La Cámara Argentina de Agencias de Medios presentó el informe de inversión publicitaria argentina 2022

La Cámara Argentina de Agencias de Medios presentó el informe de inversión publicitaria argentina 2022

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La CAAM presentó la información del Reporte de Inversión Publicitaria en Medios de la Argentina. La inversión publicitaria creció un 82% en pesos en comparación con 2021.

La Cámara Argentina de Agencias de Medios (CAAM), presentó el Reporte de Inversión Publicitaria en Medios de la Argentina. Allí detalló la información y conclusiones del cierre del año, el informe resalta que la inversión publicitaria creció un 82% en pesos en comparativa con 2021.

La CAAM está integrada por diferentes Agencias de Medios del país: Anunciar, Carat, Havas, Ignis, Essence Mediacom, Initiative, Midios, Mindshare, OMD, PHD, Quiroga, Starcom, UM, WaveMaker y Zenith.

En este sentido, los principales anunciantes confían en la experiencia de estas 15 agencias para el desarrollo de sus estrategias y planificación de medios, y representan un volumen de inversión de alrededor del 55% del mercado. El manejo de este porcentaje, junto a las proyecciones y la información son los elementos claves para tener las conclusiones que mostraron un crecimiento del 33% (en dólares).

Los datos del Reporte de CAAM evidencian un crecimiento generalizado, pero con particularidades en el media mix, ya que alcanzó los 162.546 millones de pesos, en línea con la proyección realizada en el reporte de agosto de 2022.

Con respecto a las inversiones, en TV tradicional y en Medios y Plataformas Digitales se juntó más del 84,4% del share (el porcentaje de audiencia) del mercado, viéndose incrementadas en un 37% y un 41% respectivamente, es decir, un crecimiento promedio del 90%. La Radio registró una inversión publicitaria interanual de apenas 1% y concentra el 6% del share. El Cine continúa su rápida vuelta al ruedo hacia la recuperación del share luego de la pandemia, y en 2022 creció un 381%. 

Sin embargo, la inversión en publicidad gráfica papel tuvo sus niveles de share con selectiva nómina de anunciantes y bajó un 2% del share, y marcó un 24% del total. Por su parte, la publicidad exterior (publicidad en vía pública) ha visto crecer la inversión en 19% en 2022, con un share de 8,1%.

Para obtener dichos reportes se necesitó de tres factores influyentes. Primero, el contexto inflacionario característico de nuestro mercado que tuvo su año récord y así su consecuente efecto en tarifas publicitarias. Segundo, las marcas fueron atraídas hacia los contenidos alrededor de la Copa del Mundo Qatar para unirse a la conversación de Argentina Campeón Mundial de Fútbol 2022 y su alta relevancia para nuestro mercado. Y tercero, hubo más información de la probada efectividad en ROI (retorno de inversiones) y conexión con las audiencias que logró un media-mix adecuado de los sistemas de medios.

En este sentido, la CAAM resalta en su informe: “Por ello, en 2022 las marcas de diferentes categorías reactivaron sus estrategias de comunicación publicitaria con inversiones en medios a niveles competitivos, para campañas de branding, call to action, promociones, performance, ventas, leads, engagement, RSE, Institucionales, entre otros”.

Cabe destacar que es el segundo año consecutivo en el que la CAAM realiza las proyecciones de inversión publicitaria en las especialidades digitales, y totalizó $68.619 millones de pesos. Dentro del share de Display y Programática se encuentran registradas las inversiones en las plataformas digitales de los medios.

El aumento en los porcentajes de publicidad en medios es algo positivo, sin embargo lo que llama la atención y lo que no aparece en el informe de la Cámara Argentina de Agencias de Medios es la baja publicidad que se le da a los medios de comunicación comunitarios. Asimismo, es algo necesario y que deberá plantear el Estado a las agencias de medios que integran a la CAAM.

Finalmente, la Central Argentina de Agencias de Medios realizará el próximo Reporte de Inversión en medios con información del primer semestre 2023 y será presentado en agosto 2023, desde la CAAM se espera que haya un crecimiento aún mayor.

La revolución no será comunicada

La revolución no será comunicada

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Urge a nuestros pueblos dejar de reproducir y narrar tal y como lo impone el imperio y sus corporaciones del negocio de la mentira. Urge la unidad de acción para frenar la destrucción del planeta. No hay tiempo que perder.

En reiteradas oportunidades hemos analizado el lugar que ocupan los medios de comunicación en la batalla de las ideas. Una lucha intestina por la hegemonía discursiva que las clases dominantes, a través de los mass media, intenta impregnar en la opinión pública, construyendo sentidos respecto de los hechos y acontecimientos que suceden a nuestro alrededor.

Hoy, el caso más rimbombante es el bombardeo informativo respecto del conflicto en Ucrania y la construcción y/o fortalecimiento de un sentimiento anti-ruso que pone en el banquillo de los acusados a todo aquel o aquella que se manifieste contra las atrocidades cometidas por el régimen neonazi de Zelinsky.

Pero lo que hoy hacen con el pueblo ruso, antes lo hicieron con el Irak de Saddam Hussein, con la Libia de Gadafi, con la Cuba de Fidel, la Nicaragua sandinista o la Venezuela bolivariana y chavista. No es por nada que lo primero que señalan prácticamente todes les analistas es que en una guerra lo primero que se pierde es la verdad.

No por nada, los EEUU y sus socios occidentales son quienes controlan las principales agencias de noticias a nivel mundial. Según un artículo realizado por el filósofo y especialista en comunicación mexicano, Fernando Buen Abad, “con la dictadura del negocio informativo y la concentración de la información, las empresas se han convertido en un oligopolio con el 90 por ciento del mercado dominado por 6 empresas principalmente: Bertelsmann (Alemania), Disney (EEUU), General Electric (EEUU), News Corporation (EEUU), Time Warner (EEUU) y Viacom (EEUU)”.

Por su parte entre las 10 agencias de noticias más influyentes del mundo, siete son occidentales: 1- Reuters (Gran Bretaña), 2- Agence France Presse (Francia), 3- Associated Press (EEUU), 4- ANSA (Italia), 5- United Press International (EEUU), 6- Press Association (Gran Bretaña), 7- Xinhua News Agency (China), 8- Europa Press (España), 9- RIA Novosti (Rusia), y 10- Interfax Information Services Group (Rusia)[1].

Cabe destacar que la gran mayoría de las empresas noticiosas del mundo, recurren a alguna de estas agencias para comunicar lo que sucede en el mundo. Desde la reproducción acrítica de ciertos medios (que sólo reproducen lo que estas cuentan o narran), hasta quienes intentan generar contenidos críticos, pero casi todos terminan recayendo de alguna manera en estas producciones comunicacionales. El problema de esta concentración mediática, de su influencia y de la capacidad de difusión de sus “verdades” es que terminan condicionando las formas de ver el mundo de quienes consumen estas “noticias”.

Pero afortunadamente no todo es tan lineal. Cientos, miles de medios populares y comunitarios aparecen por doquier contando otras realidades, narrando de otras maneras, haciendo esfuerzos inconmensurables por romper los cercos informativos que estas corporaciones de la mentira construyen.

