Una escuela para la patria, una patria para la escuela

Una escuela para la patria, una patria para la escuela

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

¿Qué escuela necesita la patria que soñamos? ¿Qué proyecto de patria necesita la escuela para crecer? En un mundo donde las instituciones trastabillan y entran en crisis, debemos ser capaces de recuperar sus sentidos.

En el origen de los tiempos, cuando no había electricidad ni autopistas, alguien le enseñaba algo a otro. Cuando la tecnología se acabe, las inteligencias artificiales colapsen y todo vuelva a comenzar, alguien tomará un palo, una rama, y dibujando en la tierra le enseñará a su hijo a leer. La educación es necesaria, pero también inevitable. Se conoce por repetición, se asimila, se aprende. Acá en Argentina o en el extremo más lejano, en este presente en crisis, en otros anteriores o por venir.

Sin embargo, un individuo no es un sistema, y pensar la formación individual no es lo mismo que pensar un sistema educativo. Fue con la creación de los Estados modernos en Occidente cuando surge la escuela como la institución responsable de desplegar saberes comunes, principios básicos que estructuren a la comunidad. No hay nación en tanto no haya educación que la respalde. En 1789, para la Revolución Francesa, solo el 10% de los habitantes de aquel país hablaba francés. Fue la escuela la encargada de resolver esa situación: no como una herramienta más, sino como la maquinaria responsable de hacerlo. En nuestro país, como ya sabemos, el caso no fue distinto: hacia fines del siglo XIX, cuando se impone la tarea de construir la nación Argentina, se construye la escuela. 

A grandes rasgos, podemos decir que a través de tantos años y contextos diversos, esta institución se ha mantenido relativamente estable. También, parecen haberlo hecho los debates en torno a ella. Estas continuidades pueden ser productivas, volver una y otra vez a ciertas preguntas puede permitir nuevas y mejores respuestas. Mantener ciertas ideas comunes, fija un lugar desde donde pensar y discutir. A saber, existen consensos aparentemente inamovibles, que la educación debe ser gratuita y común a todxs, que gracias a ella los individuos y las sociedades progresan.  También otras, menos entusiastas: que la escuela está en crisis, que se tiene que renovar, que los pibes ya no aprenden.

Todo lo que se dice tanto y por tanto tiempo, corre el riesgo de ya no decir nada. Todo lo que se repite a viva voz, sin hacer demasiado ruido, seguramente dice cada vez menos de lo que pensamos. Sobre todo, si todxs parecemos coincidir al respecto. Es hora de volver a preguntarnos entonces qué nos dicen las cosas que decimos, qué nombran los significantes que usamos al hablar, quién dice qué en educación. ¿Cómo decir, por ejemplo, que la escuela está en crisis, cuando se dice y se repite desde que uno tiene recuerdo, y lograr que aún siga diciendo algo? ¿Cómo decir también que la escuela es la solución a la crisis, si al lado nuestro, alguien, cuyas ideas y deseos son opuestos a los nuestros, repite lo mismo? 

Como primer precepto, en Trinchera buscaremos que las palabras vuelvan a decir. Creemos, desde este espacio, que es momento de alejarse de ciertos eslóganes ya vacíos. Alejarse de los sentidos comunes, de aquellas ideas que de tan repetidas ya no nos dicen nada. O, más que alejarse, tal vez de lo que se trate es justamente de lo contrario, hacer el movimiento inverso. Acercar la lupa, aumentar el foco, enfocar más la mirada. Aproximarse y desentrañarlo, revisar y volver a pensar.

Lo primero que habrá que hacer es comprender que nada existe en sí mismo, nada es en un vacío. Como señala Mariano Dubín, “Los términos educación, escuela o enseñanza no existen por fuera de las fuerzas históricas y políticas que los hacen parte de una praxis.” No nos referimos, entonces, a lo mismo cuando hablamos de los mismos temas. “Existen proyectos, perspectivas y actores en el marco de conflictos constitutivos de la historia social argentina.”

