Avifavir: la solución rusa contra el coronavirus

Avifavir: la solución rusa contra el coronavirus

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

El 29 de mayo, Ministerio de Salud de Rusia registró el Avifavir, una de las vacunas que estaba terminando la fase III de pruebas clínicas, y lo convirtió en el primer medicamento contra el SARS-CoV-2 en el mundo, que contiene el ingrediente activo favipiravir.

El Avifavir llegó a las clínicas rusas a mediados de junio para sus primeras pruebas, que fueron muy positivas. Durante los ensayos clínicos el medicamento respondió de la mejor manera y pudo interrumpir la reproducción del virus, aliviar los síntomas y reducir a la mitad el transcurso de la enfermedad en comparación con una terapia estándar. En los primeros cuatro días de tratamiento, el 65 % de los 40 pacientes que tomaron Avifavir dieron negativo para Covid-19 y para el décimo día, el porcentaje de pacientes que no registraron la enfermedad aumentó al 90%.

Si bien en la primera etapa de la investigación participaron tan solo 60 personas,  hubo tres ensayos clínicos independientes que fueron claves para la aprobación del medicamento. Estos se llevaron a cabo en 35 centros médicos de Rusia con la participación de 700 pacientes con Covid-19.

El margen de éxito del Avifavir es tal que al día de hoy está incluido en la lista oficial de pautas para la prevención, diagnóstico y tratamiento del Covid-19 en el país.

Cabe aclarar que esta solución no es solamente rusa. El favipiravir ya era utilizado por Japón desde el 2014 para tratar la gripe, pero el contexto de pandemia abrió las puertas a que este compuesto químico pueda ser fabricado por todas las compañías y no solamente por las que contaban con la patente, hecho que los científicos rusos aprovecharon de la mejor manera.

Comprimidos del medicamento antiviral Avifavir para el tratamiento de covid-19.

Este hecho fue un duro revés para los Estados Unidos, que es otra de las potencias que está en busca de una vacuna contra el coronavirus. A principios de abril, Donald Trump había presentado el programa “Operación Máxima Velocidad”, en el que aportarían miles de millones de dólares a farmacéuticas y empresas biotecnológicas para que lograran una vacuna lo antes posible “para el alivio de millones de personas”.

Para esto, el plazo estipulado es octubre de este año, lo que nos trae una cuestión clave detrás de este ambicioso programa. En un accionar egoísta, individualista y acaparador, Estados Unidos se encargó de comprar toda la producción existente del Remdesivir, el primer fármaco autorizado en la lucha contra el Covid-19, lo que generó una gran preocupación a nivel mundial.

Luego de esta movida, el hecho de que Rusia haya aprobado su primer vacuna fue un duro revés que aumentó la presión del gobierno de los Estados Unidos hacía una comunidad científica que busca que todo esto no entorpezca el proceso de testeos y pruebas claves para el tramo final. 

La presión del gobierno no solo es por el estado actual del país, que cuenta con casi 5 millones de casos confirmados y alrededor de 160 mil decesos. El hecho puntual es que, con vacuna en mano, Trump tendría el puntal para su campaña en busca de una reelección que hoy, a la luz de los últimos sondeos, parece muy lejana.

Con su alternativa más eficaz hasta el momento recién entrando en fase III y con pruebas en otros países (entre los que Argentina está incluido), todo da a pensar que, de ser exitosa, esta vacuna recién entraría al mercado a fines de año.

Este hecho es más que preocupante ya que podemos especular con la posibilidad de que la Casa Blanca busque dejar de lados ciertos protocolos con tal de aprobar una vacuna de emergencia para grupos de riesgo y sectores esenciales, poniendo en riesgo al sector menos pudiente de los Estados Unidos.

Las declaraciones de Trump luego de la visita a un laboratorio biotecnológico en Carolina del Norte la semana pasada dan pie a pensar esto, ya que el mandatario afirmó que entregaría una vacuna en “tiempo récord”.

Por su parte, la comunidad científica estadounidense se mantiene alerta desde el primer momento. A principios de junio, el doctor y profesor de la Universidad de Pensilvania, Paul A. Offit, quien forma parte del comité asesor en vacunas de la Administración de Comidas y Drogas, declaró que “hay mucha gente trabajando en este proceso y les preocupa que el gobierno quiera meterse con los tiempos del Operativo Máxima Velocidad, apunte dos o tres vacunas, y diga ‘la hemos probado en miles de personas, parece segura, y ahora vamos a la lanzarla’, y tienen razón en estar preocupados”.

En contraparte, desde el gobierno ruso ven un futuro más que prometedor. El pasado 1 de agosto, el Ministro de Salud, Mijaíl Murashko, anunció que habían finalizado con éxito la fase de ensayos clínicos de la vacuna elaborada por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya en conjunto con el Ministerio de Defensa ruso y ya se está preparando el paquete de documentos necesarios para registrar el medicamento este mismo mes.

Sobre esto, el jefe del Fondo de Inversión Directa de Rusia, Kirill Dmitriev, anunció que la vacuna será registrada dentro de los primeros diez días de este mes. Al mismo tiempo, anunció que Rusia suministrará el fármaco Avifavir diseñado para los pacientes que padecen el nuevo coronavirus a Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Honduras y El Salvador. “Vamos a entregar uno de los medicamentos más eficientes contra el Covid-19 del mundo a distintos hospitales en latinoamérica. Además, transferiremos la tecnología necesaria para producir la forma de dosificación terminada, lo que reducirá el período de espera y los costos de logística” declaró el mandatario ruso.

Este acuerdo sobre las ventas en siete países latinoamericanos fue firmado entre la compañía Kromis, perteneciente al RDIF y al grupo JimRar que creó el fármaco, y la compañía boliviana Sigma Corp S.R.L. el pasado 29 de julio. El documento prevé el suministro de un mínimo de 150.000 unidades de Avifavir, y el socio boliviano recibirá la tecnología de la elaboración del medicamento. 

A esto podemos agregar que la revisión médica final realizada el día 3 de agosto confirmó que todos los voluntarios que recibieron la vacuna contra el coronavirus desarrollada por el Ministerio de Defensa ruso y el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya han presentado claros indicios de inmunidad contra el patógeno, sin presentar efectos secundarios o desviaciones del funcionamiento del organismo de los voluntarios. Además, señalaron que estos datos permiten afirmar que esa vacuna contra el Covid-19 es segura y posee buena aceptación por parte del organismo.

Por su parte, el Ministerio de Salud ruso anunció que dicha vacuna será gratuita para toda la población y que el estado asumirá los costos. Se prevé que la vacunación masiva comience en octubre, en la que los primeros en lista serán los representantes de grupos especiales, en particular, médicos y maestros, un hecho que demuestra la contraposición entre la gestión rusa y la norteamericana.

Mientras que los Estados Unidos en el afán de acaparar la que parecía la única posible cura conocida contra el virus que nos acecha dejaron sin alternativa al resto de los países, Rusia encontró una respuesta mucho más global, que será gratuita para todes sus habitantes, al mismo tiempo que le marca la puerta de salida al egoísmo y la codicia del gobierno de Trump.


Fuentes:
https://actualidad.rt.com/actualidad/362002-rusia-suministro-avifavir-america-latina
https://actualidad.rt.com/actualidad/356347-primer-lote-medicamento-covid19-llega-clinicas-rusia
https://actualidad.rt.com/actualidad/361842-ministerio-salud-ruso-planea-vacuna-covid19-gratis-poblacion
https://ria.ru/20200803/1575310312.html
https://www.nytimes.com/2020/06/08/opinion/trump-coronavirus-vaccine.html
https://actualidad.rt.com/actualidad/362002-rusia-suministro-avifavir-america-latina
https://actualidad.rt.com/actualidad/362008-voluntarios-recibir-vacuna-rusa-covid-inmunidad


Jonatan "Chino" Pérez
Jonatan “Chino” Pérez

De humor ácido, bastante particular. Una enciclopedia de datos poco interesantes. Un poco friki, un poco otaku, y muy colgado. Me dicen “Chino” desde siempre, y no se porqué pero me queda mejor que mi nombre. Un intento de productor de la gloriosa No Se Mancha, columnista en Columna Vertebral, y escritor de la Trinchera.

La Migración centroamericana: Causas y desafíos

La Migración centroamericana: Causas y desafíos

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Por Pablo Jofré Leal*

¿Qué impulsa a millones de seres humanos a recorrer largas distancias, cruzar montañas, vadear ríos, trechos de selva, caminar bajo el calor húmedo o soportando lluvias torrenciales, abandonar sus hogares, su familia, el entorno social en el que viven, para buscar nuevos horizontes, mejores perspectivas de vida?

Cuando esta pregunta se hace con relación a los habitantes de la región centroamericana, las causas son múltiples y suelen ser campo de estudios económicos, sociológicos y políticos. Sin embargo, a pesar de los análisis, los diagnósticos y las políticas que han sido llevadas a cabo, para intentar variar esta situación de desangramiento de la población, generalmente, la población más joven de América Central, sigue siendo una realidad y seguirá aconteciendo, mientras las razones estructurales que permiten esta emigración se mantengan.

De los 35 millones de migrantes internacionales provenientes de América Latina y El Caribe, 17 millones de ellos proceden de Centroamérica, cuyo norte principal es arribar a Estados Unidos, teniendo a México como territorio de tránsito principal. En documentos elaborados por organismo internacionales como es la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) a través del titulado Atlas de Migración[1] elaborado junto a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) se constata, que la mayoría de los migrantes hacia Norteamérica provienen de México y del llamado Triángulo del Norte centroamericano, conformado por Guatemala, Honduras y El Salvador. Migrantes, que en forma mayoritaria provienen de sus áreas rurales, donde se concentra la población con mayores carencias de esos países. La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcenas señala respecto a esto que “El 77% de los habitantes rurales en Guatemala son pobres, y la pobreza en Honduras afecta al 82% de los habitantes rurales, en El Salvador esa cifra es del 50%”. Cifras, que bajo el marco de la pandemia global del Coronavirus, indudablemente tienden a empeorar la situación.

Mientras los organismos mencionados llaman al estudio pero también al cambio, el énfasis de los países destinatarios de esos procesos migratorios (especialmente Estados Unidos) es intensificar el control y las prohibiciones, que impidan la migración de “indeseables, pobres, delincuentes y narcotraficantes” como han sido denominados, por el presidente estadounidense Donald Trump, en una clara discriminación a millones de personas, que buscan un mejor vivir. Es evidente que la migración tensiona fuertemente la política interna estadounidense, principalmente por las presiones a la que es sometida por los grupos de extrema derecha y en general la masa de votantes de Trump, renuentes a la diversidad y sobre todo dotados de una fuerte carga racista.

