Como dice la canción: “No te lo puedo explicar, porque no vas a entender”. Esa frase también sintetizó los festejos. Miles de personas desde todos los puntos de la ciudad dieron color a una fiesta popular pocas veces vista.





















Como dice la canción: “No te lo puedo explicar, porque no vas a entender”. Esa frase también sintetizó los festejos. Miles de personas desde todos los puntos de la ciudad dieron color a una fiesta popular pocas veces vista.
El nombre de Sebastián Marset empezó a ser reconocido a nivel mundial por razones non sanctas. Desde el reciente presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, pasando por cadenas internacionales de prensa y sobre todo en las de Paraguay y Uruguay, se ha hecho conocer.
El caso ha levantado polvareda en altas esferas del gobierno involucrando al propio presidente Lacalle, que el 18 de agosto debió reunirse con su canciller, Francisco Bustillo, y la vicecanciller, Carolina Ache. para pedirles explicaciones por su proceder.
Es que Marset estando detenido en Dubái por problemas con un pasaporte paraguayo adulterado, buscó ayuda para solucionar el impasse contactando a funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio del Interior, e incluso llegando supuestamente a un colaborador del número dos del Palacio de gobierno de Paraguay, el vicepresidente Hugo Velázquez.
Al final, la solución llegó por manos uruguayas, aunque fue en Dubai donde se desarrolló este operativo o cúmulo de coincidencias más que llamativas.
Marset fue detenido en Dubai el 28 de octubre de 2021 por portar un pasaporte apócrifo de Paraguay. Finalmente, la Cancillería uruguaya generó un pasaporte para Marset en noviembre de 2021, quien luego quedó en libertad y, ya advertido de las pesquisas en su contra, no volvió a Paraguay.
Prado Fabra fue la funcionaria que procedió a tomarle las huellas dactilares a Marset en persona y pidió al menos en dos oportunidades que se le indicara cómo proceder con la solicitud de tramitación del documento al narco uruguayo, debido a las advertencias que le habían llegado, informó el diario El Observador, con base en tres fuentes de Cancillería. VTV noticias confirmó que la diplomática había pedido instrucciones a Montevideo para proceder.
Por esas casualidades, el presidente Lacalle Pou, su exesposa Lorena Ponce de Leon y una comitiva de empresarios se encontraban en Dubai al momento en el que a Marset le hacían el pasaporte de manera personal.
Luego, su pasaporte fue retirado por el abogado penalista Alejandro Balbi, un abogado mediático en Uruguay que se caracteriza por tener clientes siempre poderosos e involucrados en causas turbias.
La Cancillería uruguaya negó haber hablado con Balbi. Luego Balbi dijo que habló con la subsecretaria de Cancillería sobre el tema del pasaporte. Siguiente escena, la número dos de la cartera cambió su declaración y dijo que se había contactado con el abogado de Marset pero que no hablaron por el tema del pasaporte. Para Bustillo, la entrega del pasaporte al narco Marset no afecta “para nada” la reputación del Estado.
Actualmente, Marset está en la lista roja de Interpol debido a sus vínculos con el narcotráfico; concretamente, es buscado por el transporte de al menos 16 toneladas de cocaína hacia Europa, a través de la hidrovía Paraná-Paraguay.
En las últimas horas, Marset envió un video al noticiero de canal 4 de Uruguay negando todo tipo de acusación en su contra y prácticamente saliendo a defender al gobierno uruguayo. Incluso el narcotraficante criticó públicamente al expresidente José Mujica por la legalización de la marihuana.
Los periodistas de canal 4 concluyeron que Marset estaba llamando desde un teléfono con la característica de Sudáfrica. ¿Vale tanto la pena para los gobiernos uruguayo y paraguayo salir a defender al abogado, , a costa de dar cuenta del país donde está, siendo que está requerido por Interpol y la DEA?
El senador del Frente Amplio Daniel Caggiani apuntó contra el presidente Luis Lacalle y lo criticó por no haber hecho ninguna declaración respecto al escándalo del narcotráficante Marset y cuestionó que el mandatario no le haya pedido la renuncia al ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y al de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo. «Cada vez es peor (…) A partir de una decisión política el Uruguay queda metido en un escándalo internacional muy complejo que desprestigia al país», señaló.
Marset es el principal señalado como autor intelectual por el homicidio del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, asesinado en mayo pasado en Colombia, en plena luna de miel. Este hecho ha dejado a la luz una maraña de vínculos políticos, empresariales, del mundo del fútbol y gobiernos con el narcotráfico a nivel continental.
El fiscal paraguayo estaba encargado de la causa “A ultranza py”. Según medios guaraníes, era la causa de narcotráfico y lavado más grande de la historia del país. De acuerdo con la hipótesis que manejan los investigadores, la principal motivación para el crimen surgió en abril pasado, cuando se dio la orden de captura en Paraguay contra cinco de los siete hermanos Insfrán; Miguel Ángel Insfrán asumió que Pecci era quien estaba detrás de la investigación y ordenó las capturas..
Pecci, fiscal especializado en crimen organizado, narcotráfico, lavado de activos y financiamiento del terrorismo, había investigado a bandas de Brasil, además de lavadores de dinero libaneses de la Triple Frontera de Paraguay, Brasil y Argentina. También estuvo a cargo de casos sonados como el secuestro y asesinato en 2005 de la hija del expresidente paraguayo Raúl Cubas (1998-1999), y el enjuiciamiento en 2020 del astro del fútbol Ronaldinho, detenido en Asunción por falsificación de documentos
La Operación A Ultranza Py, realizada en febrero de 2022, implicó 107 allanamientos y la incautación de más de 100 millones de dólares, 98 inmuebles, 28 vehículos, diez avionetas, un helicóptero, 12 carretas, 41 tractores, 48 motos y siete embarcaciones.
“El objetivo Sebastián Marset tendría una participación activa en cada una de estas etapas en las que se desarrollan las actividades ilícitas, por lo cual se lo considera el principal ideólogo, organizador y supervisor de las operaciones ilícitas. Además, sería uno de los destinatarios mayoritarios de las ganancias generadas por el esquema de tráfico internacional de drogas”, revela el informe de inteligencia de A Ultranza Py, según reveló el diario paraguayo La Nación.
Es importante mencionar que los miembros de la organización califican al uruguayo como ‘El Jefe’. Sin embargo, se presume que por encima de él estaría ‘El Jefe Mayor’, que en el proceso de la investigación no fue identificado, refieren los investigadores.
La justicia paraguaya acusa al uruguayo de ser quien organizó la partida por la hidrovía de tres cargamentos por un total de 16 toneladas, descubiertos el año pasado en los puertos de Villeta (Paraguay), de Rotterdam (Holanda) y Amberes (Bélgica).
Para eso, tuvo que generar alianzas con mafias de Europa como la Corsa y la ‘Ndrangheta, organización a la que estaba asociado Rocco Morabito, fugado de la ex Cárcel Central de Montevideo y detenido en las playas de Brasil. Además de la investigación que se realizó en Colombia y Paraguay, Marset es investigado por varias causas en Uruguay.
La primera investigación contra Marset en la Justicia uruguaya fue iniciada el 1º de febrero de 2012 por el delito de receptación. En septiembre de 2013 Marset fue investigado por tenencia de estupefacientes no para su consumo. En octubre de 2013 fue procesado por tres delitos de tráfico ilícito de estupefacientes en la modalidad de organización y en calidad de coautor, tras la incautación de 170 kilos de marihuana.