No fue la misma la forma de pensar la educación y los proyectos en torno a ella, por ejemplo, durante los años ‘90, donde distintos organismos internacionales aliados al poder económico empezaron a hablar e intervenir  al respecto; que durante los años 2000, donde el rumbo político del país comenzó a cambiar, y nuevas figuras fueron las responsables de pensar, proponer y desarrollar un proyecto educativo. Las dos etapas dejaron secuelas y consecuencias que aún hoy moldean nuestra educación. Volver a pensarlos y pensar sus consecuencias, se impone como tarea necesaria.

Pensando el presente, no vienen siendo tiempos fáciles para el sistema educativo en la Argentina bajo la presidencia de Javier Milei. En su primera apertura de sesiones, el 1 de marzo de 2024, el actual presidente se refirió a esta como un servicio. No fue la primera vez, ya que en el famoso DNU 70, la incluyó como servicio esencial con el objetivo de “sacarle el arma de la mano a los sindicatos” y evitar el ausentismo docente por motivo de paros y jornadas de lucha. A su vez, algunas semanas después, cuando la Argentina empezaba a comprobar que el rumbo del gobierno, al menos en algunos aspectos, no iba a ser distinto del propuesto en campaña, Javier Milei cuestionó la obligatoriedad escolar. Propuso un sistema de vouchers, también propuso que las amas de casa sean quienes asuman la tarea de educar a nuestros hijos en el futuro. Dijo que no se puede obligar a nadie a hacer algo, ni siquiera a ir a la escuela. También atacó a docentes acusándolos de adoctrinamiento, los trató de vagos, de corruptos, de ignorantes.

Más allá de sus dichos y consideraciones, el mayor daño que La Libertad Avanza viene generando en el sistema educativo tiene que ver con las medidas concretas, y con la reducción de presupuesto. Javier Milei eliminó el Fondo Nacional de Incentivo Docente, eliminó la paritaria nacional docente, subejecutó el Presupuesto Educativo (que a su vez se trató del menor en los últimos diez años); paralizó toda obra de infraestructura escolar, eliminó el financiamiento para comedores escolares, las becas progresar y la entrega de materiales educativos en las escuelas. En el nivel superior, la crisis es aún mayor. El gobierno definió vetar la ley de financiamiento universitario, y los salarios docentes se encuentran en el peor nivel desde la vuelta de la democracia.

Cada medida de las enumeradas, tuvo consecuencias concretas: caída del poder adquisitivo de los docentes, caída de muchos estudiantes del sistema educativo. Estudiar es un derecho, pero en la Argentina de Milei, cada día es más imposible. 

El desafío de pensar una educación para la patria, implica ser capaces de hacerlo más allá de lo coyuntural, es decir, más allá de Milei. La gran mayoría de las complejidades y problemas no empezaron en 2023; a lo sumo se profundizaron. Tampoco desaparecerán de terminar este gobierno, o al menos no por sí solos. El sistema educativo en la Argentina es enorme, y es ejemplo en muchos lugares del mundo. Sin embargo, atraviesa enormes complejidades aún no resueltas. La deserción escolar, la desigualdad entre niveles e instituciones, e incluso la pérdida de cierta valoración de la institución escuela son indicios de la gravedad de las problemáticas que se atraviesan, y eso solo para hablar del nivel medio. En el sector universitario, son cada vez más los docentes que dejan sus cargos por no poder llegar a fin de mes, y las aulas, al terminar este primer cuatrimestre, se encontraban mucho más vacías que como estaban al comenzar. Resolver estas complejidades que se han vuelto estructurales implicará repensar la relación entre los distintos actores que hacen a la comunidad educativa: docentes, estudiantes, familias, directivos. Eso nos llevará a pensar otra cuestión necesaria e importante: qué ocurre hoy en día con el sindicalismo en la docencia de nuestro país, qué relación existe entre los docentes de la escuela y su sindicato, y sus delegados, qué relaciones construyen en cada distrito.

