Elecciones en Ecuador: Washington y su presencia siempre amenazante

Elecciones en Ecuador: Washington y su presencia siempre amenazante

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Los gobiernos norteamericanos, en especial bajo Obama, posteriormente con Donald Trump y no será la excepción la nueva administración de Joe Biden, han intensificado su accionar desestabilizador contra Ecuador. Así lo hicieron, para generar constantes actividades de inestabilidad en amplios campos contra el gobierno del ex presidente Rafael Correa, acusado de conformar un eje antiestadounidense junto a Cuba, Venezuela, la Bolivia de Evo Morales y Nicaragua. Un Estados Unidos que tras el triunfo de Lenin Moreno -ex vicepresidente de Correa- logró generar una situación de conversión política, entregando su apoyo incondicional al actual mandatario Lenin Moreno, en un marco de acusaciones de corrupción familiar, que más temprano que tarde lo llevará ante la justicia.

La idea de Washington era impedir, mediante todas las formas posibles, que liderazgos del mundo progresista y del mundo indígena tengan una impronta política, comunicacional y de apoyo internacional que permita volver a pensar en una nueva etapa de reformas profundas en la nación sudamericana. Incluso e insisto en ello, si esto implica proteger a mandatarios corruptos como Moreno, personaje que las denuncias de WikiLeaks lo señalan como beneficiario de decenas de millones de dóalres depositados por familiares y testaferros en paraísos fiscales.

Washington mueve su títere

La campaña electoral en la nación sudamericana, cuya elección presidencial se concreta el próximo 7 de febrero muestra a Washington en pleno fervor por mantener un control total del país, que entiende sólo puede garantizarse con la victoria de su hijo putativo, su candidato: el empresario y banquero Guillermo Lasso. Es este personaje, que va por su tercer intento por ocupar el Palacio de Carondelet, la llave que quiere ocupar Estados Unidos, para tratar de restaurar su influencia tras las pérdidas de aquellas marionetas políticas en Argentina con la derrota de Mauricio Macri al objetivo de reelección y en Bolivia, donde el candidato Carlos Mesa sufrió una estruendosa derrota a manos del candidato del MAS, Luis Arce Catacora. Hoy, mediante la manipulación informativa, financiera y política, Washington eleva la figura de Lasso y sus grupos de poder de la derecha ecuatoriana.

A pesar de este esfuerzo notorio e injerencista de Estados Unidos, las últimas encuestas de opinión, tanto en Ecuador como en el extranjero muestran el persistente rechazo de la gran mayoría de los ecuatorianos a los planes estadounidenses de convertir definitivamente a la nación sudamericana en una obediente colonia de Washington y que con Lenin Moreno ha logrado plantar sus garras. Un Lenin Moreno, que como muestra de su incondicionalidad permitió la captura de Julian Assange, fundador de WikiLeaks y refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, a manos de la policía británica[1] y requerido por la justicia estadounidense, que no le perdona a Assange el haber develado la conducta criminal de los gobiernos e instituciones estadounidenses.

La sociedad ecuatoriana, en su gran mayoría, desea un país soberano, al futuro líder del país como un político independiente, que pueda devolver a Ecuador a la senda del desarrollo progresivo y la estabilidad que en esta ocasión es representada por el binomio conformado por Andrés Arauz a la presidencia y Carlos Rabascall como vicepresidente por el movimiento Unión Por la Esperanza (que congrega a Revolución Ciudadana del ex presidente Rafael Correa y el Centro Democrático). Como nos dice Fran Pérez Esteban, responsable de política internacional de Izquierda Unida “el rival de Arauz es un viejo zorro, Guillermo Lasso, conocido banquero de la derecha financiera neoliberal, que se presenta por tercera vez tras haber logrado una alianza con el Partido Social Cristiano, principal fuerza en la costa. Es el candidato de los ricos y de Estados Unidos, el cerebro oculto de Lenin Moreno en la sombra”. No en balde La Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (DFC por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos en junio del año 2020 aprobó inversiones por USD 242 millones para financiar créditos de la banca privada ecuatoriana. ¿Las entidades beneficiadas? Banco Pichincha, de Fidel Egas (dueños además de Teleamazonas) y el Banco Guayaquil, de Guillermo Lasso. Dos fieles servidores del imperio y del cual se han beneficiado en materia de protección financiera a sus numerosas operaciones y triangulaciones. Por tanto hay que pagar con algo más que intereses crediticios el sometimiento del país.

Las agencias y servicios de inteligencia de Estados Unidos, incluso en toda esta etapa de cambio de gobierno de Trump a Biden, han intensificado su acción de intromisión y desestabilización en Ecuador. Para evitar el escenario futuro desfavorable en materia de quien tiene la mayor opción de ocupar la primera magistratura en Ecuador -centrado en la dupla Arauz-Rabascall- Washington acrecentó la actividad en redes sociales, con uso masivo de Facebook y Twitter contra Arauz en forma directa, como también en labores de presión contra  el titular del Consejo Nacional Electoral, para comenzar a dar por hecho una segunda vuelta, que es una situación muy alejada de los sondeos que indican un triunfo en primera vuelta de Arauz. Medios de información, rivales de la dupla Arauz-Rabascall, el gobierno de Moreno, repiten constantemente, que en ecuador habrá segunda vuelta.

Tal situación ha levantado las sospechas que se está allanando el camino para un fraude electoral el 7 de febrero. Fecha en la cual13 millones de ecuatorianos dentro y fuera del país, están convocados para escoger presidente en los comicios en los que también se elegirán a los 137 miembros de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral). Todo ello en un escenario con 16 aspirantes, un porcentaje importante de la población, que no ha decidido su voto y con un gobierno en ejercicio con un 90% de desaprobación[2].

