Ucrania: No provoquen al Oso Ruso

Ucrania: No provoquen al Oso Ruso

TIEMPO DE LECTURA: 10 min.

En Europa Oriental estamos asistiendo, por parte de Estados Unidos y sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a la más desvergonzada puesta en escena de un clima belicista, contra la federación rusa. Una conducta tan hipócrita como peligrosa, con acusaciones y ataques políticos, diplomáticos, económicos, mediáticos y amenazas militares contra el país euroasiático, a quien se le atribuye la intención de invadir Ucrania y con ello generar una guerra de alcances regionales.

Las pruebas ofrecidas por Washington y sus incondicionales, respecto a las supuestas amenazas del gobierno ruso, son tan míseras y vulgares, que ponen en entredicho la inteligencia humana, haciendo imperativo un mínimo análisis geopolítico. Los cargos vertidos por Washington contra el gobierno presidio por Vladimir Putin, hace dudar de la capacidad profesional de civiles y militares occidentales, reflejando una obsesión de esa casta hegemónica a salidas militaristas de las pugnas, temores y ambiciones en el seno del poder occidental. Esto, por tratar de evitar que el unilateralismo siga moviéndose a sus anchas. Mi impresión, en base a lo que acontece en en el Mar Meridional de la China, en el Cáucaso, en Asia Central y Occidental, entre otras zonas del planeta, es que asistimos al principio del fin del poder unilateral. El acto final del desbalance en el poder mundial y que implica avanzar hoy por el multilateralismo. Un camino que aterra a Washington y esos países europeos agrupados en la OTAN, principalmente, carentes de dignidad y soberanía.

Rusia sufre una campaña política y mediática de enormes proporciones, signándola como la responsable del actual clima de efervescencia militar en el Donbass, en el Mar Negro, en el conjunto de Europa Oriental. Catalizadora de un conflicto con repercusiones más allá de Europa. ¿Cuáles son las pruebas de Washington y su brazo militar para acusar a Rusia?

La primera prueba, presentada por Washington y su asociación de amigos, es una serie de mapas que fueron publicados, la primera vez, por el diario estadounidense The Washington Post y replicado en el medio alemán BILD, sin apenas un retoque, donde se mostraban las fuerzas militares rusas – en territorio ruso, en las proximidades de su frontera occidental – desde donde se iniciaría el ataque a Ucrania. Hoy suman a Bielorrusia, para así mostrar una maquinaria bélica desde distintos flancos, dispuestas a atacar al actor secundario de turno, en este caso la “pequeña y desprotegida Ucrania”. Primero se dijo que ese ataque ruso sería a mediados del mes de enero de este 2022. Y, como el cuento de Pedrito y el lobo, se nos anuncia ahora, que ese ataque ha sido reagendado para mediados de este mes de febrero del 2022.

     Mapa en Base a Publicación del The Washington Post

Si tal teoría apocalíptica no sucede, se darán las explicaciones y excusas respectivas, esperando el mejor momento, para así aplicar los viejos planes y operaciones de bandera falsa, a los que nos tiene acostumbrados Estados Unidos: el hundimiento del acorazado Maine en Cuba, los falsos ataques en el Golfo de Tonkim en Vietnam, el estallido de bombas en Irán para impulsar el derrocamiento del ex primer ministro Mohammad Mossadeq. Los supuestos ataques con gas en Siria, para responsabilizar al presidente Bashar al Assad. La invasión a Irak acusándolo de poseer armas de destrucción masiva y haber participado del ataque a las Torres gemelas y el Pentágono en el 2001. Siempre estará en el arsenal occidental ese tipo de acciones, en este caso para culpar a Rusia, Bielorrusia o a los combatientes del Donbass.

Frente a esta supuesta prueba se hace un deber presentar la mirada crítica. Los medios occidentales, que presentan profusamente las supuestas manifestaciones bélicas de Rusia, no muestran con la misma intensidad los mapas, infografías y conjeturas relativos a silos con armas nucleares que posee la OTAN en suelo europeo, dirigidos contra Rusia, Irány China. No exhiben las ubicaciones de los ejércitos nacionales de miembros de la OTAN, fronterizos con Rusia y la llegada de miles de efectivos y armas, desde países europeos del lado occidental, a la frontera con Rusia. No presentan fotografías ni información sobre centenares de bases militares que rodean Rusia desde el Báltico hasta Turquía. Esas no son parte del análisis de la prensa occidental. No es parte de la información a entregar por parte de una prensa mediocre, amarillista y aliada del poder.

La segunda prueba con que nos han intoxicado estos meses refiere a que Rusia ha movido 125 mil efectivos militares en su Distrito Militar Oeste (DMO), que incluye zonas fronterizas con Ucrania, Bielorrusia, los países bálticos y Finlandia, a cargo del general coronel Alexandr Zhuravliov. Lo que no presentan como evidencia de lo insulso de su acusación es que esas tropas se mueven dentro del territorio ruso, al interior de su frontera occidental. Para dar algo de realce a tamaña acusación han sumado el que Rusia ha desplegado sus sistemas de defensa de misiles en la vecina Bielorrusia, lo que demostraría la intención agresiva de Moscú contra Ucrania.

La Otra Mirada frente a esta supuesta prueba nos obliga a preguntarnos: ¿Qué es lo extraño que un país soberano, como Rusia, que se siente amenazado por el avance de una organización política militar agresiva y expansiva como la OTAN, que se acerca con tropas y armas a su frontera occidental, mueva el número de tropas que crea necesario para disuadir esos movimientos agresivos? Lo verdaderamente provocador es trasladar miles de militares con armas de última generación de enorme poder de fuego y expandir esas fuerzas, hasta tocar la frontera rusa, cuyo gobierno ha solicitado y exigido, en todos los tonos, que cese esa política militar. Amenazas contra un país como Rusia, que no posee bases militares que estén rodeando a ninguno de los países que conforman la OTAN.

Una federación rusa, que tiene una alianza de larga data con Bielorrusia – el año 1998 firmaron la llamada Unión Supranacional que une estrechamente a ambas naciones- pero, que no se compara en absoluto con la alianza que posee Estados Unidos con 30 países, en su gran mayoría europeos, pero que además suma a Canadá, Turquía, a miembros no permanentes y aspirantes a formar parte de este club militar, todos los cuales suman el 70% del gasto militar del mundo. ¿Pretenden equiparar la alianza ruso-bielorrusa con la coalición de países agrupados en la OTAN, que ha atacado, destruido y asesinado a millones de hombres, mujeres y niños en Serbia, Libia, Siria, Afganistán, Irak entre otros países?

Ante la supuesta amenaza global rusa nos debemos preguntar ¿Tiene Rusia bases militares en México, Canadá, Cuba, Groenlandia que signifiquen un peligro para la soberanía estadounidense por ejemplo? ¿Tiene Rusia bases navales y militares en el continente americano, que sean un peligro contra Estados Unidos o en el Océano atlántico que impliquen un peligro para la seguridad de Francia, Gran Bretaña y otros miembros de la OTAN? ¿Tartús en Siria y Kaliningrado – un enclave ruso en el Báltico – son comparables a las 800 bases militares que posee Estados Unidos alrededor del mundo?

