Irrenunciablemente optimistas

Irrenunciablemente optimistas

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

En la Asamblea General de Naciones Unidas realizada allá por 2006, el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías decía “creo que hay razones para que seamos optimistas, irrenunciablemente optimistas… Porque más allá de las amenazas, de las bombas, de las guerras, de las agresiones, de la guerra preventiva, de la destrucción de pueblos enteros, uno puede apreciar que se está levantando una nueva era[1]”.

También en ese momento, el Comandante Eterno, señalaba que los imperialistas iban a vivir como una pesadilla las décadas que vendrían. Y no se equivocaba.

Nuestra América

Las recientes victorias populares en Bolivia y Chile, no sólo dan aires frescos a las siempre hostigadas Venezuela, Cuba y Nicaragua; también comienzan a esbozar las posibilidades concretas para de una rearticulación de los países progresistas en la región.

A estas victorias habrá que añadirle los procesos en disputa con final incierto que aparecen en el horizonte: las elecciones en Ecuador a principios del 2021, las elecciones en Perú pocos meses después, y las previstas en 2022 en Brasil, Colombia y Paraguay. El mapa que estuvo inclinado a la derecha en el último lustro, puede virar y retomar nuevamente lo que se conoció como Diplomacia de los Pueblos.

Lo decíamos en oportunidades anteriores, la derecha pro imperio, pro neoliberalismo, no tiene un proyecto alternativo. Lo que proponen es viejo, caduco, senil. El hartazgo de los pueblos se vio reflejado a finales del año pasado, no sólo con las elecciones en Argentina, fundamentalmente en los procesos de luchas populares en Chile, Colombia, Brasil, Perú y varios países de Centro América.

Lo que suceda en las elecciones de este 3 de noviembre en los EEUU, significará que ese reacomodo progresista sea más o menos complejo, pero en ninguno de ambos casos el ocupante del Despacho Oval de la Casa Blanca dormirá tranquilo. Por más dinero que inyecten en ONG’s, por más que intenten comprar voluntades de jueces, fiscales, periodistas, funcionarios o incluso presidentes, la voluntad de los pueblos se impondrá.

Al imperio norteamericano se le descalabraron las estructuras y por más que aún conserve muchas de las herramientas de presión sobre nuestros gobiernos, eso no modifica la conciencia histórica y los procesos de lucha que han venido madurando lentamente pero a paso firme.

Eurasia en el ojo de la tormenta

A esa voluntad irreverente, rebelde y osada de los pueblos de Nuestra América; a la debilidad global -cada vez más acentuada- del imperio del norte, se suman las frustradas estrategias para descarrilas a sus rivales y al gran bloque euroasiático que representan Rusia y China.

La gira de Mike Pompeo por Asia tuvo como protagonistas a Indonesia, Sri Lanka y Maldivia, pero en ninguno de los casos parece haber una respuesta favorable a EEUU. Retno Marsudi, ministra de Relaciones Exteriores de Indonesia, aseguró que su país quiere “un mar de China Meridional estable y pacífico en el que se respete el derecho internacional“, en tanto que el presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, afirmó a Pompeo que no estaba dispuesto a poner en peligro la independencia su país, al tiempo que negó que éste pudiera caer en la trampa de la deuda china.

Según el experto en Asia y Oceanía, Dmitri Mosiakov, EEUU pretende forjar una alianza indopacífica para acorralar a China. Según afirma el analista la intención de Pompeo es construir un bloque antichino con eje en Japón, Australia, India y EEUU. Estrategia donde Singapur, Vietnam, Indonesia y Tailandia son piezas claves para construir esta imagen negativa alrededor del gigante asiático.

Producto de las constantes agresiones de EEUU a su país y pese a todos los esfuerzos por bajar las tensiones, el mandarín Xi parece haberse cansado. Hace algunas semanas, en una visita al cuerpo de marines en Chaozhou (Guangdong), el mandatario conminó a “mantener un estado de alta alerta y de colocar sus mentes y energía a prepararse para la guerra“.

Lo decíamos en anteriores oportunidades, EEUU está jugando con fuego -¡Literalmente!- al pretender arrinconar en simultáneo a Rusia y a China. Flor de susto se llevaron los piratas británicos ante la avanzada de submarinos rusos en el atlántico. Las presiones desde la OTAN a Rusia parecen haberse convertido en un revés y el voluptuoso poderío militar ruso hará pensar dos veces a los países europeos antes de embarcarse en una conflagración contra el oso euroasiático.

