Palestina sigue resistiendo

Palestina sigue resistiendo

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Este sábado 7 de octubre el mundo se despertó con la noticia de que el HAMAS, junto a la Yihad Islámica Palestina, han atacado objetivos en el sur de Israel y que por primera vez desde 1948 los combatientes de la resistencia palestina se han infiltrado en territorio del Estado de Israel desde la Franja de Gaza. No faltaron los lacayos del imperialismo y del sionismo que brindaron su “solidaridad” hacia el Estado de Israel, mientras el premier sionista Benjamín Netanyahu expresó que “está en guerra”.

Los combatientes de HAMAS han emprendido la operación llamada “Tormenta de Al-Aqsa”, después de haber advertido al régimen sionista por sus crímenes. Ante la arremetida palestina, el ejército israelí ha declarado el “estado de alerta de guerra” y activado su sistema antimisiles “Cúpula de Hierro” (con ayuda de Estados Unidos) en un intento por enfrentar la lluvia de misiles de la Resistencia Palestina. HAMAS afirmó que 53 soldados y colonos israelíes han sido capturados por los combatientes palestinos tras infiltrarse por tierra, aire y mar en algunos asentamientos israelíes.

La prensa occidental y sionista presenta al Estado de Israel como la “víctima”. Pero la realidad es otra. En los últimos meses, el régimen sionista de Israel ha intensificado sus ataques contra pueblos y ciudades palestinas en todos los territorios ocupados, matando a decenas de palestinos y arrestando a muchos otros. Más de 200 palestinos han sido asesinados en lo que va de año 2023, y la mayoría de estas muertes se han registrado en Cisjordania. De igual forma, los colonos israelíes han aumentado los actos de profanación de las santidades palestinas, en particular la Mezquita Al-Aqsa, situada en Al-Quds (Jerusalén). Esto ocurre mientras el culto de los no musulmanes en el recinto de la Mezquita Al-Aqsa está prohibido, según un acuerdo entre el régimen israelí y el Gobierno jordano (el custodio oficial del lugar sagrado), tras la ocupación ilegal israelí del este de Al-Quds en 1967.

El mundo se puso en alerta. Estados Unidos y la Unión Europea se pusieron del lado de los sionistas. Siria, Irán, el Hizbollah, los grupos de los Hermanos Musulmanes, partidarios shiítas de Irak, Bahréin y Yemen, y diversos movimientos políticos revolucionarios del mundo apoyaron a la Resistencia Palestina. Arabia Saudí y Turquía pidieron un cese y que HAMAS e Israel se sienten a negociar.

Por su parte, el primer ministro israelí, Netanyahu, se encuentra en una difícil situación interna apoyado solo por su coalición de extrema derecha y ultraortodoxos, la más de derecha de la historia, pero enfrentando masivas movilizaciones en las principales ciudades de Israel contra su intento de modificar la justicia para sumar todo el poder detrás del Ejecutivo y coronar definitivamente un estado judío que expulse a la población árabe. Hace tan solo 10 días, al cumplirse 23 años de la intifada palestina, Israel bombardeó con drones, helicópteros y tanques distintos puestos de vigilancia y otras instalaciones palestinas en la Franja de Gaza al borde de la frontera.

Pero la Resistencia Palestina no se quedó atrás. Hubo lanzamiento de 150 cohetes hacia Tel Aviv en respuesta al bombardeo de la torre residencial es el mayor bombardeo en la historia de la Resistencia Palestina, superando el récord anterior de 130 cohetes en un solo bombardeo el 11 de mayo de 2021. En total, el movimiento palestino HAMAS ha anunciado el lanzamiento de más de 7000 cohetes contra los objetivos israelíes en los territorios ocupados. El canal catarí Al Jazeera, citando a un portavoz de HAMAS, ha anunciado del lanzamiento de más de 7000 cohetes desde la Franja de Gaza contra las posiciones del régimen israelí en los territorios ocupados.

El número de muertos por la gran operación militar palestina contra el régimen israelí ya supera los 250, según medios israelíes. El número de muertos por el ataque en múltiples frentes del HAMAS contra Israel se eleva a más de 250 y al menos 1500 heridos, muchas de ellos de gravedad, según recogen los medios israelíes. Se prevé que el número de muertos aumente. A su vez, el número de palestinos muertos en la Franja de Gaza, tras los ataques israelíes, ha llegado a 232, con más de 1700 heridos.