Estados Unidos y la OTAN nos presentan como prueba tres de los actos agresivos de Rusia contra Ucrania, el hecho, según Washington, que Rusia habría trasladado suministros de sangre a la frontera con Ucrania ante un eventual ataque y previendo posibles pérdidas en sus efectivos. La información, replicada urbi et orbi habría sido entregada por tres funcionarios estadounidenses bajo reserva de identidad, pero este anonimato, no verificable, poco serio ha servido para que se dediquen miles y miles de horas en la prensa: escrita, radial, televisiva, por redes sociales, en círculos diplomáticos, para analizar esta acusación.

La Otra Mirada frente a esta supuesta prueba incriminatoria contra Rusia nos indica, que si esa evidencia ofrecida es la cantidad de mililitros de sangre trasladadas a un posible escenario de guerra, por información entregada por tres personajes incognitos, NN, que ni siquiera pertenecerían a algún servicio de inteligencia pues se señala que serían tres funcionarios estadounidenses ¿funcionarios de qué, del servicio de guardaparques, del servicio de oceanografía, tal vez del servicio de correos de Estados unidos? Tal información lo que demuestra, es el infantilismo peligroso de estos verdaderos energúmenos del pentágono y sus acólitos, jugando a la guerra y construyendo escenarios bélicos.

Así como nos hablan de sangre, tal vez el día de mañana nos digan que Rusia está trasladando agua y alimentos enlatados, para los 100 mil efectivos rusos acantonados en DMO y ello sea considerado por la OTAN como armas letales. Un peligro evidente, porque son alimentos enlatados y puedan ser usados como material para granadas caseras una vez que se consuma lo que llevan en su interior. Tal vez, el traslado de mudas de ropa, implementos de cocina, combustible, sean considerados muestras palpables e inobjetables de un ataque ad-portas. Pero no se mira desde la misma forma el que ya existan 15 mil efectivos estadounidenses en Ucrania y otros países fronterizos con Rusia al margen de los cientos de miles de efectivos estacionados en 426 bases militares, aéreas y navales en Italia, Francia, España, Grecia, Gran Bretaña y Alemania país donde radican la mayor cantidad de bases militares y militares, a lo cual debemos sumar la presencia de al menos 150 bombas nucleares activas, estacionadas en países bajos, Gran Bretaña, Alemania, Grecia y Turquía.

El mundo está en peligro, pero no por Rusia, sino por una tropa de enajenados, armados hasta los dientes, que trasladan y trasladan equipos militares y tropas por miles, para supuestamente defender a un gobierno dirigido por un actor y comediante como es el ucraniano Volodimir Zelensky, punta de lanza en los ataques contra Rusia. Estados Unidos y sus aliados son el peligro, son la amenaza y son ellos los que deben ofrecer garantías de seguridad. Washington y la OTAN han creado un escenario artificial de conflicto bajo ciertas consideraciones:

  1. La creencia que el mundo está conformado por estúpidos a los cuales se les puede hacer creer cualquier información emanada de sus medios de desinformación y manipulación. Se puede engañar, pero de ahí a pensar que nuestro planeta está plagado de estúpidos revela la verdadera cara de los poderes hegemónicos. El desprecio que sienten por gran parte de la humanidad, apoyado en ello por gobiernos y castas políticas y militares indignas, vendidas, traidoras y alejadas de nuestras necesidades.
  1. En segundo lugar, su política belicista está pensada como triunfadores de antemano, sin sopesar que el mundo y en especial esa realidad unipolar, surgida tras el derrumbe del campo socialista, ya no es tal. Lo multilateral se expresa en todos los campos y en especial en las coordinaciones, alianzas y acuerdos tejidos por Rusia, China y países como la República Islámica de Irán. Ya nada es lo mismo y menos en Europa oriental como tampoco en Asia occidental, el Cáucaso y Asia central.
  1. Ya las revoluciones de colores como aquellas que se dieron en Georgia, Ucrania, Kirguistán y que se pretendieron llevar a cabo en Bielorrusia y Kazajstán, mostraron que el camino ya no está pavimentado como antaño, por años de apoyos a golpistas, desestabilizadores arropados por Organizaciones No Gubernamentales y gobiernos entreguistas.

Mi visión es que Estados Unidos y la OTAN no deben seguir provocando al oso ruso. Una Rusia que no exige para sí condiciones exclusivas, en la esfera de la seguridad, sino que habla de seguridad común – en este caso en el plano europeo – y que sostiene por medio de su presidente Vladimir Putin que responderá con firmeza ante cualquier paso hostil por parte de ese Occidente liderado por Estados Unidos. En el área económica bien sabemos, que los europeos pueden tener dificultades en el tema energético derivado de la dependencia del gas proveniente desde territorio ruso. Alemania, en específico, en el caso del gasoducto Nord Stream II su paralización, en un ambiente de conflicto, puede significar una crisis energética de envergadura, no sólo para la nación teutona, tomando en consideración la serie de países involucrados en el proyecto y que necesitan ese recurso.

Los medios de información europeos occidentales coinciden, unánimemente, que en caso de guerra con Rusia las empresas europeas tendrán un golpe fortísimo y ya se están preparando vista la decisión de incrementar las sanciones contra la nación euroasiática. Lo anterior, con relación a la pugna económica derivado de las políticas de presión de Washington pero que, ante conductas evidentemente agresivas desde el punto de vista militar, por parte de occidente, el gobierno ruso ha señalado que responderá con “medidas técnico-militares adecuadas” y reaccionará “con firmeza a estos pasos inamistosos”. Rusia, y en eso comparto la línea de respuesta que Putin ha establecido, respecto a tener todo el derecho de actuar con el fin de “garantizar su seguridad y soberanía”. Avanzar por el camino de la paz no significa entreguismo.

Artículo publicado originalmente en SegundoPaso ConoSur

Pablo Jofré Leal
Pablo Jofré Leal

Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. especialista en temas de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

La chispa taiwanesa

La chispa taiwanesa

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Taiwán, esa isla de poco más de 25 millones de habitantes, icono del capitalismo liberal de los “Tigres Asiáticos”, está en el ojo de la tormenta. Ubicada en el Mar Meridional Chino, parece que se torna una colonia de facto de Estados Unidos frente a la República Popular China (RPC). Y hace tiempo que la fuerza naval estadounidense viene metiendo las narices en aguas cercanas a la RPC, para defender a la República de China, nombre oficial que posee Taiwán desde 1949. La realidad territorial actual ha hecho que en las últimas décadas este nombre haya caído en desuso, y por lo tanto la República de China, también conocida como China Taipéi en grandes eventos deportivos, recibe habitualmente la denominación de Taiwán, mientras que el nombre de China se aplica por lo general a la RPC.

