El legado de Sankara en Burkina Faso

El legado de Sankara en Burkina Faso

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

El 15 de octubre se cumplió un nuevo aniversario del asesinato del gran líder burkinés revolucionario Thomas Sankara. Fue en 1987, que, con ayuda de Francia y Estados Unidos, los traidores a la Revolución de Burkina Faso orquestaron el golpe de Estado y mataron al llamado “Che Guevara africano”. Hoy este país de África occidental vive momentos de mucha tensión y la aparición del joven líder militar Ibrahim Traoré da que hablar.

Casi 34 años después de la impactante muerte del gran Sankara, el lunes 11 de octubre del año 2021 se empezó un juicio de 14 hombres acusados ​​de complicidad en el asesinato del fundador de Burkina Faso, es decir, “La Tierra de los Hombres Íntegros”. El país se llamaba Alto Volta y logró su independencia en 1960, saliéndose del orden colonial francés.

Sankara fue asesinado a tiros a los 37 años por soldados durante un golpe de Estado el 15 de octubre de 1987, que llevó a su amigo íntimo, Blaise Compaoré, al poder con ayuda francesa. Compaoré se encuentra entre los 14 acusados, pero actualmente está exiliado en la vecina Costa de Marfil, a donde huyó después de ser obligado a dimitir durante las protestas masivas de 2014. En repetidas ocasiones ha negado su participación en la muerte de Sankara y está boicoteando el juicio.

Compaoré no le gustaba mucho el giro marxista de la Revolución de Burkina Faso del 4 de agosto de 1983, ni tampoco las posiciones de austeridad moral de Sankara frente al pueblo. Sankara era un ferviente admirador del Che Guevara y de Fidel Castro, y trató de adoptar ejemplos de la Revolución Cubana para Burkina Faso.

El propio Sankara llevó un estilo de vida austero. Redujo su propio salario y el de todos los servidores públicos. También prohibió el uso de choferes gubernamentales y boletos de avión de primera clase. También era un feminista: nombró a mujeres en cargos ministeriales (caso único en África subsahariana) y prohibió la mutilación genital femenina.

La educación era una prioridad clave para Sankara: mientras estuvo en el poder, la tasa de alfabetización aumentó del 13% en 1983 al 73% en 1987, y también supervisó una campaña nacional de vacunación masiva. Además, redistribuyó la tierra de los terratenientes oligarcas y se la dio directamente a los agricultores pobres, lo que condujo a un enorme aumento en la producción de trigo.

Sankara pidió una África unida para oponerse a lo que llamó el “neocolonialismo” de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Pidió poner fin al pago de la deuda externa junto a Fidel Castro en varios foros del Tercer Mundo y no dudo en aliarse a la Unión Soviética en la Guerra Fría de la década de 1980. También alzó la voz a favor de la Revolución Sandinista de Nicaragua y la Revolución de la isla caribeña de Granada.

Su muerte fue un duro golpe a la vida nacional de Burkina Faso. Francia y Estados Unidos no lo querían. Una imponente estatua de bronce de 6 metros de altura en el Parque Conmemorativo Thomas Sankara en la capital, Uagadugú, fue inaugurada en 2019 y se modificó el año 2020 tras las quejas sobre la primera versión.

Hay seguidores de Sankara en Burkina Faso y exigen estos que Francia y Compaoré den respuestas. En 2014 Compaoré fue derrocado por un golpe de Estado. Los militares otra vez protagonistas. Un tal Roch Marc Christian Kaboré se hizo con el poder y siguió con la política de aliarse a Francia en la “lucha antiterrorista” en el Sahel africano. Esto llevó malestar en los jóvenes oficiales de Burkina Faso y en la población.

Banderas de Sankara ondeaban en las protestas de 2020-2022. Los jóvenes oficiales estaban hartos de ser carne de cañón de los franceses contra los “yihadistas” del norte y de Mali. Paul-Henri Sandaogo Damiba, otro militar, quiso poner orden en el país el pasado 31 de enero de este año, pero no pudo. El 30 de septiembre de 2022 el joven oficial de 34 años llamado Ibrahim Traoré tomó el poder y la cosa cambió. Protestas antifrancesas apoyaron a este nuevo golpe de Estado, con banderas de Sankara y también de Rusia.

