Uruguay, una democracia plena… con pleno rostro de impunidad

Uruguay, una democracia plena… con pleno rostro de impunidad

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

48 años después, este 25 de junio falleció por un derrame cerebral José “Nino” Gavazzo, represor, torturador y violador: el rostro de la dictadura. El uruguayo que tiene la mayor cantidad de condena de homicidios sobre sus hombros. Murió sin decir nada, mofándose de la justicia y extendiendo el manto de impunidad que campea a sus anchas con múltiples rostros en una de “las democracias plenas” del continente.

La impunidad de ayer

Uruguay goza del prestigio de ser una de las democracias plenas del mundo. Así lo dice la revista británica “The Economist” en el año 2020. Primero en América Latina, segundo en América detrás de Canadá y 15 en el mundo.

Pero ¿qué democracia tenemos en Uruguay? De los cientos de represores de la última dictadura apenas 67 han sido procesados y/o condenados. Incluso algunos de ellos siguen prófugos de la justicia.

Los militares se autoamnistiaron luego de la dictadura y legisladores de los dos partidos tradicionales (Colorado y Nacional) confeccionaron la Ley de Caducidad de la pretensión punitiva del Estado, también conocida como “ley de impunidad” para darle marco legal a la injusticia. Una ley en la que el Estado se amputa a sí mismo de una de sus funciones nucleares que es la de condenar delitos.

En dos consultas directas (1989 y 2009) la ciudadanía, por distintas razones y contextos, eligió seguir amnistiando a los militares. La impunidad triunfó en esas dos oportunidades, pero sigue avanzando día a día. De 203 desaparecidos en Uruguay sólo se han encontrado los restos de seis compatriotas.

José “Nino” Gavazzo murió la noche del 25 de junio en un hospital con los mejores tratos. Residía en su chalet de Parque Miramar, zona selecta del este de Canelones y con vista a un lago. Se fue sin decir una palabra, con esa sonrisa en la que aparecía en la prensa luego de asistir a algún juzgado a declarar. Esa sonrisa que se sabe por fuera de la ley porque él en su momento fue la ley; la ley del más despiadado.

Gavazzo fue condenado en múltiples causas en el exterior y en Uruguay por participación en crímenes de lesa humanidad, entre los que se cuentan secuestros, desapariciones, torturas y asesinatos. También fue procesado en el año 1995 por extorsión en una causa sobre falsificación de dólares.

En 2006 cumplió prisión en la cárcel vip de Domingo Arena, hasta 2013 donde fue trasladado al Hospital Militar en un sector especial destinado a jerarcas militares. Desde el 24 de diciembre de 2015 cumplía prisión domiciliaria.

La impunidad hoy

La muerte de Gavazzo, aunque haya sido el mascarón de proa de la dictadura, marca un hecho más en este derrotero de impunidad que cada tanto tiempo resurge y que es cuando  la inteligencia militar se da el gusto de enviar mensajes para decir: “aquí estamos, nunca nos fuimos. Seguimos operando desde las cloacas del Estado.”

No se le puede achacar a los organismos de inteligencia que hagan inteligencia. Lo que es alarmante es que existan organismos paraestatales e incluso individuos que operan en las sombras, por motu propio y a piacere. Tal era el caso del fallecido inspector Víctor Castiglioni, quien estuvo al frente de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII) entre 1971 y 1982 y tuvo en su poder parte del archivo que documenta las actividades de espionaje en democracia.

Esto se descubrió recién en 2006 y se conoce con el nombre de Archivo Berruti, porque fue bajo la administración de dicha Ministra de Defensa que se incautaron en una oficina del Ministerio de Defensa, 1.144 rollos de archivos microfilmados con mucha información.

En 2015 se descubrióe en el domicilio de Elmar Castiglioni, sobrino de Victor Castiglioni, como si fuera una especie de herencia de la impunidad; documentación que complementa el Archivo Berruti. En dichos archivos se daba cuenta de espionaje en democracia a líderes de la izquierda, de los partidos tradicionales, sindicalistas, etc.

En 2020 se le realizó un homenaje a Victor Castiglioni, bajo la administración del recientemente fallecido ministro del Interior Jorge Larrañaga, uno de los líderes del Partido Nacional, colocando una placa en su honor. El Director Nacional de Policía dijo que “fue un acto de justicia profesional”. Esto generó controversia en la propia Coalición Multicolor gobernante, ya que el propio Castiglioni estuvo involucrado en la detención de dirigentes del Partido Nacional.

Grupo de expresas y presos políticos le piden a Larrañaga retirar la placa homenaje a Víctor Castiglioni - RBC 1210 AM
Grupo de expresas y presos políticos le piden a Larrañaga retirar la placa homenaje a Víctor Castiglioni – RBC 1210 AM

Si de “inteligencia” hablamos, no es cuestión del pasado. El ex intendente de Rocha por el Frente Amplio, Anibal Pereyra, denunció ante la Fiscalía General de la Nación un presunto operativo de inteligencia y seguimiento a militantes que buscan firmas en ese departamento para llevar a referéndum 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC) que impulsa el gobierno.

El Frente Amplio, la central única de trabajadores PIT-CNT y varias organizaciones sociales están embarcadas en la recolección de firmas para derogar parte del buque insignia de Luis Lacalle Pou. que apunta a un modelo agroexportador de materias primas, concentrador, de achicamiento y desmantelamiento de las empresas públicas, represor y mercantilizador de la educación, entre otras tantas cuestiones.

