Uruguay en medio de la disputa China-Estados Unidos

Uruguay en medio de la disputa China-Estados Unidos

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El 22 de junio de este año, en el marco del Latin America Liberty Forum de la Red Atlas(1), el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED)(2), uno de los think tanks uruguayos, coorganizó la actividad de cierre que consistió en una entrevista exclusiva con el presidente Luis Lacalle Pou realizada por Martin Aguirre, editor en jefe del diario El País de Uruguay, miembro asesor del centro para América Latina de Atlas Network, editor del newsletter semanal de dicho centro “Miradas sur” y asesor del CED.

Las declaraciones que el presidente Lacalle Pou brindó en dicha entrevista pueden tener varias lecturas. Desde el punto de vista más oficialista se mostró como un presidente equilibrado en esta denominada nueva guerra fría comercial entre Estados Unidos y China, mostrando un Uruguay siempre como excepción de Latinoamérica, con una casi nula posibilidad de estallidos sociales.

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Es cierto, Uruguay a lo largo de su historia se ha caracterizado por no tener cambios bruscos ni de 180 grados. La institucionalidad siempre es respetada tanto por derecha como por izquierda, pero es simplemente reflejo de este país levemente ondulado geográficamente hablando, y políticamente también.

Por su dimensión, Uruguay es una aldea, una comarca en el concierto internacional y también dentro de Latinoamérica, que reposa entre dos gigantes como Argentina y Brasil. Latinoamérica vive tiempos convulsos (cuándo no) pero parece que Uruguay está inmunizado.

Quizá la idiosincrasia oriental -lo de oriental viene de la República Oriental del Uruguay- no es proclive a patear el tablero institucional, pero de las disputas económico-políticas este trozo de tierra poblado por tres millones de habitantes nunca queda por fuera.

Basta mirar cómo se benefició de las guerras mundiales, sobre todo de la segunda; cómo sufrió el neoliberalismo impuesto a través de dictaduras en el Cono Sur en los 70, cómo la ola privatizadora también tuvo sus representantes en la década de los noventa, cómo la crisis económica de principios de los 2000 también pegó y mucho en toda la sociedad. También vivió la ola de los gobiernos progresistas y ahora sufre el retorno de la derecha al gobierno, como tantos otros países de la región.

Uruguay apunta a fortalecer acuerdo con UE y buscar otros con EEUU y China
Uruguay apunta a fortalecer acuerdo con UE y buscar otros con EEUU y China

“El Mercosur es de las regiones más proteccionistas del mundo”. Volvió a cargar nuevamente el Lacalle Pou contra el bloque comercial que Uruguay integra junto a Argebntina, Brasil y Paraguay, insistiendo en su idea de “lastre” conocida por espetarle al presidente argentino Alberto Fernández.

En otro pasaje de la entrevista planteó que “este mundo que se viene está diseñado para un país como Uruguay (…) por eso estamos en una carrera aperturista”. El punto es que cuando los países de la periferia se abren casi que de manera total, las grandes potencias se cierran y se genera un intercambio desigual (que ya es desigual desde el inicio).

Asimismo, a largo plazo “la carrera aperturista” nunca la terminan ganando los pequeños países, porque basta una guerra de cualquier índole o que las potencias decidan no importar más esos productos para que dicho proceso se interrumpa. Los pequeños países nunca llegan a un desarrollo industrial sólido, forman parte de la división internacional del trabajo y ocupan un lugar en las cadenas de valor mundial que es ser los proveedores de materias primas.

Así el desarrollo de cada país queda condicionado a la suba y baja de precios de las commodities y no a una planificación proyectada internamente a mediano y largo plazo. Por eso el aperturismo de las pequeñas economías, a piacere de las grandes potencias, es el más peligroso de los espejismos.

EEUU consulta a Uruguay por su intercambio comercial con China -  08.07.2019, Sputnik Mundo
EEUU consulta a Uruguay por su intercambio comercial con China – 08.07.2019, Sputnik Mundo

El primer mandatario uruguayo no titubeó en tomar postura en la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Declaró “veo a Estados Unidos con lo que respecta a América Latina, muy China referente” y agregó “lo veo más reaccionando que accionando”.

Prácticamente todos los países de América Latina tienen a China como principal socio comercial y Uruguay no es la excepción. Al menos el 30% de las exportaciones tienen como destino al gigante asiático.

Ante la pregunta de un periodista sobre la capacidad de Uruguay de no quedar condicionado política y diplomáticamente, entre otras cuestiones, por el vínculo con China y Estados Unidos,. Lacalle Pou expresó que eso se resuelve “sin ser permeables a las presiones” y que no condiciona “un voto en la ONU ni en la OEA”.

Es una confianza inusitada y que ningún analista serio puede acreditar como cierta ni valedera. Por más que el mandatario no puede mostrarse condicionado, tampoco presentar a Uruguay como una fortaleza impenetrable, más teniendo en cuenta lo que sucede en la misma región y ha acontecido históricamente.

Un ejemplo concreto y reciente es el de Ecuador. Estados Unidos le prestó dinero a dicho país para saldar sus deudas con China, pero la contraparte es que el país andino cuando desarrolle la tecnología 5G no permita el ingreso de ninguna empresa china.

Otro ejemplo más cercano es el del propio gobierno uruguayo que votó por primera vez a un ciudadano estadounidense para el BID. El elegido, Mauricio Claver Carone, es el primero en establecer una política ofensiva contra China denominada “Near Shoring”: atraer cadenas de producción desde Asia hacia la región latinoamericana.

La neutralidad y la permeabilidad no se eligen, no son practicables en el mediano plazo. Latinoamérica será el laboratorio de disputa entre un Estados Unidos en decadencia y una China que ha tomado la delantera luego de la crisis de la Covid-19.

Política, ideológica y militarmente Lacalle Pou ha demostrado afinidad con la Casa Blanca. Económicamente, China le ha sacado varios cuerpos a cualquier otro país y hacia allí apunta el gobierno uruguayo. ¿Hacia dónde se decantará el fiel de la balanza?

Artículo publicado originalmente en Periferia


Notas

1.- Red Atlas, libertarios de ultraderecha: entramado civil detrás de la ofensiva capitalista en Latinoamérica – Por Aram Aharonian y Álvaro Verzi Rangel
https://www.nodal.am/2017/10/red-atlas-libertarios-ultraderecha-entramado-civil-detras-la-ofensiva-capitalista-latinoamerica-aram-aharonian-alvaro-verzi-rangel/

2.- El CED En su sitio web explicita sus alianzas estratégicas con: la Red Atlas, la Fundación Konrad Adenauer Stiftung, Libertad y Progreso, Fraser Institute, Property Rights Alliance y la Fundación Internacional para la Libertad.

Nicolás Centurión
Nicolás Centurión

Como dice un rapero: «por amor y por vicio… se convirtió en mi oficio.» La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

No hay peor ciego que el que no quiere ver

No hay peor ciego que el que no quiere ver

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Hace poco más de una semana el presidente norteamericano Joe Biden realizó su primer viaje al exterior en una gira que lo llevó hacia Europa donde se reuniría tanto con el anquilosado G7, al igual que con los miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y con los líderes de la Unión Europea.

Al salir de la reunión con el Grupo de los Siete, Biden dijo que “EEUU ha vuelto a la mesa”, en clara alusión a un cambio de política exterior respecto de su antecesor, el multimillonario de peluquín que ocupara la administración gringa hasta el año pasado.

“Puro humo” analizan algunes analistas especializados en la materia. Veamos por qué.

La caducidad del G7

Este bloque occidental nace en los años ‘70 impulsado por la iniciativa del presidente francés Valéry Giscard d’Estaing y del canciller de Alemania Occidental Helmut Schmidt. El objetivo era discutir la economía mundial y realizar consultas sobre una política económica internacional, fundamentalmente luego de la primera crisis del petróleo y tras el colapso del sistema de tipo de cambio fijo de Bretton Woods.

Ya para la década del ’80 el temario de estos encuentros había sumado cuestiones de política exterior y de seguridad. No es casual que algunos de los miembros de este selecto grupo sean precisamente parte de los “notables” que tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Y si bien en los ’90 se invita a formar parte a la Rusia gobernada por Mikhail Gorbachov, pasando de un G7 a un G8 para finales de la década, luego de la llamada “Revolución de colores” en Ucrania en 2013 (ya con Putin a la cabeza del oso ruso), se volvería a un organismo compuesto únicamente por potencias occidentales.

Cinco años antes, en 2008, había sucedido la crisis financiera de Wall Street, que no sólo dejó pedaleando a muchos países y de la cual se tardó muchos años en salir (incluso hay quienes sostienen que nunca se logró resolver), gastando incalculables millones de dólares y euros para rescatar a quienes la habían gestado: los bancos y la especulación financiera descontrolada.

El punto es que luego de este suceso se crearía el G20. Un grupo mucho más amplio de países entre los que se encontraban los miembros del G7 y países considerados como economías industrializadas y emergentes. China era uno de los pesos pesados para este entonces, pero también se sumaban India, Corea del Sur, Sudáfrica, Rusia, Japón, Brasil, México y Argentina, entre otros.

El panorama cambió por completo y en este 2021, por sólo plantear dos ejemplos, China es el motor de la economía global aspirando a ser la número uno del mundo; y Rusia no sólo volvió a levantarse tras la caída de la URSS, sino que hoy ostenta armamento de última generación que hasta los propios especialistas norteamericanos reconocen que adelanta décadas al de EEUU.

La cumbre de la OTAN

Lo que quedó en evidencia luego de la gira de Biden por Europa es que intenta relanzar o retomar ese supuesto lugar de “hegemón” a nivel mundial y para ello necesita no sólo convencer a la UE, sino también impedir que sigan creciendo las influencias rusas y chinas tanto en Europa como en América, Asia y África.

Entre las conclusiones del cónclave de la OTAN se encuentran objetivos como “intensificar la consulta política y la resistencia de la sociedad, reforzar la defensa y la disuasión, afinar la ventaja tecnológica y desarrollar su próximo concepto estratégico a tiempo para la cumbre de 2022”.