Los ataques contra Arauz se explican en función, que a diferencia de los otros 15 candidatos en carrera, el programa de gobierno del candidato de Unión Por la Esperanza tiene como objetivo fundamental el mejorar las condiciones de vida socioeconómicas de la población, con especial énfasis en los sectores más carenciados y que han sido fuertemente golpeados por la pandemia y por una política económica de Moreno centrada en satisfacer a los más poderosos. Al mismo tiempo se ha planteado con fuerza el combate frontal contra la corrupción (delito del cual está acusado el propio presidente Moreno, su entorno y familia). Además de reducir la dependencia ecuatoriana de Washington y de organizaciones internacionales controladas por Estados Unidos como es el caso del FMI[3]. Así también ha declarado que desarrollará un diálogo constructivo y cooperación en amplias áreas y sectores con estados extranjeros en términos y en el marco de una asociación equitativa.

El análisis político interno de la actual coyuntura ecuatoriana vista la clara intromisión estadounidense, las fuerzas de la derecha que se mueven al acorde tocado desde Washington no presagian nada bueno para el 7 de febrero en materia de aceptar una derrota a manos del binomio Arauz-Rabascall. Las acusaciones de fraude aún antes de efectuar los comicios ya se han dejado sentir. Lasso y los suyos sólo aceptaran, tal como el discurso macrista en Argentina o el de la oposición en Venezuela, que se les declare vencedores, no existe otra alternativa para esa soberbia antidemocrática. Lo indudable, en esta pretensión absolutamente desproporcionada es que un eventual triunfo del banquero Lasso traerá nuevos trastornos sociales y económicos, donde el caos puede volver a ser el panorama para millones de ecuatorianos. Donde la opresión de la población indígena se incremente al igual que los altos índices de criminalidad.

Quedan muy pocos días para las elecciones generales en Ecuador, pocos días para que ese 40% de población indecisa defina su preferencia donde, la receta para la futura recuperación, desde la dupla Arauz-Rabascall es simple, con un llamado aún más claro a la población: Acuda el 7 de febrero a los colegios electorales y emita su voto por quienes representan los verdaderos intereses nacionales. Sosteníamos en un artículo anterior, una premisa que está más vigente que nunca respecto a que el desafío de la alianza Unión Por la Esperanza es triunfar en primera vuelta considerando que La Ley Orgánica Electoral de Ecuador dispone que para que un candidato gane en primera vuelta debe reunir el 40% de los votos y una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo aspirante.

Si esto no se da, las dos primeras mayorías se enfrentan en una segunda vuelta a celebrarse el día 11 de abril del 2021. Sólo un triunfo en primera vuelta evitará que Lasso, Moreno y los suyos y la propia embajada estadounidense unan sus fuerzas, para tratar de imponer una idea de fraude inexistente y así posibilitar que Lasso el banquero y crónico aspirante a la presidencia ocupe el sillón de Carondelet. Rafael Correa no puede presentarse a las elecciones pero el eje correísmo/anticorreísmo define el escenario electoral en Ecuador y donde la dupla Arauz-Rabascall con el legado de la revolución ciudadana puede volver a hacer historia en la nación sudamericana. Lo que está en juego en Ecuador es la posibilidad de volver a tener un verdadero estado de derecho y el regreso a la soberanía política nacional o simplemente seguir subordinado, como han sido estos años con Lenin Moreno. Soberanía o dependencia esa es la disyuntiva.

Artículo publicado originalmente en segundopaso.es


[1] https://segundopaso.es/news/1297/Libertad-para-Juli%C3%A1n-Assang

[2] Sosteníamos en el artículo publicado en el portal https://segundopaso.es/news/1294/Elecciones-en-Ecuador-Un-camino-plagado-de-inc%C3%B3gnitas que El pueblo ecuatoriano tiene cita con las urnas, en un marco nacional y global afectado por la pandemia del Covid-19 y una presidencia, administrada por Lenin Moreno con un 90% de desaprobación ciudadana y una población, que según datos de empresas encuestadoras, en un 40% no ha decidido su voto.

[3] En una entrevista con EFE, el candidato de la alianza Unión por la Esperanza asimismo calificó de draconianas las condiciones pactadas por el Gobierno del presidente Lenin Moreno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el desembolso de 6.500 millones de dólares en 2020.El candidato a la presidencia de Ecuador, Andrés Arauz, dijo que no cumplirá con las condiciones de un programa económico negociado con el Fondo Monetario Internacional si gana los comicios del 7 de febrero. https://www.hispantv.com/noticias/ecuador/486134/arauz-condiciones-fmi-elecciones

Pablo Jofré Leal
Pablo Jofré Leal

Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. especialista en temas de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

El titular de la FAM acusó a la oposición de “tergiversar la información para mentirle al pueblo”

El titular de la FAM acusó a la oposición de “tergiversar la información para mentirle al pueblo”

TIEMPO DE LECTURA: 3 min.

El presidente de la Federación Argentina de Municipios (FAM) e intendente de la localidad tucumana de Tafí Viejo, Javier Noguera, defendió el accionar político del Gobierno nacional ante la pandemia de coronavirus y acusó a la oposición y a algunos medios de comunicación de “tergiversar permanentemente la información para mentirle al pueblo”.

Noguera ponderó además el rol social del municipalismo frente a la emergencia sanitaria y afirmó que la FAM “tiene expectativas de acciones políticas muy similares a las del Gobierno nacional”.

El mandato de Noguera al frente de la FAM está culminado y como consecuencia de la pandemia la entidad no pudo renovar autoridades, algo que podría suceder en marzo próximo.

¿Cómo ve el desempeño del Gobierno Nacional frente a la pandemia de coronavirus?

Javier Noguera.- Ha sido un año muy difícil para todos. Para el Gobierno nacional y para los municipios, que somos la ventanilla principal del Estado. La pandemia repercutió primero en los barrios y fue un desafío muy importante. Felizmente, el Gobierno nacional lleva acciones responsables, muy positivas y proactivas. En este momento, en América Latina, el único país que lleva adelante un programa de vacunación agresiva es Argentina. El año que pasó ha sido muy difícil para enfrentar la pandemia también en el sentido económico porque se han visto afectadas nuestras regiones y se agravó aún más la situación de deterioro social que venía de arrastre tras los cuatro años del macrismo.

