Alberto Fernández asumió como presidente de Argentina en un contexto regional bastante complejo, primero porque más allá de la evidente crisis del modelo neoliberal -que en estos últimos meses se ha manifestado concretamente en las movilizaciones en Ecuador, Chile, Colombia, Haití-, estos gobiernos neoconservadores que representan a la derecha más reaccionaria, siguen en pie.
El contexto no es el mismo que en la primera década del siglo XXI y en ese sentido, el sueño de una nueva integración nuestroamericana, al menos como la soñó Hugo Chávez, también aparece un tanto lejana.
De cualquier manera, la asunción de un nuevo gobierno de tinte nacional y popular en Argentina, sin duda generan esperanza para el progresismo a nivel regional. Así lo manifestó el ex Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en una conferencia[1] que dio en la Universidad de Buenos Aires hace algunos días, en la que manifestó que la victoria de Alberto y Cristina no sólo era una reivindicación para Argentina, “sino que le da esperanza a toda América Latina”.
Esta esperanza sin duda se ve reflejada en la conformación del Grupo de Puebla, este foro que reúne a líderes y representantes de 12 países de América Latina y aglutina a los principales dirigentes de centroizquierda de la región. Habrá que ver qué tanto músculo tiene el Grupo de Puebla para poder expandirse; esto entendiendo que las derechas, con apoyo del imperio yanqui, son dominantes en la región y que solo dos miembros de este grupo son presidentes en ejercicio, Alberto y Andrés Manuel López Obrador. En este sentido, de ninguna manera podemos dimensionar cuál es el poder real que tiene el Grupo de Puebla para hacer frente a Estados Unidos y al Grupo de Lima. Más allá de cualquier especulación, representa un guiño para el progresismo y la integración latinoamericana que Fernández esté participando activamente del foro desde sus comienzos y que incluso la última reunión haya sido en Argentina.
Imágen: Agencia Telam
Otro guiño sin duda es el arribo de Evo Morales y de Álvaro García Linera al país en calidad de refugiados políticos. Al menos porque esto marca una clara diferenciación con la política de Mauricio Macri, que en la última cumbre del Mercosur se negó a reconocer el golpe de Estado y reconoció a Jeanine Añez como presidenta interina de Bolivia.
Como era de eperarse Argentina ya tuvo el llamado de atención correspondiente del imperio yanqui por el asilo político a Evo. Mauricio Claver-Carone, el hombre que se fue de la asunción de Alberto y asesor de Trump para América Latina, dio una conferencia de prensa telefónica para los medios de la región en Washington, en la que le pedía al presidente argentino “que sea consistente con su discurso y diga si va a ser un abogado de la democracia en la región o si va a ser un apologista para las dictaduras y sus caudillos, sean Maduro, Correa o Morales”.
En la misma conferencia, Clever-Carone anunció además que Cuba, Nicaragua y Venezuela -esta “troika de la tiranía”, como la catalogó John Bolton hace un tiempo- no van a ser beneficiarias de la iniciativa América Crece, un plan que el imperio yanqui lanzó este martes y que en los papeles, propone el desarrollo energético y de infraestructura para 30 países “demócráticos” de la región.
Habrá que ver en este sentido qué posición toma Alberto Fernández en torno a Venezuela: si sostiene el discurso no injerencista, pero alegando violaciones de derechos humanos -que bastante le sirvió en la campaña- o si defiende el proceso bolivariano. Nicolás Maduro no fue invitado a la asunción del presidente y Felipe Solá reconoció que ese día “era más conveniente tener una postura más neutral” y después dijo concretamente que hay seis o siete países de América Latina con los que el gobierno quiere “tener una relación positiva” y “esos países están claramente en contra de Maduro”.
Imágen: Diario Popular
Habrá que ver también qué sucede con el principal socio comercial de Argentina. Bolsonaro criticó públicamente a los argentinos por haber votado mayoritariamente por el peronismo y amedrentó con la posibilidad de romper el Mercosur después de los comicios del 27 de octubre; tampoco vino a la asunción de Alberto y mandó a su vice, Hamilton Mourão. Como si no fueran lo suficientemente tensas las relaciones, Fernández eligió México y no Brasil, para realizar su primera gira al exterior como presidente electo; y a diferencia de Macri, que fue el primer presidente en desconocer el golpe parlamentario a Dilma Rousseff y en reconocer al gobierno de Michel Temer, Alberto Fernández celebró la libertad de Lula da Silva e incluso invitó a Dilma y a Lula a su asunción.
Aún estando más bien sólo, sin aliados -gubernamentales- alrededor, Fernández ya ha dado demostraciones de los cambios que se vienen en Argentina con su política exterior. Y ya avisó que de ninguna manera apoyará políticas intervencionistas para resolver la crisis venezolana, posición similar a la ejercida hasta ahora por México y Uruguay, aunque este último cruce a la otra vereda cuando Lacalle Pou asuma la presidencia. Así, el único y gran aliado con el que cuenta Fernández, por ahora, es Andrés Manuel López Obrador y sin embargo es compleja esta alianza porque es complejo el contexto regional.
Argentina tiene hoy otras prioridades que giran en torno a políticas sociales y económicas para revertir el desastre en el que han culminado estos cuatro años de neoliberalismo y habrá que ver qué lugar tiene la integración latinoamericana en este complejo escenario.
*Periodista, columnista sobre Sudamérica del programa Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), redactora de Revista Trinchera y colaboradora de Agencia Timón
Trinchera dialogó con la diputada del Movimiento al Socialismo (MAS) al cumplirse una semana del golpe de Estado en Bolivia, situación que derivó en el gobierno de facto de Jeanine Áñez, que en 5 días de represión ya se cobró 24 vidas y cientos de heridos en diferentes puntos del país. Ante las “fuerzas equiparadas”, el diálogo y elecciones con la presencia del presidente Evo Morales Ayma es la salida que vislumbran.