Si la anterior administración yanqui de Donald Trump era muy antichina, la del actual mandatario demócrata Joe Biden parece que sigue esa línea. Sobre el espacio aéreo de Taiwán hay que meterle lupa a la expresa declaración del viejo Biden sobre “defenderla militarmente”. Toda una demostración de que el conflicto con la RPC no estará, como era de prever, limitado al campo comercial.

Taiwán fue habitada por lo menos desde hace unos 150.000 años por seres humanos. Los primeros Homo sapiens se cree que llegaron hace unos 20.000 años, cuando la isla estaba unida a la China continental en la última Era del Hielo del Pleistoceno Tardío. Hace unos 10.000 años  las aguas subieron tras el deshielo del Holoceno Temprano y Taiwán se convirtió en isla. Los humanos se aislaron de los habitantes de China y crearon una interesante cultura originaria conocida como “formosana” por los etnólogos. Hace unos 4000 años a.C., llegaron poblaciones de lenguas austronesias, que fueron poblando la isla y creando las primeras aldeas agrarias. Hasta el siglo X d.C, el imperio chino no tuvo interés en la isla. Hubo contactos desde el 900, pero no mucho más. Piratas chinos bordeaban la isla, pero no fundaban asentamientos. Fue en 1550 que llegaron los marinos portugueses y se quedaron un tiempo con la isla, a la que llamaron “Formosa”, es decir, “Hermosa Isla”. También llegaron colonos españoles, que fundaron asentamientos al norte de Taiwán. Los neerlandeses llegaron y asentados primero en el sur, expulsaron a los españoles y, entre 1624 y 1662, lograron el control de amplias zonas costeras, desde donde mantenían contactos comerciales con China y Japón. Los neerlandeses a su vez serían expulsados por el ejército de 25.000 hombres de Zheng Chenggong (más conocido en Occidente como Koxinga), un antiguo pirata a las órdenes de la dinastía Ming (1368-1644), que organizó la primera oleada de colonos chinos en la isla, desplazando gradualmente hacia el interior a los pueblos originarios de Taiwán. En 1683 a la dinastía manchú Qing (1644-1912)se quedó con toda Taiwán. Desde entonces, hasta 1949 fue provincia china.

Taiwán es el protegido del imperialismo estadounidense desde 1949.

En 1895, tras la Primera Guerra Sino-japonesa, la China Qing fue obligada por el Tratado de Shimonoseki a ceder Taiwán a Japón a perpetuidad. Durante 50 años, los japoneses propiciaron un enorme desarrollo de Taiwán en todos los ámbitos, si bien a costa de imponer un estricto monopolio de todos los productos, y de reprimir militarmente cualquier resistencia. Tras la derrota japonesa en la Segunda Guerra Mundial de 1939-1945​ la isla volvió a ser territorio chino, convirtiéndose en provincia de la República de China en 1946. El ejército del partido nacionalista Kuomintang, que dominaba las instituciones de la República, ocuparía la isla con el apoyo de Estados Unidos. Su líder era el anticomunista Chiang Kai Chek. En 1949, tras ser derrotado en la guerra civil por los comunistas de Mao Tse Tung, se retiró a Taiwán atrayendo consigo a unos dos millones de chinos del continente. Se fundará así la República de China, con capital en Taipéi. En 1950 Cheik fue nombrado presidente de Taiwán y se quedó en el poder hasta el año de su muerte en 1975, estableciendo una férrea dictadura capitalista liberal en la isla con apoyo de Washington.

La RPC considera “rebelde” a Taiwán y siempre mantuvo estado de alerta para recuperarla. En 1971 la RPC y Estados Unidos se amigan y Taiwán queda afuera de las Naciones Unidas (ONU). Pero Washington sigue apoyando a Taiwán en su independencia pese al acercamiento chino. En 1976 muere Mao y los dirigentes del Partido Comunista se hacen más “reformistas”. Desde la década de 1980, con las reformas del “socialismo de mercado”, China se abre al capitalismo. Pero sigue reclamando por Taiwán desde la ONU, ya que logró su asiento en el organismo supranacional.  La “isla rebelde” constituye no solamente un reclamo histórico sino también un objetivo político en la lucha por el poder dentro de la cúpula de la potencia asiática. En el año 2022 vence el segundo mandato de Xi Jinping e intentará, en el Vigésimo Congreso General del Partido Comunista, vulnerar el principio, impuesto por Deng Xiao Ping, de una sola reelección. Por ello en sus discursos abandonó el “un País, dos sistemas” y lo reemplazó por “Una sola China”. Toda una declaración.

Las fuerzas militares de la RPC realizan grandes ejercicios muy cerca de la isla y cientos de aviones de guerra vulneran el espacio aéreo, mientras la presidenta de la República de Taiwán, TsaiIng Wen, reclama ayuda al Pentágono quien le vende armamento, entrena sus tropas y desplaza fuerzas navales de magnitud a la zona. Wen está en el cargo desde 2016, pertenece al Partido Socialdemócrata local, y ha levantado el nacionalismo taiwanés pidiendo ayuda a Washington.

La “progresista” Tsai Ing-Wen fue reelecta presidenta de Taiwán en 2020 y está en el cargo desde 2016, apoyada por Estados Unidos.

La escalada entre ambas Pekín y Washington en la era Biden tuvo un hito central, hace poco más de un mes, en los acuerdos entre Estados Unidos, Australia y Gran Bretaña (AUKUS). Por ese pacto que incluye “cooperación en tecnologías avanzadas de defensa, inteligencia artificial, sistemas submarinos y vigilancia de larga distancia” se provee a Australia de un escudo de defensa múltiple para neutralizar el expansionismo de China en el Indo Pacifico.La negociación tripartita incluye la venta a Camberra de submarinos nucleares.Con estas naves de guerra el patrullaje del Mar de la China Meridional, incluyendo Taiwán, está asegurado e implica una respuesta a la incursión de submarinos chinos en “las cercanías” de Australia.El Ministerio de Relaciones Exteriores chino replicó con dureza: “Los socios de AUKUS deben abandonar su mentalidad de Guerra Fría (…) o se acabarán perjudicando a sí mismos.” Lo mismo le dijo a Taiwán y a Estados Unidos hace poco.

El conflicto no es ideológico sino por poder militar en zonas de influencia. A la RPC no le gusta que Washington está tan cerca de sus aguas. Y lo hará notar. La chispa taiwanesa resulta peligrosa y los riesgos aumentan. La diplomacia china sabe jugar. Alienta a sus aliados regionales como la República Popular Democrática de Corea (RPDC) a molestar al Tío Sam en la Península de Corea, y sigue alentando acuerdos con Rusia, Irán, Afganistán y los estados ex repúblicas soviéticas de Asia Central. Taiwán en el ojo de un juego de ajedrez que resulta desafiante. Veremos qué tipo de chispa será.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

La guerra olvidada de República Centroafricana

La guerra olvidada de República Centroafricana

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Como su nombre lo indica, este país está ubicado en el centro de África, posee casi 4 millones de habitantes y vive una tragedia que la prensa mundial no trata en los grandes portales. También allí hay conflicto tremendo y las mujeres viven un drama producto de las luchas entre grupos paramilitares tanto musulmanes como cristianos. Otra ex colonia francesa que vive ese fenómeno maldito conocido como “estado fallido”.