En octubre de 2013 una investigación coordinada entre la Unidad de Investigación Sensitiva de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) de Paraguay y la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas (DGRTID) de Uruguay logró el procesamiento del tío del expresidente de Paraguay Juan Domingo Viveros Cartes.
Viveros, conocido como Papacho, fue procesado luego de la incautación, en el marco de la operación Wayra, de 450 kilos de marihuana en una avioneta que pertenecía a Horacio Cartes, que aterrizó en un campo cercano a la localidad de José Pedro Varela, en Lavalleja, el 29 de julio de 2012. Marset declaró ante la Justicia ser el destinatario del cargamento incautado.
Otra causa en su legajo es sobre la amenaza que recibió la fiscal Mónica Ferro, la que fue realizada a través de un celular con base en Perú. En este caso también fue imputado el hijo del contratista de futbolistas Gerardo Arias (Uruguay).
El jefe de los fiscales antidrogas de Paraguay, Marco Alcaraz. Calificó a Marset como “el gerente de la hidrovía”. Prácticamente armó un mercado común del sur de cocaína o un mercasur. Marset tiene vínculos en Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Uruguay al menos. Sabemos que sus tentáculos llegan hasta Colombia también.
Alcaraz afirmó que la Hidrovía se transformó en un nodo logístico en 2020, en plena pandemia, “luego de que el puerto de Santos, en Brasil, reforzara los controles con escáneres para los contenedores que salían rumbo a Europa y a África”.
Las filtraciones de información y protecciones en pro y contra de Marset, son dardos que se tiran por elevación -y no tan velados- entre los sectores que acompañan a Horacio Cartes y Mario Abdo. Este último, junto con Lacalle han querido relanzar la hidrovía del Paraná-Paraguay. Este punto y la flexibilización del Mercosur han sido dos de los insistentes tópicos de ambos mandatarios en cada cumbre de dicho organismo.
Allan de Abreu, periodista brasilero de investigación para la revista Piauí, ha señalado que la vía fluvial es ampliamente utilizada para transportar cocaína boliviana y peruana a Uruguay, y de allí a Europa.
Menciona específicamente a la empresa PTP Group, de capitales argentinos, que gestiona varios puertos en la hidrovía analizada y que, además, opera en Nueva Palmira (Colonia) y Montevideo. Según la página web del grupo, ofrece “sus servicios desde Montevideo, Uruguay; hasta Puerto Murtinho en Brasil, cubriendo así más de 2.232 kilómetros de la Hidrovía Paraná-Paraguay.”
El senador paraguayo Pedro Santa Cruz apuntó contra la empresa Gregser–PTP Warrant, a la que el expresidente Horacio Cartes –según él– le dio la concesión por 20 años.
Como si le faltara algo a este collar de perlas que tiene sumido al gobierno uruguayo en un incendio que se le cuela por todos lados, dado el alcance internacional que está teniendo este caso; en las últimas horas el periodista Gabriel Pereyra soltó en la red social Twitter otra arista del Marset-gate.
«Cuando el dueño de Cambio Nelson, Francisco Sanabria, estuvo preso en la cárcel de Campanero, quedó estampado varías veces en el registro de visitas un nombre que con el tiempo se haría famoso: Sebastián Marset Cabrera.”
Según el semanario Brecha, en abril de 2017 Sanabria fue procesado con prisión por delitos de apropiación indebida, libramiento de cheques sin fondo y falsificación de documento privado. El pedido de condena quedó en suspenso por interposiciones de la defensa, a cargo del abogado Jorge Barrera, íntimo de Alejandro Balbi, abogado de Sebastián Marset.
Las flagrantes contradicciones del gobierno en las pocas declaraciones que ha efectuado, el silencio sepulcral de consuetudinarios defensores del oficialismo y el curioso video del narco requerido, hacen pensar que en esta trama todavía queda mucho por navegar.
Ya son muchas casualidades por el día de hoy.
Artículo publicado originalmente en Periferia
https://www.ultimahora.com/marset-pago-usd-10000-vestir-la-camiseta-10-capiata-segun-informe-n3017930.html
https://actualidad.rt.com/actualidad/438240-sebastian-marset-uruguayo-asesinato-fiscal-paraguay
https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20220812-narco-uruguayo-est%C3%A1-detr%C3%A1s-del-asesinato-del-fiscal-paraguayo-en-colombia-seg%C3%BAn-petro
https://www.m24.com.uy/para-bustillo-la-entrega-del-pasaporte-al-narco-marset-no-afecta-para-nada-la-reputacion-del-estado
https://rainwatch.ca/la-fiscalia-sabia-que-marset-utilizaba-el-negocio-del-futbol-para-blanquear-dinero/
https://www.elobservador.com.uy/nota/fiscalia-indaga-a-sebastian-marset-como-cabecilla-del-primer-cartel-uruguayo-202281219280
https://www.m24.com.uy/identifican-a-la-hidrovia-como-salida-de-la-nueva-ruta-de-la-cocaina-con-activa-participacion-de-uruguayos
https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Ruta-fluvial-narco-indagatoria-ubica-a-Uruguay-como-salida-de-la-droga-a-Europa-y-Africa-uc824852
https://www.elpais.com.uy/informacion/judiciales/inteligencia-tenia-sebastian-marset-lupa-ano.html
https://estrategia.la/2022/08/10/el-uruguayo-marset-ordeno-el-asesinato-del-fiscal-paraguayo-marcelo-pecci/
https://www.hoy.com.py/nacionales/fiscalia-investiga-a-colaboradores-del-gobierno-con-el-cartel-de-marset
https://www.lanacion.com.py/investigacion/2022/08/12/gobierno-filtro-datos-clave-a-grupo-narco-de-sebastian-marset/
https://www.abc.com.py/nacionales/2022/08/05/desde-hace-un-ano-la-fiscalia-sabia-de-narcos-de-a-ultranza-py/
https://urgente24.com/mundo/mario-abdo-y-la-hora-la-venganza-horacio-cartes-n542071
https://www.m24.com.uy/resolucion-de-lacalle-dispuso-viaje-a-dubai-de-funcionaria-que-tramito-pasaporte-de-marset
https://www.lanacion.com.ar/seguridad/avance-narco-la-ruta-fluvial-por-la-que-navegan-toneladas-de-cocaina-hacia-europa-y-el-profugo-de-nid16062022/#/
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Nacido en 1966 en una familia de clase trabajadora en los suburbios de Monrovia, la capital de Liberia, el ex astro del fútbol George Weah llegó a trabajar como técnico en la compañía nacional de telecomunicaciones. Pero lo que le permitió tener una vida completamente distinta a la de los 4,7 millones de liberianos fue su talento para jugar al fútbol. En 1988, a los 22 años, Weah ingresó a la elite del fútbol mundial.
Pasaría al París Saint-Germain y en 1995, el año más importante de su carrera, al Milan de Italia. La combinación de potencia goleadora con técnica y destreza lo volvieron el delantero del momento en Europa. Esa temporada se convirtió en el primer y hasta ahora único jugador africano en ganar el Balón de Oro que entrega la revista France Football al mejor jugador del mundo.
Weah jugó dos años en Inglaterra, regresó a Francia para jugar en el Marsella y luego se mudó a Emiratos Árabes, donde se retiró en 2003, jugando para el Al-Jazira. El único sueño que no pudo cumplir como futbolista fue jugar un mundial con su país. Lo intentó en numerosas ocasiones, pero lo máximo que llegó a disputar fue una Copa Africana de Naciones, sin mucho éxito.