Sonia Brito, diputada del Movimiento al Socialismo
¿Cuál es la situación hoy? Llegaron imágenes de la masacre en Cochabamba, donde se contabilizaron por lo menos 8 muertos, además de cientos de heridos y detenidos por la represión policial y militar.
Tenemos que confirmar esas bajas y muchísimos heridos y detenidos en Cochabamba. En La Paz también hay muchos detenidos. Iniciaron una etapa mucho más dura, más radicalizada que la que inició este gobierno de transición. Sacaron un decreto en el que se indica que las FFAA no van a tener procesos penales posteriormente. Hay una cacería de brujas, una intervención no constitucional de las FFAA, que están saliendo a reprimir a los sectores sociales movilizados, están persiguiendo a los líderes y dirigentes.
Hay una especie
de golpe de Estado en los gobiernos subnacionales, cambiando
inconstitucionalmente a los gobernadores, alcaldes o autoridades del MAS y
queriendo los grupos de la oposición subirse por la ventana. Los discursos de
los ministros son cada vez más duros. Esta mañana salió un avión llevando a los
médicos cubanos que estuvieron mucho tiempo en Bolivia haciendo una labor
extraordinaria con los sectores populares. Intervino la embajada de Cuba
pidiendo garantías y se los está sacando del país. Cosa que no se hizo con los
grupos de choque, con los guarimberos que llegaron de Venezuela durante la
etapa electoral y postelectoral. Ahora ya desaparecieron, ahora los discursos
de la oposición y de los sectores urbanos de clase media acomodada es pedir
paz, normalidad, cuando hay un pueblo sublevado que está en las áreas rurales, en
los sectores populares. Eso se está invisibilizando.
Trágicamente nuestra palabra está totalmente silenciada en Bolivia. Los medios de comunicación no reproducen lo que hacemos. Ayer hicimos 3 conferencias de prensa y no sacaron ninguna de ellas. Hay amenaza a los periodistas. Este es un golpe de Estado como vimos en la época de las dictaduras. Es un golpe durísimo y muy bien planificado. Se ha organizado un discurso con el que se quiere convencer a la gente y justificar los crímenes que están habiendo. Se dice que ha habido grupos terroristas internacionales fomentados por Venezuela y Cuba, se ha apresado a venezolanos supuestamente armados, y se habla que el gobierno tenía relación con el narcotráfico. Se ha construido una historia de manera que justifique el grado de represión que están haciendo, han montado mucha de las cosas y eso sale a cada rato en los medios, de tal manera que la gente se vuelque y no quiera apoyar al MAS. Ese tipo de acción están siendo impulsadas desde el gobierno: una completa vulneración a los Derechos Humanos.
“Permiso para matar” El decreto firmado por Jeanine Áñez que exime de responsabilidad penal los actos cometidos por las FFAA o la Policía
¿Cuá es la situación de los legisladores del MAS? Circuló en las redes que han lograron, después de confrontaciones con la policía, sesionar y elegir nuevos representantes para revertir este golpe de Estado.
Hay mucha presión
sobre nosotros, pero a pesar de ello no nos han logrado amedrentar y hemos
logrado reconstituir nuestras directivas, tanto de senadores como de diputados.
Ahora, ya tenemos directivas, seguimos siendo la primera fuerza en la Asamblea
Legislativa. Eso le hace temer al gobierno, saben que va a ser muy difícil que
esta Asamblea apruebe las cosas insensatas que están planificando, como por
ejemplo el darles impunidad a las FFAA para que puedan reprimir y vulnerar los
Derechos Humanos.
Corre en pasillos la posibilidad de que podrían incluso cerrar el parlamento, porque en este momento nosotros somos una piedra en el zapato, una piedra que no sólo está en las calles, sino, que está en la constitución y que está peleando en ese marco, porque estamos trabajando en el marco de la constitución, no hay nada que se esté haciendo fuera de la legalidad. Y a eso lo temen, porque saben que han armado un golpe de Estado y que están intentando ratificarlo con, por ejemplo, lo que ha hecho el Tribunal Constitucional, que se basó en una sentencia que se dio cuando teníamos una constitución anterior para rectificar a Jeanine Áñez como supuesta presidenta constitucional.
Tenemos una iglesia que está totalmente empeñada en una mesa de diálogo. El presidente Evo Morales había pedido que haya un espacio de diálogo, de concertación, fundamentalmente para que no haya una masacre contra los movimientos sociales. Pero en esta mesa se ve una postura dura de la iglesia. Parece que el discurso de los DDHH, de la paz, servía sólo cuando Evo Morales estaba en el gobierno, pero ahora que tenemos en el gobierno a un grupo de personas absolutamente dictadoras con posturas duras contra el pueblo desarmado, hay un silencio cómplice. Hoy la iglesia sacó un pronunciamiento tibio, haciendo un llamado a la pacificación, reclamando por el excesivo uso de la fuerza, porque lo que están haciendo es tan evidente que no se pueden ocultar.
"Les va a ser muy difícil tener que seguir disparando contra sus padres, contra su familia, contra su comunidad"
El presidente Evo Morales ha dicho que volvería a Bolivia a encabezar la lucha en caso que se lo solicitara el pueblo. ¿Cómo ve esta posibilidad de cara a una posible resolución del golpe, entendiendo que el gobierno que se decía ser de transición ya ha tomado medidas que contradicen esa postura?
Es un gobierno
que está tocando temas estructurales. Lo que más preocupa al MAS es el de la
economía. Una economía que costó tanto constituir y que tiene el país de mayor
crecimiento económico de la región. Ahora hay un pánico de la gente que está
sacando su dinero de los bancos, lo que puede generar una crisis económica con
graves consecuencias.