Los rebeldes del grupo Seleka, combatientes que se dicen musulmanes y pertenecen a la rama wahabita saudí, ubicados en el norte de República Centroafricana.

Mientras todos cubrían lo de Afganistán, nadie se percataba lo del conflicto centroafricano. Más de una treintena de ONG internacionales han expresado su “profunda preocupación” por la “crisis humanitaria” que sufre República Centroafricana y han reclamado una mayor movilización internacional, en la medida en que la comunidad humanitaria ha recibido menos de la mitad de los 444,8 millones de dólares requeridos para este año 2021. Ni las “fuerzas de paz” de las Naciones Unidas (ONU) estacionadas allí hacen nada, y solo se repliegan en Bangui, la capital, mientras los grupos Seleka y Antibalaka se disputan territorios, fomentando señores de la guerra para apropiarse de los yacimientos de diamantes, oro, gas natural y petróleo. Por supuesto, las multinacionales europeas están allí para pagar mercenarios de un lado y del otro.

Unos 2,8 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, más de la mitad de la población, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU. Más de la mitad de los ciudadanos pasan hambre en un país en el que hay 1,4 millones de desplazados y refugiados, la cifra más alta desde el año 2014.

En el ámbito sanitario, la situación es igualmente alarmante, habida cuenta de que República Centroafricana tiene la peor tasa de mortalidad infantil de todo el mundo y figura entre los primeros en cuanto a mortalidad materna. La esperanza de vida es de apenas 53 años, también una de las peores del mundo, y en el último año se han detectado brotes de enfermedades prevenibles como el sarampión o la malaria. También está al alza la violencia sexual hacia las mujeres por los grupos Seleka y Antibalaka.

Los rebeldes que se dicen cristianos del Movimiento Antibalaka, ubicados en el sur de República Centroafricana, que han llevado una campaña antimusulmana en el país.

El 13 de agosto de 1960, la República Centroafricana se independizó de Francia. Con el apoyo de los franceses, David Dacko tomó el poder, estableciendo hacia 1962 un Estado de partido único.  El 31 de diciembre de 1965, Dacko fue derrocado por su primo, el general Jean-Bédel Bokassa, quien suspendió la constitución y disolvió la Asamblea Nacional. El 2 de marzo de 1972 se proclamó presidente vitalicio, mariscal el 19 de mayo de 1974, y en 1976 se convirtió al islam adoptando el nombre de Salah Eddine Ahmed Bokassa. En 1976 Bokassa cambió el nombre del país por Imperio Centroafricano y se autoproclamó emperador con el nombre de “Bokassa I” en una fastuosa ceremonia inspirada en la coronación de Napoleón. Sus constantes violaciones a los derechos humanos (matanza de estudiantes que protestaban contra la obligatoriedad de llevar uniforme), entre otros motivos, llevaron a Francia a organizar un golpe de estado en su contra. En la llamada Operación Barracuda, aprovechando que el emperador se hallaba de visita en Libia, las fuerzas francesas (paracaidistas) ocuparon los lugares estratégicos del país y establecieron en el poder al expresidente Dacko. Luego vino una era de inestabilidad política, nuevos golpes de estados y rebeliones militares.

La estabilidad recién llegó en 2012, con el mandatario Francois Bozizé, pero este fue derrocado en 2013. Los grupos musulmanes del norte llagaron a Bangui y tomaron la capital. Eran los Seleka, de ideología wahabita y muy anticristianos. Desde entonces, aparecen las facciones cristianas Antibalaka, que se apoderan del sur del país. En 2014 estalla la guerra civil entre ambos grupos. Hacia el año 2016 recién hay una tregua, cuando el presidente Faustine Tuderá logra calmar la situación, con ayuda de Francia. Pero esto duró poco, porque en 2019 empezó de nuevo la guerra civil crónica del país.

Diamantes, oro, gas natural, petróleo y bosques son las riquezas saqueadas por Occidente en República Centroafricana, mientras fomenta la guerra civil entre facciones.

Los Seleka son facciones guerrilleras de la parte musulmana sunna del norte del país, que reciben ayuda misteriosa de Chad y Sudán, países colindantes. En el sur, cerca de Bangui, están los guerrilleros del grupo Antibalaka, influenciados por el cristianismo evangélico conservador y muy islamófobo.

El país vive sumido en una grave crisis desde la ofensiva lanzada en diciembre de 2020 por de la Coalición Patriotas por el Cambio (CPC), que ha puesto en jaque de nuevo la estabilidad política y social, y aún arrastra los efectos del golpe de Estado de 2013.

A pesar de sus abundantes recursos minerales, tales como las reservas de uranio en Bakouma, petróleo en Vakaga, oro y diamantes, así como maderas, energía hidroeléctrica y tierras de cultivo, el país está fraccionado por donde se lo vea. Los señores de la guerra se sirven de la inestabilidad y venden la riqueza del país a los mejores pagadores occidentales. Francia se queda con las reservas de uranio, gas natural y petróleo. París solo tiene sus 3500 pretorianos estacionados para que el país siga balcanizado, porque así es más sencillo explotarlo. Por eso, no se olviden de República Centroafricana.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Hay olor a gas y todo puede explotar por los aires

Hay olor a gas y todo puede explotar por los aires

TIEMPO DE LECTURA: 13 min.

Se trata de uno de los pocos conflictos resueltos en el mundo de hoy. Armenia y Azerbaiyán, desde que se independizaron a principios del decenio de 1990 de una desintegrada Unión Soviética, luchan por la región conocida como Nagorno-Karabaj. Hoy en día es una porción de tierra de Azerbaiyán, pero en la cual vive una importante comunidad armenia cristiana que de hecho formó una república separatista que quiere unirse a la República de Armenia.

La disputa por Nagorno-Karabaj se recrudeció a fines de septiembre y varios días consecutivos de choques dejaron ya un centenar de muertos en ambos bandos, entre ellos una decena de civiles. Se habla de helicópteros derribados, tanques destruidos y ataques con drones en un nuevo enfrentamiento entre las dos ex repúblicas soviéticas por el control de esa región.

La comunidad internacional se alertó rápidamente. La Unión Europea, con el liderazgo de Francia (país en donde existe una gran comunidad armenia), y Estados Unidos llamaron a la calma. Rusia, por su parte, pidió calma a los armenios, apelando a la unidad histórica cristiana ortodoxa entre ambas naciones. La República Islámica de Irán también se metió en el asunto, ya que mantiene fronteras con ambas naciones en guerra, pero que posee una importante comunidad azerí musulmana de la rama shiíta en el noroeste del país.

