La Migración centroamericana: Causas y desafíos

La Migración centroamericana: Causas y desafíos

TIEMPO DE LECTURA: 7 min.

Por Pablo Jofré Leal*

¿Qué impulsa a millones de seres humanos a recorrer largas distancias, cruzar montañas, vadear ríos, trechos de selva, caminar bajo el calor húmedo o soportando lluvias torrenciales, abandonar sus hogares, su familia, el entorno social en el que viven, para buscar nuevos horizontes, mejores perspectivas de vida?

Cuando esta pregunta se hace con relación a los habitantes de la región centroamericana, las causas son múltiples y suelen ser campo de estudios económicos, sociológicos y políticos. Sin embargo, a pesar de los análisis, los diagnósticos y las políticas que han sido llevadas a cabo, para intentar variar esta situación de desangramiento de la población, generalmente, la población más joven de América Central, sigue siendo una realidad y seguirá aconteciendo, mientras las razones estructurales que permiten esta emigración se mantengan.

De los 35 millones de migrantes internacionales provenientes de América Latina y El Caribe, 17 millones de ellos proceden de Centroamérica, cuyo norte principal es arribar a Estados Unidos, teniendo a México como territorio de tránsito principal. En documentos elaborados por organismo internacionales como es la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) a través del titulado Atlas de Migración[1] elaborado junto a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) se constata, que la mayoría de los migrantes hacia Norteamérica provienen de México y del llamado Triángulo del Norte centroamericano, conformado por Guatemala, Honduras y El Salvador. Migrantes, que en forma mayoritaria provienen de sus áreas rurales, donde se concentra la población con mayores carencias de esos países. La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcenas señala respecto a esto que “El 77% de los habitantes rurales en Guatemala son pobres, y la pobreza en Honduras afecta al 82% de los habitantes rurales, en El Salvador esa cifra es del 50%”. Cifras, que bajo el marco de la pandemia global del Coronavirus, indudablemente tienden a empeorar la situación.

Mientras los organismos mencionados llaman al estudio pero también al cambio, el énfasis de los países destinatarios de esos procesos migratorios (especialmente Estados Unidos) es intensificar el control y las prohibiciones, que impidan la migración de “indeseables, pobres, delincuentes y narcotraficantes” como han sido denominados, por el presidente estadounidense Donald Trump, en una clara discriminación a millones de personas, que buscan un mejor vivir. Es evidente que la migración tensiona fuertemente la política interna estadounidense, principalmente por las presiones a la que es sometida por los grupos de extrema derecha y en general la masa de votantes de Trump, renuentes a la diversidad y sobre todo dotados de una fuerte carga racista.

Donald Trump ve a los inmigrantes como enemigos, a los cuales “hay que disparar a las piernas o como lo dijo en el discurso a la nación del año 2018 “Durante décadas, las fronteras abiertas han permitido entrar drogas y pandilleros a nuestras comunidades más vulnerables. La inmigración ha permitido a millones de trabajadores poco cualificados competir por empleos y salarios con los estadounidenses más pobres”. Un discurso racista, que alienta la violencia y que no da cuenta del valor de esos inmigrantes, que según datos de la CEPAL el 70% de los centroamericanos provenientes del Triángulo Norte, que están en los Estados Unidos trabaja. Pero, así como aportan a la riqueza estadounidense, el 63% de ellos no posee protección social. Es decir aportan pero no existe reciprocidad. Personas, que además con sus remesas (15 mil millones de dólares el año 2019) permiten crear un circuito económico de mejora en los países mencionados. Envíos de dinero, que según la CEPAL, adquieren un rol preponderante debido, fundamentalmente, a la debilidad estructural de las economías receptoras, dejando en evidencia las razones y causas de migración.