Creo que estamos viendo el principio del fin de esta pandemia y esto se debe a la acción concreta y firme del Gobierno nacional, que a pesar de los bombardeos políticos y mediáticos, de un clima de desinformación, termina imponiendo la verdad.

¿Cómo se imagina la pospandemia y la reactivación de la economía?

Estamos este año esperanzados con la vacunación. Por otro lado, empezamos a ver síntomas de recuperación en la economía. Ojalá estas luces de reactivación se cristalicen y vivamos un tiempo de crecimiento.

En este contexto ¿cómo ve el rol de la oposición política y de los medios de comunicación?

Claramente, la oposición viene teniendo un derrotero equívoco y al mismo tiempo sin una agenda honesta frente a las demandas concretas de nuestro pueblo. Esa oposición que critica hoy es la misma que viene de gobernar cuatro años y dejó el país hecho un desastre. Ahora practican el obstruccionismo. En todo momento lo que hacen es intentar boicotear la acción del Gobierno, confundir a la población con mensajes críticos a las decisiones sanitarias. Los medios de prensa hegemónicos tergiversan permanentemente la información y la oposición política se monta en esas operaciones de prensa para articular ataques arteros. Los que hoy nos critican son los mismos que cerraron hospitales y escuelas.

Para la FAM ¿cuáles son las prioridades para este año?

La FAM tiene expectativas muy similares al Gobierno nacional por eso estamos acompañando a Alberto Fernández. Estamos convencidos de que este es el camino de salida para Argentina. Venimos de los años de resistencia frente al macrismo que ha hecho mucho para llevar adelante una agenda de destrucción con respecto a lo que hace al municipalismo. Hoy, este Gobierno nacional está más atento a nuestras realidades locales. En términos generales, cada ciudad del país tiene su propia agenda, pero en general podemos decir que las expectativas que tenemos los municipios del interior es que se robustezca el crecimiento de la economía y eso se hace en gran parte a través de la obra pública. Esperamos que cada convenio de financiamiento para generar trabajo genuino, de acceso a la tierra y a la vivienda digna se cumplan.

Artículo publicado originalmente en telam.com.ar

Marcelo Cena
Marcelo Cena

Trabajador de Prensa en diversos medios. Militante de la vida Peronista. No soy neutral.

Lacalle show: Gobernar Uruguay en clave de marketing

Lacalle show: Gobernar Uruguay en clave de marketing

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Luis Lacalle Pou es fruto de la capacidad de aprendizaje de los yerros y de pensar en el día después de mañana. Es hijo de un expresidente, pertenece a una de las 500 familias oligarcas del Uruguay. Hoy, siendo presidente y a través de su figura, gobierna teniendo en claro que vivimos en la era de la imagen, lo efímero y el espectáculo.

Es bisnieto del «Patriarca», apodo de Luis Alberto de Herrera, el último caudillo del Partido Nacional. El apellido Lacalle es sinónimo de poder en Uruguay. Su padre, Luis Alberto Lacalle Herrera, fue presidente de los años 90. Fiel gobernante de esa década, fue destronado por su propio hijo para ser líder del conservador Partido Nacional.

Arropado por su madre Julia Pou, fue diputado por el departamento de Canelones a pesar de que vivía en el departamento de Montevideo. Para no quedar en evidencia se mudó a Canelones, a un barrio privado muy selecto: La Tahona.

«Lacalle Pou. Un rebelde camino a la presidencia.» Es el título del libro donde lo quisieron retratar como un rebelde,  contestatario y distinto. Toda acción se desarrolla en un contexto. ¿Rebelde con respecto a qué y a quién? ¿Rebelde en el seno de una familia oligarca que viene tallando la política nacional hace más de cien años? ¿Rebelde viviendo en la casa presidencial donde transitó su adolescencia? ¿Rebelde porque le gustaba pelearse porque era petiso (de estatura baja) y le tomaban el pelo en colegios privados, según cuenta de su propia boca?

La alcurnia por el barro

La cuestión es instalar una imagen y un concepto. Quitarle el acento de alta sociedad, mostrarlo como algo que no es: pueblo, a pesar de pertenecer a la otra parte del par antinómico: la oligarquía. Mostrarlo terrenal, común, vecinal. Por eso cada verano se lo veía vacacionar y comprando él mismo en verdulerías, comiendo churros, sacándose selfies con todo el mundo y él mismo tomando la foto.

Su primer campaña presidencial en el año 2014 tuvo como slogan «Por la positiva». Una especie de refrán new age que intentaba no confrontar con sus rivales y proponer más que criticar. La táctica zen duró poco y a medida que avanzaba la campaña empezó a resquebrajarse. En octubre del 2014 se trepó a una columna e hizo “la bandera” delante de las cámaras de televisión. Su intento de mostrarse en forma y juvenil frente al candidato frenteamplista, Tabaré Vázquez fue inútil y el tiro le salió por la culata.

El punto cúlmine de “la positiva” fue cuando Pedro Bordaberry, ex candidato a presidente por el Partido Colorado e hijo del dictador Juan María Bordaberry, se acercó al bunker de Luis Lacalle Pou y al oído le espetó “vine para que hagan mierda a Tabaré Vazquez”. La derrota en el balotaje fue contundente y a pesar de la coalición, la derecha volvió a perder.

En el horizonte estaba el 2019. El Frente Amplio quería conseguir su cuarto mandato consecutivo. La derecha no ganaba unas elecciones desde 1999 y los blancos -como le dicen a los del Partido Nacional- no triunfaban desde 1989.

