Solo el pueblo salvará al pueblo

Solo el pueblo salvará al pueblo

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

*POR JONATAN PÉREZ

El caso del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, quien tras dar positivo de coronavirus, se recuperó a partir del tratamiento con plasma de personas recuperadas, ha dado mucho que hablar.

Por un lado, el intendente no atribuyó su recuperación al uso de plasma ya que este es un tratamiento experimental que no está comprobado. Aunque, por otra parte, esto dio luz verde a que les científiques argentines sigan investigando este tratamiento como alternativa, a la espera de una vacuna contra el Covid-19.

Cabe aclarar que el uso de plasma para tratar diversas enfermedades no es nuevo: el plasma convaleciente es un recurso que lleva muchos años, pero como cada virus y cada fisiopatología de una enfermedad son distintos, no se tiene la certeza de que vaya a funcionar.

Este método, que también fue utilizado en China al comienzo de la pandemia, resultó eficaz en estudios a pequeña escala contra otras enfermedades infecciosas como el Ébola y el SARS. Se trata de una terapia que busca que los anticuerpos creados por una persona contra el virus puedan ser incorporados por otra. 

En nuestro país, los estudios con plasma de pacientes recuperados se realizan desde mediados de abril en el Hospital Italiano y el Centro de Educación Médicas e Investigaciones Clínicas (CEMIC), aunque solo en pacientes que se encuentran en grave estado.

La ventaja del plasma es que no choca con los otros tratamientos, entonces se puede administrar sinérgicamente con las otras drogas, como se ha hecho con la hidroxicloroquina, la cual ya fue descartada en el uso preventivo del coronavirus.

El estudio con plasma sanguíneo de personas recuperadas no se trata solamente de la transfusión de este a personas que actualmente cursan la enfermedad, sino que se debe comprobar que el plasma recolectado tenga anticuerpos, cuál es su cantidad o si tiene neutralizantes, que son los que bloquean el virus.

Los donantes deben ser pacientes dados de alta con PCR negativo. Esto quiere decir que el laboratorio debe confirmar que no tienen el virus. Además, deben encontrarse en buen estado de salud desde al menos 14 días y cumplir con todos los requisitos de donantes de sangre.

En ese sentido, ya son 6 las provincias que reciben donaciones de plasma para tratar a pacientes graves. Buenos Aires y Corrientes están aplicando el tratamiento, mientras que en Jujuy, Santa Fe, Córdoba y Neuquén ya se recibieron donaciones. Por otra parte, en Salta, Río Negro y Santa Cruz avanzan los protocolos de investigación propuestos por el Ministerio de Salud.

El Hospital San Juan de Dios de La Plata es uno de los siete centros de salud que participa del estudio que busca demostrar que el uso del plasma de pacientes recuperados puede mejorar el cuadro de las personas contagiadas mayores de 65 años y que tengan enfermedades preexistentes.

En Mar del Plata, por su parte, las donaciones las centraliza el Centro Regional de Hemoterapia que esta semana recibió las dos primeras entregas por parte de una mujer y de su hijo, ambos recuperados de coronavirus, mientras que el jueves se transfundió por primera vez a una mujer internada con Covid-19 en Necochea, que ya había recibido una aplicación con material enviado desde La Plata.

Toda esta cuestión llevó a que el presidente del bloque de diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner, presente un proyecto que impulsa la Campaña Nacional de Donación Voluntaria de Plasma en todo el país, el cual fue aprobado por la Cámara de Diputados por unanimidad.

Los puntos claves del proyecto son:

  • Promover la creación de una campaña nacional para la promoción de la donación voluntaria de plasma sanguíneo, proveniente de pacientes recuperados de Covid-19 de todo el país.
  • Establecer una licencia especial para los y las donantes bajo relación de dependencia de dos días por cada donación de plasma que realicen.
  • El reconocimiento de estos como “ciudadanos/as solidarios/as destacados/as de la República Argentina”.
  • Garantizar el traslado de aquellos pacientes recuperados de Covid-19, aptos para ser donantes de plasma y que no tengan los medios para realizarlo.

Lamentablemente, este hecho sumado a la falta de información generó que un sector de seguidores de “Juntos Por el Cambio” realice una campaña que se viralizó en las redes sociales bajo el hashtag #MiSangreMiDecisión, en repudio al proyecto presentado.

Resulta un poco irrisorio ver estas cosas que denotan la poca interiorización de este sector en el tema. Por un lado, este proyecto fue aprobado por unanimidad, es decir que todos los bloques dieron luz verde.

Al mismo tiempo, en la legislatura bonaerense, el Frente de Todos también ingresó un proyecto, en sintonía con el del Congreso nacional, para promover una campaña para la donación de plasma sanguíneo de pacientes que se hayan recuperado del coronavirus.

Por otra parte, el diputado bonaerense de Juntos Por El Cambio, Daniel Lipovetzky, planea presentar un proyecto que busca que todos los enfermos de Covid-19 sean considerados presuntos donantes salvo voluntad expresa de no serlo, algo similar a la Ley Justina de Donación de Órganos. El legislador aseguró que “con eso vamos a tener mayor cantidad de donantes, ya que en la provincia solo el 10% de los recuperados ha donado”.

Hay que resaltar el hecho de que además de trabajar con el estudio de plasma de convalecientes, nuestro país está buscando alternativas mucho más provechosas, entre las que se destaca un suero terapéutico basado en anticuerpos policlonales equinos que ha neutralizado el virus en el laboratorio, con el que se comenzarán a realizar estudios clínicos con pacientes a partir del mes de julio. Este, a diferencia del plasma, tiene la ventaja de que en caso de que las pruebas clínicas sean positivas, puede ser producido a gran escala para abastecer a todo el país mientras se espera una vacuna contra el virus que sigue manteniendo en vilo a todo el mundo.

El accionar de este sector  no es más que la cosecha de lo generado por Cambiemos en su gestión. Pero por suerte eso es tiempo pasado, y citando las palabras del cierre de debate de Máximo Kirchner, “para los que somos peronistas, solo el pueblo salvará al pueblo”.


De humor ácido, bastante particular. Un poco friki, un poco otaku. Le dicen "Chino" desde siempre y
eso no lo cambia por nada. Apuesta por la comunicación popular, por eso intenta ser productor de la
gloriosa No Se Mancha, columnista en Columna Vertebral, y escritor de la Trinchera. Un colgado que
deja siempre todo para ultimo momento, lo único que puede llegar a garantizar es que va a llegar
tarde así sea en la esquina de su casa.

Fuentes:
https://www.pagina12.com.ar/259623-coronavirus-en-argentina-como-seran-los-estudios-con-plasma-
https://www.telam.com.ar/notas/202006/480837-donacion-plasma-recuperados-coronavirus.html
https://www.telam.com.ar/notas/202006/481710-diputados-aprobo-campana-donacion-plasma.html
https://www.telam.com.ar/notas/202006/482217-pacientes-con-coronavirus-tratados-con-donacion-de-plasma.html
https://www.telam.com.ar/notas/202006/482943-lipovetzky-proyecto-donacion-de-plasma.html

No hay infectaduras si hay ciencia para todes

No hay infectaduras si hay ciencia para todes

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

POR JONATAN PEREZ*

En medio de la pandemia que azota al mundo, alrededor de 300 personalidades de diversos espacios como el científico, el político y el mundo del espectáculo compartieron un comunicado titulado “La democracia está en peligro”, afirmando que vivimos una “infectadura”, haciendo referencia a una dictadura por el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) dispuesto por el gobierno de Alberto Fernández para combatir el coronavirus.

En este comunicado -firmado por figuras de renombre como la investigadora Sandra Pitta, el actor Luis Brandoni, el escritor Juan José Sebreli, y el periodista Baby Etchecopar, entre otros- se repudian las acciones tomadas por el Gobierno a la hora de lidiar con el enemigo invisible que tiene al mundo bajo sus pies, criticando el accionar a la hora de decretar el ASPO de manera improvisada y sin ningún tipo de plan, ni una fecha posible de finalización, “a pesar de las advertencias de un sector independiente de la comunidad científica y de la política”.  

También se mencionan cuestiones como la suspensión de clases, la crisis económica, a les argentines varades alrededor del mundo como víctimas del mal manejo del Presidente, a quien elles describen como “el que ha concentrado todo el poder para eludir cualquier tipo de control institucional”, y a los expertos que lo acompañan en la salud pública, quienes fueron catalogados como “ignorantes de las consecuencias sociales de sus decisiones”.  Una frase cargada de cinismo, si pensamos que estas figuras que firman el comunicado son las mismas que apoyaron a la gestión cambiemita, que en sus cuatro años de gobierno se encargó de desguazar a nuestro país, dejando solamente pobreza, hambre y deudas.

Sin embargo, este comunicado lanzado con un alto contenido político de la mínima oposición mediática, no hace más que alimentar el odio de les inconscientes que solo miran sus narices, sin tener noción de la magnitud del problema que ha generado el coronavirus y de cómo estas acciones “improvisadas” han logrado evitar una verdadera catástrofe como la que viven hoy muchos de los países de Nuestra América.

Ante este hecho hubo dos respuestas directas, concretas y rápidas. Por una lado, la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) lanzó un comunicado de repudio ante “la desgraciada referencia a la ‘dictadura de la infectología’ que se hiciera pública en los últimos días”. Allí se expresa que “aún cuando hubiera tenido la supuesta intención de promover el debate, aun cuando se hubiera dicho en sentido simbólico, los argentinos bien sabemos que ningún rótulo es inocente, y el daño que producen el estigma y la discriminación.”