Liberia tuvo sus inconvenientes para poder tener una regular participación en los campeonatos de fútbol organizados por FIFA. Junto a Etiopía, Liberia fue uno de los países que no cayó bajo el control del yugo colonial blanco orquestado por el Congreso de Berlín de 1884-1885. Pero no fue un país con pasado tradicional africano, sino que fue fundado en 1821 por colonos norteamericanos libertarios, como resultado de un plan para financiar la emigración y afincamiento de los esclavos liberados de Estados Unidos. Se unieron a ellos unos 6000 africanos, liberados de los barcos de esclavos por patrullas británicas y estadounidenses. En 1847, Liberia declaraba su independencia con capital en Monrovia (en honor al presidente estadounidense James Monroe, el de la frase “América para los americanos”). La nueva nación no pudo controlar a las tribus locales del interior selvático y recién en 1915 se las sometió con ayuda de marines estadounidenses.
Liberia fue un país independiente, pero siempre bajo tutela económica de Estados Unidos. En 1927, la compañía Firestone inició un programa de plantaciones de caucho. Aparecieron los trabajos forzados para un proletariado liberiano en crecimiento demográfico, que no dudó en sindicalizarse en 1930 para exigir derechos laborales. Liberia fue uno de los países fundadores de las Naciones Unidas y en tiempos de Guerra Fría estuvo del lado de Estados Unidos.
La economía desde 1950 se diversificó un poco, pero siempre orientada a la exportación de materia prima. El caucho representaba siempre el 15 % de su exportación, de las que casi el 45 % corresponden a Firestone. El mineral hierro supuso un 75 % de las exportaciones en la década de 1970. Pero el hallazgo de yacimientos de minerales fue una maldición para Liberia. También el petróleo. Las elites liberianas empezaron a pelear por la rentabilidad y la inestabilidad política se hizo presente. Luego estalló en una guerra civil en 1989.
En septiembre de 1990 el presidente golpista Samuel Doe (en el poder desde 1980) fue depuesto y asesinado por las fuerzas de la facción encabezada por Yormie Johnson y miembros de la tribu gio. Pero no todo se calmó. Un pistolero y matón llamado Charles Taylor fue elegido presidente en las elecciones de 1997, tras encabezar una sangrienta insurrección. El régimen de Taylor fue uno de los más sanguinarios de Liberia. En 1998 el gobierno de Taylor intentó asesinar al activista por los derechos de los niños Kimmie Weeks, por un informe que publicó sobre la instrucción militar a menores. Taylor condujo al país a una segunda guerra civil en 1999. Se calcula que más de 200.000 personas perecieron en las dos guerras civiles. El conflicto se intensificó a mediados de 2003 y la lucha se desplazó hasta Monrovia, la capital.
La disputa era por los minerales y las multinacionales occidentales financiaron a “señores de la guerra” que combatían a Taylor. Pero también al autócrata presidente liberiano. No importaba nada, el que ganaba debía garantizar la extracción de minerales, petróleo, madera de la selva y caucho. En 2002 surgió el movimiento Mujeres de Liberia por la Paz, coordinado por Leymah Gbowe y en el que participaron miles de mujeres cristianas y musulmanas que pedían pacíficamente la paz. Sus representantes se reunieron con el presidente Taylor y lograron que concluyese con éxito la conferencia de paz que en 2003 puso fin a la guerra. Taylor se fugó para Nigeria.
Con las tropas de la ONU y de países africanos occidentales como escenario, Liberia celebró unas elecciones “pacíficas” en 2005. Se presentaron 23 candidatos a estas elecciones, en las que se esperaba que el astro futbolero George Weah, además embajador de UNICEF y miembro de la etnia Kru, dominara el voto popular. Pero no lo logró. El 8 de noviembre de 2005 se declaró que Johnson-Sirleaf, una economista formada en Harvard, había ganado los comicios. Johnson-Sirleaf vivió gran parte de su vida en Estados Unidos, por lo que se la ha acusado de desconocer la realidad liberiana desde dentro y de haber ganado las elecciones en forma fraudulenta con el apoyo manifiesto de Washington. Lo único que hizo de forma impactante fue pedir un juicio contra Taylor. Al viejo dictador excéntrico se le acusa de haber dirigido, formado y armado a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF) de Sierra Leona a cambio de diamantes en bruto, comenzando una guerra que dejó 120.000 muertos. Además es juzgado por muertes, violaciones y por haber usado niños soldado. Durante el juicio, el expresidente afirmó que nunca tuvo en su poder diamantes en bruto, declaración controvertida pues la modelo Naomi Campbell aseguró haber recibido por parte de dos hombres no identificados tres diamantes en bruto durante una cena en la que estuvo Charles Taylor. Weah también se hizo eco del juicio y pidió justicia, renovando su sueño de ser presidente de Liberia.
El 10 de octubre de 2017 se celebraron nuevas elecciones presidenciales. Los candidatos que lograron alcanzar la segunda vuelta fueron Weah y el oficialista Joseph Boakai. En dicha segunda vuelta, celebrada el 26 de diciembre de ese año, Weah se impone ampliamente a Boakai, logrando alcanzar al segundo intento la presidencia de su país natal. Sueño cumplido.
Todo parecía panacea para Liberia con la llegada a la presidencia de uno de sus hijos predilectos. Exitoso, multimillonario, filántropo, embajador de UNICEF y bancado por una gran cantidad de sponsors, Weah se preparaba para la presidencia de su vida. Para cientos de miles de jóvenes era la personificación de una utopía de superación. Haber crecido pobre en Monrovia y abrirse camino para entrar en el escenario mundial lo hizo una figura especialmente popular entre los jóvenes pobres de las zonas urbanas, un factor importante en un país donde más del 60% de la población tiene menos 25 años y casi la mitad vive en la capital o en la región circundante.
Pero todo fue un sueño. Nada más. Weah convirtió a Liberia en un club de fútbol. Es decir, se manejaba como un gerente de un club y no como mandatario de una nación. Estados Unidos lo asesoró y recibió ayuda de la Unión Europea, que prácticamente le nombraron los ministros y asesores técnicos para manejar al país. Y vinieron los planes de ajuste del FMI y del Banco Africano de Desarrollo para Liberia. Weah decía que había que “ser austeros”.
En 2019 estalló la bronca popular. Weah hizo una mala jugada. En junio del año 2019, comenzaron las protestas contra su gobierno por la dramática crisis económica que atraviesa el país y su controversial manejo de las finanzas públicas. También se lo acusa de favorecer a amigos y allegados empresariales.
En 2020 vino el giro autoritario de Weah. Otra mala jugada. La policía respondió con gases lacrimógenos y cañones de agua a los miles de manifestantes que salieron a expresar su enojo el 7 de enero de 2020 en Monrovia. Además, cerró la radio de Henry Costa, uno de los referentes de las movilizaciones, que se fue del país denunciando persecución política.
Weah se convirtió en un presidente casi dictatorial. Sólo lo banca Estados Unidos. No generó el crecimiento económico ni el trabajo que los liberianos más pobres ansían desesperadamente. No erradicó la corrupción y no fue totalmente transparente con respecto a sus propias finanzas, ni proporcionó los recursos y el apoyo necesarios para que la Comisión Anticorrupción pueda hacer su trabajo. Su gobierno reaccionó a la defensiva ante las protestas. En lugar de reconocer las faltas o de entablar un diálogo abierto con los opositores, intentó reprimirlos y aparentemente ha utilizado recursos del Estado para acosarlos a ellos y a los medios de comunicación.