Se verifica que en el caso centroamericano, la complejidad de los procesos migratorios ha aumentado, sobre todo por el número de migrantes en tránsito, retornados, deportados, menores no acompañados, políticas de contención fuertemente cuestionada por considerarse violatorias de los derechos humanos de las personas sometidas a prisión y resoluciones que termina con el impedimento de ingresar al país. Hoy, la migración se ha convertido en un tema sensible internacionalmente, de la más alta prioridad no sólo en América, sino también en Europa, África, Asia Occidental, entre otras zonas con conflictos migratorios migratorias que tensionan la relaciones entre los países, desatándose además crisis humanitarias, que han significado el incremento en el número de refugiados, el tráfico de personas y la muerte de miles de ellas tratando de llegar a sus destinos, ya sea en el Mar Mediterráneo, en la ruta de los Balcanes o en la frontera entre México y Estados Unidos.

El análisis fino respecto a los procesos migratorios, estudios como el señalado de la CEPAL y la FAO, informes de organismos defensores de los derechos humanos coinciden, que los factores principales que explican este éxodo, sobre todo del Triángulo Norte son: la violencia e inseguridad social en estos países, que los sitúan con los mayores índices de criminalidad y asesinatos. El Triángulo Norte de Centroamérica es la región más insegura en América Latina, según el informe ‘Estudio Mundial sobre el Homicidio’ de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Razones vinculadas a la reunificación familiar ya que muchos de estos migrantes tienen familiares directos que suelen ser un buen impulso para acometer estos viajes. El 82% de los migrantes que provienen del Triángulo Norte, tienen familiares en los Estados Unidos y esas redes son factores que sustentan la migración. Catástrofes naturales: terremotos, huracanes, sequías, avance de la desertificación incrementan la vulnerabilidad social de aquellas poblaciones que suelen visualizar, como única salida posible, la búsqueda de mejores horizontes.

Sumemos a lo mencionado, las crónicas crisis económicas de los países de origen, la desigualdad social abismal, donde la concentración de la tierra implica aumentar la pobreza rural de las familias con pedazos de terreno que no alcanzan para alimentar a sus familias. Otro punto concluyente refiere al cambio climático, donde en los últimos años, las plantaciones de café, frijoles, arroz, calabaza, plátano, maíz se han visto afectados generando altos niveles de desempleo, junto con afectar la producción de alimentos. La población rural dedicada a estas labores se ha visto forzada a migrar fuera de la región y a trabajar como mano de obra asalariada, ya que los efectos de los fenómenos climáticos se extienden en lo que se conoce como el “Corredor Seco Centroamericano”[2] que justamente abarca Guatemala, Honduras, El Salvador y parte de Nicaragua.

Este Corredor Seco, está viviendo una de las sequías más graves de los últimos 10 años, lo que implica que 3,5 millones de personas necesiten asistencia humanitaria. La inestabilidad política es, indudablemente, otro de los puntos a considerar, que obliga a buscar refugio frente al incremento de bandas, gobiernos corruptos, violencia, paramilitarismo, narcotráfico, entre otras. A la luz de los informes, la realidad descrita por los propios migrantes y el análisis comparado con otras migraciones, la modificación del actual curso de emigración, que deja a los pueblos campesinos sin su savia nueva, sólo puede tener un cambio modificando estructuralmente las razones que posibilitan esta migración.

Ello implica por trabajar e impulsar modelos y sistemas económicos sociales y políticos distintos a los que actualmente rigen estos países. Terminar con la violencia, las bandas criminales, el narcotráfico que usa a los países centroamericanos como lugares de almacenamientos y protección de la droga, que sale de los países andinos (Bolivia, Perú y Colombia) hacia el mercado norteamericano. Terminar con la dependencia política y económica, que permite el surgimiento de gobiernos sometidos a Washington y por tanto sujeto a sus políticas hegemónicas, que impiden los cambios que permitirían modificar el mapa actual de Centroamérica. Existen desafíos, sociales, económicos, ambientales, seguridad e institucionales en los países de origen de los migrantes, que su cambio impulsaría, no sólo el retorno de parte de su población (voluntariamente no deportada), sino también impedir, mediante la creación de un clima país virtuoso, la salida de millones de personas, indispensables para el desarrollo de sus países de origen.

