Hugo Rafael Chávez Frías nació en Sabaneta (Estado Barinas, Venezuela), el 28 de julio de 1954. Siendo el segundo de los seis hijos del hogar formado por Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías, ambos maestros de educación primaria. Creció en la humildad en un pequeño pueblo del llano venezolano, por lo que a corta edad, sus padres lo llevaron con su abuela paterna, Rosa Inés Chávez, para que se ocupara de su crianza. Desde joven se volvió un aficionado al béisbol, fue monaguillo y poseía inclinaciones por la pintura, la música, la escritura creativa y el teatro.
Los estudios primarios los realizó en el Grupo Escolar Julián Pino (1966) y posteriormente cursó el bachillerato en el Liceo Daniel Florentino O’Leary de Barinas donde obtuvo el título de Bachiller en Ciencias en 1971, durante su etapa en ese centro de estudios participa en los Campeonatos de béisbol y sóftbol con los Criollitos de Venezuela (1969).
Tres semanas después de obtener el título de bachiller ingresó a la Academia Militar de Venezuela ―del Ejército Nacional de Venezuela―, donde se graduó y recibió el título de licenciado en Ciencias y Artes Militares, en la especialidad de Ingeniería, mención terrestre, egresando con el grado de subteniente, el 5 de julio de 1975. En ese mismo año realiza un curso en Comunicación, en la Escuela de Comunicación y Electrónica de las Fuerzas Armadas, ocupó el tercer lugar entre 25 alumnos.
El 4 de febrero de 1992 unos 2357 jóvenes militares guiados por Chávez, entonces teniente coronel, se alzaron contra el paquete de medidas económicas neoliberales del Fondo Monetario Internacional (FMI) implementadas por el presidente venezolano de la época, Carlos Andrés Pérez. Los participantes pertenecían a 10 batallones de las guarniciones militares de los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia y el Distrito Capital. Muchos de los integrantes del grupo formaban parte del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, cuya ideología política estaba basada en el pensamiento de Simón Bolívar.El intento por derrocar al gobierno de Pérez y orientar la vida del país por un camino de justicia social falló, y todos los participantes en esta acción fueron llevados a prisión. La causa fue sobreseída y los militares fueron puestos en libertad dos años después, durante la presidencia de Rafael Caldera.
En el año 1994, como consecuencia de las demandas del pueblo venezolano, el entonces presidente Rafael Caldera le concede la libertad al líder del levantamiento, Hugo Chávez, otorgándole a él y a varios de sus compañeros de lucha el sobreseimiento de la causa que los mantenía prisioneros. Chávez salió de prisión el 26 de marzo de 1994. A partir de entonces se inició un nuevo capítulo en la historia de las luchas populares venezolanas. De la cárcel, lugar donde se consagró al estudio, reflexión y análisis de la realidad nacional e internacional, salió a recorrer todos los confines patrios, reivindicando predicamentos libertarios y justicieros que fueron compartidos por vastos sectores de la población. Para llevar a cabo su programa popular al poder fundó entonces, junto con un calificado grupo de armas, el Movimiento V República.
Un amplísimo sentimiento popular a favor de cambios sustantivos en la conducción de los asuntos del Estado se hizo evidente el 6 de diciembre de 1998, cuando el 56,24 % de los votantes eligió a Chávez como Presidente Constitucional de la entonces República de Venezuela. Este hecho fue considerado por respetados analistas como uno de los logros más trascendentales en la historia política contemporánea de Venezuela. Con las elecciones del 30 de julio de 2000, Chávez Frías cristalizó el proyecto político constituyente y se relegitimó como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela con el 59,5 % de los votos. En las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006 fue reelegido presidente con una amplia ventaja, obteniendo más de siete millones de votos (62.84 %) frente al 36.90 % logrado por el candidato de la oposición Manuel Rosales quien reconoció el resultado esa misma noche. En octubre de 2012, Chávez volvió a ganar las elecciones presidenciales de su país, esta vez derrotando con el 55 % de los votos, a Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda y candidato de la coalición opositora. Hugo Chávez falleció el 5 de marzo de 2013 en el Hospital Militar de Venezuela debido al cáncer que le venía afectando desde 2011. Su muerte fue recibida por el pueblo con gran conmoción, mientras que el gobierno y sus familiares recibían mensajes de condolencia de todas las partes del mundo.
