La primera guerra por el litio

La primera guerra por el litio

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Los días que precedieron a las elecciones del 20 de octubre del 2019 en el Estado Plurinacional de Bolivia estuvieron impregnados de caos y confusión. Para aquellos que entienden los procesos y la historia de Nuestra América, era claro que se estaba llevando a cabo un golpe de Estado. Sin embargo, no estaba claro quiénes se encontraban detrás de las maniobras de la derecha cipaya boliviana. A más de un año de lo ocurrido, y con el MAS nuevamente en el poder, las aguas finalmente comenzaron a aclararse.

Mark Curtis y Matt Kenard, un historiador y un periodista del Reino Unido, creadores del medio Declassified Uk, tuvieron acceso a documentos desclasificados del Ministerio de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña. En los mismos, se puede ver claramente no solo la influencia que tuvieron en el golpe, sino también el papel protagónico del país liderado por Boris Johnson a la hora de orquestar la desestabilización de un gobierno democráticamente electo.

Una vez exiliado en México, Evo Morales nombró al litio como la principal causa de lo ocurrido. Un dato no menor es que Bolivia es uno de los mayores reservorios del mundo de este mineral clave para el desarrollo de nuevas tecnologías, como baterías para autos eléctricos y celulares, por lo que, en el marco del agotamiento de las reservas mundiales de combustibles fósiles, se transformará paulatinamente en un bien cada vez más trascendente y estratégico.

Conferencia de prensa de Evo Morales una vez exiliado en México

En los documentos encontrados por los investigadores británicos radicados en Sudáfrica, se puede dar cuenta de las intenciones del Reino Unido de apoderarse del litio boliviano. De hecho, el gobierno de Johnson manifestó en distintos comunicados que las baterías de litio son prioridad para la estrategia industrial del país, agregando que el 54% de las reservas mundiales se encuentran en Sudamérica, en el llamado “triángulo” del litio conformado por Chile, Argentina y Bolivia.

El imperio británico siempre tuvo como estrategia hacerse con los recursos del país vecino, un primer abordaje consistió en intentar convencer “por las buenas” al gobierno boliviano de incluirlos en la explotación del litio, mientras en las sombras preparaba el terreno para el golpe. Precisamente, en uno de los documentos desclasificados detallan que “el Reino Unido tiene como objetivo tener una industria de baterías próspera y sostenible, lo que se traduciría en una oportunidad de £ 2.7 mil millones … y nuestras asociaciones bilaterales son esenciales para garantizar esto“.

Un dato más que relevante a la hora de evidenciar las intenciones del imperialismo británico es el desembolso de más de £ 4.500 en la organización de un evento de ciberseguridad para instituciones financieras en La Paz. El mismo fue coordinado por la Bolsa de Valores de Bolivia y por la empresa Darktrace, creada por el servicio de seguridad nacional británico, el MI5 (servicio de inteligencia). Lo que da muestras de que no alcanza con expulsar a diplomáticos yankees como lo hizo Evo en el 2009, ya que los soldados del imperio siempre aparecen de una manera u otra.

Darktrace tiene en su staff a Alan Wade, un ex veterano de 35 años de la CIA y ex director de información; a Marcus Fowler, un ex marine veterano de 15 años en la misma organización, donde trabajó como director de “amenazas estratégicas”. Al evento en cuestión asistieron 150 ejecutivos  y altos funcionarios del sector financiero boliviano, donde, en un claro intento de neutralizar a la banca boliviana, se les informó que la City Londinense (uno de los centros financieros más importantes del mundo) solo negociaría con aquellos que utilicen los servicios de la empresa británica.

A partir del 2017, la Embajada de Gran Bretaña en La Paz tuvo un rol clave y, una vez consumado el golpe, la actividad se volcó hacia el bastión de la oposición en Santa Cruz. En su afán de ganarse el visto bueno del gobierno de Morales en este año, el RU envió expertos a la empresa nacional de yacimientos de litio bolivianos para evaluar una posible explotación. Sin embargo, en febrero del 2019 el gobierno autorizó un proyecto de 2.300 millones de dólares de la empresa china TBEA Group que se centraría en los salares Coipasa y Pastos Grandes.

En el transcurso del 2019, la Embajada Británica cofinanció distintos proyectos junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), uno para “optimizar la exploración y producción de litio en Bolivia (en los salares antes mencionados) utilizando tecnología británica” y otro donde la empresa de Oxford Satellite Aplications Catapult utilizó satélites para cartografiar las reservas de litio. Lo llamativo de este es que además de implicar una inversión de 33 mil dólares por parte del BID, el mismo fue distribuido por la entidad financiera una vez instalado el golpe.

La etapa final del plan británico consistió en financiar con £ 8 mil para formar una alianza con organizaciones de la sociedad civil con la que coordinaron una operación de observación ciudadana de las elecciones del 2019, que consistió en una encuesta sobre las intenciones de voto. La información resultante de las encuestas fue de vital importancia para la confección del informe que la Organización de los Estados Americanos utilizó para poner en cuestión la legalidad del proceso electoral. Sin dudas, la principal excusa que utilizó la derecha boliviana para llevar adelante un proceso que buscó, lisa y llanamente, aniquilar a su oposición.

Finalmente, con Jeanine Áñez al poder, la Embajada Británica organizó un seminario junto con la empresa Watchman UK, dirigida por Christopher Goodwin-Hudson, veterano de nueve años del ejército y ex director de seguridad de la banca de inversión y valores Goldman Sachs; y por Gabriel Carter, miembro de Special Forces Club en Knightsbridge, un club exclusivo para veteranos de inteligencia y fuerzas especiales de alto nivel. La compañía opera principalmente en África y se especializa en manipular poblaciones para llevarlas a participar en proyectos contrarios a sus intereses.

Estos sucesos marcan lo que el analista político francés Thierry Meyssan llamó la “primera guerra del litio”, un evento que debe ser mirado en detalle porque, en un contexto en donde el agua dulce comenzó a cotizar en Wallstreet, este tipo de maniobras por parte del imperialismo se harán cada vez más frecuentes. Claramente, a más de 200 años del genocidio de los pueblos nativos de Nuestra América, los responsables cambiaron las formas pero no el objetivo: arrasar con los recursos naturales de nuestra tierra.

Es necesario que, ante la precipitación del cambio climático, los distintos gobiernos nacionales comiencen a cuestionar las lógicas de producción que depredan nuestros suelos, acaban con la biodiversidad y tienen como principales víctimas a los pueblos originarios y a los sectores populares. Para lograr esto, es imprescindible que se comience a cuestionar la matriz extractivista en la que el yugo imperialista ha hundido a toda la región, y comenzar a trazar planes reales que se orienten hacia el desarrollo de energías renovables, hacia una verdadera industialización y hacia un manejo sustentable de la tierra.

Nicolás De La Iglesia
Nicolás De La Iglesia

Existencialista. La cuestión del «ser» me parece inabordable. El humor es mi bálsamo, la tabla con que surfeo la ola de mierda que puede ser la realidad. Hace poco me dí cuenta que siempre fui peronista.

Los militares toman las riendas (otra vez) en Myanmar

Los militares toman las riendas (otra vez) en Myanmar

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Este anuncio se produjo después de que Aung San Suu Kyi, la líder del partido gobernante Liga Nacional para la Democracia (LND), fuera detenida en las primeras horas de la jornada militarista. La prensa occidental habla de golpe de Estado, mientras que otros argumentan que los militares jamás se fueron del poder en el país. Se trata de la primera prueba diplomática para la administración estadounidense del demócrata Joseph Biden, que mira con atención lo que sucede en tierras cercanas a China.

Los militares otra vez

Febrero amaneció con una jornada militar en el Sudeste Asiático. Los miembros del poderoso ejército de Myanmar tomaron las riendas  del Estado dando muestras de que siguen siendo los verdaderos dueños de un territorio multiétnico con problemas de larga data. El ejército considera que las elecciones del pasado noviembre, en las que la LND ganó por abrumadora mayoría, fueron fraudulentas.

 “Washington se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las recientes elecciones o de impedir la transición democrática en Myanmar”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien llamó a la liberación de todos los políticos y líderes de la sociedad civil. Blinken enfatizó que Estados Unidos “está del lado del pueblo de Myanmar en sus aspiraciones de democracia, libertad, paz y desarrollo. El ejército debe revertir estas acciones de inmediato”.

El portavoz militar de Birmania, Zaw Min Tun.

La LDN de Aung San Suu Kyi ganó el 83% de los escaños en las elecciones del 8 de noviembre del año 2020. Esto fue visto como un referendo sobre el gobierno civil de Aung San Suu Kyi. Fue solo la segunda elección democrática desde el fin del régimen militar en 2011. Pero los militares no aceptaron los resultados y judicializaron la cuestión. Encarcelaron dirigentes del LDN y argumentaron que “hubo fraude”.

La guardia pretoriana y económica

Los militares de Myanmar no sólo son una fuerza castrense típica de un país, sino una verdadera elite económica que muchas veces es considerada como la “burguesía local belicista”. También se consideran la “guardia pretoriana” del país, lo que equivale a decir que son la “reserva moral de la nación”. Tras su independencia de Reino Unido en 1948, Myanmar fue gobernado por una casta militar desde 1962 hasta 2011, período en el que solo se celebraron elecciones en dos ocasiones. El país es rico en jade, gemas, petróleo, gas natural y otros recursos minerales. Los militares, sobre todo los del Ejército de Tierra, tienen bajo su control a las empresas que explotan todos esos recursos y mantienen una alianza histórica con sectores empresariales comerciales que constituyen un establishment que también poseen el poder sobre los medios de comunicación.