Centroamérica, y en particular los países del Triángulo Norte, ha devenido en una subregión con profundas deficiencias y ello plantea desafíos, no sólo para esas sociedades y sus gobiernos, sino del conjunto de los países y gobiernos involucrados, además de los organismos vinculados a este tema, para abordar de manera profunda, estructural los por qué, las causas y responder con políticas adecuadas, que respeten los derechos humanos de esa población en forma principal.


* Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

Referencias:
[1] “La masiva migración irregular que hemos visto en los últimos meses es una consecuencia directa de la inseguridad alimentaria, las crisis climáticas, la erosión del tejido social y la falta de oportunidades económicas en las aldeas y territorios rurales de estos países”, explicó Kostas Stamoulis, Subdirector General del Departamento de Desarrollo Económico y Social de la FAO en el lanzamiento del Atlas.

[2] El Corredor Seco Centroamericano es una subregión de bosque tropical seco de Centroamérica, compartida por los países pertenecientes al NCA y Nicaragua (y en menor proporción por territorios en Costa Rica y Panamá). Se estima que la población de esa zona llega a 10,5 millones de personas, correspondiendo la mayor parte de esta a los países del Triángulo Norte o NCA (FAO, 2012)

CENTROAMÉRICA EN LLAMAS

CENTROAMÉRICA EN LLAMAS

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

POR MELANY DE JUANA*

En el 2019 varios países centroamericanos parecen no encontrar la paz. Honduras, Costa Rica y México se encuentran rodeados por conflictos sociales y políticos, asesinatos y violencia que, a excepción del país Azteca, son mera consecuencia de los gobiernos de derecha que actúan a fin de los intereses de Estados Unidos.

Desde abril Honduras se ve envuelta en manifestaciones protagonizadas por distintos sectores de la sociedad que reclaman el cese de políticas neoliberales impulsadas por el gobierno fraudulento de Juan Orlando Hernández a quien, a su vez, se lo ha involucrado en casos de corrupción. 

El punto de inflexión fue la sanción de dos reformas orientadas a reestructurar el sector educativo y de salud. A partir de ese momento los gremios salieron a las calles para expresar su rechazo a las reformas: llamaron a paro en varias ocasiones y conformaron la Plataforma para la defensa de la Salud y la Educación Pública.

En este contexto de convulsión social el presidente hondureño derogó las reformas y llamó al “Diálogo nacional por la educación y la salud”, pero los gremios denunciaron que ningún representante fue convocado para participar del mismo. Ante esto los sindicatos propusieron que el Ejecutivo adhiera al “Diálogo alternativo ciudadano”, con dirigentes de diferentes sectores sociales.

Protestas en Honduras, junio 2019.

Los reclamos en las calles  siguieron creciendo y a los mismos  se sumaron los partidos políticos de la oposición, sectores campesinos, estudiantiles, de transporte y demás ciudadanos.  Las protestas fueron reprimidas. Tras estos hechos la Policía Nacional de Honduras se declaró en paro contra el gobierno hondureño y exigieron mejoras salariales, al mismo tiempo en que apoyaron a la Plataforma para la defensa de la educación y la salud. 

La condensación de diferentes reclamos intensificó las protestas que nuevamente fueron contenidas. Esta vez la violencia fue ejecutada por la Policía Militar que actúo en función del Ejecutivo,  quien ordenó un amplio despliegue militar. La represión dejó una cifra de tres muertos, 29 heridos y 41 detenidos.

El viernes 21 la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales se reunió con representantes de la Secretaría de Seguridad de Honduras con el objetivo de firmar un acuerdo para poner fin al paro y comprometerse a mejorar las condiciones laborales de las fuerzas.