La respuesta de los sionistas será infernal. Los sionistas quieren borrar del mapa a los palestinos. Los imperialistas y sus seguidores se expresaron por Israel, pero nunca lo hacen cuando el sionismo asesina todos los días al pueblo palestino. Se viene una escalada militar tremenda contra el pueblo palestino, que no le queda otra que unirse y resistir. Los gobiernos filoyanquis del mundo que apoyan a Israel no condenan los permanentes asesinatos que comete el Estado dirigido por Netanyahu. Solo en 2023 fueron asesinados 204 palestinos, incluidos 37 menores. Bajo el régimen genocida de Netanyahu y la extrema derecha religiosa sionista, estos crímenes se han incrementado, no solo en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, sino también contra los árabes que viven en el mismo Estado de Israel y son tratados como ciudadanos de segunda. Y es esta situación de opresión colonial que recrea una y otra vez la resistencia palestina desde hace más de siete décadas. Palestina arde y desde 1948 por la creación del sionismo, el perro guardián del imperialismo del Medio Oriente.

Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

La fundación del Estado Sionista de Israel

La fundación del Estado Sionista de Israel

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El establecimiento de Israel como país sirve como cumplimiento de un viejo sueño del sionismo de fines del siglo XIX del “pueblo judío”, que se intensificó después del Holocausto de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, no se produce la creación del estado palestino y los vecinos árabes, que no reconocen a Israel, inician la lucha por la autodeterminación nacional de Palestina.

A fines del siglo XIX el nacionalismo romántico conservador también se metió en los intereses burgueses y elitistas de la amplia comunidad judía de Europa. En 1896 el húngaro Theodor Herzl escribió  Der Judenstaat, y lo publicó en Viena y Berlín. Buscaba una “tierra para la comunidad judía de la diáspora” y realizar el sueño del “estado judío” casi mesiánico. Según la tradición bíblica, Sión es uno de los nombres de Jerusalén, y para el antiguo profeta hebreo Isaías es el lugar donde el Mesías liberará al pueblo de Dios de la opresión. Un austríaco judío llamado Nathan Birnhaum, nacionalista ultraxenófobo y antimusulmán, ya había señalado en 1890 al sionismo como el término para llamar a la “autoemancipación” de los judíos. Su movimiento estudiantil llamado Kadima, ya proclamaba que en la Palestina bajo dominio turco otomano hay que fundar el Eretz Israel, es decir, un estado judío como quería Isaías. Pedro eso va en contra de las tradiciones religiosas mesiánicas y que no estaban de acuerdo con el sionismo, al cual veían secularizado, ateo y lejano a la Torá.

Los sionistas hicieron lobby en Gran Bretaña, el imperialismo del momento a fines del siglo XIX, para contrarrestar al imperio turco otomano. Se pensó en establecer un estado judío en Uganda, Madagascar, Argentina y Armenia, pero ganó fuerza la idea de fundar uno en la Palestina histórica. Vino la Primera Guerra Mundial y los turcos otomanos se derrumbaron. Los británicos apoyaron a los árabes nacionalistas antiotomanos en Arabia, Jordania e Irak, pero también a grupos palestinos. Pero llegaron los sionistas y en 1917 sacaron la Declaración Balfour, que le daba la razón con la creación del estado judío en la Palestina histórica. Luego de la Segunda Guerra Mundial se intensificó la inmigración judía desde Europa a la Palestina histórica y los árabes palestinos vieron como se estaban robando sus tierras ancestrales.

Cien mil inmigrantes israelíes llegaron en los siguientes años tras la Declaración de Balfour. Luego de la derrota de los turcos otomanos en la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918), este documento fue respaldado por las potencias aliadas e incluido en 1922 por la Liga de las Naciones (organismo que antecedió a la ONU) en el “Mandato Británico sobre Palestina”. El 29 de noviembre de 1947, tras la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General de la recién establecida ONU adoptó la resolución 181, en la que aprueba el plan de división de Palestina en un estado palestino y otro israelí para más tardar el 1º de octubre de 1948. De esta forma se puso fin al “Mandato Británico”. Así era la sivisión de la ONU: El 55 por ciento del territorio para un Estado israelí y el 45 por ciento para un Estado árabe palestino, con la ciudad de Jerusalén (Al-Quds) bajo gestión internacional.

Resistencia y pueblada palestina contra Israel sionista.

Esta división era solo una recomendación y no era de cumplimiento obligatorio, pues nunca fue elevada al Consejo de Seguridad de la ONU, cuyas resoluciones son las únicas de carácter vinculante. Además, en ese momento la ONU estaba conformada por 57 países (actualmente tiene casi 200) y las naciones árabes no aceptaron el plan de partición. Tras el plan de división de la ONU, se desató la violencia contra el pueblo palestino y llegaron a ese territorio inmigrantes israelíes de todas partes del mundo, especialmente de Europa. Entre 1948 y 1949 se forzó el éxodo de 800.000 palestinos: 400.000 desalojados de la zona demarcada para el estado israelí y otros 400.000 expulsados de tierras arrebatas al Estado palestino. Más de 400 ciudades y pueblos fueron destruidos Israel entre 1948 y 1950. Además, arrebataron alrededor de 4.244.776 acres de tierra a los palestinos.