La agricultura sigue siendo la principal actividad económica. Ocupa a casi los 2/3 de la población económicamente activa y contribuye en un 40 % al producto interior bruto. El cultivo predominante es el arroz, que ocupa cerca de la mitad de las tierras cultivables. Es de destacar igualmente el cultivo de la adormidera, siendo el segundo productor ilegal de esta planta para procesar opiáceos como la heroína en el mundo después de Afganistán, según datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Estados Unidos ha seguido de cerca esto y de hecho ha aplicado diversas sanciones comerciales a Myanmar para presionar a los militares.

Los pretorianos birmanos ante las sanciones comerciales de Estados Unidos (a la que se sumaron Japón y Surcorea) decidieron dar un giro económico en los inicios del siglo XXI al tratar acuerdos con la poderosa República Popular China. Sectores económicos rurales y urbanos del país se asociaron a los grupos antimilitares, liderados por Aung San Suu Kyi. Se trata de una clase media occidentalizada que busca “modernizar” a Myanmar, pero que no se la hace fácil frente a un régimen militar poderoso. También los militares lograron cooptar a las fuerzas sindicales locales, pero no ha podido hacer mella en los sectores estudiantiles universitarios, muy contestatarios ante los pretorianos de Myanmar.

Aung San Suu Kyi con Xi Jinping

Un país multiétnico

Myanmar es una de las naciones con un mapa multiétnico muy variado. En su territorio confluyen tres grandes familias lingüísticas de Asia: la familia tibeto-birmana, la familia austroasiática y la familia tai-kadai.​ El principal idioma del país, el idioma birmano, es una lengua tibeto-birmana del grupo lolo-búrmico. La cultura de Myanmar es una mezcla centenaria de influencias birmanas, chinas, indias y tailandesas. Esto se refleja en su idioma, en la cocina, y en la música. El arte ha estado influido históricamente por el budismo Theravāda, así como la literatura. De hecho, Myanmar es uno de los centros budistas más importantes del Sudeste Asiático junto a Camboya, Laos y Vietnam. El 89 % de la población practica el budismo. El 4 % de la población profesa el cristianismo, otro 4 % el islam, un 1 % creencias animistas, y el 2 % sigue otras religiones como el hinduismo y otras religiones de China.

El clero budista es muy importante en el país. Frente a los militares se dividieron entre pactar con ellos o enfrentarlos. La facción conservadora, muy nacionalista y que fomenta el odio hacia el islam y el hinduismo en el país, es un actual aliado de los pretorianos, mientras que un sector “juvenil” busca la independencia de los militares. Este sector estimula el llamado al “encuentro de las religiones” para evitar los conflictos étnicos locales.

El clero conservador budista les otorga a los militares el nacionalismo chovinista para imponer la ideología de la “Gran Birmania”. De ahí, que los conflictos y los genocidios sobre poblaciones como los rohingya de la región de Akan desde 2017. Este nacionalismo está en los medios, en las escuelas y en la opinión pública de la mayoría de la población budista.

El destino de Aung San Suu Kyi

En 1991, “La dama”, como se la apodó, recibió el premio Nobel de la Paz, por luchar contra los militares desde 1988. Suu Kyi, de 75 años, pasó detenida la mayor parte de las dos décadas que van entre 1989 y 2010. En noviembre de 2015, lideró la Liga Nacional de la Democracia que logró la victoria en las primeras elecciones libres en Myanmar en 25 años. Esa victoria llegó cinco años después de que hubiera sido liberada. Aunque la constitución de Myanmar le prohíbe convertirse en presidenta porque tiene hijos que nacieron en el extranjero, Suu Kyi es vista como la líder de facto del país. Su título oficial es Consejera Estatal. Suu Kyi es la hija del héroe de la independencia del país, el general Aung San. Él fue asesinado en julio de 1947, durante el período de transición y justo seis meses antes de lograda la independencia, cuando Suu Kyi tenía solo 2 años.

El gobierno militar convocó a elecciones en 1990, pero -a pesar de que el partido fundado por Suu Kyi, el NLD, ganó de forma convincente los militares se negaron a entregar el poder.

Suu Kyi permaneció bajo arresto domiciliario en Rangoon por seis años, hasta que fue puesta en libertad en 1995. Pero volvió a quedar detenida y con prisión domiciliaria en septiembre de 2000, cuando intentó viajar a la ciudad de Mandalay, desafiando las restricciones de movimiento que le habían impuesto. Fue liberada de forma incondicional en mayo de 2002, pero de nuevo fue enviada a la cárcel después de un enfrentamiento entre sus seguidores y militantes del gobierno.

En noviembre de 2014, denunció que Myanmar no había hecho ninguna reforma real y que Estados Unidos (que había levantado la mayoría de las sanciones económicas contra el país en 2012) había sido “excesivamente optimista”. Además, en junio de 2015, no pudo lograr una votación mayoritaria para remover el veto del ejército sobre un cambio constitucional. Pero cuatro meses después, el 8 de noviembre de 2015, se realizaron en Myanmar las primeras “elecciones abiertas y libres” en 25 años. El NLD obtuvo un abrumador triunfo.

Protestas de la comunidad musulmana en el mundo contra el genocidio rohingya.

Desde entonces, su liderazgo fue definido por la crisis rohingya. Después de los ataques fatales contra las estaciones de policía en el estado de Rakhine, en agosto de 2017, el ejército de Myanmar comenzó una brutal represión contra esa minoría étnica musulmana, obligando a cientos de miles a huir a través de la frontera con Bangladesh. Los críticos dicen que Suu Kyi no hizo ni ha hecho lo suficiente para condenar a los militares. Por eso, ella y Myanmar enfrentan un juicio por genocidio en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya.

Desde que asumió el poder, además de la crisis rohingya, Suu Kyi y su gobierno también han enfrentado a críticas por enjuiciar a periodistas y activistas. Suu Kyi tuvo que pactar con los militares y esto le causó problemas. Por la presión internacional por el genocidio sobre los rohingya, tuvo que ceder y prestar atención a esta calamidad en 2020. Por supuesto, los militares vieron esto como un “peligro” y decidieron tomar otra vez las riendas.

Los militares tienen tanto poder que jamás querrán perderlo. Saben cómo actuar desde antaño. Y parece no preocuparles enemistarse con Estados Unidos. Como buenos empresarios belicosos, saben que tienen a China enfrente para seguir con sus negocios.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

El MAS y un triunfo arrollador

El MAS y un triunfo arrollador

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A pesar de la intervención desvergonzada de la OEA, del Departamento de Estado norteamericano, de una ultraderecha sometida a las órdenes de fuerzas externas, el MAS y su binomio, conformado por Luis Arce Cataroa como presidente y David Choquehuanca a la vicepresidencia, lograron una victoria furibunda e indiscutible en las elecciones a la que fueron convocados 7.3 millones de bolivianos.

El 53% de los votos y la diferencia de 20 puntos porcentuales sobre Carlos Mesa Gisbert (31,2%) y de 40 sobre Luis Fernando Camacho (14,1%), son cifras extraordinarias, que representan aire fresco para la lucha de los pueblos. Con esto se confirma, tal como se sostuvo en alguna otra oportunidad, que en la elección de 2019nhubo una operación destinada a impedir el triunfo del MAS. Esto, por supuesto, avalado por los gobiernos derechistas latinoamericanos, y el silencio cómplice de los organismos internacionales.

El triunfo de este 18 de octubre le permite al pueblo boliviano volver a Palacio Quemado y además controlar las dos cámaras del Parlamento. Una victoria que traerá consigo un tremendo impacto regional e internacional, que da nuevos aires al progresismo en América Latina y que recupera la democracia para Bolivia y su pueblo, que sabiamente vuelve a confiar en aquellos que lo dignificaron, que le dijeron no al racismo, al saqueo, al sometimiento a Washington y a la corrupción.

Mientras más postergaba la derecha golpista la convocatoria a elecciones, con una estrategia política errada del gobierno de facto presidido por Jeanine Añez, más se debilitaban sus opciones. Esto, ante la política supremacista, racista, de corte fascista, de insulto al pueblo indígena a sus símbolos y a su cultura. En ese contexto, la sociedad boliviana tuvo más tiempo para comparar la dictadura con lo que había sido un proceso revolucionario, que durante 14 años le cambio la cara y el organismo entero a Bolivia; una revolución que nacionalizó los recursos naturales, que llevó a los indígenas a ocupar Palacio Quemado y decirle al mundo que Bolivia existía, que tenía una dignidad que necesitaba aflorar tras cientos de años de sometimiento y abusos.

El ministro de Gobierno de la dictadura, el empresario Arturo Murillo, estuvo durante la noche del domingo largas horas presionando a los medios de comunicación, al Tribunal Supremo Electoral y a las encuestadoras para que no dieran a conocer lo que ya se sabía hace algunas horas, pero que demoró en visibilizarse: el triunfo del MAS era inobjetable y por una mayoría abrumadora. Una dura derrota para el imperio y los gobiernos derechistas latinoamericanos coordinados por Almagro.

El resultado del recuento fue claro y planeadamente postergado. El propio ex presidente Evo Morales, en una conferencia de prensa dada en Argentina, sostuvo: “Las empresas encuestadoras se niegan a publicar el resultado en boca de urna. Se sospecha que algo están ocultando”. Por su parte, Sebastián Michel, vocero del MAS, señaló que existía una estrategia del gobierno de facto para lograr que no se entregara información y así generar un clima de violencia con el objetivo final de anular las elecciones. La enorme amplitud de cifras entre Arce y Mesa ha hecho imposible llevar a cabo lo que el departamento de estado norteamericano, junto a la OEA, habían planeado junto al ultraderechista ministro de Gobierno, Arturo Murillo.

