75 años del Naqba: Organizaciones sociales marcharon a la embajada Israelí

75 años del Naqba: Organizaciones sociales marcharon a la embajada Israelí

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A 75 años de la creación del Estado de Israel, que usurpó gran parte de las tierras palestinas mediante la masacre de su pueblo, distintas organizaciones sociales marcharon a la embajada Israelí para visibilizar la lucha.

En conjunto con el Comité de Solidaridad con el Pueblo Palestino, organizaciones sociales marcharon frente a la embajada del Estado de Israel en repudio y conmemoración del 75 aniversario del comienzo del “Naqba”: inicio del ataque incesante del Estado de Israel a Palestina para bloquear sus intentos de recuperación de su tierra robada ante la creación del Estado Israelí. El conflicto Israel-Palestina no es más que un hijo nacido del racismo prevaleciente históricamente en el continente europeo, donde las potencias que se han disputado las tierras a merced, desplazaron a la comunidad judía hacia la tierra palestina.

El “sionismo” es un término que explica la voluntad de la comunidad judía de crear un Estado soberano que deje atrás los altos niveles de racismo recibidos en Europa, donde transcurría una ola anti semita emergente a finales del siglo 19. En este momento,  el austro-húngaro Theodor-Herzl promovió esta ideología bajo el nombre de sionismo en referencia al monte Sion, ubicado cerca de Jerusalén. Por su parte, Palestina fue colonia del imperio Otomano hasta su caída en la primera guerra mundial y fue dominada en 1922 por Inglaterra, que resolvió comenzar en 1933 una estrategia para enviar a la comunidad judía a Palestina. A medida que el éxodo crecía, el pueblo palestino reventó su molestia ya cargada por la dominación británica y se sublevó ante el poder pirata, al mismo tiempo que cargó contra el envío exorbitante de judíos hacia su tierra. Esto daría inicio a la creación de una futura base de las potencias occidentales en esta tierra, ya que Gran Bretaña emitió una contraofensiva que años más tarde derivaría en la creación del Estado de Israel, mediante el mecanismo de ONU e impulsado por los Estados Unidos en 1948.

Ante la negativa de Palestina de seguir en condiciones de dependencia, las potencias occidentales defendieron su predominio y decisiones, y asentaron su posición con la creación del Estado de Israel. Resolvieron auto entregarse el 52% de las tierras, cuando estas pertenecían en un 93% a nativos palestinos, debido a que solo el porcentaje restante se auto percibía como población judía, y de ellos solo la mitad contemplaban el sionismo.

Desde aquella fecha hasta la actualidad, la usurpación de tierras a Palestina ha sido la clave de la lucha que este pueblo decidió emprender, a costa de las millones de vidas perdidas, producto de la aniquilación llevada adelante por Israel y sus grupos económicos que la sostienen.

Por lo mismo, a 75 años de este hecho, se realizó una marcha frente a la embajada de Israel, donde participaron Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, Tilda Rabi de la Federación de Entidades Argentino – Palestina, y organizaciones políticas como la Corriente Nuestra Patria, el Partido Obrero, la Izquierda Socialista, la CTA Autónoma, el MST, y la OLP-Resistir y Luchar.

En comunicación con el matutino de la mañana “526 al fondo” de Radio Trinchera, la presidenta de la Federación de Entidades Argentino-Palestina, Tilda Rabi, explicó que durante la marcha un grupo de policías los interceptaron porque “tenían denuncias de que grupos terroristas palestinos atentaban contra locales israelíes”, y aclaró que el único objetivo de la marcha era “visibilizar la situación en Palestina” y que tenían permiso para realizar dicha acción. “Ya están instalando ese tipo de relatos de que existen grupos terroristas palestinos en Argentina”, agregó Rabi.

La fundación del Estado Sionista de Israel

La fundación del Estado Sionista de Israel

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El establecimiento de Israel como país sirve como cumplimiento de un viejo sueño del sionismo de fines del siglo XIX del “pueblo judío”, que se intensificó después del Holocausto de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, no se produce la creación del estado palestino y los vecinos árabes, que no reconocen a Israel, inician la lucha por la autodeterminación nacional de Palestina.

A fines del siglo XIX el nacionalismo romántico conservador también se metió en los intereses burgueses y elitistas de la amplia comunidad judía de Europa. En 1896 el húngaro Theodor Herzl escribió  Der Judenstaat, y lo publicó en Viena y Berlín. Buscaba una “tierra para la comunidad judía de la diáspora” y realizar el sueño del “estado judío” casi mesiánico. Según la tradición bíblica, Sión es uno de los nombres de Jerusalén, y para el antiguo profeta hebreo Isaías es el lugar donde el Mesías liberará al pueblo de Dios de la opresión. Un austríaco judío llamado Nathan Birnhaum, nacionalista ultraxenófobo y antimusulmán, ya había señalado en 1890 al sionismo como el término para llamar a la “autoemancipación” de los judíos. Su movimiento estudiantil llamado Kadima, ya proclamaba que en la Palestina bajo dominio turco otomano hay que fundar el Eretz Israel, es decir, un estado judío como quería Isaías. Pedro eso va en contra de las tradiciones religiosas mesiánicas y que no estaban de acuerdo con el sionismo, al cual veían secularizado, ateo y lejano a la Torá.

Los sionistas hicieron lobby en Gran Bretaña, el imperialismo del momento a fines del siglo XIX, para contrarrestar al imperio turco otomano. Se pensó en establecer un estado judío en Uganda, Madagascar, Argentina y Armenia, pero ganó fuerza la idea de fundar uno en la Palestina histórica. Vino la Primera Guerra Mundial y los turcos otomanos se derrumbaron. Los británicos apoyaron a los árabes nacionalistas antiotomanos en Arabia, Jordania e Irak, pero también a grupos palestinos. Pero llegaron los sionistas y en 1917 sacaron la Declaración Balfour, que le daba la razón con la creación del estado judío en la Palestina histórica. Luego de la Segunda Guerra Mundial se intensificó la inmigración judía desde Europa a la Palestina histórica y los árabes palestinos vieron como se estaban robando sus tierras ancestrales.

Cien mil inmigrantes israelíes llegaron en los siguientes años tras la Declaración de Balfour. Luego de la derrota de los turcos otomanos en la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918), este documento fue respaldado por las potencias aliadas e incluido en 1922 por la Liga de las Naciones (organismo que antecedió a la ONU) en el “Mandato Británico sobre Palestina”. El 29 de noviembre de 1947, tras la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General de la recién establecida ONU adoptó la resolución 181, en la que aprueba el plan de división de Palestina en un estado palestino y otro israelí para más tardar el 1º de octubre de 1948. De esta forma se puso fin al “Mandato Británico”. Así era la sivisión de la ONU: El 55 por ciento del territorio para un Estado israelí y el 45 por ciento para un Estado árabe palestino, con la ciudad de Jerusalén (Al-Quds) bajo gestión internacional.

Resistencia y pueblada palestina contra Israel sionista.

Esta división era solo una recomendación y no era de cumplimiento obligatorio, pues nunca fue elevada al Consejo de Seguridad de la ONU, cuyas resoluciones son las únicas de carácter vinculante. Además, en ese momento la ONU estaba conformada por 57 países (actualmente tiene casi 200) y las naciones árabes no aceptaron el plan de partición. Tras el plan de división de la ONU, se desató la violencia contra el pueblo palestino y llegaron a ese territorio inmigrantes israelíes de todas partes del mundo, especialmente de Europa. Entre 1948 y 1949 se forzó el éxodo de 800.000 palestinos: 400.000 desalojados de la zona demarcada para el estado israelí y otros 400.000 expulsados de tierras arrebatas al Estado palestino. Más de 400 ciudades y pueblos fueron destruidos Israel entre 1948 y 1950. Además, arrebataron alrededor de 4.244.776 acres de tierra a los palestinos.