Por otra parte, el segundo hecho fue una carta firmada por distintes intelectuales como  los asesores presidenciales Ricardo Forster y Alejandro Grimson , el biólogo e investigador Alberto Kornblihtt , el matemático Adrián Paenza, entre otros, a favor de las medidas tomadas por el Gobierno, alegando que “en comparación con los demás países latinoamericanos con grandes metrópolis, Argentina es el que obtuvo mejores resultados en el control de la pandemia”, y cómo el disminuir la movilidad de la población, ha dado grandes resultados alrededor del mundo.

Pero si de respuestas hablamos no hay más que ir a los hechos concretos, ya que la ciencia argentina sigue siendo reconocida a nivel mundial y todo gracias a la revalorización de les cientifiques argentines.

El CONICET no solo ha logrado crear NEOKIT-COVID-19, el test rápido de diagnóstico molecular para detectar el coronavirus, sino que en los últimos días un equipo conformado por diez científicas y un científico ganó un subsidio de 100 mil dólares otorgado por la Unidad Coronavirus, una Agencia de Investigación que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, para desarrollar una vacuna, convirtiéndose así en el primer país latinoamericano en sumarse a los 126 proyectos que hay de desarrollo de vacunas a nivel mundial, en lo que hoy es catalogado como “la nueva carrera espacial”.

Este equipo interdisciplinario compuesto por virólogas, inmunólogas y especialistas en el análisis de estructura de proteínas, está liderado por la doctora Juliana Cassataro, quien es investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-INTECH) de la Universidad de San Martín (UNSAM) y especialista en inmunología, enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas. Al mismo, lo complementan les investigadores Karina Pasquevich, Lorena Coria, Diego Álvarez, Eliana Castro, Claudia Filomatori y Lucía Chemes y las becarias Celeste Pueblas, Laura Darriba, Laura Bruno y Eugenia Bardossay.

El equipo de investigadores argentines que ganó el subsidio para desarrollar una vacuna contra el coronavirus.

La líder de este equipo declaro qué “China y EEUU corren una competencia por ver quien llega primero a la vacuna. Para nosotras, está bueno que ello suceda porque cuanto antes esté la respuesta mucho mejor. No queremos ser las primeras pero sí desarrollar las capacidades y las experiencias suficientes para poder generar nuestras propias tecnologías y no tener que andar esperando si los poderosos se deciden a hacer las cantidades de dosis necesarias para mandar aquí”.

Este no es un dato menor ya que si tenemos en cuenta los últimos acontecimientos, el estallido social en Estados Unidos ha servido de contracara para lo que viene ocurriendo en el país asiático. En China, la compañía de biotecnología Sinovac está “99% segura” de haber desarrollado una vacuna contra el coronavirus. La vacuna, bautizada CoronaVac, ya fue testeada en monos con éxito y actualmente se encuentra en ensayos de etapa 2 con la participación de más de 1000 voluntarios, pero tras la baja tasa de contagios actuales, la compañía está dialogando con varios países europeos para llevar a cabo los ensayos de etapa 3, la parte final del proceso de ensayos.

Es aquí donde las palabras de Juliana Cassataro toman mucha más importancia, ya que la investigadora afirma que “si bien afortunadamente no se observan grandes cambios ni mutaciones muy rotundas del coronavirus, para el diseño de la vacuna nos concentramos en las cepas que circulan en Argentina”. “Aunque nuestro país no logre el podio en la competencia la experiencia es muy provechosa porque es la única manera que tenemos para ir desplegando las capacidades para fabricar nuestras propias tecnologías. El desarrollo tecnológico sirve para esta ocasión y para otras infecciones virales que vengan en el futuro”, puntualizó.

Además del desarrollo de esta vacuna, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación suma otros 8 proyectos de investigación científico-tecnológica que tienen por finalidad aportar conocimiento para paliar los efectos de la pandemia del COVID-19, que serán cofinanciados entre la Agencia y la Fundación Bunge y Born con un acuerdo de más de 37 millones de pesos.

Los proyectos seleccionados son:

  • Desarrollo de un método diagnóstico que permita predecir, en fases tempranas de COVID-19, complicaciones pulmonares severas. Ricardo Dewey de Rad Bio S.A.S. / CONICET.
  • Tomografía por bioimpedancia para monitorización pulmonar en pacientes ventilados mecánicamente en unidades de cuidados críticos. Daniel Omar Badagnani de Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (UNTDF).
  • Desarrollo de recubrimientos antivirales para textiles de uso en elementos de protección personal. Leandro Nicolás Monsalve del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) — Departamento de Nanomateriales Funcionales — Centro de Micro y Nanotecnologías.
  • Utilización de la plataforma basada en SPR (Biacore) para la determinación de la presencia y avidez/afinidad de anticuerpos anti-SARSCoV-2 en sueros de pacientes. Marisa M. Fernández de Cátedra de Inmunología, Facultad de Farmacia y Bioquímica, e Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral Profesor Ricardo A. Margni (IDEHU), UBA-CONICET;
  • Nueva estrategia terapéutica basada en compuestos tiodigalactósidos capaces de inhibir la infectividad del virus SARS-CoV-2 y la respuesta inflamatoria desencadenada. Gabriel Rabinovich del Instituto de Biología y Medicina Experimental, IBYME-CONICET;
  • Análisis de la actividad biológica de los anticuerpos anti- SARS-CoV-2: implicancia en el curso de la enfermedad y en su empleo terapéutico. Matías Ostrowski del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS / HOSPITAL FRANCISCO MUÑIZ);
  • Tablero de monitoreo, pronóstico y control epidemiológico. Pablo A. Lotito de CONICET y PLADEMA – Fac. de Cs. Exactas – UNCPBA;
  • Ingeniería de control e instrumentación aplicada al modelado y estimación de parámetros del sistema pulmonar bajo respiración asistida. Carolina A. Evangelista del Instituto LEICI, Facultad Ingeniería, UNLP-CONICET.

En el medio de una pandemia que ya tiene casi 6,5 millones de infectados y más 500 mil muertos  a nivel mundial, vemos que mientras unos pocos escupen rabia y bronca contra un Estado que prioriza la salud por sobre la economía, ese Estado no baja los brazos y sigue brindando las herramientas para que poco a poco todes juntes salgamos de esta. Al igual que el año pasado, el CONICET sigue estando varios puestos por encima de la NASA entre los mejores organismos gubernamentales en el ranking Scimago, el más importante a nivel mundial, aunque hoy con un mayor financiamiento y con la valoración que se merece. Tal vez no encontremos la cura para el coronavirus, pero siguiendo esta línea siempre vamos a tener la cura contra el gorilismo por más infectaduras que nos tiren.


* De humor ácido, bastante particular. Un poco friki, un poco otaku. Le dicen "Chino" desde siempre y eso no lo cambia por nada. Apuesta por la comunicación popular, por eso intenta ser productor de la gloriosa No Se Mancha, columnista en Columna Vertebral, y escritor de la Trinchera. Un colgado que deja siempre todo para último momento; lo único que puede llegar a garantizar es que va a llegar tarde así sea a la esquina de su casa.

Referencia:
https://www.sadi.org.ar/novedades/item/1099-nosotros-los-infectologos
https://www.scimagoir.com/rankings.php?sector=Government
https://www.pagina12.com.ar/270091-coronavirus-cientificas-argentinas-desarrollan-una-vacuna-y-
https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/coronavirus-empresa-china-esta-99-segura-su-nid2371888
https://www.argentina.gob.ar/noticias/se-anunciaron-los-proyectos-seleccionados-en-el-marco-del-acuerdo-con-la-fundacion-bunge-y

Carlos Romainville: “Desde hace mucho tiempo tenemos un sistema de salud colapsado y en vías de privatización”

Carlos Romainville: “Desde hace mucho tiempo tenemos un sistema de salud colapsado y en vías de privatización”

TIEMPO DE LECTURA: 8 min.

Revista Trinchera dialogó con el periodista Carlos Romainville, Radio Cielo de la República del Perú y Coordinador del Movimiento Alfa y Omega, quien analiza cómo está enfrentando ese país al COVID-19.

Carlos Romainville

¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?

El Perú es un país que esta siendo víctima de política neoliberales desde hace 30 años, por lo cual la situación, desde el punto de vista social, ya era bastante difícil por la desigualdad generada: un sistema de salud colapsado con una epidemia de Dengue que ya le había costado la vida a 25 conciudadanos.

Desde hace mucho tiempo tenemos un sistema de salud colapsado y en vías de privatización. Antes de que apareciera el COVID-19, Vizcarra había anunciado la entrega de hospitales importantes a la administración del sector privado.

Las políticas neoliberales también estaban avanzando en la privatización del agua, de la educación, en la flexibilización laboral y con paquetes de recortes en curso.

Si bien hoy la situación ha empeorado por la pandemia, lo cierto es que la actitud del gobierno para enfrentar al COVI-19, aún está enmarcada en esta lógica. Si bien en parte ha habido algunas medidas para tratar de palear la situación, lo cierto es que son muy pocas. Los grupos de poder -especialmente la banca-, siguen aprovechándose incluso de la crisis, lo cual en el fondo demuestra que Vizcarra es un gobernante que no tiene el poder ni siquiera para decidir algunas políticas serias.

Si bien es cierto que se han destinado algunos bonos con la finalidad de ayudar a pasar la cuarentena, éstos aún no llegan a esos bolsones de pobreza bastante serios que tenemos en nuestro país.

El Perú, además, ya se encontraba en una situación de avance de la pobreza, con un índice de de niños con anemia muy alto (aproximadamente el 43,5 %), un porcentaje similar de desnutrición y estando en el 2do lugar en América Latina en cantidad de casos de Tuberculosis. Con problemas serios de denuncias de contaminación minera y con conflictos sociales en casi todo el país, en general relacionados a problemáticas con el medio ambiente.

¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?

El Coronavirus encuentra al gobierno en una situación de bastante descuido del sector de la salud y con una proletarización de millones de peruanos. Esta situación hizo mucho más difícil al gobierno poder abordar los problemas que siguen siendo estructurales en nuestro país.

Lo que Vizcarra está haciendo es tomar algunas medidas para palear la situación, pero en las últimas declaraciones hubo un sinceramiento de que ya se rompió la posibilidad de cubrir la situación y han tenido que reconocer que va a haber mucha gente que va a morir en sus casas, otros en las calles, otros en los hospitales, porque ya se rebalsó la capacidad del sistema de salud. Incluso ha habido actos de corrupción en compras que se han venido denunciando.

¿A qué le atribuís la actitud adoptada por el gobierno?

El gobierno de Vizcarra en realidad es el de un presidente que no tiene un partido, que se maneja con algunos asesores y que verdaderamente es muy débil como para poder afrontar con firmeza las presiones que recibe por parte del sector empresarial que está en la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP).

La CONFIEP ha pedido al gobierno que se le dé la posibilidad de aplicar despidos masivos, afectando a los trabajadores. El gobierno disimuladamente había dicho que se oponía a ello, pero terminó aceptando. Quien en realidad manda en nuestro país es el sector empresarial y el bancario, que tienen el apoyo de los medios de comunicación.

¿Qué efectividad considerás que tienen las medidas adoptadas?

Creería que no se va a poder cubrir con las expectativas que se quisiera porque no tenemos ni los hospitales, ni las camas, ni los respiradores, ni lo que se necesita para enfrentar una pandemia. Si bien creo que ningún país estaba preparado para eso, el descuido aquí en el Perú ha sido verdaderamente alarmante. Las 500 camas que tenemos ya están utilizadas y esa situación está haciendo que muchos contagiados empiecen a tratarse en sus hogares.

Se está previniendo las muertes que van a venir por ellose han conformado comandos para armar fosas comunes. En Lambayeque se dice que ya están construyendo una. Ese tipo de medidas ya se están tomando. Incluso en algunas regiones se está diciendo que se para la atención se les va a dar prioridad a las personas más jóvenes que a los adultos. Por esto, la efectividad de las medidas no será la que prevé el gobierno.

Por otro lado, el respeto a la cuarentena, si bien es cierto que un gran porcentaje lo está cumpliendo,hay gente que (alguno por indisciplina) por su condición de extrema pobreza prefiere salir y arriesgar su vida para ganar algunos soles y de esa manera garantizarle el alimento a su familia. Hay que recordar que el Perú tiene un 70% de trabajo informal. Si bien el gobierno ha anunciado un bono de 380 soles (120 dólares aproximadamente), esto aún no llega, hay muchas trabas para que los independientes que han sido beneficiados (no todos lo han sido) puedan retirar su dinero del banco. Son paleativos que de alguna manera ayudan a un sector de la población pero no toda se siente beneficiada. Hay bastante descontento y mucha gente quiere salir a trabajar, pero ahora se va a multar y castigar a quienes violen la cuarentena.

Algo que está preocupando mucho son los penales, donde ya se están reportando muchos contagiados. Esperemos que hagan algo rápido. Además se suma la problemática de los Pueblos Originarios que es algo de lo que no se está hablando mucho aquí en el país.

¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o aprovecharon para golpear al gobierno?

No hay oposición en nuestro país. Y si hay algo de oposición, se aprovechó políticamente desde un sector de congresistas que están en campaña para las elecciones del 2021, y que han puesto sobre el tapete la situación de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

Si bien nosotros somos opositores a las AFP y queremos que desaparezcan, un grupo de partidos que no son necesariamente de izquierda (la mayoría son de derecha) está pidiendo el retiro del 25% de los fondos de las APF’s (cuyos dueños -en nuestro país- son los banquerosy que han venido perdiendo millones de soles en los últimos tiempos). Hoy hay una tendencia a que se devuelva algo de lo que se tiene. El gobierno no creo que apruebe el porcentaje que se está pidiendo, si bien ha dicho que va a tomar algunas medidas respecto de ello y que después de que pase la pandemia se plantearía una reforma a las AFP’s.

Por ser un gobierno de derecha y neoliberal sometido a los intereses de los organismos internacionales y muy especialmente a los intereses del gobierno de los EEUU, por ser parte del Grupo de los 12, no esperamos que pueda garantizarle al pueblo peruano los cambios que deberían darse. Hay debates que se están dando, pero del gobierno de Vizcarra es muy poco lo que podemos esperar. Está intentando, pero no tiene la fuerza para poder hacerlo. Los ministros que lo acompañan, la mayoría de ellos son de corte neoliberal y por lo tanto todo lo que se ha venido haciendo se hace pensando en beneficiar principalmente a los grandes empresarios más que a las PyMEs. Según se dice, se iban a invertir 30 mil millones de dólares, de los cuales solo 500 millones serían para las pequeñas empresas y el resto para las grandotas.

Hay que ver cómo reacciona la población después de todo esto, pero entendemos que estamos en una especie de prisión domiciliaria masiva, donde la prohibición de reuniones entre otras medidas, limita el accionar de los sectores populares organizados.

Se dice que esto se extenderá hasta el 26 de abril y desde ahí se volvería, poco a poco, a la normalidad, cosa que dudamos que suceda porque estamos en la etapa de ascendencia. Discursivamente se quiere echar la culpa a quienes no acatan pero en el fondo el problema es el sistema mismo que se ha venido aplicando en el país, que hoy en el mundo se ha demostrado que es un fracaso.

Esto no cambiará mientras no cambie la correlación de fuerzas (que lamentablemente aún siguen siendo de derecha en nuestro país) y no se cambien las leyes con que nos gobiernan, esa constitución espuria herencia de una dictadura. Lamentablemente la izquierda no está a la altura del tiempo histórico que le toca vivir.

¿Cuál es la actitud de los empresarios?

Como ya lo dijimos, si hablamos de los grandes grupos de poder (que están en la CONFIEP), ellos siguen buscando aprovecharse de la crisis y seguir haciéndose más ricos a costa del trabajo del pueblo peruano.

Del mismo modo, ¿Cómo están actuando los medios de comunicación?

Son pocos los medios de comunicación de confianza. La prensa alternativa o popular sigue haciendo su trabajo, algunos en las redes. Pero son contados con una mano los medios que tienen una postura al menos crítica.

Lo que sí hay es consenso, y en algunos medios grandes se dice es que las cosas no van a ser como eran y que van a tener que suceder cambios. Lo que hay que ver es de qué cambios hablan ellos y de qué cambios hablamos nosotros.

¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las particularidades del país?

Hay muchas medidas que se podrían tomar. Lamentablemente es poca la esperanza de que esto suceda. Una de ellas podría ser el no pago de la deuda externa. El Perú paga, incluso hace pagos adelantados, y eso es verdaderamente inmoral.

Se podría recurrir a buscar soluciones verdaderas como la de apoyar al campesinado que hoy está perdiendo sus cosechas por falta de una planificación en medio de la pandemia, y se podrían facilitar las cosas para que los productos lleguen de manera más directa a los consumidores.

Otro tema sería la organización misma que podría adoptar la población, porque desde el gobierno es poco lo que se puede hacer porque Vizcarra es gobierno pero no tiene el poder. Lo que haga estará enmarcado en lo que sus amigos le digan. Está claro que gobierna para las empresas y los grupos de poder.

La Migración centroamericana: Causas y desafíos

La Migración centroamericana: Causas y desafíos

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Por Pablo Jofré Leal*

¿Qué impulsa a millones de seres humanos a recorrer largas distancias, cruzar montañas, vadear ríos, trechos de selva, caminar bajo el calor húmedo o soportando lluvias torrenciales, abandonar sus hogares, su familia, el entorno social en el que viven, para buscar nuevos horizontes, mejores perspectivas de vida?

Cuando esta pregunta se hace con relación a los habitantes de la región centroamericana, las causas son múltiples y suelen ser campo de estudios económicos, sociológicos y políticos. Sin embargo, a pesar de los análisis, los diagnósticos y las políticas que han sido llevadas a cabo, para intentar variar esta situación de desangramiento de la población, generalmente, la población más joven de América Central, sigue siendo una realidad y seguirá aconteciendo, mientras las razones estructurales que permiten esta emigración se mantengan.

De los 35 millones de migrantes internacionales provenientes de América Latina y El Caribe, 17 millones de ellos proceden de Centroamérica, cuyo norte principal es arribar a Estados Unidos, teniendo a México como territorio de tránsito principal. En documentos elaborados por organismo internacionales como es la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) a través del titulado Atlas de Migración[1] elaborado junto a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) se constata, que la mayoría de los migrantes hacia Norteamérica provienen de México y del llamado Triángulo del Norte centroamericano, conformado por Guatemala, Honduras y El Salvador. Migrantes, que en forma mayoritaria provienen de sus áreas rurales, donde se concentra la población con mayores carencias de esos países. La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcenas señala respecto a esto que “El 77% de los habitantes rurales en Guatemala son pobres, y la pobreza en Honduras afecta al 82% de los habitantes rurales, en El Salvador esa cifra es del 50%”. Cifras, que bajo el marco de la pandemia global del Coronavirus, indudablemente tienden a empeorar la situación.

Mientras los organismos mencionados llaman al estudio pero también al cambio, el énfasis de los países destinatarios de esos procesos migratorios (especialmente Estados Unidos) es intensificar el control y las prohibiciones, que impidan la migración de “indeseables, pobres, delincuentes y narcotraficantes” como han sido denominados, por el presidente estadounidense Donald Trump, en una clara discriminación a millones de personas, que buscan un mejor vivir. Es evidente que la migración tensiona fuertemente la política interna estadounidense, principalmente por las presiones a la que es sometida por los grupos de extrema derecha y en general la masa de votantes de Trump, renuentes a la diversidad y sobre todo dotados de una fuerte carga racista.