Serán estos y otros tantos (nuevas tecnologías, perfiles y graduados a desarrollar, currículum y contenidos escolares, organización sindical y formación docente) algunos de los temas que serán motivo de abordaje en este dossier. 

Para ello, a través de diversos formatos como entrevistas, artículos de opinión y recorridos históricos, convocaremos a distintos actores que protagonizan, construyen y discuten la situación educativa. Porque no es lo mismo quién habla, y es momento de que sean los protagonistas quienes se encargan de pensar sus problemas y soluciones. Creemos que nuestra patria necesita de la escuela, pero también la escuela necesitará de la patria.

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Paro nacional docente contra el recorte presupuestario, por mejoras salariales y laborales

Paro nacional docente contra el recorte presupuestario, por mejoras salariales y laborales

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El pasado jueves ocurrió un paro docente en todo el país, convocado por CTERA y por los cuatro gremios de la CGT (UDA, Sadop, Amet y CEA). La gran medida de fuerza fue para reclamar por la restitución del FONID, una paritaria nacional y financiamiento educativo. Los profesores universitarios adhirieron a la medida de fuerza nacional ¿Cuáles son las claves para entender el conflicto?

Este jueves 23 de mayo se realizó el primer paro nacional de 24 hs con adhesión de todos los gremios docentes del sistema educativo obligatorio y del sistema universitario, desde que asumió el presidente Javier Milei. La medida tomada por la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) y los gremios nucleados en la CGT es en reclamo frente a las brutales políticas de ajuste en el sector educativo que afecta salarios e infraestructura.

En este sentido, los sindicatos exigen la convocatoria a la paritaria nacional docente, la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) (cuyo recorte implicó una disminución del salario de entre un 10% y un 20%), un incremento del presupuesto educativo, financiamiento para las escuelas y las universidades públicas, envío de fondos para comedores escolares, la reincorporación de todos los trabajadores despedidos en las áreas educativas de la Nación y aumentos a jubilados docentes.

Mediante un comunicado, la CTERA anunció que realizaría una concentración frente al Congreso de la Nación. “La falta de respuestas ha ocasionado pérdida del poder adquisitivo de nuestros salarios -desde diciembre de 2023 hay docentes con salarios de 250 mil pesos- y desfinanciamiento educativo en todas las áreas, lo que ocasionó y profundizó conflictos provinciales, ante la ausencia del Estado como garante del piso salarial docente y los recursos necesarios para el funcionamiento del sistema educativo”, señala el escrito.

El titular de la Unión Docentes Argentinos (UDA), Sergio Romero, sostuvo: “El Gobierno nacional ha puesto en crisis al sistema educativo. El Estado nacional tiene que garantizar el financiamiento del sistema educativo, como lo establece el artículo 9 de la Ley de Educación Nacional. El Gobierno transfirió las responsabilidades nacionales a las provincias, que no tienen los recursos para afrontarlas, como en el caso del FONID”.

En diálogo con Radio Trinchera, la secretaria general de CTERA, Sonia Alesso, remarcó: “La consigna del paro es por más presupuesto para la educación en todos sus niveles. Seguimos en la espera de paritarias, y con una subejecución brutal de las partidas educativas en todos estos meses del 2024 y nos mantenemos con el presupuesto del 2023. Estamos frente a una subejecución del 97% del FONID y un 84% para fondos de comedores y copa de leche, algo gravísimo en este momento de hambre”.

“En el apartado del Desarrollo y la Formación Tecnológica se está en un -77% y en lo que es el mejoramiento de la calidad educativa estamos en un -99%. Eso es lo que está pasando y se le suma el agravante de que se están refinanciando las provincias pero no se paga el FONID y que si hoy se actualizará el monto (que en 2023 estaba en 28.700) hoy sería de 72.600 pesos y si se tomara la anualidad de la inflación seria de mas de 92 mil pesos, algo que mejoraría sustancialmente los salarios en todas las provincias”, agregó Alesso.

¿Cuáles son los ejes de la discusión?

