A todes les duele Maia

A todes les duele Maia

TIEMPO DE LECTURA: 3 min.

Y la sensibilidad prima como ley primera; la empatía emana, hasta de aquellos rincones donde cinco minutos antes nacían sentencias de odio a aquellxs distintxs.

A todxs nos duele Maia

Y el periodista de chimentos viste su mejor traje, para contarte dónde y cómo vivía, y gracias a la organización colectiva y el grito plantado en el cielo de la barriada hoy vive esa pequeña niña que, como otrxs, rasca el fondo de la olla para levantar el cuerpo fundido entre lluvia y tierra

A todxs nos duele Maia.

Incluso a vos, que te quejas de las medidas económicas redistributivas, para que a lxs pibes como a Maia, les llegue algún ingreso, para por lo menos ejercitar la mandíbula con alguna ingesta de comida. Incluso a vos, que sentenciás como negrxs de mierda a todxs lxs que descansan después de jornadas descomunales limpiando las calles de tu barrio bajo la sombra de un árbol.

A todxs nos duele Maia. La realidad de Maia.

A vos, que cuando alguien se te acerca a pedirte un mango, respingás la nariz y con la más miserable cara, mentís, como en el truco, no tener nada. A vos, que cuando unx niñx exactamente igual a Maia te ofrece pañuelitos a cambio de chirolas, esgrimís el peor de los quejidos y sentenciás la peor de las malarias. A vos, que cuando te encontrás almorzando en un restaurante donde el plato más económico ronda los 1700 pesos, y se te acerca un niño/a/joven/viejo, tenés la indecencia de llamar al guardia o en su defecto a la policía, porque invaden tu espacio.

A vos también te duele.

Porque un muñeco de torta, encerrado en la caja parlante de tu living, te ordena que, por un instante, desarrolles el ejercicio de la empatía, por una milésima de segundo no más, hasta que una noticia más amarillista y más útil llegue a sus manos y borre ese segundo de piedad patéticamente. Y entonces el Dólar, y entonces la inflación, y entonces otras fake news, y entonces otro plan para estos vagos de mierda, y entonces…

Y entonces tendremos que cambiar el enunciado en su versión de imperativo y empezar a cuestionarnos qué es lo que nos pasa. Y donde sacamos el imperativo, se diluye esa moralidad caucásica impartida por los medios y de repente, nos encontramos de frente con algo mucho más duro y mucho más real, que es la realidad en la que viven miles de pibes en nuestro suelo patrio, mientras en las pantallas, banquetes y bandidos cargados de billetes, mastican y labian sobre la moralidad del pueblo que con hambre y frío, vive, o -si se me permite la licencia- sobre-vive a la intemperie de la lluvia, al sol tajante y al viento, sin reparo ni abrigo.

Tengo una espina clavada en la mano de tanto cerrar el puño en la incerteza por esta cuestión que me ronda la cabeza.

A todxs nos duele Maia. La realidad de Maia.

¿A todxs nos duele?

Manu Bertola
Manu Bertola

Hija y nieta de la historia de nuestro pueblo. Estudiante de sociología. Nacida y criada en la ciudad donde las diagonales tocan el sol.

Venezuela: Pandemia, bloqueo, petróleo y la coherencia iraní

Venezuela: Pandemia, bloqueo, petróleo y la coherencia iraní

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Dayana López Villalobos

Irán envía cinco buques a Venezuela cargados de combustibles y aditivos, sorteando las barreras impuestas por EEUU en el marco de la pandemia por Covid-19. En represalia, los gringos anuncian la venta de CITGO, refinería venezolana en territorio estadounidense.


Las relaciones entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Islámica de Irán están estrechamente relacionadas con la producción petrolera. Ambas naciones integran la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) desde su fundación en septiembre de 1960.

Sin embargo, fue en el año 2001 que sus relaciones experimentaron un giro importante tras la primera visita del presidente venezolano Hugo Chávez Frías a Irán en el marco de una gira por el Medio Oriente, que tuvo como objetivo reflotar la OPEP para recuperar los precios del petróleo, bajo un esquema de complementariedad entre sus miembros, implementando los recortes de producción acordados y que, hasta el momento, nadie cumplía.