La parte más difícil viene ahora para recuperar una vida trastornada por una dictadura que ha violado los derechos humanos en todos los ámbitos en que pueden ser violados: sanitarios, integridad física, acceso al trabajo, a la educación, derechos cívicos y políticos. Ahora viene justicia por los muertos, por los humillados, y sanar las heridas propiciadas por un gobierno de facto que cometió atropello a los derechos de millones de bolivianos y bolivianas.

En un interesante análisis de Mario Rodríguez, periodista y educador popular boliviano con especialidad en interculturalidad, los resultados de estas elecciones el 18 de octubre “han sido una victoria en el territorio del enemigo, en un campo conservador donde se aglutinó lo más fascista que puede tener la política, articulado en los sectores más retrógrados que puede tener un país”. Se trata de un triunfo sobre el dinero, el poder mediático, los poderes hegemónicos. Dicho marco permite evidenciar que se trata de una victoria del pueblo boliviano, que supera la conformación partidaria y sumerge a la sociedad en la búsqueda de su futuro.

En segundo lugar, para el análisis interno de lo que ha sido una fortaleza en el masismo, se conformó el sujeto de lo plurinacional, con un abanico amplio de posibilidades, que hay que fortalecer. Un triunfo que se da contra viento y marea, que permite pensar en transformaciones profundas. Un tercer elemento es que se necesita una profunda reflexión y una crítica respecto a lo que fueron los gobiernos del MAS para recomponer elementos que fueron erosionados y que necesitan ser reconstituidos en la capacidad de participación popular. Y en cuarto lugar este triunfo es un tremendo impulso para las luchas populares en Latinoamérica..

Claramente este es un laurel obtenido por el MAS, una conquista enorme, que representa la justeza de tres lustros de un gobierno transformador en Bolivia, que caló hondo, que a la hora de la comparación le ganó por cientos de miles de votos a esa derecha recalcitrante. Una derrota del fascismo que le va a doler a la derecha, al Grupo de Lima, y al converso Luis Almagro, que deberá responder de esta derrota ante sus amos estadounidenses, que gastó cientos de millones de dólares para tratar de consolidar un gobierno de facto y darle posibilidades a la derecha boliviana. Almagro ha fracasando estrepitosamente en esta misión que los visibiliza como lo que son: oportunistas, racistas, soberbios y escasos de visión para calar en plenitud el pensamiento y los anhelos de un pueblo que aprendió a defender su dignidad.

Para el triunfador de estas elecciones, Luis Arce Catacora, el desafío es claro: “Hemos recuperado la democracia y la esperanza, como también estamos recuperando la certidumbre para beneficiar a la pequeña, mediana, gran empresa, al sector público y a las familias bolivianas. Gobernaré para todos los bolivianos y trabajaré para reencaminar, sobre todo, la estabilidad económica del país”. Luis Arce agradeció la confianza del pueblo boliviano, de los militantes del MAS, de la comunidad internacional y de los observadores que llegaron para supervigilar las elecciones.

El MAS logró una victoria inapelable, a pesar del Covid 19, las amenazas del gobierno y los intentos de impedir que se votara. El MAS arrasó en las grandes ciudades y en el mundo rural. No hubo lugar en Bolivia, donde el mundo masista no haya logrado hacer morder el polvo de la derrota a Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho y los suyos. El MAS triunfó a pesar de la labor de desestabilización de la OEA, definida como el Ministerio de Colonias de Estados Unidos. El MAS triunfó a pesar de fuerzas poderosas en su contra, porque la marcha justa no tiene freno posible.

El MAS triunfó porque el pueblo sabio de Bolivia entendió, que a pesar de todas las críticas se le podían hacer, hizo un trabajo que tenía como centro a los más postergados de Bolivia, por la defensa de sus derechos y la construcción de aquellos negados; a los que por cientos de años fueron humillados, denigrados y que con el MAS comenzaron a andar con su marcha de gigantes. No hay freno posible cuando un pueblo defiende lo suyo.

Artículo publicado originalmente en http://www.segundopaso.es

Pablo Jofré Leal
Pablo Jofré Leal

Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. especialista en temas de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

Impunidad en democracia en Uruguay: Las actas del tribunal de (des)honor

Impunidad en democracia en Uruguay: Las actas del tribunal de (des)honor

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En vísperas del Día Internacional del Detenido Desaparecido, Uruguay vive días convulsos con respecto al pasado reciente, específicamente de la dictadura cívico-militar de 1973 al 1985, en un contexto donde se está discutiendo el presupuesto nacional del quinquenio que proyecta recortes y ajustes en varias áreas, entre ellas la educación y la salud.

Tuve que matar y maté, y no me arrepiento”, dijo el coronel (r) Gilberto  Vázquez ante un Tribunal de Honor en 2006 | la diaria | Uruguay

A pedido de Familiares de detenidos desaparecidos, el 27 de agosto salieron a la luz las actas del tribunal de honor del Ejército del año 2006, donde el coronel (retirado) Gilberto Vazquez confesaba haber participado del segundo vuelo de la muerte entre Uruguay y Argentina (para tirar cadáveres de militantes desaparecidos en el Río de la Plata) en medio del Plan Cóndor, y también de haber matado, torturado y planificado atentados; estos últimos incluso en democracia.

En 2011 fue instaurado el 30 de agosto como el Día Internacional del Detenido Desaparecido por Naciones Unidas en la Convención Internacional. “La desaparición forzada se usa a menudo como estrategia para infundir el terror en los ciudadanos. La sensación de inseguridad que esa práctica genera no se limita a los parientes próximos del desaparecido, sino que afecta a su comunidad y al conjunto de la sociedad”, señala la ONU.

De impunidad y otros silencios:

Vazquez integró el órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) durante la dictadura. Fue condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad. Entre ellos, 28 homicidios y condenado también a 30 años por haber secuestrado y desaparecido a María Claudia García, madre de Macarena Gelman.

En el presente cumple prisión domiciliaria en el norteño departamento de Rivera. Fue el último en entregarse cuando se ejecutó la orden de arresto para seis represores, entre los que estaban torturadores y responsables de desapariciones, como José Nino Gavazzo, Jorge Silveira, Ernesto Rama, Ricardo Arab y Ricardo Medina.

Las confesiones en el tribunal de Honor sucedieron luego de que Vázquez se escapara del Hospital Militar, donde se hallaba internado. A raíz de su fuga compareci+o ante los tres generales de las tres armas. Las actas tienen pasajes contundentes y escalofriantes: “Yo era un soldado e hice lo mejor que pude; tuve que matar y maté, y no me arrepiento. Tuve que torturar y torturé, con el dolor en el alma, y me cuesta muchas noches dormir acordándome de los tipos que cagué a palos, pero no me arrepiento”.

Militar retirado admitió crímenes durante dictadura uruguaya

Refiriéndose a la Comisión para la Paz, creada en el 2000 durante el gobierno de Jorge Battlle del Partido Colorado, Vazquez se refirió a los militares que colaboraron con dicha comisión como “traidores”. En otro pasaje, confiesa haber tenido implicancia en la desaparición del militante del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) Adalberto Soba, secuestrado en Buenos Aires en el año 1976.

Si ya las declaraciones eran abrumadoras y aberrantes, sobre todo con la liviandad de sus expresiones, otro episodio relatado por el propio Vazquez y la complicidad de los mandos es más que grave. En el año 1989, a cuatro años de la restauración democrática, le encomendaron “marcar cuatro objetivos” para ajusticiarlos: Eleuterio Fernandez Huidobro (Movimiento de Participación Popular, Hugo Cores (Partido por la Victoria del Pueblo), León Lev (Partido Comunista) y otro que al momento de declarar no recordó quién era.

“Si algo sale mal yo voy en cana (preso) por autor material y usted por autor intelectual porque el Comandante en Jefe esto no lo puede bancar.” sentenció Gilberto Vazquez ante el tribunal del Horror.

Sumado a esto, en los siguientes párrafos confesó que dentro de las órdenes que le encomendaron, en 2006 había planes para “ejecutar gente, para matar gente, entre ellos el Presidente de la República”, que en ese entonces era Tabaré Vazquez.

Madres y Familiares de desaparecidos denunciaron en una conferencia de prensa el viernes 28, que los integrantes de los Tribunales de Honor no informaron de estas declaraciones a la Justicia, cuando era su deber hacerlo, por ser funcionarios públicos.

El excoronel, cuando fue detenido

Vázquez también narró que en 1985 a Ricardo «Turco» Arab, otro represor detenido, «estuvo por ir preso por un asunto de cheques sin fondos» y concurrió al Servicio y dijo que «si no le daban la guita (dinero) para tapar el agujero iba a largar todo lo que él sabía y sabe todo».

El exministro de Defensa José Bayardi, que en 2006 era subsecretario de esa cartera bajo el mando de la ministra Azucena Berruti, declaró que la misma no tuvo conocimiento de estas actas en ese entonces. Bayardí expresó que aquel «era un Tribunal de Honor que no estaba vinculado al tema de derechos humanos, estaba vinculado a la fuga» de Vázquez

Las actas del tribunal de Honor desnudan la impunidad, el pacto de silencio que tienen entre ellos los represores, la complicidad con algunos actores de la política partidaria y un Estado omiso desde 1985 hasta la actualidad.

A este manto gris se suma el caso del exgeneral, líder y senador por Cabildo Abierto Guido Manini Rìos. Familiares de desaparecidos ha pedido su desafuero como parlamentario. Siendo general, Manini Rìos ocultò información sobre el asesinato de Roberto Gomensoro perpetrado por José “Nino” Gavazzo.

El senador cabildante expresó en campaña electoral, que no iba a ampararse en los fueros y que quería ser juzgado como cualquier ciudadano. Pero las recientes consultas han demostrado que el Partido Nacional y algunos parlamentarios del Partido Colorado no le darán los votos e incluso el propio Cabildo Abierto sí votará por el desafuero.