En principio, el salario mínimo congelado representa un problema para el sector ya que el Gobierno nacional rechazó la figura de la “paritaria nacional docente” y el argumento fue que los empleadores de los docentes son las provincias y no la Nación. La última reunión fue a mediados de marzo y en aquel momento el oficialismo junto con los ministros de Educación provinciales ofrecieron llevar el salario mínimo a 325 mil pesos, es decir un aumento del 30%, frente a una inflación del 71% acumulada en el período. La propuesta fue rechazada por los gremios, que pedían 450 mil, y desde entonces no hubo reuniones formales ni avances en la negociación.

La eliminación del FONID es otro de los reclamos del paro, ya que incluye la restitución de tal fondo, que Nación eliminó en enero, y que representaba alrededor de un 10% del salario financiado por el Estado nacional. A esto se le suma que en el Congreso hay proyectos de ley para restituirlo, pero el presidente Javier Milei anticipó que vetará cualquier iniciativa que “vaya a romper la caja” del Estado nacional.

Los sindicatos también alertaron por las obras paralizadas y reclamaron el envío de recursos para infraestructura escolar, comedores y programas educativos. Rechazan también una eventual modificación de los regímenes jubilatorios de docentes nacionales y provinciales y en contra de los despidos en Educación, señaló CTERA en un comunicado. Otro de los temas a tratar es la gran disparidad en los salarios docentes que hay en Argentina, al respecto Romero declaró: “A lo largo y a lo ancho del país, en todas las provincias el salario mínimo docente está por debajo de la línea de pobreza para una familia tipo, que hoy es de $828.158″.

Cabe señalar la adhesión de los docentes y no docentes de las universidades públicas, que también adhieren a la medida de fuerza, realizada a un mes de la Marcha Federal Universitaria del pasado 23 de abril. En la paritaria universitaria, el Gobierno nacional ofreció el lunes un 9% de actualización para mayo, que se suma al 16% otorgado en febrero, el 12% en marzo y el 8% en abril.

Al respecto, el Frente Sindical de Universidades Nacionales (que nuclea a los gremios Conadu, Conadu Histórica, Fedun, CTERA, Fagdut, UDA y Fatun) nuevamente rechazó la oferta realizada por el Ministerio de Capital Humano, y se pasó a un cuarto intermedio hasta el martes 28. En tal sentido, el secretario general de Conadu, Carlos De Feo, alertó: “Si el Gobierno no avanza en una propuesta salarial y en un proyecto que vuelva a poner la educación superior en el lugar que tiene, vamos a profundizar el plan de lucha”.

Desde Conadu, señalaron que en los cinco meses de la actual gestión libertaria, los docentes universitarios acumulan una actualización salarial del 61,4% (incluyendo el 9% anunciado el lunes), mientras que la inflación desde diciembre fue del 122,5% (previendo un 7,5% en mayo, según el REM del BCRA). De esta manera apunta a esa diferencia acumulada que es de 61 puntos porcentuales.

Con respecto a lo que se viene, Alesso sostuvo en Trinchera que se seguirá con este plan de lucha y próximamente se realizará una Marcha Federal educativa. Además, se están juntando firmas en todo el país con mesas provinciales que ponen el centro en la educación y el financiamiento.


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La iniciativa “Volvé a la escuela” tendrá una inversión millonaria

La iniciativa “Volvé a la escuela” tendrá una inversión millonaria

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El ejecutivo nacional invertirá más de $42 millones para el retorno de estudiantes de CABA y de la Provincia de Buenos Aires. Busca fortalecer 15 centros barriales.

El Gobierno nacional resaltó que buscará a estudiantes que interrumpieron parcial o totalmente su trayectoria educativa por el confinamiento durante la pandemia. En ese marco, presentaron el programa “Volvé a la escuela” que fue establecido en la 111° Asamblea del Consejo Federal de Educación y cuenta con un Fondo Federal de cinco mil millones de pesos para inversión, lo que posibilitará que más de 302 mil estudiantes que habían abandonado sus estudios regresen a las aulas.