Cuando Chávez ganó las elecciones presidenciales en diciembre de 1998, el petróleo cotizaba en 7 $USD (dólares estadounidenses) por barril. En sólo cinco meses el precio se había duplicado gracias a las primeras medidas presidenciales. Alcanzó en mayo de 1999 los 14,9 $USD / barril. Para septiembre de ese año, Venezuela había implementado un recorte de 0,6 MBD (Millones de Barriles Diarios), llevando su producción a 2,7 MBD y recuperando la cotización que ya rondaba los 22 $USD.

“Señores, vamos a respetarnos todos la producción. La OPEP no puede ser un club de pinochos”, había arengado Chávez en el discurso de sus primeros 100 días de Gobierno. No sólo se recuperó rápidamente el precio del petróleo, beneficiando a los países OPEP, sino que esta gira de Chávez por Medio Oriente permitió a Venezuela diversificar sus relaciones comerciales y de cooperación con países como Irán.

Relaciones Venezuela –Irán

Dos elementos marcaron la consolidación de las relaciones: el ascenso al poder de Mahmud Ahmadinejad en la presidencia de Irán (2005) y la agenda antiimperialista de común entre ambos países.

A partir de entonces se afianzó una relación de cooperación mutua que se verificó en los poblados más recónditos del territorio caribeño, donde a la par de la recuperación de tierras ociosas en poder de latifundistas, el campesinado venezolano empezó a operar maquinaria agrícola iraní, gracias a un convenio que incluyó la instalación de la fábrica Venirán en Venezuela, que no sólo producía tractores sino vehículos para uso particular.

Es así como en el parque automotor venezolano circulan autos con nombres como “Turpial”, “Centauro” y “Orinoco”. Pero este es apenas un ejemplo concreto de cómo el pueblo venezolano se vio beneficiado por los más de 300 convenios de cooperación firmados entre Venezuela e Irán en materia científica, tecnológica, industrial, de infraestructura, soberanía alimentaria y vivienda.

En el marco de una visita del entonces presidente iraní Mahmud Ahmadinejad a Caracas, el 22 de junio de 2012, Chávez le agradecía y reconocía el impulso de Irán a la recién creada Gran Misión Vivienda Venezuela:

“Tu debes recordar cuando en Teherán conversábamos sobre vivienda y todas tus sabias orientaciones, recomendaciones. Con tu ministro de Vivienda, el Ministro de Industria, fuimos a visitar un valle  muy hermoso donde estaban construyendo una gran ciudad nueva en Irán. Parán, allá fuimos, a Parán. Y luego tu enviaste una comisión de expertos en vivienda, el Ministro, vinieron los empresarios iraníes y me da mucho gusto decirte que a partir de allí se desató con mucha fuerza la Gran Misión Vivienda Venezuela”.

Ahmadinejad, invitado a una entrega de viviendas, le respondía a Chávez: “Le agradezco a mi querido amigo, a mi querido hermano que se está esforzando en este camino de la construcción de viviendas, eso es la vista y la mira revolucionaria y popular del presidente Chávez. Los líderes revolucionarios siempre están con el pueblo y al lado del pueblo”.

A la fecha la GMVV ha otorgado más de 3 millones de viviendas en Venezuela. Es así como estos líderes –y con ellos sus pueblos– tejieron fuertes lazos que trascendieron lo diplomático, al punto que, en mayo de 2011 el Departamento de Estado norteamericano anunció sanciones a PDVSA por enviar crudo a Irán entre los años 2008 y 2011, a contracorriente del bloqueo comercial impuesto por Estados Unidos desde 2006, como represalia por los proyectos iraníes de enriquecimiento de uranio. El presidente venezolano rechazaba estas acciones y, en un tuit, asumía las consecuencias.

La coherencia iraní

Estamos, es sabido, en el marco de una pandemia mundial. Venezuela e Irán son dos países fuertemente afectados por las sanciones criminales estadounidenses, que no han cesado durante esta particular coyuntura planetaria, a pesar de los llamados de atención propinados en instancias internacionales como Naciones Unidas (ONU) y el BRICS.

El bloqueo estadounidense contra Venezuela ha afectado drásticamente su capacidad de producción de petróleo y sus derivados, al encontrarse imposibilitada de garantizar mantenimiento adecuado a la infraestructura de extracción y refinación de la estatal PDVSA. En consecuencia, el primer país en reservas internacionales de petróleo, perdió su capacidad de autoabastecerse de combustible para consumo interno.