Para no irnos muy lejos, en nuestro continente hay casos emblemáticos como el de TeleSur. Una iniciativa comunicacional pensada y puesta en marcha por el Comandante Hugo Chávez, quien con mucha agudeza analítica y audacia política comprendió que había que gestar otras formas de contar la realidad.

Más allá de TeleSur, afortunadamente, existen otras experiencias que con muy buen tino construyen otras realidades. El problema es que -volviendo a Buen Abad- “somos un archipiélago inmenso de iniciativas comunicacionales inconexas”. Decimos lo mismo, contamos lo mismo, pero llegamos a los mismos públicos. Tal como les sucede a las izquierdas o a los movimientos populares del continente, seguimos fragmentados mientras los poderosos del mundo nos siguen imponiendo sus verdades, sus formas de narrar, sus formas de contar.

Una necesidad historia, si pretendemos parir otro mundo

En unas de sus tantas intervenciones, el Comandante Chávez decía que “uno de los grandes errores que cometimos en aquella primera etapa (al inicio de su gestión), y que fue una de las causas del 11 de abril, fue aquella vana ilusión de lograr el respeto, o al menos el reconocimiento, de estos sectores que aquí gobernaron durante décadas, arrodillados al imperio; o incluso de lograr el reconocimiento del mismísimo imperio”.

Muchos de los procesos políticos de los llamados “progresistas” en la actualidad del continente están o parecen estar inmersos en esta dinámica denunciada por el comandante. Pretenden resolver los problemas de nuestros países sin tener que pararse de uno u otro lado de la vereda. Como decía el comandante, “quedar bien con dios y con el diablo”.

En aquella oportunidad, Chávez era enfático al señalar que el imperio nunca nos reconocería, que no hay que perder el tiempo en ello. Por eso reiteraba con claridad meridiana que es nuestro enemigo, al igual que la oligarquía criolla. “Nunca nos aceptarán ¡Nunca! Podrán decirlo y darse golpes de pecho, pero es mentira”, señalaba enfáticamente. Siempre estarán fraguando maniobras para tratar de sacarnos de aquí o de allá y lo vemos a diario en las reiteradas operaciones de prensa, las corridas cambiarias, la suba desmesurada de precios, las presiones diplomáticas y un largo etcétera. Cualquier similitud de aquellas palabras con el presente no es mera casualidad, es devenir histórico.

Por eso insistimos en afirmar que la construcción de la unidad política de las organizaciones libres del pueblo, de sus trabajadores y trabajadoras, de los sectores populares, de les desempleades, de les empresaries PyMEs, o de las estructuras partidarias, no es un capricho, es una necesidad histórica si realmente pretendemos cambiar la realidad en la que vivimos y llevarle felicidad a nuestros pueblos.

Para finalizar, no hay mejor cosa que retomar las palabras del comandante eterno: “Aquí decimos patria, socialismo o muerte. Y cuando acuño esa frase es llamando a todos a profundizar la conciencia, la fortaleza y a que nos ubiquemos con mayor claridad en el tablero: o somos o no somos…. Día como hoy, lo aprovecho en la reflexión, para continuar llamando a todos los venezolanos a radicalizar nuestra revolución ¡Sí! Y no hay que tenerle miedo a la palabra, porque las palabras orientan, clarifican: ¡Radicalizar!, dije. Ir a las raíces profundas… Radicalización revolucionaria, socialismo verdadero, revolución antiimperialista ¡Ese es el único camino que nos permitirá lograr los objetivos del proyecto nacional!


Referencias
[1] https://www.telesurtv.net/bloggers/Agencias-de-Noticias-Industrias-de-la-pos-verdad-y-la-plus-mentira-20180214-0005.html

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

El imperio de las fobias

El imperio de las fobias

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En 1829, seis años después de la famosa proclama del gobierno de James Monroe, Simón Bolívar se refirió con gran claridad política a la potencia norteamericana señalando en una frase, ahora famosa, que Estados Unidos parecía estar destinado “a plagar a América de miseria en nombre de la Libertad”. Esa afirmación no fue una premonición sino el producto de un análisis muy acertado del Libertador sobre el expansionismo y el supremacismo blanco anglosajón, que ya se expresaban en la política estadounidense a principios del siglo XIX.

La joven potencia, paradójicamente formada por migrantes de diversos países, creció signada por un profundo racismo y la idea de ser una nación excepcional, con un “Destino Manifiesto” que, luego de la Segunda Guerra Mundial, lo facultaba para llevar las riendas del mundo capitalista. Al racismo estructural de la cultura occidental que desprecia las culturas latinoamericanas, africanas y asiáticas, se sumó, en las más de cuatro décadas de Guerra Fría, una fobia anticomunista promovida por Estados Unidos.

Una vez desintegrada la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), ese destino que creían haber logrado alcanzar tropezó con pueblos insumisos y potencias emergentes.

Para sostener su poder económico y político invade países de África y Medio Oriente y estimula la “islamofobia” con herramienta cultural para acompañar el discurso supremacista frente a los países invadidos.

El nuevo milenio comienza con la consolidación de un gran bloque latinoamericano antiimperialista, una Rusia que se fue reconstruyendo política y económicamente de las cenizas de la URSS y una China que silenciosamente se había convertido en una potencia que hoy le disputa el primer lugar como economía mundial.

Ahora, ante el lento derrumbe del imperialismo y su mundo unipolar, Estados Unidos está dispuesto a generar nuevas guerras, antes que aceptar ser una potencia más dentro de un mundo multipolar. Como ya hemos dicho, estos conflictos requieren que siembre más miedos y fobias. La pregunta consiste en cómo justificar un discurso supremacista estadounidense sobre dos poderosas culturas, y particularmente sobre la milenaria cultura china, cuna de muchos de los más grandes inventos de la humanidad, y en cuya raíz está el evitar los conflictos que pongan en riesgo la paz que el pueblo chino sabe valorar.

El uso de la pandemia para despertar la “sinofobia”

Tan pronto como China anunciara la aparición de un contagioso virus en su territorio que poco a poco se convirtió en pandemia, Estados Unidos comenzó a promover esa fobia contra China que requiere para abonar el terreno de la guerra.

Donald Trump, uno de los presidentes estadounidenses más representativos del supremacismo blanco, comenzó a hablar del “virus chino” en lugar de utilizar el nombre científico que se le había asignado.

Trump alimentó la tesis de que el nuevo coronavirus había sido creado por China para establecer una especie de control mundial a partir de la muerte de millones de personas.

La tesis del entonces presidente estadounidense se caía por su propio peso. Primero porque es ilógico y casi ridículo pensar que China haya lanzado un arma biológica en su propio territorio, y segundo porque, tal como luego lo confirmó la Organización Mundial de la Salud (OMS), era muy poco probable que este virus se hubiera originado en un laboratorio. Pero, aun así, esta acusación logró gran impacto mediático.

Un estudio publicado hace unos meses por la Asociación Norteamericana de Salud Pública, logró establecer una relación entre el primer trino de Trump usando las palabras “virus chino” con un aumento de expresiones racistas y xenófobas antiasiáticas en las redes sociales, y la ejecución de crímenes de odio contra la comunidad asiática residente en Estados Unidos.

