“El colectivo masculino está anclado en un modo de ser varón que le cuesta mucho poder ponerlo en crisis”

“El colectivo masculino está anclado en un modo de ser varón que le cuesta mucho poder ponerlo en crisis”

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Floren Luengo*

¿Cuánto se preguntan las masculinidades? ¿Cuándo y por qué comienzan a estudiarse? ¿Qué implica que los varones comiencen a visibilizar las violencias que cargan en sus cuerpos y que reproducen? En diálogo con Néstor Artiñano, se descubren algunas luces en las sombras del patriarcado.


Néstor Artiñano, Decano de la Facultad de Trabajo Social de la UNLP

Cuando una le pregunta a Néstor[1] por qué estudia las masculinidades, éste se retrotrae a la época neoliberal de los 90’, momento en que comienza a investigar el impacto de aquellas políticas en las juventudes. A raíz de ello, comienza a dar cuenta que aparecen cuestiones muy diferentes entre hombres y mujeres. “A los pibes varones, por ejemplo, les preguntaba ¿Cómo te imaginas el futuro? el 100% se imaginaba en el barrio, y las mujeres el 100% afuera del barrio. Los pibes estaban en las esquinas, jugando al fútbol, tomando alguna cervecita; las pibas en cambio estaban trabajando en su casa y  en la escuela. Ya había algo que diferenciaba a unos de otras. Los estudios sobre mujeres eran más habituales, y lo que me interesaba saber era qué pasa con los varones. Éstos últimos me parecían que eran los menos estudiados”.

Entre los datos que brinda el Decano de la Facultad de Trabajo Social de la UNLP, argumenta que “Si uno ve las últimas estadísticas vitales del Ministerio de Salud de la Nación (lo que era, ahora es Secretaría) correspondiente al 2017 son interesantes para analizar desde la perspectiva de género: los varones nos matamos entre nosotros. Por ejemplo, las mujeres sufren casi 300 muertes por agresiones hacia ellas, y entre los varones la suma es de prácticamente 5 veces más. Nosotros como colectivo masculino tenemos que rever nuestra masculinidad. Porque los varones, además de cometer feminicidios, nos matamos a nosotros mismos. Y el conflicto que no se logra visibilizar está dentro del colectivo masculino.” 

Al preguntarle por qué es un área de vacancia el estudio de las masculinidades, Néstor afirma que es propio de las invisibilizaciones del patriarcado, se ha naturalizado el lugar público del varón y su jerarquía.

En relación a la naturalización de los roles que estipula el patriarcado como sistema social, éste no puede pensarse fuera del sistema capitalista. En este sentido, el lugar de “privilegio” y “beneficio” que creen tener los hombres, es por demás cuestionable. “Muchas veces se habla del beneficio de los hombres en el sistema capitalista, pero al volver nuevamente a las estadísticas damos cuenta que los varones vivimos 8 años menos que las mujeres, que nos suicidamos más, que nos matamos, que nos deprimimos porque no podemos pedir ayuda. Son “beneficios” en la medida que se hace a un costo alto el poder ser el jefe de la familia, el que más trabaje, el que lleve dinero a su familia. Los valores podrían ser otros, sino se posicionara en ese lugar de competencia permanente se podría estar mucho más aliviado.

Neoliberalismo y ser varón.

En su investigación titulada “Masculinidades incomodas”, Néstor estima que “Es muy sintomático cómo la locura, el consumo de drogas y alcohol va de la mano de la desocupación. La forma de ser varón tradicional hegemónica, al quedarse sin trabajo, difícilmente pueda adecuarse a contextos neoliberales. Las salidas son el abandono a la familia, o la violencia porque no soporta el lugar en el que ha quedado. El consumo de alcohol, drogas, violencia, el suicidio, etc., se prioriza antes que ocupar tareas que social y subjetivamente son de las mujeres ¿por qué? Porque desde la perspectiva hegemónica lo femenino es algo que contamina, indeseado, porque lo masculino es lo positivo y lo femenino lo negativo”, dice.

Sucede que el colectivo masculino está anclado en un modo de ser varón que le cuesta mucho poder ponerlo en crisis, reflexionarlo, generar nuevas prácticas. “Por eso es que tenemos que aprender de las mujeres, en eso de organizarnos, discutir, avanzar”.

Deconstrucción de las masculinidades

Para quien investiga masculinidades, urge la necesidad de que existan políticas públicas que tomen los aportes de los estudios de género y masculinidades. En muchos lugares el género sigue siendo sinónimo de mujer, y el resto queda por fuera, como si en la realidad no estuviésemos en relación hombres y mujeres cotidianamente. 

 “Creo que con dispositivos, talleres, encuentros, es posible de ver cómo la vida de una persona se enmarca en un proceso político social histórico, y verlo en perspectiva histórica da la posibilidad de dar cuenta de los entramados del patriarcado como sistema”. El desafío, agrega Néstor, tiene que ver con las políticas sociales para que las instituciones puedan tener herramientas que estén a la altura de estos desafíos.

Los hombres universitarios ¿se sienten interpelados?

Frente a la pregunta, el investigador sobre masculinidades dice algo que las mujeres en nuestras reuniones venimos percibiendo: algunos varones no quieren quedar en offside.  “No saben cómo manejarse frente al avance del colectivo femenino. Y esta bueno porque eso los lleva a poder pensarse, lo ideal sería que se piensen colectivamente. Que se hagan talleres, grupos de varones que den cuenta que sufren esa forma de ser, no saben cómo moverse, se le exigen determinadas cosas que no están en condiciones de dar, entonces aparecen como desorientados”. Y continúa, “Lo interesante es mostrar los límites frente a, por ejemplo, un mensaje en un grupo de fútbol de Whats App, frente a las exigencias de madres, padres y demás, porque si no puede llegar a ser una “careteada” permanente que lógicamente termina haciendo mal”.

Algunas personas podrán pensar que con la intensidad de los feminismos se ha llegado a trastocar estructuras de las propias masculinidades, otras dirán que los varones quieren ser protagonistas de este momento histórico y no quieren quedar por fuera. Sea cual fuera el por qué, lo interesante es que algunos varones han comenzado a desarmar el camino que el sistema capitalista tiene construido para ellos por el sólo hecho de ser varón. Las preguntas ya están en el aire, las estructuras tiemblan y es el momento en que vos, hombre hecho y derecho comiences a retorcerte de preguntas y enfrentarte a ese “gran varón” que el sistema espera de vos.

* Periodista, conductora del programa La Marea (Radio Futura – FM 90.5), responsable de la sección Feminismos de Revista Trinchera, editora del portal Luchelatinoamérica y colaboradora de Agencia Timón.

[1] Néstor Artiñano, Decano de la Facultad de Trabajo Social de la UNLP

Bibliografía:
– Masculinidades incómodas: jóvenes, género y pobreza en el inicio del siglo XXI. – 1ª ed. – La Plata: Universidad Nacional de La Plata, 2012. E-Book.
-Masculinidades trágicas.  Trayectorias de vida de hombres detenidos que han ejercido violencia y abuso sexual en el ámbito familiar. La Plata, 2016.

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