La respuesta de Irán es coherente y contundente. Ha establecido con Venezuela un convenio de suministros,enviando cinco buques tanqueros cargados de combustibles y aditivos para la industria petrolera y ya se encuentran surcando el océano Atlántico hacia las costas venezolanas en el Mar Caribe. Ellos son Fortune, Petunia, Forest, Faxon y Clavell y estarían arribando paulatinamente a las refinerías de PDVSA en los próximos 10 días.

Mientras esto ocurre, el Departamento de Estado Norteamericano se pone de nuevo a la carga y amenaza con evitar el arribo de estos buques a Venezuela, hecho denunciado ante el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado viernes 22 de mayo por el embajador venezolano ante el organismo, Samuel Moncada.

La respuesta de Estados Unidos no se hace esperar. Anuncian la venta de acciones de CITGO, refinería venezolana en territorio norteamericano, arrebatada al país como parte de las sanciones coercitivas unilaterales contra Venezuela, cuyo objetivo expreso es derrocar al presidente Nicolás Maduro.

El Estado Venezolano dispuso escoltar por aire, tierra y mar a las embarcaciones ante eventuales ataques norteamericanos, con apoyo de las Fuerzas Armadas y las Milicias Populares, como un ejercicio de soberanía. El primer buque, el Fortune (o IranFazel), ya está en aguas venezolanas y esto es celebrado por el pueblo, en Venezuela y en Irán, como una victoria popular.


* Comunicadora Social (UNICA/VE). Especialista en Prácticas Sociales de Lectura y Escritura (UNGS/AR).
Diplomada en Diseño Editorial por el Instituto Internacional de Periodismo “José Martí” de La Habana.
Debates que se abren en tiempo de Coronavirus

Debates que se abren en tiempo de Coronavirus

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Nicolás Sampedro*

Algunos debates se abren a partir de la pandemia del COVID-19. Está claro que los desafíos del gobierno argentino serán muchos, pero la crisis abre una posibilidad para hacer cambios estructurales que desde hace décadas se vienen reclamando.


Cuando la vida no vale nada

Una de las cuestiones que quedan más en evidencia es el desprecio por la vida que tienen muches mandataries. Poco y nada importó destrozar los sistemas sanitarios públicos para mejorar la rentabilidad del sector privado (al que muchas veces pertenecían, pertenecen o pertenecerán al concluir sus mandatos).

Algunos casos de manera más descarada, otras solapadas bajo un discurso socialdemócrata, lo cierto es que exceptuando muy pocos países, los sistemas de salud se vieron seriamente deteriorados en las últimas décadas. El neoliberalismo globalizado hizo estragos.

Como señala el colega William Serafino: “Políticamente, la tesis del neoliberalismo demuestra con mayor plenitud su fallida propuesta para conducir los asuntos humanos desde una lógica puramente mercantil, individualista y destructora de lazos humanos e ideas compartidas.[1]

Las noticias que recorrieron el mundo relacionadas con robo entre países y estados de materiales médicos como los barbijos, dan cuenta del nivel de podredumbre. Que Francia le robó a España, que EEUU le robó a Francia, o el caso que se les ocurra. Una muestra de que el libre mercado sólo posibilita que el más fuerte se salve ¿Y por qué sólo el más fuerte? Porque es el que tiene el dinero para comprar no sólo los materiales, sino voluntades[2]. El “sálvese quien pueda” deja de ser una frase vacía para materializarse de la forma más descarnada y quienes hasta hace 2 semanas parecían socios, hoy muestra sus verdaderas caras ante la sociedad que los puso donde están.

El imperio siempre rescata a los de arriba

En estas semanas, pese a que la actitud inicial haya sido despectiva, Trump tuvo que hacerse cargo de lo que pasa en el país que gobierna. La pregunta que cabe es ¿realmente se está haciendo cargo de la situación?

Sus declaraciones dejan, como mínimo, un gran signo de interrogación. Más allá de las teorías que se pueden elucubrar, lo cierto es que el presidente de los EEUU no necesariamente es quien gobierna. Es por demás sabido que las disputas entre los factores de poder reales (como el lobby sionista, el complejo industrial, el complejo farmacéutico, Wall Street, entre otros) son tremebundas y que en muchos casos tienen más peso que lo que un presidente pretenda.