En el comunicado oficial de la OTAN se repite una constante: Rusia es una “amenaza aguda” y China es un “desafío sistémico”. Pero pese a la declaración conjunta, no todo es uniforme. Ejemplo de ello fueron las palabras de la Canciller alemana, Angela Merkel, quien señaló que la decisión del bloque de nombrar a China como desafío “no debería ser exagerada porque China, al igual que Rusia, también es un socio en algunas áreas”.

Está claro que los dichos de Merkel hacen alusión a la próxima concreción del Nord Streem 2 con Rusia y a los importantes acuerdos comerciales que tienen tanto Alemania como otros países europeos con el gigante asiático que conduce Xi Jinping.

Otro aspecto “importante” surgido de la reunión es el llamado plan Build Back Better World (B3W) o “Reconstruir un mundo mejor”, una propuesta que según el analista Pepe Escobar busca “hacer descarrilar la Iniciativa de la Franja y la Ruta, flexionar los músculos de la OTAN y acosar a China 24 horas al día, 7 días a la semana”.

Escobar subraya que si en los días de Lord Hastings Lionel Ismay, el primer secretario general de la OTAN, el propósito de la alianza era “mantener a la Unión Soviética fuera, a los estadounidenses dentro y a los alemanes abajo”, la versión actualizada al presente diría “mantenga a los estadounidenses dentro, la UE abajo y Rusia-China contenida”.

Parece que para la OTAN (bajo la impuesta visión de Washington) la única forma de enfrentar los desafíos futuros es aumentar los gastos militares. Esto teniendo en cuenta que “el presupuesto total de “defensa” de los 30 miembros de la OTAN crecerá un 4,1% en 2021, alcanzando la asombrosa cifra de 1.049 billones de dólares (726.000 millones de dólares de los EE.UU., 323.000 millones de dólares de diversos aliados)[1].

Así las cosas, EEUU necesita consolidar su injerencia sobre Europa para debilitar sus vínculos con Rusia y China, al tiempo que intenta sabotear de cualquier manera el avance de la Iniciativa “Belt and Road” (BRI) o “Cinturón y Ruta de la Seda”, una colosal iniciativa china de infraestructura que “promueve la integración física de Eurasia y sus ramificaciones hacia África y el Gran Medio Oriente, al que se han adherido 140 países de todos los continentes”.

En la misma línea va la llamada Iniciativa de los Tres Mares, bajo el supuesto de que la alianza de 12 de los países miembros de la UE (casi todos ex repúblicas de la URSS), interconectarán mejor los mares Adriático, Báltico y Negro. Según Escobar una copia desdibujada del 17 + 1 que lanzó China para integrar Europa del Este en el marco de la “Cinturón y Ruta de la Seda”.

Algunas apreciaciones finales

Más allá de los intentos que pueda lanzar EEUU, está claro que le será muy difícil volver a ser el mandamás del barrio. Si bien aún cuenta con un poderío militar importante y con instrumentos financieros que pueden generar serios problemas en sus competidores, de poco y nada le servirá sostenerse en esa pose de “Guardián del mundo libre y democrático”.

Tal como lo señala en especialista en geopolítica francés Pascal Boniface, “el mundo occidental hace mucho tiempo que perdió el monopolio del poder que ejerció durante cinco siglos. El problema es que nadie parece darse cuenta”. A lo cual podría agregarse que no quieren aceptar esa no tan nueva realidad.

Lo hemos mencionado en otras oportunidades, la insistencia en meterse en asuntos donde nadie los llama, la constante militarización de las fronteras rusas por parte de la OTAN, las presiones en el Mar de China y demás iniciativas norteamericanas, terminan siendo desesperados y peligrosos esfuerzos de EEUU por no perder su lugar de dominio e influencia global. El mayor problema es que una mala lectura o un error de cálculos pueden traer consecuencias irreversibles.

Por el bien de toda la humanidad, esperemos que no se cumplan las predicciones de Escobar, que sostiene que “habrá sangre”. Pero como dice el dicho, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.


Bibliografía

https://asiatimes.com/2021/06/the-real-b3w-nato-agenda/
https://dossiergeopolitico.com/2021/06/06/cartografos-chinos-y-rusos-trazan-el-orden-post-unipolar/
https://msiainforma.org/es/espanol-era-una-vez-el-g7/
https://dossiergeopolitico.com/2021/06/15/g7-y-china-lineas-de-falla-en-el-orden-mundial/
https://asiatimes.com/2021/06/g7-desperately-seeking-relevancy/
https://dossiergeopolitico.com/2021/06/15/nuevos-escenarios-exigen-nuevos-guiones/
https://www.clarin.com/revista-enie/ideas/pascal-boniface-hipotesis-geopolitica-viene_0_qerQ6lk1E.html
https://elordenmundial.com/la-iniciativa-de-los-tres-mares/

[1] https://dossiergeopolitico.com/2021/06/20/la-verdadera-agenda-b3w-otan/

Nicolás Sampedro
Nicolás Sampedro

Prefiero escuchar antes que hablar. Ser esquemático y metódico en el trabajo me ha dado algún resultado. Intento encontrar y compartir ideas y conceptos que hagan pensar. Me irritan las injusticias, perder el tiempo y fallarle en algo a les demás.

Coronavirus: distintas realidades en búsqueda de una vacuna

Coronavirus: distintas realidades en búsqueda de una vacuna

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Luego de cuatro meses de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), Argentina comienza con una apertura gradual encaminada a la nueva normalidad, en la que la responsabilidad ciudadana será el factor más importante.

Nuestro país cuenta con más de 130 mil casos confirmados, de los que alrededor de 60 mil ya están recuperados y cuenta con un poco más de 2300 muertes. Esto no solo marca que el ASPO ha sido efectivo a la hora de amortizar el azote de la pandemia, sino que ha demostrado que cuando las ciencias son tomadas en cuenta, saben responder de la mejor manera.

Al mismo tiempo, estos números han abierto las puertas a las ciencias del mundo. A principios de este mes, el presidente Alberto Fernández dio a conocer que nuestro país había sido seleccionado por los laboratorios internacionales Pfizer (Estados Unidos) y BioNTech SE (Alemania) para probar una vacuna experimental contra el coronavirus.

En palabras del propio Alberto Fernández, “la selección de nuestro país para llevar adelante estos estudios estuvo basada en la experiencia científica local, en las capacidades operativas y en la experiencia previa de Argentina en la realización de estudios clínicos”, lo que marca que realmente el esfuerzo de nuestres cientifiques no ha sido una pérdida de tiempo. Aunque no todas son buenas noticias.

Otra de las cuestiones por las que Argentina ha sido seleccionada como el primer país latinoamericano en probar esta vacuna es el hecho de que, si bien los números son bajos, se necesita una circulación viral del Covid-19, por lo que será fundamental el cuidado, la higiene y el distanciamiento social, y más aún si tenemos en cuenta esta nueva apertura de la cuarentena.

Estas consideraciones fueron confirmadas por el director de Vacunas de Pfizer para América del Norte, el argentino Alejandro Cané, quien destacó que “la experiencia previa de la Argentina en la realización de estudios clínicos, sumado a los altos estándares de calidad en investigación científica demostrados en los muchos estudios realizados en los últimos 20 años en el país, fue determinante en la selección de la Argentina como lugar de testeo de la fase final de la vacuna”.

Cané explicó que  las fases 1 y 2 de la vacuna comenzaron a fines de abril en Alemania y en mayo en los Estados Unidos, por lo que Argentina será parte de la fase 3. Esto da mucha seguridad ya que, si bien la vacuna es experimental, ya fue probada y es bien tolerada en humanos.

Esta vacuna utiliza tecnología experimental conocida como ARN mensajero, un mecanismo genético para inducir al cuerpo humano a producir ciertas proteínas que generan anticuerpos e inmunidad celular contra el nuevo coronavirus

Otro de los resultados positivos es que esta vacuna es inmunogénica, es decir, es capaz de generar anticuerpos. De hecho, este dato fue de vital importancia para pasar a esta nueva fase. Las pruebas clínicas que se realizaron en Estados Unidos se dieron entre 45 personas de 18 a 55 años de edad y demostraron que esta vacuna desarrolló anticuerpos por encima de los generados por otras personas recuperadas con otros tratamientos.

Con estos resultados, se espera que para principios de agosto esté la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para comenzar con la fase 3. Aunque una de las grandes diferencias es que en nuestro país se pasará de 45 personas a 30 mil, apostando a una escala mucho mayor a las ya tratadas.

Sobre esto, Cané explicó que “el estudio global incluiría a unas 30.000 personas para demostrar que la vacuna es eficaz y segura, y la cantidad de personas que involucre en Argentina dependerá de la capacidad de enrolamiento y la evolución que vaya teniendo la investigación”. Además, agregó que “si tiene éxito, estas y otras vacunas comparables serían más fáciles, más seguras y más baratas de fabricar que las vacunas tradicionales basadas en células de virus inactivadas o parciales”.

La vacuna de Pfizer Inc. y BioNTech SE es una de las doce vacunas que están siendo probadas en seres humanos (en fase clínica) alrededor del mundo según registros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero no son las únicas.

Rusia, China e India son tres de las potencias mundiales que van cabeza a cabeza junto con Estados Unidos en la búsqueda por una vacuna que termine con esta pandemia mundial.

Por un lado, Rusia finalizará la segunda fase de ensayos clínicos de la vacuna contra el nuevo coronavirus Covid-19 el próximo 3 de agosto. Esta vacuna impulsada por la Federación de Rusia a través el Instituto de Epidemiología Gamaleya de Moscú en estrecha cooperación con el Ministerio de Defensa, es la iniciativa que ahora mismo tiene mayores posibilidades de lograr un resultado positivo en comparación con las vacunas alternativas trabajadas alrededor del mundo.

El gobierno ruso espera que una vez concluida esta segunda fase se pase a una tercera de ensayos clínicos internacionales, por lo que ya se están llevando adelante negociaciones con Arabia Saudita.

En lo que respecta a esta vacuna, el Jefe del Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF), Kirill Dmitriev espera que la solución rusa sea “posiblemente la primera aprobada a nivel mundial, ya que después de 28 días de estudio, ningún voluntario de vacunas había experimentado efectos secundarios adversos graves, problemas de salud, complicaciones o reacciones adversas”.