Según el analista mexicano Alfredo Jalife Rhame, mientras en EEUU, Demócratas y Republicanos se pelean por llegar al Despacho Oval, Putin aplica la Doctrina Estrada, sin mencionarla, debido a la participación de Rusia en el equilibrio estratégico global, intentando relacionarse civilizada y diplomáticamente con los norteamericanos.

Jalife sostiene que en declaraciones a Rossiya TV, el presidente ruso sostuvo que “Trabajaremos con cualquier futuro presidente de EU, a quien el pueblo estadunidense otorgue su voto de confianza”. Al mismo tiempo agregó que “Lo que sucede en EU es el resultado de sus procesos políticos internos y sus problemas”.

Medio Oriente también mira con expectativas

Las monarquías del Golfo, sobre todo Arabia Saudí, saben que gane quien gane, seguirán siendo compradores de su petróleo y un mercado para seguir comprando armamento para la guerra contra los Huties yemeníes.

El ente sionista seguirá apostando por un triunfo del magnate de peluquín, dado el apoyo que Trump ha hecho hacia el régimen de Tel Aviv y sus incansables intervenciones no sólo contra los palestinos, sino contra sirios y otros vecinos.

Por su parte Irán apuesta a una victoria Demócrata, aspirando a que el ganador que llegue a la  Casa Blanca, retome la política de diálogo y negociación que había encaminado el ex presidente Barack Obama.

De todas maneras, este escenario se da en un contexto de derrota militar y simbólica en muchos de los países donde intervino. El especialista militar The Saker analiza las derrotas en Afganistán, Irak, Siria y Yemen, al tiempo que señala que Irán lentamente está expulsando de esos territorios al imperio norteamericano.

La decadencia militar es un fiel reflejo de que ese imperio que durante los 90 parecía indestructible, ya no es tal. No sólo Rusia y China se le plantaron, países de menor envergadura han demostrado que se podía derrotar en ese campo a los norteamericanos.

La manzana podrida son ellos

La descomposición del sistema norteamericano llega a grados inesperados hace menos de una década atrás. La posibilidad de escenarios violentos hacia lo interno de EEUU estaban ocultos por la corporación mediática (naturalizados), pero ese pueblo también comienza a decir basta.

Todo lo anterior reafirma el debilitamiento de la potencia del norte. Esto no es ni más ni menos que eso, un debilitamiento. Algo que vuelve aún más peligroso tanto a un Trump como a un Biden, por más que el segundo pueda intentar retomar la tradicional diplomacia demócrata.

El escenario es una buena posibilidad para que nuestro continente vuelva a tomar las riendas de su destino y que avance una segunda oleada progresista que fortalezca la construcción materializada inicialmente por Chávez, Fidel, Kirchner, Correa, Lula, Evo y tantes otres.

Las palabras del Comandante Chávez en la ONU allá por 2006 vuelven a tomar relevancia sustancial si se mira el mapa, los acontecimientos políticos y las dificultades que enfrentan los gobiernos cipayos del continente para hacer frente a las luchas populares. Podrá ser tortuoso, complejo o doloroso, pero todo indica que -como Chávez- debemos ser irrenunciablemente optimistas.


[1] https://www.youtube.com/watch?v=OuYG4xiiKE0&ab_channel=Sucreranda-LaguerraporVenezuela

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Neoliberalismo: fábrica de millones de Daniel Blake

Neoliberalismo: fábrica de millones de Daniel Blake

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Nicolás Sampedro*


El reconocido director británico Ken Loach, personificaba en la figura de Daniel Blake (protagonista del film) a une de les millones de adultes mayores que día a día mueren producto de las políticas neoliberales de recorte sistemático a la salud pública implementadas, en este caso, en el Reino Unido.

La historia de Daniel Blake sirve como metáfora para graficar el deterioro del sistema sanitario público inglés, después de años de desinversión y fomento a la privatización del mismo. El caso es que este ejemplo -lamentablemente- podría aplicarse a gran parte de los países del mundo.

