no se ha hecho. Mucha gente sigue entrando por puntos ciegos; muchos retornados de EEUU siguen ingresando sin ninguna medida de protección, sin haber hecho cuarentena, sencillamente llegan y se reúnen con sus familiares y la propagación se da a gran escala.

La verdad es que esperamos que Guatemala salga de esto lo antes posible porque así como se están tomando las medidas y así como se está encarando la problemática se avecina una crisis mucho más grande. Pero no por la pandemia, sino por la crisis económica y el daño (que ya está hecho) a las familias, porque están altamente endeudadas, sumado a los despidos masivos. Se vienen tiempos altamente complicados para Guatemala en este fin de año y quizás también en 2021.

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