A pocos meses de asumir la presidencia, Joe Biden ordenó a la llamada “comunidad de inteligencia” de su país que elaborara un informe sobre los orígenes del virus. Según el informe final, no hubo consenso entre las agencias de inteligencia sobre el origen del virus SARS-CoV-2 causante de la covid-19. La investigación concluyó que aquél no había sido diseñado como arma biológica y que no era posible asegurar que hubiera salido de un laboratorio chino, pero de igual manera, el discurso del nuevo gobierno estadounidense continuó señalando a China como responsable de esta pandemia.

En ambos casos, los mencionados carteles de comunicación de masas se encargaron de difundir estas teorías que resultaban tan útiles para promover la ansiada “sinofobia” en los países occidentales. Primero alimentando la incertidumbre sobre el origen de la pandemia, y luego estigmatizando hasta las costumbres culinarias y la medicina tradicional del gigante asiático.

La razón de esta campaña, que como hemos señalado se mantiene de diversas formas, mande quien mande en la Casa Blanca, obedece precisamente a la necesidad de reafirmar la idea racista y xenófoba del supremacismo estadounidense para justificar las agresiones que han ejecutado y las que probablemente piensan ejecutar próximamente contra China.

Quién produce armas biológicas

Mientras tanto, en esa pugna, Washington ha optado por centrarse primero en Rusia para tratar de desplazarla del tablero geopolítico, de modo que posteriormente pueda enfocarse en la disputa definitiva con China.

Por eso, Estados Unidos ha empujado la guerra en Ucrania utilizando a la OTAN para sacrificar a toda Europa, lo que además le servirá para reeditar un Plan Marshall que garantice la continuidad de su subordinación. Consecuentemente con todo lo aquí dicho, se impone hoy una censura sin precedentes contra Rusia y se estimula una terrible “rusofobia”.

A principios de marzo de este año, el gobierno ruso denunció la existencia de laboratorios biológicos en Ucrania en los que se estarían realizando peligrosas investigaciones y produciendo armas biológicas. Evidencias sobre el papel rector del Departamento de Defensa de los Estados Unidos sobre estos laboratorios fueron presentadas por una periodista búlgara y tácitamente asumidas por la subsecretaria de Estado norteamericana, Victoria Nuland, quien confirmó la existencia de dichos laboratorios y manifestó la preocupación del gobierno estadounidense por que los materiales que ahí se encuentran no “caigan en manos de las fuerzas rusas”, ante el Senado de su país, lo que comprueba que dichos laboratorios tienen importancia militar.

A raíz de esta información, el portavoz del Ministerio de Defensa de la República Popular China recordó en una rueda de prensa realizada hace pocos días, que China fue víctima de ataques con armas biológicas en el pasado y por eso ha abogado siempre por la completa prohibición y erradicación de este tipo de armas de destrucción masiva, por lo que llamó a Estados Unidos a respetar la “Convención sobre la prohibición del desarrollo, de la producción y del almacenamiento de armas bacteriológicas (biológicas) y toxínicas y sobre su destrucción” firmada en 1972; del mismo modo pidió al gobierno estadounidense que aclare ante la opinión pública mundial, qué hace en los 336 laboratorios biológicos que posee en 30 países del mundo.

Recientemente en Nuestra América, por ejemplo, la oposición colombiana exigió al gobierno de Duque que revele si se almacena en el país armas nucleares o biológicas estadounidenses, ya que tras su reunión con Joe Biden el pasado 10 de marzo, el presidente colombiano afirmó públicamente que Colombia “puede almacenar en nuestro territorio equipos para Estados Unidos que puedan servir ante cualquier situación de riesgo”.

Pero ante todas estas evidencias sobre la producción de armas biológicas por parte de Estados Unidos que ponen en riesgo al mundo entero, las grandes corporaciones mediáticas han optado por restar importancia a estas graves informaciones o simplemente callar. Esto deja claro que estos carteles de la comunicación están al servicio del discurso supremacista estadounidense para promover sus fobias y justificar sus guerras, y nos recuerda que la paz mundial requiere también grandes batallas en el terreno de la comunicación.

Artículo publicado originalmente en Misión Verdad

María Fernanda Barreto
María Fernanda Barreto

Escritora, investigadora y educadora popular colombo-venezolana, integrante de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad

Nueva ley de medios en Uruguay, a medida de los grandes empresarios

Nueva ley de medios en Uruguay, a medida de los grandes empresarios

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La Ley 19.307 de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) conocida popularmente como la “Ley de medios” fue aprobada al final del segundo gobierno del centroizquierdista Frente Amplio en el año 2014. Dicha ley fue contemplada en el primer programa de gobierno del Frente Amplio (2005-2010). En el 2006 inició su proceso y no fue hasta ocho años después, entre idas y vueltas, que vio la luz.

El mapa de medios audiovisuales en Uruguay representa una hegemonía abrumadora de los medios privados. Dicho canales (Canal 4, 10 y 12) cuentan con más del 90% del público. Estudios como el de Gustavo Buquet y Edison Lanza -“La televisión privada comercial en Uruguay. Caracterización de la concentración de la propiedad, las audiencias y la facturación”- dan cuenta del panorama poco plural de los medios en Uruguay.

La ley en vigencia sigue recibiendo sus críticas por la propia fuerza política que la impulsó. Cabildo Abierto, parte de la coalición derechista, ratificó qu mantine rerparos sobre algunos artículos. Con sus bemoles, errores y aciertos la ley ha sido un avance (tímido, pero avance al fin) sobre todo en materia de derechos de las audiencias que contempla a las infancias.

El actual oficialismo cuando era oposición prometió que de ser gobierno derogaría la Ley 19.307. No solo que no lo hizo sino que propuso otro proyecto que contiene aspectos regresivos.  

Pepe Mujica: No quiero que Clarin o Globo se hagan cargo de las comunicaciones

El propio presidente Lacalle Pou tomó posición en el pasado sobre la LSCA. Siendo diputado, en declaraciones a Artigas Televisión dijo que le preocupa «el espíritu de la ley» y que «cuenta con por lo menos diez inconstitucionalidades». Vale aclarar que de 202 artículos que consta la ley solo dos fueron declarados inconstitucionales a posteriori de dichas declaraciones.

«Si me dicen que la mejor ley de medios es la que no existe, y por otro lado se manda una ley que desvía, o que orienta hacia un tipo de medio estatizado, no me parece lógico», continuó en ese momento precandidato presidencial, quien añadió que la experiencia de una ley de este tipo en Argentina fue negativa.

 «Estamos acostumbrados a votar leyes que prohíban, que reglamenten, que dirijan. Yo soy partidario de las leyes de la libertad y cuando una ley no genera libertad es mejor no tenerla», señaló Lacalle.

El futuro del retroceso

La nueva ley estaba prevista para ser promulgada en el 2020 pero diferencias a la interna de la Coalición gobernante retrasaron su salida. 

Dentro de sus consecuencias está la eliminación del concepto de grupo económico al evaluar la propiedad de los medios. El investigador Gabriel Kaplún señaló que “la realidad uruguaya mostraba –y sigue mostrando– que sin eso el límite no sirve de nada, porque distintas personas de un mismo grupo –familiares o testaferros– pueden acumular un gran número de licencias”.

