De la Desmalvinización a la Disuasión

De la Desmalvinización a la Disuasión

TIEMPO DE LECTURA: 13 min.

La recuperación de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y sus espacios marítimos, tal como lo ordena nuestra Constitución Nacional, es un objetivo permanente e irrenunciable del Pueblo Argentino. De este mandato soberano se desprende, como imperativo de la defensa nacional, la necesidad de desarrollar y fortalecer todos los medios necesarios para afirmar, defender y eventualmente restituir nuestros derechos frente al poder ocupante (nuestro enemigo histórico, el Reino Unido de Gran Bretaña), mientras persista su usurpación ilegítima de nuestros territorios australes y sus pretensiones sobre la Antártida Argentina.

La soberanía no es declamativa; se ejerce. Como enseñaban los pioneros antárticos Pujato, Leal y Olezza, la soberanía existe en la medida en que se la hace efectiva. De lo contrario, se reduce a un significante vacío, una promesa incumplida para la Nación.

Para alcanzar el doble objetivo estratégico en el Atlántico Sur —recuperar lo usurpado y ejercer lo propio de manera incontestable— identifico cinco áreas fundamentales. En términos castrenses: en la retaguardia profunda se encuentran la cultura identitaria, la educación patriótica y el desarrollo científico-tecnológico e industrial soberano. En la vanguardia inmediata actúan, de manera coordinada, la política exterior y la Defensa Nacional.

Las Fuerzas Armadas son el instrumento esencial del poder nacional para materializar estos objetivos. ¿Qué es la Defensa Nacional? Es un bien público supremo, cuya ausencia solo se percibe en la crisis. Se vincula a la existencia, permanencia y desarrollo libre de la Patria. La Ley 23.554 la define como “la integración y la acción coordinada de todas las fuerzas de la Nación para la solución de aquellos conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas, en forma disuasiva o efectiva, para enfrentar las agresiones de origen externo”. Su fin es garantizar la soberanía, la independencia, la integridad territorial y la autodeterminación. Abarca todo nuestro espacio soberano: continental, insular, marítimo, aéreo y el sector antártico. La ley es clara: la Defensa Nacional es un derecho y un deber de todos los argentinos.

Las FF. AA. son el instrumento que la Defensa Nacional esgrime para poder cumplir sus objetivos. Ahora bien, ¿Qué es la Defensa Nacional? Es un bien intangible, sólo se siente su ausencia ante emergencias nacionales. Está vinculada a la existencia, permanencia y desarrollo de una Nación. De acuerdo con la Ley de Defensa Nacional N°. 23.554, el textual afirma: es la integración y la acción coordinada de todas las fuerzas de la Nación para la solución de aquellos conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas, en forma disuasiva o efectiva, para enfrentar las agresiones de origen externo.

Su fin es garantizar de forma permanente la soberanía e independencia de la Nación Argentina, su integridad territorial y capacidad de autodeterminación, proteger la vida y la libertad de sus habitantes. Abarca los espacios continentales, islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y demás espacios insulares, marítimos y aéreos de la República Argentina, así como el sector antártico argentino.

La misma Ley define a las FF. AA. como el instrumento militar de la Defensa Nacional y, tal como mencionamos más arriba, prevé su integración con medios humanos y materiales orgánicamente estructurados para posibilitar su empleo en forma disuasiva y efectiva. Y nos da un dato no menor, la Defensa Nacional constituye un derecho y un deber para todos los argentinos.

Sin embargo, en la actualidad nuestra Defensa Nacional enfrenta graves problemas. Con el retorno de la democracia en 1983, una parte de la sociedad y gran parte del campo intelectual, especialmente el progresista, se planteó la necesidad de desarmar y reducir al mínimo nuestras Fuerzas Armadas (FF. AA.). Después de la enorme catástrofe que significó la dictadura cívico-militar para nuestro país, era entendible y lógica la fractura entre la institución militar y la sociedad argentina.

Esta concepción se vio reflejada en la desmalvinización y en el drástico descenso del porcentaje del PBI destinado a Defensa en los primeros años de democracia, que cayó del 3,5% del PBI en 1983 al 1,8% en 1989. Durante la década de 1990, dicho presupuesto siguió disminuyendo hasta cerrar el decenio en el 1,1%. A esto hubo que sumarle el cierre y/o privatización del 90% de las empresas relacionadas con el sector.

En la actualidad, año 2025, Argentina continúa profundizando su deterioro presupuestario en materia de Defensa, con una inversión equivalente al 0,62 % de su PBI, marcando una tendencia decreciente y generando un obvio impacto negativo en las FF.AA. Hace pocos días se supo que el porcentaje del PBI destinado a la Defensa para el 2026 es aún más bajo, tocando un piso histórico negativo absoluto al proyectarse destinar sólo el 0,57% del PBI. Este gobierno por más que discursivamente dice una cosa, en los hechos no hace más que profundizar la desinversión y el abandono al cual nuestras FF. AA. han sido sometidas durante los últimos 40 años. Esta cifra, la más baja de la historia, preocupa principalmente por dos razones:

La falta de un presupuesto acorde a los gastos proyectados para el próximo ejercicio puede generar una subejecución presupuestaria en las fuerzas para cuidar y racionar (aún más) los escasos fondos percibidos para su funcionamiento, generando un deterioro en infraestructuras, mantenimiento de medios, etc. Cabe recordar que el esfuerzo que todos los países del mundo dedican a la Defensa, se mide únicamente por medio del porcentaje del PBI destinado a la misma. Esto genera un marco de previsibilidad que permite a las Fuerzas Armadas proyectar en el tiempo el uso de sus partidas al tiempo que poder prever con certeza el porcentaje de fondos que podrán destinarse en el futuro a nuevos programas de equipamiento.

El segundo problema derivado de este bajísimo número que el gobierno pretende para Defensa es que demuestra que el Ejecutivo cree posible sostener una gestión eficiente en materia presupuestaria por medio de partidas extraordinarias sin comprender el daño que esta práctica genera en los horizontes presupuestarios que cada fuerza debe manejar. Sin un horizonte previsible, que es precisamente lo que debería garantizar el % de PBI para Defensa, es imposible que las fuerzas puedan proyectar a mediano plazo programas de equipamiento o adquisiciones de nuevos sistemas de armas, sobre todo en tanto su asignación y ejecución presupuestaria sigan dependiendo de la discrecionalidad política del momento.

Esta cifra nos sitúa como el país sudamericano con menor esfuerzo relativo en la materia, incluso por debajo de economías de mucha menor escala como Guyana o Bolivia.

¿Es esta política correcta? ¿Puede sobrevivir un Estado en la actualidad sin poder de disuasión? Es decir, sin unas FF.AA. modernas, bien equipadas y entrenadas. La respuesta es un rotundo no. El no poder utilizar a las Fuerzas Armadas para sus misiones principales, especialmente con respecto a la seguridad internacional, debilita no solamente la capacidad nacional sino también la estructura democrática.