Donald Trump ve a los inmigrantes como enemigos, a los cuales “hay que disparar a las piernas o como lo dijo en el discurso a la nación del año 2018 “Durante décadas, las fronteras abiertas han permitido entrar drogas y pandilleros a nuestras comunidades más vulnerables. La inmigración ha permitido a millones de trabajadores poco cualificados competir por empleos y salarios con los estadounidenses más pobres”. Un discurso racista, que alienta la violencia y que no da cuenta del valor de esos inmigrantes, que según datos de la CEPAL el 70% de los centroamericanos provenientes del Triángulo Norte, que están en los Estados Unidos trabaja. Pero, así como aportan a la riqueza estadounidense, el 63% de ellos no posee protección social. Es decir aportan pero no existe reciprocidad. Personas, que además con sus remesas (15 mil millones de dólares el año 2019) permiten crear un circuito económico de mejora en los países mencionados. Envíos de dinero, que según la CEPAL, adquieren un rol preponderante debido, fundamentalmente, a la debilidad estructural de las economías receptoras, dejando en evidencia las razones y causas de migración.

Se verifica que en el caso centroamericano, la complejidad de los procesos migratorios ha aumentado, sobre todo por el número de migrantes en tránsito, retornados, deportados, menores no acompañados, políticas de contención fuertemente cuestionada por considerarse violatorias de los derechos humanos de las personas sometidas a prisión y resoluciones que termina con el impedimento de ingresar al país. Hoy, la migración se ha convertido en un tema sensible internacionalmente, de la más alta prioridad no sólo en América, sino también en Europa, África, Asia Occidental, entre otras zonas con conflictos migratorios migratorias que tensionan la relaciones entre los países, desatándose además crisis humanitarias, que han significado el incremento en el número de refugiados, el tráfico de personas y la muerte de miles de ellas tratando de llegar a sus destinos, ya sea en el Mar Mediterráneo, en la ruta de los Balcanes o en la frontera entre México y Estados Unidos.

El análisis fino respecto a los procesos migratorios, estudios como el señalado de la CEPAL y la FAO, informes de organismos defensores de los derechos humanos coinciden, que los factores principales que explican este éxodo, sobre todo del Triángulo Norte son: la violencia e inseguridad social en estos países, que los sitúan con los mayores índices de criminalidad y asesinatos. El Triángulo Norte de Centroamérica es la región más insegura en América Latina, según el informe ‘Estudio Mundial sobre el Homicidio’ de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Razones vinculadas a la reunificación familiar ya que muchos de estos migrantes tienen familiares directos que suelen ser un buen impulso para acometer estos viajes. El 82% de los migrantes que provienen del Triángulo Norte, tienen familiares en los Estados Unidos y esas redes son factores que sustentan la migración. Catástrofes naturales: terremotos, huracanes, sequías, avance de la desertificación incrementan la vulnerabilidad social de aquellas poblaciones que suelen visualizar, como única salida posible, la búsqueda de mejores horizontes.

Sumemos a lo mencionado, las crónicas crisis económicas de los países de origen, la desigualdad social abismal, donde la concentración de la tierra implica aumentar la pobreza rural de las familias con pedazos de terreno que no alcanzan para alimentar a sus familias. Otro punto concluyente refiere al cambio climático, donde en los últimos años, las plantaciones de café, frijoles, arroz, calabaza, plátano, maíz se han visto afectados generando altos niveles de desempleo, junto con afectar la producción de alimentos. La población rural dedicada a estas labores se ha visto forzada a migrar fuera de la región y a trabajar como mano de obra asalariada, ya que los efectos de los fenómenos climáticos se extienden en lo que se conoce como el “Corredor Seco Centroamericano”[2] que justamente abarca Guatemala, Honduras, El Salvador y parte de Nicaragua.

Este Corredor Seco, está viviendo una de las sequías más graves de los últimos 10 años, lo que implica que 3,5 millones de personas necesiten asistencia humanitaria. La inestabilidad política es, indudablemente, otro de los puntos a considerar, que obliga a buscar refugio frente al incremento de bandas, gobiernos corruptos, violencia, paramilitarismo, narcotráfico, entre otras. A la luz de los informes, la realidad descrita por los propios migrantes y el análisis comparado con otras migraciones, la modificación del actual curso de emigración, que deja a los pueblos campesinos sin su savia nueva, sólo puede tener un cambio modificando estructuralmente las razones que posibilitan esta migración.

Ello implica por trabajar e impulsar modelos y sistemas económicos sociales y políticos distintos a los que actualmente rigen estos países. Terminar con la violencia, las bandas criminales, el narcotráfico que usa a los países centroamericanos como lugares de almacenamientos y protección de la droga, que sale de los países andinos (Bolivia, Perú y Colombia) hacia el mercado norteamericano. Terminar con la dependencia política y económica, que permite el surgimiento de gobiernos sometidos a Washington y por tanto sujeto a sus políticas hegemónicas, que impiden los cambios que permitirían modificar el mapa actual de Centroamérica. Existen desafíos, sociales, económicos, ambientales, seguridad e institucionales en los países de origen de los migrantes, que su cambio impulsaría, no sólo el retorno de parte de su población (voluntariamente no deportada), sino también impedir, mediante la creación de un clima país virtuoso, la salida de millones de personas, indispensables para el desarrollo de sus países de origen.

Centroamérica, y en particular los países del Triángulo Norte, ha devenido en una subregión con profundas deficiencias y ello plantea desafíos, no sólo para esas sociedades y sus gobiernos, sino del conjunto de los países y gobiernos involucrados, además de los organismos vinculados a este tema, para abordar de manera profunda, estructural los por qué, las causas y responder con políticas adecuadas, que respeten los derechos humanos de esa población en forma principal.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

Referencias:
[1] “La masiva migración irregular que hemos visto en los últimos meses es una consecuencia directa de la inseguridad alimentaria, las crisis climáticas, la erosión del tejido social y la falta de oportunidades económicas en las aldeas y territorios rurales de estos países”, explicó Kostas Stamoulis, Subdirector General del Departamento de Desarrollo Económico y Social de la FAO en el lanzamiento del Atlas.

[2] El Corredor Seco Centroamericano es una subregión de bosque tropical seco de Centroamérica, compartida por los países pertenecientes al NCA y Nicaragua (y en menor proporción por territorios en Costa Rica y Panamá). Se estima que la población de esa zona llega a 10,5 millones de personas, correspondiendo la mayor parte de esta a los países del Triángulo Norte o NCA (FAO, 2012)

Ferrer Morillo: “El nuestro es un país bloqueado y ello nos ha hecho muy resistentes ante crisis de grandes complejidades”

Ferrer Morillo: “El nuestro es un país bloqueado y ello nos ha hecho muy resistentes ante crisis de grandes complejidades”

TIEMPO DE LECTURA: 9 min.

Revista Trinchera dialogó con la poeta y activista afrovenezolana, Lilia Ferrer Morillo, acerca de la situación en la República Bolivariana de Venezuela. No sólo cómo está enfrentando al COVID-19 sino cómo está haciendo frente a las nuevas agresiones de los EEUU y sus aliados.


  • ¿Cuáles destacás y qué efectividad considerás que tienen las medidas adoptadas por el gobierno de Nicolás Maduro para enfrentar la Pandemia del COVID-19?

Sin lugar a dudas, la principal acción del gobierno nacional fue la temprana decisión de cuarentena social en la República Bolivariana de Venezuela, con tan solo 17 casos registrados. Fue una decisión estratégica de contención que, sumada a las acciones de dotación también temprana de insumos médicos y kits de detección del covid-19 por parte de la República Popular de China, han logrado contener la expansión del virus en el país.

Otra medida esencial ha sido la implementación de la encuesta sanitaria autogestionada que realizan los venezolanos en la “Plataforma Patria”: las personas registran su información sanitaria y de salud y, en función de sintomatología y factores asociados, son visitadas por personal clínico en sus hogares siguiendo protocolos del caso.

La Plataforma Patria además actúa además como sistema de biopagos y de distribución de alimentos para el pueblo venezolano, esto último a través de los denominados CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción).

Los venezolanos, sin distinción de procedencia partidaria e ideológica, tenemos gran experiencia en lo que se refiere a la organización social y comunitaria, desplegando mecanismos de protección y de respuesta inmediata ante crisis de grandes magnitudes. El nuestro es un país bloqueado y ello nos ha hecho muy resistentes ante crisis de grandes complejidades.


  • ¿Cuán importantes han sido las políticas sociales que ya estaban implementadas antes del COVID-19 como las Cajas CLAP?

Tal y como lo expongo anteriormente, el disponer de la Plataforma Patria ha permitido atender de forma más efectiva la pandemia. No se trata únicamente de la distribución de alimentos porque esta es una plataforma integral que atiende todos y cada uno de los beneficios orientados a la atención del poder popular. El tema de la atención alimentaria es esencial para la supervivencia de la población, así que los CLAP cumplen esa atención básica y fundamental, pero también lo hacen las redes de solidaridad y de apoyo locales y comunitarias. Ejemplo de ello es la distribución de peces que llegan masivamente a nuestras costas y que son distribuidos entre la población.


  • ¿Cuán importante ha sido la política de formación de médicos en alianza con Cuba?

Cuba y Venezuela han estrechado lazos históricos que se han profundizado en estos últimos veinte años de gobierno bolivariano. Estos vínculos ponen el foco en la atención prioritaria de la salud venezolana. Contamos con una infraestructura barrial y socio-comunitaria que, en efecto, ha sido afectada grandemente por el bloqueo a ambas naciones. Nos ha costado vidas y hemos visto mermada nuestra atención primaria de salud. El mundo todo ha sido testigo de cómo nos han bloqueado el arribo de millones de dosis de insulina o de tratamientos oncológicos y de equipos médicos esenciales. También se han visto afectados pacientes que recibían sus tratamientos de alta complejidad en países como Italia y Argentina: estos eran cubiertos por programas de CITGO y luego de que esta filial internacional de PDVSA fuera arbitrariamente robada, nuestros pacientes empezaron a padecer las consecuencias.

No obstante lo anterior y, ante las alertas que dio ya en enero la Organización Mundial de la Salud, tanto Cuba como la República Bolivariana de Venezuela tomaron medidas conjuntas. Cuba elevando, como siempre, su estandarte de solidaridad con los pueblos del mundo y Venezuela, fortaleciendo su infraestructura con la colaboración directa no sólo de Cuba: pues ha sido vital el apoyo de Rusia y China para el control de la pandemia.


  • ¿Cuál es la postura que ha adoptado la oposición golpista en este contexto?

