Estado y Asociaciones deportivas: la importancia del trabajo conjunto

Estado y Asociaciones deportivas: la importancia del trabajo conjunto

TIEMPO DE LECTURA: 9 min.

El retorno del deporte, que en un principio parecía muy distante e incierto, hoy se encuentra a la vuelta de la esquina. Si bien es algo que todes quieren, las condiciones en los países nuestroamericanos son más que complejas: por ejemplo, en Brasil y en Chile, pese a tener un gran número de infectados por el reciente virus, no toman las medidas necesarias. Sus gobiernos permiten que el deporte vuelva con un protocolo muy pobre y sin dimensionar lo que conlleva eso.

Si bien Brasil es el país que se encuentra desbordado a causa de las flojas y pocas serias medidas que ha tomado su presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro. Este no es el único caso que se da: Chile, Ecuador y Colombia también se encuentran en el mismo camino, dejando en claro el posicionamiento (algo no casual) de aquellos gobernantes de derecha. El poner la economía, las asociaciones privadas y grupos hegemónicos televisivos por encima de  la salud y protección de su pueblo, incluso de les deportistas mismos, es una demostración de ese posicionamiento político.

Por eso es necesario hacer un repaso y un desglose de lo que sucede en los países ya mencionados y el resultado que conlleva tomar dichas medidas, comparándolo con la situación argentina y el trabajo en conjunto que se viene realizando respecto del deporte en ese país. Argentina es un ejemplo de cómo deben hacerse las cosas en este punto: se pretende la vuelta de las prácticas deportvas, con los protocolos necesarios y protegiendo a aquelles que lo hacen posible.

Para empezar, cabe mecncionar un dato muy curioso y bastante llamativo, como fue la participación del titular de la Conmebol Alejandro Domínguez en la Cumbre del Mercosur. Junto a él, los presidentes se comprometieron al análisis del protocolo elaborado por la Confederación: “tomaron nota” del proyecto para el regreso de la actividad en el continente y abogaron por una vuelta “de manera segura y ordenada”.

Esto se dejó ver en el punto diez del comunicado, donde aclararon que “el conjunto de presidentes de los estados partes del Mercosur y estados asociados, tomaron nota del Proyecto ‘Vuelta al fútbol’ sobre las Competiciones Deportivas Internacionales ligadasa la CONMEBOL Libertadores 2020, la CONMEBOL Sudamericana 2020, y las eliminatorias CONMEBOL para la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022”.

En dicha presentación de los países que integran el Mercosur, estuvieron los presidentes Alberto Fernández (Argentina), Jair Bolsonaro (Brasil), Luis Lacalle Pou (Uruguay), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Iván Duque (Colombia), Sebastián Piñera (Chile), Martín Vizcarra (Perú) y la presidenta de facto Jeanine Áñez Chávez (Bolivia).

En la reunión, Alejandro Domínguez hizo un reconocimiento “a los esfuerzos de los Gobiernos para contener la propagación de la enfermedad en tiempos que exigen decisiones enérgicas, pero también serenidad y equilibrio”.

“Desde el inicio de la pandemia la Conmebol tuvo en claro su prioridad: debemos proteger más que nada la vida de todos, las vidas involucradas en el fútbol; por eso de inmediato suspendimos las competiciones”, indicó. Por otro lado en cuanto al proyecto para la vuelta, marcó que “no supone ni plazos, ni fechas”. “Se trata de un aporte al retorno responsable del fútbol a nuestro continente”, culminó.

Ahora, si bien está clara la preocupación del presidente de la Conmebol para la vuelta al fútbol, lo que genera ruido es su presentación en una reunión de tal magnitud. Muchas veces se ha dejado en claro el poder que pueden tener diferentes asociaciones o entes ligados al deporte en la toma de decisiones y en el actuar de un país o -en este caso- de varios.

Asimismo en Brasil los problemas parecen no parar y quien salió al cruce fue el actual director deportivo del Olympique de Lyon, Juninho Pernambucano, que a raíz del asesinato de una niña de ocho años en una favela de Río de Janeiro, críticó: «Este hecho es una confirmación del tipo de política violenta que tenemos en el país en este momento. Hay miles de George Floyd en Brasil y miles de otros que han sufrido en silencio lo que no sabemos».

