Del concepto de “toda toma de deuda se traduce a emisión futura y degradación del peso” a rasgar cualquier fondo de olla para llegar con el dólar planchado a octubre. El gobierno libertario se sigue contradiciendo en su doctrina.
“Lo que antes fue una crisis política o una corrida financiera, hoy amenaza con ser una combinación explosiva de ambas”, explicó en la bajada de la nota publicada en Ámbito Financiero el economista Pablo Tigani. El artículo se titula “Dólar barato, deuda cara: como Luis Caputo volvió a rifar el futuro para llegar a octubre”, y si bien describe el panorama financiero y productivo repetido hasta el cansancio en este medio y otros, viene con la advertencia adicional citada al principio del párrafo. Todo esto, mientras la atención se la lleva la sentencia firme a Cristina Fernández de Kirchner, por supuesto.
También en La Política Online, que suele seguir de cerca noticias que pasan por el subsuelo, el ex vicepresidente del Banco Central, Jorge Carrera, afirmó que “No eligieron un camino de acumulación de reservas genuinas”, refiriéndose a la cartera económica del gobierno de La Libertad Avanza, y que “salen a juntar divisas por cuenta capital pero solo de cartera, porque no entra un dólar de inversión directa”.
Lo dicho: el panorama fijado desde el tercer día de mandato del oficialismo, cuando el ministro de Economía, Luis Caputo, eligió el dólar barato y enfriamiento de la economía, se enfrentaría tarde o temprano a un techo si no generaba una fuente de ingreso de reservas genuinas. Esto comenzó a suceder en junio de 2024, cuando el dolar blue empezó a marchar la cancha. Si bien la apuesta por parte del gobierno se adhirió al RIGI, esta no atrajo hasta el momento grandes inversiones. Porque por más incentivos instalen, ¿quién querría invertir en una economía donde el consumo solo baja?
Otra apuesta fue el blanqueo, que sirvió para subsanar el período de septiembre a enero, cuando las papas volvieron a quemar hasta que el Fondo Monetario confirmó el giro de 12 mil millones de dólares nuevos como préstamo. Rápidamente, el destino que corrieron esas divisas fue similar al de las anteriores, dilapidarse en el Mercado Único y Libre y de Valores para sostener el tipo de cambio artificial, y ahora que el FMI -tal vez como castigo por hacer lo que dijo que no hagan con las divisas- frenó el giro de 2 de esos 12 mil millones de dólares, Caputo tuvo que salir a buscar inmediatamente de dónde pedir prestado ese monto. Por eso el título de Tigani; Caputo volvió a rifar el futuro del país para llegar a octubre.
Tan solo para darnos una idea del panorama actual de los balances del Banco Central, el mes de abril tuvo el ingreso extraordinario de los 12.400 millones de dólares girados por el FMI. Aún así, mientras que la acumulación de reservas brutas fue por 13.900 millones (montos en usd, por supuesto), el total neto fue de -7.200 millones, lejos de la meta del FMI, por esto también se puede pensar en el “castigo” del organismo.
“Para maquillar este resultado, el gobierno lanzó el BONTE 2030 -un bono en pesos suscripto en dólares con tasa del 29,5%- y anunció una operación de repo por u$s2.000 millones que implica más deuda en divisas, pero sin generar divisas genuinas”, explicó Tigani, y recordó: “Este tipo de ingeniería financiera recuerda con precisión quirúrgica el accionar del propio Caputo durante 2018, cuando se vendieron reservas sistemáticamente para contener al dólar hasta que el FMI tuvo que intervenir con el mayor préstamo stand-by de su historia”.
“La misma lógica hoy; mantener un tipo de cambio bajo, forzar la ilusión de estabilidad, aplazar el ajuste de precios relativos y “reventar dólares” para llegar con aire a las elecciones legislativas”, sentenció entonces el economista, que augura una cada vez más compleja resolución del tema.
Mientras tanto, la economía real
Mientras que el industricidio y Pymecidio son ya moneda corriente con este tipo de planes de dólar barato, la recaudación cayó 17% interanual en mayo, el consumo cayó 0,9 % con respecto al mes anterior, y la cuenta corriente de la balanza de pagos tuvo un déficit de 600 millones. “¿Cómo se llenan entonces las arcas del BCRA? Con deuda. Y más deuda”.
Esto, según Tigani, “recuerda al cóctel que precedió al colapso de 2001”, con “déficit financiado con deuda en dólares, recesión inducida por ajuste fiscal, atraso cambiario sostenido artificialmente, y un ministro que jura tener todo bajo control hasta el día anterior al desastre”. “2025 podría ser el año en que los fantasmas de 2001 y 2018 se reencuentren en una nueva tragedia, esta vez amplificada por un contexto social más frágil, un liderazgo más radicalizado y un sistema político al borde del colapso”, sintetizó.
Otro dato curioso y llamativo es que, si bien esta radiografía de una economía al borde del abismo suele circular por debajo, esta semana los titulares se los llevará sin dudas la sentencia firme a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, hecho que sucede, por supuesto, estipulado con fecha y hora en tanto y en cuanto así lo definió la Corte Suprema de Justicia. ¿Casualidades? Pues bien, la ex presidenta prefiere no creer en ese término.
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