Que en medio de una pandemia global el gobierno norteamericano haya anunciado multiplicar la cantidad de militares dando vueltas por el Caribe y Centro América bajo el argumento de la lucha contra las drogas es sin duda una victoria para el sector belicista norteamericano, pero también para el sector petrolero, deseoso de acabar con el gobierno de Nicolás Maduro para robar los hidrocarburos venezolanos nuevamente.

Lo mismo se podría decir del rescate que el gobierno federal hará al sector financiero. Como describen los colegas del portal Misión Verdad: “La Reserva Federal, que nunca les falla a los peces gordos del sistema, ha reducido las tasas de interés al 0% e inyectado 700 mil millones de dólares a la compra de bonos del Tesoro y de deuda corporativa para mantener a flote el mercado de valores y de deuda[3]. Tal como lo hizo Obama en 2008 el rescate es para Wall Street y no para el pueblo norteamericano.

Repitiendo las recetas neoliberales

En la misma línea que Trump -aunque salvando las distancias- se pueden analizar los gobiernos de Bolsonaro en Brasil o Moreno en Ecuador. Bolsonaro boicoteando el aislamiento social que algunos gobernadores imponen, pese a que las cifras dan cuenta del desastre que puede significar el coronavirus para Brasil. El país con mayor contagio del continente suramericano con más de 10 mil casos al término de esta nota.

Por su parte Lenín Moreno no se escapa a su par sudamericano y ya cuenta con más de 3500 personas contagiadas y 180 muertas. Literalmente Guayaquil se ha convertido en un cementerio a cielo abierto[4]. Las imágenes son realmente estremecedoras. El propio Moreno dijo que las cifras oficiales respecto al COVID-19 no son reales y que su gabinete se “sincerará”[5] mientras que varios analistas locales denuncian el recorte en salud que ha hecho el mandatario antes y durante la pandemia. El nivel de cinismo es repugnante.

Las mismas atrocidades podría alertarse en el Chile de Sebastián Piñera, en el cual recientemente se aprobó una ley que supuestamente protege el empleo, pero que en realidad lo destruye[6].

Aún existe esperanza

Afortunadamente este no es un patrón que se repita en todos lados. Las políticas encaradas por gobiernos como el chino, el ruso, el venezolano, el cubano y el argentino han puesto como prioridad la salud de sus pueblos. En momentos como estos es donde las Cajas CLAPS que distribuye el gobierno venezolano toman real dimensión. Una ayuda estatal a quienes más dificultades tienen, una política que durante muchos años fue invisibilizada o denostada por gobiernos neoliberales y sus medios de comunicación afines.

En el caso del gobierno argentino, las políticas lanzadas por Alberto Fernández y su gobierno han apostado por resolver el bolsillo de les más desprotegides, ayudar a las PyMEs y a los pequeños comercios, a quienes trabajan bajo relación de dependencia o son autónomos, entre otros. Está claro que éstas medidas no necesariamente son suficientes dado que el parate de un mes también pone en situación de fragilidad a un Estado cuasi quebrado por la gestión de Mauricio Macri.

En relación a esta situación, se abren algunos debates que lógicamente no tienen una única respuesta pero que es de imperiosa necesidad que se comience a dar en la esfera pública para que luego se impulsen con mayor fortaleza. Algunos de ellos podrían ser:

  • Nueva ley de Entidades Financieras: Que el sistema financiero esté puesto al servicio del crecimiento del país y no de la especulación de los grandes capitales y los bancos;
  • Nueva ley Tributaria: Que contemple una reformulación de las cargas tributarias para las PyMEs y para los pequeños y medianos productores rurales;
  • No pago de la Deuda Externa: Utilización de esos recursos para fortalecer los sistemas sanitario, educativo y de construcción de vivienda;
  • Plan integral de Construcciones de Viviendas Sociales: para el acceso de sectores medio y populares a su primera vivienda;
  • Ley de Compra Nacional: Que el Estado sólo compre insumos a PyMEs, Pequeños y Medianos productores Rurales, Cooperativas de Trabajo, y/o producciones de la Economía Popular;
  • Estatización de los Servicios Públicos: No sólo hacerse con el control de la generación, distribución y administración de Luz, Gas y Agua, sino de servicios como Internet, Telefonía Celular y Distribución de contenidos Audiovisuales;
  • Estatización o nacionalización de la producción de medicamentos: La salud de los pueblos no puede ser un negocio de quienes especulan con la vida o la muerte de las personas;
  • Estatización del Comercio Exterior: Hay que quitarles el negocio de la importación y exportación a las grandes cerealeras y privados para reducir los costos de insumos y mejorar la capacidad de recaudación de dólares del Estado;
  • Estatización de la producción de semillas: La producción de los insumos básicos para la generación de alimentos tampoco puede estar en manos de quienes especulan con la comida de las familias;
  • Nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: Que la generación y difusión de contenidos no sea considerado un negocio, sino un derecho humano básico.