Por su parte, lo que parece una de las insurrecciones populares con mayor relevancia de los últimos tiempos en el país centroamericano, sigue colmando las calles con sus reclamos y un pedido muy concreto:  que Juan Orlando Hernández renuncie.

el país azteca registró un total de 17.010 homicidios en los primeros seis meses del actual gobierno


En la misma sintonía Costa Rica continúa con movilizaciones que se plegaron a lo largo y ancho del país. Las misma son encabezadas por los gremios sindicales que exigen mejoras laborales y rechazan las políticas del presidente Carlos Alvarado Quesada orientadas a la privatización del sector educativo a través de la ley de Educación Dual y Formación Técnica Dual.

Asimismo los profesionales de la salud también se volcaron a las calles en repudio a los impuestos y los proyectos que buscan regular las huelgas en el sector público.


En tanto México, que a diferencia de Honduras y Costa Rica tiene un presidente  progresista cuya bandera es la erradicación del neoliberalismo, presentó en mayo la tasa más alta de homicidios desde la asunción de Manuel López Obrador, con un cifra de 2903 asesinatos reportados. De acuerdo a cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el país azteca registró un total de 17.010 homicidios en los primeros seis meses del actual gobierno.

La crisis de violencia e inseguridad que atraviesa a México sigue siendo uno de los mayores problemas a resolver. AMLO reconoció que no ha logrado reducir el número de homicidios que entre julio y septiembre de 2018, meses en los que aún gobernaba Enrique Peña Nieto, osciló entre 2937 y 3050.

A esta situación se suman las crecientes columnas de migrantes que arriban al país huyendo de la violencia y marginalidad a la que se ven expuestos en sus territorios, consecuencia de la injerencia estadounidense que operan en conjunto con los gobiernos neoliberales.

No cabe duda que en los países centroamericanos se viven momentos de constante ebullición. La historia demuestra que la unidad del pueblo es lo que puede llegar a generar un cambio, y los centroamericanos son conscientes de eso.


*Periodista y analista especializada en Centro América, redactora de Revista Trinchera, columnista del programa Marcha de Gigantes (AM1390) y colaboradora de Agencia Timón. 
Guatemala: rechazan la candidatura de dos aspirantes a la presidencia

Guatemala: rechazan la candidatura de dos aspirantes a la presidencia

TIEMPO DE LECTURA: 3 min.

por melany de juana*


Zury Ríos (I) – Thelma Aldana (D)

El 16 de junio se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Guatemala. En dicho contexto, y a un mes de las misma, esta semana la Corte de Constitucionalidad de la República rechazó las candidaturas de dos aspirantes a la presidencia: Thelma Aldana y Zury Rios.

Thelma Aldana, del movimiento semilla, fue presidenta de la Corte Suprema de Justicia y dirigió el Ministerio Público durante la presidencia de Otto Pérez Molina. El 19 de marzo del corriente año la justicia de Guatemala emitió una orden de detención por una denuncia de corrupción en su contra.

El máximo órgano de justicia de la Nación rechazó la apelación del partido por el cual se postulaba Aldana. El partido por el cual se postulaba había presentado anteriormente un amparo provisional ante la Corte Suprema de Justician por la denuncia contra la candidata, pero  también fue rechazado.

Al momento de la sentencia, la candidata que gozaba de impunidad, se encontraba fuera del país con orden de detención por delitos de peculado y defraudación tributaria. De volver al pais podria ser detenida.


El fallo de la Corte Constitucional deja definitivamente fuera de las elecciones a Thelma Aldana, pues esta era la última instancia judicial a la que podía apelar.


La ex presidenta de la Corte Suprema había encabezado investigaciones que dejaron al descubierto casos de corrupción en el poder político, y era una de las candidatas favoritas a ganar las elecciones.

La misma institución le negó la candidatura a Zury Ríos Sosa por ser hija de José Efraín Ríos Montt, quien en su régimen ordenó el genocidio de 1770 indígenas.