Weah tampoco ha sido capaz de atraer los mismos niveles de inversión y se enfrenta a acusaciones similares de corrupción de presidente anteriores de Liberia, con el desempleo y otros desafíos socioeconómicos todavía persistentes, y sin más fuerzas de paz para dar estabilidad. Weah estudió administración de negocios en la Universidad DeVry de Miami. Pero eso no fue suficiente. Weah nombró en su gobierno a individuos que formaban parte de la antigua elite. También debe asegurarse de que los estilos de vida de quienes lo rodean estén a la altura de las expectativas de un país con una economía pobre como Liberia. Para ser claros, no se puede ver a Weah y a su círculo íntimo conduciendo autos importados caros y dando fiestas fastuosas, mientras la economía está funcionando mal. Las privaciones llevarán a muchos más liberianos a las calles si creen que las elites no comparten su sufrimiento.
Weah gobierna sobre un volcán. Liberia es uno de los países más pobres del mundo. Tiene un PIB per cápita de apenas 688 dólares, bajo incluso para los estándares africanos. Su Índice de Desarrollo Humano es de solo 0,465 y se ubica en el puesto 176 a nivel mundial. Solo 13 países, todos del mismo continente, tienen un desarrollo menor, según las estadísticas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. En 2018, primer año del ex futbolista como presidente, se registró una desaceleración y la economía creció 1,2 por ciento. Lo más dramático es que el freno de la actividad económica se conjugó con una disparada de la inflación. Es la séptima más alta del planeta, con un 30 % anual. Las finanzas públicas están en ruinas y miles de empleados públicos cobran con semanas de retraso. Al mismo tiempo, el sistema financiero está comprometido y ya hay bancos que no están en condiciones de entregar los depósitos a sus clientes. Liberia se parece a la Argentina del año 2001.
Un verdadero golazo en contra el de Weah para su país. Esperanzas de cambio, marketing puro y sólo un sueño de Weah que convirtió en pesadilla para el pueblo de Liberia. El clima de guerra civil no se ha ido del país. Las cicatrices de la era de los “señores de la guerra” y los “diamantes de sangre” están muy presentes. Y Weah no sabrá gambetear si sigue siendo un títere de las multinacionales, Estados Unidos, la Unión Europea y el FMI.
Uruguay es un país futbolero. Eso es innegable. La utilización de metáforas futboleras ante la vida a veces roza el hartazgo incluso para los futboleros, dentro de los que me incluyo.
Desde el poder ejecutivo se celebró la llegada de las vacunas “como un gol”, un “maracanazo”, recordando la gesta de 1950 cuando Uruguay salió por última vez campeón mundial de fútbol. En vez de darse abrazos se aplaudieron entre todos los asistentes al Consejo de Ministros. El diario conservador El Observador se basó en las declaraciones de los ministros para hacer una nota plagada de metáforas futboleras.
La retórica es de triunfalismo. Una tónica de épica se pretende instalar en el país que recibió último las vacunas en toda Sudamérica. Una especie de ética protestante que se jacta del esfuerzo y del sufrimiento. Como si todo este tiempo de espera fuera una recompensa al final del túnel. Como si en este tiempo no hubo muertos, ni internados en tratamiento intensivo, ni cientos de contagiados.
Las vacunas llegaron luego de anuncios y conferencias de prensa que hacían creer la inminencia del arribo de las mismas al país. El Ministro de Defensa (si, de Defensa y no el de Salud) anunció una etapa de prevacunación… pero hasta el día de hoy no se sabe qué significa.
El tono de victoria expresado por las autoridades gubernamentales es inversamente proporcional a la gestión, planificación y transparencia sobre las vacunas. Ni que hablar de la gestión de la pandemia.
La gestión de la pandemia fue y es piloto automático de las políticas sociales que el Frente Amplio había dejado. Se premió al “malla oro”, otra metáfora deportiva, pero esta vez sobre ciclismo. El malla oro vendría a ser la persona exitosa, la que va ganando la competencia. Es decir, se premió a los grandes empresarios y que el resto de los que vienen atrás quedaran a la fortuna del mercado.
Esto ya no es metáfora sino una definición del herrerismo, sector político-ideológico que lidera el presidente Lacalle Pou.
El gobierno celebra la llegada de los cargamentos en un contexto donde no hubo oposición ni palos en la rueda para el natural desarrollo del plan de vacunación. No hubo marchas antivacunas, los intentos de instalar el relato de la “plandemia” se desmontaron enseguida por las propias mentiras de sus impulsores. No hubo campañas de demonización de la vacuna ni denuncias de envenenamiento como sucedió, por ejemplo, en Argentina.
El centroizquierdista Frente Amplio, como primer partido de oposición tras 15 años en el gobierno, solo ha esbozado tímidamente ataques por twitter que poco asiento tienen en la cotidianidad de la gente. Más que inmóvil o tibio, el Frente Amplio parece estar catatónico ante las celebraciones del oficialismo y concentra sus baterías en la recolección de firmas contra la Ley de Urgente Consideración (LUC) y su congreso para la elección de autoridades internas.
Lo que llegará al país serán 192.000 dosis de la vacuna Sinovac. Para el 15 de marzo se esperan 1.558.000 dosis de la misma vacuna, mientras que desde el 8 de marzo hasta el 26 de abril el país recibirá 460.000 dosis de la elaborada por el laboratorio Pfizer.
Según estiman las autoridades, a un ritmo de 30 mil dosis diarias, seis días a la semana, en dos meses aproximadamente se tendrá inmunizada a gran parte de la población. El gobierno ya canta victoria de antemano y de los últimos en obtener la vacuna, Uruguay pasaría a ser los primeros en inmunizar a casi la totalidad de su país
Lo que no dicen las autoridades es que somos un país con una población escasa -unos 3,3 millones de personas-, tenemos un territorio pequeño, no existen poblaciones que sean inaccesibles, se puede acceder por automóvil a cualquier punto del país y Uruguay posee un sistema integrado de salud de alcance nacional que obviamente no fue implementado por el actual gobierno de la coalición multicolor neoliberal y de derecha.
De todas estas condiciones, la del sistema de salud fue gracias al Frente Amplio, las otras son características intrínsecas del Uruguay. Así que el regocijo de este plan de vacunación (recién publicado) no es gestión de la Coalición Multicolor.
El FA insiste con otras medidas, entre ellas las de proporcionar un ingreso básico de emergencia a las personas más afectadas, evitar desalojos, diferir pagos a organismos estatales, apoyar a las pequeñas y medianas empresas, mejorar los seguros de desempleo y adelantar inversiones en infraestructura para dinamizar la reactivación.
La anunciada llegada de las primeras dosis obviamente alivia ansiedades sociales y presiones sobre el gobierno, pero al mismo tiempo determina que otros asuntos ganen posiciones en la agenda política, en especial los relacionados con problemas económicos y sociales acumulados desde que se declaró la emergencia sanitaria.
El senador oficialista Juan Sartori ya presentó un proyecto de ley para prevenir la corrupción y privilegios a la hora de vacunarse. Un hecho que deja a las claras la importancia de que los gobiernos del campo nacional y popular sean bien prolijos con su accionar, porque la onda expansiva no es solo para adentro de su país, sino que se utilizan las falencias de unos, como tiros por elevación a otros gobiernos o fuerzas políticas del mismo marco.