El ideal sionista mítico de un “país sin un pueblo para un pueblo sin país” no generó ningún tipo de “antisemitismo” y ni siquiera “antijudaismo” entre los árabes palestinos y los intereses de las naciones musulmanas que surgían luego de la caída del Imperio Otomano y la descolonización franco británica en el Oriente Medio. La idea de del sionismo de crear un estado judío con una supremacía y un gobierno judío en un lugar que ya había otra forma de organización y, más aún, otra población fue todo un proyecto nacionalista del tipo occidental colonial. El sionismo se basaba en una visión colonialista del mundo, en la que no importaban los derechos de los habitantes indígenas. La oposición de los árabes al sionismo no estaba basada en el antisemitismo, sino en un temor totalmente razonable al desposeimiento. Un temor a una historia construida, a una identidad nacionalista inventada y fabricada, a una gran distorsión del pasado.

Israel sigue siendo la víctima “histórica” principal de forma automática. ¿Por qué? Por la historia de un pueblo que forjó una fe y al cual se le prometió una tierra de la boca de un tal dios llamado Yahvé. Eso dicen los voceros del sionismo judío y hasta dirigentes occidentales realmente fundamentalistas que creen en el relato bíblico hebreo de la promesa de Yahvé a Abraham y a Moisés, o del apogeo del reino de David sobre las tierras palestinas y más allá… El mundo más o menos informado puede advertir que se trata de una de las tantas secuencias del horror étnico religioso que vive la región de Palestina. Allí el gran público, gracias a la visión del mediocentrismo universal, cree que existe una lucha milenaria entre judíos y musulmanes, entre dos religiones monoteístas que se disputan la Tierra Santa tanto para la Biblia como para el Corán.

En fin, un estado llamado Israel, que se presenta como la gran víctima, ofrecen un crudo panorama de guerra sin fin. La imagen distorsionada del conflicto palestino se confunde con varias concepciones polémicas y controvertidas que renacen en el vocabulario de los periódicos, artículos, ensayos y libros sobre el tema en cuestión. Nos referimos a las dramáticas reivindicaciones de “antisemitismo”, de la “judeofobia”, del Holocausto, y, por otra parte, a volver a examinar temas tan sensibles como el genocidio, el racismo y la segregación racial todavía presente en la mentalidad de muchas personas en la actualidad.

Los palestinos árabes cristianos siempre apoyando la causa nacional contra el sionismo.

Pero no debemos olvidar esta fecha del 15 de mayo de 1948 inició el éxodo forzado del pueblo palestino, como consecuencia de la creación del estado sionista de Israel. Cada año se recuerda el Día de la Nakba o de la catástrofe con protestas y marchas en Palestina y otras partes del mundo. Como señalamos antes, el sionismo de Israel expulsó a más de 800.000 palestinos de sus hogares, asesinó a 13.0000 y destruyó más de 500 aldeas y localidades. El 70 por ciento de los palestinos despojados de sus tierras se convirtieron en refugiados en otros países y el resto en desplazados internos.

Prohibido olvidar, porque actualmente, los más de 800.000 pasaron a ser más de cinco millones de refugiados palestinos a quienes se les impide retornar a sus tierras, de acuerdo a la ONU. De los 60 millones de refugiados en el mundo, los palestinos representan un 44 por ciento de la cifra. En la Franja de Gaza, viven 1,2 millones de refugiados palestinos, donde son víctimas de un bloqueo por tierra, mar y aire, por parte de Israel desde 2007, que ha dejado como consecuencia una grave crisis humanitaria. Los palestinos en Cisjordania son más de 750.000 y viven rodeados de muros, colonias y puestos militares israelíes. Sufren la continua apropiación de sus tierras, la demolición de sus hogares e infraestructuras, así como una restricción sistemática a su libertad de movimiento. Más de dos millones de refugiados palestinos viven en Jordania, donde cuentan con mayor seguridad que en otros países, gracias a las operaciones de la “Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio” (UNRWA, por su sigla en inglés). Otro medio millón vive en Siria. Aquí lograron derechos civiles, sociales y económicos desde su llegada en 1948, pero la guerra en este país, que inició en 2011, ha deteriorado su situación. Alrededor de 174.422 refugiados palestinos han huido a Líbano, según un censo realizado en 2017. En este país no tienen acceso a los servicios sociales púbicos.

Hoy, una vez más, el genocida estado de Israel sigue reprimiendo, repartiendo genocidio, y el Al Nakba continúa. Los pueblos del mundo deben solidarizarse con la causa palestina, porque también es una causa global contra la opresión imperialista.

Ilustración de portada: @diego.block

Israel, una vez más genocida

Israel, una vez más genocida

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La ciudad Santa de Jerusalén (Al-Quds) ha sido escenario de semanas de disturbios, en una nueva escalada de violencia en la cual fuerzas de seguridad israelíes deja centenares de heridos, y ataques sobre el pueblo palestino. Militantes palestinos se habían defendido y dispararon cohetes desde Gaza hacia Jerusalén. Hamas advirtió a Israel después de que cientos de palestinos resultaron heridos en enfrentamientos con la policía israelí en un lugar sagrado para los musulmanes en Jerusalén el lunes 10 de mayo. En respuesta, el sanguinario ejército israelí lanzó ataques aéreos contra la ya tan castigada Franja de Gaza.

Y el horror no se hizo esperar. Los funcionarios de salud palestinos en Gaza dijeron que 22 personas, incluidos nueve niños, habían muerto en los ataques. Por su parte, el ejército israelí dijo que al menos 15 miembros del grupo Hamas que gobierna Gaza estaban entre los muertos. La Media Luna Roja Palestina, un grupo humanitario, informó que más de 700 palestinos habían resultado heridos debido a los ataques de las fuerzas de seguridad israelíes en Jerusalén y en Cisjordania.

Pueblo palestino resistiendo en la zona de la Mezquita Al-Aqsa de Jerusalén.

Imágenes de represión sobre fieles musulmanes recorrieron las redes sociales, mientras los grandes medios casi ni informaban. Como era de esperarse, sólo se ponían del lado de batalla del sionismo. Las fuerzas israelíes provocaron heridas a al menos 178 palestinos en un asalto a la explanada de la Mezquita Al-Aqsa durante el rezo de la tarde en el último viernes del mes sagrado de Ramadán (mes de ayuno para los musulmanes), jornada en que se rememoraba el Día Mundial de Al-Quds. Desde las primeras horas de este lunes 10 de mayo, las tropas israelíes han vuelto a atacar a los fieles palestinos que se encontraban en la explanada de la Mezquita Al-Aqsa para mostrar su apoyo a los residentes de Sheij Yarrah, dejando heridos a cientos de ellos. Asimismo, Israel sigue con su  régimen de apartheid, ya que se niega a vacunar a los palestinos contra la COVID-19.

La mezquita Al Aqsa se sitúa en una explanada conocida para los musulmanes como Haram al Sharif, o el Noble Santuario, y por los judíos como el Monte del Templo. Para los musulmanes del mundo, la Ciudad Santa es motivo también de apoyo de solidaridad internacional para la causa palestina. En Jerusalén Oriental se asienta la “ciudad vieja”, donde se ubican algunos de los lugares religiosos más sagrados del mundo: la Cúpula de la Roca y la propia mezquita de Al Aqsa de los musulmanes, el Monte del Templo y el Muro de las Lamentaciones de la religión judía y el Santo Sepulcro de la religión cristiana.

El destino de Jerusalén Oriental está en el corazón del conflicto, y ambas partes reclaman su derecho sobre ella. Israel considera a toda la ciudad como su capital, aunque no es reconocida como tal por la mayor parte de la comunidad internacional, y los palestinos reclaman a Jerusalén Orientalcomo la futura capital de un futuro Estado independiente. Los sionistas, además, provocan al pueblo palestino con la llamada Marcha de la Bandera, que conmemora la captura de la parte oriental de Jerusalén por Israel en 1967, cuando, durante la Guerra de los Seis Días, se tomó el control efectivo de toda la ciudad. Cientos de jóvenes israelíes sionistas ondean banderas con la estrella del rey David y se abren paso a través de áreas musulmanas, cantando canciones patrióticas.