Cuatro de los siete magistrados de la máxima instancia judicial de Guatemala  decidieron anular la inscripción de la candidata del Partido Valor a los próximos comicios por violar la Carta Magna.

Los mismos revocaron un amparo de la Corte Suprema de Justicia otorgado a favor de Ríos el cual permitió que la hija del dictador se postulará a las elecciones presidenciales. El fallo se ampara en los incisos a y c del artículo 186 de la Constitución de la República de Guatemala, los cuales establecen que no podrán optar al cargo de presidente o vicepresidente de la República a) el caudillo ni los jefes de un golpe de Estado, revolución armada, o movimiento similar, que haya alterado el orden constitucional, ni quienes como consecuencia de tales hechos asuman asuman la jefatura de Gobierno; c) Los parientes del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad del Presidente y Vicepresidente de la República, cuando este último se encuentre ejerciendo la Presidencia, y de las personas a que se refiere el inciso primero de este artículo.

*Periodista y analista especializada en Centro América, redactora de Revista Trinchera, columnista del programa Marcha de Gigantes (AM1390) y colaboradora de Agencia Timón 
Centro América, víctima de la violencia

Centro América, víctima de la violencia

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.Por Melany De Juana*

 

Fuente Migrantes en el triangulo norte_cifras Amnistía Internacional
Fuente: Migrantes en el Tiangulo Norte – Cifras Amnistía Internacional

La violencia atraviesa de diferentes maneras a cada región del mundo, y Centro América no es la excepción. Guatemala, El Salvador y Honduras integran el Triángulo de la muerte, más conocido como Triángulo Norte, una zona que está envuelta por la inseguridad ligada fuertemente al narcotráfico que encontró, en estos países, un puente estratégico para facilitar que la droga circule entre Sudamérica y Estados Unidos.

El endurecimiento de la lucha contra la exportación de armas y sustancias ilegales que cada vez se acrecentaba más en México “obligó” a los traficantes a buscar otras rutas que conduzcan al país del norte en aquellas regiones que se encuentran más debilitadas por la violencia que producen las pandillas, los grupos de crimen organizado, las maras y los gobiernos neoliberales.

Procesos como el golpe de Estado en 2009 a Manuel Zelaya favorecieron el fortalecimiento de la violencia en Honduras, así como las políticas de derecha que llevan a cabo Juan Orlando Hernández, en dicho país, y Jimmy Morales en Guatemala.

En 2012 el Instituto de Análisis militar de Londres consideró al triángulo Norte una de las regiones más peligrosas del mundo, poniéndolo al mismo nivel de los países de medio oriente -Siria, Somalia e Irak- con la diferencia de que en estos existe un conflicto armado, pero con la coincidencia de que en ambos territorios penetran las garras de Estados Unidos.

Esa inseguridad es provocada por diferentes factores como la pobreza, la falta de oportunidades, el alto volumen de armas que circula en la región producto del mercado negro favorecido por la corrupción de las fuerzas armadas, y el surgimiento de las pandillas y de las maras.

Las maras son organizaciones transnacionales de corte criminal originadas en la década del 80’’ que se dedican al narcomenudeo, la extorsión, el secuestro de personas, el robo, el tráfico de armas y los asesinatos por encargo y que con el tiempo se establecieron principalmente en Honduras y El Salvador.

Entre las más conocidas se encuentran la Mara Salvatrucha y la Mara 18, que tienen sus orígenes en Estados Unidos. La primera se formó después de la Segunda Guerra Mundial, cuando mexicanos que habían migrado en busca de trabajo se unieron para resistir el racismo y la violencia que ejercían los ciudadanos estadounidenses contra ellos. La segunda fue creada treinta años depuse y la integraban centroamericanos que escapaban de la Guerra Civil en El Salvador.

En 1997 Estados Unidos endureció la ley migratoria y deportó a los centroamericanos que residían alli, entre ellos los que integraban los grupos organizados. La introducción forzada a sus países de origen generó que las maras se expandieron por toda Centro América y dio lugar a que las pandillas se instalen en la ciudad, los barrios y las zonas rurales e impongan su poder a través de la coerción.