El presidente Evo Morales es una de las pocas personas que podría pacificar en este momento al país, si es que lograra venir, pero nosotros sabemos que hay un plan de no permitir su presencia. En realidad, hay un plan para matarlo, eso es lo que intentaron hacer cuando estaba en el Chapare. Ya no nos parece casual ese accidente del helicóptero días antes a su dimisión. De todos modos, nos preocupa que pueda venir por el grado de represión y la falta de respeto a la constitución, a las leyes y a los DDHH.
No obstante, ellos saben que Evo podría pacificar a la gente que está enardecida, a los sectores populares que están siendo vilmente reprimidos. Nosotros también estamos cuidándonos. Con estas entrevistas que damos, ellos dicen que hacemos una campaña internacional del comunismo. Hay amenazas permanentes contra nuestra seguridad e integridad. Nos quieren acallar, amedrentar, meter miedo, han cometido acciones horrorosas como la de quemar viviendas de dirigentes y autoridades, de humillar, echarle pintura, cortarle el cabello a las autoridades y sus trenzas a mujeres en una movilización, una característica tradicional de la mujer aimara, quechua. Les cortaron las trenzas para maltratar y humillar a las mujeres de una forma racista, machista y colonial.
Víctimas de la represión en Sacaba – Cochabamba Foto: David Flores
Han llegado videos que hablan de la no homogeneidad de las FFAA respecto de lo que está sucediendo, ¿eso es así?
En el ejército la gran mayoría de los soldados son personas que vienen de los sectores populares, sus madres son mujeres de pollera, y tener que salir a reprimir a sus familiares es muy grave. Entonces, hay sectores que están reclamando disconformes, algunos han dicho que aunque les den de baja no van a disparar. Esta información también se está acallando, han hecho una campaña muy fuerte para mostrar lo que ocurría hace diez días atrás. No nos olvidemos que la policía fue la que se amotina y la que abre las puertas a la entrada de este grupo reaccionario. Incluso en la policía hay sectores que están muy afectados. El ejército tiene gente de extracción popular y les va a ser muy difícil tener que seguir disparando contra sus padres, contra su familia, contra su comunidad.
"Nuestras fuerzas están equiparadas y una salida electoral con la presencia nuevamente de Evo como candidato sería lo mejor"
¿Cuál vislumbra que puede ser la salida a esta situación, teniendo en cuenta que ya han pasado por situaciones de mucha violencia como lo sucedido durante la Guerra del Agua?
Ahora hay una situación que ha cambiado en relación a la Guerra del Agua y de otras luchas durante el gobierno neoliberal de Sánchez de Lozada. Ahora los sectores urbanos han sido muy permeados por una campaña mediática sostenida durante muchísimos años y muy bien organizada, que ha calado muy profundo en estos sectores urbanos y por la cual han salido a las calles en contra del gobierno de Evo Morales. Es la gente de clase media, de los sectores urbanos, incluso muchos sectores que se beneficiaron de las políticas de distribución de las riquezas que hizo nuestro gobierno, pero que tienen el afán por querer ser de la burguesía.
Estos sectores de clase media tienen un rostro muy visible para los medios de comunicación. Como el día de hoy que salen a movilizarse, pero contra el fraude, contra el dictador, contra el tirano, que es la forma en la que hablan de nuestro presidente. Esa es la dificultad. En el 2000 teníamos un gobierno debilitado y movimientos sociales mucho más fortalecidos. Los sectores urbanos estaban apoyando los movimientos sociales. Ahora se plegó una lucha de clases muy clara. Los pobres pelean por Evo y los ricos y las clases medias a las que se les lavó la cabeza pelean por estos gobiernos del capitalismo y del proyecto norteamericano.
Hay un empate catastrófico. Por un lado, tenemos fuerzas sociales conscientes, comprometidas con este proceso y, por el otro, tenemos toda la institucionalidad del Estado, los medios de comunicación y los sectores urbanos en contra. Si no hay un espacio de diálogo donde se llegue a acordar los claros y estas diferencias se arreglen en el marco de la constitución y las leyes no va a ser posible una salida. Prácticamente nuestras fuerzas están equiparadas y una salida electoral con la presencia nuevamente de Evo como candidato sería lo mejor. Estamos absolutamente seguros que volveríamos a ganar y eso lo que ellos quieren evitar. Entonces vemos cómo están queriendo acallar, inhabilitar la voz del MAS, usando tanta violencia y tanta brutalidad en la represión. Para nosotros será importante la palabra del presidente Evo en cuánto a las líneas que se vayan a seguir.
Cualquier similitud de esa frase –pronunciada en la Casa
Rosada luego del golpe a Perón– con la actualidad de Bolivia no es mera
coincidencia. Lo más similar entre estos dos eventos tristes de la historia de
Nuestra América es el revanchismo y el odio de los golpistas.
Evo Morales Ayma en la casa donde nació
“Renuncio para que Mesa y Camacho no sigan persiguiendo, secuestrando y maltratando a mis ministros, dirigentes sindicales y a sus familiares”, fueron las palabras con las que Evo Morales Ayma anunció su renuncia y puso de manifiesto la situación crítica y a los responsables de la misma.
Ante el silencio de los organismos internacionales y de la autodenominada comunidad internacional y con el aval de la Organización de Estados Americanos (OEA), con la violencia desatada por la oligarquía santacruceña, encabezada por el presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y el pedido de renuncia por parte de las Fuerzas Armadas, se perpetró un clásico golpe de Estado contra toda Bolivia. Y en pleno siglo xxi, aunque cueste creerlo.
Nada importa: fuese cual fuese el resultado del referéndum de febrero de 2016 o de las elecciones del pasado 20 de octubre, el plan de recuperación neocolonial de Bolivia se pondrían en marcha.