Fuerzas represivas del sionismo israelí preparadas para nuevos ataques contra el pueblo palestino.

El sanguinario primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, defendió la actuación represiva de sus esbirros policiales. “Esta es una batalla entre la tolerancia y la intolerancia, entre la violencia sin ley y el orden”, dijo. “Los elementos que quieren expropiar nuestros derechos nos obligan periódicamente a mantenernos firmes, como lo están haciendo los agentes de policía de Israel”. Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, condenó las acciones israelíes.

También condenaron estas acciones la República Islámica de Irán, la República Árabe Siria, el gobierno de Ansarolá del Yemen del Norte, el Hizbollah del Líbano, los movimientos shiíes de Irak, Bahréin, Nigeria, Egipto y Afganistán. Por el lado de América Latina, Cuba y Venezuela condenaron a Israel por las agresiones sobre los palestinos, mientras la ONU sólo pedía “llamar al diálogo”.

Gran parte de la última ola de violencia se debe a un esfuerzo legal de larga data por parte de grupos de colonos judíos para desalojar a varias familias palestinas de sus hogares en el cercano distrito de Sheij Yarrah, en Jerusalén Oriental. El fallo de un tribunal inferior este año que respaldaba el reclamo de los colonos desató la ira de los palestinos. El Tribunal Supremo de Israel debía celebrar una audiencia sobre el caso este lunes 10 de mayo pasado, pero la sesión se pospuso debido a los disturbios. Los negociadores del denominado “Cuarteto para Medio Oriente”, es decir, Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU, han expresado su profunda preocupación por la violencia, instando “a todas las partes a mostrar moderación”.

Con el pasar de las horas, los movimientos de resistencia nacional de Palestina respondieron a las agresiones de Israel. Las sirenas que advierten de la llegada de cohetes sonaron en Tel Aviv y en el centro de Israel la noche del martes 11 de mayo, mientras el movimiento HAMAS afirmó haber lanzado al menos 130 cohetes hacia territorio sionista. También se escucharon múltiples explosiones minutos después de que militantes de Gaza prometieran responder a un ataque aéreo israelí contra una torre residencial en el enclave palestino. Medios israelíes informaron que un edificio y un vehículo en el suburbio de Jolón, en el distrito de Tel Aviv, fueron alcanzados por proyectiles. También reportan que los ataques han dejado personas heridas y al menos 3 muertos.

La resistencia del pueblo palestino por su soberanía no se detiene.

Todo se puso muy espeso para el régimen sionista. Las autoridades israelíes también han anunciado la suspensión de vuelos en el Aeropuerto Internacional Ben Gurión de Tel Aviv. Múltiples cohetes lanzados desde la Franja de Gaza hacia la ciudad israelí de Ascalón fueron interceptados por el sistema de defensa de misiles Cúpula de Hierro, según anunciaron las Fuerzas de Defensa de Israel en su cuenta de Twitter. Los cohetes fueron interceptados con el sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro, una de las orgullosas y macabras obras militares que tiene el poderoso ejército sionista.

Pero la situación no sólo se complejiza en Gaza. Hay regiones de Palestina ocupadas por el sionismo donde los ciudadanos árabes israelíes se levantan contra la agresión de Tel Aviv. Se supo el martes 12 de mayo pasado de la desesperación del alcalde de la ciudad judío-árabe de Lod, situada en el centro de Israel, que ha alertado del riesgo de “guerra civil” en la urbe, y ha pedido al primer ministro, Benjamín Netanyahu, que declare allí el estado de emergencia y despliegue a los militares, argumentando que la situación desborda a la Policía. “Esta es la noche de los cristales rotos en Lod”, ha advertido el alcalde de la urbe, Yair Revivo, en referencia al pogromo nazi contra los judíos alemanes en 1938, recoge Times of Israel.

Justo antes de la medianoche de ese martes, Netanyahu anunció que los batallones fronterizos de “Judea y Samaria”, término israelí para Cisjordania, serán redistribuidos “inmediatamente” para “restaurar la ley y el orden en Lod y en todas las partes del país”. Otros alcaldes también temen que haya una pueblada de palestinos en toda la región. Y se habla de hasta una “intifada árabe israelí” en toda Palestina ocupada. Pese a lo poderoso del ejército sionista, Netanyahu se puso nervioso. Y más amenazante también. Ha advertido este martes 11 de mayo en un discurso a la nación que los movimientos de HAMASy de la Yihad Islámica Palestina “pagarán un alto precio por su beligerancia”, tras los ataques lanzados contra el centro y sur de Israel. “Estamos en el apogeo de una campaña muy grave”, aseveró Netanyahu en declaraciones televisadas junto a su sanguinario ministro de Defensa, Benny Gantz. El ejército sionista ha alcanzado hasta ahora cientos de objetivos en la Franja de Gaza y seguirá efectuando redadas en el enclave, aseguró el primer ministro israelí, que prometió golpear “con más fuerza” a estos grupos. Netanyahu también ha pedido a los israelíes que acaten todas las instrucciones de seguridad emitidas por las autoridades.

Mapa de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

La Yihad Islámica Palestina también se ha puesto firme. Las Brigadas de Al-Quds, rama militar del movimiento Yihad Islámica Palestina, han informado este miércoles 12 de mayo de nuevos ataques contra varias posiciones sionistas en el sur de los territorios ocupados palestinos, entre ellas Sderot, Tel Aviv, Ascalón y Beerseba, en respuesta a las recientes agresiones del régimen de Israel contra el pueblo oprimido de Palestina. “Cinco israelíes murieron por los ataques con cohetes y más de 200 resultaron heridos”, ha afirmado el portavoz del ejército israelí, Jonathan Conricus. Según el Canal 12 de la televisión israelí, en los últimos tres días, los grupos de resistencia palestina han disparado cerca de 1000 cohetes y misiles contra las ciudades israelíes en los territorios ocupados de Palestina. El martes 11 de mayo al menos 4 colonos murieron como resultado de un ataque con misiles de la resistencia palestina contra Ascalón.

Un tema relacionado con la situación palestina y Argentina es el comunicado de la cancillería del gobierno de Alberto Fernández. El gobierno argentino emitió un comunicado que cuestionó en primer lugar el “uso desproporcionado de la fuerza” que, a su juicio, desplegaron las fuerzas de defensa de Israel que enfrentan ataques desde la semana pasada y evitó expresar su condena al accionar de HAMAS. Esto generó el enojo de la embajada sionista de Israel en Buenos Aires el martes 11 de mayo. En su gira europea, Alberto Fernández no estuvo al margen de la situación. Luego de visitar Portugal y España, llegó a Francia y brindó allí declaraciones al respecto. “La posición de Argentina sobre el conflicto entre Israel y Palestina respeta la posición de Naciones Unidas”, dijo Alberto Fernández a Infobae antes de partir a un encuentro cerrado con representantes de empresa francesas que invierten en el país. “Nosotros leímos el comunicado de la ONU, y sobre su posición internacional escribimos la nuestra”, agregó.