La pobreza, la falta de oportunidades laborales y de acceso a los servicios básicos, sumado a la persecución policial favorecieron la expansión de las maras que están conformadas, principalmente por jóvenes que dejaron sus estudios y se encontraban en situaciones de vulnerabilidad.

Así mismo, en Centro América se pueden adquirir armas libremente, ya que, no hay control sobre la venta de las mismas. En Honduras el uso de estas es el causante del 78% de las muertes.

Pero la grave situación que se vive en la región también es consecuencia de la militarización impulsada bajo la excusa de combatir el crimen organizado, a partir de la cual países como Estados Unidos proveen a los gobiernos de armas, helicópteros y vehículos militares en el afán de combatir la inseguridad con más violencia. A su vez el escaso control a las fuerzas armadas favorece que la inseguridad no tenga fin.

Pese a que con el paso de los años las muertes fueron disminuyendo, las cifras aún siguen siendo preocupantes: en 2018 en Honduras fueron asesinadas 2774 personas, en Guatemala 3881 y en El Salvador 3340. El 70% de las muertes violentas fueron consecuencia del uso de armas.

La compleja situación del triángulo Norte es causante de la crisis humanitaria que obliga a los centroamericanos a huir de sus países de origen en busca de una mejor calidad de vida en Norteamérica. La salida de miles de ciudadanos que tuvo al mundo en vilo por ser una de las caravanas migrantes más grande de la historia es consecuencia de esa misma inseguridad: salieron encolumnados porque esa es la única forma de protegerse ante posibles agresiones.

Esa migración multitudinaria despertó el malestar del presidente Donald Trump, que lejos de brindar asilo, notificó a Guatemala, Honduras y El Salvador que les quitaría la ayuda humanitaria si no detienen a los ciudadanos que buscan refugio en Estados Unidos, demostrando una vez más su falta de humanidad.

Por último, es necesario que los gobiernos centroamericanos comprendan que la solución no es violencia por violencia sino políticas que atiendan aquellas cuestiones que favorecen la creación de los grupos armados como la pobreza, la exclusión social y la corrupción de la que, muchas veces, ellos forman parte.

Analista especializada en Centro América, redactora de Revista Trinchera y columnista del programa Marcha de Gigantes (AM1390) y colaboradora de Agencia Timón

Éxodo migrante: les desplazades del neoliberalismo en Centro América

Éxodo migrante: les desplazades del neoliberalismo en Centro América

TIEMPO DE LECTURA: 7 min. 

Por Melany De Juana y Nicolás Sampedro

En esta entrevista a Wendy Cruz, militante de la Vía Campesina – Honduras, con urgencia se ponen arriba de la mesa los motivos que empujan a miles de personas a migrar en condiciones precarias e inciertas hacia destinos hostiles. De la tierra de Berta Cáceres, hondureñes huyen a diario de las consecuencias de un modelo de saqueo y concentración voraz de los bienes comunes impuesto desde el norte con un títere en el gobierno. Cualquier coincidencia con la Argentina, no es coincidencia. La exclusión y persecución como políticas de Estado.

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¿Cómo ves el clima social que se está viviendo en Honduras? ¿Cómo recibe la gente de a pie lo que está pasando con las migraciones masivas?

La verdad es que hay toda una preocupación en la población. Con esta situación del éxodo, donde hay de miles y miles de hondureños hacia Estados Unidos, la estamos pasando bastante mal. Mucho más ellos (los migrantes), porque en estos momentos hemos seguido las noticias y nos hemos dado cuenta de que la están pasando mal. Algunos mexicanos están bastante molestos, porque dicen que no quieren más centroamericanos.