La desgracia no es únicamente que los sistemas sanitarios públicos estén como están. Cuando une se pone a analizar con mayor exhaustividad la situación, se puede observar que el deterioro es en muchos planos simultáneamente: educación, salud, bienestar, vivienda, trabajo, alimentación, desigualdad. Este sistema es una fábrica de desigualdades y de muerte.[1]

Para su reproducción, el sistema necesita de sus herramientas mediáticas y la construcción de un miedo generalizado, algo que muy claramente señaló el defensor latinoamericano de los derechos de la Madre Tierra y derechos humanos, Ollantay Itzamná, quien sostiene que “muy a pesar de que en los países como Guatemala, Perú, Colombia…, decenas de miles de niños y adultos mueren cada año por desnutrición, dengue, sarampión; y que, en cuatro meses, a nivel mundial, apenas menos del 3% de los infectados por coronavirus fueron fatales, la gente padece una pandemia de pánico con coronavirus, quizás como jamás antes vista, viralizada por las redes sociales.”[2]

¿Hay una pandemia de un nuevo coronavirus o una pandemia de miedo masificada al infinito por las grandes corporaciones mediáticas y otras empresas multinacionales de diferentes sectores para seguir dividiendo y reinando?[3] No hay que olvidar que esta pandemia se da en medio de una guerra comercial entre EEUU y China, una guerra de precios del petróleo entre Arabia Saudí y Rusia, y diversas situaciones ya insostenibles que generaron el colapso de las bolsas financieras, por más que la prensa mundial haya pretendido incriminar al virus de ello[4]. Hasta no hace muchos días, los EEUU y algunos miembros de la OTAN estaban a punto de realizar la maniobra militar más grande desde el fin de la Guerra Fría con una movilización de tropas en las fronteras rusas de más 30 mil militares norteamericanos.[5]

Como se señalaba en artículos anteriores, la situación actual es una gran posibilidad para reflexionar acerca de las lógicas de producción y de consumo actuales, sobre el rol de los Estados Nación en temas claves como educación y salud y el de los organismos internacionales y las consecuencias generadas por deudas externas impagables; acerca del lugar que ocupan los medios de comunicación y cómo estos publican u ocultan información de acuerdo a sus conveniencias, sobre el gran negocio especulativo en torno a la industria farmacéutica y sobre cómo las guerras terminan siendo un negocio para la corporación armamentística. En definitiva es volver a pensar qué es más importante, si la vida o la rentabilidad/ganancia de tal o cual negocio. Tal como lo señala el filósofo, sociólogo, psicoanalista y crítico cultural esloveno, Slavoj Zizel: “el COVID-19 es una gran oportunidad para dar un golpe de Kill Bill al capitalismo”.[6]

Una de las reflexiones más urgentes tiene que ver con la forma en que se producen y consumen bienes de alta necesidad como los alimentos. En un artículo[7] de publicado recientemente, les autores Miguel A. Altieri y Clara Inés Nicholls, analizan las implicancias de la proliferación de la producción agroindustrial y cómo esta no sólo está deteriorando la forma en la que el mundo se alimenta, sino la relación directa que tiene con la aparición de nuevas enfermedades.

Les autores del artículo resaltan la importancia de fomentar formas de producción agroecológicas y dar prioridad a los pequeños productores, que son quienes producen entre un 50 y un 70% del alimento que consume la humanidad, teniendo sólo el 30% de la tierra cultivable. Es volver a contemplar no sólo la necesidad humana de alimentarse sino cómo hacerlo de manera sustentable, dado que la salud del ambiente en el que vivimos está íntimamente relacionada con nuestra salud y la de los alimentos que consumimos.

En la misma línea y a modo de ejemplo, el biólogo evolutivo y filogeógrafo norteamericano, Rob Wallace, señala que: “La crianza de ganadería seleccionada y muy uniforme genéticamente elimina cualquier cortafuego inmune que pueda estar disponible para ralentizar la transmisión. Los tamaños y densidades de población más grandes facilitan mayores tasas de transmisión. Tales condiciones de hacinamiento deprimen la respuesta inmune. La búsqueda del máximo rendimiento, parte de cualquier producción industrial, proporciona un suministro continuamente renovado, el combustible para la evolución de la virulencia. En otras palabras, el agro negocio está tan enfocado en las ganancias que la selección de un virus que podría matar a mil millones de personas se considera un riesgo asumible.”[8]

En Argentina, las medidas del gobierno que encabeza Alberto Fernández y su preocupación por salvaguardar la vida de las personas, sumado a la infinidad de declaraciones respecto de la necesaria solidaridad para salir del grueso problema en que dejó el experimento macrista, dan cuenta de una preocupación por cambiar las prioridades.