A su vez, Pernambucano señaló las diferencias económicas que la élite de Brasil no ve: «La élite no comprende qué tan grandes son las desigualdades financieras en el país y si se hacen más grandes habrá violencia». Además, afirmó que el presidente de Brasil vive de noticias falsas y que «la gente que apoyaba a Bolsonaro era mayoría y fue mi decisión alejarme de ellos. Sé que algunos de ellos lamentan su decisión ahora. Pensaban que Bolsonaro era la única opción».

Por otro lado mientras el mandatario brasileño anunciaba que tenía coronavirus, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) informaba que el 9 de agosto reiniciaría el Brasileirao, un día después que la segunda división local.

Algo irónico es que el único torneo estadual en disputa de Brasil es el de Río de Janeiro pese a que ya se registraron más de 65 mil muertes en el país por la pandemia. Sin embargo el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, indicó en conferencia de prensa que los equipos del estado no participarán del Brasileirao hasta que finalice el campeonato regional, que fue suspendido en marzo por el Covid-19 a tres fechas de su final.

A la decisión de la CFB, que recibió críticas de las autoridades regionales del país, se le sumó el positivo de Covid-19 de un jugador del Flamengo, horas antes de definir el Campeonato Carioca frente al Fluminense. Pese a resguardar la identidad del futbolista, el riesgo de permitir que se juegue la final, lastimosamente no lo resguardó del virus, algo que hubiese sido más pertinente.

Fluminense, equipo que jugó el partido, días antes salió a repudiar en conjunto con Botafogo, la vuelta del fútbol en Río de Janeiro con el mensaje «Respeten nuestras historias», alegando que el país registra más de 1.000 muertes por día de Covid-19.

El domingo pasado se debían disputar los cuartos de final por el Torneo Catarinense entre el Chapecoense y Avai, pero el mismo se suspendió. En la semana la superintendencia de vigilancia en salud del gobierno, dio a conocer que había 14 positivos de Covid-19 en uno de los equipos, mostrando así que pese a las medidas que se toman en Brasil se sigue exponiendo la salud de jugadores. Pese a ello, este torneo junto al Campeonato Carioca y Brasileirao seguirán activos.

En Chile el gobierno mantuvo la incertidumbre sobre el retorno del torneo del fútbol local y sobre si estará en condiciones para recibir los partidos de las clasificatorias sudamericanas para el mundial de Qatar-2020 en septiembre, ante el avance del coronavirus.

La Asociación Nacional del Fútbol Profesional (ANFP) envió la semana pasada al gobierno una carta solicitando un permiso especial de circulación para los jugadores y staff de cada club profesional, con el propósito de poder comenzar los entrenamientos de cara a una posible reanudación del campeonato local el 31 de julio, pero el gobierno dictó que deberían esperar.

Otro dicho que llamó la atención en el país trasandino fue el de Gamadiel García, presidente del Sindicato de Futbolistas Profesionales de Chile, quien mencionó: «Italia volvió a los entrenamientos cuando estaba en el peak y tenía más muertes que en Chile. El protocolo de ellos era muy similar a este». Algo bastante complejo de poner en balanza, ya que las condiciones futbolísticas, sociales y de salud no son para nada parecidas.

Tanto Ecuador (29 de julio) como Colombia (27 de agosto) se encuentran con una fecha pautada para la vuelta del fútbol. Si bien es algo positivo que el gobierno y las asociaciones de fútbol tiren en conjunto, lastimosamente, esto denoto que la apresurada decisión tenía la intención de priorizar el show y el ingreso económico de los derechos televisivos antes que la salud de sus deportistas y aquellos que hacen posible que se pueda jugar.

Pese a ello, los problemas de sus asociaciones de fútbol han salido a flote en estas últimas semanas. El gobierno colombiano multó a la Federación de Fútbol de Colombia por venta de entrada ilegales, a través de la Superintendencia de Industria y Comercio, que penalizó a 17 personas fisicas y tres agentes de mercado, entre ellos la Federación de Colombia.

El superintendente Andrés Barreto confirmó que fueron sancionados por haber ejecutado o facilitado la conducta anticompetitiva. La multa aplicada es millonaria: se trata de 18.3 millones de pesos colombianos, es decir, la suma exacta de u$s 5.2 millones.

