Usurpaciones de las que nadie habla

Usurpaciones de las que nadie habla

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La situación sobre la propiedad de la tierra es un tema que viene desde hace mucho tiempo y el deporte no está ajeno de ella. Alguno de los clubes que hoy se denominan “grandes” y muchos de los los barriales, han crecido gracias a que en su momento se les dio acceso distintos espacios que fueron utilizados para bien del pueblo y la comunidad. Un ejemplo de ello es el caso La Nuestra Fútbol Feminista, que se encuentra en la Villa 31, que no persigue fines meramente económicos y ha día de hoy ayuda a muchas familias afectadas por la pandemia.

Como es por demás conocido, el deporte es una herramienta que puede ser utilizada de manera positiva. También puede ocurrir lo contrario, aunque los medios hegemónicos no hablen de ello. En muchas oportunidades sectores empresariales usurpan terrenos (sean estatales o de pueblos originarios) y los explotan para llenarse los bolsillos.

Arelauquen Golf & Country Club 

Este primer ejemplo, pese a ser de renombre en la ciudad de Bariloche, es producto de la usurpación, de amenazas y de la continua violación de nuestra Constitución Nacional y de leyes vigentes en las que protegen los territorios de pueblos originarios y su integridad. Este emprendimiento de alcurnia avanzó sobre las tierras de la comunidad Mapuche Quijada que desde hace generaciones trabaja y vive ahí.

Su eslogan es “Un lugar para vivirlo todo”. El selecto club Arelauquen Golf, usurpó 780 hectáreas a la comunidad mapuche, que abarca parte del Lago Gutiérrez. En dicho lugar construyeron un hotel cinco estrellas, mansiones, un helipuerto, un campo de golf de categoría internacional, canchas de polo, de tenis e incluso de squash. 

La ocupación comenzó 2007 pese a que hace más de un siglo que la comunidad Mapuche Lof Quijada se encuentra allí. Al momento de la llegada del pomposo emprendimiento ocupa ya estaba vigente el artículo 75 de la Constitución Nacional, la Ley Nacional 26.160 y el Convenio internacional 169 de la OIT, normativas que protegen los derechos de los pueblos originarios y de sus territorios.

Esto poco importó a la empresa de capitales belgas “Belgian Urban Renovation Company y Grupo Burco” que se apropió de cientos de hectáreas, incluido el cementerio de la comunidad, prohibiendo la visita a sus ancestros. Desde su llegada, el Country cuenta con seguridad las 24 horas del día con doble y triple alambrado perimetral.

A su vez, la estrategia común de los empresarios es encerrar a las comunidades. En este caso, se cortó el camino “Los Álamos”, única vía que comunica las rukas -casas- con la ruta y la ciudad. Así, se entorpece el acceso a insumos básicos como agua, alimentos, salud y educación; y, a corto o mediano plazo, las comunidades se ven obligadas a abandonar su territorio.

Lof Quijada exige hace 13 años que se respeten sus derechos: presentaron decenas de pedidos a la Municipalidad de Bariloche, al gobierno de Río Negro e hicieron diferentes gestiones en el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y nadie les dio respuestas, lo que muestra cómo es beneficiado el Club Arelauquen.

Cabe destacar que el directorio de Arelauquen está compuesto por propietarios rurales, empresarios, jueces, abogados, e inversores, por lo que la empresa también tiene una fuerte injerencia en en el ámbito judicial. En ese sentido, la Policía solo se dedica a reprimir a las comunidades.

Aunque estas también son usurpaciones, pero de carácter totalmente mezquino y ambicioso, no se ve la voracidad de la Policía para sacarlos del lugar como si se vio en Guernica, donde quedaron evidenciadas las necesidades de miles de familias y lo injusto del sistema.

No es casualidad que los deportes practicados en este predio sean el polo y el golf: ambos están ligados históricamente a las élites y clases dominantes y este club, como lo dejan ver sus intenciones, está lejos de ser inclusivo o de pensar en un enriquecimiento cultural para la población general. 