Donald Trump ve a los inmigrantes como enemigos, a los cuales “hay que disparar a las piernas o como lo dijo en el discurso a la nación del año 2018 “Durante décadas, las fronteras abiertas han permitido entrar drogas y pandilleros a nuestras comunidades más vulnerables. La inmigración ha permitido a millones de trabajadores poco cualificados competir por empleos y salarios con los estadounidenses más pobres”. Un discurso racista, que alienta la violencia y que no da cuenta del valor de esos inmigrantes, que según datos de la CEPAL el 70% de los centroamericanos provenientes del Triángulo Norte, que están en los Estados Unidos trabaja. Pero, así como aportan a la riqueza estadounidense, el 63% de ellos no posee protección social. Es decir aportan pero no existe reciprocidad. Personas, que además con sus remesas (15 mil millones de dólares el año 2019) permiten crear un circuito económico de mejora en los países mencionados. Envíos de dinero, que según la CEPAL, adquieren un rol preponderante debido, fundamentalmente, a la debilidad estructural de las economías receptoras, dejando en evidencia las razones y causas de migración.

Se verifica que en el caso centroamericano, la complejidad de los procesos migratorios ha aumentado, sobre todo por el número de migrantes en tránsito, retornados, deportados, menores no acompañados, políticas de contención fuertemente cuestionada por considerarse violatorias de los derechos humanos de las personas sometidas a prisión y resoluciones que termina con el impedimento de ingresar al país. Hoy, la migración se ha convertido en un tema sensible internacionalmente, de la más alta prioridad no sólo en América, sino también en Europa, África, Asia Occidental, entre otras zonas con conflictos migratorios migratorias que tensionan la relaciones entre los países, desatándose además crisis humanitarias, que han significado el incremento en el número de refugiados, el tráfico de personas y la muerte de miles de ellas tratando de llegar a sus destinos, ya sea en el Mar Mediterráneo, en la ruta de los Balcanes o en la frontera entre México y Estados Unidos.

El análisis fino respecto a los procesos migratorios, estudios como el señalado de la CEPAL y la FAO, informes de organismos defensores de los derechos humanos coinciden, que los factores principales que explican este éxodo, sobre todo del Triángulo Norte son: la violencia e inseguridad social en estos países, que los sitúan con los mayores índices de criminalidad y asesinatos. El Triángulo Norte de Centroamérica es la región más insegura en América Latina, según el informe ‘Estudio Mundial sobre el Homicidio’ de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Razones vinculadas a la reunificación familiar ya que muchos de estos migrantes tienen familiares directos que suelen ser un buen impulso para acometer estos viajes. El 82% de los migrantes que provienen del Triángulo Norte, tienen familiares en los Estados Unidos y esas redes son factores que sustentan la migración. Catástrofes naturales: terremotos, huracanes, sequías, avance de la desertificación incrementan la vulnerabilidad social de aquellas poblaciones que suelen visualizar, como única salida posible, la búsqueda de mejores horizontes.

Sumemos a lo mencionado, las crónicas crisis económicas de los países de origen, la desigualdad social abismal, donde la concentración de la tierra implica aumentar la pobreza rural de las familias con pedazos de terreno que no alcanzan para alimentar a sus familias. Otro punto concluyente refiere al cambio climático, donde en los últimos años, las plantaciones de café, frijoles, arroz, calabaza, plátano, maíz se han visto afectados generando altos niveles de desempleo, junto con afectar la producción de alimentos. La población rural dedicada a estas labores se ha visto forzada a migrar fuera de la región y a trabajar como mano de obra asalariada, ya que los efectos de los fenómenos climáticos se extienden en lo que se conoce como el “Corredor Seco Centroamericano”[2] que justamente abarca Guatemala, Honduras, El Salvador y parte de Nicaragua.

Este Corredor Seco, está viviendo una de las sequías más graves de los últimos 10 años, lo que implica que 3,5 millones de personas necesiten asistencia humanitaria. La inestabilidad política es, indudablemente, otro de los puntos a considerar, que obliga a buscar refugio frente al incremento de bandas, gobiernos corruptos, violencia, paramilitarismo, narcotráfico, entre otras. A la luz de los informes, la realidad descrita por los propios migrantes y el análisis comparado con otras migraciones, la modificación del actual curso de emigración, que deja a los pueblos campesinos sin su savia nueva, sólo puede tener un cambio modificando estructuralmente las razones que posibilitan esta migración.

Ello implica por trabajar e impulsar modelos y sistemas económicos sociales y políticos distintos a los que actualmente rigen estos países. Terminar con la violencia, las bandas criminales, el narcotráfico que usa a los países centroamericanos como lugares de almacenamientos y protección de la droga, que sale de los países andinos (Bolivia, Perú y Colombia) hacia el mercado norteamericano. Terminar con la dependencia política y económica, que permite el surgimiento de gobiernos sometidos a Washington y por tanto sujeto a sus políticas hegemónicas, que impiden los cambios que permitirían modificar el mapa actual de Centroamérica. Existen desafíos, sociales, económicos, ambientales, seguridad e institucionales en los países de origen de los migrantes, que su cambio impulsaría, no sólo el retorno de parte de su población (voluntariamente no deportada), sino también impedir, mediante la creación de un clima país virtuoso, la salida de millones de personas, indispensables para el desarrollo de sus países de origen.

Centroamérica, y en particular los países del Triángulo Norte, ha devenido en una subregión con profundas deficiencias y ello plantea desafíos, no sólo para esas sociedades y sus gobiernos, sino del conjunto de los países y gobiernos involucrados, además de los organismos vinculados a este tema, para abordar de manera profunda, estructural los por qué, las causas y responder con políticas adecuadas, que respeten los derechos humanos de esa población en forma principal.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

Referencias:
[1] “La masiva migración irregular que hemos visto en los últimos meses es una consecuencia directa de la inseguridad alimentaria, las crisis climáticas, la erosión del tejido social y la falta de oportunidades económicas en las aldeas y territorios rurales de estos países”, explicó Kostas Stamoulis, Subdirector General del Departamento de Desarrollo Económico y Social de la FAO en el lanzamiento del Atlas.

[2] El Corredor Seco Centroamericano es una subregión de bosque tropical seco de Centroamérica, compartida por los países pertenecientes al NCA y Nicaragua (y en menor proporción por territorios en Costa Rica y Panamá). Se estima que la población de esa zona llega a 10,5 millones de personas, correspondiendo la mayor parte de esta a los países del Triángulo Norte o NCA (FAO, 2012)

Debates que se abren en tiempo de Coronavirus

Debates que se abren en tiempo de Coronavirus

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Nicolás Sampedro*

Algunos debates se abren a partir de la pandemia del COVID-19. Está claro que los desafíos del gobierno argentino serán muchos, pero la crisis abre una posibilidad para hacer cambios estructurales que desde hace décadas se vienen reclamando.


Cuando la vida no vale nada

Una de las cuestiones que quedan más en evidencia es el desprecio por la vida que tienen muches mandataries. Poco y nada importó destrozar los sistemas sanitarios públicos para mejorar la rentabilidad del sector privado (al que muchas veces pertenecían, pertenecen o pertenecerán al concluir sus mandatos).

Algunos casos de manera más descarada, otras solapadas bajo un discurso socialdemócrata, lo cierto es que exceptuando muy pocos países, los sistemas de salud se vieron seriamente deteriorados en las últimas décadas. El neoliberalismo globalizado hizo estragos.

Como señala el colega William Serafino: “Políticamente, la tesis del neoliberalismo demuestra con mayor plenitud su fallida propuesta para conducir los asuntos humanos desde una lógica puramente mercantil, individualista y destructora de lazos humanos e ideas compartidas.[1]

Las noticias que recorrieron el mundo relacionadas con robo entre países y estados de materiales médicos como los barbijos, dan cuenta del nivel de podredumbre. Que Francia le robó a España, que EEUU le robó a Francia, o el caso que se les ocurra. Una muestra de que el libre mercado sólo posibilita que el más fuerte se salve ¿Y por qué sólo el más fuerte? Porque es el que tiene el dinero para comprar no sólo los materiales, sino voluntades[2]. El “sálvese quien pueda” deja de ser una frase vacía para materializarse de la forma más descarnada y quienes hasta hace 2 semanas parecían socios, hoy muestra sus verdaderas caras ante la sociedad que los puso donde están.

El imperio siempre rescata a los de arriba

En estas semanas, pese a que la actitud inicial haya sido despectiva, Trump tuvo que hacerse cargo de lo que pasa en el país que gobierna. La pregunta que cabe es ¿realmente se está haciendo cargo de la situación?

Sus declaraciones dejan, como mínimo, un gran signo de interrogación. Más allá de las teorías que se pueden elucubrar, lo cierto es que el presidente de los EEUU no necesariamente es quien gobierna. Es por demás sabido que las disputas entre los factores de poder reales (como el lobby sionista, el complejo industrial, el complejo farmacéutico, Wall Street, entre otros) son tremebundas y que en muchos casos tienen más peso que lo que un presidente pretenda.

Que en medio de una pandemia global el gobierno norteamericano haya anunciado multiplicar la cantidad de militares dando vueltas por el Caribe y Centro América bajo el argumento de la lucha contra las drogas es sin duda una victoria para el sector belicista norteamericano, pero también para el sector petrolero, deseoso de acabar con el gobierno de Nicolás Maduro para robar los hidrocarburos venezolanos nuevamente.