Esto, que parece contradictorio, sólo se entiende con lo que pasará la semana entrante: la aprobación del prespuesto nacional 2020-2025. Según trascendidos los votos ´para su aprobación ya están negociados: Cabildo Abierto aprueba el presupuesto del Partido Nacional y el Partido Nacional no da los votos para el desafuero del líder de Cabildo Abierto. El neoliberalismo y los defensores de la Doctrina de Seguridad Nacional se dan la mano nuevamente.

El lenguaje y el poder:

“En el diccionario de la máquina” escribía Eduardo Galeano “se llaman “contribuciones” los sobornos que los políticos reciben, y “pragmatismo” las traiciones que cometen. Las “buenas acciones” ya no son los nobles gestos del corazón, sino las acciones que cotizan bien en la Bolsa, y en la Bolsa ocurren las “crisis de valores”.

Donde dice: la comunidad internacional exige, debe decir: la dictadura financiera impone. “Comunidad internacional” es, también, el pseudónimo que ampara a las grandes potencias en sus operaciones militares de exterminio, o “misiones de pacificación”.

Gilberto Vázquez agrega nuevas palabras al diccionario de los eufemismos de la política de muerte. «Nosotros ejecutamos, no asesinamos, que son cosas muy diferentes. Nosotros no torturamos, nosotros apremiamos porque no había más remedio, el mínimo imprescindible para sacar la verdad, porque no había otra forma de combatir y estoy orgulloso de lo que hice.»

Nuevamente Madres y Familiares de desaparecidos salieron a la calle, mientras  la impunidad extiende su manto,y nos hace cuestionar en qué democracia vivimos. Estos hechos se suman al archivo del excomisario Víctor Castiglioni donde se certifica hasta el 2008 se seguía espiando a militantes, dirigentes políticos, sindicalistas, por parte de militares y policías retirados.

¿Cuánta impunidad soporta la democracia?

Artículo publicado originalmente en estrategia.la

Nicolás Centurión
Nicolás Centurión

Como dice un rapero: «por amor y por vicio…se convirtió en mi oficio.» La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

Malí, entre el golpismo y los separatismos regionales

Malí, entre el golpismo y los separatismos regionales

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El pasado 18 de agosto se empezó a gestar un golpe militar en Malí, país de África Occidental, ubicado en la región conocida como Sahel. Para el amanecer del 19 de agosto un motín militar puso punto final al gobierno del presidente Ibrahim Boubacar Keita, quien fue encarcelado junto a muchos de sus funcionarios.

Francia, ex metrópoli colonial de la nación africana en cuestión, protestó rápidamente contra esta acción del llamado Comité Nacional para la Salvación del Pueblo, liderado por el coronel Assimi Goita. Luego se sumaron al repudio la Comunidad Económica de África Occidental, la Unión Europea, la Unión Africana, Estados Unidos y el Banco Africano de Desarrollo. Por su parte los rebeldes militares anunciaron que iban a llevar a cabo una “transición democrática” de tres años para Malí. En Bamako, capital maliense, y otras partes del país hubo festejos callejeros ante la caída del régimen de Keita.

Malí lleva su nombre por un viejo imperio africano saheliano que duró del 1235 al 1546. La prosperidad de este imperio se debió al comercio transahariano de cuero, sal, oro y telas. Tombuctú, Gao y Djenné fueron los centros económicos y culturales más importantes de esta civilización. Luego llegó el Imperio de Songhay, que gobernó en los siglos XV-XVI. Después se sucedieron una serie de pequeños estados: el reino de los pueblos bámbara de Segu, el reino bámbara de Kaarta, el imperio peul de Macina, el imperio de los tokolores, el reino de Kenedugú y otros más pequeños.

En el siglo XIX los bámbaras y los Dogón, que habían resistido a la islamización hasta entonces, fueron víctimas de una “guerra santa” llevada a cabo por el famoso jefe musulmán El Hadj Umar Tall, quien movilizó a los Tuareg (grupos de nómadas de la etnia de los Imazhigen, de la familia de los llamados “pueblos bereberes”). Este último pueblo se afincó fuertemente en el norte del país y llevó una vida autónoma pese a la aparición de varios estados, aunque conservando un fuerte espíritu musulmán purista dentro del grupo Sunna.

La junta militar de Malí

En el siglo XIX llegaron los colonialistas franceses. Malí, con el nombre de “Alto Senegal-Níger”, se convirtió, en 1895, en una colonia francesa integrada al “África Occidental Francesa” con una parte de Mauritania, Burkina Faso y Níger. Kayes fue el centro administrativo hasta 1907, cuando Bamako pasó a ser la capital. En 1920 cambia su nombre a “Sudán francés”. Los Tuareg resistieron en el norte, pero fueron derrotados. Los pueblos bámbaras, tokolores, peules y fulanis se integraron en el sur del país y sus elites se asociaron al dominio francés. Sin embargo, en los albores del siglo XX surgieron fuerzas nacionalistas independentistas alrededor de Bamako que fueron un malestar para Francia.

Hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, toda actividad política estuvo prohibida en la colonia. En 1946, se crea en Bamako el partido independentista para la Reunificación Democrática Africana (RDA). En 1956 el “Sudán francés” se convierte en una república autónoma de la Comunidad Francesa. El 17 de enero de 1959, se une a Senegal formando la “Federación de Malí”, que proclama su independencia el 20 de junio de 1960. Esta federación estalla algunos meses más tarde y la república de Malí se proclama el 22 de setiembre de 1960.

El país se hace miembro de la Organización de las Naciones Unidas unos días más tarde y de la Unión de Estados Africanos en abril del año siguiente. El carismático líder independentista africano Modibo Keita será su primer presidente. Malí se unió al Movimiento de Países No Alineados en 1961, apoyó a todos los movimientos rebeldes anticolonialistas en África, condenó el apartheid sudafricano, simpatizó con la Revolución Cubana y estableció relaciones diplomáticas y comerciales con la Unión Soviética muy intensas.

Bajo Modibo Keita se instauró un régimen de partido único con algunas reformas socializantes para salvaguardar los recursos naturales del país, sobre todo el oro del sur y las reservas de fosfato y uranio en la región septentrional. En 1968 Modibo Keita fue derrocado por un golpe militar liderado por Moussa Traoré, quien se acercó un poco a Occidente y sobre todo a Francia.  Malí se vio afectado por las hambrunas desde 1968 a 1974 y por las que ocurrieron desde 1983 a 1985. Entre 1985 y 1986 el país entró en guerra con el gobierno revolucionario de Thomas Sankara de Burkina Faso. Después de varios meses de rebelión armada el régimen de Traoré cayó el 26 de marzo de 1991.

Los grupos rebeldes Tuareg del Azawad.

Un gobierno provisional se estableció para organizar la transición. La nueva constitución fue aprobada por referéndum el 14 de febrero de 1992. Alpha Oumar Konaré fue el vencedor de las primeras elecciones libres desde la independencia de 1960.  No tardaron en llegar los primeros planes de ajustes orquestados por el Fondo Monetario Internacional, mientras las empresas francesas y estadounidenses invertían en la explotación de uranio. Los tecnócratas invadieron las oficinas de gobierno. Además, los franceses volvieron con todo en su afán neocolonialista, enviando asesores económicos, técnicos, militares y culturales a Malí.

En 1997 Konaré sería reelegido en las elecciones de mayo de 1997. En mayo de 2002, el general Amadou Toumani Touré, candidato de la oposición, fue electo en la segunda vuelta presidente de la república. En los años recientes el gobierno de Malí debió afrontar varias rebeliones de los Tuareg, producto de la represión y marginalidad en la que estos han sido obligados a vivir. Entre 1990 y 1995 se produjo una gran rebelión en el norte del país. En 1994, con los acuerdos de paz, el gobierno logró integrar a sus tropas a 1500 rebeldes Tuareg y otros 4860 volvieron a la vida civil. A pesar de esto, los acuerdos no fueron respetados y se produjo entre 2007 y 2009 una nueva rebelión Tuareg que costó 20.000 vidas en el país y también en el vecino Níger.

Ibrahim Boubacar Keita llegó a la presidencia en 2013 y prometió enderezar al país. Keita se convirtió en un mero presidente rodeado de tecnócratas muy asociados a los intereses de Francia, la Unión Europea, Estados Unidos y el Banco Africano de Desarrollo. Las políticas de ajuste y de represión policial no tardaron en llegar frente a las protestas populares en varios puntos del país. En el norte de Malí las guerrillas separatistas Tuareg combatían constantemente contra las fuerzas armadas locales, mientras aparecían extraños grupos islamistas asociados a Al Qaeda.

Otros grupos se declaraban herederos de los viejos guerreros imazighen (bereberes) llamados Almorávides, que consagran volver a un “Islam Puro”. Esto se ha visto como una guerra histórica interétnica entre los Tuareg del norte y los pueblos de origen bantú del Sur; ambos, no obstante, practicantes del Islam Sunna.

Keita prometió modernización, pero permitió que los franceses llegaran con sus tropas para combatir a los separatistas, a los que se acusó de ser brazos armados de los yihadistas de la talla del Daesh (ISIS). Esto generó indignación entre las poblaciones Tuareg y muchos grupos políticos nacionalistas. Dentro de las filas de las Fuerzas Armadas también aparecieron grupos nacionalistas muy enojados con Keita y su política filofrancesa intensa.

No contento con ello, Keita también recurrió al Reino de España, que envió tropas para ayudar a Francia. Madrid mantiene en la actualidad 200 militares en el país y dentro de unos días está previsto que leguen 97 más. La mitad de la población maliense vive debajo del umbral de la pobreza internacional, establecido en 1,25 dólares por día, y un nuevo golpe promete elecciones libres. Pero dentro de tres años.