De esto da cuenta el accionar de la oposición política y de los diversos sectores cívico-empresariales de la derecha boliviana, con epicentro en Santa Cruz, que desde el día posterior a los comicios, con los resultados del escrutinio provisorio, comenzaron a instalar la idea de fraude convocando a una segunda vuelta.
Días después este discurso y sus interlocutores virarían a la exigencia de renuncia del presidente e incrementaría el vandalismo callejero con violencia inusitada, que tendría como puntos culmines el secuestro y la humillación a la alcaldesa de Vinto, Patricia Arce, el incendio a locales del MAS y a hogares de diferentes dirigentes oficialistas, la toma de los medios de comunicación estatales, el amotinamiento de la policía y el desligamiento de las Fuerzas Armadas a la lealtad al Capitán General de las FFAA, es decir, el presidente del Estado Plurinacional.
Cuando las FFAA le ‘recomiendan’ renunciar a un presidente electo, es un golpe de Estado en cualquier parte del mundo.
En el medio, la carta del gobierno fue apostar a la OEA para
que auditara los resultados de las elecciones y que lo que resolviese dicho
organismo sería vinculante. La oposición, ante esta maniobra de transparencia y
búsqueda de apaciguar la violencia, siguió con su plan preestablecido de cambio
de régimen.
El domingo 10 de noviembre el Ministerio de Colonias yanquis (OEA) publicó –tardíamente– el informe preliminar donde detectaba irregularidades en los comicios y recomendaba el llamado a nuevas elecciones. Ante esto y cumpliendo su palabra, el mandatario aimara decidió renovar a la totalidad de los vocales del Tribunal Supremo Electoral y convocar a nuevas elecciones generales. A pesar ceder ante las presiones para evitar un “derramamiento de sangre” –y habiendo ganado las elecciones con el 47%–, la derecha recrudeció su accionar y Camacho proclamó la proscripción: “Evo Morales debe renunciar y también tienen que renunciar los senadores, los diputados y los miembros de los tribunales electorales y de Justicia”.
Horas más tarde, la presión llevaría al anuncio de renuncia
del presidente, el vice Álvaro García Linera, y toda la línea de sucesión de
poder que también se encontraba bajo amenaza.
A partir de allí comenzaría una cacería que despejaba toda
duda –por si todavía quedaba alguna– de que lo que estaba ocurriendo era y es
un golpe de Estado y la ruptura del orden constitucional. Sin orden judicial ni
crimen cometido, detuvieron a la presidenta y al vicepresidente del Tribunal
Supremo Electoral, María Eugenia Choque Quispe y Antonio Costas,
respectivamente.
Por la noche, el mismo Evo Morales denunció vía tuiter que “un
oficial de la policía anunció públicamente que tiene instrucción de ejecutar
una orden de aprehensión ilegal en contra de mi persona; asimismo, grupos
violentos asaltaron mi domicilio”.
Dirigente cocalero y primer presidente indígena
Dirigente cocalero y primer presidente indígena
El racismo se impone al proceso de cambio
Si no hay crisis económica, sino más bien todo lo contrario,
ni tampoco un incumplimiento del orden constitucional, ¿cómo se explica el descontento social?
Los hechos ocurridos durante la trágica jornada son el
desenlace del plan orquestado por la recuperación neocolonial de un territorio,
precisamente, descolonizado.
El litio, las relaciones comerciales con China y Rusia, la soberanía política, económica y del manejo de los hidrocarburos, por qué no, también, la liberación de Lula, la victoria de Alberto Fernández en Argentina y las manifestaciones en Chile, Ecuador, Honduras y Haití contra las políticas neoliberales, es decir, la geopolítica y la necesidad del imperio norteamericano por seguir sosteniendo su maquinaria capitalista a costa de los países del sur explican, en gran parte, el golpe de Estado sufrido por “el primer presidente boliviano que se parece a los bolivianos”, según las palabras del presidente electo argentino en el II Encuentro del Grupo de Puebla, otra piedra en el zapato de la desintegración regional promovida por la administración de la Casa Blanca y de las marionetas locales.
En un contexto regional desfavorable, Bolivia aceleró su crecimiento económico, lo que se evidencia en el aumento del 4,7% de su Producto Bruto Interno en 2018, en comparación con el 1,6% que en promedio hay en la región. Siguiendo con la comparación, mientras en Argentina estamos teniendo una inflación interanual (septiembre 2018 – septiembre 2019) de más del 55%, en Bolivia se registran subas de los precios en el orden del 3,5%. En tanto el desempleo ronda el 4,2%, siendo una marca histórica. En materia de ascenso social, se pasó de tener, en el 2005, el 38,2% de la población en la pobreza extrema al 15% en 2018, una reducción de más de la mitad.
En un mundo cuyas estructuras están crujiendo por la ruptura
del unilateralismo norteamericano, Evo Morales y el presidente de China, Xi
Jinping, firmaron en 2018 un acuerdo de asociación estratégica de cooperación
financiera, comercial y de infraestructura, destacándose el Memorándum en el
marco de la Franja de la Ruta de la Seda y la construcción de una planta para
la industrialización del litio por parte de la empresa china Maison Engineering.
En el mismo sentido, se establecieron vínculos de
inversiones en hidrocarburos, litio, energía nuclear y tecnología militar con
la Federación de Rusia de Vladimir Putin, como también, convenios de venta y
exploración firmados con la petrolera rusa Gazprom, la misma que comercializa
el gas en gran parte de Europa y Medio Oriente.
Citando al politólogo Atilio Boron, “por más que se administre de modo ejemplar la economía como lo hizo el gobierno de Evo, se garantice crecimiento, redistribución, flujo de inversiones y se mejoren todos los indicadores macro y microeconómicos, la derecha y el imperialismo jamás van a aceptar a un gobierno que no se ponga al servicio de sus intereses”.