“Porque es la naturaleza del imperialismo la que bestializa a los hombres, la que la convierte en fiera sedienta de sangre, que están dispuestas a degollar, asesinar; a destruir hasta la última imagen de un revolucionario, de un partidario de un régimen que haya caído bajo su bota o que luche por su libertad”[1] Ernesto Che Guevara
Tal como se señalaba la semana pasada, este 28 de junio se conmemoraron 10 años del primero de una importante lista de Golpes de Estado perpetrados en Nuestra América en ese período de tiempo[2].
Éstos fueron los más visibles por el método que tuvieron que implementar: Golpes parlamentarios, judiciales y fundamentalmente mediáticos. Pero no los únicos, recuérdese que ya en 2008 Evo Morales había vivido el intento secesionista de la Medialuna Blanca, como se conoció a los departamentos de Beni, Tarija, Pando y Santa Cruz de la Sierra[5].
Honduras era el experimento en la nueva estrategia de “Golpes Blandos”, como se los conoció en un primer momento. La detención y deportación en pijamas de Mel Zelaya serían una muestra de la suerte que correrían Fernando Lugo en Paraguay[3] (2012) y Dilma Rousseff en Brasil[4] (2016).
Por su parte en 2010 la Revolución Ciudadana de Ecuador, vivían el magnicidio fallido hacia Rafael Correa, quien estuvo a punto de ser asesinado, de no ser por el despliegue del Ejército y la Policía de Policías Especiales que los rescataron del Hospital de la Policía donde se encontraba resguardado de los agentes policiales sublevados[6]. Recuérdese que la gravedad del hecho movilizó al entonces Secretario General de la UNASUR, Néstor Kirchner a convocar una reunión de emergencia en Buenos Aires[7].
Foto: teleSUR
En 2012 nuevamente fue Bolivia, esta vez con una huelga policial similar a la que realizaran dos años antes en Ecuador. El levantamiento de los uniformados fue resuelto rápidamente por el gobierno, pero marcaba una tendencia golpista de nuevo tipo. La CIA, la NED y la USAID se volvían actores claves en todos estos escenarios.
Como lo señala Andrés Mora Ramírez, en un artículo publicado en esa fecha, y citando un trabajo de Jean-Guy Allard y Eva Gollinger, “en 2010, los prepuestos de la USAID y la NED aumentaron en un 12%, lo que representaba unos 2.2 mil millones de dólares para su trabajo en América Latina. De esa cifra, se destinaron 450 millones de dólares “para el trabajo de subversión directa en la región, clasificada bajo lo que Washington llama la promoción de la democracia”[8].
Los gobiernos populares de la región empezaban a experimentar, por enésima vez, las maniobras del imperio norteamericano para debilitar la fuerza del bloque regional que se venía gestando después de que en 2005 se le dijera no al ALCA en Mar del Plata[9] y de que un año después surgiera la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.[10]
Podría sumarse a esta lista, los innumerables electorales en distintos países de la región. Los más escandalosos sin dudas llevarían nuevamente hacia tierras centroamericanas con los casos de Honduras (en 2017)[11] y el actual proceso electoral en Guatemala del cual piden su nulidad por las denuncias de fraude[12].
Fuente: Hispan Tv
Lo mismo se podría señalar sobre el proceso desestabilizador que vivió la Nicaragua sandinista de Daniel Ortega en 2018[13] cuando sectores financiados desde los EEUU pusieron al país en un estado muy delicado, con muertes innecesarias y millonarios gasto en pérdidas materiales[14], producto del vandalismo que los medios hegemónicos presentaban como protestas pacíficas.
Ni hablar de lo ocurrido con Lula en Brasil durante el proceso electoral del año pasado. Son muchos los analistas que señalan que el verdadero motivo por el cual se encarcela al ex presidente estaba ligado a sus posibilidades de volver a ganar la presidencia del país carioca[15].
