Milei en Davos: la realidad paralela ante el mundo

Milei en Davos: la realidad paralela ante el mundo

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Mientras algunos líderes plantearon coyunturas que responden al presente y al futuro en el Foro Económico Mundial realizado en Davos, Suiza, el presidente Javier Milei se develó ante el mundo como lo que es: dogmático, sobre ideologizado y anacrónico.

Quienes habitamos la Argentina estamos contextualizados y al tanto de lo que la imprescindible coyuntura política desató durante los últimos años y cuál fue su desenlace. El sistema político y la mecánica económica aplicada durante los últimos diez años registró tan solo descensos en los ingresos de la masa ciudadana, y con ello, se gestó a lo largo de los años un resentimiento para con el propio sistema que, en materia salarial, dejó de darle respuestas –o se mostró ineficiente- para con el pueblo argentino.

Eso sin dudas explica que hoy un economista que exponía como panelista de televisión en donde decía ser anarco capitalista –una definición única en el mundo- sea el presidente de la Argentina. Sin entrar en grandes detalles, la definición de Javier Milei sobre su filosofía económica posee una gran particularidad: dice ser anarquista, pero al mismo tiempo defiende un orden que el anarquismo tal y como se lo conoció en el Siglo XX entendía como enemigo, que es la propiedad privada.

A este marco de por sí extravagante del que partió la fama y posterior candidatura de Milei, se sumó la mayor cantidad posible de discursos que suenen en una mezcla entre lo raro, irrefutable, inexplicable y que se corra lo más posible de los límites del sistema. Sin dudas la pandemia del Covid-19 y las teorías conspirativas que surgieron para mimar un poco el alma de quienes no pudieron soportar que se les restrinjan las libertades individuales fundaron un caldo de cultivo que finalizó en lo que hemos visto en los últimos años: banalización total del sistema político, tergiversación de los crímenes de lesa humanidad, negación del cambio climático y de la desigualdad laboral para las mujeres y diversidades, entre otras. De estas bases de pensamiento hemos escuchado todo tipo de propuestas, algunas tan ridículas que hasta proponían privatizar las ballenas (dicho por el referente libertario Alberto Benegas Lynch).  

Foro Económico Mundial

No obstante, durante este martes el flamante presidente de la Argentina se hizo presente en el Foro Económico Mundial de la ciudad de Davos, Suiza, donde hace más de 50 años, precisamente desde 1971, se reúnen los engranajes más importantes de la actividad económica del mundo para discutir el presente y el futuro del comercio, entre los que se encuentran los empresarios y mandatarios más influyentes.

Allí, en un anacrónico discurso cargado de dogmas ideológicos, Javier Milei expuso ante el mundo lo que en Argentina muchos analistas ven hace tiempo con gran asombro: un presidente que plantea soluciones al sistema democrático con ideas superadas hace 50, 100 y hasta 200 años, que lee una guerra bipolar entre el comunismo y el capitalismo cuando el contexto geopolítico viró hace años hacia el multipolarismo, y que utiliza argumentos insólitos como el conteo del Producto Bruto Interno desde hace ¡2000 años!

Uno de los primeros signos de que Javier Milei se presenta como un político sobre ideologizado y lejano al pragmatismo fue su fehaciente negación a relacionarse con Brasil y China por ser “comunistas”. En la práctica, el presidente tuvo que redimirse con ambos países, pero el tiro le salió por la culata con China, que se negó a renovar el Swap en yuanes. Mientras que la relación con los orientales cada vez se tensa más, el propio gobierno tiró a la basura el trabajado ingreso a las BRICS (el bloque alternativo de economías emergentes más grande del mundo) por el gobierno anterior. BRICS suma años de crecimiento de su PBI, contiene precisamente a Brasil y a China, mayores socios bilaterales de la Argentina, y sumó este año a Arabia Saudita, que a su vez negocia negocia con Estados Unidos mientras intenta tensar las aguas en el conflicto de medio oriente que tiene a Israel ocupando y masacrando territorio palestino.