No es la Guerra Fría de la era de Sankara. Pero Traoré fue elegido “presidente de transición” el 15 de octubre, justo el día del aniversario del paso a la inmortalidad del gran Sankara. Esperemos que el joven militar Traoré siga el ejemplo del Capitán Rojo. Sería un hermoso homenaje para el gran líder africano que hoy homenajeamos.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Burkina Faso y el repudio a ser “patrio trasero” francés

Burkina Faso y el repudio a ser “patrio trasero” francés

TIEMPO DE LECTURA: 4 min.

El golpe de Estado ocurrido el viernes 30 de septiembre pasado es la segunda asonada militar ocurrida en ocho meses que sufre Burkina Faso. Un país que parece que está dando señales de que no se quiere más un “patio trasero” francés en África.

Los golpes de Estado en África han sido endémicos desde hace tiempo. Los militares siguen siendo actores políticos muy importantes. Los hay cipayones, pero también nacionalistas hartos de ser centuriones sometidos a designios de asesores militares de Occidente. En el tablero geopolítico también juegan a coquetear con Rusia y China para hacer enojar a Estados Unidos y la Unión Europea. Los casos son diversos, según los países. Pero el caso de Burkina Faso es interesante de analizar.

El golpe de Estado ocurrido el viernes 30 de octubre pasado que derrocó a Paul-Henri Damiba por su “gestión caótica” en seguridad, es la segunda asonada militar ocurrida en ocho meses en las tierras de Burkina Faso. Hay que recordar que Damiba llegó al poder tras derrocar al expresidente Roch Kaboré el 24 de enero de 2022. Todo un clímax.

A través de un comunicado leído ese viernes en la televisión pública RTB, militares, encabezados por el capitán Ibrahim Traoré, anunciaron la suspensión del Gobierno y la Constitución. Previamente, los militares habían tomado posición en puntos estratégicos en la capital de Burkina Faso, Uagadugú, que vivió una jornada de tiroteos y explosiones.

Manifestantes que apoyan a los militares golpistas de Burkina Faso que derricaron a Paul-Henri Damiba atacaron embajada francesa en la capital del país Uagadugú.

Burkina Faso es un caos desde 2015. Grupos yihadistas muy extraños atacan la zona norte del país y pretorianos franceses “ayudan” al país a combatirlos. Desde entonces han muerto miles de burkineses y el 10 % de la población ha huido de sus hogares, según reportes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Francia tomó como base militar a Burkina Faso para alimentar su “campaña antiterrorista” contra los yihadistas de Mali. Esto generó malestar en grupos de oficiales nacionalistas y en sectores políticos y sociales hartos de la tutela de facto de los galos. De hecho, el 1 de octubre se vieron ataques a la embajada francesa. Se produjeron en momentos en los que se están creciendo los sentimientos antifranceses en los países africanos donde Francia tiene una presencia militar para la llamada “misión antiterrorista”. En febrero, París anunció la retirada de las tropas francesa de Malí, país que acusa a París de entrenar a “grupos terroristas” activos allí.

Por su parte, el Ministerio de Exteriores francés y la embajada del país galo en Uagadugú rechazaron cualquier implicación en los acontecimientos vividos en Burkina Faso, así como las acusaciones de que París protegía al derrocado presidente.

El teniente coronel Paul-Henri Damiba fue destituido de sus funciones de presidente del Movimiento Patriótico para la Salvaguarda y la Restauración” (MPSR, órgano dirigente de la junta), declararon los militares en un comunicado leído por un capitán.
El nuevo hombre fuerte del país, designado presidente del MPSR, es ahora el capitán Ibrahim Traoré, que parece ser un nacionalista antigalo.