Debemos comprender que la principal función de las FF.AA. no es la de defender al país ante un ataque, sino brindar una capacidad disuasiva suficiente para que ese ataque jamás ocurra.

Nuestra Nación debe mirar al Atlántico Sur. No hacerlo y descuidar los intereses que tenemos en dicho mar sería un error que sin dudas puede afectar incluso nuestra existencia como Nación. Teniendo en cuenta que el 85% de nuestro comercio se realiza por vía marítima, y siendo conscientes de la magnitud de los recursos renovables y no renovables que se encuentran en el mar (de hecho, lo llamamos Pampa Azul) sobre el cual tenemos jurisdicción, si no pensamos una estrategia que tenga en cuenta el valor geopolítico del mismo estaríamos cometiendo un error gravísimo. Y es que el Atlántico Sur no es sólo importante por los recursos naturales, sino que también este mar nos conecta a las Islas Malvinas, nos conecta a la Antártida y además permite los pasos interoceánicos que se encuentran a nuestro alrededor.

En nuestro país la principal vulnerabilidad en el área del Atlántico Sur ha radicado históricamente en la falta de conciencia por parte del Estado y de su población acerca de las amenazas que enfrenta. Expertos en geopolítica de otros países han descripto al mar como el punto débil de Argentina[1]. Nuestro país tiene la imperiosa necesidad de controlar y proteger cinco complejos geopolíticos fundamentales: el Frente Marítimo, el Área focal de la Provincia de Buenos Aires, las islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, el Polo Patagónico Austral y, por último, la Antártida. Aunque ésta falta de conciencia ha ido desapareciendo lentamente en los últimos años en lo declamativo al menos, el supuesto cambio de mentalidad no se ha transformado en acciones concretas y la defensa nacional sigue sin centrarse en recuperar nuestros territorios usurpados y continúa en el camino de la desinversión constante. Hay sectores tanto del campo popular como de la llamada derecha que dicen defender a la Patria. En sus discursos afirman mirar al sur con objetivos claros: lograr la cohesión territorial y la integración de las tierras al sur de Tierra del Fuego. Sin embargo, parece que esa mirada al sur se diluye, los últimos por tener el propósito fijo de subordinación frente a los Estados Unidos e Israel y otros por despreciar a las Fuerzas Armadas, negar todo intento de fortalecimiento de estas y acusar de militarismo o de nacionalismo chauvinista a quiénes intentan dar una discusión real sobre las FF. AA. y su rol en la Defensa Nacional y la recuperación de los territorios usurpados por el enemigo.

La función estratégica básica de nuestras Fuerzas Armadas no es otra que la de brindar a nuestro país un instrumento para proteger su territorio, su espacio marítimo y su proyección en el continente antártico para que sea capaz de proyectar poder para denegar el acceso a actores no deseados y resguardarlo para los propios propósitos.

Tal y como señaló hace tiempo el Contralmirante Martin: “Ningún país que se precie de serio puede carecer de pensamiento geopolítico y de un sistema de defensa acordes con los objetivos nacionales”[2]. No podremos hacer efectiva nuestra definición de ser una nación bioceánica y bicontinental de otra manera, y en la medida que no podamos resolverla, la recuperación de las islas Malvinas y el ejercicio de soberanía plena en nuestro sector antártico no pasará de ser una utopía distante.

La Defensa es una responsabilidad del Estado y es obligatorio para todos los ciudadanos, constitucionalmente, acudir a realizarla ante cualquier necesidad, por lo que debería ser parte de la problemática a atender por todos los argentinos. Es tiempo de que los ciudadanos comunes se interesen por estos temas. Los académicos y los comunicadores deberían ser los primeros en volcarse a aprender sobre las herramientas que tiene nuestra Patria para defenderse.

La disuasión es un componente esencial de la política internacional y uno de los aspectos básicos de la misma es la credibilidad. Necesitamos apoyar nuestros discursos patriotas con hechos concretos que le muestren al mundo, y especialmente al gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña, que realmente hablamos en serio cuando decimos que las Malvinas son Argentinas y que somos un país bicontinental que al Sur limita con el Polo.

A continuación, dejo algunas sugerencias respecto a que se podría hacer para darle músculo a nuestra Defensa.

Hay que romper con la política de Estado llevada a cabo durante los últimos 40 años de desinversión en defensa (con excepción de la gestión Taiana entre 2020 y 2023). La Argentina debe revertir de manera urgente y planificada la crónica desinversión en su defensa. El objetivo estratégico ineludible es cuadruplicar el presupuesto del sector, estableciendo por ley una trayectoria ascendente y obligatoria que eleve gradualmente la asignación desde el 0.6% actual del PBI hasta un piso del 2%. Este porcentaje no es una cifra arbitraria, sino un estándar mínimo que nos alinearía con el esfuerzo de naciones vecinas que comprenden el vínculo entre defensa y soberanía: Brasil (1.1%), Chile (1.6%), Uruguay (2.3%) e, incluso, Colombia (3.4%), quien destina una proporción significativamente mayor a garantizar sus intereses nacionales. Resulta paradójico y alarmante que, reclamando la soberanía sobre un territorio ocupado por una potencia militar, seamos el país que menor esfuerzo relativo realiza en defensa en toda Sudamérica.

Para transformar esta declaración en realidad, se propone un Plan de Reinversión Estratégica Gradual (PREG) a 6 años, con metas legalmente vinculantes:

Año 1 (Ley de Financiamiento Base): Establecimiento del PREG por ley del Congreso, fijando el objetivo del 2% del PBI y blindándolo de recortes discrecionales.

Año 1 al 3 (Fase de Recuperación Crítica): Incremento anual de 0.25 puntos del PBI. Los fondos se destinarán prioritariamente a: 1) frenar el deterioro operativo (mantenimiento crítico de medios, infraestructura y salarios), 2) reactivar proyectos de recapitalización congelados, y 3) reforzar la presencia logística en el Atlántico Sur.

Año 4 al 6 (Fase de Desarrollo de Capacidades): Incremento anual de 0.2 puntos del PBI. Con una base financiera saneada, el foco pasará a: 1) programas de equipamiento mayor (capacidades A2/AD, vigilancia y control marítimo, movilidad estratégica), 2) inversión acelerada en la Base Industrial de la Defensa, y 3) modernización de sistemas de comando, control e inteligencia.

Año 6 (Meta de Disuasión): Alcanzar y sostener el 2% del PBI. Este nivel permitirá no solo una fuerza disuasiva creíble para la defensa de nuestros espacios soberanos, sino también una previsibilidad presupuestaria que habilite ciclos de planeamiento y adquisición a mediano y largo plazo, acabando con la lógica del “parche” y la emergencia permanente.

Esta escalada gradual, consensuada y plasmada en ley, enviaría una señal inequívoca de seriedad estratégica al país y al mundo, transformando la retórica de la soberanía en un instrumento concreto de poder nacional.