Al centro, Luis Fernando Camacho Vaca, en la Casa de Gobierno momentos antes del anuncio de renuncia, con la biblia y la bandera de Bolivia
Gobierno de facto y resistencia
En estos momentos hay un vacío de poder y la carrera por llenarlo será, como todos los sucesos de las últimas semanas, por lo menos antidemocrático. Como en todo golpe de Estado, la continuación al derrocamiento es de persecución, proscripción y profundización de la violencia. Quedará por ver cómo se reacomoda lo que quede de institucionalidad en este panorama de incertidumbre política.
Otro antecedente histórico de la lucha contra la imposición de gobiernos títeres es el ocurrido en el año 2002 en Venezuela, donde el golpe contra el gobierno de Hugo Chávez Frías duró apenas 48 horas debido a la presión popular.
Habrá que esperar los modos de resistencia que encuentre el pueblo boliviano para no permitir que el terrorismo de Estado se concrete bajo un gobierno de facto.
Tuit de Evo Morales en la noche del 10 de noviembre: “Los humildes, los pobres que amamos la Patria vamos a continuar con esta lucha“
A diferencia de otros procesos electorales en la región donde la participación yanqui ha sido más pronunciada, en Bolivia el intervencionismo norteamericano al menos parece más silencioso. Sin embargo, la campaña made in USA para acabar con Evo Morales comenzó en 2006, con su arribo a la presidencia.
Desde aquel día, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas inglés) ha operado por su cese a la cabeza del gobierno y la situación llegó a un punto de quiebre en 2008, cuando Bolivia expulsó del país al embajador yanqui, Phillip Goldberg, y al agregado de seguridad, Vincent Cooper, acusados de promover el separatismo de los departamentos de la “Media Luna”, la rica región de los llanos orientales junto a Chuquisaca. El día previo a la salida de Goldberg, Eva Golinger y Jeremy Bigwood –investigadores de políticas de intervención en América– habían revelado 14 documentos desclasificados con los detalles del trabajo de la USAID y de la DEA en Santa Cruz, “bastión de la extrema derecha, el neofascismo y los movimientos separatistas violentos de Bolivia”.
Escenario electoral
El desempeño de la economía boliviana durante la última década ha sido por lo menos envidiable y, sin embargo y pese a haber sorteado de la mejor manera posible la coyuntura adversa en la región desde 2015, también ha sufrido el impacto del contexto internacional. La crisis económica en Argentina, país con el que Bolivia está fuertemente ligado en el comercio internacional, generan nuevos desafíos externos. Y a la interna, el mayor riesgo viene motivado, precisamente, por la previsible fijación del foco internacional, con EEUU a la cabeza, para embarrar la cancha de modo similar a lo ocurrido con otros gobiernos progresistas en la región. Y en este sentido, los incendios en la Chiquitanía le han venido como anillo al dedo a los secuaces de Washington en el país.
Es en este complejo contexto regional que la restauración conservadora procura ganar el pulso geopolítico regional con el “no hay alternativa” como bandera. Pero el caso boliviano contradice todo su relato. La gestión de Evo Morales supo entender que la demanda interna era la base sólida del crecimiento económico y la que permitiría tener capacidad de amortiguar cualquier shock externo adverso. Las políticas redistributivas en materia de derechos sociales son las que se lograron financiar con recursos que antes se iban del país. La nacionalización de sectores estratégicos evitó la fuga y demostró, además, que lo estatal es capaz de presentar un funcionamiento eficaz y eficiente en clave económica.
Bolivia demostró que se puede tener una inserción soberana contra la restricción interna, que se puede desdolarizar la economía sin dejar de tener un sistema financiero sólido, que se puede tener estable el nivel de precios, al mismo tiempo que el consumo crece, y que se pueden reducir las desigualdades y la pobreza mientras la economía sigue creciendo a un ritmo récord en Nuestra América.
Sin embargo, por primera vez, Evo, que busca su tercera reelección, no tiene asegurada la victoria. El 12 de octubre de 2014 se realizaban las más recientes elecciones generales en Bolivia, donde el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Evo Morales conseguía 61 por ciento de los votos. Sin embargo, menos de un año y medio después, el 21 de febrero de 2016, la opción por la repostulación de Evo Morales obtenía 48.7 por ciento de los votos, frente a la opción opositora en defensa del “no”, que obtenía 51.3 por ciento de los sufragios.
Hay 2 motivos que pueden explicar ese 49 por ciento obtenido por Evo y el MAS. Por un lado, y a semejanza de la mayoría de procesos latinoamericanos que han superado la barrera de los 10 años, hay por lo menos una pérdida de la mística del proceso y de la capacidad de seducción a algunos sectores. Por otro lado, y también de manera similar a lo sucedido en otros países, la guerra mediática contra la figura de Evo, representada en el Caso Zapata, tuvo una incidencia importante sobre el imaginario de los votantes, especialmente en las clases medias urbanas.
El Caso Zapata no pudo tener mejor timing: tres semanas antes del referéndum del 21 de febrero, y esa fue sólo la primera parte de la conspiración. El actor escogido para dar inicio a la segunda fase fue Carlos Valverde, un paramilitar de extrema derecha, ex Jefe de Inteligencia del Gobierno de Paz Zamora, que acusó a Evo por tráfico de influencias. Detrás de Valverde, como no podía ser de otra manera, estaba el Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Bolivia, Peter Brennan. Casualmente, con la denuncia a Evo, se encontraban bajo ataque las inversiones chinas y rusas en el país.
Entendiendo que esas personas que votaron por el “no” en el referéndum no votarían por la fórmula de Morales y García Linera, existen probabilidades de que, de concretarse una segunda vuelta, el Movimiento al Socialismo no gane, pese a que Evo sea el candidato con mayor intención de voto de cara a las elecciones generales del 20 de octubre.