Dmitriev se muestra optimista con los resultados de esta segunda fase y espera que Rusia comience a producir una primera tanda de 30 millones de dosis de la vacuna, con un potencial de 170 millones de dosis adicionales de producción en el extranjero. Para esto, el Ministerio de Industria y Comercio ya ha puesto en marcha los protocolos de cooperación y convenios industriales para producir en masa la vacuna cuando las pruebas hayan terminado.

Un dato no menor para todas estas cuestiones es que el gobierno ruso invirtió más de 116 mil millones de rublos para combatir la pandemia, lo que equivale a cerca de 1,67 mil millones de dólares. De este dinero, 76 mil millones de rublos se destinaron para equipar camas para los pacientes con Covid-19 en todo el país, 40 mil millones de rublos se utilizaron para entregas gratuitas de sistemas de prueba al gobierno, instituciones médicas municipales y tratamiento de personas infectadas con coronavirus. Aunque estas cifras no incluyen los fondos transferidos para apoyar el desarrollo de pruebas, vacunas y pagos adicionales al personal médico. A la par de estas inversiones, la Federación de Rusia ha destinado importantes recursos para agilizar el impulso de la vacuna.

Por su parte, la República Popular China hay diversas vacunas en fase de pruebas que cuentan con resultados prometedores. Tal es así que, en la búsqueda de una vacuna que funcione a nivel global y garantice el acceso a los países más afectados por la pandemia, la compañía Sinovac Life Science Co., con sede en Beijing, ha firmado un acuerdo de cooperación con el Instituto Butantan para llevar a cabo las pruebas cruciales de la fase 3 de la vacuna contra el Covid-19 en Brasil.

Hay que tener en cuenta que hace poco menos de un mes el gobierno chino aprobó una vacuna de uso exclusivo de sus tropas. A esto se le suma la instalación de un mega complejo en Wuhan y otro en Beijing para producir más de 200 millones de dosis de la vacuna en el momento que sea necesario.

Pero Rusia y China no son las únicas con novedades positivas. Desde India afirman que el mes de julio será clave para los ensayos clínicos de “Covaxin”, la vacuna desarrollada entre el Instituto Nacional de Virología de la India, el Consejo Indio de Investigación Médica y la compañía Bharat Biotech. El país conocido por ser la potencia mundial en producción de medicamentos se encuentra a la expectativa ya que en las primeras pruebas se ha desarrollado una respuesta positiva del sistema inmunológico.

Estas alternativas presentadas no le escapan a las diversas realidades geopolíticas. Si analizamos la forma de confrontar la pandemia, veremos que no está alejada de la realidad de cada uno de estos países. No suena para nada extraño que mientras Estados Unidos busca realizar las pruebas en nuestro país, uno de los que mejor ha afrontado la pandemia dentro de latinoamérica y el mundo; China intenta buscar una alternativa más global trabajando en conjunto con Brasil, uno de los países que más está sufriendo la pandemia. Por su parte los rusos, siguen siendo los tapados en esta lucha, pero los que más cerca están de descubrir una vacuna realmente efectiva.

China y Rusia avanzan en la búsqueda de una alternativa mucho más accesible, mientras que ni siquiera la pandemia puede parar el interés r

Mientras China y Rusia buscan una alternativa mucho más accesible y global, ni la pandemia puede parar la codicia de los Estados Unidos, que siguen buscando la manera de hacer de esto algo rentable. Esperemos que en la nueva normalidad que se avecina, busquemos entre todes soluciones más equitativas y solidarias para acabar de una vez por todas con la otra pandemia que arrasa con todo a su paso: el capitalismo.


Fuentes:
https://medium.com/@misionverdad2012/c%C3%B3mo-va-la-carrera-internacional-por-la-vacuna-contra-el-covid-19-19ef2cfba43c
https://www.telam.com.ar/notas/202007/487836-vacuna-contra-coronavirus-argentina-prueba-pfizer-biontech.html
https://www.aa.com.tr/en/latest-on-coronavirus-outbreak/russia-to-hold-phase-3-of-covid-19-vaccine-trial-abroad/1912694#

Jonatan Pérez
Jonatan Pérez
Política de cerco contra Rusia

Política de cerco contra Rusia

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Por Pablo Jofré Leal*

El gobierno de Estados Unidos, en conjunto con su brazo militar mundial, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han definido dos grandes amenazas contra lo que llaman “su seguridad nacional”: China y la Federación Rusa.

En el caso de la nación euroasiática, la línea principal de acciones de Washington, definidas para combatir a lo que considera un país “enemigo” se ha centrado en el aspecto militar, con definiciones de la organización atlantista de reforzar las fuerzas militares apostadas en las fronteras de los países europeos con Rusia, de tal forma de generar un clima de tensión e inestabilidad. Esta situación obligaría a Rusia a destinar ingentes gastos en materia de defensa militar en todos los sectores vinculados. Las palabras de buena crianza dadas con respecto a Rusia, pronunciadas en la Cumbre de la OTAN celebrada en diciembre del año 2019, no ocultaron la definición de este país como el enemigo número uno. Ello explica el reclutamiento de nuevos miembros, para conformar un muro de hierro contra Moscú y lo que se consideran sus “afanes expansionistas”.

El Temor al Oso Ruso

Tras siete décadas del nacimiento de la OTAN y tres desde la caída de los socialismos reales – signado simbólicamente por la caída del Muro de Berlín – Estados Unidos y sus socios, sigue levantando la carta de la “perpetua amenaza desde los Urales”. Lo anterior, a pesar de la opinión del Presidente francés, Emmanuel Macron, que considera que ese enemigo número uno ya no es Rusia, sino el terrorismo y direcciona la necesidad de combatir a esos grupos, que la propia Europa, Estados Unidos y sus aliados en Oriente Medio, como Israel y Arabia saudí ayudaron a crear. Una opinión del mandatario galo da cuenta de la particular agenda política que tiene respecto a Moscú, con las enormes posibilidades económicas vinculadas al aspecto energético y la posible vinculación con la extensa área geográfica que la propia Rusia, junto a China, Irán y otras naciones al este de Europa están forjando.

La estrategia militar de la OTAN es ampliar su influencia hacia el este, que le permita cercar al país euroasiática, una línea de trabajo ya establecida en la Cumbre de la alianza noratlántica, celebrada en la ciudad galesa de Newport en septiembre del 2014. En ese encuentro, en el marco de fuertes tensiones con China y la irrupción del tema ucraniano, se fijaron los perfilestrascendentales de largo plazo. Con dos objetivos principales: contener el desarrollo político, militar y económico de Moscú pero también de China, para evitar que estos gigantes rivalicen con Estados Unidos y sus aliados. En el caso específico de China, Washington se ha encargado de exacerbar las tensiones en la zona del Mar de la China, sobre todo con Japón e involucrando a Australia y Corea del Sur, a través de los llamados contratos de asociación. Con Rusia, el factor Ucrania ha servido de comodín para sanciones, bloqueos, amenazas, traslado de tropas, incremento de acciones desestabilizadoras y todo un nuevo ejercicio de estrategias militares en el marco de lo que se conoce como la guerra híbrida.

En aquella Cumbre en Newport, tal como lo señalé en un artículo titulado “Estados Unidos contra Rusia: Ucrania como excusa” sé dotó a la OTAN de dos poderosas herramientas de acción y de financiamiento: un servicio altamente tecnologizado dedicado a la ciberguerra, que se supone estaría encaminado a combatir a los hackers militares chinos, norcoreanos o cualquier otro que amenace a occidente y, en segundo lugar, la consolidación de una Fuerza de Reacción Rápida creada el año 2002, para enfrentar situaciones críticas. Se trata de un cuerpo de 4 mil hombres, que en junio del año 2019 se amplió a 40 mil, según lo anunció el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, con la idea de “reforzar la defensa colectiva de los miembros de la OTAN”. ¿Defensa contra quién? La respuesta la da el propio Stoltenberg al afirmar que “el elemento central de la Fuerza de Reacción Rápida será la denominada Punta de lanza –Spearhead Force-, cuyas tropas se situarán especialmente en Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Rumania, fronterizas con Rusia”.

Abril y mayo del 2020 serán meses enrevesados para la ya tensa relación entre Rusia y la alianza Europa-Estados Unidos, que tiene como punta de lanza militar a la OTAN. Esto, porque en los mencionados meses la organización atlantista realizará los simulacros de guerra Defender Europe 2020, ejercicios que reunirán a 20 mil soldados estadounidenses en territorio europeo, junto a una cantidad similar de elementos de los países del viejo continente adscritos a este organismo. Según el Pentágono, Defender Europe será “el mayor ejercicio de las fuerzas del Ejército de los EE.UU. en Europa en los últimos 25 años. Un ejercicio a gran escala que es vital, pues determinará si EE.UU. posee las herramientas necesarias para hacer frente a una amenaza en Europa” léase, el reto ruso.

La pregunta para Rusia, a través de su canciller, Serguei Lavrov es¿de quién va a defenderse la OTAN? Alegan que deben defenderse a sí mismos no de Rusia, sino de un adversario cuyo potencial es idéntico al de la OTAN, que recluta, con el pretexto de introducir en la Unión Europea (UE) a Estados neutrales, como Finlandia y Suecia, para que participen en las maniobras”. La preocupación de Rusia es absolutamente lógica, no sólo por ser estas maniobras las terceras más grandes desde el fin de la guerra fría, sino también porque se realizan en sus fronteras occidentales: 19 países con 40 mil soldados que se trasladarán a territorios de Polonia y países costeros del mar Báltico, donde Alemania constituye el centro logístico durante el simulacro. Rusia ha señalado que Defender Europe 2020 constituye “una inadmisible amenaza directa a su seguridad nacional”.

Según un informe publicado en el mes de noviembre del año 2019, por el portal estadounidense The National Interest, las fuerzas de la OTAN y el Ejército estadounidense, a través de las operaciones Defender Europe, permitirán la realización de ejercicios de “entrada forzada” en Lituania, Georgia y Polonia, a fin de preparar unidades de ataque de respuesta rápida en una supuesta guerra en Europa y con Rusia. “Tener a nuestras tropas y aliados involucrados en lo que llamamos una entrada forzada conjunta, nos permitirá entrar y tomar un área como un campo de aviación, para que pueda ser utilizado por las fuerzas amigas para el trabajo con armas, tanto tácticas como estratégicas de combate, a utilizar ante el eventual ataque de un enemigo poderoso e importante”, reza el informe.