La política de defensa debe plantearse en función de la usurpación británica. Todos nuestros esfuerzos deben estar orientados al Atlántico Sur. Esto implica definir los medios materiales, la infraestructura, los recursos humanos, la inteligencia, la logística, el adiestramiento, la doctrina y la organización en consideración de la principal amenaza a nuestra seguridad. La Argentina debe recuperar el Fondo Nacional para la Defensa (FONDEF). El FONDEF probó ser una gran herramienta para recuperar, reequipar y modernizar a las FF. AA. El gobierno de Javier Milei le ha sacado la fuente de su financiamiento, quiénes lleguen al gobierno nacional después de él, y se precien de ser nacionalistas deben instituir su financiamiento por ley y aumentarlo.

Hay que capacitar a los oficiales y suboficiales de las FF. AA. en asuntos de geopolítica situada. No puede ser que nuestros mejores oficiales viajen a EE. UU. a aprender doctrinas geopolíticas que nada tienen que ver con los intereses nacionales.

Debemos recuperar las empresas estratégicas para la Defensa Nacional. FAdeA, Tandanor, Fabricaciones Militares, IMPSA, Astilleros Río Santiago, INVAP, ARSAT.

Tenemos que fortalecer la presencia militar y científica en el Atlántico Sur a partir del aumento de sus capacidades de defensa de sus costas, de anti-acceso, de denegación de área (A2/AD) y de control del mar.

Por otro lado, es imperativo dar una discusión seria para mejorar el subregimen de promoción industrial de TdF teniendo en cuenta los intereses geopolíticos nacionales como marco teórico. Y digo mejorarlo, no cancelarlo o desmantelarlo como este gobierno e incluso algunos académicos (como los que integran FUNDAR) están intentando hacer en la actualidad.

La Argentina debe recuperar las capacidades submarinas y los medios aeronavales y fortalecer la flota de mar en general.

En el comedor de la Base Marambio hay una bandera argentina que reza la siguiente inscripción: “Cuando llegaste apenas me conocías, cuando te vayas me llevarás contigo”. A los antárticos nos gusta repetir que no se puede amar lo que no se conoce ni defender lo que no se ama.

Son los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas quienes nos permiten al resto de los ciudadanos argentinos conocer nuestro territorio más austral, valorarlo y aprovecharlo. En medio de un presente geopolítico cambiante y turbulento y un futuro incierto, podemos mencionar una frase de cabecera del gran Almirante Storni, el hacía referencia a la defensa marítima, pero se puede hacer extensiva a la Defensa de todo el territorio nacional: “Y esto es bueno que el pueblo argentino lo sepa, que el Honorable Congreso lo tome en cuenta y que los hombres de Estado lo mediten”[3].

Los tiempos de diagnósticos han pasado. Nuestro país se encuentra en una encrucijada crítica que puede desembocar en la balcanización o en una condición colonial permanente. Sin embargo, en medio de este panorama, se abre una ventana de oportunidad inmejorable: el nuevo mundo multipolar se redefine en un cambio geopolítico acelerado, donde el coraje y la claridad estratégica de las naciones serán recompensados. Los que amamos a esta Patria tenemos el deber de proponer soluciones concretas, viables, y impulsarlas con la determinación de quien se sabe forjando su destino.

No es hora de nostalgia, sino de potencia y decisión. La disuasión no se negocia, se construye. La soberanía no se espera, se ejerce. Debemos actuar con la claridad de aquellos pioneros que, mirando al Sur, entendieron que la Patria se defiende con hechos en el presente. El camino es uno solo: voluntad política inquebrantable, inversión estratégica sostenida y unidad de acción nacional.

O somos artífices de nuestro resurgimiento como potencia bicontinental, o seremos rehenes de un ocaso irrevocable. La ventana aún está abierta. La historia nos juzgará por la decisión que tomemos en este instante. La hora crucial para nuestro pueblo es ahora.


[1] Koutoudjian, A. y otros. “Geopolítica del mar argentino”. Instituto de Publicaciones Navales, Bs As, 2015, pág. 322.

[2] Koutoudjian, A. y otros. “Geopolítica del mar argentino”. Instituto de Publicaciones Navales, Bs As, 2015, pág. 360.

[3] Storni, Vicealmirante Segundo. “Los intereses argentinos en el mar”. 2° Ed. Armada Argentina, Buenos Aires, 2009, pág 102.

David Pizarro Romero

Lic. en Historia por la Universidad del Salvador (USAL) y Prof. en Historia también por la Universidad del Salvador (USAL). Mg en Estrategia y Geopolítica por la Escuela Superior de Guerra (ESG-UNDEF). Investigador del Instituto de Asuntos Internacionales y Estudios Políticos Manuel Ugarte, Universidad de Lanús (UNLa). Antártico.

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Reconstruir las Fuerzas Armadas nacionales al servicio del pueblo argentino y su soberanía

Reconstruir las Fuerzas Armadas nacionales al servicio del pueblo argentino y su soberanía

TIEMPO DE LECTURA: 9 min.

Trinchera entrevistó a Cesar Milani, militar retirado con el grado de teniente general y ex jefe del Estado Mayor General del Ejército desde el 3 de julio de 2013 hasta su relevo el 24 de junio de 2015. Se dialogó sobre el desmembramiento de las FFAA tras la última dictadura cívico militar hacia el presente con el actual gobierno nacional, la relación del país de cara al futuro con el Atlántico Sur, y el accionar respecto a la ocupación británica en co-acción con Estados Unidos.

En toda tu trayectoria como militar, ¿Qué balance hacés del país en términos de defensa? (En cuanto a la defensa de la soberanía sobre el agua, de la Antártida, de las Islas Malvinas, de Tierra del Fuego, y de la Plataforma Marítima).

Yo entré en la carrera militar de subteniente, precisamente con la dictadura militar, tenía 20 años, pasaba la dictadura militar. En ese contexto, evidentemente, las prioridades de la dictadura militar no eran la defensa de nuestros recursos naturales, de nuestro territorio, de nuestro espacio aéreo, de las Islas Malvinas.

Ya venían de los años 55 en adelante, 60, 70 con los golpes de Estado, eran relativas a la seguridad interior y a las cuestiones relativas a preparar a la Fuerza Armada para enfrentar ya sea levantamientos civiles, ya sea huelgas, ya sea, bueno, y todo lo que pasó después del 76. Es decir, la Fuerza Armada estaba preparada para actuar en el ámbito interno.

Luego llegó Malvinas, con un enemigo tradicional, en una guerra tradicional que nos exigía a nosotros tener no solamente militares profesionales y, por supuesto, nacionalistas, exigía tener un equipamiento moderno, estar preparado para una guerra tradicional, como la que se planteó con Gran Bretaña, y no se estaba preparado para todo esto.

Fuimos a la guerra con lo que teníamos, yo recuerdo que fui movilizado a Comodoro Rivadavia, con una fuerza de tarea transportada, yo era paracaidista, y estábamos nosotros con los bolsones por equipaje viejos, no teníamos equipamiento nuevo, no teníamos mochilas nuevas, no teníamos, bueno, todas las cuestiones que los ingleses sí lo tenían.

