Como un ejercicio de memoria cientos de compañeros y militantes sociales conmemoraron una jornada de lucha en la que los responsables políticos y materiales siguen impunes por el asesinato de Maximiliano Kosteki y Dario Santillán y un saldo de más de 30 heridos por las balas de plomo de un estado represor.
En una jordana sangrienta en la que no hay condena para los responsables políticos y con el condenado a cadena perpetua Alfredo Franchiotti, que hoy tiene salidas transitorias y pide el beneficio de libertad condicional a la que se oponen familiares y cientos de miles de compañeros y militantes sociales que reclaman por justicia. Fue una jornada que dejó dos asesinados y 33 heridos con balas de plomo, en las que actuaron en conjunto la SIDE, LA Policía Federal, la gendarmería, prefectura y que tuvo el aval de Duhalde que dio “la orden de que no pasaran”; y con un inexcusable de “resguardar el orden público” el Estado fue la mano negra que temerosa de reclamos justos abrió fuego contra su propio pueblo.
La jornada también estuvo marcada por fuertes reclamos pues 20 han pasado y los reclamos justos siguen siendo los mismos: trabajo, tierra, vivienda digna; que no se criminalice la protesta social y que la represión no sea la respuesta de un estado que no sabe cumplir con rol garante de condiciones de vida dignas para el pueblo empobrecido por políticas que hambrean a las mayorías y que excluyen con ingresos de miseria al pueblo que queda habitando los cordones de miserias que deja la riqueza de unos pocos.






