Para muchos analistas la actitud de Francia al respecto es reveladora de sus verdaderos intereses en la región codiciada de Kidal. Rica en uranio y recursos naturales, la lucha contra el terrorismo no sería más que un subterfugio para explotar las riquezas de la región. Esos  “terroristas” no son el objetivo de esta guerra neocolonial, sino solamente un pretexto. Para la mayoría de la población maliense, la intervención francesa en su país camufla un proyecto de acaparamiento de las riquezas naturales.

Emplazada a 350 kilómetros al norte de Gao, en el corazón del macizo montañoso Adrar de los Ifoghas, la ciudad de Kidal, fue tomada a los grupos rebeldes Tuareg en 2013 tras la intervención de las tropas francesas en el marco de la “Operación Gato Serval”. Pero hubo situaciones muy extrañas.

Algunos grupos Tuareg secesionistas parece ser que pactaron con los franceses. Fue algo que cayó muy mal inclusive en el gobierno y, sobre todo, en algunos sectores militares nacionalistas. Un aspecto relativo a Kidal que suscita el recelo de los malienses es la decisión de Francia (ratificada con los acuerdos de Argel del año 2015) de otorgar el control de la ciudad al MNLA (Movimiento Nacional para la Liberación de la Azawad), algo que, en el seno de la opinión pública, es interpretado como toda una declaración de intenciones.

Desde París se estaría apoyando a los rebeldes Tuareg con la intención de desestabilizar el país. La creciente sensación de un complot urdido por las autoridades francesas ha ido ganando enteros en los últimos años hasta el extremo de alimentar un sentimiento antifrancés.

Macron felicitando a las tropas francesas en su misión militar en Malí

El pasado 10 de enero de 2020, Bamako fue escenario de una concentración contra la presencia francesa. Los manifestantes juzgan la incapacidad de la fuerza de la “Operación Gato Serval” y la misión de la ONU para poner fin a la amenaza terrorista. En respuesta a varias llamadas en las redes sociales, centenares de manifestantes han tomado este 10 de enero la plaza de la Independencia en Bamako, para protestar por la presencia francesa, que está principalmente personificada por la fuerza “Operación Gato Serval”.

Algunos de ellos también fustigaron la presencia de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA). Otros, en cambio, pidieron una mayor cooperación con Rusia. Algunos militares nacionalistas hasta pensaron en romper con Francia. También algunos intereses chinos por el uranio del Sahel se hicieron presentes. Esto alertó a Francia. Ya el 4 de diciembre de 2019, con motivo de la cumbre de la OTAN en Inglaterra, Macron había abordado la situación en el Sahel y específicamente de Malí.

Pero los pretorianos de la Unión Europea y de la OTAN no temían tanto a los “rebeldes Tuareg”, sino a que algunos militares nacionalistas rompan con París y se sumen a una especie de alianza geoestratégica con Moscú y Pekín. Tropas francesas están afincadas no sólo en Malí, sino también en Chad, Níger, Burkina Faso y Mauritania. Todos estos países fueron colonias de Francia. Además se encuentran ubicados en una región donde el uranio abunda. Todo un manjar para una potencia nuclear como Francia.  

En los últimos meses, grandes multitudes encabezadas por el imán Mahmoud Dicko habían pedido al presidente Keita que dimitiera. La prensa francesa y occidental se refería a Dicko como un “populista”. Muchos seguidores de este personaje nacionalista aumentaron sus protestas contra el gobierno de Keita, pero sobre todo contra Francia. Los militares que luchaban contra los Tuareg ya estaban cansados de ser casi siervos de generales galos y el nacionalismo en ellos también se hizo sentir. Los soldados finalmente se amotinaron y habían tomado el control del campamento de Kati, cerca de Bamako.

Las tropas estaban molestas por el pago que reciben y por un conflicto continuo con los misteriosos yihadistas, además de sentir un descontento generalizado de la población con el presidente Keita.

No se sabe que pasará en lo inmediato, pero la región africana del Sahel está muy convulsionada y el crecimiento de los movimientos separatistas y étnicos adoptan un Islam wahabita muy radicalizado. Occidente teme perder las fuentes de riqueza de uranio del Sahel, pero también de oro, sal, madera de los bosques de África Occidental y otros minerales. Malí puede ser el paradigma de nuevos golpismos en otras naciones africanas subsaharianas.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Ruiz Peña: “El régimen de Añez demuestra día tras día que la vida de las y los bolivianos es lo último que le interesa”

Ruiz Peña: “El régimen de Añez demuestra día tras día que la vida de las y los bolivianos es lo último que le interesa”

TIEMPO DE LECTURA: 9 min.

Dialogamos con el periodista boliviano Rodrigo Ruiz Peña acerca de cómo está afrontando ese pueblo no sólo a la pandemia sino al gobierno de facto que encabeza Añez.


¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?

La situación era crítica debido al golpe de Estado del 10 de noviembre de 2019. La conspiración de 14 años llevada a cabo por EEUU, que para el año 2019 ya tenía infiltradas todas las esferas de poder del gobierno popular del MAS, se consolidó con el amotinamiento de policías y la renuncia obligada del presidente constitucional, Evo Morales Ayma, por presión de las fuerzas armadas.

Los esfuerzos de la Escuela Antiimperialista de las Fuerzas Armadas, a la cabeza de la brillante Helena Argirakis, no fueron suficientes y resultaron demasiado tardíos. Una vez más las tanquetas desfilaban por las ciudades del país luego de la consumación de un golpe. Esta vez, con la aclamación de una gran parte de la población, que festejó la entrada de los militares y “legitimó” las masacres de Sacaba y de Senkata y la brutalidad del Terrorismo de Estado que empezó a perseguir a toda la militancia popular, a los movimientos sociales y a cualquier disidencia. Terrorismo y sedición fueron las excusas para torturar, asesinar y encarcelar. 

Desde la ilegítima asunción de Jeanine Añez, las órdenes las da Erik Foronda, el agente de la CIA que funge como su secretario privado. Foronda es un periodista que fue encargado de prensa en la embajada norteamericana durante 13 años (de 1995 a 2008) hasta que fue expulsado por Evo Morales junto al embajador Phillip Goldberg. Desde entonces trabaja para la mencionada agencia de inteligencia y además de ser miembro activo del partido republicano. Foronda es el verdadero presidente de facto y desde el primer momento del golpe, la prioridad fue la política exterior: Foronda rompió inmediatamente relaciones con Cuba y cambió toda la dirección de la política exterior.

Por otro lado, las elecciones que debían realizarse este 4 de mayo, suspendidas sin nueva fecha a causa de la pandemia, se encaminaban a un verdadero fraude, dado que el órgano electoral está compuesto por personas puestas a dedo por el gobierno de facto. Incluso se especulaba mucho con que no habría elecciones. No por el coronavirus, sino porque el golpe estaba entrando en una fase más dura y circulaba la idea de un posible gobierno militar y el cierre de la asamblea.

Ya era evidente la necesidad de saqueo inmediato y rápido de los recursos estratégicos. Con el virus entrando en el escenario el camino se torna convenientemente expedito para avanzar con la rapiña y suspender las elecciones de manera indefinida.

¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?

Hay que tomar en cuenta que la presidenta de facto, Añez, está en campaña electoral, pues se postula para estas elecciones -sin fecha-, lo que ha sumado al fraccionamiento de la derecha boliviana que le sigue dando dolores de cabeza a la embajada norteamericana por su mezquindad y mediocridad. Con esto quedan disputando el segundo lugar (dado que el primero es del MAS): Jeanine Añez, Luis Fernando Camacho y Carlos Mesa. En este contexto se intenta explotar la imagen de madre y religiosa de Añez. Sin embargo, en el cotidiano, el gobierno de facto demuestra su falta de humanidad, de transparencia y su ineptitud. Clara muestra de esto, son los compatriotas bolivianos varados en territorio chileno en la frontera con Bolivia, totalmente abandonados por el gobierno de facto, o el pedido de Añez de oración y ayuno para superar la pandemia, que no solo viola la Constitución en su Art. 4 (que determina la laicidad del Estado boliviano) sino que se burla de quienes vienen sufriendo un ayuno obligatorio por falta de recursos.

Verdaderos despilfarros de recursos realiza la dictadura en el nombre de Dios, cuando lleva en helicóptero a un pastor evangélico tirando agua bendita a las ciudades como medida contra el coronavirus. Tal es el descaro, que el pastor que bendice en helicóptero es el señor Juan Carlos Añez Chávez, hermano de la presidenta de facto y candidato a diputado por su fuerza política. Esa es la impunidad con la que se burlan de la gente.

Si bien la medida de cuarentena se muestra como lo más acertado a nivel mundial, no hay una estrategia del gobierno dictatorial que se pueda vislumbrar para hacer frente a lo que se viene. En Bolivia la cuarentena total inició el 23 de marzo y por el momento será hasta el 10 de mayo, aunque se presume que se ampliará. A la par de ello, el gobierno de facto ha recurrido a la creación de bonos:el bono familia de 500 pesos, el bono universal de 500 pesos, un plan de apoyo al pago del salario y un plan de empleo consistente en préstamos a 5 años plazo. Por supuesto esto no es suficiente, pero son políticas posible gracias a la gestión económica del anterior gobierno. Es más, hay fondos para redistribuir y apoyar al pueblo en este momento tan difícil, pero está claro que ese no es el plan.

Es preocupante la política de endeudamiento externo e interno que está llevando adelante la dictadura: en pocos meses, la deuda externa ha subido en más de USD 2.000 millones y la interna en más de USD 1.500 millones. Con la excusa del coronavirus, el gobierno de facto le suplica fondos al FMI destrozando una política de 14 años.