Si una persona posee menos del 30% de las acciones de una emisora puede ser codueña de la cantidad de radios y canales que quiera en todo el país.

El argumento del gobierno ante la respuesta de especialistas sobre la concentración de medios, es que las radios sobre todo están en situación crítica porque el público consume contenido por otros medios. Entonces  el gobierno consideró “viable reconocer situaciones de más cantidad de licencias, para dar soporte y sostenibilidad económica con una estructura compartida”.

La nueva ley permite la apertura a capitales extranjeros y la renovación de licencias en algunos casos casi in eternum. El proyecto descarta al fondo de promoción de la producción nacional de contenidos y el aporte económico que los medios privados debían hacer para conformarlo. La producción nacional seguirá rezagada con esta disposición. 

Por esta misma línea, la Comisión Honoraria Asesora de los Medios Públicos desaparecerá. Dicha comisión era un organismo de amplia integración social que,  también vale decir, nunca fue convocada por el gobierno anterior.  

El Director de los medios públicos es Gerardo Sotelo, reconocido periodista que en los últimos años tuvo un rally tuitero casi de troll en las redes, designó él mismo una comisión de notables. 

Con la nueva ley se elimina además la Defensoría del Público, que ejerce la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH), una tarea con un gran potencial educativo y de promoción de derechos. 

El Consejo de Comunicación Audiovisual corre la misma suerte que los anteriores. Su continuación hubiera significado un avance en cuanto a independencia del organismo regulador de las comunicaciones, en línea con los estándares internacionales en la materia.

Las motivaciones que esgrime el gobierno es el avance tecnológico, “los nuevos tiempos” que se avecinan. Palabras que pueden sonar progresistas, pero que simplemente apuestan a la piqueta fatal del progreso. Esta ley es un retroceso desde donde se la mire. Promueve la concentración de los medios en pocas manos. 

Un gobierno que se ufana de ser transparente y desligado de cualquier dilema ético o de corrupción, elimina cualquier obligación de transparencia y garantía de participación ciudadana para fiscalizar tanto la política pública como la gestión de los medios públicos.

Esta boca es mía

Un informe de la cadena alemana Deutsche Welle en español sobre la libertad de expresión y de prensa en Uruguay desató una andanada de debates y dejó en la epidermis de la palestra pública el nivel de paranoia de algunos actores políticos del oficialismo.

El informe se complementa con una entrevista al periodista Edison Lanza, exrelator para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que integra actualmente el equipo de comunicación del intendente de Canelones Yamandú Orsi (Frente Amplio), y encendió la mecha del barril del debate sobre la libertad de prensa. 

Raudos salieron expresos senadores, diputados, ministros, el director de los medios públicos y demás a criticar ese informe donde se planteaba que -por ejemplo- en el 2020 se habían denunciado 49 casos de presión a periodistas.

Parece ser el número mágico 49, ya que Gerardo Sotelo al llegar a 40 despidos en los medios públicos, le fue pedido en noviembre de 2020 por el propio presidente de la República: “Tenés que sacar a alguno más”, y alcanzó los 49 despidos.

Hace pocas semanas se despidió a Eduardo Preve, coordinador de Subrayado, el noticiero de Canal 10, (el más visto en Uruguay) el mismo día de la Libertad de Prensa luego de 16 años de estar al frente de dicha tarea. Las razones aún no son claras pero tirios y troyanos coinciden en que las presiones vinieron desde la Presidencia. 

Sendos casos de ataque y hostigamiento podemos sumar por parte de la senadora oficialista Graciela Bianchi, tachando de “traidores a la patria” a distintos periodistas, pidiendo que se cambien titulares de noticias vía Twitter. Incluso, amenazando con despedir por entero a portales informativos de internet. Incluso increpando a la Deutsche Welle, la NSBC, la CNN en español, el Washington Post y el New York Times de ser cuasi que órganos opositores al servicio del Frente Amplio. 

El blindaje mediático está a la orden del día. Tampoco es infalible. Asimismo están los que son más realistas que el rey. Desde el gobierno se arenga y se promueve la libertad a toda hora, aunque sus hechos dicen lo contrario. Aunque se parezca más a una farsa, parafraseando a Rodolfo Walsh, seguirá existiendo periodismo que aspire a la libertad.

Artículo publicado originalmente en Periferia

Nicolás Centurión
Nicolás Centurión

Como dice un rapero: «por amor y por vicio… se convirtió en mi oficio.» La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

Cada vez que damos click en “aceptar”

Cada vez que damos click en “aceptar”

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En las últimas décadas, pero fundamentalmente durante este tiempo de pandemia, la virtualidad fue cobrando más y más relevancia en la vida cotidiana de millones de personas a lo largo y ancho del planeta.

El solo hecho de que las grandes empresas tecnológicas hayan sido las grandes ganadoras de la pandemia (al igual que lo serán las farmacéuticas), habla del proceso acelerado de enriquecimiento de quienes dirigen ese selecto grupo de compañías y del poder de lobby que acumulan.

De hecho, en un reciente artículo de la periodista canadiense Naomi Klein, se pone sobre la mesa el acuerdo que habría hecho el alcalde de Nueva York, Andrew Como, con el Ex CEO de Google, Eric Schmidt, o con la Fundación Bill y Melinda Gates, para convertir a esa ciudad en un verdadero experimento tecnológico-social: Telesalud, aprendizaje remoto, vehículos sin conductor.

Las presiones de las empresas de Silicon Valley (GAFAM) parecen comenzar a ir más allá de la reducción de aranceles, liberalización laboral o no restricción del uso “libre” de datos. Estos actores son cada vez más un co-gobierno, o incluso un actor central en la toma de decisiones de los gobiernos.

Repercusión mundial

Se ha mencionado en reiteradas oportunidades cómo esta carrera tecnológica estaba jugando un papel trascendental en la geopolítica mundial. El hecho más visible es la guerra comercial entre Estados Unidos y China. No por nada el Director de Inteligencia Nacional de los EEUU, John Ratcliffe, sostuvo que “China es la mayor amenaza global para la democracia y la libertad desde el final de la Segunda Guerra Mundial”. Incluso, estas disputas políticas y económicas se pueden ver dentro de EEUU bajo los intereses defendidos por Trump-Pence (petroleros) y Biden-Harris (tecnológicos).

De hecho, mientras en occidente se polemiza sobre las redes de telecomunicaciones conocidas como 5G, empresas de China, Corea del Sur o Japón ya comienzan a avanzar sobre el 6G. En efecto, en noviembre del año pasado, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China “anunció el establecimiento de un equipo de trabajo enfocado a investigar y desarrollar las redes de sexta generación (6G) tan solo unos días después del lanzamiento comercial del 5G”·.

Tecnología vs. democracia

El espacio virtual se ha vuelto de importancia estratégica, no sólo para los grandes jugadores mundiales, sino también una fuente de preocupación para los países con menores capacidades. Tal es el caso de las redes sociales que han potenciado la aparición de mentiras (Fake News), propagadas a velocidades impensadas desde hace tan sólo una década.