Seguramente hay muchas otras temáticas que se podrían agregar a este breve listado, pero como señala el colega Augusto Márquez: “Como dice el refrán, la historia la han escrito los vencedores, y en consecuencia, la forma en que ha sido narrada transcurre en función de justificar no únicamente sus intereses, sino también el propósito de forjar una idea de continuidad “natural” que abarque cientos de años de procesos históricos y sociales[7].

La crisis abre una posibilidad de reformulación de estas lógicas que sembró durante décadas el sistema mundo llamado Modernidad. La tarea entonces será desandar estos idearios y reconstruir y poner en valor esa otra historia, esa de solidaridad, de comunidad y de bienestar colectivo que las culturas de los pueblos ya poseen.


* Periodista, conductor de Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), productor de Columna Vertebral (Radio Estación Sur - FM 91.7), columnista La Marea (Radio Futura – FM 90.5) y Mirada Crítica (Realpolitik), responsable de la sección Sindical de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Referencias:
[1] https://medium.com/@misionverdad2012/tres-lecciones-que-nos-va-dejando-la-crisis-del-nuevo-coronavirus-d3c67c33dd93
[2] https://www.pagina12.com.ar/257582-coronavirus-en-occidente-se-desato-la-guerra-de-los-barbijos
[3] https://medium.com/@misionverdad2012/el-capital-en-tiempos-de-coronavirus-una-nueva-guerra-contra-el-trabajo-43e90a1e75a9
[4] http://www.resumenlatinoamericano.org/2020/04/05/ecuador-municipalidad-de-guayaquil-entregara-2-000-ataudes-de-carton-para-victimas-mortales-del-coronavirus/
[5] https://www.youtube.com/watch?v=sXEX_Jkrevs
[6] https://www.youtube.com/watch?v=OIhCrrJB5bc
[7] https://medium.com/@misionverdad2012/covid-19-o-el-ocaso-de-un-proyecto-de-sociedad-que-fracas%C3%B3-31a74ed9cc7

Cuba: la pequeña isla que pudo

Cuba: la pequeña isla que pudo

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Ignacio Vernazza*

“La pequeña locomotora que pudo” (“The little engine that could”) es un cuento infantil, de origen estadounidense, que relata sobre una locomotora que logró arrastrar una gran cantidad de vagones por una montaña, porque mientras subía, se repetía a sí misma “yo creo que puedo”. Como toda historia para niñxs, hay una moraleja: los logros se dan por el esfuerzo propio y no cuentes con la solidaridad de otrxs para lograr tus objetivos. Es entendible la expansión de este cuento en la sociedad meritocrática estadunidense y es entendible que se use como ironía para hablar de Cuba, no solo por la base de solidaridad de la sociedad cubana, sino porque la locomotora de la historia era la más pequeña y débil y nadie creía que lo pudiera hacer. ¿Cuantxs preveían que la pequeña isla iba a estar en las primeras líneas de enfrentamiento a una crisis sanitaria mundial?

Lo primero que debemos señalar, si no ha sido suficientemente señalado aún, es la fortaleza y calidad del sistema médico cubano. Luego del triunfo de la Revolución, uno de los puntos principales sobre el que se actuó fue la salud pública. No es de extrañar: uno de los principales comandantes era un médico que, viajando por toda latinoamérica, conoció de primera mano las desigualdades en el acceso a un derecho básico como es la salud.

La principal política fue la creación de un Sistema Nacional de Salud Único que resolvió dos de las principales problemáticas inmediatas: el limitado acceso de la población a centros de salud y el centralismo de los mismos (antes de 1958 el 60% de los doctores y 80% de las camas de los hospitales estaban en La Habana). Esta unificación de todos los estamentos sanitarios bajo la esfera estatal permitió la confección de una planificación extendida en el tiempo, que brindó al sistema de salud cubano una de sus características diferenciales: la visión preventiva y comunitaria de la salud. La comunidad está inmersa de primera mano en las tareas de saneamiento y educación sanitaria y los programas se enfocan desde una perspectiva de prevención, que no solo reduce las posibilidades de contagio de enfermedades y descomprime los centros de salud de complejidad, sino que va en contra de la lógica mercantilista que especula con la venta de medicamentos y el cobro de la hospitalización y tratamientos.