Por otro lado el nuevo ministro de salud, Marcelo Navajas, médico oficial de la embajada norteamericana, ha ordenado que solo se realicen tests de coronavirus a quienes ya hubiesen contraído el virus. Un despropósito que raya en la imbecilidad o la perversidad. La falta de pericia de quienes hoy están manejando el gobierno, solo avizora hambre e injusticia sobre el pueblo boliviano.

¿Qué efectividad considerás que tienen las medidas adoptadas?

Los bonos no son suficientes y deben ser prorrogados. Si bien es mejor que nada, debe haber una política muy fuerte de redistribución de la riqueza e impuestos a las grandes fortunas. Por supuesto eso no ocurrirá. Por lo demás, el pueblo boliviano vive en una vulneración constante de sus derechos humanos y las medidas que se adoptaron son de persecución y silenciamiento a quienes denuncian al gobierno de facto. En vez de elaborar estrategias para salir de la pandemia están haciendo ciberpatrullaje en redes sociales y encarcelando a supuestos “guerreros digitales del MAS” por “desinformar”. La cuarentena o pseudo Estado de Sitio le ha venido como anillo al dedo al régimen para moverse con total impunidad y dejó a todas las organizaciones sin capacidad de reacción.

¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?

En el caso boliviano la oposición está fuertemente perseguida. Sin embargo han sido distintos funcionarios y candidatos del MAS los que han estado organizando las ollas populares para hacer frente al hambre. El mayor referente y quien lidera la oposición es sin dudas, Andrónico Rodriguez, del trópico del Chaparé.

Recientemente Evo Morales ha denunciado un plan de la DEA y de la NAS de intervenir este fin de semana el trópico cochabambino para detener a Leonardo Loza y Andrónico Rodríguez, ambos destacados dirigentes del MAS. La persecución va en escalada y este tiempo de “excepción” es idóneo para hacerlo con total impunidad.

¿Cómo repercutió este nuevo escenario en la economía nacional?

Con una profunda crisis de la cual no conocemos su magnitud total pero que ya se está traduciendo en hambre y desesperación. La economía boliviana gozaba de buena salud y del mayor crecimiento regional a pesar de la crisis financiera global, pero quienes el gobierno de facto, está haciendo méritos para destruir todo lo construido y entregar el país de nuevo a manos del FMI. La economía no solo sufrirá el embate del coronavirus, sino el saqueo planificado de quienes usurparon el control del Estado. 

¿Cómo repercutió la pandemia en el día a día del pueblo?

A cada quien según su clase social. El pueblo de a pie siempre es el que más sufre. Quienes viven del día -y son muchos-, no tienen que llevar a sus casas para comer. El hacinamiento y la violencia de género construyen un panorama desgarrador. El gobierno persigue a los más vulnerables y hace la vista gorda con los demás.

¿Cuál es la percepción en las calles tanto de las medidas como de la situación cotidiana?

En las calles, en general, se ve muy poca gente. Cada persona tiene solo un día a la semana para salir a abastecerse, de acuerdo al número de terminación del carnet de identidad. Mayoritariamente son las personas que viven en situación de calle y quienes tienen que salir aunque sea para pedir una limosna para dar comida a sus hijos. Es desolador. También se ven bastantes venezolanos que han quedado varados. Familias enteras. En los barrios se arman ollas populares, pero eso no alcanza.

La percepción respecto a las medidas del gobierno no es homogénea. Para los sectores más humildes los bonos son una ayuda, pero se sabe que no es suficiente y se padece la mala organización, improvisación y falta de medidas de bioseguridad para su implementación. Las “clases medias”, sin hambre, refuerzan el discurso anti bonos y critican el despilfarro, considerando que estas medidas “populistas” hacen daño. 

¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?

Del 7 al 14 de abril se militarizó por completo el territorio nacional debido al incumplimiento generalizado de la cuarentena. Los militares se desplegaron en cada esquina de todas las ciudades del país. Por el momento están realizando una labor de control a través del miedo. Pero hacia su interior también se están dando muchas pugnas que aún no están resueltas. La opción del gobierno militar aún está vigente, sobre todo en este nuevo contexto donde Añez prefirió ser candidata y dejó la presidencia a la deriva y sin capacidad real para hacerle frente al COVID-19.

Más allá de las medidas oficiales ¿Cómo está haciendo el pueblo en general para sobrellevar esta situación?

La gente más humilde siempre es solidaria y se organiza para hacer frente, sobre todo, al hambre. Pero las en esferas más “clasemedieras”, hay un individualismo mucho más marcado y en muchos casos directamente un sálvese quien pueda.

¿Cuál es la actitud de los empresarios?

Los empresarios están en situación de emergencia y vienen presionando al gobierno -que ayudaron a formar-, para que tome medidas a su favor. Puntualmente que les inyecte recursos.

Del mismo modo, ¿cómo están actuando los medios de comunicación?

Los medios de comunicación hegemónicos, en su mayoría cómplices del golpe de Estado, manejan una misma línea y agenda. El foco está en el alarmismo pero poca profundidad de investigación. Nada contra el gobierno de facto y nada sobre lo que ocurre a espaldas de la gente. La agroindustria, por ejemplo, no ha parado. Es más, avanza sin frenos. Los incendios en la Amazonía son más extensos que el año pasado en la misma fecha, y  ya van en 3.368 incendios, pero de eso no se dice nada. Por otro lado se avanza en la restauración neoliberal y el FMI aprueba 327 millones de dólares para que Bolivia enfrente la pandemia. De esto tampoco se dice nada.

Y así en general, ya que mientras la población cumple con la cuarentena, el gobierno de facto se mueve a sus anchas. Todo con la complicidad de los grandes medios.  Sin dudas esta es una página oscura para el periodismo boliviano.

Por su lado los medios críticos han sido callados y sus integrantes son perseguidos por sedición. Incluso ciudadanos que no forman parte de ningún medio alternativo, pero publican y denuncian, son amedrentados y detenidos. Acaba de salir un pronunciamiento de alrededor de 50 periodistas que denuncian la reciente detención ilegal del ciudadano Mauricio Jara sindicado de ser un “guerrero digital” por su participación en distintos grupos de whatsapp del MAS y sus posteos en redes digitales.

El mundo debe saber que en Bolivia no existe ni libertad de expresión ni respeto por los derechos humanos.

¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?

Necesitamos la ayuda de la comunidad internacional y apartar a los improvisados que hoy tienen en sus manos las vidas de las y los bolivianos. Es urgente recibir la ayuda de China y de Cuba,sin embargo el gobierno de facto expulsó como a perros a los médicos cubanos.

Es urgente la implementación de políticas sociales de redistribución de la riqueza y utilizar lo ganado en 14 años de crecimiento durante el gobierno del MAS, para afrontar esta crisis de carácter económico y humanitario.

Sin embargo, las medidas más urgentes para proteger al pueblo boliviano, no las va a adoptar el gobierno de facto. Si hay algo que el régimen de Añez demuestra día tras día, es que la vida de las y los bolivianos es lo último que le interesa. El pueblo boliviano sufre la pandemia y la dictadura.

En la cortada más mistonga: Los escasos cruces del tango y el nacionalismo (Parte III)

En la cortada más mistonga: Los escasos cruces del tango y el nacionalismo (Parte III)

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Gabriel Kudric*

En el artículo anterior se plasmaron algunos ejemplos de tangos comprometidos con las luchas obreras y sociales en general, pero se llegaba a la conclusión de que el tango no se ha encargado de la política, más bien ha sido la épica de mujeres y hombres aislados. Milonguitas, malevos, ladrones, cuchilleros y personajes de un suburbio que se fundía todavía con el campo eran los personajes de su poética.

Esta es la tercera parte de una serie de artículos que no pretende ser más que un acercamiento exploratorio a la relación entre el tango y el nacionalismo. Por otro lado, en una simplificación injusta pero necesaria, se recuerda que cuando se habla de “tango” se hace mención a los ritmos que eran abarcados por los intérpretes de la música porteña (milonga, vals e incluso, en el principio del siglo XX, estilo, cielo y los importados shimmy, foxtrot y charleston). En el artículo de hoy, el tango da la espalda al proceso popular Yrigoyenista, y saluda al golpe de estado. El golpe contra el “peludo” Yrigoyen (Gobierno que tendría también tremendos episodios de represión antiobrera como la Semana Trágica y la represión en la patagonia que el libro de Osvaldo Bayer inmortalizaría como “La Patagonia Rebelde”) iniciaría una seguidilla de intentos olgárquicos por correr al pueblo del escenario político. Además, en un giro dramático, el tango se enfrentaría a la censura de aquellos a los que admiró.


Yo soy del 30

El 6 de septiembre de 1930, el general José Felix Uriburu al mando de un grupo de militares derroca a Yrigoyen e instaura una dictadura militar, inaugurando una práctica que se haría común por los próximos 53 años. Hace un año que se publicaron las primeras canciones del ciclo federal, pero hay quienes piensan que el momento es urgente, y que el golpe necesita quien le cante. Tango y nacionalismo se encuentran en la cortada más fiera. Y el que le iba a poner la voz es el mismísimo Carlitos Gardel. El tango “Viva la Patria”, de Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez (letrista del precioso vals “Palomita Blanca”) era una reivindicación explícita del golpe. En su primera estrofa compara al golpe con la revolución de mayo:

“La niebla gris rasgó veloz, el vuelo de un adiós
y fue el triunfal amanecer de la revolución
y como ayer, el inmortal mil ochocientos diez,
salió a la calle el pueblo radiante de altivez”

Y aclara que el gobierno radical no era extranjero, pero lo señala como entregador de la nacionalidad y parte de un malón:

“No era un extraño el opresor cual el de un siglo atrás,
pero en el mismo el pabellón que quiso arrebatar,
y al resguardar la libertad, del trágico malón
la voz eterna y pura por las calles resonó”

Tras un estribillo que no merece mayor análisis, el tango pone a los golpistas en el sendero de los próceres libertadores:

“Y la legión que construyó la nacionalidad,
nos alentó, nos dirigió desde la eternidad,
entrelazados vio avanzar la capital del sur,
soldados y tribunos, linaje y multitud”

Es interesante el lugar de la mujer y la apelación a la virilidad como valor principal del movimiento golpista:

“Amanecer primaveral de la revolución,
de tu vergel, cada mujer fue una fragante flor
y hasta tiñó tu pabellón la sangre juvenil,
haciendo más glorioso nuestro grito varonil”.