El Partido Nacional cambió la táctica de campaña. Jugó con el viento a favor de una economía que estaba estancada, con el desgaste de tres lustros seguidos de gobierno del Frente Amplio y una Coalición de derechas orquestada por el máximo estratega de este arco político y quizá del Uruguay, Julio María Sanguinetti, dos veces presidente de la República por el otro partido tradicional, el Colorado.

Lacalle Pou supo medir en tiempo y forma la necesidad de abroquelar a las derechas bajo su candidatura porque era la única forma de poder ganarle al Frente Amplio. Así sucedió, cinco partidos políticos y apenas una diferencia de treinta mil votos en el balotaje sirvieron para que un hombre, blanco, abogado y de una de las familias patricias del país voviera a la casa de gobierno.

Macri es Lacalle Pou en Uruguay” – La Humanidad

El líder nacionalista tuvo como espejo los errores y aciertos del expresidente neoliberal argentino Mauricio Macri. Lo ha dicho en entrevistas y Macri lo ha elogiado en medio de la pandemia, diciendo que si hubiera sido presidente “hubiera ido por la línea de Lacalle Pou”. La maquinaria mediática y comunicacional macrista ha tenido grandes logros, como no  sucedió con los gobiernos progresistas; y qué mejor para un gobierno neoliberal que otro del mismo signo con experticia en ese rubro.

Es así que el slogan de campaña para el 2019 fue “Está bueno cambiar”. El cambio por el cambio. Porque hay que cambiar, porque hay que moverse, no importa hacia dónde ni a qué velocidad. La premisa es cambiar. Aunque ese cambio signifique retroceder en materia de derechos, en algunos casos, cincuenta años.

Pasó por Argentina y tuvo su raid televisivo y radial. Fue por un instante el líder de las derechas rioplatenses, pero no dio la talla. Se lo quiso mostrar como un presidente “distinto” y a la vez “común”. Fue utilizado por el círculo rojo de los medios de comunicación para hacerle críticas al mandatario argentino  Alberto Fernández, con tiros por elevación.

Bienvenidos al show

Una imagen que retrata estos tiempos neoliberales, individualistas y de la política como un show, es la del presidente surfeando en el balneario La Paloma. Estas minivacaciones sucedieron apenas se decretó que la licencia de los trabajadores,acumulada para el 2020, los patrones podían postergarla para el 2021. Agregado a esto Uruguay, no contaba (ni cuenta) con un plan de vacunación, mientras los casos diarios rozan los mil y las muertes aumentan paulatinamente.

Ilustración de Unastefi

Cada movimiento del presidente es retratado en fotos o justo hay una cámara de televisión pronta para captarlo en el instante. En caso de que las primeras dos no funcionen, la cuenta oficial de presidencia está pronta y presta para, por ejemplo, hacer una toma del primer mandatario recogiendo un papel del piso, entregándoselo a un custodio y así automáticamente ser el paladín de la ecología en todas las redes. Luego justo pasó por un accidente en la ruta y socorrió a los accidentados.

Asistimos a una especie de The Truman Show pero donde el protagonista es consciente de que es el centro de la atención o de un gran hermano ambulante con un solo participante.

En esta semana almorzó en un bar cercano a la Torre Ejecutiva (sede de la Presidencia) con asesores y las cámaras también estaban listas. Se habla de su look, si se afeita o no. Se lo vio sin remera de vacaciones y tomándose una selfie con adolescentes. Se sacó otra selfie con alguien que entró luego en su propia camioneta.

Podríamos seguir enumerando este tipo de hechos. Parece un chusmerío, cosas sin sentido, pero no. Estamos asistiendo a una manera de comunicar que hasta el momento en Uruguay no se había desplegado y es efectiva. La atención desviada, los comentarios en redes donde los militantes y simpatizantes de las izquierdas muerden el anzuelo para debatir sobre nimiedades superficiales y banales.

Lacalle Pou aplica una de sus máximas diciendo en varias conferencias de prensa que “tiene la marcha atrás intacta”, refiriéndose a decisiones tomadas. En su libro “El arte de ganar”, el sociólogo ecuatoriano Jaime Durán Barba, asesor de imagen de Macri, expresa: “…en varios estudios de opinión que aplicamos, los ciudadanos apreciaban que el presidente reconociera cuando se equivocaba, ya que les parecía que ese era un síntoma de que no mentía.”

Las encuestas marcan que la imagen positiva del presidente en diciembre ha descendido levemente, pero sigue con altos números y se considera que ha sorteado de buena manera la pandemia. Aunque Uruguay encabeza la lista, junto con Paraguay, de países que no tienen siquiera un plan de vacunación.

La propaganda del gobierno se centra en dos aspectos: el primero en el presidente y luego cuando hay medidas antipopulares o casos que dañan la imagen del gobierno, allí se encienden las cortinas de humo y la máquina del tiempo yendo al pasado constantemente para achacar culpas al Frente Amplio de “la pesada herencia”.

La cuestión final que queda por puntualizar es: ¿las izquierdas que modos comunicacionales están desarrollando para contrarrestar el del gobierno que a su vez se monta sobre el sentido común neoliberal que nos permea a todos?

Mientras todo este show encandila con sus luces de neón, el ajuste y la represión avanza a paso firme.


Artículo publicado originalmente en estrategia.la

Nicolás Centurión
Nicolás Centurión

Como dice un rapero: «por amor y por vicio… se convirtió en mi oficio.» La palabra se milita. Junto café con palabras para subsistir en este paréntesis, desde la periferia.

Uganda, entre un tirano homofóbico y un rapero mediático

Uganda, entre un tirano homofóbico y un rapero mediático

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El fraude se hizo presente y a favor del viejo dirigente megalómano Museveni. Esto generó protestas y una crisis institucional en Uganda que puso en escena otra vez a un régimen autoritario, homofóbico y corrupto.