Como es su costumbre, el presidente Lacalle está decidido a concentrar los focos sobre su persona el 2 de marzo, cuando se presente en el Parlamento para exponer sobre su primer año de gestión.
Ni Maracaná, ni gol en la hora, ni remontada de atrás. Si quieren hablar de fútbol, el gobierno se parece al balompié local: atado con alambres, deudas con los jugadores, corrupción y siga, siga.
Artículo publicado originalmente en Periferia
Con la Libertadores en mano, ante una multitud que explotaba de felicidad en Plaza Moreno, Alejandro Sabella habló. Arrancó saludando a su familia, todos y todas las hinchas de Estudiantes de la Plata; agradeció al equipo y a la gente por viajar por América y siempre confiar; y por último citó a Juan Domingo Perón y dijo: “Llevo en mis oídos la más maravillosa música, la de ustedes, el pueblo pincha”.
Llego con su camperita beige y las manos en los bolsillos dentro del pantalón, sin hacer mucho escándalo. Su primer partido fue por la Copa que meses después ganaría. Debutó en 25 y 32, en un Estadio Único aún sin techo. Esa noche posiblemente algún cristal de su casa retumbó ante el estallido de las bombas de estruendo que festejaron el 4 a 0 a Deportivo Quito, por la fase de grupos.
Alejandro era un tipo sencillo, de calle de empedrado, de 200 gramos de paleta en el almacén, de sifón de soda, pero también de elegancia, de sabiduría y de unos botines negros bien puestos por haber portado la 10, en el Monumental, en Europa y luego en el plantel del Narigón en aquellas campañas del 82 y 83 que revivían, solo una década después, las hazañas de los dirigidos por Zubeldía. Aquel equipo alejado del centro porteño y con estadio de tablones, que se paseó tres veces por América y fue a demostrar a las tierras piratas, allá a Old Trafford, que por estos pagos, en el sur del mundo, en la Argentina históricamente saqueada y con dictaduras, se levantaba un pequeño club, que alegraba las tierras que en algún momento habían sido pensadas como centro ferroviario de la Argentina, pero que por el poder de Madero quedaron empobrecidas y con sus rieles y galpones de fundición cerrados. Ese equipo tricampeón que rompió con la hegemonía para convertirse en el hecho maldito del fútbol burgués. De esa escuela venía Sabella.
A lo largo de casi 20 años fue ayudante de Passarela, en la Selección, en River, en la Celeste y Corinthians, hasta que a comienzo del 2009 se apareció por City Bell para comenzar a forjar una página más en la historia de la Ciudad de las Diagonales. En dos años cosechó dos títulos, la Copa Libertadores 2009, y el Apertura 2010, pero además fue a jugarle de igual a igual, allá en Dubai, al mejor equipo de este milenio, el Barcelona de Messi y Pep Guardiola. Bah, de igual a igual es una forma de decir, porque el cabezazo de Mauro Boselli puso bastante nerviosos a la bolsa de Wall Street y al resto de poderosos en el mundo hasta los 89′.
Luego la selección. A Ezeiza llegó igual, esta vez sin su campera beige, pero con las manos en los pantalones y tranquilo, posiblemente silbando o tarareando algún tango. Y acá arrancó de nuevo, desde abajo armando el equipo a su modo y comiéndose todas las balas del periodismo y del salame promedio que siempre repite como loro. Primero las eliminatorias, la clasificación y el Mundial. La emoción de Lio, sus gambetas y goles, pero también sus declaraciones a favor de Palestina por las charlas con Alejandro. La rabona de Rojo, la garra de Mascherano y las manos mágicas de Romero, las lagrimas de felicidad de todo un pueblo y ¡Brasil decime qué se siente! El rodillazo de Neuer y la FIFA obrando como en Italia 90 y Estados Unidos 94, Götze y nuestro Maracanazo que se pierde.
La vuelta con las caras largas que duran hasta hoy, y el pedido de disculpas desconsolado de Alejandro hacia la vecina de Tolosa y presidenta Cristina Fernández de Kirchner, por no haber logrado traerle la Copa a todo el pueblo argentino.
Ahora tampoco hay colores, todos estamos de luto. La patria y el equipo siempre son el otro.
Habían pasado seis años y nueve días de aquel 24 de marzo de 1976. El plan sistemático de terror y exterminio había sido ejecutado, al igual que el modelo económico hambreador y excluyente; la industria estaba destrozada, el Fondo Monetario Internacional se paseaba por las pasillos de la Rosada y posiblemente también por algún centro clandestino.
Leopoldo Galtieri vio en el patriotismo nacional la posibilidad de continuar con el Gobierno Militar que se venía abajo y seguir perdurando en el tiempo, no solo con tortura y persecución como ya lo venían haciendo, sino también, con apoyo popular. Es por eso que decidió, junto con el resto de oficiales, declararle la guerra a Inglaterra. Y así el 2 abril de 1982 las tropas argentinas desembarcaron en las heladas tierras del Atlántico sur.
Fue principalmente la generación del 62 la que engordó las filas para pelear en las islas: en ese momento el servicio militar era obligatorio. Los soldados que fueron a Malvinas estaban desprovistos de armas, como también de ropa para enfrentar las bajas temperaturas.
Esos pibes, con su vida, fueron quienes pagaron los platos rotos, de un par de milicos que se creían impunes. Son quienes pusieron el cuerpo y pasaron noches heladas de lluvia y nieve, mientras su superior les hablaba bien abrigado sobre el compromiso con la patria. Esos pibes que quedaron en las islas y los que volvieron son los verdaderos inocentes y fueron siempre los olvidados y humillados.
Y entre tanto recuerdo amargo, se preguntarán que tiene que ver el deporte o el fútbol en todo esto. Y la respuesta es que mucho. Porque el Mundial de 1986 era muy cercano en el tiempo a ese invierno crudo del 82. Y esos cuartos de final contra Inglaterra revivían cada bomba, cada trinchera oscura, húmeda y helada. Los sobrevivientes, jóvenes de 21 o 22 años, no tenían consuelo para tanta desidia. Y ahí llegó el fútbol; no para hacer justicia, porque justicia sería que nos den el archipiélago, que revivan a los muertos y que los milicos queden encerrados de por vida en una cárcel común. El futbol no hizo eso. Pero sí les devolvió una sonrisa a los que volvieron y también a todo un pueblo lastimado.
Ese día, Maradona hizo con su mano lo que cualquier persona que fue humillada y verdugueada querría hacer. Le robó la billetera al bravucón, al jefe, al dueño del mundo y de la pelota. Pero no terminó ahí, porque minutos después, con su magia y su pierna izquierda, demostró que acá somos los mejores, y no nos importa ni tu plata, ni tu reina, ni tu siglos de saqueo y piratería; porque acá te paramos en seco y te humillamos. Dejó claro que a la magia no hay bala ni misil que la atraviesen.
En eso se convirtió el futbol y Maradona, en la pequeña venganza de los muertos pobres, y desde ese día, como dijo Carlos “El Indio” Solari también fue “el tesoro de los inocentes”.