Yo no llegué a pasar a las islas, pero evidentemente fue una guerra con un nivel de desproporcionalidad en los elementos, la tecnología y los elementos impresionante respecto a los ingleses. Los argentinos supieron de la falta de todo esto que traían los ingleses, es decir, el aparato logístico, el aparato militar, y de igual manera fueron con coraje, con entrega y con patriotismo, pero bueno, no alcanzó. Esta es la realidad, estábamos preparados para cuestiones de origen interno, y de golpe plantearon una guerra convencional con Gran Bretaña, y no estábamos preparados, y por supuesto que se perdió.

A partir de esa guerra las Fuerzas Armadas fueron recluidas por todos los gobiernos políticos de distintos signos: peronistas, radicales, menos peronistas, menos radicales, macristas, etc. Y por supuesto, este último, ni qué hablar. Fueron recluidas, con esto quiero decir que, la metieron en una cápsula, le bajaron el presupuesto, bajaron los gastos de defensa, no reequiparon, no reacondicionaron el equipamiento militar, y por supuesto, lo que se hizo fueron únicamente cuestiones de maquillaje, cuestiones de presentación, administrativa, mayor parte de administrativa del Estado Mayor Conjunto, del Ministerio de Defensa, mayores secretarías, todo esto, pero no mayores fierros.

No se les dio a las Fuerzas Armadas el valor que deberían tener, no se les proveyó el material necesario para que sean, no una potencia, pero para que estén por lo menos a par de los países de la región en el poderío militar. Consecuentemente, el equipo se fue degradando, después de 40, 45 años. Se bajaron la cantidad de soldados voluntarios, se bajaron la cantidad de suboficiales y oficiales, se bajó el presupuesto de las Fuerzas Armadas de forma impresionante, no hubo más reequipamiento.

El último gran reequipamiento lo produjo en mi gestión gracias a un aporte extraordinario de la Presidente que pudimos afectarlo a las Fuerzas Armadas, y se produjo una recuperación de capacidades muy importante como no se había producido en los últimos 40 años, pero por supuesto que nos alcanzó, porque yo estuve poco en la gestión, es decir, no tuve lo necesario para terminar esta ecuación (2013-2015).

Y lo que vino después fue desastroso, el gobierno de Alberto Fernández fue desastroso y este gobierno fue más desastroso. Bajó el Producto Bruto, los sueldos de los militares están más bajos de lo normal, la mitad de los sueldos de los militares están por debajo de la línea de pobreza, la obra social de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas de Seguridad está quebrada con más de 200.000 millones de pesos de déficit, sumado a un ministro de Defensa que es un fantoche, que se vestía de militar para hacerse, pero no tenía nada de militar.

Todo esto sumado a que Petri va a ofrecerse para formar parte de la OTAN, para formar parte del grupo Rampen, que apoyaba a Ucrania en la guerra contra Rusia, como si tuviéramos nosotros algo que ver, siendo súbditos y vasallos de Estados Unidos en todo, absolutamente en todo lo que dicen, especialmente en política internacional.

Me queda claro que el presente y este gobierno es un desastre con el área de defensa, ahora te pregunto, ¿Qué posibilidad de peligro real crees que representan todas estas hipótesis de bases conjuntas en Tierra del Fuego con Estados Unidos?


Yo creo que es gravísimo, pero muy grave. Estados Unidos ha tomado a la Argentina como una especie de colonia, donde pueden venir a hacer lo que quieran, independientemente de traer los recursos naturales que ellos quieran, llevarse lo que ellos quieran, sin pagar absolutamente nada, entrando equipamiento viejo para trabajar y llevándose todo lo que quieran, no solamente en recursos naturales, sino en el mar, instalando bases conjuntas, ellos dicen conjuntas, pero son bases militares norteamericanas, especialmente en el sur porque tienen control sobre el paso bioceánico, Malvinas y sobre la proyección antártica que pueda tener Argentina.

Está bien claro que Estados Unidos intenta, -gracias a Dios voy a decir algo, que Trump le quedan 3 años de gobierno, y no sé si 3 años de vida, ojalá que se muera antes-, pero le quedan 3 años de gobierno, así que no sé si va a concretar lo que quiere concretar en nuestra patria. Estados Unidos viene por supuesto también a ayudar a Gran Bretaña. Si hay algún enfermo, si hay algún estúpido que cree que Estados Unidos va a hacer alguna gestión para que los ingleses nos devuelvan Malvinas, está loco, no vive la realidad, eso es una irrealidad. Estados Unidos tiene como principal aliado en la OTAN a Gran Bretaña, aliado histórico, es decir, participó con ellos en las guerras mundiales.

Gracias a Dios que estos periodos políticos terminan, y a Milei se le va a terminar y a Trump se le va a terminar, y ahí es donde nosotros tenemos que volver.

¿Estados Unidos el que potencialmente te da más miedo? O pensás también en una relación de coacción con Inglaterra y con Israel, -que también hemos visto varios movimientos, no solo de petroleras, sino también de su área de defensa, o Mekorot con el agua- ¿Ahí cómo ordenarías eso?

En Argentina por supuesto Estados Unidos es el que más influencia tiene por una cuestión financiera y monetaria, si deja de apoyarlo financieramente este gobierno no dura tres meses y cae, no llega a las elecciones del año 27, así que depende así de Estados Unidos. Por supuesto que acá hay un espíritu de vasallaje y de coloniaje hacia Gran Bretaña y hacia Israel también, hacia Gran Bretaña en todas las concesiones que le ha hecho, este gobierno a los ingleses, no solamente permitirle aterrizajes intermedios acá en la Argentina para ir a Malvinas, sino beneficios en el área pesquera, beneficios en el área petrolera, que están explotando en este momento juntamente con una empresa israelita, haciendo perforaciones, explotando con vista a un comienzo de producción de petróleo en el sur, en la parte muy cercana a las islas Malvinas, así que todas las concesiones se están dando a Gran Bretaña y por supuesto Israel entra a jugar ahí en muchos aspectos, técnicos y militares.

Tenemos políticos entreguistas que le van a otorgar todo, empezando por el presidente, políticos entreguistas que van a entregar la soberanía de la patria y van a desintegrar a la nación.

Como vos bien mencionas también, los períodos y los tiempos políticos van, vienen, son muy álgidos en este momento, entendiendo todo esto y entendiendo la ocupación que tenemos de Gran Bretaña en un cuarto de todo el territorio, y en un gobierno de índole nacional, ¿Cuál debería ser la planificación en defensa?