Gobiernos derechistas de América Latina respaldaron a Israel, desde Brasil, Colombia, Ecuador, Uruguay, Chile, Honduras, Guatemala y Perú. México y Nicaragua mantuvieron un discurso cuasi neutral, pidiendo “moderación”. Cuba, Venezuela y San Vicente y las Granadinas repudiaron el accionar israelí sobre Gaza, culpando también al gobierno estadounidense de apoyar a Tel Aviv. Joseph Biden aún no se pronunció fuertemente, pero en el Pentágono ya declararon su apoyo a Israel. Pero dentro del imperio hubo manifestaciones. Cientos de personas se manifiestan frente al consulado de Israel en Nueva York para mostrar su apoyo al pueblo palestino ante la crueldad del régimen israelí. Una marcha multitudinaria a favor del pueblo palestino, así como pedir el fin de la violenta escalada de tensión iniciada entre israelíes y palestinos, comenzó el martes frente al consulado israelí en Nueva York, situado cerca de la sede central de la ONU, y después discurrió por la calle 42, una de las avenidas principales que atraviesan el distrito de Manhattan, de este a oeste. Los manifestantes portaban decenas de banderas de Palestina, así como el tradicional tocado palestino, la kufiya, símbolo de la identidad y la resistencia del pueblo palestino, mientras sujetaban carteles con mensajes que pedían a EE.UU. que se distancie del régimen de Israel. “Frenen toda la ayuda a Israel” o “Dejen de armar a Israel” fueron algunas de las insignias que podían leerse en las carteles durante la marcha, en la que además se exigió la liberación de Palestina con constantes gritos de “Free, free, Palestine” y “Palestine will be free”. Durante la protesta, se registró una intervención de la Policía de Nueva York para evitar enfrentamientos entre los manifestantes propalestinos y un grupo proisraelí que se acercó a la marcha con banderas del régimen de Tel Aviv, lo que desembocó en una tensa situación. La manifestación de Nueva York no fue la única concentración que se organizó en el territorio estadounidense, ya que otras similares en apoyo a Palestina se llevaron a cabo en diversas ciudades, entre ellas Washington D.C. (capital), Los Ángeles (California), y Mineápolis (Minnesota).

Muchas veces se presenta a este conflicto como algo milenario, de lucha entre dos grandes religiones monoteístas, el judaísmo y el Islam. Ambas son hijas del patriarca Abraham / Ibrahim, según las sagradas escrituras, y los profetas del judaísmo son reconocidos por el Islam. También se quiere presentar a Hamas y a diversos grupos de resistencia palestinos como “antisemitas”. Los palestinos son parte de la rama lingüística semítica, que está allí en Palestina desde hace 4000 años. De hecho, son herederos etnolinguísticos de los cananeos, de los amorreos, de los arameos y de los antiguos hebreos. El Islam llegó en el siglo VII y muchos pueblos semíticos de Palestina adoptaron la fe del profeta Muhammad. Otros grupos siguieron practicando la fe judaica y la fe cristiana, usando el lenguaje árabe en la vida cotidiana, pero conservando los antiguos lenguajes litúrgicos hebreos y arameos. La mayoría de los habitantes de Israel son descendientes de la inmigración europea central-oriental y también del Magreb, perteneciendo a entidades lingüísticas no del todo semíticas. En todo caso, hay un antisemitismo descarado por parte del régimen sionista de Israel sobre los palestinos. Pero más allá de las rivalidades religiosas y lingüísticas, los palestinos quieren sus tierras, quieren un Estado Nacional, quiere soberanía y que termine la represión del apartheid sionista que se vive desde 1948.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Palestina: Ad Portas de Crímenes Masivos

Palestina: Ad Portas de Crímenes Masivos

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POR PABLO JOFRÉ LEAL*

La región de Asia Occidental, el Levante Mediterráneo, allí donde se ubica el milenario territorio de Palestina, está a pocos días de estallar en un enfrentamiento absolutamente desigual en materia de comparación en poder militar, que enfrentará nuevamente al pueblo palestino contra las tropas de ocupación y colonos extranjeros sionistas.

Lo mencionado, se da en una lucha por la sobrevivencia, el derecho a la autodeterminación y la resistencia palestina, frente a 72 años de ocupación y colonización de su tierra. Una agresión donde el sionismo, hace oídos sordos a los llamados de gobiernos, organismos internacionales, líderes políticos, para detener su política de usurpación. Prepara sus tropas de ocupación, pues bien sabe que el pueblo palestino, sus hombres y mujeres no aceptaran una nueva anexión de su territorio, a esta entidad nacida en forma falsaria, que esgrime una historia ficticia y que pretende en esta construcción de mitos, hacer aparecer a la víctima como victimario y al agresor como agredido. Israel es agresor, victimario, racista, alejado de toda esa imagen de aparecer como aquel modelito democrático que pretende vender.

Israel ya no es la víctima de una ideología ya extinta, que le ha servido para usufructuar durante siete décadas de beneficios económicos, políticos y de una crisis de conciencia de países como Alemania, que ha entregado ya120 mil millones de dólares (al igual que Suiza) para reparar los crímenes del nacionalsocialismo, que según datos proporcionados por la investigación del analista Norman Finkelstein (cuyo padre y madre, de creencia judía, fueron prisioneros den campos de concentración del Tercer Reich) en su libro “La Industria del Holocausto” en un 80% destinó esos fondos de reparación, para fortalecer instituciones sionistas y no para las víctimas.

Los medios israelíes intensifican su campaña, minimizando falsamente los alcances de la decisión del régimen cívico-militar sionista de anexionar los territorios palestinos de Cisjordania, en específico los asentamientos que rodean Al Quds, tras la nunca respetada línea verde surgida tras la guerra del año 1967 y el territorio del Valle del Jordán. El objetivo está destinado a apaciguar las denuncias internacionales, que incluyen incluso a sectores que habitualmente habían guardado obsequioso silencio frente a los continuos atropellos a los derechos humanos del pueblo palestino y el proceso de ocupación y colonización llevado a cabo por el sionismo desde mayo del año 1948 a la fecha.

Incluyo en esos sectores mencionados, a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Michelle Bachelet quien declaró que “La anexión es ilegal. Punto final. La idea de la anexión es ilegal así se trate del 30 % o del 5 % de Cisjordania”. Bachelet solicitó a israel que escuche las voces que reclaman detener este plan violatorio de las leyes internacionales, incluso desde sus propios ex funcionarios y generales “así como a numerosas voces en el mundo de no seguir por esta vía peligrosa”

Medios televisivos como el canal 12 de la televisión israelí consignan, que el Ministro de Defensa Benny Gantz sólo llevará la anexión al punto de acuerdo establecido con su socio y primer ministro Benjamín Netanyahu, si se cuenta con el respaldo y coordinación internacional, en forma especial con el régimen egipcio y la Monarquía jordana. Si ello no es así, Gantz solicitará frenar esta etapa de anexión del 305 y limitarse sólo a concretar la con un par de asentamientos en Al Quds.

Por ello por lo que se le encargó al jefe del Mossad, Yossi Cohen, visitar a algunos países árabes para tratar de conocer cuál sería su reacción frente a la idea de concretar la anexión de una parte importante de Cisjordania. Hace unos días estuvo en Jordania, en su capital Amman donde se entrevistó con autoridades de esta monarquía árabe, a quienes entregó un mensaje de Netanyahu, signando que la anexión se limitaría a algunos asentamientos, posiblemente los enclaves sionistas en Maale Adumim, Gush Etzion; Neve Yaakov, Gilo, entre otros y  que rodean la palestina Al Quds (Jerusalén), Jordania, ha advertido que suspenderá los acuerdos establecidos en el tratado de paz del año 1994 “Si Israel anexiona partes de Cisjordania, conduciría a un gran conflicto con el Reino Hachemita de Jordania”.

En septiembre del año 2019, en la campaña a la primera magistratura de un acorralado Benjamín Netanyahu (acusado por fraude, abuso de confianza y corrupción) el líder ultraderechista consiguió apoyo a su objetivo declarado de anexar tanto el Valle del Jordán como los territorios palestinos ubicados al norte del Mar Muerto. Sólo mencionó esas dos zonas. Tras comprobar que su idea no despertó mucho ruido en el ámbito internacional, comenzó a hablar de anexar los asentamientos, principalmente aquellos que rodean Al Quds. Su ambición creció al mismo nivel que su patrimonio personal por hechos de corrupción.

En un artículo publicado por Tovah Lazaroff en Jerusalén Post, esta analista sostiene que “sólo tras la promesa de Trump y su yerno Jared Kushner de apoyar la intensificación del dominio sionista en Cisjordania, al amparo del llamado “Acuerdo del siglo” (N.A que en verdad debe ser denominada La imposición del siglo) Benjamín Netanyahu comenzó a hablar de usurpar el 30% de Cisjordania en lo que se conoce como la zona C, surgida de los acuerdos de Oslo, y que representa en esencia el 50% de ella. Medida que incluso ha generado cierto reparo en algunos sectores opositores a la coalición de gobierno y en medios como Haaretz, que ven con temor un alzamiento palestino, que cuente con la solidaridad de las sociedades del mundo, permitiendo iniciar una verdadera política de sanciones contra una entidad violatoria del derecho internacional.