Por otra parte, el acceso no es para cualquiera. Para ser socie del club tenés que ser invitado por alguien del entorno, tener un gran reconocimiento dentro del mismo o poseer un estatus socioeconómico que te permita pagar por los servicios que ofrece.

Los clubes náuticos deben abandonar terrenos de la UBA en Núñez

El Club Universitario de Buenos Aires (CUBA), el Centro Naval y el Centro de Graduados del Liceo Naval ocupan amarres y terrenos que eran de la Universidad de Buenos Aires y fueron cedidos por Frondizi en 1958 dando permisos precarios. Desde entonces no pagan canon. La Universidad ya acordó con la Armada y ahora por vía judicial intimó al abandono de los tres espacios deportivos.

Dicha intimación finalizó a inicios de la tercera semana de octubre. En su relato, Mariano Genovesi -secretario General de la UBA-  explicó que la universidad hizo tasar los predios en el Banco Ciudad y que, por su valor locativo, CUBA debería pagar 6 millones y medio de pesos por mes, El Liceo Naval, 4 millones y, el Centro Naval 2 millones.

En el caso de CUBA, la Armada fue quien le otorgó en 1958 un permiso de uso precario a cambio de que mantuviera el calado del canal de acceso a la bahía para el ingreso de las embarcaciones.

El 20 de diciembre de 2018 la UBA firmó un acuerdo con la Armada a través del cual se le restituyó de forma definitiva esa franja de tierra de 20 hectáreas. Al mismo tiempo, dicha institución asumió la obligación de construir la nueva dársena en la localización que la fuerza militar disponga.

El club CUBA planteó que prefería hallar una solución consensuada pero ante la brevedad de los plazos ejercieron de forma inmediata los recursos judiciales disponibles con el objetivo de impedir “la irrazonable e injustificada medida dispuesta”. Voceros de la UBA dijeron que la resolución la tomó el Consejo Superior luego de “casi diecisiete meses de negociaciones” ante la “falta de voluntad de los ocupantes por regularizar su situación”.

Según Genovesi las cosas estaban claras: “Durante la última reunión que mantuvimos, en diciembre de 2019, les dijimos que no podían seguir estando ahí gratuitamente porque es un espacio público; para nosotros, hoy son unos ocupas. No tienen derecho a estar ahí porque es propiedad de la Universidad”.

Si bien la universidad no hará un uso completo del terreno, sí necesita percibir ingresos por los mismos; la suma que deberían pagar las instituciones que hacen uso del predio por mes podría ser utilizada para pagar becas de investigación, obras e incluso desplegar varios complejos deportivos.

Es importante recordar que el Club Universitario de Buenos Aires es el club más conservador de la capital. En 2018, cien años después de su creación, los socios varones decidieron si reformaba el estatuto del Club para que las mujeres puedan ser socias plenas. Sí, en 2018. Hasta ese entonces, las mujeres solo podían ser socias si eran parientes de algún socio varón, no podían hacer uso del edificio principal porque “no había plata para construir un vestuario para ellas”, y sus beneficios eran mínimos.

Estos son ejemplos claros y actuales del avance sobre la propiedad estatal y los territorios de pueblos originarios por parte del sector empresarial. Para aquellas personas que solo quieren lucrar, la utilización del deporte para favorecerse económicamente y beneficiar a un sector reducido de la población. Es necesario disponer de políticas públicas avocadas al apoyo de los clubes sociales, de los clubes de barrio y de los entes deportivos, que realmente aportan al crecimiento de la patria.


Eduard Paz
Eduard Paz

Proveniente del sur, me instalé en
 la ciudad de las diagonales. 
Fiel pensante que la política y 
el deporte van de la mano. 
Siempre me vas a tener al 
servicio de la comunicación
del pueblo y su deporte.


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