De comprobarse dicho operativo, estaríamos hablando de una embestida de dos frentes (legal y no legal) por parte del gobierno. La parte legal se demostró cuando el mediático presidente Lacalle Pou le negó la última semana a la comisión nacional pro referéndum la cadena nacional para exponer sus argumentos contra la LUC. Una campaña que ya lleva recolectada más de medio millón de firmas (en un país de poco más de tres millones de habitantes).

La impunidad del futuro

La impunidad de ayer es cimentada por sus propios dueños y a veces por sus edecanes. Cabildo Abierto, partido de ultraderecha y parte de la coalición gobernante, cuenta en sus filas con personajes siniestros como Eduardo Radaelli, involucrado en el caso del asesinato del químico chileno Eugenio Berrios.

Radaelli, el discreto asesor de Manini: “Me río del Plan Cóndor, en el caso Berrios lo descarto” - 01/11/2020 - EL PAÍS Uruguay
Radaelli, el discreto asesor de Manini: “Me río del Plan Cóndor, en el caso Berrios lo descarto” – 01/11/2020 – EL PAÍS Uruguay

Cabildo Abierto, como formación política, ha absorbido las facciones más extremistas de los partidos tradicionales e incluso otras que estaban por fuera del espectro político-partidario. Pretende relanzar la ley de impunidad y el propio líder de su partido, el ex general Guido Manini Ríos, escondió durante un año (cuando era militar en actividad) las confesiones de Gavazzo sobre la tortura, homicidio y desaparición de Roberto Gomensoro, que contaba con detalles escabrosos.

Guido Manini Ríos es hoy senador de la República, y se amparó en los fueros parlamentarios para no declarar ante la justicia cuando había manifestado en más de una ocasión que no lo iba a hacer. Es líder indiscutido de Cabildo Abierto y se proyecta como uno de los presidenciables para 2024.

La ultraderecha aún tiene horizonte para crecer y con ella el manto de impunidad que se viene perpetuando hace casi medio siglo. Los republicanos, demócratas y liberales que ayer pactaron con los militares, que engrosaron las filas de sus gobiernos posdictadura, hoy están coaligados y gobernando nuevamente junto a los nostálgicos de las botas y la picana.

¿Qué tipo de democracia es ésta?

Artículo publicado originalmente en Periferia

Nicolás Centurión
Nicolás Centurión

Como dice un rapero: «por amor y por vicio… se convirtió en mi oficio.» La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

30 años de Neoliberalismo

30 años de Neoliberalismo

TIEMPO DE LECTURA: 12 min.

Por David Soltero*

Luego de treinta años, Perú parece despertar del sueño neoliberal: tres décadas de crecimiento económico le permitieron ser uno de los países más fuertes en reservas -con 69.169 millones en 2020-. Sin embargo, este gran sueño es solo de unos pocos. Las políticas neoliberales han costado en la actualidad el 20% de pobreza del país andino; tan solo en 2019 se han sumado 400 mil peruanos pobres a ese porcentaje y un millón y medio en riesgo de entrar en esta situación. Un modelo que ha desmantelado durante años la industria nacional, haciéndola dependiente de la inversión e importación extranjera. Y sin olvidar a los grandes exponentes de este condicionamiento, el imperialismo y el FMI, actuando en conjunto para recrudecer el modelo neoliberal.

Antes de la instalación del modelo neoliberal en la década de los 90, Perú se encontraba gobernado -desde 1985- por el presidente Alan García, del partido Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). En sus primeros años, el mandatario tomó varios posicionamientos sobre la crisis que aquejaba al país. Uno de ellos acerca de la deuda externa -que rondaba los 14 millones de dólares- contraída con el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. El gobernante peruano dio un discurso en ante la ONU, mencionando que el FMI no tenía autoridad moral para hacer pedagogía de austeridad sobre el Perú y que desde los años 70 promovía y aumentaba la deuda, no solo de su país, sino también la de los países más pobres del mundo. Además acusó al organismo de responder a los intereses de Estados Unidos, que se favorecía ante la sumisión bajo las condiciones impuestas del FMI, que intentaban hipotecar la soberanía económica de nuestros pueblos. Alan García terminó su discurso diciendo: “es deuda o democracia”. Un año más tarde declaró que solo el 10% de la exportación del país iba a ser destinada a los pagos de la deuda. Esto generó un quiebre en las relaciones con el FMI, el cual le negó todo desembolso de dinero.

Diario la república – Tapa de las consecuencias de la Hiperinflación

Alan García logró un crecimiento económico durante los dos primeros años, invirtiendo en la nueva reestructuración del aparato productivo nacional. Sin embargo, las reservas del país cayeron drásticamente y, a consecuencia de la falta inversión extranjera y de préstamos de los organismos internacionales, llevaron al país a un estancamiento. Además la inflación pasó a ser hiperinflación, la cual llegó al 2.178,482%. Esto redujo el 30% del poder adquisitivo de los peruanos y aumentó entre un 50% y un 70% el precio de alimentos básicos como la leche y el pan. Esta situación provocó la devaluación de la moneda nacional, el INTI, que pasó de valer 1 dólar (1 a 1), a 0,000005 de 1 dólar (USD 1 = 175.000 INTI)

Esta crisis aguda, dio lugar a la estatización de la banca peruana en 1987. Con ella, el Estado se hacía cargo de los bancos privados y las instituciones financieras, para hacer uso del dinero que tenían e invertirlo dentro el país. Alan García enarboló la justicia para justificar la estatización, que a pesar de su aprobación no duraría mucho tiempo. Posteriormente a la intervención del Estado sobre los bancos, masivas protestas del sector empresarial privado y de la clase alta, dirigidos por el escritor Mario Vargas Llosa, se hicieron oír en las calles. Vargas Llosa en ese entonces fundó el Movimiento Libertad -que sería protagonista en las próximas elecciones-, logró que el poder judicial falle a su favor y que la ley de estatización quede inoperante.