Algunos analistas alertan de una posible guerra civil en Burkina Faso entre nacionalistas y filofranceses. Las fuerzas militares están divididas en este sentido. Traoré parece ser el líder militar nacionalista antigalo y que no dudará en pedir alguna ayuda a Pekín o Moscú. Los militares nacionalistas que emergen saben de la geopolítica de hoy y jugarán fuerte. Lo cierto es que aparece un sentimiento de repudiar lo que ya se conoce como “repudio al patio trasero francés” en África.

Burkina Faso fue colonia de Francia desde fines del siglo XIX hasta 1960. Fue independizada bajo el nombre de Alto Volta y sufrió varios golpes de Estado con militares cipayos filogalos. Pero en 1983 hubo una asonada militar revolucionaria bajo el mando del Capitán Thomas Sankara, luchador marxista-leninista, que funda un gobierno popular socialista y es el que renombra al país como Burkina Faso, es decir, “la Tierra de los Hombres Íntegros”. Sankara es asesinado en 1987 y el gobierno socialista se derrumba con ayuda de Francia a militares cipayos. Pero parece que los galos ya no son bienvenidos y militares nacionalistas vuelven a la palestra. Queda ver cómo sigue esta historia.


Referencias
https://revistatrinchera.com/2020/10/15/el-recuerdo-de-sankara/
https://revistatrinchera.com/2022/02/19/francia-y-la-crisis-del-sahel-occidental/
https://revistatrinchera.com/2020/08/30/mali-entre-el-golpismo-y-los-separatismos-regionales/

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Francia y la crisis del Sahel occidental

Francia y la crisis del Sahel occidental

TIEMPO DE LECTURA: 6 min.

Tras nueve años de presencia militar para luchar contra el “yihadismo”, Francia anunció el 17 de febrero último la retirada de sus tropas de Mali, una decisión que se preveía inminente ante la ruptura de relaciones entre París y la junta militar gobernante en el país africano. Antes, el 24 de enero pasado el ejército de Burkina Faso se ha hecho con el poder y derrocó al presidente del país, Roch Kaboré. ¿Pierde terreno Francia en el Sahel occidental?

El año 2022 empezó con todo en África. La región del Sahel occidental, en enero y en los albores de febrero ya tiene dos crisis. La del 24 de enero pasado fue la de un golpe militar en Burkina Faso, donde la guardia pretoriana del teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba puso fin al gobierno del alicaído Kaboré. Ahora, en este 17 de febrero pasado, Francia decide irse de Mali. La decisión fue plasmada en una declaración conjunta firmada por Francia, sus aliados europeos en la operación llamada Barkhane, Canadá y sus socios africanos en el Sahel y en el golfo de Guinea.

Tropas francesas en el Sahel africano.

“Ya no se dan las condiciones políticas, operativas y jurídicas para continuar de forma efectiva su actual compromiso militar en la lucha contra el terrorismo en Mali y, por tanto, hemos decidido iniciar la retirada coordinada”, declaró el gobierno de Emmanuel Macron.

El anuncio coincidió con una cumbre en Bruselas, capital del Reino de Bélgica y sede de líderes de la Unión Europea (UE), y la Unión Africana (UA), en esa ciudad europea, sobre una nueva relación con África, un continente rico en materias primas donde China, Rusia y Turquía también tienen sus intereses.

La idea llevaba varios meses barajándose ante el continuo deterioro de las relaciones entre Bamako y París, que también afectó a otros aliados europeos. Hay que recordar que Mali también fue protagonista de un golpismo en 2021. Pero debemos aclarar los tantos. En la noche del 24 de mayo de 2021 las Fuerzas Armadas de Malí capturaron al presidente Ba N’Daou,1 al primer ministro Moctar Ouane y al ministro de Defensa Souleymane Doucouré.​ Assimi Goita, el jefe de la junta que lideró el golpe de Estado de 2020, anunció que N’daw y Ouane fueron despojados de sus poderes y que se celebrarían nuevas elecciones en 2022. Es el tercer golpe de estado del país en diez años, después de los golpes militares de 2012 y 2020.