Se está ante la oportunidad histórica de reconvertir el escenario local reordenando las prioridades: ayudando a quienes más lo necesitan; fomentando la producción local, generalmente elaborada por pequeños y medianos productores, al igual que por PyMEs; revitalizar las economías regionales; mejorar los sistemas públicos educativo, sanitario, de viviendas, de telecomunicaciones, entre muchos otros rubros. Todo ello se puede hacer con el dinero que hay que exigir no pagar ni al FMI, ni a los acreedores privados[9]. Al menos no en su totalidad.

Ahora bien, todo lo hecho por el mandatario norteamericano Donald Trump va en sentido contrario. Una de las medidas más recientes es la que el director de investigación del Proyecto de Libertades Económicas de América, Matt Stoller, señala como un golpe corporativo: “ahora (Wall Street) tendrá de 4 a 6 billones de dólares de crédito a bajo costo garantizado por el gobierno para ir de compras a las empresas en problemas”. Cualquier similitud con el rescate de Obama a las grandes corporaciones en 2008 no es mera coincidencia, se repite el precepto de que “los peces grandes se comen a los pequeños”[10].

El mundo que vendrá post pandemia seguramente no será el mismo y Argentina tiene la posibilidad material y humana para ser un ejemplo a imitar por el resto del continente y el mundo, que pretenda priorizar la vida por sobre las ganancias de las multinacionales y de ese 1% que domina todo a nuestro alrededor. La respuesta ante el COVID-19 de países como Cuba, Venezuela o China, están dando la pauta de que el camino no es el libre mercado, sino economías planificadas, pueblos solidarios y otro tipo de prioridades. Argentina tiene las condiciones para sumarse a ese grupo de países; hace falta la decisión política y el respaldo popular para hacerlo.


* Periodista, conductor de Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), productor de Columna Vertebral (Radio Estación Sur - FM 91.7), columnista La Marea (Radio Futura – FM 90.5) y Mirada Crítica (Realpolitik), responsable de la sección Sindical de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Fuentes en línea:
[1] https://www.alainet.org/es/articulo/205355
[2] https://www.alainet.org/es/articulo/205327
[3] https://www.alainet.org/es/articulo/205496
[4] https://medium.com/@misionverdad2012/notas-en-tiempo-real-de-la-pandemia-financiera-global-a70feefe6622
[5] https://www.voltairenet.org/article209536.html
[6] http://www.motoreconomico.com.ar/Coronavirus/slavoj-zizekel-covid-19-es-un-golpe-de-kill-bill-al-capitalismo
[7] https://www.alainet.org/es/articulo/205465
[8] https://www.alainet.org/es/articulo/205485
[9] https://www.celag.org/la-hora-de-la-condonacion-de-la-deuda-para-america-latina/
[10] https://medium.com/@misionverdad2012/notas-en-tiempo-real-de-la-pandemia-financiera-global-a70feefe6622

Ahí vienen las tripas a revolverse una vez más

Ahí vienen las tripas a revolverse una vez más

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Nicolás Sampedro*

Mucho se está diciendo en los diferentes medios de comunicación que cubren lo que sucede con la pandemia del Coronavirus (COVID-19). Algunes desde las implicancias locales, otres desde las consecuencias económicas a escala global, o de si es parte o no de una guerra bacteriológica. Lo cierto es que este tiempo de aislamiento y cuarentena dan lugar a reflexionar sobre el sistema, sobre las formas de organización y de cómo vivimos los seres humanos.

La principal reflexión tiene que ver con el rol del Estado. En principio relacionado al rol de la sanidad pública a la hora de frenar o mitigar el contagio del virus que hoy aqueja a gran parte del mundo. Pero no es sólo el sistema público de salud, también se pone en debate el rol de policía o de control, cómo resuelve el Estado la situación económica de quienes se ganan el mango día a día para poder sobrevivir, entre un sinfín de temas que se podrían abrir.

Une podría preguntarse qué tienen en la cabeza les más de 20 mil argentines que se fueron del país luego de que Alberto Fernández comenzara a tomar medidas de aislamiento para evitar la propagación del virus. Muches de elles que ahora reclaman al gobierno argentino que gaste dinero en ir a buscarles porque las aerolíneas privadas suspendieron todos sus vuelos.

¿Qué pasa por la cabeza de quienes durante décadas se la pasaron hablando mal de la salud pública y tirando flores al sector privado y ahora exigen al gobierno que resuelva un problema que requiere de un sistema público fuerte para que el tránsito por esta situación sea lo menos traumático posible? ¿Algune se puso a pensar qué habría pasado con un gobierno de signo neoliberal al frente del Estado?

