La Cámara Baja aprobó en el día de hoy la ley Bases y entre las aprobaciones particulares, se incluye una reforma en el acceso a la jubilación, la cual perjudicará mayormente a las mujeres: se eliminaría la moratoria previsional para crear un retiro proporcional para los mayores de 65 años que no tengan 30 años de aportes. Solo el 10% de las mujeres, completa los aportes.
La Cámara de Diputados aprobó esta tarde, en el marco del debate por la Ley Bases, la derogación de la ley 27.705, la moratoria previsional aprobada en marzo de 2023 que habilitó a cerca de 800 mil personas en edad de jubilarse a acceder a un haber, pese a no contar con los 30 años de aporte que establece la ley. El Gobierno busca un nuevo esquema en el que cada persona cobre de acuerdo con sus años de contribución al SIPA.
La eventual aprobación de la medida perjudica especialmente a las mujeres, en lo que respecta a las implicaciones para el acceso a la jubilación. En caso de derogarse la denominada “Unidad de pago de deuda previsional”, la moratoria y todas las mujeres que no reúnan los 30 años de aportes efectivos cobrarían una Prestación Proporcional recién a los 65 años (cuando actualmente está en los 60 años), de la misma manera que sucede en la actualidad con los varones, detalla el proyecto consensuado.
Cabe destacar que la moratoria previsional en rigor beneficia a dos grupos en particular, primero a aquellos que cumplen con la edad jubilatoria pero no alcanzaron los 30 años de aportes establecidos por ley, y luego a las personas que aún no llegaron a la edad límite, pero saben de antemano que no llegarán a acumular los 30 años de aportes necesarios. Permite regularizar los períodos faltantes hasta diciembre de 2008, inclusive, con un pago en hasta 120 cuotas que serán descontadas de manera directa del haber jubilatorio que se obtenga a través del programa.
Además, el sistema actual se basa en ajustar las cuotas según la “Unidad de Pago de Deuda Previsional” (UPDP), determinada por la “remuneración mínima imponible”, actualmente fijada en $45.281,15. Esto implica que las cuotas se descuentan en base al 29% de esta remuneración mínima no imponible, lo que equivale a $13.131,53. Una novedad respecto de las anteriores: un plan de pagos para quienes estén a menos de 10 años de llegar a la edad jubilatoria. Esas personas, pueden empezar a cancelar sus deudas previsionales, para llegar a la edad de retiro sin pasivos por atender.
Sin embargo, la propuesta gubernamental busca reemplazar esta moratoria por la Prestación de Retiro Proporcional. En este sentido, el artículo 227° de la ley votada señala: “Créase la Prestación de Retiro Proporcional, para aquellas personas que hubieran alcanzado los sesenta y cinco años años de edad y que no cumplan con el requisito previsto en el artículo 19 inciso “c” de la Ley 24.241 y sus modificaciones”, que habla de 65 años de edad sin distinción, estirando el plazo que rige al día de hoy para ese grupo de mujeres.
De prosperar la derogación impulsada por La Libertad Avanza, aquellos que no hayan completado sus aportes solo podrán acceder a la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) a partir de los 65 años, lo que equivale a un haber mínimo del 80% de la jubilación mínima, que actualmente es de $260.141,60 (incluyendo el refuerzo). Para contextualizar, en mayo los beneficiarios de tal pensión percibirán $222.113. Sin embargo, son muy pocas las mujeres que logran completar con tales aportes.
Al respecto, la abogada especializada en temas previsionales, Andrea Falcone, resaltó que la derogación de la moratoria implicaría que la mayoría de las mujeres no lleguen a jubilarse a los 60 años y deberán esperar hasta los 65 para acceder a la PUAM o a un retiro proporcional, ya que solo el 10% de ellas logra completar los 30 años de aportes al llegar a la edad jubilatoria.
En paralelo, la ex directora nacional de Economía Igualdad y Género e investigadora del Conicet, Sol Pietro, resaltó en un hilo de Twitter (ahora X) que “la moratoria previsional es la principal vía de jubilación para las mujeres en la actualidad. Según datos de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género (DNEIG), solo el 8,8% de las mujeres en edad de jubilarse tienen 20 años de aportes o más”. Por este motivo, expresó Pietro, el 85,4% de las mujeres jubiladas accedió a la jubilación a través de una moratoria previsional, mientras que en los varones este número disminuye al 50,0%. Por eso, el 76,5% de las mujeres jubiladas cobra el haber mínimo, frente a un 30,0% de los varones.
Esto se debe, en gran medida, a los altos niveles de informalidad laboral, las interrupciones generadas por tareas y responsabilidades de cuidado, como la maternidad, y la carga desproporcionada de tareas del hogar que recaen sobre las mujeres.
Asimismo, Pietro resaltó que “las mujeres con hijos dedican un considerable tiempo diario a tareas de cuidado, lo que representa una parte significativa del Producto Interno Bruto (PIB). Esta realidad desmiente la noción de que las mujeres se jubilan sin haber trabajado, ya que la labor de cuidado es fundamental para el funcionamiento de la sociedad”.
“Las mujeres destinan en promedio casi cuatro años más que los hombres a tareas de cuidado a lo largo de 29 años, 3.9 años más a tareas de cuidado que los varones.” Esta disparidad en la distribución de responsabilidades justifica, según ella, “la diferencia en la edad jubilatoria entre géneros que existe en muchos países”, argumentó la ex funcionaria, al respecto del debate sobre el aumento de la edad jubilatoria para las mujeres, de 60 a 65 años.
No está de más resaltar que este cambio también afectaría a la mayoría de los hombres, con 7 de cada 10 no pudiendo jubilarse a los 65 años debido a la alta informalidad laboral. Con respecto a aquellos jubilados que ya entraron en la moratoria, no sufrirán ningún cambio por tratarse de un derecho adquirido.
Sin dudas, como vimos hoy, la Ley de Bases del oficialismo plantea cambios significativos en el sistema jubilatorio que podrían dejar a muchas mujeres sin acceso a una jubilación digna o incluso fuera del sistema jubilatorio, evidenciando la crueldad y la vehemencia con la que se mueve el Estado Nacional en todos sus niveles. Será el turno ahora del debate en la cámara de senadores para que finalmente la ley, y sus distintos capítulos, sea efectivamente aprobada o rechazada.
Es necesario abordar las desigualdades de género en el ámbito laboral y de cuidado, algo que evidentemente estuvo ausente en el debate desarrollado en el día de hoy. Quedará por verse de qué manera actúan las y los senadores cuando la ley se trate en dicha cámara.
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