Las huellas del Imperio
A principios de agosto llegó a Bolivia un enviado de Donald Trump, Michael O Reilly, Secretario Adjunto para el Hemisferio Occidental, para “observar” la situación boliviana. A esto hay que sumarle que mientras Evo Morales ha manifestado su rechazo a cualquier injerencia imperialista en Bolivia defendiendo la soberanía y la dignidad nacionales, Oscar Ortiz y Carlos Mesa, los principales candidatos opositores, se han pronunciado por la inmediata reanudación de relaciones diplomáticas entre La Paz y Washington. Incluso, en abril de este año, los parlamentarios del partido de Ortiz le habían pedido a Trump intervenir en Bolivia para impedir la candidatura de Evo, y Mesa tiene antecedentes de haber gestionado la inmunidad para que tropas norteamericanas ingresaran a Bolivia cuando fue presidente interino en 2004.
De igual manera, frente a los gobiernos de Cuba y Venezuela, Mesa y Ortiz aborrecen las relaciones de apoyo mutuo y manifiestan críticas a los gobiernos de estos países en convergencia con la administración de Trump, al mismo tiempo que respaldan las políticas de Mauricio Macri en Argentina y Jair Bolsonaro en Brasil.
Los incendios en el bosque de Chiquitanía le permitieron a una débil oposición responsabilizar a Evo por la quema de 500 mil hectáreas en el departamento de Santa Cruz. Inmediatamente se dio paso a una agresiva campaña en redes sociales y medios de comunicación contra el presidente, acusando que el decreto 3973 y la Ley 741 son los que permiten la desforestación y la quema controlada para actividades orientadas a la agricultura y la ganadería.
Se llama a que el gobierno decrete desastre nacional y se convoca a un paro indefinido a partir del 10 de octubre para que los vocales del Tribunal Supremo Electoral renuncien, pero estos sólo son los pretextos; la verdadera causa es que Evo se encamina a conquistar un nuevo periodo de gobierno.
Respondiendo al pedido de algunos comités cívicos, Adriana Salvatierra, presidente el Senado, afirmó que se decreta desastre “cuando ya el Estado no tiene la capacidad económica ni técnica para resolver el conflicto”. En este sentido, desde el mes de febrero existe una declaratoria de emergencia en el país, aún vigente, que ha permitido el movimiento presupuestario y el ingreso de la cooperación internacional. Además, datos oficiales indican que el gobierno boliviano empleó unos 15 millones de dólares para atender la emergencia de manera inmediata, con despliegue humano y logísticos, y el presidente declaró pausa en su campaña electoral para destinar todos los esfuerzos a la atención de la emergencia en la Chiquitanía, al mismo tiempo que determinó “pausa ecológica” para atender los incendios.
Golpes de efecto de este tipo, inciden en los sondeos: hoy, ninguna encuesta acerca al Movimiento al Socialismo a las cifras que le permitieron ganar tres veces de manera consecutiva en primera vuelta. La intención es clara: sentar las bases para un proceso de deslegitimación en su contra.
La singularidad de Bolivia al día de hoy es que integra el bloque regional de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), en la que tres de sus principales integrantes, Cuba, Nicaragua y Venezuela, son considerados por Estados Unidos como la “troika tiránica”. Los fallidos intentos de desestabilizar a los gobiernos de Venezuela y Nicaragua han llevado a Estados Unidos a poner en marcha nuevas formas de guerra que incluyen sanciones, y en el caso venezolano la promoción de un gobierno paralelo.
En este contexto, Bolivia puede estar en la antesala de un proceso similar de ablandamiento que permita atacar la principal fuente de estabilidad política: la economía. El proceso electoral boliviano, se enmarca en un contexto regional en el que Estados Unidos ha optado por criminalizar y perseguir a sus adversarios geopolíticos regionales hasta verlos caer.
*Periodista especializada en Sudamérica, redactora de Revista Trinchera y columnista del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata) y colaboradora de Agencia Timón
TIEMPO DE LECTURA:10min.El analista internacional Atilio Boron pasó por Marcha de Gigantes y brindó un profundo análisis del mundo y el continente.
En el programa que se emite todos los sábados por Radio Universidad AM1390, el intelectual consultado por gobiernos y sectores de izquierda nacional y popular, habló sobre el declive del imperialismo norteamericano, la estrategia continental de los Estados Unidos, y la contra-ofensiva de los sectores populares en Nuestra América. El crecimiento de los BRICS, con India y China a la cabeza. El lawfare, las nuevas crisis y la declaración del Día Internacional Contra los Crímenes a la Humanidad de Estados Unidos, que se conmemora por primera vez este 9 de agosto.
Atilio Boron es Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Harvard. Actualmente es docente en la UBA e investigador del CONICET.
El próximo 9 de agosto van a declarar ese día como el Día Internacional de los Crímenes Estadounidenses Contra la Humanidad. ¿Cómo surgió esa iniciativa?
Un día charlando con Stella Calloni, Telma Luzzani y Alejo Brignole, lamentándonos de lo mal que estaba el mundo, de cómo Estados Unidos estaba haciendo un desastre. Viendo las imágenes de la destrucción de Siria -que era un país como el nuestro y de repente se vio convertida en un campo de batalla-, donde Estados Unidos plantó grupos terroristas como el Daesh para privar al gobierno de Irán, que en ese momento estaba negociando un acuerdo por la cuestión nuclear. Estamos hablando del año 2011, época de Obama que, como una manera de presionar a Irán, trató de desestabilizar la región y al país más amigo de Irán: Siria.