La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí. En este mundo del fin de siglo, el fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable. A nadie da de ganar esa locura que hace que el hombre sea niño por un rato, jugando como juega el niño con el globo y como juega el gato con el ovillo de lana: bailarín que danza con una pelota leve como el globo que se va al aire y el ovillo que rueda, jugando sin saber que juega, sin motivo y sin reloj y sin juez. El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue. La tecnocracia del deporte profesional ha ido imponiendo un fútbol de pura velocidad y mucha fuerza, que renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohibe la osadía. Por suerte todavía aparece en las canchas, aunque sea muy de vez en cuando, algún descarado carasucia que sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad.
Eduardo Galeano
Corría la temporada 2004 2005 de la Serie A, el equipo de Berlusconi -el AC Milan- dominaba Italia y el continente europeo, pero el derechazo de Lucarelli reventó contra la red que cubría el brasilero Dida y en un pequeño pulmón, la gente del Livorno gritó con todas sus fuerzas hasta dejar rasposas las gargantas. Entre las banderas rojas que se agitaban por los hinchas venidos desde la costa oeste de la Toscana, se dejaron ver la cara del Che y la oz y el martillo. El lujoso San Siro quedó callado, y esa tarde, el pequeño equipo se volvió con un punto de la ciudad insignia de la Italia rica. Finalizado el partido un fanático declaró: “Fue el enfrentamiento entre un FIAT 500 y un Ferrari”.
Livorno es una pobre ciudad construida sobre el puerto de la costa oeste, que desde 1915 tiene su Associazione Sportiva da Calcio. No es casual que su color sea el rojo porque en 1921 se dieron allí gran parte de las discusiones previas a la fundación del Partido Comunista Italiano, atado a la Tercera Internacional. Con este dato a favor, los ciudadanos, que son los fanáticos del club, comentan que Gramsci, siempre alentó por ellos.
En 1923 Mussolini ganó las elecciones y el fascismo acompañado por las Camisas Negras se regó por todo el país. Pero en la ciudad portuaria se chocó a una sociedad dispuesta a resistir. De allí salieron las Brigadas Rojas y luego gran parte del “germen” partisano.
Desde esos años hasta hoy, la mayoría de los habitantes se definen bajo los ideales de la oz y el martillo y el fútbol no ha sido la excepción.
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El Livorno no había jugado en la máxima categoría de Italia por más de 55 años, hasta que llegó Cristiano Lucarelli. Un muchacho hijo de un estibador comunista y fanático de la roja, que le enseñó a su hijo el amor por la pelota, los ideales y el cariño a su tierra. “Algunos creen que el estilo de vida de un futbolista no se condice con el comunismo, pero yo ya era comunista antes de ser futbolista”, dijo Lucarelli ante alguna cámara, luego de hacer algo tan lógico como expresar sus pensamientos políticos dentro de la cancha.
Cristiano Lucarelli jugó profesionalmente desde 1992 hasta el año 2012: vistió las camisetas de Torino FC, Valencia, Livorno, Napoli y la de la selección nacional Italiana. En 1996, jugando para la selección Sub 21, festejó un gol quitándose la remera y dejando ver otra con la estampa del Che Guevara. Este acto le costó el repudio de los sectores reaccionarios de su país, que por su peso, lograron que fuera alejado de la selección hasta el año 2005 .
En la temporada 2003 Lucarelli venía teniendo una participación irregular en la Serie A, jugando para el Torino. Ese mismo año, el Livorno consiguió el ascenso a la serie B. Teniendo 28 años Cristiano no lo dudó y fue a jugar a préstamo al equipo de sus amores. Solo puso una condición: en su espalda pidió llevar el número 99, en referencia a las Brigadas Autónomas de Livorno, la hinchada del equipo que siempre se definió comunista.*
Lucarelli fue recibido como un héroe nacional y ese año marcó 29 goles, dándole a su equipo el campeonato y el ascenso a la Serie A. Luego de la excelente campaña, Cristiano Lucarelli debía volver al Torino, pero se rehusó, perdiendo así millones de euros. En 2005 jugando en la Serie A, fue el goleador del torneo con 24 goles y logró la permanencia. En Livorno se festejó, el puerto fue una fiesta y a los días salió un libro titulado “Quédense con sus millones”. En la presentación del libro ante gran parte de la ciudad, Lucarelli dijo: “Algunos jugadores de fútbol pagan mil millones por un Ferrari o un yate. Con ese dinero me compré la camisa de Livorno. Eso es todo”.
El delantero con el 99 en la espalda fue nuevamente la voz de la Italia postergada y abandonada. Los obreros portuarios socialistas de principio del Siglo XX gritaban y se vengaban en los botines del artillero, que cada fin de semana reventaba las redes de todo el país. En la tribuna aparecían con más fuerza los estandartes anti fascistas y los pedidos de libertad para Palestina. Con el mejor 9 del torneo y sus festejos con los puños cerrados, el fútbol se había convertido nuevamente en una trinchera de resistencia, felicidad y revancha social.
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Hoy, Livorno juega en la Serie B. El estadio es una zona anti fascista, todos los 18 de diciembre festejan el cumpleaños de Stalin y tanto para el paso a la inmortalidad de Hugo Chávez, como para el de Fidel Castro, aparecieron banderas despidiéndolos en las tribunas.
En Italia, en la zona de La Toscana, entre olor a pescado y todo lo que deja el puerto, les pibes patean una pelota y sueñan ser como su ídolo, ése que renunció a millones por comprarse, para siempre, la 99 de la roja.
(*) En el año 2007 la DASPO (ley prevista para evitar enfrentamientos violentos en el deporte) desintegró la Brigada Autónoma de Livorno y persiguió a los “ultras” rojos; pero hasta el día de hoy los simpatizantes entonan el Bella Ciao y cuelgan sus estandartes en cada cancha a laque van.
Ahora que en todos los canales, programas o revistas se habla de la vuelta del fútbol, hay discusiones que no se pueden negar. Para empezar, es clave correr la pelota de la constante de la pandemia y los protocolos, porque las falencias en el deporte respecto a mujeres y diversidades son históricas. Ojo, esto no significa que en este contexto no se hayan recrudecido; pero sí que es preciso entender las diferencias de posibilidades en los distintos géneros como algo estructural. Nada sorprendente si se piensa a la opresión sobre las mujeres y las diversidades como producto de un sistema: el patriarcado.
Lo cierto es que el fútbol en su origen fue una cancha en la que no se permitió jugar a las pibas. Creado como un juego de caballeros, lo que para la época no solo significaba ser hombre sino ser Inglés y de clase alta, fue un espacio reticentes a cambios desde un principio. Sin embargo, y no por nada, en todo rincón del mundo hay un arco para patear; el fútbol pudo trascender esa barrera. Y si bien en Nuestra América fueron años de luchas los que permitieron que ya no sea propiedad inglesa esa disciplina, nadie más pudo adueñarse de ese genuino y maravilloso deporte. Eso, claro, es lo que cuenta la historia muy por arriba. No obstante, no todo es privado o público de igual forma para todes. Y que recién el año pasado se haya discutido en serio el hecho de profesionalizar la práctica femenina, da cuenta de eso.
El lenguaje es un campo muy amplio, y si bien se considera al español una lengua “muy rica” en cuanto a posibilidad de mención, lo cierto es que es un tarea de todes buscar construir discursos que aúnen a la diversidad. Entonces, ¿por qué la palabra fútbol nos remite a un partido de hombres? ¿Por qué, en cambio, se aclara cuando es “fútbol femenino”? ¿El fútbol por sí mismo tiene un género? ¿Cambia algo del juego, de la táctica, del talento, el ser o percibirse de una o otra forma? La realidad es que no, o por lo menos eso marcan los reglamentos.