El ideal sionista mítico de un “país sin un pueblo para un pueblo sin país” no generó ningún tipo de “antisemitismo” y ni siquiera “antijudaismo” entre los árabes palestinos y los intereses de las naciones musulmanas que surgían luego de la caída del Imperio Otomano y la descolonización franco británica en el Oriente Medio. La idea de del sionismo de crear un estado judío con una supremacía y un gobierno judío en un lugar que ya había otra forma de organización y, más aún, otra población fue todo un proyecto nacionalista del tipo occidental colonial. El sionismo se basaba en una visión colonialista del mundo, en la que no importaban los derechos de los habitantes indígenas. La oposición de los árabes al sionismo no estaba basada en el antisemitismo, sino en un temor totalmente razonable al desposeimiento. Un temor a una historia construida, a una identidad nacionalista inventada y fabricada, a una gran distorsión del pasado.

Israel sigue siendo la víctima “histórica” principal de forma automática. ¿Por qué? Por la historia de un pueblo que forjó una fe y al cual se le prometió una tierra de la boca de un tal dios llamado Yahvé. Eso dicen los voceros del sionismo judío y hasta dirigentes occidentales realmente fundamentalistas que creen en el relato bíblico hebreo de la promesa de Yahvé a Abraham y a Moisés, o del apogeo del reino de David sobre las tierras palestinas y más allá… El mundo más o menos informado puede advertir que se trata de una de las tantas secuencias del horror étnico religioso que vive la región de Palestina. Allí el gran público, gracias a la visión del mediocentrismo universal, cree que existe una lucha milenaria entre judíos y musulmanes, entre dos religiones monoteístas que se disputan la Tierra Santa tanto para la Biblia como para el Corán.

En fin, un estado llamado Israel, que se presenta como la gran víctima, ofrecen un crudo panorama de guerra sin fin. La imagen distorsionada del conflicto palestino se confunde con varias concepciones polémicas y controvertidas que renacen en el vocabulario de los periódicos, artículos, ensayos y libros sobre el tema en cuestión. Nos referimos a las dramáticas reivindicaciones de “antisemitismo”, de la “judeofobia”, del Holocausto, y, por otra parte, a volver a examinar temas tan sensibles como el genocidio, el racismo y la segregación racial todavía presente en la mentalidad de muchas personas en la actualidad.

Los palestinos árabes cristianos siempre apoyando la causa nacional contra el sionismo.

Pero no debemos olvidar esta fecha del 15 de mayo de 1948 inició el éxodo forzado del pueblo palestino, como consecuencia de la creación del estado sionista de Israel. Cada año se recuerda el Día de la Nakba o de la catástrofe con protestas y marchas en Palestina y otras partes del mundo. Como señalamos antes, el sionismo de Israel expulsó a más de 800.000 palestinos de sus hogares, asesinó a 13.0000 y destruyó más de 500 aldeas y localidades. El 70 por ciento de los palestinos despojados de sus tierras se convirtieron en refugiados en otros países y el resto en desplazados internos.

Prohibido olvidar, porque actualmente, los más de 800.000 pasaron a ser más de cinco millones de refugiados palestinos a quienes se les impide retornar a sus tierras, de acuerdo a la ONU. De los 60 millones de refugiados en el mundo, los palestinos representan un 44 por ciento de la cifra. En la Franja de Gaza, viven 1,2 millones de refugiados palestinos, donde son víctimas de un bloqueo por tierra, mar y aire, por parte de Israel desde 2007, que ha dejado como consecuencia una grave crisis humanitaria. Los palestinos en Cisjordania son más de 750.000 y viven rodeados de muros, colonias y puestos militares israelíes. Sufren la continua apropiación de sus tierras, la demolición de sus hogares e infraestructuras, así como una restricción sistemática a su libertad de movimiento. Más de dos millones de refugiados palestinos viven en Jordania, donde cuentan con mayor seguridad que en otros países, gracias a las operaciones de la “Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio” (UNRWA, por su sigla en inglés). Otro medio millón vive en Siria. Aquí lograron derechos civiles, sociales y económicos desde su llegada en 1948, pero la guerra en este país, que inició en 2011, ha deteriorado su situación. Alrededor de 174.422 refugiados palestinos han huido a Líbano, según un censo realizado en 2017. En este país no tienen acceso a los servicios sociales púbicos.

Hoy, una vez más, el genocida estado de Israel sigue reprimiendo, repartiendo genocidio, y el Al Nakba continúa. Los pueblos del mundo deben solidarizarse con la causa palestina, porque también es una causa global contra la opresión imperialista.

Ilustración de portada: @diego.block

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