Lo mismo se podría decir del rescate que el gobierno federal hará al sector financiero. Como describen los colegas del portal Misión Verdad: “La Reserva Federal, que nunca les falla a los peces gordos del sistema, ha reducido las tasas de interés al 0% e inyectado 700 mil millones de dólares a la compra de bonos del Tesoro y de deuda corporativa para mantener a flote el mercado de valores y de deuda[3]. Tal como lo hizo Obama en 2008 el rescate es para Wall Street y no para el pueblo norteamericano.

Repitiendo las recetas neoliberales

En la misma línea que Trump -aunque salvando las distancias- se pueden analizar los gobiernos de Bolsonaro en Brasil o Moreno en Ecuador. Bolsonaro boicoteando el aislamiento social que algunos gobernadores imponen, pese a que las cifras dan cuenta del desastre que puede significar el coronavirus para Brasil. El país con mayor contagio del continente suramericano con más de 10 mil casos al término de esta nota.

Por su parte Lenín Moreno no se escapa a su par sudamericano y ya cuenta con más de 3500 personas contagiadas y 180 muertas. Literalmente Guayaquil se ha convertido en un cementerio a cielo abierto[4]. Las imágenes son realmente estremecedoras. El propio Moreno dijo que las cifras oficiales respecto al COVID-19 no son reales y que su gabinete se “sincerará”[5] mientras que varios analistas locales denuncian el recorte en salud que ha hecho el mandatario antes y durante la pandemia. El nivel de cinismo es repugnante.

Las mismas atrocidades podría alertarse en el Chile de Sebastián Piñera, en el cual recientemente se aprobó una ley que supuestamente protege el empleo, pero que en realidad lo destruye[6].

Aún existe esperanza

Afortunadamente este no es un patrón que se repita en todos lados. Las políticas encaradas por gobiernos como el chino, el ruso, el venezolano, el cubano y el argentino han puesto como prioridad la salud de sus pueblos. En momentos como estos es donde las Cajas CLAPS que distribuye el gobierno venezolano toman real dimensión. Una ayuda estatal a quienes más dificultades tienen, una política que durante muchos años fue invisibilizada o denostada por gobiernos neoliberales y sus medios de comunicación afines.

En el caso del gobierno argentino, las políticas lanzadas por Alberto Fernández y su gobierno han apostado por resolver el bolsillo de les más desprotegides, ayudar a las PyMEs y a los pequeños comercios, a quienes trabajan bajo relación de dependencia o son autónomos, entre otros. Está claro que éstas medidas no necesariamente son suficientes dado que el parate de un mes también pone en situación de fragilidad a un Estado cuasi quebrado por la gestión de Mauricio Macri.

En relación a esta situación, se abren algunos debates que lógicamente no tienen una única respuesta pero que es de imperiosa necesidad que se comience a dar en la esfera pública para que luego se impulsen con mayor fortaleza. Algunos de ellos podrían ser:

  • Nueva ley de Entidades Financieras: Que el sistema financiero esté puesto al servicio del crecimiento del país y no de la especulación de los grandes capitales y los bancos;
  • Nueva ley Tributaria: Que contemple una reformulación de las cargas tributarias para las PyMEs y para los pequeños y medianos productores rurales;
  • No pago de la Deuda Externa: Utilización de esos recursos para fortalecer los sistemas sanitario, educativo y de construcción de vivienda;
  • Plan integral de Construcciones de Viviendas Sociales: para el acceso de sectores medio y populares a su primera vivienda;
  • Ley de Compra Nacional: Que el Estado sólo compre insumos a PyMEs, Pequeños y Medianos productores Rurales, Cooperativas de Trabajo, y/o producciones de la Economía Popular;
  • Estatización de los Servicios Públicos: No sólo hacerse con el control de la generación, distribución y administración de Luz, Gas y Agua, sino de servicios como Internet, Telefonía Celular y Distribución de contenidos Audiovisuales;
  • Estatización o nacionalización de la producción de medicamentos: La salud de los pueblos no puede ser un negocio de quienes especulan con la vida o la muerte de las personas;
  • Estatización del Comercio Exterior: Hay que quitarles el negocio de la importación y exportación a las grandes cerealeras y privados para reducir los costos de insumos y mejorar la capacidad de recaudación de dólares del Estado;
  • Estatización de la producción de semillas: La producción de los insumos básicos para la generación de alimentos tampoco puede estar en manos de quienes especulan con la comida de las familias;
  • Nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: Que la generación y difusión de contenidos no sea considerado un negocio, sino un derecho humano básico.

Seguramente hay muchas otras temáticas que se podrían agregar a este breve listado, pero como señala el colega Augusto Márquez: “Como dice el refrán, la historia la han escrito los vencedores, y en consecuencia, la forma en que ha sido narrada transcurre en función de justificar no únicamente sus intereses, sino también el propósito de forjar una idea de continuidad “natural” que abarque cientos de años de procesos históricos y sociales[7].

La crisis abre una posibilidad de reformulación de estas lógicas que sembró durante décadas el sistema mundo llamado Modernidad. La tarea entonces será desandar estos idearios y reconstruir y poner en valor esa otra historia, esa de solidaridad, de comunidad y de bienestar colectivo que las culturas de los pueblos ya poseen.


* Periodista, conductor de Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), productor de Columna Vertebral (Radio Estación Sur - FM 91.7), columnista La Marea (Radio Futura – FM 90.5) y Mirada Crítica (Realpolitik), responsable de la sección Sindical de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Referencias:
[1] https://medium.com/@misionverdad2012/tres-lecciones-que-nos-va-dejando-la-crisis-del-nuevo-coronavirus-d3c67c33dd93
[2] https://www.pagina12.com.ar/257582-coronavirus-en-occidente-se-desato-la-guerra-de-los-barbijos
[3] https://medium.com/@misionverdad2012/el-capital-en-tiempos-de-coronavirus-una-nueva-guerra-contra-el-trabajo-43e90a1e75a9
[4] http://www.resumenlatinoamericano.org/2020/04/05/ecuador-municipalidad-de-guayaquil-entregara-2-000-ataudes-de-carton-para-victimas-mortales-del-coronavirus/
[5] https://www.youtube.com/watch?v=sXEX_Jkrevs
[6] https://www.youtube.com/watch?v=OIhCrrJB5bc
[7] https://medium.com/@misionverdad2012/covid-19-o-el-ocaso-de-un-proyecto-de-sociedad-que-fracas%C3%B3-31a74ed9cc7

La lucha política en tiempos del COVID19

La lucha política en tiempos del COVID19

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Trinidad Tórtora* y Agustín M. Rosón**

“El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”

Antonio Gramsci

La pandemia del COVID-19 trajo consigo una consecuencia social, política y económica, la herida a la globalización tal como se venía dando, la globalización del capitalismo financiero. Sin embargo, los anticuerpos del sistema se reproducen de a miles y a la par de los contagios y las recesiones. De ninguna manera el capitalismo está acabado como sistema de dominación, sino que atraviesa una redefinición de sus condiciones de reproducción.

La contención de la pandemia en los países asiáticos ha sido efectivamente realizada a través de la aplicación de una poderosa forma de dominación de los cuerpos, con cámaras de vigilancia, utilizando información de sus dispositivos celulares y cruzando datos (Big Data) para aislar a las personas infectadas de manera eficaz. Al decir del filósofo surcoreano Byung Chul Han[1], este Estado policial digital, se configura como un nuevo paradigma tecno-político de control social, efectivo para combatir una pandemia, pero también llegado el caso, para la represión política.

La crisis mundial del COVID-19 efectiviza lo que desde hace años asomaba como multilateralismo. Se redefinen los poderes geopolíticos, donde EEUU como potencia gendarme del mundo se encuentra en el ocaso de su predominancia.Los resultados de esta crisis y su devenir son un gran signo de pregunta. Es un futuro de bifurcación aleatoria, como dice García Linera[2]. Pero lo que, sin dudas, la pandemia dejó en evidencia es la crisis civilizatoria del modelo de globalización neoliberal desde el consenso de Washington hasta nuestros tiempos. Mientras lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir, “surgen los monstruos”, dice la famosa frase de Gramsci. Esos monstruos son consecuencias de la razón neoliberal, xenófoba, racista, patriarcal, que se expresa en varios líderes políticos, e incluso en líderes de Estado como Jair Bolsonaro y Donald Trump.

La situación en Nuestra América

La pandemia en Nuestra América encontró una respuesta política totalmente fragmentada. Este continente esbozó una respuesta distinta dentro de cada frontera nacional. No sorprende: este fenómeno se repite en el resto del mundo, se puede corroboraren Europa, EE.UU, Brasil y otros países de la región.Si se los compara con la Argentina, muchos de estos gobiernos nacionales se demoraron excesivamente en ordenar las medidas de aislamiento y protección social. En este contexto, las primeras decisiones tomadas, fueron el cierre de las fronteras nacionales, incluso al interior de los mismos Estados.

Se asiste a un fenómeno donde el neoliberalismo, que se había revitalizado en varios países de la región, entra en una nueva crisis por la incapacidad global para dar respuesta al problema mundial de la pandemia. García Linera[3] lo explica de manera brillante:“Los profetas del libre comercio y del Estado mínimo, que ayer exigían derribar las fronteras nacionales y deshacerse de los “costosos” sistemas de derechos sociales (salud, educación, jubilaciones) salen ahora a aplaudir el cierre profiláctico de las fronteras y exigir al Estado medidas más drásticas para atender a los ciudadanos y reactivar las economías regionales”.