Pensar en el fútbol y asociarlo a lo masculino es, nada más y nada menos, que una construcción de sentido arraigada a todas las formas de reproducción mediática y cultural en la que se profundizó. Y con esto no se pretende criticar sin sentido, sino poner la lupa en esos espacios a los que se suele caracterizar como inofensivos o secundarios; como el lenguaje. Y porque lo que no se nombra no existe, que las palabras pertenezcan a un sector social, alerta sobre la desigualdad a abordar.
Incluso si se quisiesen ignorar los muchos ejemplos respecto a la invisibilización que se hace de las mujeres y diversidades en el fútbol en torno al lenguaje; sería negador no reconocer que los grandes medios de comunicación corren otra pelota y dejan en el banco, o peor ni cuentan como parte del equipo, a lo relacionado a la práctica femenina. Y ni hablar de la diversidad. De hecho, basta para corroborarlo buscar noticias del mundo del fútbol y empezar a contar. Claro que el protagonismo de la práctica masculina es mayor por el nivel de llegada y por ende la comercialización, pero ¿esto no está relacionado con la importancia que en algún momento se le dio? ¿Cómo puede a alguien interesarle algo que nunca vio?
Y para meterle un caño a esas posturas que relacionan a la invisibilización con la destreza (o la aparente falta de la misma), es clave comparar algunas cosas entre la práctica femenina y la práctica masculina. Primero, el nivel de promoción, financiación y dedicación que se le dio a cada una. Segundo, los discursos que legitimaron a una práctica e invizibilizaron a la otra y con ello la historia que se conoce y la que está sepultada y hay que reconstruir. Y tercero, quiénes ocupan los lugares de poder de decisión real. En todas las respuestas, los hombres cuentan con ventaja.
Pero haciendo enfoque en el rol de los grandes constructores de sentidos, que reproducen hasta el hartazgo discursos que instalan posicionamientos e ideas machistas, hay varias cosas que mencionar. Los grandes medios no le dan lugar a lo que no vende y asimismo motorizan lo que se quiere vender; y en ese gran círculo vicioso siempre se excluye al mismo sector. En un repaso por los programas reconocidos que construyen periodismo deportivo, sale automáticamente a la luz la necesidad de repensar a la comunicación como una herramienta con peso e importancia.
En un país en el que abundan medios como TyC Sport, Diario Olé, Infobae, La Nación; en el que sobran periodistas, si así se los puede llamar, como Horacio Pagani o Claudio Husaín; es más que urgente pensar en cómo reconfigurar esos espacios para no seguir reproduciendo pensamientos nefastos. Como los que proponen que las capacidades están relacionadas pura y exclusivamente al hecho de ser hombre y que se resisten a asumir que no hay género superior, como si fuesen sujetes perfectes, cuando de más está decir que varios de esos periodistas que critican livianamente a las mujeres por sus “limitaciones”, no le meten un gol ni al arcoiris.
Según un informe de abril de este año del sindicato de jugadores FIFPro, la organización mundial que representa a todos los jugadores profesionales (más 60.000), ser una jugadora de fútbol profesional todavía no es una opción viable en muchas partes del mundo. Incluso a pesar de la asistencia récord en los partidos el año pasado, tras la euforia del Mundial Francia 2019, donde a las mujeres se las empezó a reconocer un poco más.
Sin embargo, el informe no presenta números muy alentadores porque si bien la investigación mostró que los salarios de las jugadoras habían aumentado entre 2016 y 2018, también reveló que existe una parte que aún no recibe ninguna remuneración financiera. Y acá cabe mencionar que se refiere a mujeres que compiten en la Copa Mundial Femenina de la FIFA y que juegan en la cima del fútbol, porque ni hablar de quienes no cuentan con ese “reconocimiento” mundial, que dicho sea de paso son muchas. Lo que a su vez, sigue estando intrínsecamente relacionado a la problemática de la posibilidad de acceso, la aceptación cultural y la desidia de parte de los responsables del fútbol que hacen grandes negocios pero que, en muchos casos, no puede garantizarle al equipo femenino ni siquiera un vestuario o una indumentaria. Abandono que no es casual y que se repite en muchos países del mundo.
Pero volviendo al informe concreto, es clave mencionar que fue realizado con el aporte de las jugadoras de 18 países diferentes que se habían clasificado para el Mundial del año pasado. Y que además de señalar la falta de financiamiento e inversión monetaria respecto a la práctica femenina, revela otros datos que dan cuenta de la falta de interés y voluntad real por modificar las lógicas de manejo. Por ejemplo, a nivel de clubes, la mayoría de las jugadoras declararon que no estaban seguras de cuál era la estrategia a largo plazo de su equipo o que en muchos casos no se proponían metas por la “inestabilidad” a la que estaba sujeta la práctica femenina. Y en la misma línea, la mitad de las encuestadas dijeron no haberse sentido respaldadas o contenidas en el ámbito deportivo. Todo esto, más allá de la pandemia, claro.
Asimismo, en ese famoso círculo vicioso que no te da herramientas para crecer, pero que te exige el crecimiento, el informe destacó que “El campeonato de las mujeres profesionales está sujeto a condiciones laborales adversas que afectan negativamente en el rendimiento deportivo de las jugadoras, plantean obstáculos directos al desarrollo de su potencial o las obligan a abandonar antes de tiempo”. Porque, fundamentalmente, habría que preguntarse cuántos de los modelos a seguir de grandes jugadores tienen que sostener un trabajo aparte para vivir. Y como la respuesta es tan obvia porque ninguno de los jugadores del mundial atiende en un supermercado, habría que preguntarse qué diferencias pueden surgir a partir de las distintas posibilidades, y lo cierto es que son muchas.
Pero para no cerrar el juego en críticas constantes, es clave reconocer que el avance en materia de igualdad en los clubes y en las instituciones es algo que, por lo menos comenzó a caminar. Lo que no significa que el partido esté ganado, pero sí que con lucha y con organización colectiva se pueden gestar cambios incluso en los espacios más reticentes a los mismos.
Por último, es importante pensar a este contexto, en el que la vuelta del deporte es una realidad, como un momento propicio para hablar , priorizar y actuar respecto a la práctica femenina y de diversidades, y que no pase como estaba sucediendo, que las jugadoras “profesionales” queden a la merced de la vida y no tengan respuesta alguna. Que, a diferencia de los hombres, no tener respuesta alguna implica no tener quizá ni una remuneración o ingreso.
Y en la misma línea es importante reconocer los avances que en Argentina se gestaron en este campo que aúna la diversidad, el género y el deporte desde la asunción del Frente de Todes, que construyó diversas políticas para formar y acompañar a las instituciones en materia género. Además, es fundamental mencionar el posicionamiento que están tomando diversos clubes al renovar contratos femeninos, como es el caso de Racing, River y otros; pero siempre preguntando por qué sorprende cuando se firman contratos femeninos a comparación de la constante atención y dedicación del mundo masculino.
El fútbol no tiene dueño, por más de que le pese a muchos que no quieren ceder ni un segundo la pelota. El fútbol está en construcción constante y desde la perspectiva que se abone, será el deporte que se cree. Como en su momento, se pudo resignificar algo que era excluyente a casi todas las clases y pudo concebirse como un deporte popular; tenemos el poder de resignificarlo y empezar a construirlo verdaderamente desde la igualdad, pero para eso es importante proponerlo y realmente querer caminarlo.