Estatización de la Banca- Protestas masivas

La situación nacional era insostenible para el presidente Alan García, quien no tenía el apoyo ni de los sectores dueños de la economía peruana y tampoco de los organismos internacionales. Finalmente su mandato culminó en 1989 ante un tumulto de silbidos dentro del Congreso. Esta era la oportunidad ideal para que el modelo neoliberal sea radicalizado en el país andino. El hombre elegido por las empresas trasnacionales y la misma Iglesia Católica, era Alberto Fujimori, quien se vistió durante toda su campaña bajo el discurso de una reestructuración nacional para el desarrollo. Mientras que su opositor, Mario Vargas Llosa, era apoyado por las clases altas peruanas y las empresas privadas.

El 28 de julio de 1990, con el 57% de los votos Alberto Fujimori asumió como presidente del Perú. En su primer discurso, caracterizó como “Epidemia nefasta” al gobierno de Alan García, a quien además culpó por la economía de guerra, la sociedad envuelta en violencia y la corrupción del país que heredó. Como primera medida, el presidente llevó adelante el Plan Fujishock, que consistía en liberar los precios, liberar el tipo de cambio y suprimir subsidios a los alimentos y a la gasolina; una muestra clara del tutelaje del FMI, con la intención de que el Estado le de la potestad de decidir sobre el futuro económico país.

Disolución del congreso, mediante el autogolpe

Para seguir profundizando bajo la lógica del neoliberalismo, el 5 de abril de 1992 ocurrió el conocido autogolpe de Estado, donde se cerró y disolvió el Congreso y se dictaminó una restructuración nacional. Esto sucedió porque Fujimori no tenía una bancada parlamentaria mayoritaria para seguir aprobando las iniciativas de ajuste, la privatización de empresas, la explotación de recursos naturales por empresas trasnacionales e incluso el otorgamiento de facultades discrecionales para las Fuerzas Armadas. Cabe recordar que desde el inicio de su mandato Fujimori declaro la lucha contra el narcotráfico y los actos terroristas de Sendero Luminoso, valiéndose de esto como justificación perfecta para legitimar aún más su golpe de Estado.

El gobierno dictatorial de Fujimori, en los años siguientes logró profundizarse gracias a la alianza con las FFAA, el servicio de inteligencia nacional peruano (SIN) y el grupo Colina, integrado por miembros del ejército y de la policía nacional. Los asesinatos, la intimidación, los secuestro y las torturas, no solo fueron direccionadas hacia la lucha contra Sendero Luminoso, sino contra dirigentes sindicales, populares, periodistas y militantes opositores al gobierno. Los casos más significativos fueron la masacre de Barrios Altos, en Lima, en la que se asesinaron a 15 personas y la de la Cantuta donde se asesinaron nueve estudiantes y un profesor. Además, mediante la promulgación de la Ley de Amnistía en junio de 1995, el régimen otorgó impunidad a los crímenes cometidos durante esa época.

Fuerzas armadas

Un año después del autogolpe, a Fujimori le restaba legitimar constitucionalmente el golpe de Estado y garantizar su permanecía en los años siguientes. En 1993 llama a la aprobación de una nueva constitución, que sea la garantía del modelo neoliberal en todos sus aspectos. Por ejemplo los contractos de las empresas trasnacionales, como los encargados en la explotación de los hidrocarburos, no podrían ser modificados por el Estado, permitiendo la “Santidad de los contratos”. Esto demuestra que el Estado estaba sumido a un institución de consulta y, con alguna excepcionalidad, solo vigiliaba y facilitaba la libre competencia, el libre cambio y legalizaba la libre tenencia de moneda extranjera. En tan solo dos años, Fujimori privatizo más de 200 empresas nacionales, argumentado -en el marco del Consenso de Washington- que las privatizaciones  generarían un estabilidad económica, y permitiría acceder a los mercados internacionales de crédito, cerrados a los países de la región en los años 80.

Alberto Fujimori en desfile militar (AFP Photo/Jaime RAZURI)

Fujimori tenía todo garantizado, un congreso representado por Cambio 90 y Nueva mayoría, afines a su gobierno; una nueva constitución, aprobada por el 52%, que permitió su reelección en 1995; y la implementación de la doctrina de Seguridad Nacional (con el apoyo del Tío Sam) yendo contra la insurgencia y profundizando el estado de terror. Sin embargo esa estabilidad que profesaba Fujimori (en tiempos de auge), se empezó a resquebrajar con la aparición de los distintos hechos de corrupción y fraudes electorales. El más significativo y que sería el final del régimen, fueron los sobornos de Vladimir Montesinos, quien aparece en un video en su residencia ofreciéndole 15 mil dólares a Alberto Kouri (perteneciente al partido opositor de Alejandro Toledo) para que se pase al bando oficialista. Luego se difundirían otros videos, donde se veía a magistrados, empresarios, parlamentarios, dueños de medios comunicación, jueces y altos funcionarios, cómplices del régimen. A partir de allí la fiscalía realizó una investigación por enriquecimiento ilícito de más de 264 millones de dólares. Ante la tercera reelección de Fujimori, la Secretaría de Estado de los Estados Unidos adviertió que su apoyo estaba condicionado a que se apartara a Montesinos del gobierno. Finalmente en noviembre del 2000 Fujimori huiría a Japón, desde donde enviaría un fax de renuncia a su mandato y obligaba a que se tuviese que llamar a elecciones al siguiente año.

