Argentina: Bicontinental, bioceánica y del Atlántico Sur

Argentina: Bicontinental, bioceánica y del Atlántico Sur

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Existen varias visiones y recuperaciones historiográficas sobre que es Argentina, que era antes, que comprendía y que comprende, y, en función de ella, que nos corresponde aspirar a reclamar. El último mapa diagramado por un gobierno, que fue el bicontinental en 2010, grafica a la perfección la idea mas extensa de Argentina como tal.

A la hora de pensar la extensión de la Argentina sobre el Atlántico Sur, es importante retomar algunas líneas brevemente mencionadas en el texto introductorio  de este relanzamiento llamado “Pensar la Patria” sobre los “ diversos imaginarios sobre el territorio”. Allí, en una rápida mención -a fín de no atascarse en ningún concepto particular- aseveramos que la defensa criolla en las invasiones inglesas dieron nacimiento al sentimiento de patria, la cual luego se materializaría en la proclama de independencia, con una clara concepción sobre qué territorios se incluían.

Existen varias visiones y recuperaciones historiográficas sobre que es Argentina, que era antes, que comprendía y que comprende, y, en función de ella, que nos corresponde aspirar a reclamar. Historiadores, intelectuales, entre otros, discuten en el cotidiano sobre esto, aunque muchos, lamentablemente, con ciertos sesgos formativos en favor de las narrativas pro británicas.

Así fue el caso del podcast realizado entre Revista Anfibia y la ONG de ese país, Wild Conservation Society (WCS), que propone una zona protegida en el sector argentino del mar, pero jamás menciona la explotación ilegal pesquera y minera de Gran Bretaña en la misma zona. El podcast se puede encontrar en Spotify bajo el nombre  “La Argentina y el mar”.

En ese sentido, la totalización del discurso de Argentina como un pacto en 1860 tras la victoria del unitarismo, el cual luego decide “anexar” la patagonia, puede representar no solo un tiro en el pié a nuestra soberanía, sino además la subordinación bajo un concepto determinado. Porque, si de conceptos hablamos, la idea principal de los libertadores de América como José de San Martín, Simón Bolívar, Manuel Belgrano, entre otros, fue la de la “patria grande” la cual comprendía la totalidad de América del Sur (sin el reino del Brasil). 

Frustrado ello, la independencia se firmó entre las provincias unidas del sur, agregando Malvinas y demases islas del Atlántico Sur, con proyección a incluir la patagonia, y finalmente, la porción más próxima de la Antártida. Luego, diez días después, el diputado Pedro Medrano agregaría al acta de independencia la proclama “y de toda dominación extranjera”.

Esta es, por lo pronto, una primera postura legible. De esta manera se conforma la “bicontinentalidad” (América del Sur con proyección a Antártida) y la “bioceanidad” al llegar al Atlántico Sur y conectarse con los océanos atlántico y pacífico. Además, estas dos cualidades aseguran la presencia en una de las tres rutas comerciales marítimas de la región. 

Posterior a estas resoluciones, por ejemplo, la proyección a Antártida se logró mediante la presencia en aquel continente (Base Orcadas en 1904) y se aseguró mediante la creación de Tierra del Fuego (1972), la provincia que es epicentro de todo el territorio, y desde donde se pueden proyectar los viajes con mejor logística. 

Lo que resta discutir es si esto fue posible mediante la “anexión” sanguinaria realizada sobre la patagonia por Julio Argentino Roca, o si en realidad ya existían dirigentes que comprendían a quienes vivían allí como parte del mismo territorio y los reconocían como parte de un mismo pueblo plurinacional.

De la misma forma se puede relativizar la presencia en Malvinas, que vendría a ser el título que adquirió la causa general de Atlántico Sur, pese a que Gran Bretaña posee otras partes de este territorio, con un valor estratégico igual, mayor o menor dependiendo la zona. Entre esto se encuentra parte de la plataforma marítima, las Islas Georgias y Sandwich del Sur, y el reclamo activo sobre la Antártida, que por supuesto pisa la parte reclamada por Argentina. ¿Qué casualidad? ¿No?