Clima electoral tenso

El presidente de Uganda Yoweni Museveni se declaró triunfador en su quinta elección. A los 76 años, ya lleva 35 en el poder y ahora tiene para cinco más. Su principal oponente era un rapero, “Bobi Wine” de 38 años, la mayor estrella pop del país, que se hizo popular cantando sobre la corrupción y la violencia estatal en su muy pobre nación. El Departamento de Estado estadounidense se expresó y anunció que estaba “profundamente preocupado” por los informes de violencia e irregularidades en torno a las elecciones presidenciales en Uganda, en las que Museveni obtuvo la victoria. “El pueblo ugandés participó en las elecciones nacionales multipartidistas del 14 de enero a pesar de un ambiente de intimidación y miedo. Estamos profundamente preocupados por los numerosos informes creíbles de violencia por parte de los agentes del orden durante el período preelectoral e irregularidades durante la votación”, escribió la portavoz Morgan Ortagus en un comunicado.

Museveni, ha asegurado que no tolerará ningún tipo de intromisión extranjera, rompiendo así con el viejo aliado estadounidense. Washington eligió apoyar las quejas de su rival, Robert Kyagulanyi, más conocido como “Bobi Wine”. “Cualquier intento de disrupción será definitivamente derrotado. Si alguien se atreve a perturbar nuestra paz, lo trataremos con decisión”, ha hecho saber Museveni el pasado sábado 16 de enero en su primera comparecencia pública tras la declaración de su victoria por parte de la comisión electoral.

Museveni ha sido reelegido en 1991, 1996, 2001, 2006, 2011 y 2016. En las elecciones presidenciales de Uganda de 2021 Museveni se aseguró su permanencia en el gobierno. El pasado sábado 16 de enero, la Comisión Electoral del país declaró que el actual mandatario Museveni, ganó los comicios presidenciales con el 58.64 % de los votos, frente al 34% de su principal opositor en las urnas, el cantante convertido en legislador, “Bobi Wine”. La participación fue del 52 %, de acuerdo con la entidad gubernamental.

Museveni en campaña en Kampala, capital de Uganda

Pero en un país donde el 80 % de la población es menor de 30 años, y que no ha conocido a otro mandatario, no todos confían en la legitimidad de los resultados de los últimos comicios. Varios motivos fortalecen las dudas: por un lado, el corte del servicio de Internet justo un día antes de los comicios y que continúa sin ser restablecido. Por otro, los arrestos de observadores independientes, sumado a que las autoridades no permitieron la acreditación de la mayoría de quienes se disponían a monitorear las elecciones. La embajadora de Estados Unidos en Kampala, Natalie Brown, reprochó al gobierno ugandés que denegara la acreditación al 75 % de sus observadores, a lo que el portavoz del gobierno de Museveni, Ofwono Opondo, respondió que, tras el asalto al Capitolio, Washington era el menos indicado para “sermonear” o supervisar a otros.

Uganda y una historia de dictaduras

Museveni, claro está, rompió con Washington. ¿Qué pasó en el medio? Una vez más la historia nos puede ayudar en algo. Uganda logró su independencia del imperio británico el 9 de octubre de 1962. Desde los tiempos de la lucha anticolonial surgieron fuerzas políticas muy nacionalistas del tipo chauvinistas y asociadas al conservadurismo tanto cristiano como musulmán. Los militares, entrenados por Londres, también eran fuertes. De hecho, en 1967 protagonizaron su primer golpe militar para proteger al país del “peligro comunista”. Milton Obote era el hombre fuerte el país y buscaba su alianza con Estados Unidos en el medio del clima de la guerra fría. Pero la inestabilidad política y las luchas entre las elites nilóticas del norte y las bantúes buganda del sur generaron preocupación en Occidente. Los militares estaban  alertados de los peligros de una guerra civil que favoreciera a los “guerrilleros comunistas”. Si bien las guerrillas marxistas eran pocas, en realidad, temían que el gobierno socialista del célebre Julius Nyerere de Tanzania intervenga en la política interna de Uganda para apoyar a las fuerzas progresistas locales.

Finalmente, en 1971 el general Idi Amin Dada se hizo con el poder, derrocó a Obote y se instauró una de las dictaduras más feroces de África. En 1972 se inician las primeras matanzas étnicas sistemáticas, purgas militares y políticas y la fundación de un régimen autoritario al máximo. Amin se convirtió en un clásico tirano que puede ser igualado con los déspotas del imperio romano. Fue apodado “el carnicero de África”. Más de un millón de muertes dejó su gobierno, que primero fue apoyado por Occidente y luego fue abandonado a su suerte. Una guerra con Tanzania en 1979 lo derrocó y huyó a Libia para luego irse a Arabia Saudita.

Museveni intentó apoyar a los opositores de Amin. Obote que se hallaba en el exilio buscó su ayuda en los guerrilleros dirigidos por Museveni, que recibieron apoyo en Tanzania. Su propio grupo guerrillero llamado Ejército de Salvación Nacional (FRONASA).​ Luego se traslada a Mozambique, en donde instalan su campo de entrenamiento, y en 1978, el FRONASA se combina con diversos grupos de oposición ugandés, creando el Frente de Liberación Nacional (NLF), donde hay socialistas, nacionalistas, cristianos, musulmanes y otras fuerzas políticas menores. El NLF colocó a Obote como mandatario. El derrocamiento de Amin no dio estabilidad al país. Obote fue desplazado por Thitus Okello. Luego vino una guerra civil entre las fuerzas que conformaron el NLF en 1980-1986.