El anuncio oficial ocurrió luego de un encuentro con la Federación de Centros Barriales “Familia Grande Hogar de Cristo”, que presiden el padre José María “Pepe” Di Paola, que busca fortalecer 15 centros barriales de la Ciudad de Buenos Aires y de la provincia. El objetivo es dar respuesta a personas en situación de vulnerabilidad social y de consumo problemático de sustancias. En este sentido, el titular de la cartera educativa Jaime Perczyk, anunció la inversión de más de $42 millones de pesos para otra etapa del programa que busca la revinculación y el sostenimiento de la escolaridad de personas en situación de vulnerabilidad. 

Es nuestra responsabilidad como Estado que todas las chicas y todos los chicos estén en la escuela porque ahí comienza el futuro de la Argentina”, aseguró el ministro Perczyk. Además agregó: “Los problemas de desigualdad y de justicia social se resuelven con inversión en educación. Para estar bien, hay que invertir en educación y es lo que hicimos a partir de este convenio y para eso trabajamos todos los días”.

Uno de los objetivos del convenio es sistematizar un registro de beneficiarios que incluya datos de las personas que abandonaron la escuela, su realidad familiar, económica y laboral; alojar a las destinatarias y destinatarios y trabajar las motivaciones y el cuidado de la salud integral que les permitan sostener la escolaridad; realizar un trabajo en red, para generar espacios de diálogos con actores de la comunidad y realizar encuentros semanales con el equipo de coordinación general de la Federación de Centros Barriales “Familia Grande Hogar de Cristo”, para generar estrategias de intervención.

El programa incluye: 190 días de clases; la creación de un fondo para más de 15 mil cooperadoras escolares de la Argentina destinado a la adquisición de recursos y materiales didácticos; obras para solucionar la infraestructura escolar en más de 14 mil escuelas entre secundarias (técnicas y agrarias); la entrega de netbooks para el nivel secundario, para reducir las brechas digitales, educativas y sociales.

También se creará un fondo de emergencia para reparar los daños que han sufrido los establecimientos educativos debido al fuerte temporal que azotó a diversas localidades de la región Patagónica, específicamente, en las provincias de Chubut y Río Negro.

La presencialidad en escena: ¿una cuestión de clase?

La presencialidad en escena: ¿una cuestión de clase?

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El tema de la presencialidad escolar se puso en la agenda como una batalla política desde comienzo del año. El gobierno del alcalde macrista Horacio Rodríguez Larreta se ha posicionado en la bandera de la presencialidad y la “vuelta a clases” temprana, tratando de contentar a los “halcones” de Juntos por el Cambio y a la idiosincrasia derechista que existe en varias capas de la sociedad, sobre todo en las altas y medias.

La derecha conscientemente elige construir su oposición al gobierno utilizando la educación como arena de batalla. La misma educación que desprecian, educación que ajustan, educación pública en la que para ellos es un destino fatídico caer. Entonces, ¿qué hay detrás de esa construcción de sentido?

Queremos señalar algunos puntos a poner en claro. Primero, se trata de una disputa política de la derecha, con el objetivo de seguir erosionando al gobierno del Frente de Todos. Segundo, hay una cuestión clasista, en la cual las escuelas privadas elitistas y su base social antiperonista, racista y rancia están desafiando la gobernabilidad y formando parte activa de la oposición de Juntos por el Cambio. En tercer lugar, la derecha está aprovechando la situación para instalar nuevamente el viejo sueño patronal de convertir a la educación en “esencial”, tratando de romper con la realidad de que es un derecho. Y, por último, si se quiere, la derecha también apunta a los gremios y desde ya que los tiene en la mira para tratar de doblegarlos.

Hay una dicotomía central que salta a la vista: el de la escuela pública y la escuela privada. Las protestas contra el presidente Alberto Fernández en CABA y en algunos distritos de la provincia de Buenos Aires están siendo alentadas por ONGs y escuelas muy elitistas, con nombres foráneos, asociadas a las clases dominantes y acomodadas, que se erigen como campeonas de la educación en el país, y con mucha ayuda, claro está, de los medios desinformantes de comunicación de la derecha gorila.