Mali y sus conflictos

Goita es el hombre fuerte del país decidió contratar a los paramilitares de la empresa rusa Wagner, acusada por Occidente de enviar “mercenarios” a países en conflicto con un modelo similar al usado años atrás por la estadounidense Blackwater. Los grupos “yihadistas” son facciones de los pueblos tuareg que buscan separarse de Mali. Este acercamiento a Rusia, sumado a la decisión Goita de quedarse en el poder al menos cinco años y no iniciar la prometida transición civil, provocó nuevos roces con Francia, pero también con socios europeos y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao).

Goita expulsó en octubre de 2020 al representante de la Cedeao por imponer sanciones al poder castrense, mientras que las hostilidades con los militares llevaron a Dinamarca y Suecia a retirar sus tropas de la fuerza especial europea Takuba, puesta en marcha para reducir el despliegue francés. Ante el riesgo de dejar la vía libre a Moscú en Mali y descuidar una región clave para contener el “yihadismo” y la inmigración hacia Europa, los miembros de Takuba, Reino Unido y Estados Unidos lograron un consenso sobre cómo continuar en la zona.

París prometió coordinar su retirada con la misión de la ONU (Minusma) y la de la Unión Europea (EUTM) en Mali, que seguirán beneficiándose de un apoyo aéreo y médico francés.

Militares golpistas toman el poder en Burkina Faso en enero de 2022.

Pero Francia no se va ir del Sahel occidental y de África occidental. París prevé proponer sus servicios a los países del Golfo de Guinea, como Costa de Marfil, Togo, Benín o Ghana, para ayudarlos a frenar la propagación del “yihadismo”.

Los galos no pueden darse el lujo de irse del todo. Les surgió otro problema en Burkina Faso. El mandatario derrocado Kaboré se había enfrentado a un creciente descontento por su fracaso en detener una “insurgencia islamista”. El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el golpe y pidió a los militares que “garanticen la protección y la integridad física” de Kaboré. Desde 2015, el país ha estado luchando contra esa misteriosa “insurgencia islamista” asociada a Al Qaeda y el Daesh (que tiene sus grupos en gran parte de África subsahariana y saheliana) que se extendió desde el vecino Mali. Esto ha alimentado la ira de los militares y ha dañado la otrora importante industria turística. Francia teme que los pretorianos de Burkina Faso se unan a Mali y se hagan socios de Rusia o China.

Francia viene teniendo acciones flojas en sus ex colonias. Burkina Faso, una antigua colonia francesa, ha sufrido una inestabilidad crónica desde que obtuvo la independencia en 1960, incluidos varios golpes de Estado. El nombre del país, que significa “tierra de los hombres honestos”, fue elegido por el militar revolucionario Thomas Sankara, quien tomó el poder en 1983. Fue derrocado y asesinado en 1987. Mali también fue colonia de Francia y también se independizó en 1960. Luego vino un historial de militarismo y desestabilización. Francia ha generado fricciones para dominar en el siglo XXI con el invento de luchar contra el “mal yihadista”.

¿Francia pierde terreno neocolonial en África occidental y el Sahel ante rusos y chinos? No es un terreno fácil y los pretorianos antes entrenados por los galos neocolonialistas ahora parece que adoptaron un nacionalismo favorable a hacer negocios con Moscú y Pekín. Todo un clímax. Durante el último año, varias naciones africanas han sufrido golpes de Estado. Entre ellas han estado Chad, Guinea, Mali y Sudán. Excepto Sudán, todas esas naciones fueron colonias del ex Sudán francés en la era imperialista de fines del siglo XIX.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

El recuerdo de Sankara

El recuerdo de Sankara

TIEMPO DE LECTURA: 10 min.

Poco conocido quizás para ciertas ortodoxias de las izquierdas occidentales, el Capitán Thomas Isidore Sankara fue todo un gran líder revolucionario marxista-leninista que intentó combatir al capitalismo imperialista desde su tierra natal, Burkina Fasso. Sankara nació un 21 de diciembre de 1949 en lo que en ese momento se llamaba Alto Volta, una colonia francesa.