Se ha señalado en revistas especializadas en temas militares, que el ejercicio combinado Defense Europe 2020, será una excelente forma de ver, no sólo como Estados Unidos logra concretar el apoyo militar a Europa en caso de un reto militar, sino también el nivel de operatividad entre las fuerzas de la alianza en un teatro de operaciones, que involucran varios países y grandes recursos militares. El ejercicio Defender 2020 incluye el diseño de tácticas y estrategias de combate en el ámbito aéreo, marítimo, terrestre, cibernético y espacial en todo Europa. Un teatro de operaciones, del cual se espera que Rusia responda en forma tan masiva como las amenazas que percibe y donde los ejércitos occidentales pretenden evaluar dos aspectos específicos: la eficiencia de lo que se denomina procesos de entrega y si las tropas tienen el equipo adecuado con los facilitadores de combate pertinentes para su misión en el teatro de operaciones. Estas ideas son sostenidas por Gus Perna, jefe del Comando de Material del Ejército estadounidense a la Revista Defense News.

Frente a las continuas provocaciones estadounidenses, amplificadas por las declaraciones y acciones de la OTAN, la federación rusa busca, además de fortalecer su capacidad defensiva, ampliar su abanico de relaciones internacionales. En ese marco, el canciller Serguei Lavrov realizó, entre los días 6 al 8 de febrero, una gira a países latinoamericanos: Cuba, México y Venezuela, como una manera también de contrarrestar el desbalance que existe frente a la hegemonía estadounidense en la zona y sus provocaciones y sanciones contra países sometidos a fuertes presiones, bloqueos y embargos, como es el caso específico de Cuba y Venezuela. “La recomposición de fuerzas políticas latinoamericanas impone la necesidad para Rusia de acompañar la dinámica latinoamericana, que en 2019 vivió un tsunami de protestas en Chile, Ecuador y Colombia” señala la politóloga Rina Mussali.

Con México, indudablemente, visto el peso específico en materia política y económica y la cercanía que tiene con Estados Unidos, el afianzar relaciones fructíferas y de largo aliento puede ser un paso gigantesco en la consolidación de la presencia Rusia en esta parte del mundo. En el caso cubano, las palabras de Vladimir Davidov, director del Instituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias de Rusia, son clarificadoras: con Cuba hay muchos planes de colaborar en el desarrollo económico. Hay muchísimo margen para trabajar juntos en este ámbito. En las relaciones entre La Habana y Moscú actualmente prevalece el enfoque pragmático, sin embargo, se tiene en cuenta que somos socios estratégicos en la escena mundial”.

Y, cuando se trata de Venezuela, resulta evidente que existen fuertes lazos políticos, económicos, militares y de coincidencias en la visión y práctica geoestratégica, cuando el rival que se tiene en frente es Estados Unidos, “compartiendo posturas para hacer frente a las medidas coercitivas del gobierno estadounidense”. Ya en julio del año 2019, el  viceministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, había advertido una vez más a Estados Unidos sobre las“líneas rojas” que no debería cruzar en Venezuela. “Hemos marcado líneas rojas a los estadounidenses, entre ellas que es inadmisible una injerencia armada” señaló Riabkov, en una entrevista concedida al periódico ruso Izvestia.

Si a ese enfoque y práctica política internacional, le sumamos el trabajo político estratégico que Rusia está realizando con la República Popular de China y la República Islámica de Irán, queda explícito que aquí se trata de formar un bloque, un núcleo duro, capaz de oponerse a una política exterior belicista llevada adelante por Estados Unidos y sus socios atlantistas, en pos de generar condiciones que le permitan avanzar en el necesario equilibrio de las relaciones internacionales. Prueba de lo señalado fueron los ejercicios militares desarrollados por estas tres naciones, a fines del mes de diciembre del 2019, en el Mar de Omán y en el norte del Océano Índico, como una muestra del nivel de coordinación de estas tres potencias y la autoridad naval de Irán, Rusia y China. Sintomáticamente, algunos días después (el día 3 de enero del 2020), Estados Unidos concretó el ataque terrorista que generó la muerte del general Qasem Soleimani, Jefe de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica. Esta acción generó una fuerte respuesta de la nación persa sobre una base militar estadounidense en suelo iraquí, causando decenas de muertos y al menos 200 heridos.

Una política de crónica hostilidad

Ya en marzo del año 2014, el presidente Putin denunció la política de cerco que Estados Unidos y la OTAN realizaban contra su país. Putin afirmó, en aquella oportunidad, que Occidente continúa la política de frenar a Rusia y que su conducta (grosera, irresponsable y poco profesional) en torno a la situación con Ucrania y Crimea era muestra de una política de asedio, donde Estados Unidos y sus aliados se atribuyen el derecho de decidir el destino del mundo. En un discurso dado ante la Asamblea Federal, Putin hizo un llamado a los gobiernos occidentales a cesar la histeria y admitir que Rusia tiene intereses nacionales, los cuales deben ser respetados. “Tenemos todas las razones para afirmar que la política de contención a Rusia aplicada desde el siglo XVIII y durante el XX continúa hoy” consignó. El mandatario ruso acusó a Occidente de tratar de arrinconar a su país por tener y defender una posición independiente, por llamar las cosas por su nombre sin hipocresía.

Seis años después la situación no cambia, más aún, incrementan las decisiones que conducen a poner en peligro la precaria paz global. Hoy se suman medidas que afectan zonas sensibles para Rusia, como es Oriente Medio y las políticas de agresión contra Siria, Irak y el propio Irán, todo ello en un área donde los intereses políticos, estratégicos, militares y económicos rusos son una realidad concreta. Disposiciones en torno a la ampliación de la OTAN hacia las fronteras con Rusia, llevar a cabo ejercicios militares claramente provocativos (Defender Europe 2020) donde el enemigo está, claramente signado, con el nombre de Rusia. La violación de acuerdos, por parte de Estados Unidos, respecto a limitación de armamentos nucleares como fue el Tratado INF. A lo señalado, debemos sumar la violación del derecho internacional respecto a Palestina y el plan impositivo dado a conocer por Trump y Netanyahu.

El lunes 10 de febrero, el Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad de los Estados Unidos (NCSC) dio a conocer una nueva estrategia -promulgada por el presidente estadounidense Donald Trump el pasado mes de enero- contra varios países, entre ellos Rusia, considerados una amenaza a la seguridad nacional estadounidense. Según el documento, este objetivo estratégico es proteger «la infraestructura crítica de la nación de las entidades de inteligencia extranjeras, que buscan explotar o interrumpir las funciones esenciales nacionales».

Esta estrategia de la administración de Trump, que suma países como Irán, China y Corea del Norte, identifica una serie de áreas, en las cuales podrían actuar actores extranjeros, que eventualmente causen daños a la seguridad nacional y económica. Las cinco prioridades de esta estrategia de contraespionaje son: proteger la infraestructura crítica, incluyendo en ello los servicios financieros y de energía; evitar que agentes del espionaje exterior se infiltren en las cadenas de suministro, por ejemplo en el área de las comunicaciones; en tercer lugar, detener el robo de la propiedad intelectual; generar un sistema de defensa del sistema electoral; y finalmente resguardarse del cyberespionaje y los ataques cibernéticos extranjeros.

Unido a esta estrategia, que da cuenta de la visión bélica de Washington respecto a Rusia y frente a aquellos que considera enemigos, la administración Trump presentó su nuevo presupuesto para el año 2020, en el que los fondos destinados al financiamiento del llamado sector defensa, tienen un aumento de un 4.5% con relación a lo gastado el año pasado, llegando a los 745.000 millones de dólares. El gasto militar público de Estados Unidos es una vez y media más que todo el presupuesto en defensa de los 9 países que le siguen en el ranking de los mayores presupuestos en defensa: China, Arabia saudí, India, Francia, Rusia, Reino Unido, Alemania, Japón, Corea del Sur.

Por su parte, la OTAN tuvo un aumento del 7% en su presupuesto del año 2019 con respecto al 2018, según señaló en aquella oportunidad el investigador del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI por sus siglas en inglés) Nan Tian. Por diversas razones no hay un único factor, pero resulta relevante la inquietud que provoca Rusia en Europa, tanto que se ha establecido incrementar el gasto en armas de los 29 países que conforman este bloque militar, donde sobresalen en ese gasto, países como Polonia, Letonia, Lituania, Bulgaria y Rumania – sintomáticamente vecinos fronterizos de la federación Rusa. El año 2020 representará un incremento de las políticas de presión contra Rusia, los intentos de seguir cercándola y sobre todo, atacar todas aquellas líneas de salida que la nación euroasiática está tejiendo, y se incluirá la presión a aquellos países que están forjando alianzas políticas con Moscú, como son China, Irán, Cuba y Venezuela.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl
La leyenda del Águila y el Cóndor

La leyenda del Águila y el Cóndor

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

Por Nicolás Sampedro*

Hace apenas algunas horas se conoció que el “halcón” republicano, amante de la guerra, John Bolton sería relevado de su cargo como asesor de seguridad nacional del Gobierno de los Estados Unidos[1]. Un personaje que sin dudar se puede calificar como despreciable, arrogante, profundamente supremacista blanco y con un desprecio por el prójimo que pocos superaron a lo largo de la historia norteamericana.

En un artículo publicado recientemente en el Washington Post el periodista especializado en Seguridad Nacional (fundamentalmente en la política del Departamento de Estado y en la diplomacia yanqui), John Hudson, sostiene que la enemistad entre Bolton y Trump tiene larga data y que el primero terminaba siendo un obstáculo al segundo para imponer su visión sobre lo que debía hacer su administración[2].

La ola de fracasos del asesor de la Casa Blanca (fundamentalmente en los casos de Siria, Irán, Rusia, Corea del Norte y Venezuela) y su afinidad y actitud lobbista del Deep State (amos y señores de la guerra y fieles reproductores de la doctrina Rumsfeld/Cebrowski que plantea la destrucción de las estructuras de los estados enemigos) parecen haber sido el fundamento de tal decisión.