Bueno, en principio hay que conformar un ministerio de defensa con gente nacionalista y poner un ministro de defensa militar nacionalista, en principio, después ir a una participación del Producto Bruto Interno de la fuerza de defensa del orden del 1 al 1,5% del PIB. Eso le va a permitir a las fuerzas armadas reequiparse, no solamente cambiar material obsoleto y viejo, sino reequiparse con material tecnológicamente nuevo. Y, por supuesto, todo esto tendiente a lo siguiente, y esto es lo último que quiero decir y lo más importante: nosotros tenemos que dejar de pensar que Gran Bretaña se va a sentar con nosotros a la mesa de negociaciones, tenemos que dejar de pensar que nosotros vamos a recuperar las Islas Malvinas por obra de magia o porque va a venir algún gurú o porque va a venir Estados Unidos a gestionar algo, eso es mentira. La única posibilidad que tenemos nosotros es conformar un poder de disuasión militar, tan importante en las tres fuerzas (en la parte terrestre, aérea y marítima), tan importante, disuasorio que obligue a Gran Bretaña a sentarse en la mesa de negociación.

Que digan: “Bueno, muchachos, acá podemos tener un problema, no podemos seguir invirtiendo, invirtiendo y llenando, ¿no es cierto?, y poniendo cada vez más equipamiento militar y más apoyo logístico en las Malvinas, ¿no es cierto?, porque estos muchachos se están armando, y se están armando con equipamiento no controlado por nosotros”. Para eso entra China, Rusia, India y todos los países que nos puedan proveer armamento, que Estados Unidos, lamentablemente, el armamento que nos puede proveer, es armamento controlado por la OTAN y controlado por Gran Bretaña, que no va a tener ningún efecto disuasorio sobre Malvinas.

Para ellos va a ser más conveniente sentarse en la mesa de negociación con nosotros, que seguir invirtiendo millones y millones y millones de libras en agrandar cada vez la base militar, porque van a ver que nosotros cada vez nos agrandamos más. Es la única opción, no hay otra opción, y que se entienda bien, un efecto disuasorio, disuasorio significa poder militar, en poder militar terrestre, aéreo y naval.

Y por supuesto, un Ministerio de Defensa muy nacionalista, que tenga bien en cuenta que nuestro principal enemigo se llama el Reino Unido-Gran Bretaña, que está a 600 kilómetros de nosotros, que tenemos una hipótesis del conflicto, que hay que cortarle absolutamente todas las posibilidades, ya sea de apoyo logístico y de transporte militar en nuestro país, de apoyo pesquero, de la explotación cerca de Malvinas, o alrededor de Malvinas, o lo que sea, en el mar, bueno, ponerle todas las trabas posibles, y que nuestro país se esté equipando en forma permanente para ejecutar una acción disuasoria, después veremos qué pasa, pero esto debe ser el objetivo principal en defensa para los próximos 20 años.

Por supuesto que Malvinas está número 1, la proyección antártica número 2, que ya se viene el tema antártico en los próximos años, el paso bicontinental, el paso bioceánico número 3, es decir, tenemos mucho que jugar en el Atlántico Sur y mucho que jugar en nuestro territorio, en la parte sur de nuestro territorio, que tenemos que poner brigadas mecanizadas, ágiles, potentes, rápidas, que por supuesto que se pueden obtener, y no necesariamente de Estados Unidos.

Con esto te quiero decir que yo tengo una visión, digamos, para nada acuerdista, ni para nada, digamos, pensando que podemos recuperar nuestra isla de Malvinas por la vía diplomática, en absoluto, no existe esa posibilidad, está claro.

¿Te gustaría participar en algunas -no te digo decisiones, porque eso conllevaría que ya tengas algún puesto- , pero por lo menos poder entablar diálogo con gente cercana a un futuro gobierno y poder participar de recomendaciones, entre otras cosas?

Yo te voy a decir algo. Tengo 71 años, pero tengo el espíritu de una persona de 40 años. Estoy dispuesto a dar mis últimos años de mi vida, de acá hasta los 100 que voy a vivir, lo estoy diciendo un poco en broma, pero hasta la edad que Dios me dé, ¿no es cierto?, tratando de servir a la patria.

Y esto incluye no solamente hablar, no solamente pregonar, no solamente militar, no solamente hablar con algunos referentes políticos, sino fundamentalmente prever que puedo hacer algo en el próximo gobierno que va a venir de tinte nacionalista. Pero no quiero un gobierno como el de Alberto Fernández, no quiero un gobierno socialdemócrata, quiero un gobierno nacionalista, peronista. Y creo que hay mucha gente nueva, con nuevas expectativas, aunque sea gente grande, pero gente nueva en el proceso político que está dispuesto a participar y yo estoy dispuesto a participar para dar todas las peleas que sean necesarias.

 

 

 

Diputados: Petri defendió de manera insólita la vuelta de los militares a la calle

Diputados: Petri defendió de manera insólita la vuelta de los militares a la calle

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

El ministro de Defensa asistió a la Cámara Baja del Congreso de la Nación y amparó el proyecto que busca modificar la Ley 24.059 de Seguridad Interior. En su exposición, el funcionario planteó la necesidad de ampliar el poder de las Fuerzas Armadas dentro del territorio y que puedan realizar “acciones de patrullaje, control de personas y vehículos en zonas determinadas”. Esta capacidad está vetada desde el retorno de la democracia.

Con el objetivo de dar apoyo político al proyecto de Ley del Poder Ejecutivo, el ministro de Defensa Luis Petri defendió la reforma a la Ley 24.059 de Seguridad Interior que tiene como objetivo otorgarle más poder a las Fuerzas Armadas y que tengan la potestad de realizar “acciones de patrullaje, control de personas y vehículos en zonas determinadas”, dentro del territorio ante actos definidos por las autoridades como “terroristas”.

El escrito discutido el miércoles de la corriente semana en la Comisión de Defensa, y que ingresó el pasado 2 de agosto a la Cámara de Diputados, lleva las firmas del presidente Javier Milei; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; y los ministros de Seguridad, Patricia Bullrich, y de Defensa, Luis Petri.

En cuanto al amparo de Petri, apuntó específicamente a la modificación del Artículo 27, que fija que las FFAA se sumen a un Comité de Crisis que ya establece la norma vigente para situaciones de emergencia, con representantes de la Nación, las fuerzas federales y de la provincia involucrada. Algo de esperarse del gobierno libertario, ya que su intención es que los militares vuelvan a hacer operativos callejeros e incluso puedan detener personas con la excusa de que actúen para evitar amenazas o repeler hechos “terroristas”.

En su exposición, el funcionario planteó que “en el período de 1930 a 1983 no había Constitución, allí hubieron golpes militares pero también hubieron golpes cívicos militares, y esto es importante; no fue responsabilidad exclusiva y excluyente de las Fuerzas Armadas la interrupción democrática y constitucional en nuestro país”.

En consonancia, Petri argumentó que “no podemos relativizar el accionar, también, de los civiles en esos golpes. Hubo un accionar, en algunos casos militar y en algunos otros casos cívico militar a la hora de provocar y propiciar las interrupciones constitucionales que hubieron entre 1930 y 1983”, repasó.