Si se observa el mapa global, los países más afectados (y que en la tendencia seguirán aumentando sus casos de contagio) son aquellos países que desarticularon y desfinanciaron sus sistemas públicos de salud y que actuaron tarde ante lo que China ya venía alertando.

De aquí se desprende la segunda reflexión, que tiene que ver con los medios de comunicación y los mensajes que se emiten diariamente y se reproducen en redes sociales. Si bien este virus puede ser una mutación natural, lo que muches comunicadores afirman como una verdad, es la reproducción de una mirada particular del problema.

Por ejemplo, no muches han citado las palabras de un importante funcionario de la cancillería China, quien afirmó que este virus es “de laboratorio” y que fue implantado por los EEUU en octubre pasado, momento en que en la ciudad de Wuhan (provincia de Hubei) fue sede de los Juegos Mundiales Militares.

Otro ejemplo concreto del manejo informativo y el rol de les comunicadores, responde al hecho de que cada vez que se menciona a China es para resaltar el supuesto carácter represivo del gobierno para con su pueblo. Pese a que parece haber frenado el contagio local del virus, pese a estar ofreciendo ayuda a otros países, siempre está presente el comentario despectivo de su gobierno.

Algo no muy lejano pasa con Cuba. Si algo demostró esta pandemia es que aquello que decía Fidel era verdad: “nosotros nunca realizaríamos ataques preventivos y sorpresivos contra ningún oscuro rincón del mundo, pero que en cambio nuestro país será capaz de enviar los médicos que se necesiten a los más oscuros rincones del mundo. Médicos y no bombas”.

En estas semanas Cuba no sólo envió médicos y expertos a China, sino que compartió con el país asiático el Interferón Alfa 2B, que parece haber colaborado en la recuperación de las zonas afectadas, algo que ahora realizarán en otros países por pedido de sus gobiernos. Una actitud bastante alejada a la adoptada por el paladín de la libertad occidental, EEUU: Trump ofreció más de mil millones de dólares a una empresa alemana que está investigando una posible vacuna para el Coronavirus: esta debía ser para uso exclusivo del país del norte de América.

Lo antes mencionado se da en un contexto del que muches parecen haberse olvidado. El Coronavirus parece haber acaparado todas las miradas. Temas como la Guerra Comercial, las sanciones unilaterales de EEUU a otros países, la reelección de Luis Almagro como Secretario General de la OEA, los asesinatos en Colombia, la guerra en Siria o Libia, la guerra de precios por los hidrocarburos entre Rusia y Arabia Saudí y la negativa del FMI de otorgar un financiamiento por 5 mil millones de dólares del Fondo de Emergencia del Instrumentos de Financiamiento Rápido (IFR) a Venezuela y a Irán (dos países enemistados con EEUU), quedaron fuera de agenda.

Lo cierto es que el mundo post pandemia no será el mismo. Por más que algune lo quiera, no debería ser el mismo. Debería generar un brote, pero de conciencia respecto de las implicancias de dejar librado al mercado temas tan trascendentes como la salud, como la economía y las formas de distribución de la riqueza, como los derechos a la vivienda y al trabajo digno, entre muchos otros que se podrían mencionar.

El enfriamiento de la economía mundial, las consecuencias sobre los pueblos en costos humanos, o quienes resuelvan antes y de mejor manera la situación, gestarán otro tipo de mundo. Quizás mejor, quizás peor. Ello dependerá de los pueblos y su capacidad creativa y reflexiva para exigir cambios profundos en un mundo que está al límite.

Esta crisis demuestra el agotamiento de una forma de reproducción de la vida que está matando al planeta y que algunes llaman Capitalismo, pero que en realidad debería llamarse Modernidad. El “sálvese quien pueda” impuesto durante décadas debe llegar a su fin si pretendemos que la especie humana y la naturaleza en su conjunto sigan teniendo un futuro de vida.

Quizás uno de los que mejor lo retrató es el cantante venezolano, Sandino Primera (hijo del mítico cantor de esa patria, Ali Primera), que en una de sus canciones sostiene que pa’ andar juntos “tendremos que superar las tristeza y los disgustos que este sistema nos provocará”.

Pa andar juntos (Sandino Primera)

* Periodista, conductor de Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), productor de Columna Vertebral (Radio Estación Sur - FM 91.7), columnista La Marea (Radio Futura – FM 90.5) y Mirada Crítica (Realpolitik), responsable de la sección Sindical de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
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