Según afirma el analista francés y fundador de la Red Voltaire, Thierry Meyssan, Trump pretende imponer la aplicación de la doctrina “Trump/Pompeo, que tiene el apoyo de la Casa Blanca, ‎de la CIA y del Departamente de Estado[3].

Meyssan se pregunta en el título de su nota si Trump traerá la paz. Es que la doctrina Trump/Pompeo abandonaría la idea de destrucción de las estructuras del Estado nacional del enemigo, lógica impuesta por las administraciones de Bush hijo y Obama y hasta hoy implementadas (en Afganistán, Libia y Yemen, y parcialmente en Irak), por una donde el dominio económico sea el factor determinante. Según afirma el analista, los casos fallidos de Siria, Irán y Venezuela habrían sido determinantes.

Ahora sí el petróleo vuelve a ser el factor clave para entender la lógica de funcionamiento de la política exterior norteamericana. La delicada situación diplomática de EEUU a la que lo ha llevado la doctrina Rumsfeld/Cebrowski (enemistándolos hasta con sus aliados históricos) seguramente ha sido determinante para que se abra paso la lógica del magnate gringo.

Ese giro explicaría de alguna manera los acercamientos frustrados (por ahora) con los gobiernos de Hassan Rohani de Irán, Kim Jong Un de la República Popular Democrática de Corea, la renuncia a quitar del medio a Bashar Al Assad en Siria, y el diálogo (por el momento negado) con el gobierno de Nicolás Maduro.

Si les lectores analizan algunos de los hechos recientes como el desplazamiento del Daesh hacia Sri Lanka, las guerras en Siria y Yemen, o incluso las disputas por el Mar de China Meridional (con Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunei) todos dan cuenta de la disputa petrolera. Cierto es que también son parte de la trayectoria marítima de la Nueva Ruta de la Seda del gigante asiático.

La imposición de la doctrina Trump (control mundial de los recursos energéticos y por consiguiente económicos), según Meyssan, podría apreciarse en el próximo 19 de septiembre cuando se realice la apertura del 73º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU y podría traer paz a Afganistán, Irak, Libia, Siria, Yemen, Venezuela y Nicaragua.

Pese a su factibilidad, cuesta ver que en el corto plazo tal situación suceda. Fundamentalmente por lo que señala el analista mexicano Ángel Guerra: “El mundo está en tal situación de peligro de guerra que hasta un cambio de matiz es invaluable. Observemos, pero sin bajar la guardia. Por el momento lo que veo es un grupo en la OEA capitaneado por Estados Unidos en el intento de aplicar el TIAR contra Venezuela, a lo que es un deber latinoamericanista oponerse enérgicamente[4].

Ahora bien, más allá de las políticas exteriores de los norteamericanos y de los constantes tejes y manejes a nivel planetario, lo que evidentemente urge en este planeta (que es la casa común de todes) es un cambio radical. Eso que Fernando Buen Abad destaca como una “emancipación revolucionando las relaciones sociales”, un humanismo que “está llamado a ser fuerza emergente superadora de una etapa histórica mayormente “deshumanizada”, vergonzosa y macabra[5].

Según algunes estudioses del tema entre los pueblos originarios de Nuestra América existe la Leyenda del Águila y el Cóndor. Ésta relata que desde tiempos inmemoriables, las sociedades humanas optaron entre dos caminos: los pueblos del Águila orientados a lo intelectual, a lo industrial y con energías relacionadas a lo masculino (los explotadores, colonizadores y agresores). Actitudes que se podrían vincular a la cultura occidental.

Por otro lado, los pueblos que optaron por el camino del Cóndor, donde prima lo intuitivo, lo creativo, la sensibilidad y están relacionados con la energía femenina. Camino que puede asociarse con las cosmovisiones originarias, donde lo espiritual, lo místico y el respeto y vida en armonía con la naturaleza priman por sobre lo racional y material.

Según el relato los caminos de éstos pueblos no se cruzarían hasta el Quinto Pachacuti o Pachacutec (que habría comenzado en la década del ´90 como el tiempo de la Comunidad Universal). En este tiempo el Águila sería tan fuerte que prácticamente llevaría al Cóndor a la extinción. Pero también abriría la puerta para que ambos se reencuentren y uniéndose puedan volar bajo el mismo cielo y dar nacimiento a una nueva cría representada por el quetzal de Centroamérica, ave maya que simboliza la unión del corazón y la mente, del arte y la ciencia, de lo masculino y lo femenino, incluso de lo individual y lo colectivo.

Más allá de que la actualidad del mundo lleve a pensar en lo complejo, cuasi imposible, de que se cumpla esta profecía, quizás depositar la esperanza de la especie humana (y del mundo en general) en ese nivel superior de conciencia que pregona la leyenda sea la razón para no bajar los brazos y seguir luchando por un mundo mejor, uno donde se pueda vivir dignamente y en armonía con la Pachamama. Ese Humanismo del que habla Buen Abad, pero que podría tener otros muchos nombres.

Será tarea de todes que la Leyenda del Águila y el Cóndor, no quede sólo en eso, una leyenda.


* Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio UNLP), productor del programa Columna Vertebral (Radio Estación Sur - FM 91.7), columnista del programa La Marea (Radio Futura – FM 90.5) editor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Bibliografía:
[1] http://misionverdad.com/la-guerra-en-venezuela/good-bye-john-bolton-claves-sobre-la-caida-del-halcon-mas-peligroso
[2] https://beta.washingtonpost.com/world/national-security/diverging-world-views-long-haunted-trump-bolton-relationship/2019/09/10/298049d0-f210-4209-af2f-68f92eb62fda_story.html#comments-wrapper?hpid=hp_no-name_bolton-bullets-1255pm%3Ahomepage%2Fstory-ans
[3] https://www.voltairenet.org/article207505.html#nb2
[4] https://www.telesurtv.net/bloggers/Venezuela-tumbo-a-Bolton-20190912-0001.html
[5] https://www.telesurtv.net/bloggers/Humanismo-Urgente-20190909-0002.html

Oro negro

Oro negro

TIEMPO DE LECTURA: 9 min.

Por Nicolás Sampedro*

Se ha reiterado en varias oportunidades que los hechos y acontecimientos que día a día suceden en otras partes del mundo, tienen repercusiones directas en la vida política de nuestros países. El dicho dice que “como muestra vale un botón”.

Semanas anteriores se hablaba en este espacio sobre la disputa de EEUU y China por la implementación de las redes de 5G y la producción de Inteligencia Artificial, el rol protagónico que están tomando las empresas hegemónicas de comunicación y producción de hardware y software (GAFAM) y el control que tienen sobre las redes sociales y por consiguiente el uso que hacen para intentar condicionar los procesos políticos.

En esta oportunidad se abordará uno de los puntos  más candentes de la economía global, ese que el economista argentino, Jorge Beinstein, señalaba como el motor del sistema capitalista y que explica varios de los conflictos actuales: los hidrocarburos.

Tal como analizaba, el colega Luciano Montefinale, hace algunas semanas los EEUU y Gran Bretaña acusaron a Irán de cometer actos de sabotaje sobre 6 embarcaciones petroleras en el Golfo Pérsico. Su única prueba es un video publicado por los norteamericanos donde una supuesta embarcación de los Guardianes de la Revolución Iraní habría hecho contacto para retirar una mina magnética que no habría estallado. Pero como lo señala el analista francés Thierry Meyssan, “los ‎marinos del barco atacado aseguran que la nave fue alcanzada por un «objeto volante», o sea ‎un drone o un misil[1].

Meyssan hace un repaso de las estrategias de la Casa Blanca para sostener su economía a base de la influencia sobre los precios del petróleo. Bajo la presidencia de George W. Bush la lógica fue la implementación de la estrategia Rumsfeld/Cebrowsky, que consistía en destruir las capacidades de los Estados del llamado Medio Oriente Ampliado. Las intervenciones en Afganistán, Irak, Libia están dentro de esta lógica.

Por poner un ejemplo, según analiza el analista internacional y exdirector de RRII de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, Sergui Rodríguez Gelfenstein “Afganistán, después de 18 años de guerra, 3 presidentes, 3.564 muertos de de la coalición creada para combatir al talibán (entre ellos 2.428 del país norteamericano) y 20.467 heridos, además de 841 mil millones de dólares gastados desde 2001 hasta 2018 según cifras aportadas por el analista del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos, Anthony Cordesman, Estados Unidos no pudo ganar la guerra y hoy se ha visto obligado a negociar con sus enemigos el fin del conflicto. Vale decir, que desde otra perspectiva, Neta Crawford, codirectora del Proyecto “Costo de Guerras” de la Universidad Brown en Rhode Island, ha calculado que el gasto total en esta guerra ha sido de aproximadamente dos billones de dólares[2].

Con la llegada de Barack Obama al Despacho Oval, la estrategia fue la misma aunque cambió la táctica: primero intentó derrocar al entonces presidente Ahmadineyad fomentando manifestaciones internas al mejor estilo Revoluciones de colores (en 2009), pero ante la imposibilidad de conseguirlo comenzó en 2013 con conversaciones con Hassan Rohani (que había sido el primer contacto de los norteamericanos en las operaciones Irán-Contra). Cuando éste llega a la presidencia del país persa, inmediatamente el mandatario norteamericano comenzó negociaciones para que Irán y Arabia Saudí se repartieran Medio Oriente. Eso dio origen al Acuerdo Nuclear de Irán con el grupo de los 5+1.

Firma del Acuerdo Nuclear del 5+1 (Foto: lanoticia.hn)

Al llegar Donald Trump a la presidencia del imperio norteamericano, la lógica cambió. Ahora los intereses de la administración norteamericana no eran apoderarse del crudo, sino limitar los niveles de crudo a nivel mundial para sostener los precios a niveles rentables. La teoría del “pico petrolero” había perdido fuerza con la aparición de los hidrocarburos de esquisto. En ese escenario EEUU promociona las movilizaciones en Irán contra la clase político-religiosa (2017/18) para luego abandonar el Acuerdo Nuclear.