El tango no es particularmente bueno, aunque la voz del morocho del Abasto vista bien cualquier canción. A la posible censura de la actitud de Carlos Gardel al grabar una canción golpista, se le responde con Don Arturo Jauretche: “Ahora a Gardel en vez de escucharlo, lo analizan. Es un disparate pedirle conciencia de clase, como es un disparate pedirle conciencia de clase a Cassius Clay o a Bonavena. Él es un mito. Como Rockefeller, con la diferencia que éste no fue un cantor de éxito, que empezó de abajo, prosperó y se adaptó a su público. A un hombre que canta bien no se le pregunta si traiciona o no a su clase”.

Resulta interesante en el tango de Aieta y Garcia Jimenez lo que se señalaba anteriormente como la apelación a lo varonil y el lugar pasivo de fragante flor asignado a la mujer, parte del ideario del nacionalismo reaccionario y aristocrático. En “El espíritu de la aristocracia y otros ensayos”, Manuel Galvez sostiene que “Los poetas que endiosan a la mujer colocándola clara o explícitamente sobre el hombre, ya sea alabando a la novia o a la virgen María, no se imaginan que con ello quebrantan las jerarquías y las leyes de la vida moral. Endiosar a la mujer es tan grave como arrojar bombas de dinamita”. Y está claro que Galvez no era partidario de la dinamita. Una particularidad con respecto a este tango, es la pésima relación del nacionalismo que representaba el golpe con el tango. Leopoldo Lugones en “El Payador”, en 1916, iba a describir al tango como “ese reptil del lupanar, tan injustamente llamado argentino en los momentos de su boga desvergonzada…”. Gálvez, por su parte, retrataba duramente a la música porteña en sus novelas. En su ensayo “El diario de Gabriel Quiroga” (1910) encontramos esta descripción: “En cambio tenemos ahora el tango, producto del cosmopolitismo, música híbrida y funesta. Yo no conozco nada tan repugnante como el tango argentino”. Según el escritor Edgardo Cozarinsky, “El desprecio de los grandes intelectuales argentinos hacia el tango, de Lugones a Manuel Gálvez, se daba porque tenían una noción nacional de ciertas esencias ligadas a la vida rural, y esta era música de inmigrantes, de bajo fondo”. Y algo de eso se deja ver en el planteo de Gálvez, o cuando Lugones, haciendo una comparación con la poesía gaucha sostiene: “Nada más distinto de esos tangos mestizos y lúbricos que el suburbio agringado de nuestras ciudades cosmopolitas engendra y esparce por esas tierras a título de danza nacional, cuando no es sino deshonesta mulata engendrada por las contorsiones del negro y por el acordeón maullante de las ‘tratorías’…“.

Llaman la atención las palabras con que Lugones describe al tango en su giro al nacionalismo oligárquico: “deshonesta mulata engendrada por las contorsiones del negro y por el acordeón maullante de las ‘tratorías’” No se puede ser más antipopular, elitista, misógino y racista en sólo dieciséis palabras. Cabe subrayar que la mención al acordeón y las tratorías es una muestra de desprecio hacia lo italiano, como representación de la inmigración no deseada por las clases dominantes argentinas.

Coincidiendo con la mirada del tango como licencioso y disolvente, a partir de 1933 se ejercería una censura que, a través del Reglamento de Radiodifusión, prohibía el uso de “modismos que bastardeen el idioma” y los chistes basados en “equívocos, voces destempladas etc.”, así, el tango con su épica canyengue pasaría a estar regulado en su contenido.

Muy otra iba a ser la lectura del golpe que harían Héctor Mendez y Aníbal Troilo en “Yo soy del ´30”, tango que grabara en su primera versión Tito Reyes:

“Yo soy del treinta, yo soy del treinta
Cuando a Yrigoyen lo embalurdaron
(…)
Y desde entonces tuve de amigos
A Homero Manzi y Discepolín”

Según Méndez, a Yrigoyen lo embalurdaron (engañaron), y los amigos del autor son un hombre de F.O.R.J.A. y el autor de los monólogos a Mordisquito y del tango “Quevachaché”.

Vaya como nota lateral un reconocimiento a Homero Manzi como ese gran intelectual que supo llevar desde sus letras y guiones de cine los temas nacionales de forma medida, sin alardes, de la mano de una defensa de la herencia negra del tango y de los sectores populares y sus personajes. Manzi es mucho más que tango. Es un pensador nacional. De la misma manera, Enrique Santos Discépolo, Discepolín, iba a desgranar parte del ideario popular y peronista en un recodo del tango, ya que no directamente en su seno. En 1951, durante su último año de vida, y participando abiertamente en política por primera vez, Discépolo pasearía noche a noche su flaca figura para desenvolver 37 monólogos históricos, todavía vigentes, en los que le hablaría a Mordisquito, que era un personaje/personificación del “contrera”, del “gorila”.

El tango así se encontró con la mejor versión del nacionalismo: el peronismo. Si el capítulo anterior se cerraba con una mirada torva de seducción ante la violencia, este capítulo tiene los ojos de amor de Eva y su rodete y el abrazo cálido del General. La cámara se mueve lentamente para dejar la vista posada en un cielo despejado en plano general.


* Periodista, conductor del programa Columna Vertebral, columnista del programa Caídas del Catre (ambos en Radio Estación Sur - FM 91.7) redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
Bolivia sin democracia ni Derechos Humanos

Bolivia sin democracia ni Derechos Humanos

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Maia Cubric*

A dos semanas del Golpe de Estado en Bolivia, un breve repaso de la historia de los Derechos Humanos en este país, el aporte del gobierno de Evo Morales en la materia y la vulneración de los mismos con los militares y las fuerzas de seguridad en las calles.

Como es de público conocimiento después de las elecciones del 20 de octubre, en Bolivia, creció la presión hacia Evo Morales. Detrás de una estrategia comunicacional que tildaba a las mismas elecciones como fraudulentas y con el respaldo de la Organización de los Estados Americanos (como órgano legitimador), las Fuerzas Armadas exigieron la renuncia del presidente, para luego salir a las calles a reprimir. Para el viernes 8 de noviembre tres unidades policiales se habían amotinado en Sucre, Cochabamba y Santa Cruz. El sábado efectivos de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) llaman a nombrar nuevos comandantes y con el correr del día se fueron sumando diversos regimientos policiales de otros departamentos.

Con la salida de la policía a las calles (desconociendo el llamado de Evo Morales a realizar nuevamente dichas elecciones), la derecha racista y fascista le declaró la guerra al proyecto político del MAS y con ello a toda la población representada por el mismo. El 10 de noviembre Evo Morales renuncia a la presidencia intentando evitar más represión y muerte. A las pocas horas, Álvaro García Linera hace lo mismo con su cargo de vicepresidente. El 13 del mismo mes, se autoproclama al cargo de presidenta Jeanine Añez, con ello la democracia y la decisión y elección del pueblo boliviano eran vulnerados violentamente.

Haciendo un breve repaso y contextualizando es clave nombrar el cambio de rumbo en la historia de Bolivia con la llegada del MAS (Movimiento al Socialismo) al gobierno. Desde la asunción de Evo en enero de 2006, Bolivia comenzó a ser un país que predicaba la justicia social con derechos concretos. Sin ir más lejos una de las primeras medidas del presidente aymara fue reducir su salario un 57% y con ello el de los funcionarios de gobierno y de la administración pública.

La garantía de los Derechos Humanos para todes se afianzó en el correr de los años con cada medida política que Evo llevó adelante. No sólo porque les ciudadanes pudieron percibir el cambio de sus vidas gracias al crecimiento económico del país, sino por la perspectiva social con la que Evo llevó a cabo su gestión, por ejemplo, el presupuesto asignado a la salud aumentó un 173% de 2007 a 2014. Medidas específicas que se ven reflejadas en la disminución del 50% en la mortalidad infantil o la reducción del 14% de la desnutrición en niñeces.

En 2009 Evo Morales promulgó la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia y con ello incluyó a más del 60% de la población en la vida política, económica y social del país. Declarando al Estado independiente a la religión y garantizando la libertad y el respeto a las diversas creencias, Evo le dio a los pueblos originarios algo que por siglos les quisieron arrebatar y que ningún país promulgó: su dignidad. Una manera concisa de buscar garantizar el bienestar colectivo fue declarar (en la misma constitución del 2009) que los servicios públicos como la luz, el agua y el gas, son Derechos Humanos. Incluso hasta mayo del año pasado, el gobierno de Morales siguió reduciendo  notablemente el costo de las tarifas.

Con un índice de analfabetismo que disminuyó del 14% (2006) al 2,4% (2018), Evo Morales comprendió integralmente a los Derechos Humanos e intrínsecos a la vida de cualquier boliviane. El politólogo Atilio Boron señala que “por más que se administre de modo ejemplar la economía como lo hizo el gobierno de Evo… la derecha y el imperialismo jamás van a aceptar a un gobierno que no se ponga al servicio de sus intereses”.