Al terminar la escuela secundaria, comenzó a los 19 años una prolífica carrera militar, que estaría inextricablemente ligada a la política. Sus acercamientos con las ideas marxistas fueron un hito en su historia de vida. Pero admiraba las luchas del Tercer Mundo, las de su amada África y no dudó en estudiar sobre la Revolución Cubana de 1959 y las luchas patriotas de los argelinos que consiguieron la independencia en 1962.

Las luchas armadas de los patriotas marxistas de Angola, Cabo Verde, Guinea Bissau, Santo Tomé y Mozambique lo llenaban de esperanzas, ya que odiaba al viejo colonialismo portugués fascistoideo. Por supuesto, repudió al régimen racista del apartheid del sur de África y tomó como bandera las luchas de Nelson Mandela, Oliver Tambo, Steve Biko, Robert Mugabe, Desmond Tutu y Sam Nujoma.

En su patria natal no había muchos líderes locales que admirar. El colaboracionismo francés en Alto Volta era insoportable para un espíritu muy rebelde como el que tenía Sankara. Le quedaba a Sankara estudiar algo de la historia africana precolonial, alimentando su profundo rechazo contra el eurocentrismo y el racismo blanco de la “historia universal” que dejaba a África subsahariana marginada del todo.

Lo que era la colonia francesa de Alto Volta era una región situada entre los 10º y los 15º Norte dentro de la curva del gran río Níger y a más de 500 km de su principal salida al mar, el puerto de Abidjan, Costa de Marfil. Esta región tiene sólo dos ciudades importantes, Ouagaduodou y Bobo Dioulasso.

La historia precolonial comprende a la de los reinos mossi de Ouagadoudou, Yatenga y Gourma (700-1200). Tras resistir la expansión de los imperios de Mali y Songhay, hasta el siglo XVIII las poblaciones se vieron influenciadas por el Islam Sunna. Los misioneros cristianos de Europa Occidental instalaron sus colonias regionales e intentaron evangelizar a los pueblos mossi, diula y soso. Esta región fue anexada finalmente por los franceses a partir de 1890, ganándole a los británicos y alemanes. Gran parte del Alto Volta quedó en el llamado Sudán Francés hacia el 1900.

Estado de África Occidental que limita al noroeste con Malí, al noreste con Níger, al sur con Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín. Burkina Faso no posee acceso al mar. Su capital es Uagadugú.

El yugo colonial francés se mostró muy arbitrario, uniendo y desmembrando el territorio hasta 1946. El principal recurso del país era el excedente de mano de obra. En la Primera Guerra Mundial (1914-1918) se reclutaron muchos soldados, como peones de las plantaciones de Costa de Marfil y como trabajadores forzados de la colonia. Hacia 1950 surgieron algunos grupos nacionalistas, pero eran muy débiles. En 1957 se creó en el entonces Alto Volta un gobierno representativo que, en 1958, pasó a ser miembro de la llamada Unión Francesa Africana.

El 5 de agosto de 1960 Francia le otorga la independencia, bajo liderazgo de Maurice Yameogo, de la etnia mossi, que desempeñó como presidente hasta 1966. En ese año se produjo un golpe militar. En 1979 se retornó a un gobierno civil, cuando el antiguo jefe del gobierno militar golpista, el general Sangoulé Lamazina, se convirtió en presidente por votación popular.

Entre 1969 y 1979 el país de Sankara era un típico enclave neocolonial. De pequeño Sankara quería ser médico, era su vocación. Pero procedía de una familia pobre y la única forma de seguir estudiando era a través de la academia militar colonial. Entonces ya tenía en su pensamiento una base cristiana, y en algún momento pareció que su destino era el sacerdocio, porque la Iglesia en África intentaba incorporar a los alumnos más inteligentes. Finalmente se inclinó por el Ejército, pero esa impronta cristiana siempre formó parte de su ideología. De hecho, adoptó un cristianismo popular muy significativo.