Luego de diez años de un gobierno autoritario y fundantes de las bases de un modelo beneficiario para unos pocos, parecía que el retorno a la democracia daría un cambio de dirección del país andino. Pero los cinco años siguientes, mostrarían la inoperancia de un gobierno hundido en los incumplimientos de promesas, en la corrupción y en los escándalos personales del presidente Alejandro Toledo.

Este último apareció en escena por primera vez en las elecciones del 2000, representando al partido Perú Posible. En la primera vuelta, éste partido obtendría un 40% de los votos, mientras que Fujimori un 49%. Todo indicaba que ese margen del 9%, podía revertirse y darle un fin la dictadura que vivía el país. En la segunda vuelta, Toledo solo consigue un 25%, mientras que el fujimorismo un 74%. Una muestra obscena de fraude electoral que el pueblo peruano y Toledo no aceptarían.

Concentración frente al congreso Nacional “Marcha los 4 suyos”

El candidato a presidente, convocaría a la marcha de “los Cuatro Suyos”, haciendo una referencia simbólica de la división del Tahuantinsuyo del imperio Inca. La convocatoria consistía en marchar al Congreso nacional en Lima, con la intención de impedir la asunción del Fujimori . Esta convocatoria sería fuertemente reprimida por la policía nacional y ensuciada por un atentado planificado por Vladimiro Montesinos para incendiar el Banco nacional, e incriminar a Toledo de lo acontecido. Sin embargo, ésto sería otra pieza clave para profundizar el final del régimen autoritario. Un año después, el 28 de julio del 2001, y posteriormente a las elecciones, Perú volvía a la democracia de la mano de Alejandro Toledo, el primer mandatario procedente de un pueblo originario.

Toledo en sus primeras intervenciones públicas, proclamaría la lucha contra la corrupción, prometía el control de la inflación (que hasta ese entonces era de 1,8% anual), reducir la pobreza (que rondaba el 54,8% de la población), aumentar la cantidad de exportaciones, dejar de privatizar de empresas nacionales y generar empleo digno y productivo. El pueblo andino se ilusionaba, Toledo lograba un acuerdo nacional con los diferentes partidos políticos del país (tanto de derecha como de izquierda), con el objetivo de caminar juntos la reconstrucción de la democracia.

Pormesas del presidente Toledo

En el año 2002 inauguraría el funcionamiento del proyecto Camisea, que consistía en la explotación de uno de los yacimientos más grandes de reserva de gas en Perú. Sin embargo, más allá que este proyecto generó 18 mil puestos de trabajo (entre el 2002 y 2004), todo fue a costa de inversión extranjera y el reparto dentro del país se lo llevaron las empresas privadas. Incluso desde el descubrimiento del yacimiento de gas por la multinacional Shell (empresa de hidrocarburos anglo-neerlandesa ), entre 1883 y 1887, las licencias para llevar a cabo el proyecto, se plantearían por un tiempo de explotación de más de treinta años. En el 2000 la empresa Shell, y luego Mobil (la empresa norteamericana de petróleo), decidieron no continuar con el proyecto, y un consorcio liderado por Pluspetrol Perú Corporation, con la participación de Hunt Oil Company (de Estados Unidos), SK Corporation (de Corea), Sonatrach Petroleum Corporation B.V.I. (de Argelia), Graña y Montero S.A.A. (de Perú) y luego Tractebel (de Bélgica), y Tecpetrol SA, se harían cargo adjudicándose 33 años de explotación. Así mismo la construcción de gaseoductos, figurarían empresas como Techint Ingieneria & Construcciones.

Habría un crecimiento económico de un 4,5% anual, se pondrían en marcha proyectos como la carretera interoceánica (que buscaba unir el océano atlántico con el océano pacifico, a través de Brasil y Perú), se promoverían los planes como Techo Propio (para aquellos peruanos que ganen menos de 1000 soles y no tengan vivienda), se pensaría en la educación mediante el desarrollo del Plan Huascaran (que consistía en la inclusión de computadoras para equilibrar el acceso a la educación de calidad). Sin embargo, estos aspectos de camino, desarrollo y crecimiento, eran el disfraz perfecto para seguir generando más deuda, mediante desembolsos de 100 millones de dólares del Banco Mundial y de 300 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo.

Aparecerían en escena el Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU, que no sería aprobado hasta el 2006. Perú negociaba con el país del norte desde 1991, exportando principalmente minerales, textiles, productos pesqueros y petróleo crudo. Los aranceles impuestos a estas exportaciones, se renovaban periódicamente y lo que se busca era una estabilidad, para generar una libre comercialización y la incitación de las empresas trasnacionales para que inviertan en el país. Las repercusiones de este acuerdo transcurrirían en dos escenarios diferentes: por un lado la oposición que argumentaba que el tratado ponía en riesgo a las pequeñas empresas nacionales y la agricultura del país; por otro, dentro del Pacto Andino, donde Venezuela -ante los acuerdos de Perú y Colombia con los Estados Unidos-, se iría de esta instancia regional, dado que Hugo Chávez comprendía que el TLC atentaba contra una verdadera integración de la región, profundizando la dependencia al Imperialismo Norteamericano.

Malestar Social

Durante los años de mandato de Toledo, el malestar social crecería poco a poco. Su gobierno había comenzado faltando a sus promesas de campaña, y tendría distintitos puntos de quiebre, como el Arequipazo en 2001. Ese año se sucedieron protestas masivas que fueron reprimidas por la policía nacional, dejando 318 heridos. Las manifestaciones se habían generado producto de la marcha atrás del gobierno frente a la privatización de las empresas de electricidad (Egesur y Egasa), a la empresa de capitales belga Tractebel a cambio de 167 millones de dólares. Otro punto de malestar ocurrió en la capital del callao, Ilave, donde se lincho hasta la muerte al alcalde Cirilo Robles por actos de corrupción, malversación de fondos e incumplimiento electorales. Pero el punto que le valió la pérdida total de legitimidad, fue el caso de corrupción conocido como Ecoteva: un escándalo por el lavado de 31 millones de dólares, que años más tarde, se blanquearían en la compra de inmuebles de personas allegadas al entorno de Toledo.