Desde hace dos semanas, los Derechos Humanos en Bolivia están clausurados. Con un saldo de más de 30 muertes según las cifras oficiales de la Defensoría del pueblo, las calles del país vecino están ocupadas por una ciudadanía que resiste frente a las fuerzas armadas y de seguridad. Masacres como la de Sacaba (Cochabamba) o la de Senkata en El Alto (La Paz), dan cuentan que se trata de un exterminio direccionado hacia los pueblos originarios y su cosmovisión que hace siglos intentan profundizar. La xenofobia, el odio y la ira tienen como epicentros a Santa Cruz de la Sierra donde el discurso racista que avala la mano dura es carne de quienes avalan la política golpista.

A medida que avanzan los días el cinismo de les golpistas se profundiza: las torturas, la humillación, las violaciones de los Derechos Humanos y la muerte son sistemáticas ante un “gobierno” autoproclamado que infunden miedo y al parecer pretenden aniquilar a todo un sector de la población. Cientos de herides están recibiendo balazos sólo por reclamar, lo cual da cuenta de que en Bolivia, sin Evo Morales y con la derecha al poder, sólo hay derechos para unes poques.

Como se mencionaba anteriormente, los Derechos Humanos no son meras políticas económicas que garanticen tal o cual acceso, aunque también son parte. Los Derechos Humanos alojan en sí una manera de vivir la vida que incluya libertad y dignidad para la población. En contraposición a esto, hace dos días las fuerzas armadas reprimieron en El Alto a un pueblo  que marcha despidiendo y homenajeando a les muertes por la represión. La dictadura se empecina en quemar Wiphalas y atacar a las creencias de todas las naciones que conviven en Bolivia.  Para las culturas andinas preexistentes, despedir a les muertes es intrínseco a su cosmovisión de la vida y el presente. Y que les repriman realizando esa ceremonia de homenaje, da cuenta de un cinismo y una crueldad que tiene un trasfondo racista que deslegitima sus creencias.

A los golpistas les molestó que por 14 años les indígenas puedan caminar por las veredas, que no estén pidiendo monedas, que puedan trabajar. Les irritó que les gobierne uno de ellos, que se respeten las diversas lenguas, que se construya igualdad. Se identifican con Jeanine Añez porque alza una biblia en un país que cree en otros dioses y que pretende erradicar todo lo distinto al modelo europeo que nos llegó con la colonización. Sienten justicia con el secuestro y la humillación de una sociedad que ocupa las calles porque no piensa retroceder ni regalar los derechos que en conjunto (y con un presidente como Evo), ganaron. Por eso les ciudadanes están en la calles, porque denuncian la vulneración de la democracia: Evo Morales fue electo por su pueblo y la injerencia de EEUU a través de la fuerza militar y los intereses del imperialismo en la región, no son compatibles con la decisión del pueblo que votó el pasado 20 de octubre.

La ciudadanía boliviana marchando en las calles es una prueba más de que no se negocia la vida digna y en paz. De que no se negocia la democracia, ni los derechos, ni la justicia social. No se negocia un presidente electo por la mayoría de su población. No se negocian la cultura, las creencias, ni la convicción. No se negocia con sectores que pretenden profundizar un modelo colonial de exterminio racista hacia la ciudadanía. No se negocia con la pachamama, con la tierra. No se negocia tampoco con las trenzas, las polleras ni las quenas. No se negocia la Bolivia que construyeron Evo Morales y Álvaro García Linera junto al pueblo. Acá no se rinde nadie de ninguna manera.


* Periodista, columnista del programa No Se Mancha (Radio Estación Sur – FM 91.7), responsable de la sección DDHH de Revista Trinchera y colaboradora de Agencia Timón.
Cambiemos y la sana costumbre de ir más allá de los limites

Cambiemos y la sana costumbre de ir más allá de los limites

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Nicolás De La Iglesia*

Un golpe de estado, según el sentido común establecido sobre finales del SXX, es algo por lo menos, repudiable. Sin embargo, lo que pasó en Bolivia dejó en descubierto que ese sentido no formaba parte de un sentido instituido, sino que había una contra hegemonía que operaba en busca de una resignificación. Y eso fue lo que sucedió, no sólo desde medios oficialistas sino también desde el gobierno nacional se desconoció y se evito hablar de “golpe de estado”, así, con todas las letras. En su lugar, buscaron eufemismos de todo tipo y color. La Nación, que históricamente dio cátedra de cómo desconocer golpes, tituló: “La democracia pierde atractivo en la región”.

Cuando promediaba el final del SXX, también terminaba, o por lo menos así lo consideraban distintos referentes de las Ciencias Sociales, la idea de que la violencia podía ser un medio para alcanzar objetivos en la política tradicional. Con la caída de la Unión Soviética y el derrumbe del muro de Berlín comenzaron a gestarse nuevos paradigmas dentro de la política tradicional. Los valores democráticos, después de las dictaduras más sangrientas, parecían tener cada vez más importancia.

Lo cierto es que hay ciertas discusiones que se pensaban zanjadas, sobre todo en este país, como que no se puede aceptar el derribo de un gobierno democráticamente electo a través de un golpe de estado. La actitud de la derecha Argentina, de ciertos funcionarios y medios oficialistas deja en claro que la discusión NO está terminada. Peor aún si se pone en cuestión la fuerte carga simbólica que conllevan estas acciones.

Ivanka, Gerardo y compañía

Si bien el gobernador de Jujuy Gerardo Morales negó contundentemente que haya existido colaboración de su gestión con los golpistas bolivianos, hay ciertos hechos que hacen dudar sobre la veracidad de sus declaraciones.

En primer lugar -y teniendo en cuenta que en política las coincidencias no existen- la visita a Jujuy de la hija y asesora del presidente de Estados Unidos, Ivanka Trump, a poco menos de un mes de que estalle el conflicto en Bolivia. Alguien podría suponer que nada tiene que ver una cosa con la otra y acusar de “conspiranoicos” a quienes esgrimen que el gobernador miente.

Una de las virtudes de la derecha Argentina -mejor dicho, de la derecha mundial- es endilgar constantemente a la izquierda cosas que sólo ellos ponen en práctica. Para poner un ejemplo a mitad de año Donald Trump decidió sacar a EEUU del pacto de proliferación nuclear con la excusa de que Rusia no lo estaba cumpliendo. Pero, pero, pero, tiempo después se descubrió a través de imágenes satelitales que los yanquis hacía rato que no cumplían con el tratado. Ese modus operandi también se emplea en Nuestra América.

Volviendo a la visita de la hija del twittero más picante de la web, lo llamativo es que varios analistas como Stella Calloni advirtieron cómo después del Plan Cóndor -a mediados de los años 80’- la secretaría de estado de los Estados Unidos optó por estrategias menos llamativas para intervenir en los asuntos de los estados del cono sur. Estas, tienen a las ONG’s como pantalla y uno de los ejemplos que señala la periodista  y que se fue desperdigando a cada país de la región es la NED (National Endowmentfor Democracy). Reconocida como la “cara social de la CIA”, según varios documentos fue participe activa del intento de golpe contra Evo Morales en el año 2008, hecho que le valió la expulsión del país vecino.

¿A qué viene este relato de la función injerencista de las ONG’s? Ivanka es representante de Women’s Global Development and Prosperity, W-GDP (Iniciativa para el Desarrollo y la Prosperidad Global de las Mujeres) una propuesta ideada desde la Casa Blanca. Ahora bien, vale aclarar que en el marco de su visita a Jujuy también estuvo acompañada por una delegación bastante nutrida. Entre ellos estaban: el Subsecretario de Estado, John Sullivan; el Jefe Interino de la Corporación Privada de Inversiones en el Extranjero (OPIC), David Bohigian; la Subsecretaria Interina de Asuntos del Hemisferio Occidental, Julie Chung y el Administrador de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Mark Green.

Sobre este último personaje y la agencia que representa, hay que decir que esa misma organización estuvo detrás de distintos movimientos en contra del presidente depuesto Evo Morales. Se descubrió que en 2011 -y está documentado- financiaron levantamientos de sectores indígenas que luchaban por el medio ambiente. Los líderes de estos grupos de choque llamaban hasta doce ¡Sí, doce! veces por día a la embajada norteamericana.

Volvamos a Jujuy, el despliegue incluyó más de dos mil de agentes de inteligencia (2.500 para ser precisos) y tal vez lo más importante el desembolso de U$S 400 millones de ¿ayuda? para el gobernador. Lo llamativo es que al día siguiente un avión partió desde Jujuy hasta Santa Cruz de la Cierra con ¿ayuda? para socavar los incendios en la amazonia boliviana. Como se dijo antes, las coincidencias en la política no existen y acá son muchas.

Por último, hay que destacar que el gobierno nacional supo, por lo menos 48 hs antes, de que se produjera el golpe ya que Luis Fernando Camacho pidió un salvoconducto al cónsul argentino en Santa Cruz, Roberto Dupuy, en caso de que sus planes salieran mal. El funcionario le dijo que eso debía ser tratado con la embajada en La Paz e intento hacerlo desistir en sus planes. Muy distinto fue el accionar de Cambiemos que evito por todos los medios posibles llamar al golpe por su nombre. Este hecho trajo nuevos conflictos dentro de la coalición ya que los radicales, que lo último que les quedaba era no reconocer un golpe de estado, le hicieron honor a la “tradición” democrática.

No hay que pasar por alto la reacción de Cambiemos y de los medios hegemónicos, porque estamos ante la reivindicación del golpe de estado como herramienta. La carga simbólica que tiene este hecho es alarmante no sólo porque de justificar un golpe no se vuelve, sino porque no condenarlo los hace cómplices. Sus manos también estarán manchadas con la sangre de los y las bolivianas que murieron en manos de una nueva dictadura que desgarra, una vez más, las venas de Nuestra América.


*Periodista, columnista sobre Europa del programa Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390) responsable de la sección de Política Nacional de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
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