En 1981, Museveni y sus seguidores fundan el Ejército de Resistencia Nacional (NRA). Un grupo político llamado Movimiento de Resistencia Nacional (NRM), los cuales se establecen en el distrito de Mubende, y son financiados por el gobierno de Tanzania, intervienen militarmente en las zonas fronterizas de Uganda para debilitar el régimen de Obote. En enero de 1986 ganan las fuerzas de Museveni. El NRA toma la ciudad de Kampala sin oposición alguna, poniendo fin a la guerra civil. El nuevo gobierno forma un Consejo Nacional de Resistencia (NRC), conformado por 98 miembros del NRM, del NRA e incluso de algunos partidos de oposición para crear una imagen de unidad nacional. Estos nombran a Museveni como presidente de Uganda, y al mismo tiempo será Ministro de Defensa. Estados Unidos decide apoyar al nuevo régimen, con el objetivo de “protegerlo” de los gobiernos “filosoviéticos” de Angola, Mozambique, Etiopía y Tanzania.

Museveni se afianza en el poder

En 1987 Museveni viajó a Washington para entrevistarse con Ronald Reagan a quien lo prometió “combatir al comunismo en África”. Llegaron los préstamos del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, bancos occidentales y del Banco Africano de Desarrollo, endeudando a Uganda a niveles grandes. La corruptela se hizo presente. Mientras tanto, Museveni giraba a la derecha extrema en una alianza con fuerzas conservadoras cristianas locales y la vieja elite agraria nilótica del norte del país que siempre fue influyente y prooccidental. Desde entonces, Museveni apeló al fraude electoral y con el apoyo de las fuerzas armadas y las iglesias cristianas conservadoras.

El régimen de Museveni se hizo más autoritario. Bajo su poder, Uganda ha realizado varios intentos legislativos para castigar la homosexualidad con pena de muerte, en los años 2009 y 2011. Museveni afirmaba que las relaciones homosexuales estaban en contra de la voluntad de Dios. Cuando Museveni firmó el proyecto, se basó en que los médicos concluyeron que la homosexualidad era un comportamiento social y no una enfermedad. Se crearon campos de concentración para homosexuales y hasta sidatorios.

El SIDA se ha llevado a toda una generación de Uganda, dejando huérfanos a más de un millón de niños. La epidemia empezó a comienzos de la década de 1980 a orillas del Lago Victoria en el sur de Uganda. En Uganda se dice que cada una de las familias que integran este país de 21 millones de personas ha sido afectada por el SIDA. Incluso la geografía ha sido afectada por el SIDA. Hay campos enteros abandonados: no queda nadie que los cultive. En muchos sitios, las tierras que antes estaban cubiertas de cosechas hoy están cubiertas de tumbas. En todas partes, a orillas de las carreteras pueden verse pequeñas casuchas de madera con letreros que las identifican como “clínicas”. Hace 20 años que Uganda experimenta la muerte a una escala casi incomprensible, y muchas personas más morirán en los próximos años. Museveni asoció al SIDA con los homosexuales. Diversas ONGs protestaron y hasta la Unión Europea tuvo que romper con un viejo aliado anticomunista. También Estados Unidos.

El rapero opositor

Robert Kyagulanyi conocido por su nombre artístico “Bobi Wine”, aparece en escena como la “esperanza de Uganda”. Músico de rap y estrella pop local, “Bobi Wine” también se convirtió en un exitoso empresario del entretenimiento. En 2016, su canción “Kiwani” apareció en la banda sonora de la película de Disney Queen of Katwe. Tratando de imitar a las “primaveras árabes”, se mostró como la “cara joven” de Uganda y logró a través de las redes sociales mucho apoyo juvenil. En 2017 logra un escaño en el parlamento ugandés con su partido “Nueva Uganda”, que crece y se le unen otras fuerzas. Funda luego el movimiento “People Power, Our Power” en oposición al presidente Museveni. En junio de 2019 presentó su candidatura a las elecciones generales de Uganda de 2021, generando ruido al régimen.

La estrella del rap de Uganda, “Bobi Wine”, candidato presidencial y opositor a Museveni

La plataforma política de “Bobi Wine” no era revolucionaria. Solo planteaba “terminar con el régimen para ser libres”. Si bien obtuvo apoyo de la juventud, no hablaba de reformas sociales. Fue todo un producto de marketing, que recibió apoyo de la Unión Europea y Estados Unidos. Las organizaciones de derechos humanos y fuerzas políticas que defienden a las identidades plurisexuales pidieron apoyo a “Bobi Wine”. El músico y empresario prometió luchar contra la homofobia y eso le valió votos. Pero no alcanzó.

Museveni sigue firme en el poder

Protestas sociales se hicieron sentir en el país y “Bobi Wine” las lideró con su música. Las denuncias de fraude electoral llegaron a las cancillerías de la Unión Europea y Museveni ahora se encuentra a la defensiva. El longevo presidente justificó su campaña para continuar en el poder al asegurar que su amplia experiencia en el cargo lo convierte en “el mejor líder y promete brindar estabilidad y progreso”. Lo que no hay que olvidar es que Museveni fue un aprendiz de brujo de Estados Unidos.

Uganda no es sólo considerada una pieza fundamental del “esquema antiterrorista” en África, sino que envía tropas a Somalía a combatir a Al Shabab y a Afganistán como seguridad “privada” para las tropas estadounidenses. Esto fue lo que le permitió sobrevivir tantos años en el poder. De hecho, Museveni ha dicho alguna vez “amo a Trump”.

 “Bobi Wine” confía en sus “contactos” empresariales en Estados Unidos y con los demócratas para recibir apoyo y debilitar a Museveni. Pero el viejo líder tiene el apoyo de las fuerzas armadas, las oligarquías agrarias tradicionales, las iglesias cristianas fundamentalistas y de fuerzas políticas conservadoras locales.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

Desafíos 2021: la constancia del cambio permanente (Parte II)

Desafíos 2021: la constancia del cambio permanente (Parte II)

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La reaparición de nacionalismos extremos son otro de los efectos y al mismo tiempo desafíos que enfrentar en este período pandémico aún y post pandémico cuando logremos derrotar la enfermedad. Desafío por encarar, al igual que las políticas de fragmentación que serán parte del panorama en amplias regiones del mundo: Siria, Irak, Libia, Sudamérica (Venezuela sometida a los ataques permanentes de Estados Unidos y el grupo de Lima). Como también el nacionalismo económico como campo de estudio, es decir aquel discurso político que defiende a las empresas locales y rechaza a los inmigrantes y los bienes importados, donde existe el peligro de mayor proteccionismo y guerras comerciales. La respuesta a la pregunta ¿Cómo saldremos de esta pandemia? No es fácil y las alternativas son variadas. ¿Más insulares, más tribales, más egoístas?

