Resulta un periplo bastante complejo entender lo que acontece en el mundo de hoy. Sobre todo, si hacemos caso a la narrativa construida por Occidente. El movimiento de fichas en el tablero mundial continúa sucediendo y a paso acelerado.
A finales de los años 90, el entonces ministro de asuntos exteriores ruso Yevgueni Primakov, promovía lo que se conocería como la “Doctrina Primakov”. Éste planteaba que se debía construir una alianza entre Rusia, China e India, gestar un “triángulo estratégico” para contrabalancear el poderío estadounidense. Ese triángulo hoy está conformado por Rusia, China e Irán (que reemplazó a India), aunque Nueva Deli podría sumarse en cualquier momento a ese club.

No es un detalle menor, dado que esta alianza propuesta por Primakov fue la gesta de lo que sería el RIC primero, el BRIC después (con la incorporación de Brasil), para desencadenar en el BRICS (con la incorporación de Sudáfrica.
Dato, no relato: Rusia y China tienen un acuerdo estratégico de largo alcance y muy consolidado, China e Irán tienen un acuerdo estratégico muy importante (aunque no incluye lo militar), y Rusia e Irán firmaron el pasado 17 de enero (3 días antes de que asuma Trump) un acuerdo estratégico que incluye la ayuda técnico-militar (en criollo que ante agresión de terceros a alguno de los países el otro saldría en su ayuda). El principio del ex canciller ruso parece estar consolidándose finalmente.
Y estas semanas estarían indicando que ese triángulo renovado, parece estar dando sus frutos. Veamos algunos ejemplos:
Guerra de aranceles: estrategia fallida
El Secretario del Tesoro norteamericano, Scott Besset, amenazó a Europa y dijo que pivotear hacia China, literalmente, sería “degollarse”. Esto la misma semana en la que advirtió a China y una posible devaluación el yuan. De darse podría comerse la estrepitosa suba arancelaria norteamericana al país asiático, que hoy llega a la escandalosa cifra de 245%.
El problema para Washington es que según datos arrojados por el ASPI (Australian Strategic Policy Institute), China controla 47 de 54 rubros de tecnología crítica “de impacto”, y como si eso no bastara, después de que Trump señalara que empresas como NVIDIA tendrían que elegir entre EEUU o China, Jen-Hsun Huang, CEO de la tecnológica, visitó Beijín y mantuvo diversas reuniones, y afirmó a la prensa que China es un mercado importante para su compañía.

En el mismo lapso temporal, y luego de los aranceles norteamericanos al mundo, Xi se reunión con representantes de Japón y Corea del Sur (aliados históricos de EEUU), y continúa fortaleciendo sus relaciones en Asia donde por ej. recientemente viaje a Camboya y Vietnam. De hecho, recientemente el mandarín afirmó que los países de África y América que comercien con China tendrán arancel 0 en rubros como ropa, accesorios y tecnología.
La reculada en chancletas de Trump dejó perplejos a muchos. La jugada no le salió bien y ahora casi que ruega (a su estilo) negociar con China. El punto es que no tiene ni para empezar, sobre todo si tomamos en cuenta que la sumatoria de las reservas en dólares de China y Hong Kong, a marzo de 2025, la cifra supera los 4 millones de millones (en inglés 4 trillon). Mientras que Estados Unidos (según datos de 2023) tiene un total de reservas (que incluyen oro y dólares) de 773 mil millones de dólares. Una cuarta parte que China. Ese diferencial daría al gigante asiático un resto mucho más importante de sostenerse en el tiempo la “guerra comercial”.
Dos datos no menores son: el primero, que el propio legislador texano Ron Paul puso en duda la existencia de las reservas de oro que en teoría tiene la Reserva Federal en Fort Knox; el segundo, el reciente descubrimiento de una mina de oro en China, que podría darle una ventaja aún mayor en ese sector.
Y a esto último hay que agregar que China comenzó a reducir su compra de dólares, a reducir su cuota de pantalla con películas norteamericanas y recientemente dejó de comprar gas natural licuado y soja a EEUU. Mientras Canadá ha aumentado el envío de crudo a Pekín, el reemplazo de la con soja lo está haciendo Brasil, es uno de los pocos países en Nuestra América que además está plegado a la estrategia china de desdolarización. Brasil y China ya no usan dólares para su comercio, usan swaps. Dato no menor es que Dilma Rouseff es la presidenta (reelecta) en el Banco del BRICS. De hecho, recientemente el asesor especial de la Presidencia para Asuntos Internacionales y ex canciller, Celso Amorim, señaló que “Es una cuestión pragmática: China hoy ofrece más oportunidades al Brasil y menos riesgos” que EEUU.