La oposición radical ha sostenido su postura invariable sobre la destrucción y arrase del país. Una oposición apátrida que desoye las exigencias, incluso del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, quién ha dicho que, ante la agresividad incuestionable del coronavirus, las naciones en guerra “silencien las armas, detengan la artillería, pongan fin a los ataques aéreos”. La oposición terrorista y mercenaria ha hecho lo opuesto, pide invasión armada, ataca sin piedad, desdice las cifras, no propone medidas de contención de la pandemia, introduce fake news en tiempos donde la información es vital para salvar la vida. Son terroristas y prefieren que la nuestra sea una tierra arrasada por las armas y por el caos. Son genocidas, es su naturaleza. Por suerte la población hace caso a las directrices de su gobierno nacional, el verdadero.


  • ¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?

Las FFAA en la República Bolivariana de Venezuela se conciben como Pueblo en armas, armas para la Paz y para la defensa integral de la República. Le ha correspondido a las FFAA la activación sin tregua de comandos estratégicos operacionales para la defensa de la Patria. En un tiempo de tanta complejidad planetaria y nacional, y ante los ataques magnicidas y agresiones terroristas continuadas a nuestras instalaciones esenciales como la petrolífera y eléctrica, las FFAA están dispuestas para el resguardo de la nación bolivariana.Es importante destacar cómo las milicias bolivarianas, concebidas como el quinto componente de las FFAA, se han desplegado a nivel comunal y barrial para atender el tema alimentario y dar soporte en la logística de atención directa en el territorio por la emergencia del coronavirus.


  • ¿Qué lectura hacés de las recientes medidas de agresión contra la revolución adoptadas por parte de la administración Trump y sus aliados europeos?

Las recientes agresiones ejecutadas por la administración Trump, con la complicidad de la envejecida Europa y los gobiernos serviles de la región, son el zenit de 20 años de agresiones continuadas.Ya no sorprende nada. Los bolivarianos izamos la Paz como estandarte, pero no es signo de rendición y menos aún de sujeción a los designios imperiales. Resistimos, nos organizamos y luchamos por la autodeterminación y soberanía nacional.

Medio millón de infectados por el covid-19 en EEUU y más de veinte mil fallecidos al día de hoy y Trump se “ocupa” de combatir un cártel de la droga de Venezuela sobre el cual no hay un solo kilogramo de cocaína incautada en todo el mundo. El único cártel de drogas sin rutas de distribución, ni plantaciones y Trump despliega un dispositivo armamentista sin precedentes en el Caribe por donde la misma DEA asegura que circula únicamente el 15% de la droga que llega a EEUU.

Lamentablemente, la Casa Blanca está tomada por un desquiciado que abandona sus funciones de Jefe de Estado y de Gobierno para complacer a los votantes latinos que le garanticen la continuidad presidencial en el mes de noviembre próximo.


  • Ante ese escenario y teniendo en cuenta la pandemia global ¿Cuál ha sido la reacción de países aliados como Rusia o China?

China y Rusia son países aliados con intereses y negocios comunes. Son países que no condicionan las relaciones binacionales y han demostrado su política de no injerencia sobre los asuntos internos de Venezuela. En este preciso momento, las relaciones con China y Rusia ha permitido salvar nuestras vidas. Venezuela es reconocida por la OMS como una de las naciones que ha tomado las medidas tempranas y necesarias para la contención del covid-19 en el territorio y aplanamiento de la curva de contagios, como de hecho ha ocurrido. Hemos recibido a especialistas altamente calificados provenientes de China, al igual que volúmenes altos de test de detección y equipamiento necesario para afrontar este momento.


  • ¿Qué lectura hacés respecto al posicionamiento de países como el argentino que demandan el fin de los bloqueos y sanciones unilaterales de EEUU para con Venezuela y Cuba?

Importante el paso que ha dado el Presidente Alberto Fernández al pedir el cese del bloqueo de nuestras naciones. Pero no es suficiente.Aún parecen recientes las declaraciones del canciller Felipe Solá, que ha llamado“a la recuperación de la normalidad democrática en Venezuela” o a la “salida política que lleve a la necesaria renovación institucional en el más breve plazo”. Son peligrosas estas aseveraciones. Le pedimos a los gobiernos del mundo abstenerse de poner en duda la condición de democracia y más aún cuando el análisis de la situación deja por fuera el impacto desfavorable de más de 400 medidas coercitivas unilaterales que pesan sobre todos los venezolanos.


  • ¿Cuál es la percepción que tienen el pueblo venezolano ante esta nueva agresión? Tanto chavistas como opositores o indefinidos.

El núcleo duro del chavismo está firmemente articulado y cohesionado en torno a la defensa de la Patria, dispuestos como siempre a defender la Patria en cualquier escenario que se plantee. El sector más extremista de la oposición que gravita en torno a los partidos Voluntad Popular y Primero Justicia y sus figuras apátridas, jamás han cambiado de postura respecto a la gestión de la crisis en Venezuela. Observamos una oposición comedida que ha respondido favorablemente a las decisiones y actos de gobierno del Presidente Nicolás Maduro respecto a la pandemia por el coronavirus. Hay que reconocer el aprendizaje de todos los venezolanos en las respuestas inmediatas ante grandes crisis.


  • ¿Cómo se está viviendo la situación en las fronteras del país, fundamentalmente en las regiones colindantes a Colombia?

Las fronteras con Colombia fueron cerradas de inmediato por Iván Duque al declararse la pandemia por la OMS. Una decisión que se llevó a cabo de forma unilateral obviando irresponsablemente que hay aspectos en esto de las pandemias que han de manejarse entre naciones que comparten grandes fronteras y vínculos que les hermanan por siempre.

Con el cierre, observamos con estupor cómo los venezolanos exigían que se abrieran las fronteras para volver a Venezuela. Este no es un dato menor. Aunque los medios intentaron ocultar este hecho, los llamamientos llegaron desde el corazón mismo de los EEUU, miles de venezolanos que antes despotricaban del “régimen” ahora exigían -y exigen- la repatriación a Venezuela. Y lo hicieron días después de las últimas medidas que resultaron de la gira de Juan Guaidó: el bloqueo de la aerolínea bandera del estado venezolano, Conviasa.

Miles de venezolanos hacen ahora el camino de retorno por las fronteras cerradas de Perú, Ecuador y Colombia. Vuelven en caravanas desde naciones que han desatendido a sus propios ciudadanos ante la crisis del Covid-19. Han sido desalojados de sus viviendas por el impago y, más grave aún, han sido olvidados por los mismos golpistas que dicen detentar cargos de alto gobierno del autonombrado Juan Guaidó.


  • Si bien es sabido la situación económica previa al COVID-19 era compleja ¿Cómo afecta el nuevo escenario el día a día de las familias venezolanas? ¿Cuáles están siendo las formas en las que el pueblo combate ante esta la situación?

La economía es el punto flaco por donde se golpea al pueblo venezolano.La hiperinflación continúa su escalada sanguinaria, mayor en tiempos de Covid-19. Sumado a la baja en los precios del petróleo, la economía sangra dolorosamente. Pero, mientras a la hiperinflación no le alcanzan los ceros para contarla, en Venezuela el Estado es un Estado presente que atiende las necesidades vitales de los venezolanos, sorteando siempre todos los obstáculos que cada día se presentan a los venezolanos. El programa de alimentación estructurado en torno a la Plataforma Patria, la atención primaria de salud, los bonos dispensados a través de la billetera Patria, entre otros tantos programas, sostienen la vida de los venezolanos dispuestos para siempre a no ser nunca más colonia imperial.


  • Una de las políticas que entiendo se estaban impulsando era la producción de alimentos que antes se importaban ¿Qué resultados están teniendo?

A nivel internacional se ha introducido la matriz de que Venezuela no produce sus alimentos y esta aseveración parte del mito de la Venezuela saudí de la época dorada del dólar a 4.30 que benefició a un sector de privilegiados que optaron por utilizar la renta petrolera para importar absolutamente todo y no “sembraron el petróleo” como lo decía el insigne de las letras venezolanas, Arturo Uslar Pietri.

No obstante ello y ante la hiperinflación sin parangón, ha sido el campo el que ha sostenido la vida de los venezolanos.Si bien es cierto que la canasta básica de los venezolanos está compuesta por productos que son importados, buena parte de la dieta nacional se sostiene con lo que producen el campo. Especialmente porque los costos de los productos importados resultan inaccesibles para muchos venezolanos.

Neoliberalismo: fábrica de millones de Daniel Blake

Neoliberalismo: fábrica de millones de Daniel Blake

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Por Nicolás Sampedro*


El reconocido director británico Ken Loach, personificaba en la figura de Daniel Blake (protagonista del film) a une de les millones de adultes mayores que día a día mueren producto de las políticas neoliberales de recorte sistemático a la salud pública implementadas, en este caso, en el Reino Unido.

La historia de Daniel Blake sirve como metáfora para graficar el deterioro del sistema sanitario público inglés, después de años de desinversión y fomento a la privatización del mismo. El caso es que este ejemplo -lamentablemente- podría aplicarse a gran parte de los países del mundo.

La desgracia no es únicamente que los sistemas sanitarios públicos estén como están. Cuando une se pone a analizar con mayor exhaustividad la situación, se puede observar que el deterioro es en muchos planos simultáneamente: educación, salud, bienestar, vivienda, trabajo, alimentación, desigualdad. Este sistema es una fábrica de desigualdades y de muerte.[1]

Para su reproducción, el sistema necesita de sus herramientas mediáticas y la construcción de un miedo generalizado, algo que muy claramente señaló el defensor latinoamericano de los derechos de la Madre Tierra y derechos humanos, Ollantay Itzamná, quien sostiene que “muy a pesar de que en los países como Guatemala, Perú, Colombia…, decenas de miles de niños y adultos mueren cada año por desnutrición, dengue, sarampión; y que, en cuatro meses, a nivel mundial, apenas menos del 3% de los infectados por coronavirus fueron fatales, la gente padece una pandemia de pánico con coronavirus, quizás como jamás antes vista, viralizada por las redes sociales.”[2]

¿Hay una pandemia de un nuevo coronavirus o una pandemia de miedo masificada al infinito por las grandes corporaciones mediáticas y otras empresas multinacionales de diferentes sectores para seguir dividiendo y reinando?[3] No hay que olvidar que esta pandemia se da en medio de una guerra comercial entre EEUU y China, una guerra de precios del petróleo entre Arabia Saudí y Rusia, y diversas situaciones ya insostenibles que generaron el colapso de las bolsas financieras, por más que la prensa mundial haya pretendido incriminar al virus de ello[4]. Hasta no hace muchos días, los EEUU y algunos miembros de la OTAN estaban a punto de realizar la maniobra militar más grande desde el fin de la Guerra Fría con una movilización de tropas en las fronteras rusas de más 30 mil militares norteamericanos.[5]

Como se señalaba en artículos anteriores, la situación actual es una gran posibilidad para reflexionar acerca de las lógicas de producción y de consumo actuales, sobre el rol de los Estados Nación en temas claves como educación y salud y el de los organismos internacionales y las consecuencias generadas por deudas externas impagables; acerca del lugar que ocupan los medios de comunicación y cómo estos publican u ocultan información de acuerdo a sus conveniencias, sobre el gran negocio especulativo en torno a la industria farmacéutica y sobre cómo las guerras terminan siendo un negocio para la corporación armamentística. En definitiva es volver a pensar qué es más importante, si la vida o la rentabilidad/ganancia de tal o cual negocio. Tal como lo señala el filósofo, sociólogo, psicoanalista y crítico cultural esloveno, Slavoj Zizel: “el COVID-19 es una gran oportunidad para dar un golpe de Kill Bill al capitalismo”.[6]

Una de las reflexiones más urgentes tiene que ver con la forma en que se producen y consumen bienes de alta necesidad como los alimentos. En un artículo[7] de publicado recientemente, les autores Miguel A. Altieri y Clara Inés Nicholls, analizan las implicancias de la proliferación de la producción agroindustrial y cómo esta no sólo está deteriorando la forma en la que el mundo se alimenta, sino la relación directa que tiene con la aparición de nuevas enfermedades.