Algunos europeos ya están aplaudiendo los efectos del COVID 19. “La necesidad de fronteras está siendo reivindicada por la pandemia”, afirmó en una entrevista Laura Huhtasaari, miembro del Parlamento Europeo por el partido nacionalista-populista de Finlandia. “El globalismo se está derrumbando”. Esto trae como desafío la necesidad de trabajar por implementar o reimplementar instituciones de integración más allá de aspectos políticos, sino que también adicionen lo económico, cultural, lo científico entre otros aspectos. Tal necesidad fortalece las democracias, las obliga a profundizar los derechos sociales y económicos de la población, tomar más conciencia de sus propias necesidades y anhelos y con ello impulsar las luchas sociales. No es sólo retomar sino que refundar.

Trabajar por una verdadera humanidad

Esta es una línea de trabajo fundamental que posibilita los diálogos para la cooperación frente a los grandes centros de poder, nos permite avanzar hacia acuerdos regionales de beneficio para el territorio y no para beneficio exclusivo de las empresas transnacionales. Tal idea de trabajo nos obliga a evitar esa fragmentación regional, fortalece la solidaridad, impulsa la integración y va apoyando la creación de condiciones propicias para impulsar las transformaciones (y no sólo las interpretaciones) necesarias para lograr nuestra verdadera independencia. Avanzar hacia un mundo más justo y sostenible, tras esta tremenda prueba local, regional, nacional y global, que nos impuso esta pandemia, nos impele hacia la creación de un mundo más justo y sostenible.

Resulta un imperativo trabajar por políticas de acceso universal a Internet, bajo líneas potentes con uso de tecnología de primer nivel a bajo costo y sin restricciones ni censuras como se ha experimentado por medios de información alternativos. Este aislamiento social obligatorio, esta cuarentena impuesta ha demostrado que es posible llevar adelante tareas mucho más allá de las que suponíamos, de manera remota; lo que trae como desafío el poder desplegarlas con la protección social necesaria. Exigir la protección social para los sectores más desfavorecidos: salud, educación, alimentación, previsión.

La búsqueda de la vacuna contra la Covid 19, en cuya carrera vemos a las grandes potencias: China, Estados Unidos, Rusia, Europa, pone en el tapete la exigencia de la libre circulación y acceso al conocimiento como un bien imprescindible. A la política de querer imponer una lógica de apropiación exclusiva del conocimiento, hay que oponer la cooperación, la difusión, el conocimiento general. Millones de investigadores, miles de centros de investigación (públicos y privados) comparten avances, estudios, revistas hasta ayer cerradas abren sus publicaciones, existe una corriente de pensamiento de amplitud inimaginable. La OMS, la UNESCO, centros de estudios económicos se abren y exigen abrir sus fuentes de conocimiento.

Esto es positivo, un tremendo desafío y hay que aprovecharlo, las leyes de transparencia hay que utilizarlas y dejar a la vera del camino a quienes pretenden imponer una lógica de apropiación, exclusiva y excluyente (tratando de extraer los mayores niveles de ganancia) ese tipo de conducta está siendo cuestionada y debe serlo como parte de nuestros desafíos globales. La democratización del conocimiento es un desafío ineludible, un derecho humano ya a estas alturas.  

Desafíos 2021: La Constancia del Cambio Permanente (Parte I)

La pandemia nos volvió a demostrar la importancia del Estado y de la industria nacional, en un tema tan estratégico como es la salud. En esto, y su decisión soberana de proceder a su propia fabricación de la vacuna contra el Covid 19, que permite superar la lógica del monopolio farmacéutico pone en primera línea a Irán“Desde la eclosión de la pandemia del nuevo coronavirus en el mundo hace 10 meses, los científicos persas se pusieron a trabajar en una vacuna, pese a que el país se encuentra bajo un régimen durísimo de sanciones estadounidenses. El pasado 13 de noviembre del 2020, el portavoz de la Organización para Alimentos y Medicinas de Irán, Kianush Yahanpur, destacó que ocho vacunas iraníes contra la COVID-19 se encuentran como candidatas en la lista de la Organización Mundial de la Salud”

Tengamos presente que el mercado de vacunas contra la gripe, que es el verdadero negocio, con valor de decenas de miles de millones de dólares al año, nos está sugiriendo que si la Covid-19, como la gripe, llegó para quedarse y va a requerir inyecciones de refuerzo anuales, entonces sí podría ser enormemente rentable para las empresas farmacéuticas, que hoy se han cuidado mucho de no aparecer beneficiándose en extremo, después de recibir aportes externos y de estados que han cubierto su trabajo, que ha permitido contar con una vacuna con más anticipación de lo esperado. Los datos que se manejan señalan, que en total, los gobiernos han proporcionado US$8.600 millones, según la empresa de análisis de datos científicos Airfinity. Las organizaciones sin fines de lucro han otorgado casi US$1.900 millones. Sólo US$3.400 millones provienen de la propia inversión de las empresas, y muchas de ellas dependen en gran medida de la financiación externa o de aportes como la Fundación Gates, Jack Ma de Alibaba entre otros.