Es lamentable que nuestros compatriotas tengan que huir de nuestro país por una cantidad de condiciones: por no tener acceso al trabajo, por el tema del acceso a los recursos productivos. Realmente es una situación lamentable la que vivimos en Honduras y no vemos ninguna víspera de mejoras, sino que cada día está más deteriorado todo nuestro sistema democrático.

En el 2009 sufrimos el golpe de Estado (a Mel Zelaya), sufrimos un segundo golpe de Estado cuando nos volvieron a robar las elecciones el año pasado, y eso ha marcado la desesperanza de miles y miles de hondureños.

 

”Las políticas neoliberales han venido a explotar nuestros recursos y están generando violencia, militarización de los territorios, asesinatos, persecuciones

 

Recién nombrabas algunas razones por las que se exilian de honduras ¿Podrías profundizar sobre el tema?

Por ejemplo, en Honduras somos más de 8 millones de personas, tenemos el 67% de la población en la pobreza y un 47% en extrema pobreza. Esto significa altos niveles de concentración de la riqueza del país. Por ejemplo, de cada 100 personas que viven en el área rural 86 no tienen acceso a la tierra.

¿Qué significa esto? Significa expulsarte del territorio prácticamente. Y en Honduras, el 51% de la población es rural. Al no tener acceso a los recursos productivos como la tierra, el crédito, la asistencia técnica, implica que prácticamente te están expulsando de tu tierra.

Por otra parte, las políticas neoliberales han venido a explotar nuestros recursos y están generando violencia, militarización de los territorios, asesinatos, persecuciones. A raíz de toda esa situación, se vive un tema de desesperanza. No tienen alternativa alguna porque tenemos un Estado que no se ocupa del desarrollo rural, o sea del 50% de la población. En Honduras, del presupuesto general de la república, sólo se invierte (para el sector) el 1,14%. Sin embargo, para la militarización se utiliza 5 veces más.

De la aplicación de todas las políticas neoliberales en nuestro país, ahora estamos sufriendo las consecuencias porque, si miramos, estos son los efectos, pero las causas son que nos han robado la democracia, nos están robando todos nuestros recursos naturales, hay un tema con la concentración de la tierra, concentración del poder. Todo eso ha generado una desesperanza en la población en general.

 

”Como siempre, nos llevamos la peor parte los niños, las niñas y las mujeres

 

¿Cuál es la respuesta del gobierno ante la situación?

Ninguna. No hay ninguna respuesta del gobierno. Todas son respuestas tibias que realmente no profundizan en las causas del desplazamiento de miles de hondureños.

Para que tengan una idea, en Honduras, al día, se van más de 300 personas, huyen del país. Así que vamos a seguir viendo, lamentablemente, este éxodo de personas. Lo más lamentable son las condiciones que tienen aparejadas todas las consecuencias que tienen que pagar. Ya hemos visto compatriotas que han regresado muertos por accidentes, por temas de salud, otros que se han quedado en el camino con sus hijas e hijos, las mujeres la están pasando mal porque algunas han declarado que han sido violadas en el proceso, han sido maltratadas. Como siempre nos llevamos la peor parte los niños, las niñas y las mujeres.

Nosotros, desde la Vía Campesina, hemos estado, durante los últimos 8 años, haciendo propuestas para que discutamos en el país una política de desarrollo rural que nos permita, nos garantice vivir con grados de desarrollo, desarrollo que realmente cambie la vida. Porque lo que hay en el país son muchos programas asistencialistas que están endeudando a la población y desestabilizándonos social y económicamente.

 

”Cuando escuchamos a Trump diciendo que no va a permitir ingresar más inmigrantes, nosotros le decimos: que dejen todos nuestros recursos y todas nuestras riquezas y que se vayan con sus bases militares a sus países

 

¿Qué rol crees que tienen los EE.UU. en lo que está sucediendo?

El papel que han venido jugando las políticas de los Estados Unidos han sido nefastas. Estados Unidos es el que ha colocado los últimos presidentes en este país. Ellos son cómplices de toda la situación. Ellos les han dado el respaldo total, además de recursos económicos para militarizar el territorio a nivel nacional. Y eso se acredita porque hay miles y miles de bases militares en nuestro territorio. Ellos quieren tener una hegemonía a nivel de la región centroamericana.