Les autores del artículo resaltan la importancia de fomentar formas de producción agroecológicas y dar prioridad a los pequeños productores, que son quienes producen entre un 50 y un 70% del alimento que consume la humanidad, teniendo sólo el 30% de la tierra cultivable. Es volver a contemplar no sólo la necesidad humana de alimentarse sino cómo hacerlo de manera sustentable, dado que la salud del ambiente en el que vivimos está íntimamente relacionada con nuestra salud y la de los alimentos que consumimos.

En la misma línea y a modo de ejemplo, el biólogo evolutivo y filogeógrafo norteamericano, Rob Wallace, señala que: “La crianza de ganadería seleccionada y muy uniforme genéticamente elimina cualquier cortafuego inmune que pueda estar disponible para ralentizar la transmisión. Los tamaños y densidades de población más grandes facilitan mayores tasas de transmisión. Tales condiciones de hacinamiento deprimen la respuesta inmune. La búsqueda del máximo rendimiento, parte de cualquier producción industrial, proporciona un suministro continuamente renovado, el combustible para la evolución de la virulencia. En otras palabras, el agro negocio está tan enfocado en las ganancias que la selección de un virus que podría matar a mil millones de personas se considera un riesgo asumible.”[8]

En Argentina, las medidas del gobierno que encabeza Alberto Fernández y su preocupación por salvaguardar la vida de las personas, sumado a la infinidad de declaraciones respecto de la necesaria solidaridad para salir del grueso problema en que dejó el experimento macrista, dan cuenta de una preocupación por cambiar las prioridades.

Se está ante la oportunidad histórica de reconvertir el escenario local reordenando las prioridades: ayudando a quienes más lo necesitan; fomentando la producción local, generalmente elaborada por pequeños y medianos productores, al igual que por PyMEs; revitalizar las economías regionales; mejorar los sistemas públicos educativo, sanitario, de viviendas, de telecomunicaciones, entre muchos otros rubros. Todo ello se puede hacer con el dinero que hay que exigir no pagar ni al FMI, ni a los acreedores privados[9]. Al menos no en su totalidad.

Ahora bien, todo lo hecho por el mandatario norteamericano Donald Trump va en sentido contrario. Una de las medidas más recientes es la que el director de investigación del Proyecto de Libertades Económicas de América, Matt Stoller, señala como un golpe corporativo: “ahora (Wall Street) tendrá de 4 a 6 billones de dólares de crédito a bajo costo garantizado por el gobierno para ir de compras a las empresas en problemas”. Cualquier similitud con el rescate de Obama a las grandes corporaciones en 2008 no es mera coincidencia, se repite el precepto de que “los peces grandes se comen a los pequeños”[10].

El mundo que vendrá post pandemia seguramente no será el mismo y Argentina tiene la posibilidad material y humana para ser un ejemplo a imitar por el resto del continente y el mundo, que pretenda priorizar la vida por sobre las ganancias de las multinacionales y de ese 1% que domina todo a nuestro alrededor. La respuesta ante el COVID-19 de países como Cuba, Venezuela o China, están dando la pauta de que el camino no es el libre mercado, sino economías planificadas, pueblos solidarios y otro tipo de prioridades. Argentina tiene las condiciones para sumarse a ese grupo de países; hace falta la decisión política y el respaldo popular para hacerlo.


* Periodista, conductor de Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), productor de Columna Vertebral (Radio Estación Sur - FM 91.7), columnista La Marea (Radio Futura – FM 90.5) y Mirada Crítica (Realpolitik), responsable de la sección Sindical de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Fuentes en línea:
[1] https://www.alainet.org/es/articulo/205355
[2] https://www.alainet.org/es/articulo/205327
[3] https://www.alainet.org/es/articulo/205496
[4] https://medium.com/@misionverdad2012/notas-en-tiempo-real-de-la-pandemia-financiera-global-a70feefe6622
[5] https://www.voltairenet.org/article209536.html
[6] http://www.motoreconomico.com.ar/Coronavirus/slavoj-zizekel-covid-19-es-un-golpe-de-kill-bill-al-capitalismo
[7] https://www.alainet.org/es/articulo/205465
[8] https://www.alainet.org/es/articulo/205485
[9] https://www.celag.org/la-hora-de-la-condonacion-de-la-deuda-para-america-latina/
[10] https://medium.com/@misionverdad2012/notas-en-tiempo-real-de-la-pandemia-financiera-global-a70feefe6622

La inmoralidad y los crímenes del supertirano Trump

La inmoralidad y los crímenes del supertirano Trump

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Por Pablo Jofré Leal*

Además de poseer una administración de gobierno caracterizada por su ignorancia en temas globales como lo son el Cambio Climático y las crisis migratorias, por ejemplo, se suma la pandemia del Coronavirus y la conducta abiertamente inmoral y criminal por parte de Donald Trump.

Ya en el año 2016, previo a las elecciones que finalmente llevaron a Trump a ocupar la Casa Blanca, el ex presidente estadounidense y antecesor de Trump, el demócrata Barack Obama sostuvo, dijo que los líderes mundiales (agrupados en el G7) estaban intranquilos por la posibilidad que el magnate inmobiliario llegará a ocupar la testera del país más poderoso del planeta. “No saben con qué nivel de seriedad deben tomarse algunos de sus comentarios. Están inquietos con él y por una buena razón, ya que muchas de las propuestas que ha hecho, desvelan o revelan su ignorancia en cuanto a asuntos mundiales, o bien una actitud arrogante”.

Absolutamente complementario con ese oscurantismo supino del mandatario estadounidense, se presenta su inmoralidad en el manejo de las relaciones internacionales. Trump no duda en expresar opiniones y toma de decisiones, que son abiertamente canallescas. Ha sido así con relación a Palestina y el apoyo incondicional que le ha dado a la entidad sionista en materia militar y económica, concretando aquello que sus antecesores se cuidaron de no hacer: reconocer a Al Quds (Jerusalén) como capital del régimen ocupante israelí en Palestina y trasladar su embajada de la ciudad de Tel Aviv a la ciudad santa.

Sume a ello el sostén político en todas las instancias internacionales y la venta multimillonaria de armas a otro de los regímenes acusado de delitos contra la humanidad: la Casa al Saud, enfrascada en una guerra de agresión contra Yemen, en una campaña que ha dejado ya más de 91.000 muertos. Al costo bélico, hay que añadir el enorme costo social que la Guerra ha traído a esta población de 27 millones de habitantes. Aparecen el hambre y las enfermedades, en un país donde, según señaló en un informe del año 2019 la organización Save the Children, han muerto 84.701 niños por inanición y 3.000 por el brote de la

En el caso de la Organización de Naciones Unidas, ésta no sólo ha condenado a Estados             Unidos, Francia y Gran Bretaña por la venta de armas a la monarquía wahabita, sino que ha sacado resoluciones (posteriormente retiradas por la presión económica de Riad) donde se condenan los crímenes de niños yemeníes por los bombardeos de Riad y sus socios. Estos países occidentales son copartícipes y, por ende, responsables de la guerra que Arabia Saudí desató contra Yemen.

Ya en septiembre del 2019, la ONU catalogó a Estados Unidos, el Reino Unido y Francia como cómplices de los crímenes de guerra en Yemen por el respaldo dado a la coalición liderada por Arabia Saudí en los bombardeos contra el pueblo yemení. La misma entidad internacional señala, que el 80 por ciento de la población depende de la ayuda internacional para sobrevivir, ello implica que 22 millones de personas no tienen los elementos mínimos para sobrevivir, en un contexto internacional donde la pandemia del Covid-19 puede generar aún mayores estragos y donde las amenazas del uso de este virus han sido denunciadas por los líderes de la resistencia yemení.

Tal acusación tiene su lógica en la historia de estrategias diseñadas y llevadas a cabo por Arabia Saudí y Estados Unidos, contra aquellos a quienes agreden: uso de armas biológicas, químicas o cualquier forma destinada a derrotar a quienes resisten sus ataques. El ministro yemení de Información, Daifulá al – Shami alerta sobre el complot de EE. UU. y Arabia Saudí, junto con los Emiratos Árabes Unidos, para propagar el nuevo coronavirus en Yemen y Siria. “Estados Unidos se esfuerza por propagar el coronavirus en los países que son sus enemigos y no ha podido subyugar con la fuerza de las armas”, denunció vía twitter el funcionario yemení.

Resulta una inmoralidad el actuar de Estados Unidos en Asia Occidental, donde busca su dominio y prueba de ello es la política de presiones contra Irán. En plena pandemia, la República Islámica de Irán se ubica entre las primeras cinco regiones más riesgosas por el número de contagiados y muertos, y por decisión de Washington o las presiones efectuadas a organismos internacionales, se le ha negado al pueblo iraní el acceso a medicamentos, insumos y apoyo internacional. Al los bloqueos y embargos a los que someten a la nación persa, se suma la presión al Fondo Monetario Internacional para no otorgar ayuda financiera en este complejo contexto. Esto es una política criminal chantajista e inmoral que debe ser condenada. Son, claramente, crímenes de guerra.

Así lo afirma el canciller persa, Mohammad Yavad Zarif quien denunció que el terrorismo económico de Washington contra Irán es “un crimen de lesa humanidad, en momentos que el país lucha contra el COVID-19”. Este terrorismo económico que practica Estados Unidos contra Irán impide “una reacción efectiva” para tratar la pandemia del coronavirus. Además, Zarif ha considerado “hipócrita” la oferta de Estados Unidos, para supuestamente ayudar a Irán en la lucha contra el nuevo virus cuando mantiene acciones de chantaje para impedir que los países vendan sus productos de dispositivos médicos. “Frenen el terrorismo económico (…) Eso es inhumano. Los iraníes están perdiendo la vida mientras el mundo acepta la política de intimidación de Estados Unidos, esperando no verse afectado. Eso no funcionará”.

La organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de su secretario general, António Guterres, ante la conducta estadounidense, expresó al canciller de la nación persa su condolencia y solidaridad, enfatizando en la necesidad de eliminar las sanciones unilaterales estadounidenses para combatir a la pandemia del Covid-19, calificando este embargo contra Irán como inhumano, cruel, ilegal y unilateral por parte de Washington. Resulta evidente, incluso para un organismo como la ONU, sujeto al chantaje y las presiones económicas por parte de Estados Unidos, que la conducta de la administración Trump reviste características de crímenes de lesa humanidad. Se ha informado que se presentará un plan ante el Consejo de seguridad de la ONU, que busca levantar todas las sanciones contra otros países, en medio de la pandemia del Covid-19.

La hipocresía de Estados Unidos y esa conducta de embustero crónico, lo deja al descubierto permanentemente. El día 28 de febrero pasado, en un encuentro convocado por el comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, el Secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, señaló que habían ofrecido ayuda en equipos médicos y fármacos a Irán, para contrarrestar los efectos del Covid -19. Como solemos decir, en esta parte del mundo, Pompeo “ni se arrugó” para sostener esta mentira, que quedó al descubierto cuando dos semanas después Washington impuso nuevas sanciones contra Irán, que afectarán aún más su economía y sobre todo la lucha contra un virus que se ha propagado por todo el planeta.

Esa realidad esquizofrénica del gobierno de Trump fue denunciada por el gobierno iraní, que a través del presidente Hasan Rohani sostuvo que “la oferta de ayuda de EE. UU. en la situación difícil del brote del coronavirus es la mayor mentira de la historia. No queremos su vaso de agua turbia. Ustedes (los estadounidenses) levanten los obstáculos y dejen de molestar a nuestros exportadores e importadores. Nuestro pueblo sabe bien qué hacer. Nuestros médicos están muy bien capacitados para hacer su trabajo. Los líderes estadounidenses mienten (…) si quieren ayudar a Irán, todo lo que necesitan hacer es levantar las sanciones (…) Entonces podremos lidiar con el brote de coronavirus”.

Por su parte, el canciller Mohammad Yavad Zarif afirmó en su cuenta de Twitter que “Estados Unidos hace oídos sordos e impide la lucha global contra COVID-19. El único remedio: desafiar el castigo colectivo de la administración Trump… Es un imperativo moral y pragmático hacer frente al castigo colectivo que sufre el pueblo iraní por las medidas inhumanas tomadas por la Casa Blanca”. A la solicitud del alto funcionario iraní se han sumado los gobiernos de Paquistán, Rusia, China y Turquía, como también entidades de defensa de los derechos humanos, que han exigido a Washington tener “un enfoque menos politizado” contra Irán en momentos que el mundo se debate en una cruenta lucha contra la pandemia del Covid-19.

A pesar de las críticas, de las exigencias porque Washington suspenda sus políticas de sanciones, embargos y bloqueos, la administración Trump hace oídos sordos, mostrando la enorme inmoralidad que mueve sus acciones en política exterior: pues no sólo se limita a ejercer sus presiones como país, sino que impone a sus socios y demás países del mundo que lo acompañen en su política criminal contra la nación persa.

Una de las pocas voces en la sociedad estadounidense que se ha levantado con valentía y dignidad contra Trump y su conducta antiraní, ha sido la legisladora demócrata por Minnesota, Ilhan Omar, quien condenó la conducta absolutamente antidemocrática y cruel de Donald Trump. La congresista señaló que “mantener en vigor las sanciones económicas contra Irán en estos momentos donde el Covid-19 se cobra miles de vidas iraníes, representa, por parte de Trump, una crueldad a nivel de supertirano”.

La conducta de Trump, su administración y todo aquel gobierno y empresa, que mediante la imposición de sanciones contra la República Islámica de Irán, busca el doblegar a su gobierno y sociedad, se hace partícipe de crímenes de lesa humanidad. Los crímenes de lesa humanidad o crímenes contra la humanidad son los delitos más graves, que el hombre, una entidad o un gobierno puede cometer y representa un agravio contra la humanidad en su conjunto. No prescriben y deben ser juzgados por la Corte Penal Internacional (CPI).

No crea el gobierno de Trump que la pandemia no lo va a afectar en forma inmisericorde. Allí verá, a diferencia de su política monstruosa, que gran parte de la humanidad sentirá como propia la muerte de decenas de miles de hombres y mujeres en su país.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl
El Silencio: señal de complicidad con el nacionalsionismo

El Silencio: señal de complicidad con el nacionalsionismo

TIEMPO DE LECTURA: 13 min.

Por Pablo Jofré Leal*

El día 28 de enero del 2020,el mundo fue testigo de la verbalización y estreno en sociedad, de lo que el gobierno estadounidense presidido por Donald Trump y el sionismo, han dado en llamar el “Acuerdo del siglo”.

Un plan presentado en Washington, por el binomio conformado por el presidente de Estados Unidos Donald Trump, acompañado del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Ambos con problemas políticos y judiciales de envergadura, que precipitaron la puesta en escena de una de las ideas de dominio más escandaloso y miserable, que haya visto el mundo en los últimos años. Un propósito político, que pretende hundir cualquier posibilidad, por remota que haya sido, de concretar un Estado palestino y con ello dar una chance a la paz.

El callar frente a este absurdo internacional es ser parte de la maquinaria criminal de la alianza entre el imperialismo y el sionismo, que presenta sin pudor alguno, al agredido como agresor y al victimario como víctima. Un escenario que nos obliga moralmente a dejar claro que en este escenario de un “falso plan de paz” los matones y criminales contra el pueblo palestino y sus derechos son precisamente Unidos e Israel. Dejar claro que el victimismo no puede seguir acompañando el actuar de Israel, que bien ha sido favorecida por siete décadas de su condición de eterno sacrificado, recibiendo miles de millones de dólares, como compensación, principalmente de países como Alemania y Suiza mientras su papel homicida pretende ser ocultado.

Usar los conceptos correctos

En ese contexto, no podemos seguir calificando como “Acuerdo de paz” al programa fantasioso presentado por Trump. Un nombre repetido hasta el hartazgo por la prensa occidental, como si esa propuesta, lanzada con bombos y platillos en la capital estadounidense, representara el sumun de la forma de negociar entre aquellos que tienen alguna disputa. Un proyecto absurdo, pero no por ello menos peligroso, que de convenio, arreglo consensuado, no tiene absolutamente nada. Y esto, no porque una de las partes se negara a rubricar con su firma lo acordado, sino porque uno de los actores principales y además víctima de 72 años – desde el año 1948 cuando se crea la entidad sionista llamada Israel – de violación de sus derechos humanos fundamentales, es el pueblo palestino. Sociedad que no tuvo participación alguna en la elaboración de este bosquejo caprichoso de los sueños de dominio del sionismo.

Palestina, sus organizaciones políticas, sociales, militares movimientos o líderes, no tuvo representante alguno en la elaboración de este plan, que fue encargado ex profeso por Trump en su coordinación, darlo a conocer a los socios incondicionales de Washington, como es el caso de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Egipto (con participación igualmente de Bahréin y Omán), a su yerno, el millonario estadounidense y activo colaborador de organizaciones sionistas instaladas en Cisjordania, Jared Kushner. Una propuesta de carácter impositivo, que tiene la intención de desviar la atención, ya sea al proceso de destitución (Impeachment) del propio Trump en Estados Unidos, como también apoyar políticamente al Netanyahu, socio incondicional de Washington, que deberá enfrentar nuevas elecciones en marzo próximo. Un Netanyahu, que está siendo sometido a un proceso judicial por corrupción y tráfico de influencias.

El documento de 80 páginas presentado por Donald Trump, acompañado de un exultante Benjamín Netanyahu y el líder opositor israelí Benny Gantz, es lisa y llanamente, un nuevo intento de intensificar la ocupación y colonización de Palestina y cuya denominación real es “la imposición del siglo”. Ese es el nombre que debemos darle “Un Plan de Imposición” un Diktat infame. Esto, pues se trata de fomentar el viejo anhelo de la alianza entre el imperialismo y el sionismo destinado a invisibilizar al pueblo palestino, negarle sus derechos como pueblo al impedir su autodeterminación a través de la imposibilidad de conformar un Estado en los territorios de Cisjordania y la Franja de Gaza. Someterlo, ahogarlo en escenarios de dependencia, entorpecer su desarrollo como sociedad, chantajearlo, tratar de humillarlo hasta reducirlo al sometimiento total.

Resulta inaceptable el vocabulario medroso, timorato de la ONU frente a los planes trazados por Trump y sus aliados. Una ONU que resulta ser la institución desbordada en sus atribuciones, en la validez de su Carta fundacional, violada permanentemente por todas las administraciones estadounidenses, que ha privilegiado su sociedad con el sionismo en lugar del respeto a la inmensa mayoría de naciones, cuyos gobiernos suelen ser chantajeados por Washington, cuando expresan su decisión de no ser parte de sus aventuras de ilegalidad. Una ONU que a través del Relator especial de este organismo en Palestina, Michael Link señaló que “el reciente plan de paz para solucionar el conflicto entre palestinos e israelíes presentado por el presidente de EEUU, Donald Trump, es una propuesta sesgada hacia una de las partes del conflicto”. Constatación evidente, que a pesar de las buenas intenciones de Link, no da cuenta de lo que se exige a la ONU en materia de llamar al orden, exigir el cumplimiento de la legislación internacional y si ello no es así avanzar hacia resoluciones que obliguen a ese cumplimiento, como sería, por ejemplo, aplicar la carta de las Naciones Unidas y su capítulo VII.

Por su parte la Unión Europea, que suele acompañar a Estados Unidos en sus aventuras belicistas  y quedarse sólo en la crítica velada, cuando las violaciones a la ley internacional son demasiado evidentes, ha dado nuevas muestras de esa carácter veleidoso y timorato al señalar, a través del jefe de su diplomacia, el español Joseph Borrel, que “El acuerdo del siglo desafía muchos parámetros acordados por la comunidad internacional: las fronteras de 1967, según lo acordado por ambas partes…apoyamos cualquier posibilidad de lograr la paz a base de una solución de dos Estados y del respeto al derecho internacional”. Concluyó Borrel tras un encuentro con el Canciller jordano Ayman al-Safadi, en Amman, la capital del país donde el 60% de la población es de origen palestino. Tibio, acomplejado, como lo ha sido cada vez que se requiere de la Unión Europea palabras firmes y decididas, como fue en el caso de Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA por sus siglas en inglés) y que significó la violación del acuerdo nuclear firmado con Irán.