La república turca del ambicioso neo-otomano Recep Erdoğan fue más osado y apoyó a Azerbaiyán contra Armenia, incluso manifestando apoyo bélico. Las elites turcas del gobierno de Erdoğan realimentan su postura antiarmenia insertándose de lleno en el conflicto de Nagorno-Karabaj, apelando a la “unidad islámica” y a defender la integridad territorial de Azerbaiyán. Erdoğan no va a permitir que se vuelva a la campaña antiturca por el tema urticante del genocidio armenio de 1915-1917.

Por su parte, los líderes de Armenia y Azerbaiyán se responsabilizan mutuamente de esta nueva escalada de la violencia. El presidente azerí, Ilham Aliyev, dijo el domingo 27 de septiembre que confía en recuperar el control de la región separatista. “Prepárense para defender nuestra nación sagrada”, declaró el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, después de acusar a Azerbaiyán de una “agresión pre-planificada”.

Ataque armenio sobre objetivos azeríes de este domingo 27 de septiembre.

Surgimiento del conflicto

Tras el final de la Unión Soviética en 1991, estalló una guerra en Nagorno-Karabaj por su independencia frente a los azeríes. Decenas de miles de personas murieron en un sangriento enfrentamiento que además dejó un millón de desplazados. En 1994 se estableció un alto al fuego, pero quedó latente el clima separatista entre los armenios de Nagorno-Karabaj.

La autodenominada “República de Nagorno-Karabaj” continúa sin el reconocimiento diplomático de ninguna nación y aún es considerada de jure como parte de Azerbaiyán, pese a ser independiente de facto desde el final de la guerra.

Armenia apoya a los rebeldes separatistas y busca anexionarse Nagorno-Karabaj para conformar una “verdadera nación del Ararat”, apelando a un viejo nacionalismo de carácter étnico-religioso anti-islámico. Por su parte, Azerbaiyán apela a la unidad nacional contra Armenia. El 80% de los musulmanes azeríes son shiítas, aunque las elites azeríes no tuvieron inconvenientes en asociarse a la Turquía musulmana sunnita.

Ambas elites apoyaron una especie de secularismo en el ámbito islámico. Las clases dirigentes azeríes siempre buscaron fortalecer sus lazos con los turcos en el conflicto con los armenios antes que asociarse a la República Islámica de Irán o la República Árabe Siria, cuyas dirigencias son shiítas también. De hecho, Bakú (capital azerí) no quiso saber nada frente al interés iraní en el conflicto de Nagorno-Karabaj.

Todo tiene un trasfondo histórico

Armenia

En el conflicto de Nagorno-Karabaj hay dos planos de análisis: uno lejano y otro surgido en los albores del siglo XX. Armenia es una región de la Trancaucasia. Desde el 900 a.C., en plena Edad de Hierro del Cercano Oriente asiático, se formó el llamado reino de Urartu, en los alrededores del Lago Van, aunque la etnia de sus clases dirigentes no era de lengua indoeuropea, sino alardo-urartiana.

El poderoso imperio asirio se adueñó de Urartu en el siglo VII a.C., y lo destruyó. Nuevas etnias de lengua indoeuropea protoarmenia, emparentada con los antiguos medos y persas del Irán, llegaron a la región y estuvieron bajo poder de los sucesivos imperios persa aqueménida (500-330 a.C.), macedónico (330-200 a.C.), arsácida, romano y sasánida (entre el 200 a.C., y el 650 d.C.).

Hacia el 250 d.C., una elite armenia se había romanizado bastante y de hecho fue conformando un régimen estatal propio, que en el año 301 d.C., adoptó el cristianismo. Así, el país llamado Armenia se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el cristianismo como religión oficial del Estado, ​por influencia de Gregorio I “El Iluminador”, considerado hoy en día santo patrón de la Iglesia Apostólica Armenia.

Tiridates III (238-314 d.C.) fue el primer gobernante que oficialmente se propuso cristianizar a su gente. Su conversión ocurrió doce años antes de que el imperio romano concediera al cristianismo la tolerancia oficial bajo Constantino I y casi ocho décadas antes de que Teodosio I “el Grande” adoptara el cristianismo como religión oficial del imperio (380 d.C.). En el año 405 d.C., el erudito Mesrob Mashtóts creó el alfabeto armenio.

Después de la caída del reino de Armenia en el año 428 d.C., la mayor parte del país fue incorporada al imperio sasánida. Después de una rebelión en el año 451, los armenios mantuvieron su libertad religiosa, mientras que su país ganó autonomía y el derecho a ser gobernada por un gobernador nativo, mientras que otros territorios imperiales fueron gobernados exclusivamente por sasánidas.

El llamado “marzpanato de Armenia” duró hasta 640, cuando la Persia sasánida fue destruida por el Califato Árabe. Tras la conquista árabe musulmana de Armenia, el país fue inicialmente agrupado en una unidad administrativa con el nombre de Arminiyya, que también incluyó partes de Georgia y de la llamada “Albania caucásica” y tenía su centro en la ciudad armenia de Dvin, bajo un gobernador árabe, llamado Vostikan.

A mediados del siglo IX la administración fue delegada en “el príncipe de Armenia”, reconocido por el califa y el emperador bizantino. El principado de Armenia duró hasta el año 884, cuando el país recuperó la independencia del debilitado imperio árabe musulmán.

Armenia fue disputada por los bizantinos y diversas fuerzas militares turcas entre el 1000 y el 1300. Los mongoles también llegaron a dominar al país. Hacia el 1320 los turcos otomanos empezaron a invadir estas tierras. En 1453 el viejo imperio bizantino fue destruido por los turcos otomanos y Armenia quedó bajo dominio del Sultán de Estambul. Esta situación duró trescientos años, hasta la Guerra Ruso-Turca de 1828-1829, cuando la parte oriental de este territorio fue cedida al Imperio del Zar ruso. La parte restante, también conocida como Armenia otomana o Armenia occidental, continuó hasta la finalización de la Primera Guerra Mundial y la partición del imperio turco otomano. En los años del decenio de 1860 surgió el Movimiento de Liberación Nacional de Armenia.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial de 1914-1918 la Turquía otomana aprovechó para apoderarse de la Armenia rusa. Luego tuvo lugar el terrible genocidio armenio de 1915-1918 por parte de las autoridades otomanas. La gran mayoría de estimaciones acerca del número de armenios muertos comienzan a partir de los 650 mil hasta el millón y medio de personas.

Entre 1916 y 1917 Rusia logró recuperar Armenia. En ese momento, Armenia, Georgia y la parte de Azerbaiyán controlada por los rusos, trataron de adherirse formando la República Federativa Democrática Transcaucásica. Esta Federación, sin embargo, duró solamente de febrero a mayo de 1918, cuando las tres partes decidieron disolverla. Consecuentemente, Armenia del este llegó a su independencia bajo el nombre de República Democrática de Armenia (DRA) el 28 de mayo de 1918.