Otro de los puntos centrales de Cuba, y que motiva el debate en esta nota, es que el país cuenta con un fuerte estructura de formación de profesionales. Para el 2008, Cuba batió un récord al formar más de 200.000 profesionales tanto nacionales como extranjeros. Y frente a un momento de crisis sanitaria mundial, con un virus que deja a las claras las deficiencias de los gobiernos neoliberales para dar respuesta a las problemáticas de salud, la pequeña isla organiza brigadas de profesionales para asistir no solo a países que cuentan con estructuras sanitarias débiles por su “tercermundismo”, sino también a países del “primer mundo”. Ahora que la posibilidad de asistencia se considera en la Argentina, se ha llegado a masificar un hastag como #NoALosMedicosCubanos a manos de, por ejemplo, la polémica ex titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso. Más allá de la simple y contundente respuesta de Axel Kicillof – “No voy a polemizar, estamos trabajando”- creo que podemos aportar, además de lo ya escrito, algunos otros puntos importantes.

Primero, esta no es la primer misión sanitaria de Cuba. El país ya ha brindado asistencia en distintas naciones de África, Oceanía y Latinoamérica y en distintas catástrofes. Desde el 2005 sostiene (junto a Venezuela) la Misión Milagro que garantiza el acceso de distintas poblaciones a tratamientos oculares. Que quiero señalar con esto, que las brigadas enviadas a partir del COVID-19 no son parte de una “estrategia ventajosa” de Cuba o sus “aliados conspirativos” como China o Rusia o vaya uno a saber quien, son parte de una política diplomática consolidada.

El segundo punto ha sido el de la especulación económica: Cuba se aprovecha económicamente de una catástrofe. Y aquí hay que diferenciar dos cosas: por un lado, que no es ilógico pensar una retribución económica que paga el trabajo de lxs medicxs y sustenta la inversión en formación e investigación; por otro lado, quienes ponen el acento en que esto es una “exportación” cubana, creo manifiestan un trasfondo de indignación porque un país “periférico” “exporta” (o aporta al sistema mundo) profesionales y no materias primas y lo hace valer como tal (no como ha sucedido, por ejemplo, en momentos neoliberales de nuestro país donde nuestros profesionales de probada calificación se formaban por la inversión pública pero luego debían migrar para ser contemplados en el mercado laboral).

El tercer punto no merece mayor mención que la tontería de buscar la excusa burocrática de si los títulos cubanos están validados o no, como si eso diera por tierra la conocida calidad en el tratamiento de enfermedades complejas como las oncológicas o el abordaje de problemáticas sanitarias como la desnutrición infantil.

Como cuarto punto está la visión de los profesionales cubanos como “espías” u “oficiales” de algún sistema supersecreto, retrotrayendo la discusión geopolítica a los momentos de la guerra fría en donde los bloques se la rebuscaban para ingresar agentes, que se señalan ahora por parte de la pequeña isla pero que se pasan por alto cuando se mencionan para otros países. Como se subestima a Cuba en su capacidad médica, se la sobreestima en su influencia geopolítica o militar.

Por último, como quinto punto, vale mencionar la siguientes preguntas: ¿Quiénes van, entonces, a enviar a los países con deficiencias sanitarias la ayuda necesaria? ¿Lo van a hacer aquellas potencias cuyos sistemas de salud no dan a basto dado el continuo desprecio a la salud pública? ¿Quienes, entonces, colaborarán con la solución a la pandemia? ¿Aquellos que aportan diplomáticamente su solidaridad o aquellos que ahogan a países con bloqueos que llegan incluso a los insumos médicos?

Con esto queda a las claras el mayor “miedo” que genera las brigadas cubanas bajo este peligro de la “propaganda”: ponen en evidencia que los sistemas neoliberales dejan expuestos a los pueblos a su suerte y que hay alternativas que, por decisiones políticas que priman otros valores, consideran a la salud como un derecho y no como una mercancía. Cuba es un ejemplo de cómo con solidaridad y comunitarismo, fue la pequeña isla que pudo.