Al terminar la primera instancia de los estudios, sus buenas calificaciones le permitieron seguir formándose como oficial del Ejército en Madagascar (ex colonia francesa), un país que entonces estaba muy convulsionado por revueltas populares en el decenio de 1960. Cuando regresó a Alto Volta, Sankara ya tenía un pensamiento consolidado y se había convencido de que era imperioso intervenir para transformar la realidad de su nación, que era una de las más pobres del planeta. Los mandos militares lo enviaron a la ciudad de Pô, donde comenzó su carrera militar y política. Primero, formando a los soldados que tenía a su cargo. Y segundo, trabajando con la población, ganándose el respeto y la admiración de los más pobres. En todos sus discursos estaba el antiimperialismo y el marxismo-leninismo.

Luego de estar prestando servicios en escaramuzas militares en Marruecos y Mali, Sankara hacia 1979 era todo un líder. Se declaró marxista-leninista y no ocultó su admiración hacia el Che Guevara y Fidel Castro. El 25 de noviembre de 1980, es derrocado el presidente Lamazina por el general Saye Zerbo, que encabeza el Comité Militar de Relanzamiento del Progreso Nacional (CMRPN). Sankara logra su primer cargo público en 1981. El nuevo gobierno, lo nombró secretario para la Información. Duró sólo seis meses en el puesto.

Sankara, al bien estilo Juan Domingo Perón, se convirtió en la voz de las masas obreras y rurales del país. Su nacionalismo marxista-leninista no era bien visto. Pero ya era muy popular en el país. En esos tiempos había formado, junto a Blais Compaoré y a otros miembros de las Fuerzas Armadas, la llamada Agrupación de Oficiales Comunistas. Fueron ellos los que dieron el siguiente golpe. El 7 de noviembre de 1982 derrocaron al gobierno de Zerbo y llevaron a la presidencia a Jean-Baptiste Ouédraogo. Sankara fue designado primer ministro en enero de 1983.

Sankara era el hombre fuerte del país. Por las presiones de Francia y de la facción de derecha de la coalición gobernante golpista, fue encarcelado. En ese momento se pusieron en marcha Compaoré y sus aliados, y Sankara terminó siendo liberado, con la ayuda de manifestaciones populares, al estilo también de Juan Domingo Perón. El crecimiento de popularidad de Sankara era ya un dolor de cabeza para Francia. Sankara al ser liberado dijo que admiraba al líder libio Muammar Ghadafi y dijo que quería refundar al país. No lo dudó. El 4 de agosto de 1983 Sankara y sus camaradas tomaron el Estado por las armas. Con sólo 33 años asumió la presidencia y así comenzó una verdadera historia revolucionaria.

El 4 de agosto de 1984 cambió el nombre de Alto Volta por el de Burkina Fasso, que significa “Patria de los hombres íntegros”, señal de que una de sus prioridades era la lucha contra la corrupción, pero también contra el capitalismo local. Empezó él mismo dando el ejemplo: se mantuvo el sueldo de capitán del Ejército, vendió todos los autos de lujo que estaban al servicio del Estado y adoptó como vehículo oficial al más barato del mercado, el Renault 5. Era un ser muy austero, disciplinado y humilde. Su guía era el Che.

Era ante todo un antiburócrata. Redujo los salarios de todos los funcionarios públicos, prohibió el uso de chóferes y obligó a sus ministros a viajar en clase turista. Se dice que hasta se negó a instalar aire acondicionado en el despacho presidencial. Para limitar el nepotismo, impidió a sus familiares acceder a cargos estatales.

En la VIIª Cumbre de Países No-Alineados, que se celebró en Nueva Delhi entre el 7 y el 12 de marzo de 1983, el joven capitán Thomas Sankara asistió en calidad de Primer Ministro del Alto Volta, y allí se encontró con Fidel Castro por primera vez. 