Entonces inventaron esta historia de los combatientes por la libertad, la lucha por la libertad en Siria, etc. Eso provocó un drama gigantesco que todavía hoy la prensa nos oculta. Imagínense que, si en un país como Argentina, la tercera parte de nosotros tuviera que salir con lo puesto porque nos están bombardeando la casa. No te podes llevar laptop, ni recuerdos, ni fotos de tus hijos, ni ropa ni nada, los cajeros destruidos y si tenes dinero no lo podes sacar. De repente, tenes a la tercera parte de la población así. Un drama gigantesco que, como dice Walter Martínez, todavía está en pleno desarrollo porque la gente que sale de ahí no es recibida en Hungría, donde hay un gobierno fascista que pone alambres de púa y perros para que no entren.
Estas situaciones nos recordaban la necesidad de revivir el Tribunal Russell, instituido por el filósofo y matemático británico en 1967, cuando se intensifican las acciones en la Guerra de Vietnam. Russell reunía en Londres o en otras ciudades a diferentes personalidades para someter a juicio lo que estaba haciendo Estados Unidos en Vietnam, su destrucción, cuando echaron el agente naranja, las bombas de napalm, todo el desastre que hicieron. Entonces se nos ocurrió tratar de organizar algo parecido porque en esto también están pasando cosas muy graves.
En Siria hay un número muy grande de desplazados, pero dentro de Colombia, donde está la guerra fomentada por Estados Unidos -financiada y con cobertura diplomática- hay siete millones de desplazados dentro del país. Sin embargo, eso no gana las primeras páginas de los diarios porque cuando se habla de desplazados se habla de la inmigración venezolana, pero no te dicen ni una palabra de que dentro de Colombia hay siete millones de desplazados oficialmente registrados, en los registros del gobierno.
Ante todo esto pensamos instituir un día en donde empecemos la campaña y se recuerde como día emblemático de los Crímenes de Estados Unidos contra la Humanidad. Nos acordamos del 6 y 9 de agosto de 1945, cuando tiraron las bombas en Japón. Pero como el 6 de agosto, día de Hiroshima, ya tenía una significación en el marco de las Naciones Unidas, elegimos el 9 porque Estados Unidos, ya sabiendo lo que la bomba atómica había hecho, eligió volver a tirarla esta vez en Nagasaki y se llevó la vida de unas ochenta mil personas. Después, con lo ocurrido en las semanas posteriores, la cifra asciende a ciento cincuenta mil muertos. Lo que es, desde lejos, el mayor atentado terrorista en la historia de la humanidad. Por eso lo de las Torres Gemelas es juego de niños. Sumado a todo eso, hubo una ocasión en la que pude hablar con el Presidente Evo Morales, el año pasado, y a él le entusiasmó mucho la idea. Por eso, en Santa Cruz de la Sierra este 9 de agosto, Evo va a proclamar el Día Universal Contra los Crímenes a la Humanidad de Estados Unidos.
Las bombas de Hiroshima y Nagasaki fueron los mayores atentados de la historia de la Humanidad.
En una conferencia que diste hace poco, analizabas cómo están cambiando los escenarios geopolíticos a nivel global, y una de las cosas que sucedían estos últimos días y pasó medio desapercibido, es la Cumbre de los BRICS en Sudáfrica. Vos hacías una proyección de que, dentro de diez años, va a ser China la economía más importante del mundo junto con India.
Sí, para ser precisos el pronóstico es que la economía china -en términos macro- es la mayor economía del mundo, no sólo por el tamaño -que es prácticamente el mismo que Estados Unidos, según el criterio con que se la mida-, sino porque hoy es la locomotora mundial que durante muchos años fue Estados Unidos, desde fines de la segunda Guerra Mundial. De eso ya no hay discusión. Podría discutirse si es un poco más o menos grande, pero en cuanto a su significación mundial, hoy la economía china es la que mueve el mundo, como antes era la demanda norteamericana, hoy es la china.
Pero lo que yo dije, exactamente, es que cuando uno suma India más China, hay varios estudios. El más importante es uno de la OCDE –que es un tanque de pensamiento neoliberal con base en París-, que hizo una proyección sobre la economía mundial al año 2030 -que en términos históricos no es nada, son doce años más apenas- donde dice que la suma combinada de la economía de China y de la India va a equivaler a casi el 40% del Producto Bruto Mundial. Mientras que Estados Unidos, que en la actualidad tiene aproximadamente el 22%, va a reducirse al 18%, y Japón se viene abajo del 7 al 4%. Entonces, lo que ahí decía es que se mueven las placas tectónicas de la economía mundial, y cuando eso pasa también se mueven las placas tectónicas de la política internacional.
Lo que vos muy bien decías de la reunión del BRICS, habla muy claramente de eso. Esta reunión del BRICS fue la primera en la cual no se habló exclusivamente en términos económicos, que es lo que tradicionalmente había hecho. Si el BRICS tenía un problema, era que tenía un enfoque demasiado economicista. Eso es cosa del pasado. Ahora se plantea un proyecto con claras implicaciones políticas. Por ejemplo, se manifestó en contra de la anulación del tratado de los Estados Unidos e Irán, acusando a los europeos de ser cómplices de una medida totalmente imperdonable porque vuelve a colocar la amenaza de una guerra nuclear en el tapete. Habló, además, de la necesidad de promover una estrategia común de desarrollo de los países de la periferia y el avance en la creación de una especie de Banco del Sur pero de carácter mundial con sede en China, y ser un factor gravitante en la política mundial. En esa reunión, también le dijeron a los europeos que la política que estaban siguiendo en relación a los inmigrantes era una política absolutamente injustificable e imperdonable.