Este hecho ha sido incluso un problema para las democracias, que se vieron agredidas por vendavales de artículos, comentarios televisivos y radiofónicos, o cadenas de mensajes operando descaradamente con mentiras para torcer la balanza electoral de un lado a otro. En la posverdad (plusmentira) no importan los hechos, sino las percepciones y las emociones.

El diplomático británico, fundador y director del Conflicts Forum, además de figura destacada en inteligencia militar británica (MI6) y en la diplomacia de la Unión Europea, Alastair Crooke, analizó recientemente algunas de las tensiones que se están generando no sólo en Europa, sino también en Estados Unidos, respecto a la injerencia de las grandes empresas tecnológicas en las decisiones de los gobiernos.

El descarado intento de las Big Tech y de los principales medios de comunicación de escribir la narrativa de las elecciones estadounidenses de 2020 en Facebook y Twitter -asociados en su campaña para insistir en que la disidencia es la intrusión de la desinformación del enemigo, o las « mentiras » del presidente de los Estados Unidos o simples estupideces- es sólo el primer paso para redefinir a los «disidentes» como riesgos para la seguridad y enemigos del bien[1].

¿Avance tecnológico es igual a desarrollo de la “humanidad”?

Todo indica que el desarrollo tecnológico y la orientación en Ciencia y Tecnología de la mayoría de los países, tal y como los conocemos, están llevando a un escenario de mayor destrucción del ambiente (por la voracidad depredadora por extraer materias primas), que a su vez tiene consecuencias en la salud de la humanidad y de otras especies animales y vegetales (como la aparición de nuevas enfermedades).

Más allá de algunos cambios en la vida cotidiana -generalmente producto de las necesidades de la misma reproducción del capitalismo-, esta forma de producción de desarrollo, innovación y ciencia (bajo las lógicas de este sistema) no ha implicado mejoras significativas para la humanidad sino sólo para un puñado de corporaciones que se han vuelto megaempresas, y para algunos gobiernos a nivel mundial que las utilizan para oprimir a sus pueblos, invadir o desestabilizar a otros.

Hoy el gran negocio está puesto en la producción de datos en el escenario virtual que es Internet. La licenciada y profesora en Psicología y analista e investigadora del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégicos, Paula Giménez, señala en un artículo publicado en mayo de este año que, según uno de los máximos ejecutivos de Google, hasta 2003 la humanidad había producido un total de cinco exabytes (1 millón de terabytes) de información,  mientras que en 2018 “se crearon 33 zettabytes de datos en el mundo (un zettabyte equivale a 1.000 millones de terabytes), 16,5 veces más que solo hace nueve años. Con el desarrollo tecnológico existen proyecciones que indican que en el año 2035 la producción de datos trepará a los 2.142 zettabytes”.

Al mismo tiempo que aumentan los niveles de producción de datos, avanza la tecnificación de los sistemas productivos. Lo que le sobra a la forma que va adoptando el capitalismo son las personas, lo cual explica por qué, pese al “desarrollo”, los niveles de desempleo, pobreza y miseria son cada vez más elevados en todo el planeta. Según Giménez, actualmente el mundo tiene aproximadamente 3.300 millones de trabajadores y trabajadoras de los cuales sólo 1.300 son estables. El problema es que sobre la tierra hay aproximadamente 8 mil millones de seres humanes.

Esclavitud del siglo XXI

Como afirma el dicho popular (que refuerza la lógica capitalista), “nada es gratis en la vida”. El uso de las redes e internet tampoco. Cada vez que apretamos “aceptar” cuando instalamos aplicaciones en nuestros teléfonos o creamos cuentas en las redes sociales, estamos entregando a esas megaempresas el derecho de utilizar nuestros datos a gusto y piacere. Datos que serán utilizados para segmentar audiencias, públicos y posibles consumidores para determinada empresa, hasta el uso de los mismos de manera opresiva contra la población de determinado gobierno.

El negocio es redondo porque no tiene límites, y las presiones para que no existan son cada vez más fuertes. Límites que deberían poner los gobiernos de los Estados o bloques regionales como la UE. Gobiernos o regiones que muchas veces tienen profundas limitaciones por el gran poder de lobby de estas empresas.

Retomando algunas de las ideas vertidas al principio de estas líneas, es tal el problema en que se ha convertido esta situación que incluso muchas de estas empresas comienzan a tener más peso específico en la toma de decisiones que los propios gobiernos. Se ha convertido en un problema geopolítico, ergo de defensa de la soberanía nacional.

Desafíos futuros

Seguramente, la maquinaria siga funcionando y cada vez sea más complejo desarticular el entramado mundial que genera estas condiciones de injusticia e inequidad. Pero no todo puede estar perdido. La legislación sobre el uso de datos que controle a las compañías y respete la privacidad de les usuaries es una situación primordial, y para que ello suceda debe haber concientización y presión social.

Al significar un problema geopolítico, habrá que ir a paso firme pero con mucho cuidado en los caminos que se adopten, al tiempo que se deberá fomentar la producción nacional no sólo de tecnologías, también de plataformas que puedan competir en estos mercados.

Los sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil tendrán el gran desafío de defender los derechos de les trabajadores y avanzar en más conquistas. Transpolando esto al ámbito digital y usando la metáfora del periodista y analista político brasileño, Pepe Escobar, “nuestro futuro será de hackers o de siervos”.


[1] https://www.nodal.am/2020/12/la-cortina-de-hierro-digital-esta-bajando-por-alastair-crooke/

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Los pueblos queremos paz, pero con justicia social

Los pueblos queremos paz, pero con justicia social

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Hace algunas semanas el ex agente de inteligencia ruso devenido en comunicador/divulgador, Daniel Estulin, señaló que ante el colapso del sistema financiero global -que según afirma está destruido-, la única solución posible para dar nuevo cauce a la economía global, es una guerra. Plantea dos posibilidades: una guerra termonuclear entre las potencias mundiales o una guerra civil en EEUU.

Más allá de si se está de acuerdo o no con esta tesitura, lo cierto es que hay sobrados elementos que se pueden encastrar tanto en uno y como en otro sentido.

En cuanto a una posible guerra civil interna en los EEUU se pueden observar los recientes levantamientos de las comunidades afro -producto de la violencia racial de las fuerzas de seguridad-, reflejo de una situación de hartazgo de un sector de la población muy castigado. A ello se puede sumar el desastroso manejo de la pandemia del COVID-19 que hizo la administración Trump que ya cuenta con más de 8 millones de contagiades y casi 220 mil muertes.

A estos dos elementos hay que sumar no solo la retórica agresiva de Trump, sino la virulencia mediática (fomentada fundamentalmente por los Demócratas) contra el mandatario. Cabe señalar que incluso varios sectores del partido Republicano soltaron la mano al magnate e incluso están operando abiertamente para que pierda. Esto, obviamente, aumenta los niveles de polarización.

¿Imperio o Nación?