La situación en la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), se alteró cuando Jaime Estrada lideró una revuelta en busca de derrocar a Francisco Egas al mando de la Federación. Pese a ello tanto la Conmebol y la FIFA, expresaron que reconocen como único presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) a Francisco Egas, quien fue removido de ese cargo el 24 de abril por seis de los nueve miembros del del directorio, que entonces designó a Jaime Estrada.

Pese al apoyo de dichas entidades la tensión entre los presidentes de los clubes ecuatorianos y Egas es bastante fuerte, muchos apoyan su mandato y otros no. En los próximos días se daría a conocer la decisión final aunque todo parece indicar que Francisco Egas seguirá en el cargo de la F.E.F.

Por último el gobierno argentino junto a la Asociación de Fútbol de Argentina (AFA) tienen una relación bastante buena y en este tiempo su trabajo en conjunto ha dado frutos. Dicho ente entiende la situación que atraviesa el país y acompaña el pedido de cuarentena y el parate del fútbol hasta el momento, aunque es pertinente que les deportistas comiencen a entrenarse de cara a la reanudación de las competencias: está semana AFA envió el protocolo para que los jugadores, en principio, entrenen en grupos de seis, en los Estadios y sin pasar por los vestuarios.

Así mismo en medio de esta situación, el gobierno presentó un nuevo proyecto llamado “Clubes en Obra” que enmarca la iniciativa “Recuperación de Entidades Deportivas” (RED). Está es ejecutada a través de la Secretaría de Deporte, que incluye el Programa de Apoyo en la Emergencia para Clubes, un esquema de subsidios especiales de hasta 60.000 pesos al que ya accedieron más de 2.000 mil clubes de barrio. Esto demuestra la importancia y la ayuda del gobierno no solo para aquellos deportes o entes de gran magnitud, sino también para clubes y asociaciones de menor envergadura.

Este análisis refleja y muestra la constante tracción del gobierno en conjunto con el deporte para tomar decisiones importantes. Por un lado, está la dura realidad de aquellos gobiernos de derecha que tratan de usar el deporte para tapar lo que sucede en la sociedad y a la vez darle pie al mundo mediático que cotiza por el deporte, tal es el caso de Brasil. Olvidándose que esas decisiones apresuradas pueden llevar a un mayor número de infectados e incluso poner en peligro la vida de deportistas.

Por otro lado la Argentina es ejemplo para muchos y hace esperar sus decisiones, para que los resultados sean positivos y aquellos que están el mundo del deporte como también la sociedad misma, no se encuentren expuestos a peligros de contagio. Esto deja entrever la importancia que conlleva trabajar de buena manera tanto en la política, como así también en el deporte.


Eduard Paz
Eduard Paz

Sureño instalado en la ciudad de las diagonales. Fiel pensante de que lo político y lo deportivo van de la mano. Apasionado y siempre al servicio de la comunicación del pueblo y su deporte.

Bolsonaro parece un Punching Ball

Bolsonaro parece un Punching Ball

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

POR NICOLÁS SAMPEDRO*

Hace varias semanas que se viene especulando respecto de la situación del autoproclamado mesías brasileño. La burla permanente hacia la pandemia y sus implicancias, el enfrentamiento con diversos sectores y la pérdida de apoyo y legitimidad, hicieron que los rumores tomen más fuerza. Pero detrás aparecían los uniformes verde-oliva para alertar que no lo permitirían.

El mal manejo de la pandemia del COVID-19, ha llevado a que Brasil sea el segundo país a nivel mundial en cantidad de contagios por este virus (con más de un millón), y que avance a paso firme a superar las 50 mil muertes.

Es precisamente este hecho el que generó la mayor erosión en la popularidad de la gestión de Bolsonaro. Según la encuestadora DataFolha, mientras a finales de abril alcanzaba el 38%, tan sólo un mes después la impopularidad del gobierno se había disparado a 43%.

Según un estudio realizado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), el desmanejo de Bolsonaro hizo que perdiera el apoyo de sectores ricos y medios de las principales urbes del país como Río de Janeiro y Sao Pablo (principales zonas afectadas por la pandemia).

Según el informe, “Bolsonaro perdió el apoyo de políticos aliados y exfuncionarios de su Gobierno; ha entrado en conflicto público con gobernadores afines y con sectores del Poder Judicial (fundamentalmente, con el Tribunal Supremo Federal)[1].