Y todo esto en los mismos días en que se produjo la masiva venta de bonos del tesoro a 10 años, que en las últimas décadas fueron un lugar de resguardo seguro ante turbulencias en el mercado financiero. Un significativo mensaje de que el “mercado” desconfía que EEUU pague sus deudas. Nuevamente, cabe destacar que China posee alrededor de 761 mil millones de dólares en Bonos del tesoro norteamericano, y que, si quisiera, podría utilizarlos en contra de los EEUU vendiéndolos masivamente. Aunque esto tampoco le conviene dado que ello generaría que el yuan se aprecie y que sus exportaciones se vuelvan más caras.
Otro dato significativo (y que pone en evidencia el porqué de las declaraciones de Trump respecto de Groenlandia, Canadá o el canal de Panamá) es que China tiene prácticamente garantizadas sus cadenas de suministro. En criollo, que si entra en guerra tiene a disposición todas las materias primas que necesita para seguir reproduciendo su sistema de producción y comercio. Caso inverso es el de EEUU, que por eso amenaza con anexar Canadá o Groenlandia, fundamentalmente, por sus bienes estratégicos y por las rutas comerciales como la ruta del norte (que está discutiendo con Rusia) o el Canal de Panamá.
El gran mediador: Rusia
En este escenario de confrontación entre gigantes (EEUU-China), como ya hemos venido analizando, Rusia puede convertirse en un mediador directo. Cabe recordar que Trump sostuvo que quiere generar un G2 entre EEUU y Rusia: están negociando por Ucrania, y Moscú está mediando entre EEUU e Irán. La pretensión de alejar a Moscú de Pekín, a ciencia cierta, no le estaría funcionando. La Alianza de Putin y Xi no sólo es muy sólida, sino complementaria.
Según el analista geopolítico mexicano Alfredo Jalife, que pocas horas antes de que el enviado especial de la Casa Blanca para Medio Oriente, Steve Witkoff, viajara a Omán para mantener negociaciones indirectas con la parte iraní, estuvo reunido casi 5 hs con el presidente ruso Vladimir Putin y su asesor económico, Kirill Dmitriev. Esto deja a las claras que la negociación entre EEUU y Rusia tiene al contencioso de Irán en la mesa de negociaciones.
Las petromonarquías también juegan
En este escenario, las petromonarquías (Arabia Saudí, Bahrein y Qatar) también están jugando el papel mediador entre las 3 superpotencias, al tiempo que siguen haciendo negocios: el pasado jueves, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán visitó Moscú y se reunió con Putin, en las vísperas de la segunda ronda de negociaciones entre EEUU y el país persa. Según sostuvo la agencia estatal iraní IRNA, la visita de Abás Araqchi a Moscú tenía como objetivo entregar en mano al mandatario ruso, un mensaje escrito del atatolá Sayed Ali Jamenei, máximo líder de la Revolución Islámica de Irán.
Si se lee lo anterior de manera aislada, no entenderíamos el entramado que hay de fondo: pocas horas antes de que Araqchi pisara suelo ruso, se reunió en Teherán con el ministro de la defensa de Arabia Saudí, el hijo del Rey Salmán y hermano del príncipe heredero, Khalid bin Salman Al Saud. Éste también se reunió con el ayatolá Jomenei y con su homólogo iraní. Casi en simultáneo, el Emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Thani, visitó a Putin en Moscú. Y no sólo anunciaron importantes inversiones, sino que además abordaron la situación del conflicto Palestino-israelí. Ambos mandatarios coincidieron en que la solución de dos Estados sería lo que garantizaría una paz a largo plazo.
Según portales como Irán Observer o RT, en su primer encuentro (indirecto) Irán habría propuesto a EEUU la creación en Asia Occidental de una región libre de armas nucleares, incluyendo la desnuclearización completa de Israel (que se cree que tiene más de 300 bombas nucleares).
Como resultante y en conferencia junto con su homólogo Lavrov, el canciller iraní sostuvo que es posible llegar a un acuerdo con EEUU si la administración Trump “deja de lado exigencias poco realistas“. La traducción directa es que Irán no desmantelará su sistema nuclear civil, no dejará de apoyar al Eje de la Resistencia en Asia Occidental y que no abandonará su proyecto de misiles hipersónicos. Aceptar cualquiera de estas peticiones sería debilitar su posición ante el sionismo en la región.
Lo que sí no hay que perder de vista la denuncia realizada por el ex diplomático británico y experto en Asia Occidental, Alastair Crooke, quien afirmó que el Comandante del CENTCOM norteamericano estuvo dos días en un bunker el ataque a Irán, por lo cual la nación persa decretó el estado de alerta máxima. Casualidad o no, en esas mismas jornadas (el 9 de abril) se vivió la estrepitosa venta masiva de bonos del tesoro norteamericano que sembró el pánico en los mercados financieros del mundo.
El coraje yemení
Tal como lo hemos señalado en otras oportunidades, la disputa en el Mar Rojo y el bloqueo perpetrado por las milicias del Movimiento Ansar Allah de Yemen, están causando más de un dolor de cabeza a los norteamericanos y sionistas. De allí las presiones norteamericanas contra Irán para que deje de “apoyar” a los Huties bajo amenaza de tomar represalias directas con el país persa. En este escenario es donde el Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur (INSTC por sus siglas en inglés) impulsado por Rusia, Irán, Azerbaiyán e India (pero que se ramificaría por Armenia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Bielorrusia, Omán y Siria), cobra aún más relevancia geoeconómica y geoestratégica.
Y como si no tuviera problemas fuera, Trump tiene un desafío extremadamente complejo en la política doméstica. A la inestabilidad del “mercado”, la posible explosión de “burbujas” (ahora sería el turno de la tecnológica) y las presiones de distintos lobbies allí reinantes, se suman las demandas que empiezan a surgir de distintos sectores demócratas, entre ellos el Gobernador de California, Gavin Newsom.
La tensión en distintos puntos pende de un hilo, pero al menos la posibilidad de un conflicto nuclear planteada por los halcones guerreristas (globalistas tanto demócratas como republicanos) retrocedió unos pasos. Sin embargo, las dificultades continúan y se complejizan. Y mientras la Unión Europea prohíbe a sus miembros asistir a la celebración en Rusia el próximo 9 de Mayo, el Kremlin se prepara para conmemorar el “Día de la victoria de la gran guerra patria”. Una fecha que puede ser una bisagra en la geopolítica mundial, en la que Xi Jimping es el invitado de honor, pero en la que también podría asistir el mandatario norteamericano, Donald Trump. Aunque en este contexto tres semanas es una eternidad.

Nicolás Sampedro
Prefiero escucha antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.
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