Para entender esto último es interesante retomar la diferenciación que introduce el analista Thierry Meyssan respecto de los proyectos de país que están en disputa en EEUU. Por un lado quienes profesan que EEUU debe dominar el mundo “conteniendo” a sus potenciales rivales (estrategia acuñada en plena Guerra Fría por George Kennan en 1946 y aplicada por todos los presidentes hasta 2016) y quienes, por el contrario, rechazan esta idea imperial y plantean el enriquecimiento de los estadounidenses (estrategia acuñada por el ex presidente ‎Andrew Jackson -1829-).

Según Meyssan, Trump pertenece a quienes son denominados “jacksonianos”, que “denuncian la corrupción, la ‎perversidad y en definitiva la hipocresía de los anteriores y exhortan los estadounidenses a ‎luchar, pero no por el imperio sino por su nación[1]. El famoso slogan de campaña “Make America great again”, da cuenta de esa particularidad. Obviamente esto no implica que el Estado norteamericano deje de funcionar bajo la lógica imperial, sino que representa un gran foco de tensiones internas.

De hecho, hace no mucho algunos analistas empezaron a especular con que había sectores de las FFAA y de los organismos de inteligencia estadounidenses que -de ganar Trump- podrían intentar un golpe de estado. También hay quienes analizan que tanto si gana Biden, como si lo hace Trump será difícil que se reconozca la victoria. El hecho, que haya grupos armados -que apoyan a Trump- en las calles y que demuestren su virulencia cotidianamente, complejiza aun mucho más el panorama.

Piezas de ajedrez

El otro escenario descripto por Estulin habla de una conflagración entre potencias mundiales en las que obviamente los EEUU son un actor principal. Si bien no lo explicita, está claro que sería en oposición a las otras dos grandes potencias: Rusia y China. Y los últimos meses ha habido una escalada de agresiones de parte de occidente a estas dos potencias.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin (izda.), recibe a su homólogo chino, Xi Jinping, en Kremlin, Moscú. (Foto: Hispan Tv)

En cuanto a Rusia, lo que ha venido sucediendo (además de las sanciones impuestas por EEUU y la Unión Europea) es un incremento sustancial de vuelos de aviones de fuerzas occidentales en las fronteras rusas. Ellas han sido denunciadas por el Kremlin una tras otra y ha obligado a la Fuerza Aérea de ese país a enviar aviones militares a impedir que ingresen en territorio sin permiso.

De igual manera han aumentado los ejercicios militares en Europa Oriental entre miembros de la OTAN y los EEUU  (en las fronteras de la Federación Rusa); incluso en momentos de pandemia. Los más recientes, fueron los realizados por EEUU y países de la alianza europea tanto en Ucrania como en Lituania en septiembre de este año, y más recientemente el simulacro de Guerra Nuclear entre Alemania y algunos miembros de la OTAN.

Obviamente a este escenario hay que sumar la venta de sistemas armas de EEUU a países europeos fronterizos con Rusia como Polonia, Rumania o Finlandia. Esto en consonancia con la escalada discursiva tanto europea como estadounidense. Todo lleva a pensar que hay una especie de encerrona militar, discursiva y económica que lleva a cabo desde occidente.

Guerra comercial y tecnológica

En cuanto a la situación con la República Popular China, es por demás conocido el enfrentamiento y la despiadada guerra comercial lanzada por EEUU contra el gigante asiático. No es Tik Tok, no es Huawei, es el dominio del mercado tecnológico, elemento de extrema sensibilidad para la industria militar y de comunicaciones, dos áreas estratégicas para ambas potencias.

A esta conocida batalla hay que sumarle las reiteradas denuncias de parte del país asiático de intromisión en asuntos interno de parte de los norteamericanos, ya sea en Taiwan, el Tibet, Hong Kong o el Mar de China.

Inversión mediática del agresor

Como suele sucede, la prensa hegemónica occidental, invierte la carga de la prueba. Los enfoques “periodísticos” (habría que llamarlos propagandísticos) de las “grandes” agencias de noticias no hacen más que justificar el accionar de EEUU y occidente y de responsabilizar a Rusia y China o sus aliados.

Esto no es nada nuevo, de hecho lo vemos a diario en los medios tanto de Argentina como de todo el continente. El engranaje mediático se vuelve clave para construir narrativamente que el responsable de todos los males es el adversario o el enemigo político.

Esta dinámica mediática, es complementa con el entramado de sectores del poder judicial, con organismos internacionales (que hacen silencio omiso), con ONG’s y sectores empresariales de diverso tipo. Los conglomerados de poder de occidente (cada vez más concentrados), han armado una compleja red de complicidades muy difíciles de desentramar. Pero como todo bajo el capitalismo, si se rastrea el origen del dinero, casi siempre se llega a los autores intelectuales, o sea, el poder real.

Nuestra América como esperanza

Se ha señalado en varias oportunidades que las experiencias de las últimas décadas en nuestro continente, han sido un faro para pensar que otro mundo es posible. Pero pese a los errores cometidos, a la guerra mediática y judicial, los pueblos nuestroamericanos han dado cuenta de ello.

A los procesos de resistencia de Venezuela, de Cuba o de otros países de la región, en los últimos años se sumaron el México de Andrés Manuel López Obrador y la Argentina de les Fernández. Gobiernos que pese a las condiciones calamitosas en las que encontraron sus respectivos países, pese a la aparición de la pandemia (que tomó por sorpresa a todo el mundo), comienzan a poner de pié los extremos norte y sur del continente.

A este escenario se suma la victoria electoral del MAS-IPSP en Bolivia. El proceso gestado por Evo Morales Ayma, derrocado por la derecha boliviana, con la complicidad de las FFAA y las Fuerzas de Seguridad, con el apoyo de la embajada de EEUU y la OEA, y bajo un silencio de ultratumba de la gran mayoría de los países del mundo, vuelve a demostrar que no ha sido derrotado.

El triunfo electoral de Lucho Arce y David Choquehuanca aún no ha sido reconocida por el golpista Luis Fernando Camacho y según afirmó, cuando tengan los resultados definitivos determinarán qué hará la fuerza política que dirige (Creemos). “Aún tenemos que terminar lo que empezamos”, deslizó muy ligeramente el golpista santacruceño.

Suenan los clarines de guerra

Estas declaraciones de la derecha boliviana radicalizada se suman a las permanentes arremetidas contra la Venezuela chavista por EEUU, el Grupo de Lima, la OEA y afines, o a las recientes represiones en Chile, el asesinato sistemático en Colombia, al igual que muchas otras situaciones que podrían describirse en toda la región. La derecha por gringa no descansa.

En Argentina y en México se ven claramente no solo mediante las operaciones de prensa, sino con las “convocatorias anti”. La derecha no tiene una propuesta concreta porque el neoliberalismo está agotado. No solo en la región, sino en el mundo entero. Por ello la única forma que tienen de convocar adeptos es en “oponiéndose a”. No hay proposición, construcción o alternativa, sólo hay destrucción. Una alarmante maquinaria de impedir y mentir.

La debilidad de EEUU y su situación interna tienen mucho que ver con esta forma de operatoria de las derechas continentales. La utilización de la violencia y la caotización parecen ser los últimos cartuchos de un imperio que pierde su hegemonía. Lo hemos visto en el Medio Oriente y en la Europa del Este. Ahora ¿esto quiere decir que EEUU está terminado y que su influencia terminará? En lo absoluto, muy por el contrario esto se vuelve muy peligroso para la región y para el mundo.