Hace diez años atrás Nuestra América supo parir estructuras regionales de coordinación política, económica, cultural -entre otras-como la UNASUR, la CELAC o el ALBA-TCP. En este contexto ¿puede Nuestra América prescindir de una organización regional capaz de dar respuestas a las profundas dificultades económico-financieras, políticas y sanitarias que se vienen? El camino debería ser el planteado por el intelectual Samir Amín, en su Teoría de la Desconexión (1989), como estrategia de los países “subdesarrollados” para desvincularse de la globalización neoliberal.Cuando las curvas de contagio del COVID-19 empiecen a aplanarse en cada país, la respuesta regional sería un paso adelante para contrarrestar el “sálvese quien pueda” al modo Europeo y empezar a construir un nuevo tiempo en Nuestra América.

En este contexto, EEUU lanza una ofensiva mediático-belicosa contra Venezuela, revitalizando el conflicto interno en el continente. No existen las casualidades. EEUU busca obturar cualquier nueva producción de un regionalismo capaz de formular respuestas propias y que cuestionen la hegemonía imperialista de Washington.

La situación en Argentina

“Nadie es una isla por completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de un continente, una parte de la Tierra. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la mansión de uno de tus amigos, o la tuya propia; por eso la muerte de cualquier hombre arranca algo de mí, porque estoy ligado a la humanidad; y por tanto, nunca preguntes por quién doblan las campanas, porque están doblando por ti.”
John Donne[4]

En Argentina las rápidas medidas de aislamiento y la inyección de dinero para contenerla situación de las clases populares realizadas por el gobierno, la erigen como uno de los países más efectivos a la hora deresponder a la pandemia del COVID-19. El liderazgo de Alberto Fernández, con sólo 5 meses en la Presidencia de la Nación, lo configura como un actor central en el escenario nacional y regional.

El país cuenta con la posibilidad histórica de fundar un nuevo gobierno popular. En medio de la emergencia sanitaria se construyó un nuevo relato de profundo humanismo político. La valorización de la vida frente al mercado, en las declaraciones hechas por Fernández tiene una gran potencia simbólica, porque está fundada sobre una crítica al neoliberalismo como razón política y moral de la sociedad. Por lo tanto, augura un nuevo relato, un nuevo horizonte social y económico, con prioridad en las personas y no en el mercado.

La cuarentena obligatoria produjo una concentración extraordinaria de legitimidad en la figura del presidente, lo que llevó a que incluso la oposición quedara engrampada. Sin embargo, la concatenación inevitable de este nuevo relato: la vida, el trabajo, la producción vs.los negocios, las ganancias, la rentabilidad; encontró en Techint (la multinacional más grande de la Argentina) un rápido punto de confrontación. Esta contradicción rearticuló a la derecha y la despabiló del aparente estado de neutralidad que venían teniendo. De esta manera, se inició “otro momento” de la emergencia sanitaria, donde los medios de comunicación se volvieron a vestir de profetas del odio y los oportunistas y especuladores lanzaron sus dardos envenenados. El viernes bancario y las colas de los jubilados fueron festejados en el fuero interno de los enemigos históricos de los jubilados, mientras sus voceros en televisión se rasgaban las vestiduras. A esto se sumaron los troll-centers produciendo operaciones de confusión, desgaste y malestar como instrumentos de erosión política al gobierno del Frente de Todos.

Mientras tanto, las grandes empresas, los bancos, los grupos financieros, terminada la inicial sorpresa, se aprestaron a defender con uñas y dientes la extraordinaria riqueza que han acuñado en los 4 años de macrismo -y antes-, en el marco de un sistema de acumulación siempre desigual.

Como pasa siempre, es la militancia popular, sindical, social, la que se encuentra abocada a la construcción de nuevas redes de solidaridad y de acción colectiva, de carácter institucional y no institucional para hacerle frente a la crisis.

El poder político encuentra en la figura de Alberto Fernández una concentración extraordinaria de legitimidad, fundamental para el éxito de las medidas de aislamiento, y un factor clave para enfrentar las necesarias disputas con los poderes concentrados económicos, mediáticos y judiciales.Sin medidas profundas que pongan al Estado como principal ordenador de la economía, con control estratégico de recursos y de servicios fundamentales, cualquier proceso de transformación va a fracasar antes de comenzar.

Es inevitable la agudización de las contradicciones con los sectores que se han enriquecido todos estos años a costa del sacrificio y la miseria del pueblo.La crisis del COVID-19 evidencia y pone de relieve dichas contradicciones. Para ello,es preciso un rápido reordenamiento de las fuerzas populares, en alianzas intersectoriales, que permita tomar iniciativas en los múltiples escenarios. Un ejemplo de ello es el proyecto impulsado por la CTA de los trabajadores y diputados del Frente de Todos hacia la creación de un fondo de emergencia a partir de un impuesto a los más ricos del país.

En tiempos de crisis, lo inesperado puede volverse posible: ¿Podrá el proceso argentino ser un motor de transformación en la región? En ese sentido, es importante destacar el relato humanista, en clave de horizonte político-filosófico-cultural, y dotarlo de profundidad histórica y de acción política. Articular ese relato con la fuerza popular organizada es la tarea militante principal en los tiempos que vienen.


* Antropóloga. Maestranda en Derechos Humanos
** Antropólogo. Docente. Militante sindical

Referencias:
[1] La emergencia viral y el mundo de mañana Por Byung-Chul Han. Publicado en https://www.medionegro.org/pdf-sopa-de-wuhan/
[2] Álvaro García Linera, conferencia inaugural IDAES. Disponible en: https://www.facebook.com/AlvaroMarceloGarciaLinera/posts/1063493004028404
[3] Conferencia inaugural de las clases del IDAES UNSAM.
[4] Epígrafe en  “Por quién doblan las campanas” de Ernest Hemingway

¿Hay post capitalismo luego del Covid-19?

¿Hay post capitalismo luego del Covid-19?

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Facundo Garavano*

Ilustración de Carlos Cardozo

En estos días de cuarentena nacional y emergencia mundial aparecieron algunos análisis con respecto al derrumbe del sistema de acumulación imperante por quedar al desnudo con el avance del Covid-19. Los casos de Italia y España son los más relevantes con miles de muertos e infectados que han avasallado el sistema sanitario de la vieja Europa. El corona virus ha demostrado que el sistema de salud y la ciencia deben ser patrimonio de los pueblos con la conducción del Estado, y no, como esgrime la filosofía neoliberal, mercancías suntuosas en el racionalismo del “sálvese quien pueda”.

Sin embargo, esto no significa que el sistema de acumulación parasitaria se derrumbará por este o cualquier otro virus. Primero porque la crisis del capitalismo no es por el virus sino más bien un síntoma sistémico del propio modelo de acumulación, y su estado de emergencia no derrumbará los cimientos que lo sostiene. Segundo, porque el capitalismo moderno se configuró como una estructura mutante que, más allá de algunas predicciones para evidenciar sus leyes y movimientos, siempre supo esquivar sus contradicciones y sus crisis, o al menos, siempre fueron los sujetos, las familias y los pueblos quienes pagaron por ello, nunca el capital.

Además, cabe señalar que en el modelo de producción actual, neoliberal y transnacional, se domina por medio de la subjetividad más que por las condiciones materiales. El capitalismo posmoderno construye legitimidad y poder a partir de mecanismos subjetivos que se alejan de la forma tradicional de dominación. El proceso de generación de plus valor (en la relación capital-trabajo) ha pasado a un segundo plano: lo específico y determinante del neoliberalismo, como afirma Jorge Alemán, consiste en ser el primer régimen histórico que captura los sujetos y los cuerpos a través del discurso (no sólo la palabra) en su dependencia estructural. El neoliberalismo ha producido una subjetividad ahistórica, líquida y meritocrática, y en este contexto (como afirma Zizek) las posibilidades de transformarlo son al menos difusas. Para poder construir un horizonte post capitalista se necesita de construcciones subjetivas emancipatorias y no de un virus que a ciencia cierta no se sabe qué es.

Ahora bien, existen quizás dos líneas de acción que parecen estar tomando algunos países en función de la solidaridad internacional y políticas económicas destinadas a solventar la recesión, el estancamiento y la seguridad sanitaria, que podrían ser consideradas contra cíclicas. Más allá de las experiencias de solidaridad internacional que se van configurando por parte de algunos estados, estas parecen ser sólo coyunturales, exceptuando los casos de China y Cuba.

Por otro lado, las “políticas keynesianas” que se están tomando en función de girar activos al sistema público para combatir la situación de emergencia parecen ser sólo eso, de emergencia: Trump promulga el paquete de ayuda económica más grande de la historia alcanzando a hospitales, préstamos a las áreas y empresas más damnificadas, y la entrega de 1.200 dólares para quienes tengan ingresos inferiores a 75 mil dólares anuales; el FMI plantea inyectar 2,5 billones de dólares en los mercados emergentes; la Unión Europea aprobó la suspensión de las reglas presupuestarias de control del déficit y la deuda; la presidenta del Banco Central Europeo decidió aportar 1,1 billones de euros para comprar deuda pública de los países y Alemania presentó el mayor plan de reactivación económica de su historia.

Este “keynesianismo económico” nada tiene que ver con el derrumbe del modo de acumulación parasitario. El keynesianismo nunca fue anti capitalista. El modelo de Keynes tenía que ver con la recuperación económica luego de una profunda crisis para salvar al capitalismo industrial, con pleno empleo y consumo interno, pero no para consagrar su entierro.

¿El mundo volverá a ser el mismo luego de esta pandemia? Claro que no, incluso los momentos de crisis mejoran las condiciones para generar conciencia en los pueblos. La pregunta podría ser entonces ¿hacia dónde irá el mundo luego de esta situación? Podrían consolidarse y endurecerse los nuevos fascismos mundiales, podrían surgir momentos neo keynesianos hasta salir de la crisis, o podrían también encontrarse formas híbridas de desarrollo sostenible, pero no existe per ipsum un horizonte post capitalista luego de la emergencia.