La Liga árabe, a su vez, en declaración pública emitida por los Ministros de Relaciones exteriores de esta organización en la ciudad El Cairo, la capital egipcia, el día sábado 1 de febrero insistió, que la única solución al contencioso israelo-palestino, es la de permitir la conformación de dos Estados, basada en las fronteras de 1967, y en la que los palestinos tendrían como capital Jerusalén Este. En un texto tenue, blando y que da muestras del sometimiento de muchos de los gobiernos árabes a las presiones de Washington y el acercamiento inaceptable con el régimen sionista, se consignó su expresión políticamente correcta “solicitamos a los Estados Unidos a que se comprometa con las referencias legales internacionales del proceso de paz justo, continuo e integral” muy distante de las expresiones de la calle, de las sociedades de esos países, que dan cuenta de la solidaridad con Palestina.

Ni de esta Liga árabe ni de la llamada Organización de Cooperación Islámica (OCI) cuya reunión extraordinaria se celebró en la ciudad saudí de Yedda el día lunes 3 de febrero, salió una condena expresa, fuerte o un llamado al Consejo de Seguridad de la ONU, para sacar adelante una resolución condenatoria contra Estados Unidos e Israel por este plan de dominio colonial. La reunión de la OCI, a la cual Irán no fue invitada, se limitó a expresar una solidaridad con Palestina, enfatizando que el plan pro-israelí de Estados Unidos viola las leyes y los tratados internacionales y socava la paz. “Este plan estadounidense-israelí (…) no responde a las mínimas aspiraciones ni a los derechos legítimos del pueblo palestino”. El rechazo de la monarquía árabe a condenar la iniciativa estadounidense y su medida de impedir la participación de Irán muestran el enfoque pro-israelí de Arabia Saudí, que genera un clima de presiones al interior de la OCI, que indudablemente impide avanzar por el camino de la censura firme a Washington y sus afanes hegemónicos y cómplices del sionismo en Oriente Medio.

El silencio, la falta de voluntad política y de dignidad frente a los atropellos cometidos por el sionismo – avalado y protegido en ello por Wshington – genera la lógica repulsa a los gobiernos que se conducen de esta forma: ser cómplices de la ocupación y el colonialismo implementado en Palestina desde el año 1948. No es suficiente emitir una declaración llamando a la paz o respetar la idea de los dos Estados, cuando el agresor no tiene intención alguna de respetar las leyes internacionales, los acuerdos firmados y menos aún acatar la exigencia respecto a no violentar los mínimos derechos humanos de la población sometida a su ocupación. Un régimen como el israelí, que tiene una enorme diferencia a favor en materia de armas, tecnología y posibilidades de infringir un daño considerable al pueblo palestino. No es suficiente llamar a respetar la ley internacional cuando Washington y Tel Aviv no lo han hecho nunca, convirtiendo esta forma de conducirse en una crónica repetición, una forma de hacer política que debe desaparecer

Voces de dignidad desde El Líbano e Irán

En ese marco de mutismo obsequioso, de reparos vagos, poco certeros, de constatar que regímenes corruptos como el de Egipto y las Monarquías ribereñas del Golfo Pérsico sucumben a la influencia del imperialismo y el sionismo, resulta alentador tener expresiones de rechazo, claros y contundentes como el del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) que ha declarado, a través  del Vicesecretario general  de Hezbolá, el Sheij Naim Qasem “No hay ningún lugar para Israel con fronteras reconocidas; el único lugar para Palestina es todo el territorio palestino desde el mar hasta el arroyo”. Se amplió la opinión al señalar aquello  que por evidente suele no consignarse “el presidente de EEUU presentó este plan por (la proximidad de) las elecciones de EEUU y también para recaudar votos para Benjamín Netanyahu (premier israelí) dentro de los territorios ocupados palestinos”. La organización libanesa declaró, igualmente que “El acuerdo del siglo es un paso muy peligroso que tendrá graves repercusiones en el futuro de la región y de sus habitantes; más que un acuerdo del siglo es, en realidad, “el acuerdo de la vergüenza”.

En el caso de la República Islámica de Irán, este país se ha convertido en el referente por excelencia en el apoyo a Palestina. Desde opiniones del mundo militar, hasta altos líderes políticos y religiosos la condena explícita y clara contra el plan de intensificación de la ocupación y colonización, eufemísticamente llamado “Acuerdo del Siglo” resulta un bálsamo frente a tanto genuflexo. Para el jefe del estado mayor de las fuerzas Armadas de Irán, el general de división Mohamad Hosein Baqueri “Cualquier tipo de consentimiento implícito, silencio, ignorancia o doble comportamiento con este plan atroz (…) podría afectar, más allá de Palestina, la independencia y la soberanía nacional de otros países islámicos…este plan es un error histórico y estratégico, que busca materializar el sueño de 70 años de los sionistas para ocupar Palestina”. Desde el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, un comunicado de esta organización consignó que “El acuerdo del siglo, no sólo no proporcionará seguridad y estabilidad al régimen sionista, sino que, al contrario, al igual que otros planes crueles de paz cocinados en la Casa Blanca y Tel Aviv, está destinado al fracaso, y acabará en el basurero de la historia. Además encenderá más que antes la llama de la ira y el rencor de los combatientes de la Resistencia… este plan es uno de los mayores crímenes y traiciones sin precedentes en la historia contemporánea”

Desde el liderazgo religioso, el guía Supremo de la Revolución Islámica de Irán, Ayatolá Sayyed Ali Jamenei, condenó la política del gobierno de EEUU contra Palestina afirmando que “el llamado “acuerdo del siglo” nunca se materializará. Para consternación de los políticos estadounidenses, la política malvada de EEUU contra Palestina nunca dará fruto, por la gracia de Dios. Al hablar cerca de la judaización de Al Quds y afirmar que debería estar en manos de los israelíes, (Trump) está hablando estúpidamente y de manera imprudente. El tema de Palestina nunca será olvidado. La nación palestina y todas las naciones musulmanas definitivamente se enfrentarán a ellos y no permitirán que se materialice el llamado “acuerdo del siglo” concluyó el líder iraní.

Nuestras sociedades deben movilizarse, exigir a cada gobierno una condena tajante a la política de ocupación y colonialista del sionismo. No es posible aceptar la idea de quitar por decreto el derecho de Palestina a que su capital sea Al Quds y en cambio señalar en forma ominosa, que esta ciudad milenaria, que en el campo del derecho internacional es un territorio ocupado, igual que las partes de Cisjordania que Israel anexó unilateralmente, sea entregada en una especie de remake del viejo mito de “una tierra prometida para un pueblo elegido”. Al Quds, así como la Palestina histórica y los territorios ocupados tras la guerra del año 1967 son palestinos. Igualmente, hay que hacer presente, que la Cuarta Convención de Ginebra de 1949 y las Regulaciones de La Haya de 1907 prohíben que las potencias ocupantes alteren el modo de vida de los civiles ocupados y prohíben el asentamiento de gente del país del invasor en el territorio ocupado. Más claro, echarle agua. Los 250 mil colonos extremistas, que ocupan asentamientos en Al Quds este, son ocupantes que violan el derecho internacional y a los 400 mil que se diseminan como una plaga invasora por el resto de Cisjordania.

Tampoco debemos aceptar que este plan imponga ideas que concretan ideas racistas, propias de regímenes que ocupan territorios que no les pertenecen y trasladan a ellos colonos armados y defensores a ultranza de esa conducta violatoria. El Plan de Trump establece que los asentamientos existentes en Cisjordania serían incorporados a Israel, comprometiéndose a no construir nuevas colonias, no expandir los existentes y no aprobar planes de construcción en terrenos definidos como parte de Palestina (decisión claramente burlesca, pues es lo que han hecho permanentemente desde el año 1948 a pesar de resoluciones internacionales y acuerdos como el Oslo del año 1993). El fantasioso plan de Trump también ha definido, que Israel no procederá a demoler estructuras existentes (es decir el muro que con sus 720 kilómetros de largo divide a aldeas, pueblos y ciudades palestinas en Cisjordania y que en el caso de la Franja de Gaza significa concretar esta realidad de ser el campo de concentración más grande del mundo). Una nueva burla y una nueva violación a las resoluciones de la ONU que han exigido el desmantelamiento de este muro del apartheid.

Se requiere la más firme oposición a la decisión señalada por el plan estadounidense-israelí de anexar el Valle del Jordán, que ha señalado, en forma socarrona, que dejará operar empresas palestinas bajo licencias entregadas por Tel Aviv. Negarse al control de acceso y salida de Palestina por parte de la potencia ocupante, que en el caso de Egipto implicará un acuerdo especial entre el régimen de ese país y Tel Aviv. Unido a ello, Israel mantendría el control absoluto del espacio aéreo y marítimo palestino. Se suma la negativa de permitir el retorno de los refugiados palestinos, negando con ello una de las reivindicaciones más sentidas de este pueblo desde la Nakba (catástrofe en árabe tras la ocupación sionista del año 1948), como también se requiere estar alertas y oponerse al decisión de poner fin a la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNWRA).

Resulta imposible aceptar las exigencias, que el plan de Trump y Netanyahu desean imponer a Palestina. Es por ello que el silencio no puede ser aceptado. No es posible ser cómplice de decisiones tales como crear una Nueva palestina, totalmente desmilitarizada, a merced del sionismo en esta paradoja de ser dominado por aquellos que la agreden y que hoy habla de protegerla y que incluso pague por esa protección. Te cuido pero te asesino es la máxima sionista. Te resguardo de tal manera que el asesinato cotidiano quede impune, entre los muros creados para tu “propia seguridad”. El victimario, en una coordinación con Egipto y Jordania, afirma que se preocupará de la seguridad de los palestinos. Una entidad que seguirá teniendo pase libre a todas las ciudades palestinas, vedada de atender sus propios asuntos de seguridad e imposibilitada de generar acuerdos con estados u organizaciones que afecten la seguridad del régimen sionista, según señalan los invasores. Como tampoco podrá unirse a entidades internacionales, retirando todas sus demandas interpuestas contra el ocupante ya sea en la Corte Penal Internacional, las Naciones Unidas, la Interpol, UNESCO, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, entre otras.