Para los sectores extremistas de Israel, acérrimos defensores del control total de palestina la manera de luchar contra las opiniones críticas a este proceso usurpador pasa por seguir con su narrativa falsaria. Así lo expresa, por ejemplo, Alex Traitman director gerente y jefe de la oficina de Jerusalén del Jewish News Syndicate para quien “muchos de los críticos de hoy día específicamente denominan como “anexión” implica falsamente que Israel cruzará un punto de no retorno y se hará cargo de una propiedad a la que no posee derechos y que actualmente no controla. Sin embargo, lo que Israel está a punto de realizar es alterar su propia estructura de gobierno y aplicar formalmente la ley israelí a los 400.000 ciudadanos judíos que ya habitan en las tierras estratégicas que el propio estado judío ha controlado durante décadas” A confesión de parte relevo de pruebas se suele argumentar jurídicamente y no sólo son 650 mil judíos en tierras palestinas, sino que Traitman además reconoce que se trata de tierras estratégicas, bajo el concepto de tierras controladas, lo que implica dominio, ocupación, colonización.

El gobierno israelí ha continuado a marcha forzada el plan de anexión trazado, desoyendo todas las voces que alertan de una nueva intifada, un levantamiento legítimo y necesario del pueblo palestino frente a estas acciones definidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como violatorias del derecho internacional. Michael Lynk, Relator especial de la ONU para los derechos humanos en Palestina, hizo un llamado a la UE a utilizar su “peso económico, la experiencia y asistencia diplomática, su comercio e inversiones para impedir los planes israelíes. Esto, porque la anexión prevista para julio causará un notable empeoramiento de la situación con los DDHH en el territorio palestino ocupado y en la vida cotidiana de millones de palestinos. La comunidad internacional, y, en particular, la Unión Europea, deben tomar medidas conjuntas, para garantizar que se castigue una violación tan grave del derecho internacional”.

Según afirmaciones de Lynk, dada a medios de prensa “Las Naciones Unidas han declarado que los asentamientos israelíes son la fuente de profundas violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario contra la población palestina protegida en Cisjordania (…) Actualmente, Israel ha anexado de facto partes significativas de Cisjordania, y las consecuencias adversas para los derechos humanos son evidentes”. Lynk, un profundo conocedor de la ocupación y colonización sionista de Palestina ha detallado que el plan de anexión de Israel “significará la confiscación y enajenación de tierras, la violencia generada por los colonos israelíes, la implementación de leyes discriminatorias, apropiación de los recursos naturales y la demolición de viviendas. Todo ello causará la explotación laboral, los desalojos forzosos, el desplazamiento de la población palestina y, sobre todo, la negación del derecho a la autodeterminación”.

Resuena con fuerza, igualmente, la advertencia del coordinador especial de las Naciones Unidas para el proceso de paz en Oriente Medio, Nickolay Mladenov quien afirmó que “la anexión podría enfrentarse con ira, radicalización y violencia, enviando un mensaje peligroso con respecto a la inutilidad de las negociaciones en la búsqueda de la paz. Nunca el riesgo de escalada había estado acompañado de un horizonte político tan distante, una situación económica tan frágil y una región tan volátil”

Resulta evidente, que estas acciones israelíes traerán la lógica y esperable reacción de resistencia de la población palestina, lo que incrementa la alerta al conjunto de países de la región. La activación de las milicias, movimientos y organizaciones de lucha palestinas, tanto en gaza como en Cisjordania. Las ambiciones de la ocupación israelí sobre palestina no detendrán su paso, ni sus acciones en Cisjordania, sino que afectan al conjunto de la región, considerando la ocupación de los Altos del Golán Sirio, la tensión existente con El Líbano y el Movimiento de Resistencia Islámica de ese país (Hezbola) con las fuerzas al Hashad al Shabi de Irak y en general con el Eje de la Resistencia, que se sitúa ya en las fronteras de la Palestina histórica y con miles de misiles apuntando al corazón de los territorios de la Palestina histórica.

Estamos a pocas horas para constatar si el sionismo seguirá con su decisión de robar más territorio palestino. Usurpar lo que no le pertenece, continuar con su expansión del supremacista concepto de Erezt Israel, aunque su Hasbara, sus medios, su maquinaria propagandística trate de desvirtuar sus proyectos de expansión a costa de los derechos y la vida de millones de palestinos. Estamos a pocas horas para dimensionar si algo de cierto hay en las posturas de denuncia e indignación de la Liga árabe, de la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas ¿se atreverán a sancionar a un Israel que comete estos ilícitos enmarcados como crímenes de guerra y de lesa humanidad? ¿Será posible unir los esfuerzos internacionales para castigar al mayor criminal del siglo XXI como es el régimen nacionalsionista de Israel?

Israel con este proyecto de usurpación encenderá al chispazo para una explosión de proporciones, todo ello en un marco mundial afectado por la pandemia del Covid 19, las tensiones sociales en Estados Unidos, principal aliado de Israel, la crisis económica internacional y la decisión transversal del pueblo palestino de enfrentar unidos esta nueva amenaza. Aquellos que creemos en la justicia, en la autodeterminación de los pueblos, en el respeto del derecho internacional esperamos con ansias, que si esta agresión sionista llega a concretarse, exista una respuesta, en todos los frentes, de tal intensidad que obligue al régimen falsario israelí buscar a viva voz la intervención de la ONU, tal como sucedió en la guerra de los 33 días en el año 2006 contra Hezbola. Esto, teniendo en cuenta que el único idioma que entiende el sionismo es el de la fuerza. La esperanza es que una derrota del sionismo en el campo militar, su aislamiento internacional, una política de sanciones al amparo del capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, sea una realidad y podamos pensar en un siglo XXI con la eliminación del régimen y el juicio de aquellos que profesan esta ideología criminal y han cometido crímenes de lesa humanidad. Una idea y una necesidad, para bien de Palestina, Asia occidental y el mundo en general.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales 
de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica,
Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de
revista digital
www.politicaycultura.cl
Acuerdo Sykes-Picot: Las águilas se reparten el botín

Acuerdo Sykes-Picot: Las águilas se reparten el botín

TIEMPO DE LECTURA: 9 min.

Por Pablo Jofré Leal*

El mes de mayo, en general, cuando la referencia cronológica es el siglo XX, es un periodo infausto para Oriente Medio.

Efectivamente en este mes se han dado tres hechos, que han marcado a fuego el devenir de una región sujeta a los apetitos imperiales y hegemónicos de potencias occidentales. Uno, el denominado Acuerdo Sykes-Picot firmado el año 1916 entre Francia y Gran Bretaña. El segundo, refiere al nacimiento de la entidad sionista el 14 de mayo del año 1948, tras el fin del mandato británico en la zona, y que marcará el tercer hecho producto de esa creación artificial y que será un proceso trágico para el pueblo palestino: Al Nakba (catástrofe en árabe).

Este último hecho significaría la expulsión de sus tierras, en un número superior a las 800 mil personas, principalmente de la parte oeste y norte de Palestina oeste de Cisjordania por la acción militar de paramilitares, colonos y mercenarios sionistas, que comenzaron así la ocupación y colonización de tierras del pueblo palestino. Acción, que después de 72 años continúa con la misma intensidad y objetivos de exterminio que se trazaron en el plan de dominio de Palestina, conocido como el Plan Dalet [1].

El 16 de mayo de 2020, se conmemoran 104 años desde aquel fatídico Acuerdo y Negociación Secreta entre las Potencias imperiales de Francia e Inglaterra, destinadas a configurar el reparto de la región de Oriente Medio. Acuerdo denominado Sykes-Picot, por el nombre de los actores involucrados en su creación: el Británico Mark Sykes y el Francés Charles George Picot. Un convenio que en resumen significó reparto de tierras ajenas de esas potencias europeas, que representa una acción de despojo que tiene su comienzo formal – pero en el ámbito absolutamente secreto – el día 16 de mayo del año 1916.