Lo decíamos hace algún tiempo y lo volvemos a afirmar: EEUU desde hace mucho tiempo lanzó una guerra a perpetuidad contra los pueblos del mundo, aunque ahora -quizás- sus señales se vean con mayor claridad.

Los pueblos no se dejarán pisotear

Pese a las intentonas golpistas, pese a tener prácticamente a toda la prensa hegemónica en contra, los procesos populares de la región siguen dando muestras de su voluntad de avanzar hacia una sociedad más justa. El ejemplo más gráfico fueron las diversas movilizaciones del 17 de octubre en conmemoración del día de la Lealtad peronista.

Ese día se destruyó el mítico relato que pretendía construir la derecha (y sus medios de propaganda) de que habían ganado la calle. Está claro que los pueblos saldrán a defender a sus intereses y a defender a los gobiernos que representan ese camino.

Los desafíos de los pueblos de Nuestra América son infinitos, pero sin dudas el de mayor relevancia será demostrarle al mundo que hay otro camino, que se puede construir un sistema más justo, libre y soberano, donde se respeten las diversidades, donde haya mayor tolerancia y solidaridad. Pero ese camino no significa renunciar a la lucha popular.

Los pueblos queremos paz, pero con justicia social.


[1] https://www.voltairenet.org/article210761.html

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

¿Qué puede aprender A. Fernández de Matrix?

¿Qué puede aprender A. Fernández de Matrix?

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

La verdad y la realidad parecen conceptos cada vez más inabordables, complejos y confusos. ¿Y si al final todes tomamos la pastilla azul de Morpheo? ¿Acaso Fernando Iglesias discutiendo con una cuenta fake de Twitter no es surrealista? ¿Nadie vió a Leuco Jr quejándose de un retweet del presidente? ¿No se refregaron, incrédulos, los ojos al leer el comunicado escrito y publicado por la tiktoker devenida en presidenta del PRO? ¿Qué pasó con la oligarquía que sabía tener intelectuales de la talla de Leopoldo Lugones? ¿No merece nuestro Neo un agente Smith?

El Covid-19 no sólo funcionó como catalizador de procesos sociales que se encontraban latentes en la sociedad, sino que también puso al desnudo una oposición acéfala y despojada de un relato creíble. ¡Ojo! No es la idea minimizar o subestimar el poder de daño que tienen gracias al enorme aparato mediático a su alcance. Sin embargo, el comunicado emitido por Juntos por el Cambio ante el asesinato de Fabián Gutiérrez es un punto de quiebre.

Hay que tener en cuenta varias aristas que se desprenden de lo sucedido el fin de semana. En primer lugar, se mostraron claramente las divisiones que se venían evidenciando con el paso del tiempo. Ya desde el año pasado, después de las PASO, cuando la derrota era inminente y la imagen del “hijo boludo” de Franco estaba más devaluada que la moneda de Ruanda, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal buscaron distanciarse llegando incluso a cerrar sus campañas en lugares diferentes.

Esas diferencias fueron mutando con el paso del tiempo: ahora en la oposición se ven dos posiciones claras. Por un lado, aquellos que tienen la responsabilidad de gobernar o tienen aspiraciones políticas, como es el caso de Larreta y Vidal; y por otro, aquellos que son sólo oposición, o tienen la espalda suficiente como para bancar la parada, como Patricia Bullrich, el ex gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo.

La principal diferencia entre los dos es en el cómo hacen política. El “ala blanda” busca evitar la confrontación directa, mostrarse dialoguistas, al tiempo que operan en las sombras. En cambio, el “ala dura” con Miauri a la cabeza, va con los tapones de punta y no tiene ningún tipo de problema en llamar a romper la cuarentena, proponer el modelo londinense de “inmunidad de rebaño” en donde se busca la inmunidad invitando a las personas que se contagien (spoiler alert: no funcionó y ya hay 286 mil muertes) y ahora tratar literalmente a Cristina de asesina a la primera de cambio. ¿Será la señora Bisman la community manager y nadie nos dijo nada? ¿Toman dimensión en el gobierno nacional de la impronta claramente golpista?

Tener la necesidad de salir a buscar rédito político de una muerte en tiempo récord muestra debilidad y la carencia de una línea discursiva clara, aspecto fundamental a la hora de desplegar política. Nunca está bueno que el adversario vea que estamos sangrando y menos que perciba falta de unidad y cohesión. El hecho de que Bullrich sacara el comunicado cuando todavía estaban discutiendo si era realmente el momento para salir a hablar, muestra al ala dura desesperada. No sólo fue firmada por pocos integrantes, sino que provocó la intervención del partido por parte del ala de Vidal. Si bien no se discute la ruptura del espacio, sí se pone en cuestión el liderazgo que lleva adelante la Pato. A partir de ahora, se conformó una mesa directiva en donde participarán representantes de cada bloque para así limitar el poder de la presidenta del partido.

Lo aberrante del comunicado es que se tardaron horas en descontar el móvil político en el asesinato. Al poco tiempo, apresaron a cuatro sospechosos; uno de ellos se declaró culpable y luego encontraron el cuerpo en la casa de otro de ellos. Además mintieron al nombrar a Gutiérrez como testigo protegido en la infame causa de los cuadernos, sin ningún reparo tergiversaron lo que él dijo en su declaración. Su aporte fue, cuanto mucho, intrascendente. Lo peor de esto, es que hacía un tiempo Fabián se había comunicado con Gustavo Sylvestre para comentarle los aprietes que había recibido para que declarara en contra de CFK; maniobra que solían aplicar el falso abogado, Marcelo D’alessio, y el fiscal, Carlos Stornelli (al día de hoy cumpliendo funciones). Finalmente todas las pruebas llevarían a pensar que se trató de un crimen ligado a extorsiones por la orientación sexual del ex secretario de Cristina.

Del lado verde de la grieta no todo parece estar funcionando lo suficientemente aceitado como el contexto lo exige. Y sí, se pecará de criticón ante un gobierno que debe enfrentar una pandemia con un aparato estatal destruido, pero al peronismo siempre hay que exigirle el máximo y sin tapujos. Lo más importante sea tal vez encontrar la manera de no desgastar con tanta exposición al presidente, sobre todo cuando dentro del gabinete hay funcionarios más que capaces para salir a discutir con los medios. En palabras de Aníbal Fernández : “Pidan la pelota, loco, dale. Ayuden un poco al Presidente que está haciendo un esfuerzo muy grande y no le saca el culo a la jeringa”.

El gobierno nacional debería potenciar el aspecto comunicacional de la gestión, principalmente porque dispone de la TV pública, la Radio Racional y de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual para poner en disputa la visión de la realidad que proponen desde el stablishment financiero-parasitario. Tal vez, en el último ejemplo esté la clave para poder entrar verdaderamente en la lucha por la construcción de una hegemonía nacional y popular. ¿Qué mejor que la democratización de la palabra, que cientos de radios comunitarias colmando las bandas sonoras, o canales de televisión cooperativos copando las pantallas de les argentines? El cielo es el límite si se tiene la voluntad política.