Lo que sí parece comenzar a cuestionarse, al menos en Nuestra América, es la acumulación parasitaria, financiera y criminal de la lumpen burguesía latinoamericana. Pero para poner contra las cuerdas al neoliberalismo parasitario se necesita construir subjetividades emancipatorias, correlaciones de fuerzas populares y conciencia social en una suerte de bloque histórico internacional. Se debería salir -al menos por un rato- de la ilusión estructuralista, de leyes y predicciones teleológicas y tratar de entender en qué situación están las fuerzas populares y de izquierda internacionales, pero sobre todo, analizar cuál es el sujeto histórico para dar muerte al neoliberalismo, si es que lo hay. Este es el debate que debe emprender quien lucha por un mundo más equitativo, igualitario, solidario y con justicia social.

El caso argentino

El gobierno argentino parece haber tomado las medidas necesarias para combatir la pandemia. Junto al aislamiento social, preventivo y obligatorio, la batería de medidas sanitarias y económicas para dar respiro a las mayorías sociales y la articulación de los estados nacional, provincial, municipal, junto a organizaciones sociales, políticas y religiosas, Alberto Fernández parece haber logrado un acuerdo nacional para batallar contra el virus. Su conducción política también busca revalorizar la salud y la ciencia pública, apuntando contra los especuladores, saqueadores y contra el sistema desigual que pregona el racionalismo neoliberal.

Según las fuentes oficiales, el aislamiento obligatorio esta siendo respetado y pregonado por la mayoría del pueblo argentino. Lo preocupante ahora es como se desarrolla el aislamiento social en los barrios populares del país, donde las condiciones de hacinamiento dificultan su cumplimiento. A su vez, hay que encontrar mecanismos urgentes para solventar la economía informal, social y solidaria. En este sentido, el gobierno nacional está demostrando su ropaje popular, no sólo por contar con miembros de las organizaciones, con científicos y trabajadores en cargos de gestión, sino por considerar necesaria, en la ampliación de la cuarentena, la búsqueda de estrategias conjuntas para abordar la pandemia.

La creación de los comités de solidaridad, el refuerzo alimentario y los bonos de emergencia para desocupados parecen ser medidas adecuadas para los barrios populares ya que fueron abaladas por un gran arco de organizaciones políticas, sindicales y sociales. A su vez se plantea la necesidad de planificar pequeñas obras comunitarias para que la economía no se contraiga y el aislamiento social obligatorio pueda concretarse de la mejor manera posible.

Mientras los grandes capitales plantean despidos y los formadores de precio aumentan aún más los alimentos de la canasta básica, en las barriadas populares argentinas se cocina y entregan alimentos, se fabrican barbijos en las pequeñas textiles populares, se trabaja en las huertas comunitarias y se da atención a los adultos mayores entre otras formas de solidaridad.

Es en este punto donde se debe poner el foco. El macrismo había conseguido gobernanza a través de un discurso meritocrático e individualista que de alguna forma se afianzo en las mayorías populares del país. El modelo de reproducción se sostuvo, de esta forma, por la ruptura del lazo social, y sobre todo con la desintegración del trabajo como vector de cohesión social. Es decir, la solidaridad como valor integrador de la sociedad se vio gravemente fragmentado por los principios de hiperindivudualizacion y competencia de la subjetividad neoliberal.

Habrá que trabajar y fortalecer los lazos solidarios y comunitarios para enfrentar la atomización social. La inminente caída del modelo de acumulación parasitaria, si es que existe, debe ser contrastada con nuevas formas de subjetividad, con construcciones políticas y culturales plebeyas y el fortalecimiento de una comunidad organizada. Para construir un nuevo ordenamiento civilizatorio no es suficiente con mirar la crisis del sistema actual (que no es por el Covid-19) sino que hay que abonar a la construcción de un proceso emancipatorio que no es para nada claro ni tiene un sujeto transformador único. Dependerá de las fuerzas populares buscar acciones que construyan conciencia nacional, popular y anti neoliberal para que el buitre financiero no levante nuevamente sus alas.

Cuando merme el virus que acecha al mundo, será momento de pensar cómo avanzar en la desmercantilización de la salud, la desfinanciarización de la economía, la desmonopolización de las telecomunicaciones, la nacionalización de servicios públicos entre otras áreas estratégicas para el desarrollo igualitario del pueblo.


* Profesor en Sociología, docente popular y militante de la CTD Aníbal Verón y de la Corriente NuestraPatria
La crueldad de Estados Unidos no conoce de cuarentenas

La crueldad de Estados Unidos no conoce de cuarentenas

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Miranda Cerdá Campano*

Pese a su embustero y repetitivo discurso en favor de los derechos humanos, poco le han importado a la administración de Estados Unidos las muertes a raíz de la pandemia del coronavirus en Irán y otros países del mundo. No es de extrañar, claro. Porque en todos estos años tampoco lo conmovió la crisis humanitaria que atraviesa a Venezuela.

En medio de una pandemia, se esperaría que todos los países colaboraran de todas las formas posibles para mitigar la propagación del virus y su impacto en la sociedad. En medio de una crisis mundial tan gigantesca, se esperaría que se levanten todas las sanciones económicas inhumanas y se ponga fin a todos los bloqueos políticos.

Pero la solidaridad nunca puede ser una expectativa cuando hablamos de Estados Unidos y sus deseos imperialistas, sobre todo en un territorio que desde tiempos inmemorables se empecina en reclamar como propio.

A la carga contra Venezuela, otra vez

En medio de la hecatombe provocada por el coronavirus, Washington lanzó el jueves pasado una nueva ofensiva en su plan por derrocar al gobierno de Nicolás Maduro. Si todos los pasados asedios contra la República Bolivariana de Venezuela parecían un tanto disparatados, existe una posibilidad de que este haya batido todos los récords.

A través de su Departamento de Justicia, Estados Unidos acusó formalmente a Maduro, al presidente de la Asamblea Nacional Constituyente Diosdado Cabello, al ministro de Industria y producción Tareck El Aissami, al ministro de Defensa Vladimir Padrino López y al presidente del Tribunal Supremo de Justicia Maikel Moreno, de integrar una red de narcotraficantes internacionales y ser parte de una compleja red de distribución de drogas a través del Caribe.

De acuerdo con las acusaciones yanquis, el objetivo de la red criminal sería el de “invadir” el mercado norteamericano de cocaina. En palabras del propio fiscal estadounidense William Barr, unas 30 millones de dosis entrarían al país por acción directa del (inexistente) “cartel de los soles”, este producto de propaganda desarrollado por los norteamericanos para acusar a la Venezuela Bolivariana de “estado narcoterrorista”.

Según el Departamento de Justicia, “desde al menos 1999, Maduro Moros, Cabello Rondón, Carvajal Barrios y Alcalá Cordones actuaron como líderes y gerentes de Cartel de los Soles (…) para facilitar la importación de toneladas de cocaína a los Estados Unidos. El Cartel de los Soles buscó no solo enriquecer a sus miembros y mejorar su poder, sino también inundar a los Estados Unidos con cocaína e infligir los efectos nocivos y adictivos de la droga en los usuarios de los Estados Unidos”.

Me no entender, sir. De acuerdo a un informe[1] de la propia DEA (Administración para el Control de Drogas por sus siglas en inglés) publicado en enero de 2020 a partir de la evaluación nacional que se realiza cada año sobre amenazas de drogas, el 90% de la cocaína incautada y analizada en los Estados Unidos proviene de Colombia, otro 6% de Perú, y no se pudo determinar la procedencia del 4% restante.

Como si esto fuera poco, Washington le puso precio a la cabeza del presidente venezolano y sus funcionarios. De acuerdo con la placa presentada durante la acusación, habría 15 millones de dólares de recompensa por el presidente y otros 10 millones adicionales por funcionarios y ex miembros de su administración. Alguien escribió en Twitter que una infografía del programa Animales Sueltos era más seria y parece un análisis bastante acertado.

Puede parecer increíble, pero hay más. Otra de las cartas centrales de la acusación tiene que ver con el supuesto vínculo entre el cartel de los soles y las FARC, que viene siendo el gran motivo que encuentra Iván Duque para sumarse a las arremetidas yanquis contra Venezuela. “A partir de aproximadamente 1999, los líderes de las FARC acordaron con los líderes del Cartel de los Soles reubicar algunas de las operaciones de las FARC en Venezuela bajo la protección del Cartel”.

Algunas cuestiones: Venezuela ha capturado a 102 narcotraficantes de distintas nacionalidades (pero en mayor proporción colombianos), ha reforzado las incautaciones en la frontera e incluso ha destruido pistas ilegales de aterrizaje y derribado aviones narcos en territorio nacional como política antidrogas.

¿Por qué ahora?

La narrativa del Departamento de Justicia respecto de la idea de un narcoestado es ilógica de antemano, pero además se cae por el peso de los datos, y deja entrever que Estados Unidos financia indirectamente una operación que puede desembocar en el asesinato o secuestro de altas autoridades venezolanas en un estado que, antes que nada, es soberano y legítimo.

En esta línea, la inclusión del Departamento de Justicia en la acusación funciona como cobertura institucional para justificar una agresión directa. Por más delirantes que parezcan las acusaciones, Estados Unidos no es tonto: sabe del afianzamiento de los lazos bolivarianos con China y Rusia y en un año electoral, también es consciente del costo político que podría traer aparejado declararle la guerra a un país que lucha contra una pandemia bajo condiciones de bloqueo y sanciones inhumanas e ilegales. Por eso, y como siempre, existen montajes judiciales y mediáticos que le sirven de máscara para continuar ocultando cada una de las agresiones criminales contra los pueblos libres de América y del mundo.