Una continuidad de golpes -o intentonas-, con mayores o menores grados de efectividad, que tuvieron y tienen por finalidad poner a la región a merced de los intereses norteamericanos y de las grandes multinacionales que se dedican a saquear y rapiñar los bienes comunes de estos pueblos.
Pero en éstas últimas dos décadas, sin pensarlo demasiado, la República Bolivariana de Venezuela ha sido (por lejos) la más agredida. Desde la llegada del comandante Hugo Chávez al gobierno, las intentonas golpistas no pararon. Comenzando con el fallido golpe de estado y posterior paro petrolero de 2002[16], pasando por los boicots y otras agresiones gringas hasta el paso a la inmortalidad del gigante de Sabaneta.
Foto: teleSUR
El imperio pensó que sería más sencillo derrotar a la Revolución Bolivariana con Chávez muerto y según la visión de varios analistas esto los llevó a preparar, financiar y poner en práctica su asesinato[17].
Luego de ello vinieron el desconocimiento de Nicolás Maduro como presidente, las guarimbas de 2014 y 2017; el magnicidio fallido en 2018[18] que buscaba sacar del medio no sólo al presidente sino a muchos ministros y la cúpula militar; el ingreso de la supuesta “ayuda humanitaria” desde Cúcuta (Colombia)[19]; las sanciones unilaterales y el bloqueo comercial norteamericano; hasta llegar a la intentona de este año con Juan Guaidó con la “operación Libertad”[20].
Sumado a esto habría que anexar la innumerable cantidad de operaciones del Comando Sur de los EEUU que se han denunciado. Fundamentalmente las operaciones “Masterstroke”[21] “Venezuela Freedom 2”[22] que develara la colega argentina, Stella Calloni.
Lo más reciente es el plan que estaban amasando Trump, Netanyahu, Duque y otros lacayos del imperio. Operación desarticulada que fue denunciada recientemente por el viceministro de comunicaciones venezolano Jorge Rodríguez[23], y que involucraba a agentes israelíes que debían asesinar a Maduro, a Diosdado Cabello y otros referentesm para luego autoproclamar como presidente al ex ministro de defensa de Chávez, Raúl Isaias Baduel, detenido desde 2009 por cargos de alta traición. [24]
Fuente: teleSUR
La bestialidad del imperio ha ido in crescendo en la región y en el lapso de esta década y media ha logrado torcer –momentáneamente- la vara para su lado. Pero lo que comenzó con Chávez en 1998 fue el inicio de una época de cambios que no se circunscribe a nombres propios. Es un proceso que sigue más vivo que nunca pese a que estén en el gobierno de muchos países, lacayos que responden a los intereses gringos.
Si a este escenario se le suma el triunfo de AMLO en México, la victoria de Nito Cortizo en Panamá, la permanencia de Evo en Bolivia, de Ortega en Nicaragua y de Díaz Canel en Cuba, y agregamos el ingreso de Rusia y China en este escenario geopolítico en disputa, la realidad es que los gringos la tienen bastante complicada.
Por último agregar las dificultades que atraviesa el Brasil de Bolsonaro (con un impeachment que suena cada vez más fuerte)[25]; un Paraguay donde comienza a resquebrajarse el bipartidismo de Blancos y Colorados[26]; un Perú envuelto en hechos de corrupción cada vez más escandalosa[27]; un Lenin Moreno que perdió cinco miembros de su gabinete en una semana[28]; el creciente descontento en Guatemala[29], Honduras[30] o Haití[31]; y fundamentalmente que en Argentina la fórmula Fernández-Fernández cobra cada vez más fuerza. Podría señalarse que pese a los nubarrones que hoy atraviesan la región, como señaló García Linera en el encuentro de CLACSO del año pasado, “tenemos un neoliberalismo fallido de corto aliento y un mundo incierto. Se ha agotado el combustible neoliberal, este es un neolberalismo zombie”[32].
Parafraseando al Che, en Nuestra América tenemos la tarea titánica de ¡crear muchos Vietnam! Y la Argentina será bisagra en este proceso de refundación de lo nuestroamericano como una opción viable en el camino de la construcción de una Nuestra América libre, justa, soberana.
* Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), productor general del programa La Marea (FM 90.5 Radio Futura), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
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