La “rebeldía” blanca de los elitismos de las escuelas privadas se ha convertido en otra herramienta de desestabilización. Con el pedido de una presencialidad a toda costa, asestando golpes muy bajos, alentando marchas con niñas y niños enarbolando banderas argentinas y vestidos con sus uniformes de High School. ¡Vaya lucha de clases se está dando en el país (o mejor dicho, en CABA y la Provincia de Buenos Aires)!

Está más que claro que la docencia anhela volver a la presencialidad, no hay punto de comparación entre el trabajo pedagógico en el aula y la virtualidad. No hay dudas de ello. Pero hoy, el problema es sanitario. No queda más margen. Está todo al borde del colapso. La docencia organizada siempre supo el lugar de su responsabilidad: cuidar la salud de la comunidad educativa en cada lugar y establecer los lazos más cercanos posibles en la modalidad virtual.

Ante la grave situación que estamos atravesando, lo que se repudia es el uso político por parte de Juntos por el Cambio y de los sectores opositores tradicionales de la sociedad civil que alientan la desestabilización. Pero las protestas de las escuelas privadas elitistas de CABA y la provincia de Buenos Aires son otra muestra clara de una grieta de clase, objetiva y existente en el país.  Estas protestas buscan legitimar a un sector minoritario pero que disputa el sentido de la educación desde hace años. Para ser más claros, es el sector político-social de la educción para el mercado que levanta la bandera de la escuela privada y la meritocracia. Es el proyecto neoliberal en educación.

Esos sectores elitistas se suman porque, además ven en Juntos por el Cambio la materialización permanente de sus objetivos en el país. Cuentan con los medios hegemónicos, con la corporación judicial y una idiosincrasia de clase media agresiva y hasta xenófoba. La fragmentación del sistema educativo deja margen para que clases altas puedan tener estas “dosis” de autonomía que coexisten sin contacto con el resto de la sociedad. Así vemos escuelas privadas de la elite, donde para ingresar no solo hace falta pagar la cuota, sino poseer un status social de clase. Para los ricos la “autonomía”, “lo particular”, “lo privado”; para los pobres lo “común”, “lo de todos”, “lo público”. Cuando en la pandemia, se ven obligados a ser parte de esa comunidad, a acatar las reglas como todos, les produce un efecto asfixia que los vuelve violentos y fascistoides. No conciben la igualdad como posibilidad política, ética, ni moral; la libertad la entienden como la posibilidad de hacer lo que quieran, incluso para romper con lo público, con lo que es “del común”. Les da vergüenza caer en la escuela pública.

Es preocupante la proliferación de discursos racistas, elitistas y xenófobos que emanan de estos grupos, e incluso a veces logran imponerse en la opinión de sectores medios a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Son una coexistencia peligrosa para una visión democrática de la educación y de la sociedad toda. Son el proyecto antagónico de una educación pública y popular.

Como en tantas otras esferas, la pandemia revela las contradicciones de una sociedad, en permanente disputa histórica, que lucha por la justicia social, pero que ha tenido en la historia reciente duros golpes que minan el proceso político y la acumulación de poder popular para lograr transformaciones reales.

La clase trabajadora, la clase popular, o el pueblo acatan aún con incertidumbre y hasta con angustia las restricciones que se plantean para resguardar la salud ante esta terrible segunda ola de contagios. Estas son las mayorías que deben encarnar el proyecto político del Frente de Todos. Mirarse en el espejo de la oposición gorila solo traerá tristes naufragios.

Agustín M. Rosón
Agustín M. Rosón

Soy docente y militante sindical de la Corriente 19 de Diciembre en el Suteba y la CTA de les Trabajadores. La igualdad como bandera. Licenciado en Antropología. Miembro de la Red DHIE.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

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