* Estudiante de Antropología (FCNyM) y Consejero Superior de la UNLP por el claustro estudiantil

Fuentes:
– Ministerio de Salud Pública de Cuba. https://salud.msp.gob.cu/
– Desarrollo histórico de la salud pública en Cuba. Gregorio Delgado García. En: Revista Cubana Salud Pública v.24 n.2 Ciudad de La Habana jul.-dic. 1998.
– Sistema de salud de Cuba. Emma Domínguez-Alonso; Eduardo Zacea. En: Salud pública México vol.53  supl.2 Cuernavaca ene. 2011.
– EEUU. presiona a otros países para que rechacen asistencia médica de Cuba. En: http://www.juventudrebelde.cu/internacionales/2020-03-25/ee-uu-presiona-a-otros-paises-para-que-rechacen-asistencia-medica-de-cuba
– Cinismos y Bloqueos. En: http://www.cubadebate.cu/opinion/2020/03/25/cinismos-y-bloqueos/

A las pandemias, solidaridad

A las pandemias, solidaridad

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Miranda Cerdá Campano*

La pandemia no solo dejó al descubierto la importancia del rol del Estado para paliar semejante crisis sanitaria, sino que también puso sobre la mesa la ambición sin límites de los poderes hegemónicos y el neoliberalismo salvaje. La destrucción de la naturaleza, violentada a extremos nunca vistos por un capitalismo que hace años parece estar llegando a su fin, deja entrever que sólo la responsabilidad social y la solidaridad pueden salvar al mundo.

¿Qué tiene que ver esto con el deporte? Mucho. A raíz de la epidemia que afecta al país, varios clubes de Primera División pusieron sus instalaciones y médicos a disposición del Ministerio de Salud. Una vez más queda en evidencia el irremplazable rol social que cumplen y por qué hay que seguir defendiéndolos de quienes los ahogan con tarifazos y quieren convertirlos en sociedades anónimas.

En épocas de sometimiento a los grandes grupos económicos, hay que resistir

San Lorenzo y Racing fueron algunos de los que se pusieron al servicio del Estado y el rescate de estas dos instituciones no es casual. Ambos clubes vieron de cerca los intentos privatizadores que quisieron ahogar su rol social, apagar su historia y colonizar la pasión de sus socios en una de las épocas más crueles de nuestro país.

Lo de Racing fue efectivo a pesar de la resistencia de los hinchas. La escalada neoliberal de la década del ‘90 y principios de los 2000 no sólo se llevó puestos a varios clubes de barrio. Racing quebró en 1998 y el 1° de enero de 2001 apareció Fernando Marín con su Blanquiceleste Sociedad Anónima. El objetivo era claro: íntimo amigo de Mauricio Macri, Marín debía demostrar a través del gerenciamiento del club de Avellaneda que las Sociedades Anónimas eran necesarias.

Marín festejó el campeonato de ese año, pero luego vino la caída libre. Durante los casi 7 años que duró el gerenciamiento, miles de hinchas abogaban por la salida de la empresa y se manifestaron en incontables oportunidades en repudio a Marín. Blanquiceleste quebró en 2007 y en julio de 2008 la justicia restituyó a Racing su carácter de asociación civil. El empresario dejó a la Academia sumergida en deudas, sueldos impagos, cheques rebotados e incluso al equipo de fútbol jugando la promoción y al borde del descenso a la segunda categoría.

“De pendejo te sigo, junto a Racing siempre a todos lados
Nos bancamos una quiebra, el descenso y fuimos alquilados
No me olvido ese día que una vieja chiflada decía
que Racing no existía, que tenía que ser liquidado”

A que no saben cómo siguió la carrera de Marín. Luego de la quiebra de Blanquiceleste SA, el hombre de negocios comenzó a trabajar para el Grupo SocMa (Sociedad Macri) y los lazos con quien fuera Presidente de la Nación entre 2015 y 2019 comenzaron a afianzarse. Con Macri en la cabeza del Gobierno nacional, Marín se hizo cargo de Fútbol Para Todos y en abril de 2016 anunció que el fútbol continuaría siendo gratuito durante toda la gestión. Todos saben cómo terminó esa historia. Fue el propio Marín el que llevó a la Casa Rosada la propuesta de entregar los derechos de televisación a Fox y Turner y como si esto fuera poco, también fue la cara detrás de la degradación de la Secretaría de Deportes en Agencia.