En esa fecha y como resultado de meses de encuentros, conversaciones, tratativas y decisiones de reparto territorial, el parlamentario inglés, Mark Sykes y el ex diplomático francés, que ejercía labores de Cónsul General Francés en Beirut, Charles George Picot, dieron curso, mediante la firma de un documento, a la definición de lo que se conocería como esferas de influencia en Oriente Medio entre el imperio británico, Francia, incluyendo a la Rusia zarista. Esto se concretaría, una vez que la Triple Alianza (los llamados imperios centrales) fuera derrotada y el agonizante Imperio otomano (el hombre enfermo de Europa) terminara entregando sus territorios a estas ambiciosas potencias hegemónicas.

Cuando se establecen acuerdos a espaldas de millones de seres humanos y esos intereses políticos, económicos, geoestratégicos son capaces de someter y despojar de sus derechos, tierras y hasta el futuro a ese mundo de Oriente Medio, más temprano que tarde se descubre ese actuar miserable. Así sucedió, pues,a pesar del secreto, el mantener oculto aquel acuerdo de partición y saqueo el 23 de noviembre del año 1917 los diarios rusos Izvestia y Pravda y tres días después el diario británico The Manchester Guardian dieron a conocer los detalles del plan de prorrateo de Francia y Gran Bretaña, fundamentalmente, respecto a los países que ansiaban controlar. Interesante la denuncia de los diarios rusos ligados a la naciente y victoriosa revolución Bolchevique, que conocedores del plan franco-británico lo denunciaron urbi et orbe. El gobierno soviético llegó aún más lejos,pues Vladimir Lenin, líder de la triunfante revolución declaró nulo el acuerdo firmado por Sykes y Picot en lo correspondiente a las cesiones territoriales, que se le habían prometido a los gobernantes de la derrotada Rusia Zarista.

A la Francia imperial, representada por George Picot se le entregaría las áreas conocidas hoy como Siria, El Líbano, la parte sur de Anatolia, Mosul ubicada en el norte de Irak. En el caso de Gran Bretaña este imperio recibiría el dominio sobre la mayor parte de Mesopotamia, incluyendo Basora y Bagdad… además, se separaron dos grandes territorios delimitados como bloques individuales. Uno, otorgado a Francia y con el nombre “A” que comprendía todo el interior de Siria y la zona central de Irak. El otro, con la letra “B” reservado a la corona inglesa que se extendía por la Transjordania y el norte de Arabia y Palestina. En este último territorio, a partir de la decisión de la Sociedad de las Naciones tendría el mandato sobre Palestina hasta el 14 de mayo del año 1948, en que finaliza el control de Gran Bretaña y se da paso a la instauración de la entidad sionista y con ello el comienzo de la Al Nakba que el día 14 de mayo conmemoró 72 años de ocupación y colonización, que se explica por la correspondencia entre los intereses europeos y el sionismo.

Este Acuerdo Sykes-Picot, une sus pretensiones a lo que será la Declaración Balfour [2] que surge en febrero del año 1917, que fortalecerá, en forma gigantesca, el plan sionista de colonizar Palestina y avanzar en la idea de crear un “hogar nacional judío” que será realidad a costa de los derechos de millones de palestinos, población nativa de este territorio. Sykes-Picot y Balfour representan antecedentes ominosos y que expresan la injerencia europea en la determinación de dar manga ancha al sionismo, que servirá de punta de lanza y defensor de los intereses occidentales en Oriente Medio.

Sykes-Picot fue responsable, además, según lo expresa el filósofo chileno Rodrigo Karmy de lo que denomina “la matriz estatal-nacional del imperialismo previo a la Segunda Guerra Mundial: inauguró el Estado árabe, pero siempre bajo la tutela imperial de sus potencias”. Para Karmy “los Acuerdos de Sykes-Picot “configuraron la cartografía actual del mundo árabe y su actual desplante geopolítico… que se gestan en plena descomposición del imperio Turco-Otomano y en la progresiva penetración regional del imperialismo franco-británico…como se ha visto por varios arabistas, Sykes-Picot consolidó un Estado Árabe edificado desde arriba, que el sociólogo egipcio Nazih Ayubi calificará de hipertrófica, en la medida que careció siempre de legitimidad popular.

Cuando se cumplió un siglo del acuerdo Sykes-Picot participe de varios encuentros donde discutimos sobre este reparto, de la misma manera cuando se cumplieron los 100 años de la declaración Balfour y sobre  el acuerdo franco-británico sostuve “Resulta imposible entender el actual estado de cosas en Oriente Medio, las fuerzas que están en juego, los intereses en pugna  – digitados por dos potencias aliadas en la época: Francia e Inglaterra – sin tener presente el mapa dibujado en los Acuerdos Sykes-Picot. Esto, con apoyo de la diplomacia de la Rusia Zarista, para establecerse en esta vastísima y milenaria región, cuando el “viejo enfermo de Europa” como se le denominaba al agonizante Imperio Otomano se derrumbará. Como así sucedió, en el trasiego de la Primera Guerra Mundial. Un Imperio otomano constituido como una entidad política no sólo multiétnica, sino que también multicultural, que había arraigado su dominio en tres continentes y dominado Oriente Medio por casi 6 siglos y que sería sucedido por el dominio anglo-francés, posteriormente por el estadounidense y hoy, en el siglo XXI por la presencia de una multiplicidad de actores.

Por su parte, en aquellos día hice referencia, igualmente al historiador Neil Faulkner quien sostiene que “mientras el viejo orden se desmoronaba y las sociedades que lo formaban se hacían pedazos, la región – Oriente Medio – vino a constituirse en lo que los estadistas del imperio suelen llamar un “vacío”, como si su gente se hubiera precipitado en un agujero negro y se propusieron imponer un nuevo orden, controlado por ellos mismos, sirviendo sus intereses, impuesto a base de fuerza, palos, metralletas y gases venenosos. Los poderes imperiales crearon un Oriente Medio, plagado de Estados frágiles, rencillas, pequeñas rivalidades y odios, que han generado guerras consigo mismo durante todo un siglo. Impusieron lo que David Fromkin ha llamado, una “paz para acabar con toda la paz”.

Faulkner nos señala, igualmente que “El Oriente Medio de hoy se concibió en los cónclaves secretos e hipócritas de los estadistas imperiales de hace un siglo: el orden geopolítico impuesto en la región entre los años 1916 y 1921 se mantiene, substancialmente intacto 100 años después. En consecuencia, la región ha estado, y sigue estando, desgarrada por el sectarismo, la violencia, el conflicto inextricable y un sufrimiento humano sin parangón”. Efectivamente, esos cónclaves, no sólo rediseñaron la región sino que también tuvieron, en esencia, un componente de traición de lo que Henry McMahon había prometido a los árabes, si estos se alzaban contra los turcos y negociado con el jerife de La Meca, Hussein Ibn Ali.