Como se puede observar, las estrategias en esta región del mundo estaban circunscriptas a apoderarse del recurso o a hacer el negocio rentable para las corporaciones norteamericanas. Según Meyssan esto responde, en parte, a los intentos de Trump de “reactivar el empleo ‎en suelo estadounidense, lo cual implica al mismo tiempo reequilibrar los intercambios ‎comerciales del país, sobre todo con China, y mantener los precios del petróleo en un nivel que ‎garantice la rentabilidad de los hidrocarburos estadounidenses de esquistos –a alrededor de ‎‎70 dólares el barril. Es por eso que Estados Unidos está empeñado en impedir que Irán, ‎Venezuela y Siria puedan vender su petróleo en el mercado internacional, al menos hasta el año ‎‎2025, y trata de bloquear el acceso de la Unión Europea a los hidrocarburos rusos[3].

El ingreso de Rusia en el conflicto sirio en 2012, conocido como “El techo sirio” comenzaría a cambiar la ecuación y el equilibro regional. El país euroasiático se involucró fuertemente en términos militares (un revés histórico para occidente que denotaba la debilidad yanqui y la recuperación de la capacidad militar rusa) y boicoteó los intentos occidentales de sacar del medio al presidente Bashar Al-Assad e instalar un gobierno pro-occidental que les permitiera construir un oleoducto desde el Golfo Pérsico hasta el Mediterráneo (pasando por Irak, Siria y Turquía) que posibilitara a los Europeos dejar de depender del gas ruso.

Desde entonces los reveses para la Casa Blanca no dejaron de sumarse. En octubre de 2018, llegaba al gobierno irakí Adel Abdul-Mahdi que en reiteradas oportunidades manifestó que antepondría los intereses nacionales a los designios norteamericanos[4]. Hecho que fue el puntapié de la recuperación en las relaciones históricas entre éste país y la nación persa. Cabe señalar que en abril pasado el Ayatolá Sayed Ali Jamenei, urgió a Bagdad a expulsar a las tropas norteamericanas ya que “ellos pretenden conseguir sus intereses y una presencia prolongada en Irak, estableciendo un régimen militar dependiente, como fueron los instaurados al poco de la invasión del país árabe [2003][5]. El dato sobresaliente es que pese a las sanciones de EEUU contra Irán, el comercio entre estas naciones se incrementó un 50% en 2018.

Otro actor clave en la región, fundamentalmente luego de su participación en el conflicto sirio, es la organización político/militar libanesa Hezbollah. En declaraciones al canal Al Manar, el líder de esta organización, Sayyed Hassan Nasrallah, sostuvo que “Hezbollah tiene la capacidad para destruir Israel… …No solo nuestras capacidades balísticas y humanas se han mejorado cualitativa y cuantitativamente, sino que también se han cuadruplicado nuestras fuerzas terrestres y nuestras fuerzas marítimas y aéreas. En 2006, teníamos algunos drones de ataque. Hoy, tenemos un número suficiente de ellos. Hemos ganado experiencia en estrategias ofensivas, además de las defensivas y hemos reforzado nuestras unidades de combate[6].

Más allá de las declaraciones explosivas de Nasrallah, las alarmas de EEUU e Israel se deben a que efectivamente conocen las capacidades de este movimiento de resistencia islámica. De ahí la creciente embestida contra esta organización, y la búsqueda de los norteamericanos de que todos sus aliados considere una organización terrorista.

Sin dudas a los hechos mencionados hay que agregar uno no menor en los planes de EEUU en la región: la salida de Egipto del proyecto gringo de crear una OTAN Árabe para enfrentar a Irán y debilitar su influencia en la región. En abril de este año el país norteafricano informó que abandonaba la iniciativa por no tener intereses comunes con el resto de las naciones que lo integrarían.[7]

Otro hecho importante a resaltar según Rodríguez Gelfenstein es que “Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos están siendo acosados por su desastrosa participación en la guerra contra Yemen, que ha causado el peor desastre humanitario de la actualidad en el mundo. A eso le se suma, el desprestigio de Riad y del príncipe heredero saudí, Muhammad bin Salman Al Saúd, que ha sido acusado de ordenar el asesinato y posterior desaparición del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de ese país en la ciudad turca de Estambul. En este caso, hasta el propio Senado de Estados Unidos se distanció del presidente Trump -que ha buscado evitar una condena a su importante aliado- y aprobó por unanimidad y de manera abierta, una resolución no vinculante en la que señala al príncipe como «responsable» del crimen[8].

Todos estos escenarios se deben, en parte, a que los norteamericanos intentan controlar 3 estrechos estratégicos por donde pasa el oro negro: Bab, Mandeb y Ormiz.

En cuanto al primero, el conflicto en Yemen y la imposibilidad de derrotar al ejército de ese país y de la organización Ansarolá, han debilitado la alianza de Saudíes y Emiratíes, generando que éstos últimos pidan ayuda a Teherán y Moscú[9] para una salida decorosa de ese escenario bélico que ha convertido al país en una ciénaga, el mayor desastre humanitario de este momento. En mayo y junio de este año una comisión emiratí viajó a ambos países para intentar salirse lo más decorosamente posible.

El estrecho de Ormuz y el Golfo Pérsico están bajo control iraní como lo demuestra el derribo por parte de sus fuerzas antiaéreas de un dron estadounidense que había violado el espacio aéreo de la nación persa. La incapacidad de Estados Unidos de responder a esta acción que podría traer represalias de incalculables costos políticos, militares y económicos si Irán atacaba a Arabia Saudí (en particular su zona de mayor producción petrolera ubicada en el este del país y en las cercanías de Irán), a Israel e incluso a la 5ta. Flota de de las fuerzas navales estadounidenses basificada en Bahréin, obligó al presidente Trump a limitarse a amenazas, tras el cálculo de pérdidas y las implicaciones estratégicas que podría ocasionar un ataque directo a Irán”, señala Rodríguez Gelfenstein.

Como frutilla del postre la importancia estratégica para mucho de estos países como lo es la propuesta china de la nueva ruta de la Franja y de la Seda. Fundamentalmente con la llegada al mar arábigo a través del puerto de Gwadar en Pakistán y los acuerdos con Teherán “le va a permitir además, tener acceso a Irak y al puerto de Latakia en el Mar Mediterráneo sirio extensible a El Líbano, utilizando para ello el proyecto ferroviario acordado este mes entre esos países[10].

Todos estos escenarios, que podrían profundizarse, han obligado a los norteamericano a recostarse hacia Nuestra América (como zona estratégica) para sostenerse como potencia mundial. Hechos que se ven agravados por el ingreso paulatino de Rusia y China en territorio nuestroameriano con diferentes tipos de inversiones y relaciones comerciales, militares y de cooperación. Los ataques gringos a Venezuela, a Cuba, a Nicaragua y a Bolivia, responden a ese escenario; la intervención directa en las elecciones de Brasil, Argentina, Paraguay, Honduras o Guatemala también están en ese marco de disputa por sostenerse como potencia.

Para los sectores populares de Argentina es fundamental comprender estos escenarios y dimensionar a quién nos enfrentamos en las próximas elecciones presidenciales. No se trata solamente de Macri y el proyecto que encarna Cambiemos. Además de la oligarquía argentina, nos enfrentamos a organismos internacionales como el FMI o el Banco Mundial, a las corporaciones multinacionales hegemónicas que pretenden saquearnos, y un largo etcétera que podría continuar esta lista.

Pero así como hicieron los vietnamitas, como hacen los hutis en Yemen o el eje de la resistencia en Siria, o como hace el pueblo chavista en Venezuela, debemos tener muy en claro a quienes nos enfrentamos para que nuestros esfuerzos no sean en vano. El pueblo argentino tiene la tarea de organizarse y luchar hasta las últimas consecuencias para evitar que se le quite la posibilidad de vivir con dignidad.

La tarea es compleja y seguramente el proceso será doloroso y difícil, pero como decía Chávez la victoria más temprano que tarde llegará, porque felizmente ningún pueblo se entrega a su verdugo.


* Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), productor general del programa La Marea (FM 90.5 Radio Futura), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

Bibliografía:
[1] https://www.voltairenet.org/article206733.html
[2] http://www.resumenlatinoamericano.org/2019/07/12/pensamiento-critico-requiem-para-un-fracaso-la-ruina-de-la-politica-de-estados-unidos-en-el-medio-oriente/
[3] https://www.voltairenet.org/article206819.html
[4] http://wwww.hispantv.com/noticias/irak/391785/sanciones-eeuu-iran-intereses
[5] http://wwww.hispantv.com/noticias/politica/425360/lider-iran-jamenei-eeuu-irak
[6] http://www.resumenlatinoamericano.org/2019/07/13/hezbola-es-capaz-de-destruir-israel-dice-nasrallah/
[7] http://br.sputniknews.com/oriente_medio_africa/2019041113651983-egipto-arabes-otan-retirada/
[8] https://insurgente.org/sergio-rodriguez-gelfenstein-requiem-para-un-fracaso-la-ruina-de-la-politica-de-estados-unidos-en-el-medio-oriente/
[9] http://www.resumenlatinoamericano.org/2019/07/13/yemen-los-emiratos-arabes-unidos-buscan-la-ayuda-de-iran-para-una-retirada-honrosa/
[10] https://insurgente.org/sergio-rodriguez-gelfenstein-requiem-para-un-fracaso-la-ruina-de-la-politica-de-estados-unidos-en-el-medio-oriente/

La colmena

La colmena

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Por Nicolás Sampedro*

Desde hace algunos meses se viene escuchado cada vez con mayor intensidad, las idas y vueltas de la brutal guerra comercial que libraron los EEUU y China. Muches ya afirman que esta guerra de aranceles, en el fondo es una disputa por la producción de la inteligencia artificial y la red 5G que transformará de manera sustancial las formas de vida que hoy se conoce.

En uno de sus recientes trabajos, el colega uruguayo Aram Aharonian, arroja algunos datos al respecto. Para dimensionar de lo que se habla, cuando hoy se contrata un servicio de internet las posibilidades son de 50 MB, 100 MB o 300 MB. El significado de esta combinación de números y letras es en realidad equivalente a la cantidad de megabytes (medida de cantidad) que se transmiten por segundo en esa conexión.

Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) la velocidad mínima de la conexión 5G será 40 veces más rápida. Una capacidad de descarga de 20 gigabytes por segundo y 10 GB de subida[1].

Este salto en la velocidad de conexión es lo que modificará múltiples factores de la vida de las personas, ya que con ella se empieza a hablar del Internet de las Cosas o de los Objetos (OIT por sus siglas en inglés). De continuar por esta vía, todos los objetos que nos rodena irían, paulatinamente, siendo fabricados para que se conecten a la red de redes (internet), y si para “el 2014 había unos mil 600 millones de objetos/máquinas conectados, para 2020 se espera que sean unos 20 mil millones[2].

El 5G modificaría no sólo la velocidad con que las personas podrían comunicarse, sino las formas de producción (y por consiguiente influiría en las de trabajo), la circulación de dinero, objetos domésticos inteligentes que transformarán las prácticas hogareñas, medios de transporte sin conductores, o condiciones en la medicina (operaciones a distancia), en la educación (virtualizada), incluso en las confrontaciones bélicas (guerra de drones).

Aharonian retoma una proyección del Centro de Investigación de Futuro e Innovación de la South Wales Business School, la cual asegura que “en los próximos 15 años el impacto de esta nueva tecnología destruirá al menos el 30% de los empleos” que hoy realizan les seres humanos, para pasar a automatizarse.

Súmese el análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) según la cual el principal problema de los mercados laborales es la mala calidad: 700 mil millones de personas trabajan en condiciones deficientes que los hacen vivir en la pobreza o pobreza extrema. Si a esto le sumamos que “el 61% (dos mil millones de trabajadores) sobreviven en la economía informal[3] y que 1 de cada 5 jóvenes menores de 25 años no trabaja, no estudia o recibe formación, el panorama se complejiza aún más.

Volviendo a la disputa por el 5G y la inteligencia artificial, otro de los aspectos que se deben tener presentes en este momento es la compleja situación a la que se está avecinando la población mundial respecto de los marcos normativos o regulatorios para una economía digital que cada vez cobra mayor relevancia a nivel global.

La directora de Programas Internacionales del Centro para la Investigación Económica y Política (CEPR por sus siglas en inglés) y coordina la red mundial “Nuestro mundo no está en venta” (OWINFS por sus siglas en inglés), Deborah James, señala en un artículo publicado recientemente que con la aparición de la economía digital, los datos de las personas se han vuelto el insumo más valorado por las corporaciones del Big Tech o GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft).

Estas multinacionales que se han enriquecido a raíz de la venta de los datos que cada usuarie entrega a esas plataformas (“Un reciente estudio estima que en 2018, solo en publicidad en fuentes noticiosas, Google habría facturado US$ 4,7 mil millones, equivalente al 81% del ingreso publicitario de la industria mediática de EEUU en el mismo año[4]”), están impulsando modificaciones en los convenios internacionales de la Organización Mundial del Comercio (OMC), promoviendo acuerdos que les permitan sortear las regulaciones y el cobro de impuestos que hacen los Estados.

En la reunión ministerial de la OMC de diciembre de 2017 (en Buenos Aires), varios gobiernos africanos obstruyeron la intención de los países desarrollados de comenzar con las negociaciones, “pero todos los gobiernos desarrollados, más algunos en desarrollo con regímenes de derecha, firmaron una “Declaración Conjunta” apoyando nuevas negociaciones sobre temas de comercio digital[5]

Los firmantes de la Declaración Conjunta, durante el 2018, se reunieron mensualmente y produjeron alrededor de 50 propuestas y en 2019 en el marco del Foro Económico Mundial anunciaron sus intenciones de comenzar con las negociaciones a pesar de la falta de mandato de la OMC.

Según señala James “la práctica de las Big Tech de extraer datos de todo el mundo con fines de lucro privado, utilizando reglas de comercio para obtener derechos para operar en mercados, mientras impiden la capacidad de los gobiernos para asegurar que sus poblaciones se beneficien, es colonialismo digital.  Como la inteligencia artificial se potencia con los datos, estos son el sistema nervioso de la economía del futuro y quienquiera que los controle, dominará la economía[6].

El gran negocio de los datos y la falta de legislación que proteja a les ciudadanes está haciendo estragos. Por sólo mencionar algunos, los casos más resonantes del manejo fraudulentos de datos se pueden observar desde las elecciones en Brasil, el caso de Cambridge Analytica en Gran Bretaña, con la multiplicación exponencial de las famosas fake news para realizar operaciones políticas, o la molesta aparición de publicidades dirigidas específicamente a cada usuarie (todo el tiempo) en redes sociales.

Ante este escenario, según afirma la periodista británico-ecuatoriana, Sally Burch, “varios gobiernos y legislaturas se están dando cuenta del monstruo que se ha creado y tratan de ponerle freno[7] como los gobiernos europeos que legislaron sobre la protección de datos.

Más radical aún es el discurso del considerado “padre” de la realidad virtual y uno de los creadores del actual protocolo de Internet, Jaron Lanier, que directamente propone un decálogo de razones para abandonar las redes sociales. Según afirma estas nos están volviendo idiotas, nos vuelven infelices, nos hacen perder la empatía, o no quieren que tengamos dignidad económica, entre otras cosas.

Jaron Lanier

Lanier afirma que “el algoritmo está tratando de captar los parámetros perfectos para manipular el cerebro, mientras que el cerebro, para hallar un significado más profundo, está cambiando en respuesta a los experimentos del algoritmo. El estímulo no significa nada para el algoritmo, pues es genuinamente aleatorio, el cerebro no está respondiendo a algo real, sino a una ficción. El proceso -de engancharse en un elusivo espejismo- es una adicción[8]

Los recientes problemas de Whats App, Facebook o Instagram (plataformas que son propiedad de Mark Zuckerberg), no fueron los primeros. Hace algunos meses había pasado algo similar. Una especie de apagón tecnológico-comunicacional.

Estos hechos y los contratiempos que trajeron aparejados a muchas personas a lo largo y ancho del planeta, gestó estas líneas y plantean un gran desafío que necesariamente debe estar atado a una profunda reflexión sobre el vínculo que cada individue tiene con las redes sociales, internet y las tecnologías infocomunicacionales.

Como afirma el filósofo mexicano Fernando Buen Abad, necesitamos “una “agenda” de Cultura y Comunicación para nuestro tiempo, debe interesarse por la democratización de las herramientas de producción, distribución e interlocución del “sentido”. Debe interesarse por el ascenso de una corriente semántica renovada por el fragor de las luchas sociales que en todos los ámbitos (ciencias, artes, filosofías, tecnologías…) viene librando la especie humana para garantizarse un lugar digno en su propio desarrollo y no un lugar de “espectador” sometido por un sector social acaparador e históricamente opresor de las mayorías[9].

Todo indica que la humanidad está en una gran colmena que cada vez es más vigilada, restrictiva, opresiva y desigual, y que para revertir esta situación se requiere que las mayorías se involucran en la discusión y tengan una participación activa. Esta lucha aún no está perdida, pero se necesita de todes, de la presión a los gobiernos para que produzcan políticas soberanas que protejan y beneficien a sus pueblos.


* Periodista especializado en temas internacionales, conductor del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), productor general del programa La Marea (FM 90.5 Radio Futura), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.

[1] http://estrategia.la/2019/05/12/la-revolucion-5g-la-vigilancia-de-los-humanos-y-las-cosas/
[2] Idem
[3] Idem
[4] https://www.alainet.org/es/articulo/200697
[5] https://www.alainet.org/es/articulo/200803
[6] Idem 3
[7] https://www.alainet.org/es/articulo/200697
[8] http://estrategia.la/2019/05/22/jaron-larnier-alerta-sobre-el-desastre-en-ciernes-que-representa-la-tecnologia-digital/
[9] https://www.alainet.org/es/articulo/200820

Dafne Esteso: “La disputa es por ver quién va a encarar la próxima revolución industrial, que va a ser tecnológica”

Dafne Esteso: “La disputa es por ver quién va a encarar la próxima revolución industrial, que va a ser tecnológica”

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Para la investigadora del Centro Latinoamericano de Estudios Políticos y Económicos sobre China (CLEPEC), Dafne Esteso, lo que empezó con la suba de aranceles a productos importados de ciertos países por parte de la administración Trump, es en realidad “la disputa hegemónica por la Quinta Generación de las Comunicaciones“. Por un lado, la China de Xi Jinping con el tiempo a favor y, por otro, los norteamericanos desesperados. ¿Es posible cambiar el patrón dólar?

¿Cómo podemos entender, en términos generales, la política exterior económica, comercial que está desarrollando China con varios aliados en la región y Rusia como la principal? ¿Qué significa esta amplitud que está consolidando, esta expansión comercial que está disputándole la hegemonía en este territorio a los EEUU?

Para hablar de la política exterior china tenemos que hablar de la Iniciativa OBOR (One Belt, One Road) o Belt and Road Initiative, BRI, y hay que situar dos momentos. El primero es cuando el presidente chino, Xi Jinping, lanza la iniciativa en septiembre del 2013 en Kazajistán y afirma que el principal objetivo de China –que viene desarrollándose y que en los últimos 40 años sacó a 700 millones de personas de la pobreza– con la Iniciativa de la Ruta de la Seda es el desarrollo interno, ya que, todavía tiene cuestiones de desigualdad muy importantes.

El segundo es con la llegada de Trump a la presidencia y la retirada de los EE.UU. del TTP. Hoy ya no es más una herramienta de balance interno chino, sino, también, un posicionamiento a nivel global. Es decir, que es de inserción internacional, lo que en chino sería salir afuera, la re-apertura, que se inició a fines de los 70, tuvo en los 80 la expansión de las zonas económicas exclusivas y que empezó en cuatro regiones.


Este avance en lo económico, comercial de China puertas afuera, puede haberse visto favorecido con la llegada de Trump, que pateó el tablero del comercio global, dando lugar a la expansión china, cosa que desemboca en la disputa denominada como Guerra Comercial. ¿Cómo podemos entender las sanciones disciplinantes de los EEUU, con el último caso de mayor repercusión, Huawei, en el marco de la disputa por la proliferación de la tecnología 5G?