El Club Atlético San Lorenzo no fue ajeno a la ola privatizadora, pero la situación del Ciclón fue un tanto más particular: la firma suiza de patrocinio deportivo International Sport and Leisure no vino a quedarse con el club o al menos no desde lo discursivo. En agosto del 2000, la empresa, que pertenecía al fundador de Adidas, le hizo una oferta al entonces presidente de la institución, Fernando Miele, para adquirir la imagen del club por 10 años.

Durante septiembre, octubre y noviembre de ese año, la dirigencia de la entidad de Boedo entabló varias reuniones con ISL para llegar al acuerdo definitivo. Entre los puntos del contrato se destacaba una cláusula de confidencialidad, que establecía que los socios de San Lorenzo no podían acceder a la información del vínculo que se iba a firmar. Todo era un tanto turbio y los hinchas estaban, con razón, alarmados.

El 30 de noviembre, Miele encabezaba una reunión clave de la Comisión Directiva e intentó mantenerla en secreto. Los socios, alertados de la maniobra se autoconvocaron en el Estadio Pedro Bidegain bajo el lema “San Lorenzo no se vende”. El Nuevo Gasómetro, como solía ocurrir en aquellas épocas, se encontraba vallado y rodeado de uniformados de la Policía Federal que con gases, balas de goma y bastonazos intentaron disipar la manifestación. El “Ciclón” resistió como varias veces en su historia y aquella tarde, la CD cayó a los pies de la voluntad societaria.

“Hay una cosa que nunca van a entender
Que la Gloriosa va a copar donde jugués
Esta es tu hinchada la que se bancó el descenso
La que impidió que se vendiera a San Lorenzo”

Las experiencias de Racing, Talleres, Ferro y Defensa y Justicia dejaron en claro por qué el gerenciamiento no era una opción en Boedo y desde aquel noviembre, cada 30 se celebra el día del hincha de San Lorenzo. Hoy, debajo de una de las tribunas del Nuevo Gasómetro se lee la leyenda “Siempre CASLA, nunca SA” y cada tarde de cancha, desde las gradas bajan las estrofas de una canción que se ha vuelto himno: “quisieron privatizarte, pero yo a vos no te vendo” . En el caso de San Lorenzo, ha quedado claro que la historia no la marcan los títulos que se ganan con los botines, sino que la escriben los hinchas.

Los clubes de Todes

Retomando, cuando las papas queman, es innegable el rol social que adquieren los clubes. Durante la infame década del 90’, con la profundización del modelo neoliberal que se había intentado instalar durante la última dictadura cívica-eclesiástica-militar, los clubes acogieron a sus socios: fueron lugares donde buscar un plato de comida, levantar ferias americanas, hacer algunos trueques y olvidarse por un rato del difícil momento que atravesaba la Argentina.

Sin embargo, cambiaron los paradigmas y el centro de la vida social pasó de los clubes a la intimidad de los hogares. Por un lado, la crisis económica propició que miles de personas perdieran sus empleos y vieran pauperizarse sus estándares de vida. Ya no había un mango para aportar al club y lo poco que había se repartía en el seno de la familia.

Como agravante, la crisis generó un aumento de la marginalidad y por tanto una creciente exclusión social. En este contexto, se deshabitaron los clubes y se poblaron las calles: los pibes necesitaron salir a realizar changas para poder comer, y cuando eso no era posible había que pedir o robar.

El neoliberalismo no sólo destruyó el entramado social, sino que puso a los clubes de barrio al borde de su desaparición, al mismo tiempo que ordenó la primacía de las individualidades por sobre las prácticas colectivas.

Sólo se necesitó una pandemia como la del coronavirus para revalidar el rol del Estado como reasignador de recursos. En tiempos donde se evidencia la deshumanización, la crueldad e insensibilidad de los más poderosos; en épocas en las que la impiedad del sistema capitalista se lleva todo por delante; en momentos en los que se reproducen los discursos más meritocráticos, llegó la hora de revivir los lazos de solidaridad y compromiso social. Así lo entendieron los clubes, y así lo entendemos en este humilde espacio.


*Periodista, columnista sobre Sudamérica del programa Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), redactora de Revista Trinchera y colaboradora de Agencia Timón
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