Terminada la guerra, la nueva correlación de fuerzas amplió las ambiciones, principalmente del águila imperial británica. Una Gran Bretaña, que exigió controlar Palestina -. Y de esa forma implementar la Declaración Balfour, prometida a la Federación Sionista, que tenía enorme poder en la City inglesa – La importancia de controlar el petróleo, los yacimientos encontrados en Mosul y la propia retirada de Rusia Zarista de la guerra y el surgimiento de la Revolución Bolchevique, convenció a Londres que era necesario modificar el Acuerdo Sykes-Picot. Pero, no para desmantelar la repartición de territorios, sino para reacomodarlos, contando con la complicidad de la Sociedad de Las Naciones, que estableció cinco mandatos, que dibujaron las áreas de influencia de ambas potencias: Dos mandatos para Francia, la otra águila deseosa de ingerir más territorios: Siria y El Líbano y tres mandatos para Gran Bretaña: Palestina, Transjordania y lo que sería posteriormente Irak: con Mosul, Bagdad y Basora. Los imperios siempre tienen apetitos que van más allá de acuerdos y que termina, tarde o temprano, enfrentándolos.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad 
Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb.
Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital
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Referencias:

  1. El Plan Dalet: Este plan fue una cuidadosa elaboración de los dirigentes sionistas tras la resolución Nº 181 de noviembre del año 1947 que recomendó la partición de palestina en un estado judío y uno palestino, que de inmediato generó los apetitos del sionismo, para llevar adelante un plan de exterminio que les permitiera, no sólo quedarse con el 56% de la tierra ajena ofrecida “graciosamente” por la ONU, sino que extender ese dominio a toda palestina. Un Plan Dalet, que paso a paso empezó a llevar adelante las acciones tendientes a lograr la limpieza étnica de Palestina logrando así la expulsión sistemática de los palestinos de su país. Para ello, no dudarían en utilizar todos los medios posibles: terrorismo, amenazas, asesinatos, saqueos en viviendas, destrucción de edificios públicos y aldeas, incendio de bienes tanto de palestinos como de ingleses, bombardeos, terror a toda escala. Todo fue válido,para aquellos que hoy denuncian el terrorismo pero lo practicaron con sus cuerpos paramilitares como la Haganah, Irgún, Lehi (Banda Stern) sin contemplación alguna. Todo era válido para lograr el objetivo principal: la creación de un Estado exclusivamente judío avalado por potencias occidentales con crisis de conciencia y el apoyo, tanto de Gran Bretaña como de Estados Unidos. Las órdenes de Ben Gurion eran claras: “El principal objetivo de la operación es la destrucción de aldeas árabes… y la expulsión de los aldeanos”
  1. Declaración Balfour: Declaración de intenciones que refiere, en específico, a una misiva enviada por el Secretario de Relaciones Exteriores británico Arthur James Balfour al Barón Lionel Walter Rothschild, líder de la comunidad judía de Gran Bretaña e Irlanda, el día 2 de noviembre del año 1917, para que el contenido de ella fuera conocida y discutida en el seno de la Federación Sionista. Una manifestación de intenciones, que fundamentó, en forma falsaria, una colonización que sería llevada a cabo por parte de colonos judíos europeos, alentados por la dirigencia sionista. “Estimado Lord Rothschild. Tengo el placer de dirigirle, en nombre del Gobierno de Su Majestad, la siguiente declaración de simpatía hacia las aspiraciones de los judíos sionistas, que ha sido sometida al Gabinete y aprobada por él. El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, quedando bien entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina ni los derechos y el estatuto político de que gocen los judíos en cualquier otro país.  Le quedaré agradecido si pudiera poner esta declaración en conocimiento de la Federación Sionista. Sinceramente suyo, Arthur James Balfour”. 
Al Nakba es recuerdo permanente

Al Nakba es recuerdo permanente

TIEMPO DE LECTURA: 10 min.

Por Pablo Jofré Leal*

El tiempo, definido por la ciencia como aquella magnitud física donde suceden hechos y eventos resulta ser implacable, nada lo detiene. No hay manera de impedir su avance pero,el recordar, impide que hechos que marcan nuestra vida se pierdan en el olvido.

El tiempo es un flujo constante de sucesos y entre ellos, este mes de mayo nos permite evocar hechos, acontecimientos con enormes consecuencias en el ámbito de la vida de diversos pueblos en Oriente Medio, en especial del pueblo palestino. Un suceso, que con el paso del tiempo no deja de encender nuestros corazones, de alentar nuestra indignación y estimular el diario recuerdo, como la etimología de esta palabra lo refiere recordis: del latín, volver a pasar por el corazón. Ese suceso es Al Nakba, la catástrofe en árabe, el crimen sin resolución desde que se diera curso a la creación de la entidad sionista, el día 14 de mayo del año 1948 y con ello el comienzo de un genocidio que no ha terminado.

Al Nakba es de esos acontecimientos, que nos trae al presente recuerdos trágicos, incluso algunos que se perpetraron un mes antes que el sionismo concretara su mito fundacional, como fue la matanza de Deir Yassim[1]. Una Nakba con emociones contenidas y otras que se desbordan al dar cuenta de la serie de hechos, que implicaron la expulsión de cientos de miles de palestinos de sus hogares, donde hoy se erige la entidad sionista bajo el nombre de Israel. Ciudades y pueblos ocupadas por colonos extranjeros, que se levantaron sobre los despojos de las aldeas y pueblos palestinos arrasados por la furia homicida de paramilitares sionistas, alzados sobre la sangre y los huesos de miles de palestinos asesinados en sus tierras hoy usurpadas en un proceso de expansión sobre territorio palestino.

Por ello, cuando suelo hablar de Al Nakba, señalo con pleno convencimiento, que esta catástrofe es memoria y es presente sobre los objetivos que tiene y debe tener toda reivindicación palestina sobre su tierra: el retorno y la autodeterminación. Tareas indudablemente complejas a la luz de la actual dinámica de la política cívico y militar de Israel, con un gobierno de coalición que une corruptos y criminales de guerra y que está decidida a violar a todo lo que huele a derecho internacional, contando para ello con el apoyo irrestricto de Washington.

Una complicidad evidente la de Washington, sin pudor alguno, ya sea trasladando la embajada estadounidense de Tel Aviv a Al Quds, apoyando a Israel en su desconocimiento de las resoluciones condenatorias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de instituciones como la UNESCO, no reconocer jurisdicción de la Corte Penal Internacional (CPI) en los crímenes cometidos por el sionismo y en los últimos días, alentar la anexión de los asentamientos con colonos sionistas en Cisjordania, el Valle del Jordán y las tierras al norte del Mar Muerto, en beneficio de los apetitos expansionistas del mito del Erezt Israel[2].

Traer a colación Al Nakba es dificultar que la memoria quede  oculta, impedir que sea una expresión de justicia. Recuerdo, en una disputa con un sionista, que solía alegar su parte árabe como escudo frente a las críticas, el señalarle la importancia de la memoria como arma a quienes basan sus argumentos en construcción de mitos utilizando para ello, no sólo la religión, sino aparentes promesas y definiciones de pueblo elegido. Mitos construidos, incluso con la usurpación de su arqueología, el vestuario, comida, música, cambiar la denominación de pueblos y aldeas, que es la manera que tiene el sionismo de tratar de borrar la identidad de un pueblo, apropiándose de su historia. Pero, está la memoria y esa no se hace desaparecer así como así con los palestinos, ni con nadie que ame su historia y la defienda como lo hace Palestina y su pueblo.

El poeta nacional palestino Mahmud Darwish nos refiere, que el combate del pueblo palestino por su libertad, su lucha contra el opresor tiene un componente esencial: el campo de la memoria. En el sentido que uno de los actores, el sionismo, que pretende borrar, invisibilizar la memoria de un pueblo milenario, su historia, su lengua, mediante un proceso de sionización. “Pero, el pueblo palestino, a pesar de 72 años de una política de exterminio puesta en práctica desde el momento mismo que nace la entidad sionista y comience Al Nakba, lucha día a día para que esa memoria permanezca, porque esté presente aún en las condiciones más adversas. Una Palestina indomable, que haciendo uso de todas las formas de lucha resiste, para gloria de sus hijos e hijas y para la admiración de todos aquellos que creemos que más temprano que tarde Palestina será capaz de alcanzar su plena libertad”

Mayo Infausto

El 14 de mayo es una fecha dolorosa para el pueblo palestino. Un número desgraciado, pues la cobardía de las potencias occidentales permitió, no sólo concretar el fin del Mandato británico sobre Palestina sin generar la autodeterminación de su pueblo, sino que dio vía libre para la conformación de una entidad que daría impulso a décadas de crímenes, usurpación, expolio y saqueo de un pueblo y su tierra. Efectivamente, el día 14 de mayo del año 1948 nace, no sólo un régimen totalitario, sino también un patógeno que ha causado un daño enorme a la región donde decidió instalarse. Lo denomino Sion 48, versión israelí del SARSCOV post segunda guerra mundial.