Armenia fue anexionada por la Rusia bolchevique y junto con Georgia y Azerbaiyán, fue incorporada a la Unión Soviética como parte de la RFSS Transcaucásica (RFSST) el 4 de marzo de 1922. La RFSST existió desde 1922 hasta 1936, cuando se dividió en tres entidades separadas (RSS de Armenia, RSS de Azerbaiyán y RSS de Georgia).

El 21 de septiembre de 1991, Armenia declaró oficialmente su independencia después del fallido golpe de agosto en Moscú. Levon Ter-Petrosyan fue elegido popularmente como el primer presidente de la recientemente independiente República de Armenia el 16 de octubre de 1991.

Azerbaiyán

Por su parte, Azerbaiyán, al principio, no estaba ligada a la historia musulmana. Si bien allí existieron grupos indoeuropeos ligados a los medos y los persas aqueménidas, otras etnias como la de los escitas (o sakas) también vivieron en la Transcaucasia. Más adelante, la zona se volvió parte del imperio de Alejandro Magno y su sucesor, el imperio seleúcida. Pero los antiguos habitantes eran los llamados albaneses caucásicos que establecieron un reino independiente alrededor del siglo IV a.C. Durante este período, el zoroastrismo persa se esparció por el Cáucaso.

En el siglo IV d.C., llegó el cristianismo, pero no tuvo mucho éxito. Pese a las numerosas conquistas por parte de los sasánidas y los bizantinos, Albania Caucásica permaneció como un Estado semiindependiente hasta el siglo IX. En el 667, el Califato Omeya expulsó a ambos ejércitos de la región y conquistó la Albania Caucásica tras suprimir la resistencia cristiana liderada por el príncipe Javanshir. El vacío de poder dejado por el declive del Califato Abasí fue cubierto por numerosas dinastías locales como los Saláridas, los Sáyidas, los Shaddadids, los Rawadids y los Búyidas. A principios del siglo XI, el territorio comenzó a ser atacado por oleadas de tribus túrquicas oguz provenientes de Asia Central.

El viejo idioma azerí de la Albania Caucásica se fue adaptando a la llegada de los nuevos inmigrantes turcófonos, pero también persas. Con el tiempo se formó el actual idioma azerí, perteneciente a la rama túrquica.

Durante el dominio de los Safávidas, se impuso el shiismo entre la población (anteriormente suní) como parte de su lucha contra el imperio otomano.​ Tras la caída de los Safávidas, el área fue dominada por las dinastías iraníes de Afshárida, Zand y brevemente por los Kayar. Después del colapso de la última dinastía, surgieron los kanatos independientes de facto.

La breve campaña rusa de 1812 terminó con el Tratado de Gulistán, en el cual se retiraron los reclamos de los sahs sobre algunos kanatos del Cáucaso, en virtud de que habían sido independientes de facto mucho antes de la ocupación rusa.

Los kanatos ejercieron el control exclusivo sobre las principales rutas del comercio entre Asia Central y el Occidente. Envueltos en una guerra constante, estos kanatos fueron incorporados finalmente al imperio ruso en 1813, tras la guerra ruso-persa. El área al norte del río Aras, una porción del actual territorio azerbaiyano, formó parte de Irán hasta que fue ocupada por Rusia. En 1917 estalló la Revolución Rusa y al año siguiente Azerbaiyán quedó bajo poder de los bolcheviques hasta 1991.

Conflictos en la era soviética

La vieja disputa entre armenios cristianos y musulmanes shiítas azeríes no terminó con la llegada de la Unión Soviética. Poco después de que se disolviera la Federación Transcaucásica, graves disputas territoriales desembocaron en una guerra abierta entre las recién formadas Repúblicas Socialistas Democráticas de Armenia y Azerbaiyán. La guerra se extendió al propio Karabaj. La disputa se centró en el establecimiento de la frontera entre ambos países. Los armenios de Karabaj intentaron proclamarse en una república independiente, pero fallaron al no poder contactarse con Armenia.

Después de la derrota otomana en la Primera Guerra Mundial, tropas británicas ocuparon la zona de Transcaucasia en 1919. Luego en el decenio de 1920 los soviéticos lograron ocupar el territorio. Aún así las luchas entre armenios y azeríes continuaron, aunque de formas muy esporádicas entre 1930 y 1990. Ya a fines del decenio de 1980, en el medio de la crisis de la Unión Soviética, hubo fuertes escaramuzas en Nagorno-Karabaj. De hecho, en el suroeste de Armenia está el enclave de Najiyeván, de mayoría azerí musulmana shiíta, que pertenece a Azerbaiyán.

Cae la URSS, se reaviva el conflicto

La caída de la Unión Soviética de 1991 reavivó estas disputas aún más. La guerra de los ‘90 dejó unos 30 mil muertos y cerca de un millón de personas desplazadas. Desde la tregua de 1994, existe una situación de punto muerto.

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) trata desde hace tiempo de mediar en el conflicto, con diplomáticos de Francia, Rusia y Estados Unidos -el llamado Grupo Minsk de la OSCE- comprometidos en intentar de avanzar sobre la base de la tregua del ‘94.

Siguiendo los pasos de Turquía, desde 1995 las elites azeríes trataron de congraciarse con Occidente, a pesar de su identificación musulmana. De hecho, Azerbaiyán quiere ser parte de Europa, al igual que Armenia, y no de Asia. Azerbaiyán es un Estado laico de acuerdo con el artículo 7 de su Constitución. También se garantiza la libertad de culto mediante el artículo 48. Después de la independencia, una de las primeras leyes que aprobó la Asamblea Nacional azerí para disociarse de la Unión Soviética fue la adopción del alfabeto latino en las escuelas para reemplazar el cirílico. Todo un clímax.

Por su parte las elites armenias siempre se cobijaron en Occidente, aunque también se ligaron a Rusia en algunos negocios. Frente a la hostilidad de Turquía, Armenia buscó ayuda de la Unión Europea y también de Estados Unidos. Pero tanto Armenia como Azerbaiyán se entremezclaron con los intereses geoestratégicos de la Transcaucasia, y ambos sectores empresariales se involucraron en diversos negociados.

Gasoducto de Azerbaiyán, en el que hay corporaciones turcas y occidentales como fuertes inversoras.

Negocios son negocios

Más allá de las disputas entre cristianos y musulmanes, se esconde una fuerte batalla económica. Azerbaiyán es también un centro económico importante para el transporte de materias primas. El oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC) comenzó sus operaciones en mayo de 2006 y se extiende por más de 1774 km a través de Azerbaiyán, Georgia y Turquía. El BTC está diseñado para transportar más de 50 millones de toneladas de petróleo crudo anualmente desde el fondo del mar Caspio hasta la costa del Mediterráneo.

El gasoducto del Sur del Cáucaso, que atraviesa los mismos países, inició sus funciones a finales de 2006 y ofrece un suministro de gas natural constante a los mercados europeos desde el yacimiento Shah Deniz. En este lugar se producen más de 296 mil millones de metros cúbicos de gas natural por año.

La principal fuente de energía del país son los combustibles fósiles: dos tercios de su superficie cuentan con yacimientos de petróleo y gas natural. Gracias a esta abundancia el país produce alrededor de 1,4 millones de barriles de petróleo al día.