Una vez más, en la cancha salta la chafi y las mujeres y diversidades merecen igualdad, pero no solo en discursos agradables, sino en políticas reales que las amparen y las dejen exponer sus vivencias para poder mejorar tan cerrado círculo al que nunca se las dejo pasar. El partido no solo es urgente sino que no necesita del trabajo en equipo y la voluntad real. Lo cierto es que las pibas no pueden esperar más.
POR MAIA CUBRIC*
La semana pasada, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, con el aval del intendente del distrito, Fernando Gray, aprobó a Racing Club para avanzar en la construcción de un predio deportivo en la zona del humedal Laguna de Rocha, en Esteban Echeverría. Esa porción de suelo, en la que el club pretende avanzar con las obras, es considerada una reserva natural. Y, entre otras cosas, construir allí implicaría no solo la destrucción de la biósfera existente, sino también un peligro de inundación para los barrios aledaños, como lo es el barrio 9 de Abril.
Pero para empezar de manera ordenada (porque son varias las jugadas en las que la Academia queda en offside), la comunidad se enteró de la noticia cuando el club lo anunció en su página web. Y aunque en ese sitio de internet se puede leer que se va a trabajar en conjunto con las organizaciones ambientalistas y zarazas varias, lo cierto es que les vecines expresaron que no hubo consenso, y que, obviamente, la aprobación se llevó adelante a sus espaldas.
Asimismo, el Colectivo Ecológico Unidos por Laguna de Rocha sacó un comunicado que decía: “El martes 23 de junio vecinos/as y ambientalistas de Esteban Echeverría leímos con sorpresa la nota del medio El Diario Sur, donde se informaba que fueron aprobadas las obras del predio de Racing Club dentro de los límites originales del humedal que conforma la Reserva Natural Integral y mixta Laguna de Rocha, en Esteban Echeverría. Esta gestión se llevó a cabo a pesar de que en la última reunión realizada en conjunto este tema no fuera tratado, sino quitado silenciosamente del temario. Y, en detrimento, de la lucha histórica por preservarla”.
Durante el gobierno de Néstor Kirchner, en el 2009, se les otorgaron a Racing y a Boca 64 hectáreas en el humedal de Laguna Rocha, las cuales fueron divididas en 32 metros cuadrados para cada club. Al tiempo, Racing tomó posesión del predio y empezó a iniciar el proyecto de construcción que duró muy poco porque les vecines y activistas pusieron una orden cautelar, mediante la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires, que estuvo vigente hasta el 2019. Elles denunciaban el impacto que tendrían las obras en el ecosistema y el peligro que implicaría en términos de inundaciones para les habitantes del lugar.
Lo cierto es que la naturaleza avisa, pero el ser humano pareciera no escuchar. Un ejemplo, quizá explicativo, de la urgencia de tomar en serio los llamados de atención de la naturaleza, fueron las obras inconclusas del ex piloto y gobernador de Santa fe, Carlos Reutemann. Las mismas podrían haber evitado la muerte de más de treinta personas en la inundación más grande la historia de Santa Fe, pero nadie quiso escuchar las advertencias. Nadie de los que tenía el poder, claro. Pero el punto es que la advertencia parece ser la misma: no se puede jugar contra la naturaleza, en ningún deporte, en ninguna región.
Sin embargo, Racing no entendió el mensaje y en consecuencia no retrocedió ni un paso. Y por el contrario, siguió insistiendo 11 años en construir sobre el humedal. Obviamente, ignorando el mensaje de las organizaciones ambientalistas que expresaron reiteradas veces que “el humedal y la Reserva forman parte de la cuenca media y baja del Matanza-Riachuelo y cumple una función fundamental como regulador hídrico y oxigenador, que es clave a la hora de evitar inundaciones”.
Frente a esto, el club de Avellaneda se comprometió a trabajar en conjunto con el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), con la autoridad de aplicación de la reserva y con el municipio. Pero resultó que algunos pases no fueron bien ejecutados y el intendente Fernando Gray, no convocó a los miembros de las organizaciones ambientales a revisar el informe (tarea que le correspondía por ser el presidente del Comité de Gestión), y “mágicamente” elevó el dictamen a la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires. Allí, también fue aprobado “mágicamente”, y todo muy entre comillas porque quien gestionó dicho trámite fue, ni más ni menos, que el socio de la Academia y ministro de Justicia Bonaerense, Julio Alak.
Entre otras cosas, ese dictamen expresaba: “habiendo sido sometido a tratamiento el Informe del Racing Club (su plan de obras más Evaluación de Impacto Ambiental) y no registrándose ni consultas ni oposiciones, se da por aprobado el proyecto”. Exactamente lo contrario a las declaraciones del geógrafo e integrante del Colectivo Ecológico Unides por Laguna de Rocha, Gabriel Videla, que afirmó hace una semana que “el tema no se trató en la sesión y no existió el comunicado que Gray afirma fue sometido a consideración”. Y de hecho, esos estudios tan mencionados por el Intendente y su equipo, no están a la vista, por lo que no son más que palabras que pretenden justificar la viabilidad de la obra.
La historia cuenta que desde el 2008 se quieren llevar adelante proyectos en la región del humedal (que comprende desde las inmediaciones de la autopista Riccheri, a la avenida Fair y la localidad Transradio), pero ninguno nunca pudo garantizar no generar un desastre natural.
¿Por qué la Academia sería la excepción? Sin pruebas refutables, ¿cuál es el argumento que respalda el discurso de cuidar la vida y la biodiversidad del lugar? Hay cálculos que dan resultados inequívocos: la tala, trae consecuencias fatales. ¿Cómo piensa construir Racing un predio para que entrene la Primera sin modificar la naturaleza del lugar? ¿Lo piensa? No sé cuáles serán las respuesta, pero lo cierto es que no debería mancharse al deporte con la ambición de avanzar sobre cualquier terreno y a costa de lo que sea.
Por último, para que cada lectore interprete lo que quiera interpretar, una vez dado el llamado de licitación para dar inicio a la primer fase del proyecto, se comenzará con la limpieza y nivelación del terreno a la altura de la autopista Riccieri. Luego de esto, las siguientes fases tendrán como objetivo la construcción de un edificio central de 3500 metros cuadrados, cinco canchas y algunas obras más, que no tendrían por qué modificar la composición del lugar. ¿Qué más natural que un predio de alto rendimiento? Todo, claramente.
El entrenamiento deportivo, la concentración, el fútbol, el equipo, son prácticas necesarias pero que deben pensarse en el marco de una sociedad que no arrase con todo cuanto tenga enfrente. No servirá de nada llenar la tierra de canchas, si eso implica la propia destrucción. Y si por años, décadas, siglos, se ignoró ese mensaje, en este contexto que nos propone la urgencia de pensar otra alternativa de construcción, tiene que ser contemplada la salud humana y el ambiente. Por eso, la tarea es ponerse la camiseta y de movida empezar a cuestionar que si dejan a la sociedad en el banco, es porque se están jugando un partido en el que, de alguna forma, hay que participar.
* Hija del mar y la luna de la perla. Entiende que nada es porque sí y que por eso mismo todo
se puede cambiar. Sueña con un mundo igualitario y confía en que la práctica es la mejor
manera de militar. Es amiga de la palabra en sus múltiples variantes, amante del arte y del
intercambio cultural.