La denominada Guerra Comercial o disputa tecnológica es la reacción de EEUU frente al asenso chino, que es percibido como amenaza en términos económicos, hegemónicos, militares. Es la reacción geopolítica a los planes que viene llevando exitosamente China, con las distintas etapas por las que está pasando la reforma y la apertura que se inició a fines de los 70, con reajustes y crisis, pero exitosamente.

China se pone metas en el mediano y corto plazo y las cumplen. En este salir afuera genera una reacción inevitable. A veces toma términos que nos remiten a la Guerra Fría. Primero fueron los aranceles, pero, en realidad, el tema comercial es la punta del iceberg. Un iceberg que se está empezando a ver cada vez más y que es la disputa hegemónica por la Quinta Generación de las Comunicaciones, 5G, o la internet de las cosas como lo llaman. Un internet que va a estar en los autos, en las heladeras, en las comunicaciones y que va a tener implicancias muy importantes a futuro, porque las Fuerzas Armadas van a usar vehículos autónomos que van a precisar de esta tecnología.

"La excusa es que el 5G chino permite que el Partido Comunista Chino espíe a sus clientes, como si Google no lo hiciera

La disputa es por ver quién va a encarar la próxima revolución industrial, que va a ser tecnológica. Es una disputa por la supremacía en este sentido. El último episodio fue en mayo, Trump subió la escalada colocando a Huawei en la lista de las empresas que no pueden comprar tecnología norteamericana. Todavía esta megaempresa depende de los chips de EEUU para sus teléfonos celulares.

La excusa es que el 5G chino permite que el Partido Comunista Chino espíe a sus clientes como si Google no lo hiciera, cuando cualquiera de nosotros hace una búsqueda de cualquier cosa en internet. La disputa comercial está teniendo efectos en el resto de los países. Se vienen tiempos complicados en términos de restricción de comercio.


Da la sensación que esta escalada de agresiones norteamericanas –que no solamente es contra China, sino, también, contra la Unión Europea y ahora México– es un elemento que le está quedando como manotazos de ahogado para tratar de salvar su lugar en la hegemonía mundial, pero que en términos concretos China viene a pasos agigantados año a año, con proyección a ser la primera economía del mundo. En una nota del portal oficial chino en español, decían que la forma de resolver el conflicto, siguiendo la tradición china, iba a ser como aquella gran marcha de Mao hace años atrás. Si bien es especulación, ¿qué análisis haces de esta situación en la que los chinos parecen ser más cautos y serenos ante unos norteamericanos desesperados en generar condiciones para evitar que China siga creciendo?

Hay dos cuestiones.

Por un lado, Trump está usando la carta comercio con los terceros países y ahora, también, se viene el tema de quién va a vetar a Huawei, al uso del 5G. El vicepresidente de Brasil, Mourão, ya descartó vetar a Huawei. Los países europeos están coqueteando, Europa está en el medio de esta disputa, es una de las zonas que tiene que balancear entre China y EEUU. México es vecino, el primero en el patio trasero de EEUU. Incluso Argentina cuyo embajador en China felicitó a Huawei por liderar el 5G, después rectificó diciendo que Argentina debe tener una tercera posición, de dejar que los dos tigres se peleen entre sí, parafraseando al proverbio chino que usó Putin en estos días.

El otro tema, es que los chinos tienen a favor la variable tiempo. Si Trump es reelecto, cuando Trump termine su potencial segundo mandato el presidente chino, Xi Jinping, va a seguir estando en el gobierno, siendo el líder del PCCh y a la cabeza del ejército chino. Entonces, 4 o 5 años, incluso 10 años, a un chino no le mueve la balanza. Son pequeñas batallas que provocan pequeñas crisis. La economía China no crece a los niveles que crecía, pero los datos del primer cuatrimestre de este año fueron bastante alentadores para China. Eso les da margen a los dos lados para doblar la apuesta. ¿Por qué los dos están doblando la apuesta y dejan que el otro lo haga?

Vladimir Putin y Xi Jinping en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo. Junio 2019

China viene llevando la delantera en varios aspectos, principalmente el tecnológico, pero también muchos han indicado que para poder establecerse por encima de los EEUU en términos financieros, deberían cambiar el patrón dólar a nivel mundial. Entre una serie de acuerdos que firmaron entre el presidente ruso y el chino en San Petersburgo, el anfitrión Putin expresó que “Rusia y China pretenden desarrollar la práctica de los asentamientos en monedas nacionales”, es decir, realizar pagos transfronterizos utilizando el rublo o el yuan. ¿Puede llegar a ocurrir este corrimiento del dólar como patrón de comercio mundial?

En algún momento va a pasar. Esto no se da de un día para el otro y la desesperación corre del lado norteamericano. China sabe que en algún momento eso va a suceder. Las instituciones de posguerra están empezando a ser reemplazadas por otras. Muchos mal comparan lo que es la Iniciativa OBOR con lo que fue el Plan Marshall. El Banco Asiático –que vendría a ser la nueva institución que, eventualmente, reemplazaría a las de posguerra– en su estructura y desarrollo tendría otras dinámicas respecto a las del Banco Mundial o el FMI. Los países que recurren a estas instituciones para solicitar préstamos sufren fuertes condicionamientos respecto a la política económica interna. En cambio, las iniciativas como OBOR –este gran proyecto del siglo xxi de China para la construcción de ferrocarriles, carreteras, gasoductos, oleoductos, infraestructura, y en el caso de Latinoamérica la llegada de un corredor marítimo, etc. – no vienen con condicionamiento a la política interna.

Volviendo a la pregunta, la variable tiempo la tienen a favor los chinos. Se plantean metas como erradicar la pobreza para el 2020, o ser una sociedad modestamente acomodada para el 2035. Entonces, no están apurados y sin dudas va a pasar.

EEUU-China: Tensión económica y guerra comercial

EEUU-China: Tensión económica y guerra comercial

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

Por Emilio Ibáñez*

No son novedades los roces comerciales entre Estados Unidos y China. En 2018 todas las economías dependientes veían con incertidumbre un conflicto arancelario que parecía empeorar diariamente. A fines de año un atisbo de optimismo y acercamiento pregonó una pronta resolución y parecía que los acuerdos bilaterales habían llegado a buen puerto, pero sólo empeoraron.

En mayo de 2019 resurgieron las imposiciones de la mano de Trump, una sorpresiva decisión determinó un aumento de los aranceles a China por el valor de US$200.000 millones y en consecuencia los impuestos a más de cinco mil productos chinos subieron del 10% al 25%. Como si fuera poco, Trump amenazó con más aranceles a otros productos chinos por el valor de US$ 325.000 millones como medida de defensa ante las posibles represalias chinas, posteriormente consumadas.

Una de las las razones norteamericanas para desatar tal guerra comercial es sencilla y puede resumirse en pocas palabras: Superávit comercial de China que se traduce en déficit comercial de EEUU.

El despliegue geopolítico chino con balanza positiva en bienes y servicios incomoda a Trump, quién posee grandes avances en su economía interna pero pierde cada vez más protagonismo en el terreno global. Los objetivos inmediatos de garantizarse rutas marítimas en preocupantes disputas con sus competidores; obstaculizar el crecimiento de la economía china; evitar que el dólar sea suplantado como divisa primaria en materia de endeudamiento e intercambio a nivel global; poner trabas al desarrollo tecnológico chino con el que Trump conspira sobre teorías de espionaje en productos exportados y vaticinan una guerra futura por las nuevas transferencias de datos del 5G.

A pesar de la tensión ya hubo acercamientos para negociar. De todos modos, difícilmente eviten las represalias arancelarias de China el 1 de junio por US$ 60.000 millones. Uno de los objetivos de EEUU -en la renegociación- es que China consuma muchos más bienes norteamericanos para poder apalear el déficit fiscal de US$ 419.000 millones que lo separan de Pekín. La sorpresa para China fue desalentadora: cuando parecían prosperar los acuerdos comerciales, las imposiciones aduaneras se hicieron presentes.

Washington acusa a Pekín de robar la propiedad intelectual de muchos productos estadounidenses y buscará una serie de reformas en las políticas económicas chinas porque aseguran que están sujetas a un sistema de subsidios que favorecen al Estado.

Por su parte, con los bienes que ingresarían al Tesoro de Estados Unidos (por la suba de aranceles) prometen incentivar un proyecto de ayuda humanitaria enviando recursos agrícolas a los países en crisis. Los mismos que ellos desestabilizan por debajo de la mesa.

Las consecuencias de un conflicto económico de este nivel se traducen en incertidumbre entre empresas y consumidores; descreimiento de los inversores; pérdidas en los mercados fiscales más importantes; desestabilización de economías dependientes tercermundistas y redistribución de bienes.

Trump necesita consolidación con urgencia. Sus políticas exteriores le responden con revés tras revés. Percibe los acercamientos y negociaciones entre sus competidores que sitúan a China en el primer eslabón. La participación de divisas alternativas como el Bitcoin se refleja en refugios para los inversores cuando hay incertidumbre en la economía global. Poner en duda la participación del dólar como moneda protagónica son motivos de sobra para que Estados Unidos intente socavar a su principal competidor. Desde trabas macroeconómicas en materia de importación, hasta atrasar la emisión del capítulo final de ‘Game Of Thrones’ en China, cada detalle es significativo y ninguno coincidencia.

La empresa de telecomunicaciones china es la punta de lanza

No hay pronósticos cercanos a una resolución, mientras EEUU bloquea a Huawei, las empresas estadounidenses en China consideran seriamente marcharse del gigante asiático ya que el 75% de ellas se ven seriamente afectadas por la competitividad y la guerra económica. EEUU busca consenso con sus aliados para no incentivar el crecimiento chino y bloquear negociaciones. Sin embargo, un reemplazo de China es difícil ya que se ha situado como un factor esencial en la cadena de suministros global.


* Periodista especializado en temas internacionales, columnista del programa Marcha de Gigantes (AM 1390 Radio Universidad Nacional de La Plata), redactor de Revista Trinchera y colaborador de Agencia Timón.
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