A esto debe sumarse que su poder de fuego parlamentario también se vio reducido, tras su salida del Partido Social Liberal (PSL); no solo quedó sin partido, sino que fragmentó el bloque en el Senado donde solo 54 legisladores siguen apoyándolo, en tanto que en Diputados debe negociar permanentemente con el grupo conocido como “Centrao” (un conjunto de 10-12 partidos, de aproximadamente 200 diputados).

Como si fuera poco, ya renunciaron varios ministros de distintos gabinetes (Salud, Educación, Justicia). Quizás la salida más significativa fue la del ministro emblema Sergio Moro, quien había sido una pieza clave en el triunfo de Bolsonaro en 2018, tras el proceso ilegal y fraudulento de encarcelamiento al ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva.

La frutilla del postre fue la difusión (con aval del Supremo Tribunal Federal) de un video de una reunión ministerial que tuvo lugar el pasado 22 de mayo. En esa reunión se pudieron escuchar declaraciones de todo tipo como las del ministro de Medio Ambiente, Ricardo Selles, proponiendo “que el período de la pandemia sería ideal para pasar reformas “infralegales”, de “simplificación” y “desregulación” de leyes ambientales”, lo que es igual que decir desregular y convertir en legales cosas que no lo eran, dado que los medios están atentos casi en exclusivo al tema de la pandemia.

De igual manera se pudieron escuchar las palabras del ahora ex ministro de Educación, Abraham Weintraub, quien señaló que si fuese por él “ponía a todos esos vagos en la cárcel, comenzando por el STF”. Esto habría sido la gota que rebalsó el vaso, luego de una cadena de “errores” que habrían llevado a Bolsonaro a buscarle una salida decorosa.

Al presidente brasileño cada vez le van quedando menos apoyos, y el descontento social es cada vez mayor. La campaña del Movimiento #Somos70porcento (motorizada por el economista Eduardo Moreira) tuvo gran impacto en redes sociales y se sumó a otras propuestas lanzadas por sectores progresistas[2], no sólo de partidos políticos sino también de artistas, barras de fútbol, abogados, etc.

Los posibles escenarios

Ante la pérdida de legitimidad, Bolsonaro podría terminar saliendo por la ventana ya sea por juicio político (impeachment), por algunas de las investigaciones judiciales en su contra (fundamentalmente por inmiscuirse en el poder judicial al interferir en la Policía Federal), o por anulación de la fórmula presidencial (por 2 investigaciones en curso que tiene el Supremo Tribunal Federal, una relaciona al financiamiento y propaganda de la campaña 2018 y otra por intervenir para retrasar los allanamientos a su hijo Flávio, acusado de financiamiento ilegal y defraudación pública).

En cualquiera de estos escenarios el rol de los presidentes del Senado (Rodrigo Maia) y de la Cámara de Diputados (David Alcolumbre) sería clave. Fundamentalmente la de Maia, ya que es quien debe aprobar el tratamiento tanto del posible impeachment como el pedido de investigación judicial.

Un hecho significativo es que a comienzos de mes, frente al nuevo ‘escenario opositor’, “Maia deslizó que ‘por ahora’ no prospera el juicio político, ampliando los cursos potenciales de desenlace; hay negociaciones en ese sentido en Diputados que pueden cambiar la trayectoria con la que se venía hasta el momento[3] .

De todas maneras, los escenarios pueden ser múltiples y dependerán de múltiples factores: en principio cómo se vaya articulando ese nuevo escenario de oposición donde por un lado estarían las fuerzas que hasta hace no mucho eran aliadas a Bolsonaro y que lo empiezan a mirar con desconfianza (incluso sectores de la elite paulista); por otro lado, las fuerzas de izquierda o progresistas y cómo puedan promover o motorizar las distintas propuestas que se están lanzando.

Un segundo foco a tener en cuenta es cómo pueden llegar a actuar los medios de comunicación de mayor repercusión, fundamentalmente Folha, Estadao y O’ Globo, medios ya directamente en franca oposición al gobierno de Bolsonaro. Los dos últimos parecen ver en la figura Mourao como un posible reemplazo. El vicepresidente del Brasil, “es considerado un “intelectual” al interior de las FFAA (aunque un tanto “líbero” según algunos generales) lo que también permite construir, de cara a los medios y a los sectores de derecha conservadora (no bolsonarista, como el PSDB, y otros partidos) una figura presidenciable y una cara más aplomada del Partido Militar[4].