El mandatario culminaría su presidencia con el incumplimiento de promesas como la generación de empleo (dejando un tasa de desempleo del 42%) y con una economía sostenida por la oligarquía y los capitales extranjeros, que profundizaría la desigualdad y el modelo neoliberal.


* Periodista, columnista en "No Se Mancha"(Radio Estación Sur - FM 91,7), redactor en Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Fuentes:
http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20101003020549/8cap07.pdf
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3066001.pdf
https://www.studocu.com/pe/document/universidad-nacional-de-san-cristobal-de-huamanga/economia/informe/la-hiperinflacion-en-el-primer-gobierno-de-alan-garcia-perez/2788873/view
https://cavb.blogspot.com/2017/06/fujishock-el-super-paquetazo-del-8-de.html
https://www.monografias.com/trabajos82/hiperinflacion-peru/hiperinflacion-peru2.shtml
https://nuso.org/articulo/un-proceso-con-luces-y-sombras/

Carrera de impunidad

Carrera de impunidad

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Por Maia Cubric*

¿Puede el deporte legitimar personajes en la sociedad? ¿Puede ser visto como una herramienta de ascenso al poder? Carlos “Lole” Reutemann es un claro ejemplo del respaldo de la construcción política basada en el triunfo deportivo. Y a 17 años de la mayor inundación en la historia de Santa Fe, que lo tuvo como principal responsable -ya que era  Gobernador-, su impunidad se apoya en sus trofeos.


Históricamente la política y el deporte han sido presentados como asuntos separados. El legado discursivo en una sociedad que vivió grandes atrocidades, el impacto del deporte en la vida social de la Argentina o la construcción de sentido con connotaciones negativas en torno a ella llevan a preguntarse ¿Por qué ensuciar al deporte junto a la política? Preguntan reiterativa en los medios masivos de comunicación. ¿Por qué mezclar espacios que, a simple vista, no tienen nada que ver? La respuesta radica en la disputa de poder que se da en estos ámbitos. Disputa que pretende ser invisibilizada por conveniencia e intereses particulares de sectores de poder. Para ejemplifica lo oculto de la idea que describe al deporte como una isla alejada de toda realidad política, Carlos Reutemann, sirve perfectamente de ejemplo.

Trayectoria deportiva

El ex-piloto es un ícono del automovilismo nacional. Entre sus grandes logros: compitió para Brabham, para Ferrari y otras marcas de prestigio y renombre internacional. Entre sus conquistas, cabe destacar que consiguió más de doce victorias en la Fórmula 1 y llegó a estar 45 veces en el podio. Además, fue el único piloto en la historia que obtuvo los podios mundiales de Sport Prototipos de WEC, de Fórmula 1 y de Rally.

Estas insignias, con su peso y repercusión, llegaron a gran parte del pueblo, creando sobre su figura un sentido de admiración. Pero ese no es el problema, sino para lo que Carlos Reutemann las utilizó a posteriori.

Implicancia política

A sus 49 años, y en paralelo a su crecimiento como productor agropecuario, el “Lole” Reutemann inició su carrera política. No es menor destacar su punto de partida: una posición de poder basada en la acumulación de tierras y el crecimiento en la esfera empresarial ligada a “el campo”.

De igual manera cabe recordar que desde sus inicios, una constante fueron sus comparaciones constantes entre la política y el automovilismo: “Hay mucha similitud entre lo que hice, automovilismo, y la política, ¿no cierto?, porque los dos son muy competitivos y la lucha entre los sectores es muy importante”.

En 1991, fue electo gobernador por la provincia de Santa Fe, acompañando a nivel nacional al proyecto neoliberal de Carlos Menem. Acorde con este proyecto y con sus medidas económicas y anti Derechos Humanos, en 1992 Reutemann intentó destruir todos los archivos de la administración pública de la provincia, sobre la última dictadura cívico-eclesiástica-militar.

En el decreto 1596/87, sostenía que las mansardas Este y Oeste de la Casa de Gobierno provincial estaban en pésimas condiciones y que la documentación que allí se encontraba (casualmente archivos de la dictadura) estaba en “grado de destrucción parcial o total en algunos casos”. Según Reutemann esta situación estaba “causando un daño considerable a la estructura del edificio”. De tal manera que en el decreto, estableció el retiro de la documentación y se la exceptuó de las pautas de conservación en el ámbito de la Administración Pública Central. Afortunadamente los distintos organismos de Derechos Humanos de Rosario impidieron que se destruyan.

En 1995 fue elegido Senador de la Nación. En el ´97, junto al gobernador santafecino Jorge Obeid y al intendente Horacio Rosatti, participó de la inauguración de las obras de la defensa oeste de la ciudad, que tenía como objetivo impedir el desborde del Río Salado. En 1999 renuncia a su senaduría tras haber sido electo -nuevamente- como Gobernador en la provincia de Santa Fe. Cargo que ostentaría hasta el 11 de diciembre de 2003.

Inundación en Santa Fe

Entre el 29 de abril y el 3 de mayo de 2003, Santa Fe sufrió la peor inundación en su historia. La acumulación de agua durante esos días fue superior a los 1400 milímetros de agua y literalmente el Río Salado se tragó un tercio de la ciudad.