Estamos en presencia de un plan destinado a invisibilizar completamente al pueblo palestino, hundirlo en el marasmo, en hacer olvidar los sueños y anhelos de millones de seres humanos sometidos hace 72 años al más cruel de los dominios. Un plan impositivo, criminal en esencia, destinado a generar una estructura jurídica, política, militar y de complicidad con gobiernos corruptos de la región, destinado a sepultar toda aspiración de autodeterminación de Palestina. Esto es inaceptable, no es digno, justo ni aceptable callar frente a otro de los crímenes que se está cometiendo contra millones de hombres y mujeres de Palestina, sometidos a un régimen que ha superado todo límite aceptable y que merece, incuestionablemente, la denominación de régimen nacionalsionista israelí. No callemos, nuestra dignidad como seres humanos, nuestro deber solidario con nuestros hermanos de palestina nos obliga a alzar la voz.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl
La leyenda del Águila y el Cóndor

La leyenda del Águila y el Cóndor

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Nicolás Sampedro*

Hace apenas algunas horas se conoció que el “halcón” republicano, amante de la guerra, John Bolton sería relevado de su cargo como asesor de seguridad nacional del Gobierno de los Estados Unidos[1]. Un personaje que sin dudar se puede calificar como despreciable, arrogante, profundamente supremacista blanco y con un desprecio por el prójimo que pocos superaron a lo largo de la historia norteamericana.

En un artículo publicado recientemente en el Washington Post el periodista especializado en Seguridad Nacional (fundamentalmente en la política del Departamento de Estado y en la diplomacia yanqui), John Hudson, sostiene que la enemistad entre Bolton y Trump tiene larga data y que el primero terminaba siendo un obstáculo al segundo para imponer su visión sobre lo que debía hacer su administración[2].

La ola de fracasos del asesor de la Casa Blanca (fundamentalmente en los casos de Siria, Irán, Rusia, Corea del Norte y Venezuela) y su afinidad y actitud lobbista del Deep State (amos y señores de la guerra y fieles reproductores de la doctrina Rumsfeld/Cebrowski que plantea la destrucción de las estructuras de los estados enemigos) parecen haber sido el fundamento de tal decisión.

Según afirma el analista francés y fundador de la Red Voltaire, Thierry Meyssan, Trump pretende imponer la aplicación de la doctrina “Trump/Pompeo, que tiene el apoyo de la Casa Blanca, ‎de la CIA y del Departamente de Estado[3].

Meyssan se pregunta en el título de su nota si Trump traerá la paz. Es que la doctrina Trump/Pompeo abandonaría la idea de destrucción de las estructuras del Estado nacional del enemigo, lógica impuesta por las administraciones de Bush hijo y Obama y hasta hoy implementadas (en Afganistán, Libia y Yemen, y parcialmente en Irak), por una donde el dominio económico sea el factor determinante. Según afirma el analista, los casos fallidos de Siria, Irán y Venezuela habrían sido determinantes.

Ahora sí el petróleo vuelve a ser el factor clave para entender la lógica de funcionamiento de la política exterior norteamericana. La delicada situación diplomática de EEUU a la que lo ha llevado la doctrina Rumsfeld/Cebrowski (enemistándolos hasta con sus aliados históricos) seguramente ha sido determinante para que se abra paso la lógica del magnate gringo.

Ese giro explicaría de alguna manera los acercamientos frustrados (por ahora) con los gobiernos de Hassan Rohani de Irán, Kim Jong Un de la República Popular Democrática de Corea, la renuncia a quitar del medio a Bashar Al Assad en Siria, y el diálogo (por el momento negado) con el gobierno de Nicolás Maduro.

Si les lectores analizan algunos de los hechos recientes como el desplazamiento del Daesh hacia Sri Lanka, las guerras en Siria y Yemen, o incluso las disputas por el Mar de China Meridional (con Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunei) todos dan cuenta de la disputa petrolera. Cierto es que también son parte de la trayectoria marítima de la Nueva Ruta de la Seda del gigante asiático.

La imposición de la doctrina Trump (control mundial de los recursos energéticos y por consiguiente económicos), según Meyssan, podría apreciarse en el próximo 19 de septiembre cuando se realice la apertura del 73º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU y podría traer paz a Afganistán, Irak, Libia, Siria, Yemen, Venezuela y Nicaragua.

Pese a su factibilidad, cuesta ver que en el corto plazo tal situación suceda. Fundamentalmente por lo que señala el analista mexicano Ángel Guerra: “El mundo está en tal situación de peligro de guerra que hasta un cambio de matiz es invaluable. Observemos, pero sin bajar la guardia. Por el momento lo que veo es un grupo en la OEA capitaneado por Estados Unidos en el intento de aplicar el TIAR contra Venezuela, a lo que es un deber latinoamericanista oponerse enérgicamente[4].

Ahora bien, más allá de las políticas exteriores de los norteamericanos y de los constantes tejes y manejes a nivel planetario, lo que evidentemente urge en este planeta (que es la casa común de todes) es un cambio radical. Eso que Fernando Buen Abad destaca como una “emancipación revolucionando las relaciones sociales”, un humanismo que “está llamado a ser fuerza emergente superadora de una etapa histórica mayormente “deshumanizada”, vergonzosa y macabra[5].

Según algunes estudioses del tema entre los pueblos originarios de Nuestra América existe la Leyenda del Águila y el Cóndor. Ésta relata que desde tiempos inmemoriables, las sociedades humanas optaron entre dos caminos: los pueblos del Águila orientados a lo intelectual, a lo industrial y con energías relacionadas a lo masculino (los explotadores, colonizadores y agresores). Actitudes que se podrían vincular a la cultura occidental.

Por otro lado, los pueblos que optaron por el camino del Cóndor, donde prima lo intuitivo, lo creativo, la sensibilidad y están relacionados con la energía femenina. Camino que puede asociarse con las cosmovisiones originarias, donde lo espiritual, lo místico y el respeto y vida en armonía con la naturaleza priman por sobre lo racional y material.

Según el relato los caminos de éstos pueblos no se cruzarían hasta el Quinto Pachacuti o Pachacutec (que habría comenzado en la década del ´90 como el tiempo de la Comunidad Universal). En este tiempo el Águila sería tan fuerte que prácticamente llevaría al Cóndor a la extinción. Pero también abriría la puerta para que ambos se reencuentren y uniéndose puedan volar bajo el mismo cielo y dar nacimiento a una nueva cría representada por el quetzal de Centroamérica, ave maya que simboliza la unión del corazón y la mente, del arte y la ciencia, de lo masculino y lo femenino, incluso de lo individual y lo colectivo.

Más allá de que la actualidad del mundo lleve a pensar en lo complejo, cuasi imposible, de que se cumpla esta profecía, quizás depositar la esperanza de la especie humana (y del mundo en general) en ese nivel superior de conciencia que pregona la leyenda sea la razón para no bajar los brazos y seguir luchando por un mundo mejor, uno donde se pueda vivir dignamente y en armonía con la Pachamama. Ese Humanismo del que habla Buen Abad, pero que podría tener otros muchos nombres.

Será tarea de todes que la Leyenda del Águila y el Cóndor, no quede sólo en eso, una leyenda.


* Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio UNLP), productor del programa Columna Vertebral (Radio Estación Sur - FM 91.7), columnista del programa La Marea (Radio Futura – FM 90.5) editor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Bibliografía:
[1] http://misionverdad.com/la-guerra-en-venezuela/good-bye-john-bolton-claves-sobre-la-caida-del-halcon-mas-peligroso
[2] https://beta.washingtonpost.com/world/national-security/diverging-world-views-long-haunted-trump-bolton-relationship/2019/09/10/298049d0-f210-4209-af2f-68f92eb62fda_story.html#comments-wrapper?hpid=hp_no-name_bolton-bullets-1255pm%3Ahomepage%2Fstory-ans
[3] https://www.voltairenet.org/article207505.html#nb2
[4] https://www.telesurtv.net/bloggers/Venezuela-tumbo-a-Bolton-20190912-0001.html
[5] https://www.telesurtv.net/bloggers/Humanismo-Urgente-20190909-0002.html

La crisis del acuerdo de paz: excusa perfecta para la intervención militar en Venezuela

La crisis del acuerdo de paz: excusa perfecta para la intervención militar en Venezuela

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Miranda Cerdá Campano*

En su desvelo por destruir al gobierno popular de Nicolás Maduro y arrasar con los derechos sociales y políticos de todo el pueblo venezolano, el imperialismo yanqui acude a cuanta movida puede para ahogar el proceso bolivariano. Donald Trump declaró en varias oportunidades que todas las opciones estaban sobre la mesa si se trataba de estrangular la patria que soñó Hugo Chávez, y tras los fallidos intentos por una salida más bien “moderada”, la invasión militar se convierte en una variable que cada día cobra más fuerza.

En el último tiempo, Venezuela no sólo ha tenido que lidiar con una larga lista de arremetidas imperialistas encabezadas por Washington, sino que también ha tenido que enfrentar las políticas terroristas que el Estado colombiano ejerce contra la soberanía bolivariana. Desde que Estados Unidos recrudeció el bloqueo unilateral impuesto al pueblo venezolano, Colombia ha sido uno de sus principales aliados; y cuando Juan Guaidó, coacheado por los cipayos que manejan la política exterior yanqui, se autoproclamó presidente de Venezuela, Iván Duque fue uno de los primeros en subirse al barco de los planes golpistas venideros.

Falló el Plan A

Hace nueve meses que Estados Unidos se esfuerza, sin éxito, por ahogar el proceso bolivariano. Hubo un evidente error de cálculo; según sus criterios, sacar a Maduro sería un trámite y la estrategia estaba bien pensada. La ecuación era simple: la autoproclamación de Juan Guaidó sería un revulsivo para la violencia y la guerra civil, mientras la presión económica y diplomática mediante sanciones generaría las condiciones para producir fracturas al interior de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y cristalizar un golpe contra el presidente constitucional.

Ni siquiera era necesario usar la fuerza militar directa, quizás sí insinuar un golpe como posibilidad real para generar terror en el chavismo. Tampoco había que invertir mucho dinero. Estados Unidos tenía la carta correcta para el momento indicado; Guaidó era el producto hecho a medida: un diputado desconocido, de origen humilde, y que por su imagen jóven, su valentía y el dispositivo publicitario que manejaba, lograría socavar la base social del chavismo, unificaría a una oposición con tradicionales divisiones e incluso convencería a la FANB de derrocar a Maduro y entregarle el asiento presidencial.

Luego vendría el desgaste de la figura de Guaidó, al menos en el plano nacional. El presidente de la Asamblea Nacional esperaba las indicaciones del norte en cada paso a tomar, escenificando ante las cámaras y en redes sociales lo que conocemos como un “títere”: el liderazgo por delegación, mientras los planificadores de la Casa Blanca asumían la gerencia efectiva de cada aspecto estratégico del golpe.

Con rapidez se configuró el saqueo y el secuestro de los activos nacionales de Venezuela. Después se avanzó en el bloqueo total de las transacciones de la República Bolivariana en el sistema financiero internacional, combinando el aislamiento comercial del país con el asedio diplomático, en un intento por otorgarle legitimidad internacional al “presidente interino”.