En busca de contraponer el peso que tuvieron las FFAA en las dictaduras al rol que tendrían de aprobarse este proyecto, Petri aclaró que su proyecto “no tiene nada que ver” con todo lo sucedido por las FFAA en los golpes de Estado. En este sentido, expresó: “Nos parece que es caprichoso asemejar lo que ocurrió en dictaduras de lo que nosotros estamos planteando bajo el amparo de la Constitución en el marco de un Estado de derecho con el imperio de la Ley y con control judicial”.

“Lo que estamos es reglamentando lo que la Constitución establece. No queremos apartar la Constitución, al contrario, queremos la plena vigencia. Lo que estamos buscando es que en el marco de la Constitución actúen nuestras Fuerzas Armadas. Por lo tanto, no es comparable con la situación que se vivió durante los golpes militares” prosiguió el jefe de la cartera de Defensa .

Cabe destacar que la propuesta de Petri y sus argumentos contaron con el aval de su par de Seguridad Patricia Bullrich, a quien secundó en la fórmula presidencial del 2023 para el PRO; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el presidente Javier Milei.

Además, uno de los planteos de tal reforma es que se presenta como “una alternativa intermedia” para que los militares apoyen a las fuerzas de seguridad sin que se requiera la declaración del estado de sitio. También, sería por lo que ocurre actualmente en Rosario a partir de la violencia del narcotráfico.

Haciendo un repaso de los argumentos esgrimidos por Petri en la Comisión de Defensa, hay al menos tres aspectos claves y poco sólidos. En principio, en términos constitucionales, las FF.AA no pueden tener injerencia en asuntos de seguridad interior, ya que en la ley de Seguridad Interior se limita el accionar de los militares, y esas modificaciones son fruto del consenso democrático post-dictadura (la ley 24.059 se sancionó en 1991).

Es de resaltar, que el rol adjudicado a las FFAA para el patrullaje en las calles, está vedado desde el retorno de la democracia en 1983, con el objetivo de que los militares retornen a los cuarteles y no se involucren en cuestiones de seguridad interior. En la actualidad, la ley de Seguridad Interior admite el despliegue de unidades militares en seguridad interna pero únicamente bajo declaración de estado de sitio, en presencia de circunstancias excepcionales de extrema gravedad y conmoción.

Otro de los aspectos que debe considerarse es cuáles serán los criterios que se utilizarán para calificar como “actos terroristas”, dado que en la protesta contra la Ley Bases se desató una feroz represión de las fuerzas de seguridad que dejaron más de 30 personas detenidas (y que aun 2 de ellas permanecen privadas de su libertad) a las que tanto desde el Gobierno como desde la Justicia, se las calificó de terroristas. ¿Serían estas, entonces, instancias válidas para la intervención militar?

Finalmente, en términos de representación simbólica, se debe tener en cuenta el saber colectivo en torno al abuso de las fuerzas de seguridad en Argentina, dado el recuerdo del accionar de las FFAA en las calles durante la dictadura; las mismas que ahora actuarían en conjunto bajo la nueva ley de Petri. Esto solo generaría más situaciones de abuso de poder y, además, despertaría temor en la sociedad, algo que -en vista del accionar represivo llevado a cabo por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich- pareciera ser el objetivo implícito de esta iniciativa.


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Nueva Base Naval Integrada en Ushuaia  

Nueva Base Naval Integrada en Ushuaia  

TIEMPO DE LECTURA: 2 min.

Se trata de la construcción de la Base Naval Integrada en Ushuaia, que busca ampliar y desarrollar nuevas capacidades logísticas para Argentina en la Antártida y el Atlántico Sur.

El acto y anuncio realizado en la plaza de armas del Batallón de Infantería 4 de Ushuaia, dio comienzo a esta obra y tuvo como partícipes a autoridades nacionales y provinciales. Su estratégica ubicación geográfica permitirá prestar servicios logísticos y de asistencia a otros países, y complementa la iniciativa del Polo Logístico Antártico que avanza en Tierra del Fuego.

El ministro de Defensa, Jorge Taiana, encargado de la apertura del evento afirmó que “hoy en este lugar se pone en marcha algo largamente debido que es la transformación de la histórica base de la Armada en Ushuaia para comenzar a construir la futura Base Naval Integrada, que no es sólo un cambio de ubicación o una mejora cosmética, es una decisión de profundas consecuencias políticas y económicas para toda la región“.

En la mirada hacia el sur que el Presidente (Alberto Fernández) le imprimió a la Directiva de Defensa que promulgó el año pasado esta Base Naval Integrada representa un aspecto decisivo por su utilidad para darle un mayor desarrollo a nuestra presencia soberana en la Antártida“, remarcó el ministro.

Taiana destacó que “esta Base Naval Integrada es también una muestra de la centralidad que el estado le da a esta provincia en la perspectiva de un país bicontinental; por eso también entendemos que es necesario fortalecer la presencia de las Fuerzas Armadas en Tierra del Fuego sumando a la histórica presencia de la Armada, la del Ejército y la de la Fuerza Aérea“.

El ministro señaló que “este proyecto se va a llevar adelante con recursos propios y va a demandar varias etapas en el largo plazo, este mismo año se va a comenzar los estudios de suelo necesarios para las obras, se va a encarar la extensión de servicios para que lleguen hasta el futuro muelle y se van a montar dos naves industriales construidas por el astillero Tandanor que van a permitir sostener los trabajos durante los meses de invierno que en esta provincia son de bajas temperaturas y pocas horas de luz“.

Finalmente el funcionario remarcó que “serán otros los que inauguren esta nueva Base Naval Integrada, pero tiene que quedar firme la convicción de la necesidad de la presencia soberana en el Atlántico Sur porque esa es la mejor garantía para nuestros hijos y el mejor homenaje para nuestros héroes de Malvinas“.

Fuente: Télam

Los colores de la Coalición Multicolor en Uruguay

Los colores de la Coalición Multicolor en Uruguay

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

POR Nicolás Centurión*

Han transcurrido los primeros 100 días del gobierno multicolor liderado por el nacionalista Luis Lacalle Pou en la presidencia. En este pequeño país arrinconado por los gigantes Brasil y Argentina, donde tenemos un ex presidente a su vez ex guerrillero, con fama de rockstar; donde legalizamos la marihuana y el matrimonio igualitario. Donde las mujeres pueden abortar de manera segura, libre y gratuita.

Donde el Estado se separó de la Iglesia a principios del siglo XX, donde todo parece calmo y sin sobresaltos, es que estamos conviviendo con un gobierno neoliberal que nos quiere devolver a los 90. Senadores y ministros de la órbita militar que nos quieren devolver a los 70. Mientras el Frente Amplio pretende seguir asustando con el fantasma de la crisis del 2002.

Bienvenidos a Uruguay.

Gris

Se aproxima el invierno y el fondo de pantalla de nuestra ciudad se muestra gris. La neblina espesa no permite divisar los últimos pisos de los edificios. Las familias se aprontan para el segundo comienzo de clases de este año debido a la pandemia, en la época donde más enfermedades respiratorias se registran.