Todos estos hechos son gigantes signos de lo que se dice “multipolarismo”, es decir, un mundo que superó un debate entre dos modelos, y que, -reflejado en sus más grandes potencias- tomó un poco de ambas, más de aquello, o más de esto, pero que no se cierra a negociar. Ejemplo de ello es la propia China, que abrió poco a poco sus mercados.

El hecho es que, mientras otros líderes expusieron problemáticas actuales, Javier Milei realizó un nostálgico discurso con tintes de guerra fría, profundizando la grieta ideológica de aquellas épocas entre comunismo y capitalismo. Por ejemplo, el canciller Faisal Al Saud de Arabia Saudita aprovechó la cita para advertir que no reconocerán a Israel como Estado si estos no lo hacen con Palestina. “La integridad de la región dependerá de la madurez diplomática de todas las partes”, anunció el mandatario. De esta manera se ve reflejado que el primer interés Saudí es comandar la integración de la zona, en un marco donde se muestran como una de las naciones más abiertas y desarrolladas de la zona.

Por su parte, el primer ministro chino, Li Qiang, expuso su preocupación por el avance de la inteligencia artificial, y llamó a una profunda autocrítica donde sugirió que el límite sea la deshumanización del trabajo: “Necesitamos humanos manejando máquinas, no máquinas manejando humanos”. En este caso, el planteo de China sugiere un revisionismo hacia el futuro. Un planteo que da en la tecla con una problemática que comienza a desarrollarse.

En comparación con estos dos planteos extraídos, lo expuesto por Javier Milei queda en un plano aún más lejano, atrasado y paralelo. “Occidente está en peligro, los principales líderes del mundo occidental han abandonado el modelo de la libertad por el colectivismo”, aseguró en primera instancia. “Los socialistas plantean un conflicto del hombre contra la naturaleza, sostienen que los seres humanos dañamos el planeta y que debe ser protegido a toda costa, incluso llegando a rogar mecanismos de control poblacional”, argumentó. Como se describió antes, Milei le habló a un enemigo que ni siquiera existía entre los presentes como lo es el socialismo como tal. A caso si están presentes algunas regulaciones bajo un sistema capitalista en países como en el que expuso. Países que el propio Milei ha puesto como ejemplo de desarrollo en diversas ocasiones. Por otro lado, fue en contra de la agenda 2030, una directriz en la que rema contrariamente a la mayoría de los dirigentes, y casi en soledad en ese foro. La agenda que se propone como principal objetivo reducir los daños ambientales para ese año es un bastión fuerte dentro de dicha organización.

Es importante destacar que, en algo si dio en la tecla el presidente argentino, aunque debido a su constante fundamentalismo el planteo se desfasa. “Los países ricos, que se hicieron ricos explotando legítimamente sus recursos naturales, ahora pretenden expiar sus culpas castigando a los países más pobres impidiéndoles desarrollar sus economías por un presunto crimen que no cometieron”. En muchas ocasiones, la agenda 2030 se impone de manera totalitaria sobre el intento de países sub desarrollados de industrializarse, ellos en su mayoría situados en Latinoamérica y África, causalmente donde más pobreza y desigualdad existe. Ambas regiones deben superar dicha situación, y quienes han megaindustrializado durante el siglo XX no deberían imponer ningún moralismo para frenar dicho proceso, pero si es verdad también que existen mecanismos para la explotación de recursos que alivianan las cargas ambientales, lo cual es importante revitalizar antes que hacer oídos sordos a una problemática sobre estudiada y argumentada, como lo hace en este caso Milei.

Por último, pero no menos importante, se cargó innecesariamente a la interrupción voluntaria del embarazo y al movimiento feminista en sí, haciéndose de nuevos enemigos dentro y fuera del foro, a la vista del mundo entero. “La agenda del feminismo radical solo intervino para entorpecer el proceso económico, darle trabajo a burócratas que no le aportan nada a la sociedad, sea en formato de ministerios de la mujer u organismos internacionales dedicados a promover esta agenda”, aseguró, al mismo tiempo que afirmó que el aborto trata de una “agenda sangrienta”. 

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