Sankara no dudó en integrar a su país al Movimiento de Países No Alineados. Apoyó a la Cuba socialista que tanto admiraba y se unió a Fidel Castro en la cruzada contra la deuda externa en 1984. Ambos líderes se hicieron grandes amigos. Con ayuda cubana y de la Unión Soviética, logró el fortalecimiento de la educación y la cultura. Logró que el índice de alfabetización pasara de 12 a 36% en un año (de 1984 a 1985), y que después siguiera subiendo gracias a las escuelas rurales que creó a lo largo del país. También avanzó muchísimo en salud. Creó comandos de vacunación que en pocos meses lograron cubrir a la totalidad de los niños burkineses contra enfermedades infecciosas que estaban causando mucho daño. Allí estaban los médicos cubanos ayudando.

Como si esto fuera mucho, Sankara era también un feminista africano. Fue el primero en abolir la ablación femenina. Le dio una fuerza muy especial a la celebración del 8 de marzo, como “día del mercado para los hombres”, a los que invitaba a hacer las compras. Incorporó a mujeres en todos los ámbitos de la administración pública. Estuvo a favor del aborto y alentó la formación de una Federación Nacional de Mujeres.

Sankara junto a la Federación Nacional de Mujeres de Burkina Fasso

Sankara también fue osado y encaró un programa socialista realmente anticapitalista. Lejos de ser un socialdemócrata débil, o un militar nacionalista a medias, fue por el marxismo-leninismo como modelo. Llevó a cabo una reforma agraria que redistribuyó la tierra, con reparto de abonos y de semillas a los campesinos, y la creación de pequeñas represas de agua.

Así consiguió que Burkina Fasso se convirtiera en uno de los pocos países de la región en adquirir la autosuficiencia en cereales, base de la alimentación popular. Luego confiscó empresas, nacionalizó tierras privadas, estatizó el comercio interno y exterior, repartió viviendas expropiadas a los ricos y creó “guardias civiles” para desmantelar a la vieja policía colonial.

Esta lucha anticapitalista lo llevó a enfrentarse con el sistema financiero internacional y con Francia, pero que aún conservaba una enorme influencia. El no pago a la deuda externa, que había sido contraída por los gobiernos anteriores, se convirtió en una de sus banderas. En su último gran discurso, que dio en septiembre de 1987 en el marco de la Asamblea General de la Unión Africana, defendió una vez más estas ideas y pidió no pagar la deuda externa en el mundo entero.

Los elementos contrarrevolucionarios no se fueron del todo a pesar de esta cruzada sankarista. Sankara lo sabía y creó “comités de defensa de la revolución”, que tenían el objetivo de controlar que sus medidas llegaran a todos los rincones del país, y de controlar a quienes se oponían al proyecto antiimperialista. Creó un sistema de sindicatos marxistas y trató de formar unas milicias populares para que reemplazaran al ejército tradicional.

Nunca faltaron los traidores. Si bien hasta el final mantuvo un importante apoyo popular, Sankara había abierto demasiados frentes dentro y fuera del país, y sus enemigos crecían en fuerza y en número. Su antiguo compañero de armas, Compaoré lo traicionó, lo derrocó y lo mandó a matar el 15 de octubre de 1987. Era un nuevo golpe de Estado en el país, pero esta vez destruyendo a la Revolución Sankarista.

El legado de Sankara aún persiste en el pueblo de Burkina Fasso

Ese fatídico 15 de octubre de 1987, un grupo armado ingresó en su despacho, mientras mantenía una reunión con los 12 integrantes del Consejo Nacional de la Revolución. Sankara, que en ese momento tenía 37 años, fue asesinado junto al resto de los asistentes. Lo mataron, pero sus ideas siguieron firmes. Por lo menos, aquí las recordamos:

“Para el imperialismo es más importante dominar culturalmente que militarmente. La dominación cultural es más flexible, la más eficaz, la menos costosa. Nuestra tarea consiste en descolonializar nuestra mentalidad”.

Estas palabras de Sankara son tan actuales que deben ser retomadas en nuestras luchas.

Homenaje al Che y a Sankara en 2017 en Burkina Fasso

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Mauricio Piñero
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Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

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