En septiembre de 1994, el gobierno azerí firmó un contrato de treinta años con trece compañías petroleras, entre las que se destacan Amoco, British Petroleum, Exxon Mobil, Lukoil y Statoil. Como las compañías extranjeras tienen permitido perforar los yacimientos en aguas profundas aún intactos, Azerbaiyán es considerado como uno de los puntos de exploración y desarrollo más importantes de la industria.

Armenia no se queda atrás

Armenia es miembro del Consejo de Europa, mantiene relaciones amistosas con la Unión Europea, especialmente con Francia y Grecia, ya que una encuesta en 2005 informó que el 64 % de la población de Armenia se manifestó a favor de la adhesión a la UE y varios funcionarios armenios también han expresado el deseo de que su país, a la larga, llegue a convertirse en estado miembro, ya que algunos predicen que se hará una oferta oficial de ingreso en unos pocos años. También se ha examinado qué parte de la sociedad está a favor de unirse a la OTAN. Sin embargo, el presidente Serzh Sargsyán (2008-2018) quería mantener a Armenia vinculada a la Federación Rusa y a la Comunidad de Estados Independientes (CEI).

Hasta su independencia, la economía de Armenia se basó en la producción industrial de productos químicos, electrónica, maquinaria, alimento procesado, caucho sintético y textiles, era además altamente dependiente en recursos externos. Las minas armenias producen cobre, cinc, oro y plomo. La mayor parte de la energía se genera con combustible importado de Rusia, incluyendo gas y combustible nuclear.

Erdogan y Alishev, aliados en la región de Transcaucasia y contra los intereses armenios.

Muchos intereses

Algo está más que claro, el Cáucaso sur es un pasillo para gasoductos que llegan desde el mar Caspio hasta los mercados mundiales. Rusia, Turquía y Occidente tienen sus intereses. Al conflicto del Golfo Pérsico, ahora se le suma el de la Transcaucasia.

Turkey Petroleum es el segundo mayor inversor del gasoducto Baku-Tbilisi-Erzurum con una participación del 19%. BOTAS, la empresa estatal turca comercializadora de petróleo y gas, es el segundo mayor inversor de Gas Natural Transanatoliano (TANAP) con una participación del 30%. Turquía es el 18º mercado de gas natural más grande del mundo, y es vecino de Europa, el segundo mercado más grande del mundo. Desde 2019 está el TANAP listo para suministrar gas azerí a Europa, comunicó el servicio de prensa de la Compañía Estatal Petrolera de Azerbaiyán (SOCAR). El proyecto TANAP corre a cargo de la compañía Southern Gas Corridor (51%), la operadora gasística turca BOTAS (30%), la petrolera anglo-holandesa BP (12%) y la empresa SOCAR Turkey Enerji (7%).

El panorama es complejo: Turquía tiene una apuesta fuerte en Transcaucasia y defenderá con todo a Azerbaiyán. Occidente, Rusia e Irán no quieren una escalada militar imparable. Muchas empresas occidentales también se verán muy afectadas si hay una guerra total. Un conflicto de vieja data que no sólo es entre la cruz y la media luna islámica. Hay olor a gas. Y si hay una chispa fuerte, todo puede explotar por los aires.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

El agravio como forma de hacer política

El agravio como forma de hacer política

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

Pensar una sociedad en la que no existan intereses confrontados resulta iluso e incluso es una negación de la naturaleza diversa de la humanidad. Prueba de ello es el desarrollo de la historia, que a pesar de las tergiversaciones que pueda tener, siempre nos encuentra con bandos enfrentados.

Siempre va a existir una puja entre quienes en un momento logren ser hegemonía y otros que consecuentemente serán subalternidad. Sin embargo, forma parte de la democracia que se permita a la mayoría gobernante llevar adelante sus políticas. Ello sin avasallar los derechos de las minorías.

Ahora bien, para que una sociedad o comunidad exista debe existir el interés de conformar un todo, de aceptar al otro como un distinto con quien podemos convivir, negociar e intentar construir una vida en común. De eso se trata el pacto democrático, que no es algo totalmente rígido sino que es elástico y está sujeto a un tire y afloje constante en las disputas políticas.

La llegada del Coronavirus al país nos condujo a un escenario donde se requirió un accionar conjunto y se dio lugar a una tregua entre la conducción del PRO en CABA y el Frente de Todxs. Parecía una muestra de diálogo y madurez política. El discurso de unidad copó las conferencias y se convirtió en un peligro para la oposición ya que había una gran aceptación social de las medidas sanitarias tomadas por el Gobierno Nacional en el marco de la pandemia.

Ante la imposibilidad de sacar tajada de eso, y en pos de romper con esa tregua comenzaron las acusaciones por parte de la oposición. Denuncias inconexas que no se configuran como una crítica o propuesta política, sino más bien, muchas veces no resisten análisis alguno. Por enumerar algunos casos podemos citar el intento de responsabilizar al gobierno por la supuesta liberación de presxs, la muerte de Fabián Gutiérrez, el proyecto trunco de expropiar Vicentin narrado como un ataque a la propiedad privada de todxs, la necesaria extensión de la cuarentena como una “infectadura” y la idea infundada de que la reforma judicial sería utilizada por CFK como estrategia de impunidad.

Hay algo que une todos los casos: en ninguno existió una propuesta superadora de las medidas criticadas, una invitación al diálogo o la posibilidad de discutir sin tergiversar los hechos o palabras. El objetivo siempre parece ser, sembrar la disyuntiva entre democracia o infectadura, honestos o delincuentes, trabajadores o ñoquis del Estado, orden o desgobierno. Qué sucede con todos esos hechos o de qué se tratan, queda en segundo plano. La finalidad termina siendo golpear la imagen del gobierno nacional y construir subjetividades negativas en torno al Frente de Todxs. 

La oposición que aún no logra ordenarse, encontró en esta forma de ataque una manera de accionar que con la ayuda de los medios masivos de comunicación, tiene como único objetivo desgastar al oficialismo. El problema de esa artimaña es que hace difícil la convivencia y construcción democrática; cerrar el diálogo a punto tal de no dar quórum para que el Congreso no pueda tratar ninguna ley es un juego peligroso.

Fomentar la idea de desgobierno y como dijo Carrió “aún llegando a la desobediencia civil” es negativo no solo para que el gobierno elegido popularmente implemente sus políticas, sino también para poder avanzar en aquellas en las que existe consenso social previo. Ahogar los debates simplificándolos entre buenos o malos no soluciona los problemas políticos de la sociedad. Buscar el consenso es responsabilidad de todas las fuerzas políticas. Vivir en un Estado de Derecho implica respetar la elección popular, discutir y disputar política en el marco democrático.

Frenar la difamación y el agravio conduciendo las discusiones al plano de las propuestas políticas será necesario para fortalecer la democracia. Evidentemente Juntos por el Cambio no se siente cómodo en ese terreno, más allá de ser oposición, por eso recurre constantemente al golpe.