Rojos dos demonios

El pasado 30 de mayo fueron asesinados tres marines en la base naval del Cerro, Montevideo. Esto despertó congoja y dolor en toda la población a la vez que determinadas alarmas se encendieron. Si hablamos que tres militares dentro de la misma base fueron asesinados, podemos aventurar que fue un gran operativo y que implicó armas de gran porte.

Raudamente el dos veces ex presidente colorado, Julio María Sanguinetti, realizó un paralelismo entre estas muertes y la muerte de cuatro soldados a bordo de un jeep por parte del grupo guerrillero Tupamaros en 1972.

Sanguinetti, el abanderado de la teoría de los dos demonios, pretendió instalar un clima pre dictadura, donde el crimen organizado estaba arrasando con las instituciones del Estado. El senador por Cabildo Abierto Guido Manini Ríos, instó a la rebeldía (no se sabe de quién ni contra qué), otro senador del Partido Nacional hizo carroña política culpando al Frente Amplio por sus 15 años de gobierno.

Pero las investigaciones dieron que el autor del hecho fue nada más y nada menos que un solitario desertor de las Fuerzas Armadas, que era conocido de las víctimas y que justamente por este vínculo ingresó a la base naval y en la noche los ajustició. El móvil fue vender las armas en el mercado negro y poder comerse un asado.

Azul oficial

En esa misma semana fue aprobada en Cámara de Senadores la Ley de Urgente Consideración (LUC). Un compendio de casi 500 artículos donde se establece un shock de ajuste que beneficia a los sectores económicos y de poder concentrados, y a la vez vuelve paupérrimas las condiciones de vida de las grandes mayorías.

La próxima etapa para la aprobación de la ley es en Cámara de Diputados donde la coalición de gobierno posee también mayoría parlamentaria.

El primer cambio fue en el artículo 26 del Código Penal sobre la legítima defensa. Luego de 4 horas de discusión se saldó la misma con que la propiedad está por encima de la vida. Eso lo ratificó una senadora del partido nacional en su alocución en el parlamento.

“Las propuestas sobre el accionar policial contenidas en la ley de urgente consideración (LUC) restringen derechos de las personas, otorgan a la Policía licencia para reprimir impunemente y violentan principios del proceso penal. Algunas propuestas formuladas son, además, inconstitucionales”, sentencia el abogado Oscar López Goldaracena.

La central única de trabajadores Pit-Cnt, rechaza la LUC “porque no toma en cuenta nada de los problemas actuales del pueblo” según las palabras del presidente de la central. Uno de los problemas que más acucian al pueblo por ejemplo es que el Gobierno planteó pérdida de salario real por un año hasta que se recupere la economía.

Blanco censura

En la cámara de diputados, la primera vez electa Verónica Matto del 18A, movimiento ligado al Partido Comunista del Uruguay, mientras tenía el turno de la palabra y comentaba los obstáculos que han sorteado las mujeres en distintos ámbitos y que en el parlamento justamente muchas veces no eran escuchadas; el presidente de Cámara, Martín Lema del Partido Nacional, la censuró en su alocución.

El argumento fue que él no debía avalar que por ser mujer no fueran escuchadas, y por eso, entendió que lo mejor era callarla y espetarle que estaba realizando “expresiones hirientes”. “Me gusta cuando callas…”, decía el poeta.

Por si faltaba poco, el líder del Partido Ecologista, Cesar Vega, tomó partido por el diputado Lema. Vega que se mostraba crítico con el Frente Amplio y lo intentaba “correr por izquierda”, en los últimos meses ha expresado públicamente propuestas de mano dura, castración química para los violadores, trabajo forzosos para los presidiarios y mensajes que rozan lo misógino con respecto al feminismo. Brotes verdes de ecofascismo en Uruguay.

Verde humor

:En los últimos quince días se dio un brote de contagio de COVD-19 en el departamento nordestino de Rivera limítrofe con Brasil. Hasta allí fue el Presidente de la República y estuvo en contacto con contagiados, por lo que se le debió realizar el test para saber si había contraído coronavirus. El mismo dio negativo y parece que la “novela” Rivera estaba saldada, pero no.

Este departamento es uno de los más conservadores de nuestro país. Bastión del Partido Colorado por décadas y décadas donde conserva su única Intendencia. En las últimas elecciones el partido de ultraderecha Cabildo Abierto ganó las elecciones, el Partido Colorado salió segundo, el Partido Nacional tercero y cuarto el Frente Amplio.

En “La mesa de los galanes”, uno de los programas radiales de más audiencia, un personaje humorístico llamado “Campiglia”, realizó una canción sobre el departamento de Rivera. El punto no es si causaba gracia o no, la cuestión es que les resultó sumamente ofensiva a los riverenses y denunciaron penalmente por incitación al odio y apología del delito, a todos los integrantes del programa.

Pero esto no quedó aquí, varios políticos del oficialismo aprovecharon el momento para asociar a los conductores al Frente Amplio, para crear una grieta entre la capital y el interior y además para realizar un tiro por elevación al carnaval montevideano, ya que el humorista que interpreta a “Campiglia” es integrante de una de las murgas más famosas “Agarrate Catalina”.

Esto que parece una disputa doméstica entre departamentos ha mostrado el encono (nuevamente) de los sectores de la derecha para con la fiesta máxima popular que es el Carnaval. No es de sospechar su futura desfinanciación por parte del Estado y un boicot por parte de la derecha social.

Este hecho puntual abre el abanico sobre temas tan extensos como la libertad de expresión, los límites del humor y los medios de comunicación. Esta disputa sacó a la luz el debate entre la moral progresista, políticamente correcta y superficial, versus lo políticamente incorrecto, la reacción, el conservadurismo. El progresismo con sus cambios de barniz a este sistema le ha allanado el camino al humor fascista que se respira en el aire. Los que fueron señalados por el progresismo hoy se suman al bando de los dinosaurios.

Tan importante es lo que se dice como lo que se calla. Rivera lleva en lo que va del año 39 imputados por delitos de abuso sexual contra menores. Pero el indignómetro parece que mide similar al rating.

Ocre – OEA

Como corolario, además del apoyo explícito del oficialismo para con el Secretario General de la OEA, Luis Almagro; se envió a Washington “Turco” Abdala como embajador uruguayo de dicho organismo. Abdala es un personaje de la derecha más rancia y conservadora, devenido en standapero y panelista de televisión porque su escasa cantidad de votos lo alejaron del parlamento.

Hoy vuelve al ruedo y el otrora “soldado batllista” seguirá las órdenes del que sigue las órdenes de la Casa Blanca. Un opaco futuro para Latinoamérica.

La paleta

 Un círculo cromático que se cierra para los reclamos de los sectores populares, un Frente Amplio descolorido que se le han desteñido varias banderas históricas. Mientras, el regocijo de los de arriba se traduce en verdes dólares y si este ajuste no alcanza, y si hay que sacar pluma por pluma, como diría Sanguinetti, los liberales siempre tienen a mano a las botas verde oliva para llamar al orden.