Son momentos de extrema complejidad para Estados Unidos. No sólo es uno de los países más afectados por el coronavirus, ha perdido su liderazgo, ha sufrido unos cuantos reveses en Medio Oriente, la Guerra Comercial ha resultado un fiasco para sus intereses declarados y está siendo muy cuestionado por su falta de capacidad para ayudar a la Unión Europea en medio de la grave crisis sanitaria. Su dominio e influencia se encuentran en una escala descendente y por las propias artimañas norteamericanas, Venezuela aparece para Estados Unidos como el eslabón más débil para intentar, cual manotazo de ahogado, demostrar su poderío.

Desde Washington ha quedado claro que la lucha contra la pandemia no es una prioridad. Deben resguardarse los intereses imperialistas por sobre todas las cosas y qué mejor que seguir hostigando a los pueblos libres con acciones criminales, ahora que nadie está mirando. Mientras todo el mundo esperaba el cese de las sanciones y los bloqueos contra Cuba, Venezuela e Irán, Estados Unidos ha demostrado que sólo salva al mundo en las películas de Hollywood.


*Periodista, columnista sobre Sudamérica del programa Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), redactora de Revista Trinchera y colaboradora de Agencia Timón

Fuente:
[1] https://www.dea.gov/sites/default/files/2020-01/2019-NDTA-final-01-14-2020_Low_Web-DIR-007-20_2019.pdf

Neoliberalismo: fábrica de millones de Daniel Blake

Neoliberalismo: fábrica de millones de Daniel Blake

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Por Nicolás Sampedro*


El reconocido director británico Ken Loach, personificaba en la figura de Daniel Blake (protagonista del film) a une de les millones de adultes mayores que día a día mueren producto de las políticas neoliberales de recorte sistemático a la salud pública implementadas, en este caso, en el Reino Unido.

La historia de Daniel Blake sirve como metáfora para graficar el deterioro del sistema sanitario público inglés, después de años de desinversión y fomento a la privatización del mismo. El caso es que este ejemplo -lamentablemente- podría aplicarse a gran parte de los países del mundo.

La desgracia no es únicamente que los sistemas sanitarios públicos estén como están. Cuando une se pone a analizar con mayor exhaustividad la situación, se puede observar que el deterioro es en muchos planos simultáneamente: educación, salud, bienestar, vivienda, trabajo, alimentación, desigualdad. Este sistema es una fábrica de desigualdades y de muerte.[1]

Para su reproducción, el sistema necesita de sus herramientas mediáticas y la construcción de un miedo generalizado, algo que muy claramente señaló el defensor latinoamericano de los derechos de la Madre Tierra y derechos humanos, Ollantay Itzamná, quien sostiene que “muy a pesar de que en los países como Guatemala, Perú, Colombia…, decenas de miles de niños y adultos mueren cada año por desnutrición, dengue, sarampión; y que, en cuatro meses, a nivel mundial, apenas menos del 3% de los infectados por coronavirus fueron fatales, la gente padece una pandemia de pánico con coronavirus, quizás como jamás antes vista, viralizada por las redes sociales.”[2]

¿Hay una pandemia de un nuevo coronavirus o una pandemia de miedo masificada al infinito por las grandes corporaciones mediáticas y otras empresas multinacionales de diferentes sectores para seguir dividiendo y reinando?[3] No hay que olvidar que esta pandemia se da en medio de una guerra comercial entre EEUU y China, una guerra de precios del petróleo entre Arabia Saudí y Rusia, y diversas situaciones ya insostenibles que generaron el colapso de las bolsas financieras, por más que la prensa mundial haya pretendido incriminar al virus de ello[4]. Hasta no hace muchos días, los EEUU y algunos miembros de la OTAN estaban a punto de realizar la maniobra militar más grande desde el fin de la Guerra Fría con una movilización de tropas en las fronteras rusas de más 30 mil militares norteamericanos.[5]

Como se señalaba en artículos anteriores, la situación actual es una gran posibilidad para reflexionar acerca de las lógicas de producción y de consumo actuales, sobre el rol de los Estados Nación en temas claves como educación y salud y el de los organismos internacionales y las consecuencias generadas por deudas externas impagables; acerca del lugar que ocupan los medios de comunicación y cómo estos publican u ocultan información de acuerdo a sus conveniencias, sobre el gran negocio especulativo en torno a la industria farmacéutica y sobre cómo las guerras terminan siendo un negocio para la corporación armamentística. En definitiva es volver a pensar qué es más importante, si la vida o la rentabilidad/ganancia de tal o cual negocio. Tal como lo señala el filósofo, sociólogo, psicoanalista y crítico cultural esloveno, Slavoj Zizel: “el COVID-19 es una gran oportunidad para dar un golpe de Kill Bill al capitalismo”.[6]

Una de las reflexiones más urgentes tiene que ver con la forma en que se producen y consumen bienes de alta necesidad como los alimentos. En un artículo[7] de publicado recientemente, les autores Miguel A. Altieri y Clara Inés Nicholls, analizan las implicancias de la proliferación de la producción agroindustrial y cómo esta no sólo está deteriorando la forma en la que el mundo se alimenta, sino la relación directa que tiene con la aparición de nuevas enfermedades.

Les autores del artículo resaltan la importancia de fomentar formas de producción agroecológicas y dar prioridad a los pequeños productores, que son quienes producen entre un 50 y un 70% del alimento que consume la humanidad, teniendo sólo el 30% de la tierra cultivable. Es volver a contemplar no sólo la necesidad humana de alimentarse sino cómo hacerlo de manera sustentable, dado que la salud del ambiente en el que vivimos está íntimamente relacionada con nuestra salud y la de los alimentos que consumimos.

En la misma línea y a modo de ejemplo, el biólogo evolutivo y filogeógrafo norteamericano, Rob Wallace, señala que: “La crianza de ganadería seleccionada y muy uniforme genéticamente elimina cualquier cortafuego inmune que pueda estar disponible para ralentizar la transmisión. Los tamaños y densidades de población más grandes facilitan mayores tasas de transmisión. Tales condiciones de hacinamiento deprimen la respuesta inmune. La búsqueda del máximo rendimiento, parte de cualquier producción industrial, proporciona un suministro continuamente renovado, el combustible para la evolución de la virulencia. En otras palabras, el agro negocio está tan enfocado en las ganancias que la selección de un virus que podría matar a mil millones de personas se considera un riesgo asumible.”[8]

En Argentina, las medidas del gobierno que encabeza Alberto Fernández y su preocupación por salvaguardar la vida de las personas, sumado a la infinidad de declaraciones respecto de la necesaria solidaridad para salir del grueso problema en que dejó el experimento macrista, dan cuenta de una preocupación por cambiar las prioridades.

Se está ante la oportunidad histórica de reconvertir el escenario local reordenando las prioridades: ayudando a quienes más lo necesitan; fomentando la producción local, generalmente elaborada por pequeños y medianos productores, al igual que por PyMEs; revitalizar las economías regionales; mejorar los sistemas públicos educativo, sanitario, de viviendas, de telecomunicaciones, entre muchos otros rubros. Todo ello se puede hacer con el dinero que hay que exigir no pagar ni al FMI, ni a los acreedores privados[9]. Al menos no en su totalidad.

Ahora bien, todo lo hecho por el mandatario norteamericano Donald Trump va en sentido contrario. Una de las medidas más recientes es la que el director de investigación del Proyecto de Libertades Económicas de América, Matt Stoller, señala como un golpe corporativo: “ahora (Wall Street) tendrá de 4 a 6 billones de dólares de crédito a bajo costo garantizado por el gobierno para ir de compras a las empresas en problemas”. Cualquier similitud con el rescate de Obama a las grandes corporaciones en 2008 no es mera coincidencia, se repite el precepto de que “los peces grandes se comen a los pequeños”[10].

El mundo que vendrá post pandemia seguramente no será el mismo y Argentina tiene la posibilidad material y humana para ser un ejemplo a imitar por el resto del continente y el mundo, que pretenda priorizar la vida por sobre las ganancias de las multinacionales y de ese 1% que domina todo a nuestro alrededor. La respuesta ante el COVID-19 de países como Cuba, Venezuela o China, están dando la pauta de que el camino no es el libre mercado, sino economías planificadas, pueblos solidarios y otro tipo de prioridades. Argentina tiene las condiciones para sumarse a ese grupo de países; hace falta la decisión política y el respaldo popular para hacerlo.


* Periodista, conductor de Marcha de Gigantes (Radio UNLP - AM 1390), productor de Columna Vertebral (Radio Estación Sur - FM 91.7), columnista La Marea (Radio Futura – FM 90.5) y Mirada Crítica (Realpolitik), responsable de la sección Sindical de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Fuentes en línea:
[1] https://www.alainet.org/es/articulo/205355
[2] https://www.alainet.org/es/articulo/205327
[3] https://www.alainet.org/es/articulo/205496
[4] https://medium.com/@misionverdad2012/notas-en-tiempo-real-de-la-pandemia-financiera-global-a70feefe6622
[5] https://www.voltairenet.org/article209536.html
[6] http://www.motoreconomico.com.ar/Coronavirus/slavoj-zizekel-covid-19-es-un-golpe-de-kill-bill-al-capitalismo
[7] https://www.alainet.org/es/articulo/205465
[8] https://www.alainet.org/es/articulo/205485
[9] https://www.celag.org/la-hora-de-la-condonacion-de-la-deuda-para-america-latina/
[10] https://medium.com/@misionverdad2012/notas-en-tiempo-real-de-la-pandemia-financiera-global-a70feefe6622

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