O sea, esos cambios en la economía mundial ya empiezan a tener gravitación en la política mundial, y les diría más: si Venezuela aún no ha sido invadida por Estados Unidos -recuerdan las amenazas desde la administración Trump- es en gran parte porque China se ha convertido en un actor importante en la política doméstica de Venezuela como uno de los grandes inversionistas en la Faja del Orinoco y en la empresa petrolera PDVSA. Eso habla de un escenario internacional muy cambiado y que puede tener limitaciones, porque China no va a mandar marines a defender -supongamos en un escenario catastrófico que el Comando Sur lanza una guerra contra Venezuela- yo veo muy improbable que tanto Rusia como China mandaran tropas. Pero pueden ayudar a Venezuela de otra manera y al mismo tiempo tornar mucho más difícil la decisión de avanzar contra Venezuela por el sólo hecho de que Rusia y China están respaldando a ese gobierno. Estas cosas han cambiado y son cambios para bien.
Son cambios que demuestran que este mundo multipolar, del cual en un momento habló Néstor Kirchner y habló mucho Hugo Chávez, que fue el primero que planteó este tema, ya que por su formación militar tenía una visión geopolítica muy sofisticada que luego Néstor retomó -por eso fue el primer secretario de la Unasur. Este mundo muy diferente nos ofrece una serie de posibilidades que antes no teníamos.
Considerando lo último que decías respecto al análisis geopolítico que hacían algunos líderes latinoamericanos en el mejor momento del progresismo en América Latina. Viendo, también, la situación actual de una recomposición de la derecha latinoamericana o un giro de derecha en varios gobiernos, podríamos coincidir en que esta avanzada neoliberal, vinculada a la derecha latinoamericana ante la situación económica mundial y del continente. ¿Cómo entendes esta situación?¿Cómo en proyectiva pensar que hay una salida, una nueva puerta que se abre al progresismos en América Latina?
Se habló mucho de eso y periódicamente aparece el discurso del ‘fin de ciclo progresista’. Evidentemente refleja un hecho real y el impulso que había a comienzos de este siglo -pensemos cuando estaba Néstor, Cristina, Lula, Correa, Evo, Zelaya, Lugo– es un cuadro que evidentemente se ha debilitad. Ahora no tenemos nada parecido a eso. Pero lo que también se ha verificado, esto que los canallas de los grandes medios y toda la intelectualidad de derecha -aunque se llame de izquierda en el fondo cumple funciones a favor de la derecha-, no te dicen es que no se ha podido estabilizar el inicio y la consolidación de un ciclo de derecha en América Latina. Ese es el dato duro.
#LulaLivre
En Brasil no saben qué hacer. Tienen que tenerlo preso a Lula y tenerlo preso sin fundamentos jurídicos reales, porque si lo dejan participar de las elecciones gana. En Perú, recordarán que el Presidente Macri había señalado a Kuczynski como un gran modelo y tuvo que renunciar por ladrón, ahora hay un vacío de poder con enormes manifestaciones. Estos días el pueblo peruano está exigiendo una asamblea nacional constituyente, ‘que se vayan todos’ y la formación de un nuevo gobierno. Si viene un nuevo gobierno va a ser un gobierno de centro izquierda o progre, que no quepa la menor duda.
En Argentina estamos viendo las tribulaciones del gobierno de Macri que no saben qué más inventar para desviar la atención y tratar de que traguemos la píldora de este ajuste salvaje que no va a ser tolerado por la población argentina. Cuando Macri habla de tormenta, yo le diría: ‘Mire, Presidente, usted no sabe lo que es una tormenta. Mire un poquito el horizonte. Mire lo que viene. Aquello sí que es una tormenta. Esto, hasta ahora, ha sido un “chaparroncito”. Se le va a venir una tormenta impresionante sencillamente porque este modelo es absolutamente inviable e incluso, aunque traten de que cierre con represión –como se dice vulgarmente-, aun así esa represión va a ser ineficaz a la hora de disuadir a la gente de salir a la calle y protestar.
Acá se está armando un escenario donde hablar de la continuidad de este giro neoliberal en la política argentina es realmente una afirmación temeraria. El caso de México es de una enorme importancia porque México se sacude 36 años de co-gobierno del Fondo Monetario Internacional, con el PRI y el PAN, pues ellos empezaron toda esta pesadilla en el año 1982 y, pese a esos 36 años, los resultados son una debacle de la sociedad mexicana, una crisis económica profunda, una crisis que es negada porque te muestran los números de la macro, que no son muy importantes. Te hablan del gran éxito del comercio exterior mexicano, y eso no es más ni menos que la General Motors que instalaron en la frontera de México, que le vende a la General Motors que está en Detroit miles de millones de dólar en repuestos de automóvil sin que eso derrame nada para el pueblo mexicano.
Entonces, lo que hay es un momento de disputa, hay una reorganización de las fuerzas en pugna. Hay una apelación al Lawfare, como dice muy bien Raúl Zaffaroni: la aplicación viciosa, tergiversada de la ley para sacar del medio a enemigos políticos. El caso de Lula, la amenaza a Cristina, lo que están haciendo con Lugo, lo de Rafael Correa, todo eso es una estrategia continental. Yo siempre digo, a veces en contra de algunas personas del campo nacional-popular o de la izquierda que miran un poco con ojos solamente nacionales, que estamos enfrentando una ofensiva continental y, cuando tenes una ofensiva continental, tenés que tener un plan continental. San Martín no cruzó Los Andes porque tenía ganas de tomar fresco, ir a Chile, meterse en unos barcos y llegar a Lima. Lo hizo porque con Bolívar, en ese momento, se dieron cuenta que la ofensiva de la Corona Española era una ofensiva continental y no se podía neutralizar con una contra-ofensiva de carácter nacional. Eso es lo que nosotros, con lo del Día Universal Contra los Crímenes de Estados Unidos, queremos ayudar a consolidar y a coagular, una idea de que todo esto debe ser respondido por los pueblos con un cierto grado de coordinación para tener éxito, porque nuestros enemigos están perfectamente coordinados en el plano internacional.
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