En aquellas fatídicas jornadas, oficialmente, se reconoció la muerte de 23 personas, pero les vecines y ciudadanes sostuvieron que fueron más de cien. La responsabilidad política fue, entre otros, de Carlos Reutemann, dado que fueron muchas las alertas que se realizaron advirtiendo que esa situación podía darse. Con decisión política y medidas concretas la tragedia se podría haber evitado. Sin tapujos en ese momento, el Lole declaró que: “Santa Fe está muy complicado, diríamos que al afectar zonas muy populosas el número de evacuados que va a haber en Santa Fe, en la zona del Oeste, va a ser altísimo”.

No existió un pronóstico en tiempo real de la catástrofe, pero en marzo de 2003 el Sistema de Alerta Hidrológico de la Cuenca del Plata -dependiente del Instituto Nacional del Agua-, había enviado una alerta que advertía sobre posibles situaciones de riesgo sobre la cuenca del Salado. A todo esto, las obras de la defensa oeste de la ciudad, que Reutemann había inaugurado, estaba inconclusa. Las obras a medio hacer y la Av. de Circunvalación “Mar Argentino” terminaron funcionando como barreras, concentrando el agua en la zona urbana. De haberse terminado el Tramo 2 (proyecto del 2001 del gobernador Reutemann) la historia sería distinta. De igual manera, analistas sostienen que la ampliación del puente de Rosario, también hubiese disminuido el caudal de los desbordes y la inundación.

Por otro lado, la falta de medidas no estructurales también fue otra ausencia importante dado que no existía un sistema de alerta hidrológico, ni una regulación de áreas inundables, ni un plan de acción preventivo. Cabe mencionar que la historia de Santa Fe respecto a las lluvias y los desbordes ya era de conocimiento público, del mismo modo que el peligro que ello podría implicar para la ciudad. A diferencia de las declaraciones liberales que le echan siempre la culpa a las catástrofes naturales, hay una cuota de intervención humana que es innegable.

En 2004, luego de dejar la gobernación santafesina, Reutemann fue denunciado penalmente por su accionar en el gobierno al momento de las inundaciones. La acusación mencionaba delitos de homicidio por medio catastrófico y desvío de fondos públicos.

Pero el automovilista no se declaró culpable, tampoco inocente. Directamente no hizo alusión al hecho y sigue paseándose por los medios reviviendo sus anécdotas tras el volante. Hace analogías constantes de la política y el Ferrari, y sigue usando el prestigio de su carrera deportiva como el piso de su impunidad.

Posicionamiento concreto

En 2003, el Carlos Reutemann, fue electo nuevamente como senador de la Nación. En 2008 fue parte de quienes votaron en contra de las retenciones impositivas impuestas a las exportaciones de soja, trigo y maíz, siendo fiel a sus intereses como empresario rural. En ese momento declaró en una entrevista que “hay un mensaje desde el gobierno para poner en contra al campo”. Nunca mencionó, más bien ocultó a sabiendas, que ese pequeño sector de la sociedad es el que acapara más propiedades y que constantemente juega con la economía y la calidad de vida del resto del pueblo.

En 2009 fue reelecto senador de la Nación. En 2015 comenzó a caminar junto a Mauricio Macri  y declaró: “me sumo a un proyecto de alguien que tiene ganas“. En la actualidad, y hasta 2021, representa a Juntos Por el Cambio en una banca en el Congreso de la Nación.

El deporte como medio

Lejos de condenar las diferentes disciplinas o su poder de llegada; lejos de pretender separar al deporte del mundo capitalista y mercantil en torno del cual gira; el ejemplo de Carlos Reutemann es uno de los tantos que da cuenta del uso del deporte más allá de sus prácticas. Una figura que interpela nuestros sentidos de pertenencia, nuestra pasión: un arma de doble filo. Un mecanismo que como se ve, también se utiliza para escalar en lugares de poder. No hay que olvidar a Macri y su pasado en Boca, al igual que sucede con varios de los candidatos de la derecha en la región, los cuales tuvieron como inicio de sus carreras un club de fútbol, como Jair Bolsonaro o Sebastián Piñera.

Como contracara están les que creen que el deporte tiene que ser inclusivo, que tiene que ser una herramienta de contención, de trabajo colectivo y no un espacio en el cual refugien sus impunidades los grandes empresarios y quienes buscan sólo hacer negocios.

La pasión, no debería distorsionar la verdad: Reutemann es uno de los responsables políticos de las inundaciones de Santa Fe y tiene que ser juzgado por ello. Porque hasta que no suceda el pueblo santafesino seguirá en la calle pidiendo justicia por las víctimas de la desidia y el negocio neoliberal.

El deporte no se mancha.


* Periodista, conductora del programa La Marea (Radio Futura - FM 90.5), columnista del programa No Se Mancha (Radio Estación Sur – FM 91.7), colaboradora de Revista Trinchera y de Agencia Timón.
A 25 años del nacimiento de los HIJOS de la memoria

A 25 años del nacimiento de los HIJOS de la memoria

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Juan Martín Palermo*

El pasado martes 14 de abril se cumplieron 25 años de la creación de HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio). La agrupación está compuesta por hijos e hijas de detenidos-desaparecidos de la última dictadura cívico-militar, que exigen juicio y castigo a los genocidas. Desde su creación, la organización ha tenido un papel preponderante en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, llevando adelante acciones que permitieron, en tiempos de impunidad, visibilizar la lucha y no permitir que la llama de la memoria se apague.