Publicado originalmente en estrategia.la

* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional 
de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista
asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
Ya lo anunciamos: Macri legitima el aparato represor

Ya lo anunciamos: Macri legitima el aparato represor

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Maia Cubric*

Durante sus últimos días de gobierno, Mauricio Macri pretende ascender cinco militares carapintadas, que estuvieron en los levantamientos armados buscando realizar el golpe de Estado al gobierno de Raúl Alfonsín.


Con una coyuntura en la cual el imperialismo avanza sobre la región sin límites, y habiendo concretando un golpe de Estado en el país hermano y Plurinacional de Bolivia, que Mauricio Macri haya presentado un pedido para ascender de cargo a cinco militares que intentaron derrocar un gobierno democrático, es una medida preocupante. Queda claro en el transcurso de la historia, y se refleja en estos días, que la derecha tiene intereses específicos sobre Nuestra América. Si toda la región se ve afectada por ataques violentos e injerencistas del modelo neoliberal del Norte, es necesario prestar suma atención a la situación de Argentina, que hasta el 10 de diciembre tiene como gobierno a la Alianza Cambiemos con el mismo proyecto político de hambre, saqueo y represión.

Por eso, la medida que pretende llevar a cabo Mauricio Macri es clave si se analiza la situación política regional. No por nada quiere ascender a estos cinco militares: Carlos Alberto Corradi, actualmente Jefe de División V- Gestión Presupuestaria; Eduardo Pablo Garbini que desempeña el cargo de Secretario de Prácticas Profesionales; Carlos Andrés Freites que actualmente es Jefe de Departamento Ceremonial del Ejército; Jorge Oscar Fernández quien tiene el cargo de Jefe de División Material; y Marcelo Troncoso, actualmente Jefe del Departamento de Educación Previsional Militar.

Todos ellos se levantaron contra el gobierno democrático de Raúl Alfonsín. En ese entonces se auto llamaban carapintadas y pertenecían a grupos militares que intentaron llevar a cabo diversos golpes de Estado entre 1987 y 1990.  De los cinco mencionados, salvo Garbini, todos se vieron beneficiados en octubre de 1989 por el Decreto 1004/89, sancionado por el expresidente Carlos Menem. Todos los participantes de los levantamientos militares carapintadas de Semana Santa y Monte Caseros en 1987 y los de Villa Martelli en 1988, fueron indultados.  Hoy, a los cinco, se los pretende promover al cargo de Teniente Coronel del Cuerpo Comando de Infantería.

Es así que el 1 de noviembre, se envió un mensaje al Senado para pedir “el acuerdo necesario para promover al grado inmediato superior, en las fechas que para cada caso se especifica, a los Oficiales del  Cuerpo de Comando- Armas del Ejército Argentino”. Este mensaje debe pasar por la Comisión de Acuerdos y ser aprobado por la misma para llevarse a cabo. Dicha comisión está conformada por 17 integrantes, de los cuales el macrismo tiene 6 o 7 votos, por lo que no alcanzaría a aprobarse, pero todavía está en proceso.

El documento ingresó el 3 de noviembre por la mesa de entrada al Senado con la firma de Mauricio Macri y del Ministro de Defensa Oscar Aguad. Este último, había declarado, el 9 de julio de este año en Radio Metro que; “lo de los carapintadas es historia vieja, yo creo que no hay que sacarlo, eso pasó”. Dando cuenta una vez más, que la democracia para estos proyectos políticos es ocasional. Que quede claro; la derecha toma en cuenta la democracia, solo cuando se trata de elecciones. Estos años han servido de prueba fehaciente para visualizar con claridad que cuando se trata de avasallar contra gobiernos que no defienden sus mismos intereses político- empresariales, legitiman la violencia.

Haciendo un breve repaso desde la asunción al poder, Mauricio Macri expresó a través de diversas medidas que la represión, la persecución y la antidemocracia son características del modelo que propone Juntos por el Cambio y que representa al neoliberalismo en toda nuestra región. Por eso, el 1 de junio de 2016, el Presidente anuló el Decreto Nº 486, que había sancionado Raúl Alfonsín en 1984. Ese decreto, había sido dictado para limitar el accionar militar que hasta ese entonces gozaba todavía con amparos precedentes de la última dictadura. Concretamente, esta medida le otorgó a las Fuerzas Armadas (FFAA), las atribuciones para poder decidir e impartir órdenes disciplinarias. Reafirmamos; Macri legitima al aparato represor.

Siguiendo esta línea, el 23 de Julio de 2018 el presidente anunció la reforma del Sistema de Defensa Nacional lo cual implica una mayor injerencia militar sobre el control del territorio. Por otra parte, debemos tener en cuenta la declaración que realizó respecto de “la participación de las Fuerzas Armadas en la custodia y protección de los objetivos estratégicos”. De esta forma, sin especificar los límites de la nueva medida, se abre paso al accionar arbitrario de la fuerza militar. Y por si fuese poco, el anuncio es realizado desde Campo de Mayo, un ex centro clandestino de detención. No es un detalle menor que el gobierno le otorgue facultades a los militares responsables por los crímenes realizados durante la última dictadura cívico-eclesiástica-militar.

El discurso que acusa a los Derechos Humanos de ser uncurro”; intenta esconder los casos de gatillo fácil y otras violencias impartidas desde el Estado, como lo indica el informe de Marzo de este año realizado por la Coordinadora Contra la Represión Institucional y Policial (CORREPI). El informe de la CTA indica que entre 2015 y 2019, se detuvo a una persona cada 24 horas (siendo el 50% de las detenciones en contexto de movilización o marcha). Con el asesinato de Santiago Maldonado en manos de Gendarmería siendo la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich la principal responsable; con la Doctrina Chocobar y los actos de honor para los policías asesinos; con las fuerzas de (in)seguridad que pueden disparar antes de dar la voz de alto y la violencia como instrumento de autoridad; el gobierno dejó en claro desde el primer día en el poder que los Derechos Humanos no están en agenda.

El próximo 10 de Diciembre asume el proyecto político que encabeza Alberto Fernández en el que se proyecta un modelo de país más justo e igualitario, donde los organismos de Derechos Humanos se ven representados por medio de políticas concretas, lo cual sería un respiro para la sociedad. Que el neoliberalismo esté siendo repudiado por las mayorías en las calles de Nuestra América es un faro esperanzador, porque lo que está en juego no son solo políticas económicas que permiten vivir mejor a la población; está en juego un futuro digno, con derechos, con respeto y con libertad de expresión. El único lugar para los genocidas es la cárcel común. Y los militares que intentan derrocar gobiernos democráticos, serán condenados eternamente por una sociedad que no olvida ni perdona atrocidad alguna. Con la memoria, la justicia y la verdad no se negocia.


* Periodista, columnista del programa No Se Mancha (Radio Estación Sur – FM 91.7), responsable de la sección DDHH de Revista Trinchera y colaboradora de Agencia Timón.
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