Entre todo lo nombrado, Gran Bretaña ocupa un 25% del territorio reclamado históricamente por esta visión de la Argentina. Si bien ese dato no abunda en la opinión pública del país, por lo menos sí existe en ésta un consenso casi total por la pertenencia de Malvinas. Pero como dijimos, todo se puede relativizar según la visión que se quiera imponer. 

Tomemos de ejemplo entonces la causa Malvinas: fue incluida por Cornelio Saavedra en la declaración de independencia y controlada por gestiones sucesoras. El 10 de junio de 1829, el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Martín Rodriguez, designó por decreto a Luis Vernet como comandante Militar y Civil de las Islas Malvinas, quien se mudó allí e incluso dio vida a la primera ciudadana oficial de las Islas, Matilde Malvina Vernet. Podemos entonces asegurar incluso desde una visión de población “natural” que la Argentina tiene todos los argumentos para considerar que Malvinas le pertenecen. 

No obstante, en 1833, una supuesta expedición de investigación de un barco inglés finalizó con la toma de las Islas, la implantación de una nueva población artificial que hasta día de hoy se hace pasar como natural; los “Kelpers”, y un posterior conflicto bélico que sentó las bases para que se reconfiguren las construcciones historiográficas.

Tal es así que, el afán intelectual sin interés nacional de estos historiadores hace primar el reconocimiento de una historia de Argentina que inició en 1860 (desde cuestiones tan simbólicas como nombres o el triunfo de una idea de nación), lo cual, legitima el discurso del invasor, Gran Bretaña, que “tomó unas islas que no pertenecían a ninguna nación por mera expedición”.

Todo se puede relativizar desde construcciones meramente políticas. El problema surge cuando se impone la visión que beneficia al poder extranjero y no al nacional.

Esto lo vimos en el ejemplo Anfibia, en donde, por si fuese poco, la frutilla del postre fue ver a Valeria Falabella, intelectual Argentina, justificar lo que asevera este podcast del cual participó, asegurando que Argentina “no necesita estos recursos”.

No obstante, a lo largo de  nuestra historia también tenemos ejemplos contrarios a este hecho nombrado, como la lucha de Antonio Rivero, mejor conocido como el gaucho, quien casualmente es recordado a duras penas por la historiografía. Uno de los que lo recupera es el portal El Historiador, a cargo de Felipe Pigna, profesional de esa rama.

Adentrándonos en esa cuestión, este 26 de agosto del año corriente se cumplen 192 años del levantamiento que Rivero realizó en las Islas en 1833, junto a un grupo de patriotas, para recuperar el territorio que Gran Bretaña tomó el 3 de enero de ese mismo año. Entre este lapso, los trabajos con los que se mantenían en el día a día los comandaron los usurpadores, llevando a los criollos a la explotación.

Mientras varios de estos huyeron, Rivero resistió junto a otro grupo con el objetivo de realizar un levantamiento. Así es como junto a los gauchos Juan Brasido y José María Luna, y los indios charrúas Luciano Flores, Manuel Godoy, Felipe Salazar, Manuel González y Pascual Latorre, asesinaron a los ocupantes, efectuando la maniobra con éxito. 

No obstante, la segunda parte del plan, que era recibir refuerzos desde Buenos Aires, nunca se ejecutó, por lo que, ante el regreso de tropas británicas casi un año después de la primera invasión, los patriotas fueron apresados y llevados a Londres.

Lo que continuó luego de este hecho suma argumentos en favor de la postura que mantuvo durante estos años Argentina: en dicho juzgado británico los patriotas fueron absueltos y devueltos al sur de América, ya que las islas no se encontraban “bajo la jurisdicción del Reino Unido”. Como se explicó hasta ahora entonces, era un momento clave en la puja que los británicos ganaron mediante la fuerza, ya que los argumentos geográficos, históricos, e incluso de ocupación natural no los favorecían ni los favorecen. Por eso mismo reiteraremos y explayaremos: Argentina, además de pertenecerle Malvinas, es bicontinental, bioceánica y del Atlántico Sur. 

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