En 1985, el juicio que encarceló a las juntas militares responsables del genocidio y del terrorismo de Estado, provocó unos años después levantamientos militares que dieron como resultado las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Luego, los indultos decretados en 1989 por el recién asumido presidente de la Nación, Carlos Menem, y que concedían la libertad a los represores que estaban encarcelados, dejaron al descubierto el momento de mayor impunidad desde el regreso de la democracia. A raíz de esto y en este contexto, nació la agrupación HIJOS en 1995.

El primer encuentro de la agrupación a nivel nacional se dio en Córdoba, en Río Ceballos. En un principio, fue un espacio donde muchos se encontraron con personas que habían vivido situaciones similares que hasta el momento nadie conocía. Muchos militantes no habían encontrado hasta el momento el espacio para reclamar lo que tanto buscaban y ahí lo encontraron. Cada vez se incorporaba más gente y a medida que llegaban, empezaban a contar sus historias. Comenzó a ser un espacio donde había lugar para el testimonio y esto se convirtió en una especie de ritual que se repetía cada vez que alguien se sumaba. Uno de sus militantes que presenció el inicio de la agrupación, decía que lo que querían era “encontrar los denominadores comunes” en los sentimientos, las ideas, en las historias, para crear un espacio que los contenga y exprese.

Este modo de organización fue creciendo junto con la agrupación. La discusión pasaba por la manera en que se iba a llevar adelante la lucha: si la pelea contra la impunidad era desde un punto de vista ético, sabiendo que difícilmente iba a hacerse justicia, o si la lucha a través de la acción iba a permitir “conseguir” lo que tanto anhelaban. Como se consideran “gente de acción”, optaron por la segunda opción. A partir de esto, tuvieron un objetivo claro y sabían cómo llevarlo a cabo. No se quedaban en el dolor, en la tristeza o en la bronca por todo lo que había pasado, sino que buscaban, con alegría y esperanza, que se haga justicia por la memoria de sus padres.

Al no garantizarse todavía el fin de la impunidad, optaron por una herramienta que hasta el momento era innovadora. La frase “si no hay justicia, hay escrache” pasó a ser una bandera de la agrupación. La idea de los escraches era poner en evidencia a la sociedad que los asesinos y torturadores estaban entre nosotros. Localizaban los domicilios o trabajos de los represores, y organizaban una movilización para alertar a los vecinos de que en su barrio había un responsable del terrorismo de Estado. 

El escrache viene del lunfardo y quiere decir “poner en evidencia algo que está oculto”. Pero los militantes además de poner en evidencia que ahí vivía un represor, creían en el escrache como un acto de justicia. La intención era empezar a crear conciencia de a poco en las personas del barrio o vecinos y que ellos mismos condenen a los genocidas cuando los vean en la calle.

El primer escrache que se organizó fue a Jorge Luis Magnacco, un partero de la ESMA que sometía a las mujeres detenidas a parir en condiciones aberrantes y que al momento del escrache trabajaba como jefe de ginecología en el Sanatorio Mitre. Se organizó una movilización hacia la puerta del sanatorio reclamando que echen a Magnacco y con aerosoles “marcaron” el lugar para dar cuenta de que ahí trabajaba un represor. Luego, en el mismo día, llegó el dato que el médico vivía a unas diez cuadras del lugar y decidieron marchar hasta su domicilio. Así fue como, espontáneamente, nació el escrache. Hasta 2008, la agrupación con sede en Capital Federal, había realizado más de 50 escraches. Entre los militantes y las personas que apoyaban su causa, se aprendió que se podía lograr una condena social ante la falta de condena judicial.

Uno de los escraches que más magnitud tuvo fue el realizado a Jorge Rafael Videla en el año 2006. Unas 10 mil personas se concentraron en la puerta del domicilio del genocida ubicado en el barrio de Belgrano, en Capital Federal, repudiando que se encontrara bajo prisión domiciliaria y no en la cárcel, destino que iba a tener tiempo después, luego de que el Estado se convirtiera en herramienta de transformación y decidiera la cárcel común para todos los responsables del genocidio. Se utilizó una grúa que se elevó hasta el quinto piso del edificio donde se encontraba el departamento de Videla para “hablarle de frente”. De la máquina, colgaba una bandera de unos cuantos metros, que tocaba el suelo y tenía los rostros de los desaparecidos. Se pronunció un efusivo discurso donde se lo insultaba y a su vez, aprovecharon la ocasión para mandarles un mensaje a los demás represores que seguían libres. “A donde vayan, los iremos a buscar”, gritaba el orador a unos 20 metros de altura.

Escrache a Videla

La casa de la Militancia-HIJOS funciona en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (Ex ESMA) y es el lugar donde se reivindica la lucha por la verdad y la justicia por los 30 mil compañeros detenidos-desaparecidos. Allí, donde funcionó el centro clandestino de detención, tortura y exterminio más grande del país, actualmente funciona la radio “La Imposible”, y propuestas de educación pública y gratuita como la Tecnicatura de Periodismo Deportivo, perteneciente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, entre otras.

(página oficial HIJOS capital)

En momentos donde era impensado que se cumpliera con el reclamo de Memoria, Verdad y Justicia, donde el neoliberalismo azotaba la economía argentina y la pobreza crecía y alcanzaba niveles sin precedentes, donde las empresas públicas se privatizaban y ante la apertura feroz de las importaciones, una gran parte de la población quedaba  desempleada,  donde los represores caminaban por las calles como si nada hubiesen hecho, la agrupación HIJOS y otros organismos de Derechos Humanos  como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo resistieron e hicieron visible un reclamo que pedía a gritos que fuese escuchado.

La llama de la memoria amenazaba con apagarse y con el reinado la impunidad para siempre. Hoy, 25 años después y gracias a la lucha, es una llama que nos emociona y nos llena los ojos de lágrimas cuando la miramos de frente. Y si de algo tenemos certeza, es que nunca van a permitir que se apague.