En una sociedad plural el conflicto de intereses es imprescindible y fomentar los debates, la discusión en el marco del respeto, es lo que nos permite avanzar en la construcción de una mejor comunidad.  Discutir y disputar política permite construir colectivamente, mientras que denostar al opositor o sembrar la idea de desgobierno, solo conduce a tensar cada vez más nuestro pacto democrático, separar la sociedad y destruir.

Rubén Abreu
Rubén Abreu

Recibido en la Universidad Pública de Abogado, aunque sigo estudiando. Me gusta leer y soy re colgado. Trabajo por ser consecuente con mis convicciones, con todas las imperfecciones que tengo.

Javier Álvarez: “La empresa tiene que funcionar con todos los compañeros adentro para que esto se solucione”

Javier Álvarez: “La empresa tiene que funcionar con todos los compañeros adentro para que esto se solucione”

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Javier Álvarez, Secretario General de Químicos y Petroquímicos de Tierra del Fuego

Dialogamos con el Secretario General de Químicos y Petroquímicos de Tierra del Fuego, Javier Álvarez, con quien analizamos el conflicto que tienen abierto con la empresa Tecnomyl S.A. y el paro de actividades que ya lleva más de un mes.


¿Cómo vienen llevando la situación del conflicto abierto con Tecnomyl S.A.?

En el rubro en que hoy tenemos un conflicto es el Químico. Nosotros en esta planta trabajamos haciendo herbicidas, insecticidas y todo lo que sea para el campo del mercado local. Están ligados a los alimentos y es la última industria que cae cuando hay este tipo de crisis. En todo el ámbito de Tierra del Fuego que se sostiene por la industria electrónica.

Entendemos que hay una realidad causada por estas políticas, de dejar de ser competitivos ante los productos que entran desde otros países. Es así como se van perdiendo muchos puestos de trabajo.

En el caso nuestro, que es una empresa que está en pleno crecimiento, que tiene nuevos proyectos para ingresar de a 50 personas cada seis meses para ir agrandando, evidentemente estamos hablando de una flexibilización; estamos hablando de empresarios que tienen la derecha de este gobierno para realizar cualquier tipo de medidas sobre los recibos de sueldo de los compañeros y es donde nosotros hoy nos plantamos y por ese tipo de reclamos es que estamos ante despidos extorsivos porque son compañeros que tienen un legajo intachable y la empresa los ha despedido en plena conciliación obligatoria y ni desde el Ministerio de Trabajo ni desde la justicia se han hecho responsables de este tipo de cuestiones.

Ustedes hacen productos para la producción agrícola que es uno de los sectores beneficiados por las políticas del gobierno nacional ¿Por qué creen que la empresa está entrando en estas situaciones?

La empresa en ninguna de las instancias donde fue creciendo este conflicto pudo justificar un problema económico. Para cualquier sindicato donde las empresas presentan balances negativos o algún preventivo de crisis, entre las dos partes se busca la situación para poder mantener los puestos de trabajo y ver cuáles son las alternativas en ese proceso de crisis económica, para poder salir adelante. En este caso la empresa no tiene ningún justificativo económico porque está creciendo.

En Tierra del Fuego, somos la única empresa que trabaja con productos cancerígenos como es el glifosato, hidróxidos, ácidos. Desde hace 8 años, cuando se empezó la producción, hemos mejorado los básicos (salarial) justamente por la complejidad que tenemos en la industria. Esas mejoras firmadas entre la empresa y el sindicato es lo que quieren sacarnos. Ese básico de convenio a nivel país, nosotros lo hemos mejorado y esa mejora sin ningún tipo de arbitraje o reunión, la empresa decidió pasarlo a una suma no remunerativa, dejando de ser base de cálculo para todos los ítems en el recibo y obviamente no pagando los aportes previsionales ni de obra social como corresponde.

Con eso nos bajaron a la mitad el poder adquisitivo, impactando también en las paritarias, con lo cual vemos como las empresas, simplemente, cuando no ganan lo que quisieran ganar, el hilo más fino son los trabajadores.

¿De cuántos trabajadores estamos hablando?

En Tecnomyl estamos hablando de aproximadamente 200 trabajadores, de los cuales 140 estamos en Río Grande. La parte administrativa y de laboratorio están en Córdoba.

Hoy por hoy nosotros hemos liberado el paso para hacer el trabajo porque no coartamos la libertad de nadie a trabajar como dice la Constitución Nacional, pero sí entendemos que al liberar el paso, la empresa comenzó a contratar personal para reemplazar a los que estamos haciendo uso de nuestro derecho a huelga, que también es constitucional.

También entendemos que la justicia nos pida que liberemos el espacio, también esperamos que la justicia ponga en vereda a la empresa por hacer este tipo de maniobras que entendemos que son cien por ciento desleales.

Podemos estar 5 años parados debajo de la planta. Si estamos 100 personas afuera de la planta y contratan 100 esto no va a tener ningún efecto. Entonces estamos pidiendo al ministerio de trabajo que actúe en consecuencia.

¿Cómo está la situación laboral en la provincia en general?

Dificilísima. La verdad es que ha sido una provincia próspera en términos de industria. Acá se sostiene sobre todo por la industria electrónica y desde allí se produjo el crecimiento de la isla. Nosotros estamos adheridos al sub régimen que hace que las empresas vengan a instalarse acá y también entendemos que es así como mucha gente a emigrado a la isla y ha sido muy próspero.

En este tiempo, con los lineamientos políticos desde más arriba la isla ha decaídos y realmente para poner un ejemplo, una de las fábricas de electrónica más grandes que estaba trabajando con 4 mil personas, hoy está trabajando con 800. Es decir que reinsertarse en el mercado laboral, con las condiciones climáticas que tenemos, con los precios de la canasta familiar, se hace muy difícil. Por eso siempre velamos para no perder los puestos de trabajo, pero tampoco vamos a dejar que las empresas impongan cualquier tipo de medidas para que la gente siga trabajando con la mitad del sueldo.


¿Cuáles son las medidas a seguir? ¿Qué están planteando desde el gremio?

Lo que le planteamos a la empresa en todo momento es que esto se soluciona (como en cualquier conflicto) sentados en una mesa de negociación. Alternativas de cómo volver a incorporar a quienes se sacó en su momento de manera arbitraria, hay muchísimas: hay que ver si se puede hacer en porcentajes, si puede ser progresivo, si más adelante se puede llegar a reevaluar (dentro de un año) la situación en la que esté la empresa.

Siempre hay alternativas porque nosotros no somos un gremio terco. Lo que sí notamos por parte de la empresa es que se ha plantado en un lugar donde no quiere negociar, fundamentalmente por los despidos. Los despidos son parte fundamental de esta negociación, donde queremos los compañeros adentro. La empresa tiene que funcionar con todos los compañeros adentro para que esto se solucione. Ese es el objetivo y por eso es que hoy estamos tomando este tipo de medidas.

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