De todas maneras el control o no de la pandemia será un factor determinante a la hora de evaluar qué puede deparar para el futuro del autoproclamado mesias brasileño. Esto también estará sujeto a los apoyos que aún conserva el mandatario: EEUU, el sector financiero (cabe recordar que los principales bancos privados fueron beneficiados con 161 billones de reales gracias a las políticas del “Chicago Boy”, Paulo Guedes), los sectores evangélicos, algunos empresarios, el sector del agronegocio, y, obviamente, los militares.

El reconocido sociólogo brasileño y coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ), Emir Sader, señaló hace algunos días, que pese a haberse esperado por mucho tiempo, la “autocrítica” de la derecha había llegado. Sus palabras se basan en un artículo de Pedro Cafardo (editor ejecutivo de “Valor”, el periódico de la gran comunidad empresarial brasileña), uno de los emblemas de la derecha de Brasil, que reconoce que ellos tuvieron la culpa de que Bolsonaro llegue a donde llegó y ahora se arrepienten por el desastre que está haciendo.

Sader se pregunta: “¿Cuál es el significado de este mea culpa? En primer lugar, nos damos cuenta de que es posible, incluso desde el punto de vista de las grandes empresas, darse cuenta de estas cosas, tan obvias para nosotros. Segundo, que el PT es realmente el fenómeno maldito de la derecha brasileña. Que el miedo al PT, a regresar a un gobierno que privilegia los derechos de todos, la distribución del ingreso, es el fantasma que enloquece a todo al derecha. Eso, a pesar de que sabían quién era Bolsonaro, empresarios, medios de comunicación, políticos, lo preferían al PT, sabiendo los valores que representa y las posiciones que tiene[5].

Por sólo poner un ejemplo y graficar lo antes dicho: en varias oportunidades Bolsonaro abocó el artículo 142 de la Constitución, que estipula la “intervención de las FF. AA. ante una situación de caos nacional”, y si bien el artículo es motivo de polémica entre los constitucionalistas brasileños, lentamente ha sido instalado como una posibilidad. Esto hasta para algunos sectores de la derecha es algo inaceptable.

Como se puede observar a Bolsonaro aún le quedan algunos retenes, pero más que ser retenes propios, son sus aliados y la conveniencia para éstos de que quien siga asumiendo los costos políticos del desastre y el caos, sea él. Tanto con el juicio político, como si prospera la investigación judicial en su contra, quien lo reemplazaría sería su vicepresidente Mourao. Pero no hay que olvidar que está en curso el tratamiento de una enmienda constitucional que prevé que en caso de renuncia o separación del cargo antes de cumplirse la mitad del mandato (en este caso diciembre de 2020), debería llamarse a elecciones nuevamente.

Está claro que el descontento crece y la figura de Bolsonaro depende más de sus aliados que de sí mismo[6]. Si sigue haciendo lo que hasta ahora, es muy factible que la paciencia de sus aliados se agote y terminen por desecharlo (incluso sectores en EEUU ya empiezan a no estar tan seguros de sostenerle el apoyo). No hay que descartar ningún escenario, menos con Moro fuera del gobierno y haciendo denuncias por corrupción contra Bolsonaro. Aunque todo parece indicar que quienes terminan por nivelar la balanza siguen siendo los que visten de verde-oliva.

Más allá de lo que suceda en lo inmediato, Bolsonaro está recibiendo golpes por todos lados. Tanto así, que parece un punching ball.


* Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún 
resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las
injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

[1] https://www.celag.org/los-destinos-de-jair-bolsonaro/
[2] https://www.telesurtv.net/news/brasil-movimiento-social-exige-renuncia-bolsonaro-manifiesto-20200619-0015.html
[3] Idem 1
[4] Idem 1
[5] https://www.alainet.org/es/articulo/207375
[6] https://medium.com/@misionverdad2012/el-fin-de-bolsanaro-las-m%C3%BAltiples-crisis-que-amenazan-a-su-gobierno-99ed79893c21

1