Nosotros, como hondureños y hondureñas, estamos claros de que ellos juegan a su política, ellos son los que ponen y quitan presidentes en este país, porque tienen intereses para un control de la región centroamericana y tienen, también, un control territorial con sus bases militares. Por eso, cuando escuchamos a Trump diciendo que no va a permitir ingresar más inmigrantes, nosotros le decimos: que dejen todos nuestros recursos y todas nuestras riquezas y que se vayan con sus bases militares a sus países y podamos nosotros hacer nuestras propias políticas de desarrollo. Pero mientras tengamos una intervención y un control de los EE.UU. sobre nuestra soberanía poco o nada vamos a tener aspiraciones de cambiar el sistema realmente, que nos está oprimiendo. Nos está oprimiendo a través de las políticas de Estado que benefician a las grandes transnacionales, pero que ahogan a miles y miles de campesinos a nivel nacional.

En Honduras, ser un disidente de este gobernante, Juan Orlando Hernández, es un peligro. Muchos, miles y miles de hondureños que somos militantes por generar nuevos cambios en el país, tenemos que tener mucho cuidado. Aparte tenemos que cuidar mucho nuestras familias y aparte de ello, algunos de nuestros compañeros y compañeras han tenido que huir del país para no ser asesinados.

Y de toda esa política que estamos viviendo aquí en Honduras, los EE.UU. son cómplices.

 

”Aquí (los medios) normalizan lo que es malo como si fuera bueno y la lucha que hacemos como organizaciones sociales la satanizan

 

¿Cuál es el rol que juegan los medios de comunicación en esta situación?

En Honduras tenemos un cerco mediático. Tienen el control total de los medios de comunicación. Aquí no hay ninguna vos disidente que le cuestione al gobierno sus hechos, e incluso han dicho que todos esos miles de hondureños se van porque huyen de las responsabilidades, de delincuencia y que aquí hay oportunidades, pero, en realidad, en Honduras el 50% de los más de 3 millones de la población económicamente activa, se encuentra desempleada. Entonces la gente no encuentra, realmente, alternativa. Pero los medios de comunicación son cómplices de este régimen y es por eso que no tenemos ningún avance como sociedad hondureña.

El control que ejercen los grupos de poder sobre los medios de comunicación es perverso y realmente nos someten. La población en general no tiene acceso a los medios de comunicación de nivel nacional alternativos. Hay algunos esfuerzos pero que no son suficientes y lógicamente tienen mucho más llegada los grupos de poder que han controlado los medios por más de 100 años en este país.

Así que debemos de llamarnos a la reflexión como ciudadanos a nivel mundial sobre el tema del control, del papel que juegan los medios de comunicación, para someter a los pueblos, para criminalizarlos. Aquí normalizan lo que es malo como si fuera bueno y la lucha que hacemos como organizaciones sociales la satanizan. Tenemos un cerco mediático, estamos estigmatizados como organizaciones. Las organizaciones sociales estamos en la asfixia total por un régimen, a través de leyes a nivel judicial, y estigmatizados a nivel de la comunicacional.

Wendy, te agradecemos por el tiempo y te enviamos un fraternal abrazo.

Gracias. Nosotros hemos hecho seguimiento de todo lo que está pasando en Argentina, los asesinatos de líderes en la lucha por la tierra. Así que igualmente solidarizarnos. Creo que sólo la unidad, la organización y la resistencia de los pueblos pueden generar la esperanza de cambio. Si no nos unimos y no somos solidarios a nivel internacional, a nivel de nuestros pueblos, y no seguimos resistiendo ante estas políticas, poco o nada vamos a tener esperanza de que nuestras generaciones tengan nuevas oportunidades de vivir en países libres y en paz.

 

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