El plan A falló, pero esa no es la única razón por la que se activa el plan B. Cuando comenzaron los diálogos entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición local, primero en Noruega y luego en Barbados, Juan Guaidó dejó de ser la representación explícita de los deseos de Trump. La posibilidad de una solución política e institucional al conflicto, significaba una amenaza para las pretensiones de Washington; incluso el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la creación de una Unidad de Asuntos de Venezuela, localizada en la embajada estadounidense en Bogotá, para dinamitar las negociaciones entre el gobierno y la oposición; y el propio Elliot Abrams, enviado yanqui a Venezuela, dijo, una vez iniciada las negociaciones, que Guaidó era completamente descartable según se fuera definiendo el desenlace político en el país.

A fines de agosto, Maduro anunció la reanudación del diálogo con la oposición y a Guaidó se le dejaron unos lineamientos bastante claros en la vuelta a las negociaciones: debía continuar con la presión por el cese del chavismo en el poder y en este sentido, el recrudecimiento de las sanciones económicas a Venezuela debían ser el recurso fundamental de presión sobre la población. Sin embargo, la oposición sabe que las conversaciones son la mejor oportunidad contra Maduro tras meses de manifestaciones cuyos índices de afluencia han decaído y de intentos para desmantelar el proceso bolivariano que no han tenido éxito.

Ante este escenario, a Estados Unidos ya no le importa el devenir de su protegido y comienza a concentrarse en derribar a Maduro por la vía que sea. Frente al desgaste de la maquinaria golpista, Washington busca oxígeno en el atajo más confiable, Colombia.

El conflicto interno colombiano, anillo al dedo para la arremetida de Duque

A principios de este mes, el ministro del poder popular para la Comunicación e Información de Venezuela, Jorge Rodríguez, realizó una desarticulación de toda una serie de atentados planeados en Colombia, a realizarse durante todo el mes de agosto, y cuyos blancos fundamentales eran varios puntos importantes de la zona metropolitana de Caracas.

El 3 de septiembre, ante la posibilidad de presuntas amenazas de acciones de bandera falsa contra Venezuela, Nicolás Maduro activó una alerta naranja en la frontera con Colombia, que implica el despliegue de todas las unidades militares para resguardar el territorio nacional durante los próximos días.

Mientras tanto, Colombia vive una situación delicada. La decisión de sectores de la FARC de volver a la lucha, dejó al descubierto el permanente bombardeo de Iván Duque a los acuerdos de paz suscritos por el Estado. El gobierno, inspirado por el genocida expresidente Álvaro Uribe, sistemáticamente incumplió partes fundamentales del proceso de paz, como la protección de líderes sociales, campesinos e indígenas, la garantía de vida de los guerrilleros desmovilizados, la sustitución social de cultivos y la asignación de tierras a campesinos.

La crisis en el proceso de paz, le vino al pelo a Duque para promover la intervención militar en Venezuela. Confirmando que es el uribismo el que maneja los hilos de la política exterior colombiana, el presidente argumentó que “Maduro protege a guerrilleros y narcoterroristas”. El pronunciamiento fue acompañado de una convocatoria en busca de apoyo de la comunidad internacional y, en específico, del gobierno estadounidense, para enfrentar la “amenaza” que implica esta situación.

Hay algo que está bastante claro y es que los responsables de lo que sucede en Colombia no hay que buscarlos en Venezuela. Los principales responsables son los que están en el gobierno incumpliendo, robándose la plata del post-conflicto y burlándose del pueblo, los que en las filas del Ejército continúan con prácticas como los falsos positivos y alimentando el paramilitarismo.

Para la tranquilidad de la República Bolivariana de Venezuela, Duque y la derecha en América Latina tambalean. Y mientras, Estados Unidos parece no haber comprendido que no se trata de derrocar a Maduro; detrás de él hay un proyecto que el comandante Chávez dejó delineado y que todo un pueblo recuerda. En ese proyecto, no hay lugar para ninguna forma de sometimiento imperialista: “Ya en Venezuela no nos mandan desde el Pentágono, la Casa Blanca o la Embajada de los Estados Unidos. Somos libres y más nunca seremos esclavos, cuéstenos lo que nos cueste”.


* Periodista especializada en Sudamérica, columnista del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), redactora de Revista Trinchera y colaboradora de Agencia Timón
Cuando migrar es delito y cagar de hambre al pueblo no es infracción

Cuando migrar es delito y cagar de hambre al pueblo no es infracción

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Floren Luengo*

En el año 2004, Argentina derogó la “Ley Videla” sancionada en 1981 y promulgó la Ley de Migraciones N°25.871, introduciendo el enfoque de derechos humanos. En 2017, el gobierno nacional de Mauricio Macri modificó ésta última con el Decreto 70/2017, hecho que el discurso oficial asoció directamente con la idea de que el problema de la inseguridad es consecuencia del ingreso de personas provenientes de países vecinos, específicamente de la región nuestroamericana [1]. Un claro alineamiento con las políticas migratorias de Trump en EEUU.

 “Que el Estado debe regular la política migratoria teniendo en
especial consideración el bien común”

¿Bienes para qué común?

La cita figura en el Decreto (70/2017) que firmó Mauricio Macri para modificar de la Ley de Migraciones N° 25.871, claramente anclándolo en la construcción del discurso de la inseguridad. En Jujuy se adoptó una nueva Ley que establece el cobro de los servicios públicos a los migrantes que se establezcan allí de manera transitoria. En Chubut el gobierno decretó la expulsión de todas las personas migrantes que tengan antecedentes penales. Ahora bien, ¿qué significa que las personas migren? Desde una perspectiva de género ¿Porqué se habla de una Feminización de la Migración?

Argentina derogó en 2004 la “Ley Videla” (sancionada 1981) y promulgó la Ley de Migraciones 25.871, que introduce el enfoque de los derechos humanos como eje rector, además de adoptar una perspectiva regional beneficiosa para las personas migrantes. La palabra migrar proviene del latín migrare que significa cambiar de residencia, moverse. La mayoría de las veces, los desplazamientos son consecuencia directa de las transformaciones socioeconómicas y las crecientes desigualdades de una economía global que presenta una interdependencia cada vez mayor y en la cual se producen distintos procesos de integración regional

En las últimas décadas, los países latinoamericanos han experimentado un creciente proceso de feminización de los flujos migratorios. En el caso de Argentina, las mujeres migrantes han pasado a constituir algo más del 50% en el censo 2010 (el último). Dentro de los tres grupos más dinámicos de migrantes, las personas llegan mayoritariamente de Bolivia, Paraguay y Perú, representando las mujeres en cada caso el 50,3%; 55,6% y 55% respectivamente. La inmigración femenina es superior a la masculina: 1.168.208 mujeres que migran, lo que supone el 54% del total, frente a los 996.316 de varones, que representan el 46 % restante.

De modo que, para llevar adelante la praxis de los feminismos en Nuestra América, es preciso establecer un trabajo analítico partiendo del Racismo de Estado: los procesos de racialización son inherentes a la colonialidad; ésta última como categoría y perspectiva teórica para pensar(nos) desde los conflictos geopolíticos mundiales.  El concepto de raza, para Aníbal Quijano, representa el eje que dinamiza a los procesos de socialización, a las economías mundiales y a las formas de dominio y expansión del imperialismo. 

Lo interesante para analizar de las noticias que crean algunos medios de (in)comunicación, no es Liz Moreta en sí misma ni la enfermera Vanessa Gómez Cueva, sino lo que éstas figuras representan para el sistema penal argentino y el imaginario social, así como por su condición de mujeres migrantes y originarias de países devastados por la sed acumulativa del capital. Estas dos sujetas políticas, han sido sujetadas por su pasado aun habiendo cumplido las condenas penales que se le atribuyen al rol de las mujeres migrantes que generalmente se enmarcan en causas de contrabando de estupefacientes. Pero cuando los prejuicios sociales se hacen carne tan profundamente en la sociedad, es más fácil -quizás- entablar decretos presidenciales para beneficiar las fronteras ideológicas. 

¿Será que la justicia sólo se contenta con el punitivismo sobre los cuerpos feminizados?

Las políticas sobre migración a menudo suelen ignorar la dimensión de género naturalizando situaciones de vulnerabilidad que afectan a muchas migrantes [2]. En Nuestra América, la criminalización de las mujeres e identidades disidentes en conflicto con la ley penal y la relación que éstas tienen con el sistema de justicia criminal, ha generado que desde hace más de 30 años los feminismos lleven adelante estudios y denuncien la discriminación, la vulneración de derechos y las categorías de género, clase y raza como determinantes de tal criminalización. 

El mencionado Decreto Presidencial leído en clave feminista, puede pensarse, entre otras cosas, como la criminalización del comportamiento ilegal-amoral de las mujeres. Es decir que a través del caso de una mujer migrante, le están mostrando a la sociedad toda -específicamente a los cuerpos feminizados- cómo tiene que ser una mujer y cómo no debería serlo, de lo contrario: cárcel, separación de la sociedad y de sus familias, discriminación. En breves palabras, lo que sucede es una vulneración legitimada de los derechos humanos. Entre las modificaciones a la Ley de Migraciones, se establece entre otros retrocesos, un procedimiento de expulsión que vulnera las garantías del debido proceso, el acceso a la justicia y el derecho de defensa de las personas migrantes. 

La puesta en escena del gobierno nacional de la Alianza Cambiemos busca asociar migración con delito. Desde allí, que se incrementan los recursos para las fuerzas de seguridad, se inventan noticias tendenciosas en cuanto a la peligrosidad de vivir en una sociedad que “deja entrar” a personas que vienen de países vecinos, y hasta se crea una Prisión sólo para extranjeros sin papeles, siendo la Policía Federal la encargada del traslado y custodia de las personas retenidas ¡Esto es tremendo! 

La violencia institucional se vive una y otra vez a lo largo y ancho de nuestra región, y la Argentina como se ve, no está exenta. La criminalización sobre las personas que buscan un mejor destino de vida que el que tendrían en su tierra de origen, se replica en cada trámite burocrático para obtener la ciudadanía, en cada traba administrativa y requisitos finamente calculados, en cada coima aduanera y en cada acceso carnal a los cuerpos vulnerados para que así acepten la “libre” circulación.  


* Periodista, conductora del programa La Marea (Radio Futura FM 90.5), redactora de Revista Trinchera, editora del portal Luchelatinoamérica y colaboradora de Agencia Timón.

Fuente:
[1] Pichetto sacó a pasear toda su xenofobia (Página 12)
[2] Samaranch y Di Nella (2016). Mujeres y cárceles en América Latina. Perspectivas críticas y feministas. 

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