La clave, dicho explícitamente, está en crear un relato de realidad que sea tan creíble como el que venden del otro lado. La realidad en la Matrix se ve en el mundo “real” como un lenguaje alfa numérico y solo puede interferir en ella aquel que comprende el código y puede utilizarlo a su favor. @alferdez debería aprender de Neo y formar una red de medios comunitarios para ejercer el dominio de nuestro entorno y cercar, de una vez por todas, a nuestro agente Smith.

Nicolás De La Iglesia
Nicolás De La Iglesia

Existencialista. La cuestión del “ser” le parece inabordable. El humor es su bálsamo, la tabla con la que surfea la ola de mierda que puede ser la realidad. Hace poco se dio cuenta que siempre fue peronista.

Feminismos para qué

Feminismos para qué

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Por Floren Luengo*


¿En qué momento se pensó que los feminismos son de mujeres para las mujeres? Posiblemente, la respuesta redunde en los medios masivos de comunicación y en la rama radical del movimiento. Por lo general, la prensa muestra el feminismo a través de los torsos desnudos, la irrupción de las axilas sin depilar, lo mismo que el bozo y el cavado; las mujeres hegemónicamente bellas sin maquillaje y algunx famosx que salió a denunciar un abuso sexual –como si ciertos abusos sólo fueran relevantes socialmente-.


En primer lugar, siendo personas que trabajan y se comprometen con la comunicación popular, el siguiente escrito realiza una gran crítica a la industria cultural instalada en los medios hegemónicos de comunicación. Los mismos que con entusiasmo se ejercitan día a día en pos de mediatizar la violencia, acentuar la sociedad del punitivismo e individualismo y hacerle el trabajo menos agitado a un Poder Judicial que estructura la violencia en la sociedad a través de la interpretación de las leyes e incumplimiento de las mismas.

En segundo lugar, el escrito propone abonar a un campo de discusión cuyas argumentaciones se articulen para buscar interrogantes antes que respuestas a una problemática social que compromete al sistema en que nos vemos envueltas las personas. Y digo “nos” porque el compromiso es colectivo.

Ahora sí. En los últimos días las cifras de personas asesinadas sólo por el hecho de ser mujeres en Argentina, ha llegado a la obscena irracionalidad de 4 muertes en 48hs. Se registra un asesinato cada 32hs en lo que va del 2019. Por su parte, el Observatorio “Ahora que sí nos ven” registró desde principios de este año hasta finales de agosto 223 cuerpos feminizados asesinados[1].

Estos casos no son sólo hechos aislados. En otras partes del mundo, los feminismos y transfeminismos están decidiendo políticamente salir a las calles a exigir que paren de matar. En Chile denuncian un alarmante aumento de feminicidios, en Francia lo mismo, en Puerto Rico evalúan declarar la emergencia contra la violencia hacia las mujeres, niñxs y disidencias, París se suma a las protestas. Es decir, no sucede sólo acá. Hay que romper con las visiones reduccionistas que lo único que refuerzan es 1) vivir peligrosamente en un raviol; 2) la naturalización de las violencias en la sociedad que alteran las justificaciones de los hechos.

La cuestión de fondo es cultural. No es sólo el ámbito económico, ni el social ni el político; sino la congruencia de todos los espacios públicos y privados que habitan cotidianamente las personas. Erich Fromm[2] habla del invento de lo cultural para satisfacer aquellas necesidades que la biología no puede alcanzar. Es la cultura, dice el pensador, la que determina el amor, el dolor, el enojo, los enemigxs y amigxs, es decir que la cultura es la maquinaria por excelencia de la vida en sociedad. Tal invento no es natural, sino construido dialécticamente por y para las personas.

Entonces ¿qué responsabilidad tenemos como sociedad cuando estos hechos ocurren sistemáticamente en nuestro cotidiano?

En cuanto al quehacer de las leyes, podría pensarse como una regulación jurídica de las conductas sociales e individuales, cuya sanción y/o incumplimiento de la misma recae en una pena individual. Podría ser también, que el funcionamiento de las leyes en la sociedad sea el sustento legal y legítimo de las personas que reclaman a los Estados y gobiernos por el cumplimiento de los derechos humanos – o por la violación de los mismos-, entre muchas otras funciones del sistema jurídico.

Respecto a cuestiones de regulación estatal y profesional, en enero de este año -2019-, organizaciones sociales y sindicatos crean y exigen la sanción de una ley con demandas específicas. En el Art. N°1, la Ley Micaela (N° 27499) expresa lo siguiente: “Establécese la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres, para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías.” La regulación y cumplimiento está a cargo del Instituto Nacional de las Mujeres (INAM).

Ahora bien, ¿es necesaria la aparición de un órgano que abogue por las Mujeres y Disidencias en cada organismo estatal? Siendo parte del todo, ¿por qué a las mujeres y disidencias se las ubica en paralelo y no como parte del sistema social? ¿Por qué se piensa en separar a la sociedad como cuestiones aisladas cuando el sistema capitalista hace funcionar –a las mujeres, varones, no binarias, lesbianas, trans, travas, maricas, queer- de manera perfectamente eficaz en la matriz económica, política y cultural?

Y para cavar un poco más profundo ¿te preguntaste alguna vez cómo funciona el poder en tu propio núcleo familiar? ¿Quién manda y por qué? ¿Qué rol ocupas? Y ahora te invito a preguntarte acerca de cómo funciona el poder en tu sociedad, quién manda y por qué, y qué rol crees que ocupas. Los feminismos en la sociedad son aquellas organizaciones sociales y políticas que levantan banderas no individuales –algo que viene a romper con las maneras de militar las problemáticas en las organizaciones sociales-. O mejor dicho, lo propio de los feminismos es lo colectivo.

¿En qué momento se pensó que los feminismos son de mujeres para las mujeres? Posiblemente, la respuesta redunde en los medios masivos de comunicación y en alguna rama radical del movimiento. Por lo general, la prensa muestra el feminismo a través de los torsos desnudos, la irrupción de las axilas sin depilar, lo mismo que el bozo y el cavado; las mujeres hegemónicamente bellas sin maquillaje y algunx famosx que salió a denunciar un abuso sexual. Sin quitar importancia, esto es parte de algo mayor. Los feminismos cuestionan la matriz de pensamiento colonial, denuncian el racismo, la gordofobia, la xenofóbia, cuestiona las relaciones de poder en las esferas más altas y bajas, invita a abrazarse con la diferencia que enriquece y hace más fuerte el grito liberador.

Como se mencionó al inicio del escrito, la onda es generar preguntas para encontrar diversidad de respuestas posibles. Ya no se acepta una única respuesta. Desde los feminismos y transfeminismos lo que se busca es escuchar, leer, analizar la información y debatir para transformar.


* Periodista, conductora del programa La Marea (Radio Futura FM 90.5), redactora de Revista Trinchera, editora del portal Luchelatinoamérica y colaboradora de Agencia Timón.

Bibliografía:
[1] VER https://feminacida.com.ar/cuatro-femicidios-y-el-show-de-la-morbosidad/
[2] FROMM, E. El miedo a la libertad. -3ª ed.- Buenos Aires: Paidós, 2006.

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