* Estudiante de Licenciatura en Comunicación Social con orientación en periodismo en UNLP, redactor en Revista Trinchera
La revolución no sabe de colores

La revolución no sabe de colores

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

Por Felipe Bertola*

A Dante Guede se lo conocía por muchas cosas. Sus cercanos lo recuerdan por ser un gran soldador, charlatán, cariñoso, emprendedor, fanático de Racing, pero por sobre todas las cosas, se lo recuerda por esa mirada decidida hacia el futuro. Sus cercanos dicen que en sus ojos verdes se podía notar el fuego y la convicción.

Dante Guede nació el 10 de noviembre de 1929, en plena crisis mundial, en una casita del joven conurbano bonaerense, en Wilde. Gracias a su tío, en su juventud adoptó los colores de la Acadé para siempre. Transcurrió su vida de acá para allá, y por cada lugar que pasaba, cosechaba amistades. Fue en Mendoza que conoció a  Carmen Ramiro “Tota”, su compañera para el resto de sus días y madre de sus tres hijos: Héctor, Mónica y Ulises. Luego de estar un tiempo en la provincia cuyana, Dante y Carmen se mudaron nuevamente a Buenos Aires, para arrancar de cero en Bernal.

Allí en Bernal nacieron sus hijos y quizás el primer calvario para Dante. Héctor su hijo mayor, rompió el legado familiar y ya de chico se fue sintiendo cautivado por el color rojo y por la primera obtención de la Copa Libertadores de Independiente. Del 64 en adelante el living de Los Guede se convirtió en un campo de batalla: el pequeño Héctor, vitoreaba ser el primer argentino campeón de América, mientras Dante, se adjudicaba ser el primer Grande del país. Luego de dos copas ganadas por Independiente, para 1966 (bajo la dictadura de Onganía), Dante comenzó a adjudicarse también ser el primer equipo argentino campeón intercontinental. Para resolver tantas cargadas de padre a hijo y de hijo a padre, “Tota” resolvió dividir el living, mitad de Racing y mitad de Independiente: los banderines y las consignas colgaban intercaladas.

Dante formó parte de La Sociedad de Fomento Villa Urquizú, en la cual por ejemplo, resolvieron por su cuenta, la colocación de adoquines en la calle principal del barrio, para poder transitar tranquilos los días de lluvia. La gente del Club lo recuerda con mucho cariño. También por esos años trabajó en el Parque Pereyra Iraola, en la construcción de la segunda torre de IAR (Instituto Argentino Radiofónico), en conjunto con el CONICET, que en ese momento dependía de la Provincia de Buenos Aires. De lunes a viernes soldaba en el Pereyra y muchas veces aprovechaba para llevar a su hijo Héctor y enseñarle el oficio.

 A principios de los 70 Dante comenzó a familiarizarse con el discurso del PRT-ERP, para luego formar parte de sus filas. En 1973 con la cercana elección de Héctor Cámpora, el PRT-ERP se rompió: por un lado, la fracción roja, que plantearía el acercamiento a los sectores del peronismo de izquierda, para apoyar la candidatura de Cámpora y así llegar al socialismo; y por otro lado, la fracción dirigida por Mario Roberto Santucho y su línea revolucionaria marxista, el ERP 22 de Agosto. Dante seguirá esta línea.

Para 1975, con Perón muerto y las AAA asesinando militantes, Héctor se muda a La Plata para estudiar Ingeniería electrónica, posiblemente influenciado por su paso por el IAR y los conocimientos de su padre. En su nueva ciudad, también se suma a militar en el ERP 22 de Agosto.

Ya en dictadura, Héctor se vio obligado a dejar su carrera junto a su compañera Viviana de Angelis.  Viviana fue secuestrada y desaparecida de su domicilio de Santos Lugares, provincia de Buenos Aires, el 3 de octubre de 1976 con un embarazo de uno a dos meses a cuestas, aunque no muches tenían esa información.

Apenas cuatro días después, un grupo de tareas secuestró a Dante y a Héctor, padre e hijo, pero también compañeros en el ERP 22 de agosto; estaban juntos en la esquina de Las Flores y Mitre, en pleno centro de Wilde. Tanto la “Tota”, como los Guede que quedaron vivos, comenzaron la búsqueda de su padre y su hermano; volviéndose luchadores incansables.

Años después el Equipo de Antropología Forense encontró el cuerpo de Dante, enterrado como “NN” en el Cementerio de Avellanada. Hasta el día de hoy nada se sabe de Héctor, ni de Viviana y su hijo.

Dante y Héctor se desvivían por Racing e Independiente, la pasión les corría por las venas y a la hora de cualquier partido se volvían irreconocibles. El living familiar siempre fue territorio de disputa, pero bajo la senda de Cuba y El Che, llegó la decisión conjunta de un mundo mejor,  para acercar hasta la muerte a un padre y a un hijo y dejar más claro que nunca, que la revolución no sabe de colores.

La mayor parte de la información contenida en esta nota fue sacada del libro de Julián Scher “Los desaparecidos de Racing”.


* Periodista, columnista del programa No Se Mancha (Radio Estación Sur - FM 91.7) y de Hijos de 30.000 (Radio UNLP - FM 107.5), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
¡Quiero suscribirme!
1
Más rápido y fácil
Difusiones Trinchera
Hola
Si querés que te incluyamos en nuestras listas de difusión de publicaciones y promoción de entrevistas en vivo, envianos un mensaje para suscribirte y te llegará toda nuestra información.
¡Sumate a la Comunidad Trinchera!