Una entidad, que gracias a la crisis de conciencia de las potencias occidentales, principalmente, le ha hecho pagar al pueblo palestino los delitos, crímenes y exterminio causados por una extinta Alemania nacionalsocialista. Una Alemania, que hasta el día de hoy asigna fondos para expiar sus culpas por haber asesinado a connacionales de creencia judía, como también a polacos, franceses, holandeses, checos y otros innumerables países, donde también se practicó una operación destinada a exterminar a otros seres humanos por su creencia, etnia o raza. Claro está, que los gobiernos germanos y sus conciencias no alcanzaron para dar cuenta de los 23 millones de soviéticos muertos en esa guerra, gitanos, personas con deficiencia mental, homosexuales, políticos opositores, prisioneros de guerra. Para ellos no hubo y no hay fondos de reparación e incluso negacionismo respeto al valor y esfuerzo del pueblo soviético en el triunfo sobre el Tercer Reich.

Hubo indemnización para algunos y olvido para otros,aquellos quienes no recibieron el maná surgido de una verdadera industria, que dotó de ingentes recursos financieros al naciente régimen sionista, tal como lo señala el intelectual estadounidense Norman Finkelstein (cuyos padres estuvieron en campos de concentración en Majdanek y Auschwitz) en su libro titulado “La Industria del Holocausto” ¿El premio mayor? Permiso para constituirse como entidad y declarar unan supuesta independencia, cuya primera manifestación será la ocupación de tierras palestinas a manos de sus grupos paramilitares: Haganah, Irgún, Lehi, dotados con moderno armamento proporcionado por los mismos que finalizaron su mandato y que permitió ocupar vastas tierras ajenas y dar comienzo a Al Nakba.

Y hablo de supuesta independencia con la certeza que no se puede usar ese concepto, tal como lo he sostenido en oportunidades anteriores y lo reafirmo: “Israel no puede hablar de independencia ya que es una denominación fantasiosa pues, ¿de quién se independizó este Israel surgido del atropello del pueblo palestino? ¿Cómo atreverse a signar un proceso de despojo como algo asimilable a la declaración de independencia? ¿Qué emancipación puede glorificar una sociedad que se forma al amparo del crimen, el robo, en el marco del desarraigo, la expulsión y la usurpación del territorio palestino y amparado en esa acción criminal bajo el mito de una de un supuesto derecho divino?

No se puede hablar de independencia cuando entendemos que este concepto atañe a la formación o restauración de un país después de la separación de otro del cual formaba parte. Israel no ha restaurado nada, no se ha separado de nada del cual pudiésemos decir que logró su autodeterminación y menos aún formaba parte de otro Estado que pudiese remitir a la idea de independencia. Es, por tanto, una creación ficticia”. Una formación nacida al amparo de decisiones que violaron los derechos de millones de seres humanos, forzados a abandonar sus aldeas, pueblos y ciudades. Marcharse forzadamente de sus hogares, dejar atrás sus cultivos, sus plantaciones de olivos, su ganado, en un proceso de expulsión que no termina.

Una Nakba, que día a día expresa nuevas acciones del régimen terrorista que impide el retorno de millones de palestino a su tierra: la demolición de viviendas de familias palestinas en Cisjordania (cuya perversidad se expresa en esperar que se construya el hogar, que se habite, para después no dejar piedra sobre piedra), destrucción de cultivos en los bombardeos crónicos contra la Franja de Gaza y su bloqueo brutal desde el año 2006 a la fecha. En la construcción de asentamientos para instalar allí, en tierras palestinas, a decenas de miles de extranjeros sionistas. Al Nakba es un hecho presente 72 años después y con la misma violencia de antaño. El sionismo sigue siendo ese virus ponzoñoso y criminal que expulsó a 800 mil palestinos de sus tierras, de esa palestina histórica que por donde transites, así aterrices en Tel Aviv o ingreses por la frontera con Jordania, logras escuchar a los cuatro vientos “me llamo Palestina hoy usurpada”

Resulta evidente que 72 años desde Al Nakba, sólo la lucha del propio pueblo palestino, de sus movimientos, organizaciones, sus hombres y mujeres, junto a la solidaridad activa de las sociedades de este mundo, podrán impedir el plan sionista de anexar Cisjordania y frenar el bloqueo de la Franja de Gaza. Palestina es capaz de impedir el plan a través de su propia lucha, que debe tener todas las formas imaginables, que debe intensificarse contra esta “imposición del siglo” disfrazada de acuerdo e impulsado por este binomio conformado por Washington e Israel.

El robo, las sanciones impulsada por esta alianza y el chantaje permanente socavan permanentemente la confianza en instituciones internacionales, timoratas y sometidas a la presión financiera y política, incapaces de aplicar las leyes internacionales que castiguen al sionismo por sus crímenes. Una institución como la ONU, incompetente de aplicar la Carta de las Naciones Unidas en su Capítulo VII donde ha quedado demostrado, desde el mismo año 1948 a la fecha, que Israel amenaza la paz, la quebranta, no cumple medio centenar de resoluciones que exigen su retiro de los territorios ocupados, que demuela el muro de la vergüenza, que deje de construir asentamientos. Israel es un virus en el seno de Oriente Medio y ejerce su influencia negativa sobre otras regiones del mundo. Una entidad frente a la cual hay que exigir su aislamiento y hacerla desaparecer por el peligro que representa como ideología, como política contra sus vecinos. Israel es el Sion 48 que requiere el concurso internacional para luchar contra él. Todo lo demás es hipocresía y doble rasero

Siete décadas después de Al Nakba, la reivindicación del retorno está intacta. Y en ello el valor dado a la memoria es fundamental. Día a día, en cada Dabke que se ejecuta, en cada comida que se comparte y se le denomina con su nombre en árabe, tanto en el territorio palestino como en el transtierro. Cada bandera que se iza en cualquier lugar del mundo en honor y solidaridad con Palestina nos recuerda que no es hora de flaquear. Nos impone la obligación de denunciar al sionismo y sus cómplices, no temer, no dejarnos amedrentar.

Los Hombres y mujeres que habitan cada rincón de la Franja de Gaza y Cisjordania, como también aquellos que viven la ocupación, la segregación y el apartheid en la Palestina histórica, sabrán luchar por sus derechos y que cuenten con nuestro apoyo, de los que no estamos bajo la bota inmunda del sionismo, aquellos que estamos fuera de Palestina. Nuestro deber es impulsar y apoyar este combate que no terminará hasta el fin de una ideología malsana, como también llevar adelante la campaña del Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) y todas aquellas formas de lucha que permitan derrotar al sionismo. Al Nakba ha sido una catástrofe, sin duda y hoy el combate contra el Virus Sion 48 exige fortaleza y esa se encuentra en abundancia en el pueblo palestino.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

Referencias:

  1. Deir Yassim: Pueblo palestino ubicado en las inmediaciones de Al Quds donde se asesinó a 260 civiles palestinos entre los días 9 de abril al 11 de abril del año 1948. Deir Yassim, una localidad de aproximadamente 600 habitantes fue cercada por milicianos de los grupos terroristas sionistas israelíes Irgún y del Lehi (Banda Stern) y con menor número de efectivos participó también una unidad de la Haganáh llamada Palmaj. La documentación existente ha comprobado que los terroristas,previo a asesinar a sus víctimas, acompañaron su acción con mutilaciones, violaciones obligándolos incluso a desfilar por los barrios judíos antes de ser ejecutados.
  1. Erezt Israel. Término que da cuenta de la denominación de la “Tierra de Israel” que al recoger el trabajo de intelectuales como el historiador israelí Shlomo Sand, nos permite afirmar, en base a lo sostenido en su libro“When and how was the land of Israel invented” que el sionismo robó el término religioso Eretz Israel (tierra de Israel) y lo convirtió en un término geopolítico. La tierra de Israel no es la tierra de los judíos. Se convierte en patria de origen a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, sólo a partir del surgimiento del movimiento sionista”. Nuevamente la afirmación del crear mitos, de mentir en forma descarada de establecer ideas fundacionales a partir del despojo. 
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