En otra línea de desafíos, desde la necesaria mirada global que tenemos que asumir la crisis que vivimos y los desafíos que enfrentamos dejan claro que los vínculos con nuestra madre naturaleza con el medio ambiente en general y con nuestros congéneres no ha sido positiva y debe cambiar. Este año 2020 hemos atestiguado aún más (no es nuevo, pero ha quedado en evidencia global como nunca) que no podemos seguir manteniendo nuestra forma de vida ciega, sorda y muda, en un modelo de desarrollo suicida.  La enorme mayoría de la humanidad está en peligro cierto, más allá del tema pandémico sino por las pésimas condiciones sanitarias, su escaso acceso a la salud, las mínimas condiciones de supervivencia. Y, en esta realidad resulta suicida seguir sosteniendo las mismas tecnologías de producción que se basan en el uso intensivo de nuestros escasos recursos, el uso de pesticidas en la agricultura, de sustitución de cultivos variados por aquellos más rentables y dedicados a la exportación.

Es importante no perder de vista que, a pesar de que la crisis derivada de esta pandemia será muy nociva para nuestra región, muchos de los factores que frenan su avance a esta nueva etapa son de carácter estructural y previos a la crisis del COVID-19. No nos nuble la vista la pandemia cuando nuestras necesidades de cambios medulares son anteriores. Un desafío transversal que debe ser el norte de nuestra visión de defensa de lo humano, de nuestra condición de seres humanos por encima del capital es incentivar y apoyar alternativas de vida saludables, alimentación, prevención en salud. Y en el plano laboral, la realidad de una población lanzada a su suerte, una enorme masa poblacional sin recursos para satisfacer sus mínimas necesidades nos impele a preguntarnos si parte de la lucha está en garantizar o avanzar hacia el ingreso universal, no se supervivencia sino de vida justa y digna.

Existe la necesidad de avanzar en un trabajo riguroso de análisis, diagnóstico y propuestas. Ser certeros en aquello que realizamos, responsables. Ser certeros implica ser consecuentes, con un análisis científico de la realidad. El voluntarismo está alejado del trabajo con rigor, que en el plano de las ideas implica estudiar, analizar, visualizar, decir, sostener, denunciar y llevar adelante esa idea que nos refiere que la teoría es gris pero el árbol de la vida es inmensamente verde.

Hago mía las palabras de la investigadora argentina Anabel Martin al sostener que “Encarar el camino de la transformación requiere, sin embargo, reconocer las enormes tensiones que se generarán. Es de esperar una disputa muy fuerte entre los defensores de lo establecido, de los sistemas de privilegios actuales, y los que promuevan transformaciones. Las voces de los grupos de poder, de hecho, ya están trabajando a tiempo completo, movilizadas ante las más pequeñas señales de cambio, para defender el statu quo” Y en ese escenario nuestra posición debe estar muy clara, firme y decidida. Los desafíos del año 2021 refieren que lo único inmutable es el cambio permanente y esa mutación no puede ser sólo la de un virus, como se está experimentando en Europa, sino que de pensamiento, de acción transformadora, de modificar las condiciones de vida que no satisfacen las necesidades de gran parte de la humanidad. Tenemos mucho trabajo.

Artículo publicado originalmente en segundopaso.es

Pablo Jofré Leal
Pablo Jofré Leal

Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. especialista en temas de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

Trump le deja el regalito de Taiwán a Biden

Trump le deja el regalito de Taiwán a Biden

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Trump ordenó que se levanten todas las restricciones que pesaban sobre Taiwán, molestando una vez más a la República Popular China, que considera a la isla una “provincia rebelde” desde 1949. Pero también le deja un problema a los demócratas en su relación con Pekín y el clima de la “guerra comercial” del futuro.

Reconocimiento de Taiwán

En enero de 2021 la administración de Donald Trump decidió irse, no sin seguir molestando tanto a Pekín como a los demócratas. El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha anunciado el 9 de enero el levantamiento de las “restricciones autoimpuestas” a la cooperación entre Estados Unidos y Taiwán: “Hoy anuncio que levantaré todas estas restricciones autoimpuestas. Las agencias del poder ejecutivo deberían considerar que todas las pautas de contacto con respecto a las relaciones con Taiwán emitidas previamente por el Departamento de Estado bajo las autoridades delegadas al secretario de Estado son nulas y sin valor”, ha anunciado con firmeza Pompeo en un comunicado.

Aunque Taiwán es “una democracia vibrante y un socio confiable de Estados Unidos”, durante varias décadas el Departamento de Estado ha creado “complejas restricciones internas” para regular las interacciones de diplomáticos, miembros del servicio y otros funcionarios estadounidenses con sus homólogos taiwaneses, señaló Pompeo.

¿Acaso Taiwán era un “estado fallido” para Washington? En realidad, no tanto, pero desde el decenio de 1970 Estados Unidos hizo un acuerdo con la República Popular China para que deje de apoyar a Taiwán y así reconocer a Pekín en el orden internacional. Esto le dio legitimidad a la China comunista de entonces, a tal punto de que le dio la posibilidad de ingresar a las Naciones Unidas (ONU), sacando así a Taiwán.

De comunistas y anticomunistas

Todo tiene su historia. Luego del triunfo de la Revolución liderada por Mao Tse Tung del 1º de octubre de 1949, China se convirtió en otro país que adhirió al marxismo-leninismo. Pero los derrotados anticomunistas nacionalistas del Kuomintang se refugiaron en su último bastión, la isla de Formosa, bajo liderazgo de Chiang Kai-shek (quien fue formado político en la Unión Soviética en el decenio de 1920), donde fundaron la República de China con capital en la ciudad de Taipéi.

Rápidamente Estados Unidos y Europa Occidental reconocieron al régimen anticomunista de Chiang Kai-shek, que se convirtió en un furioso dictador desde Taiwán. Mao, por su parte, ordenó considerar como “provincia rebelde” a Taiwán, pero no llevó a cabo planes de invasiones futuras sobre la isla de Formosa para derrocar a Chiang Kai-shek. Este se quedó en el poder hasta el año de su muerte en 1975, gobernando con mano de hierro a los taiwaneses y apoyado por unos 10.000 soldados de Estados Unidos estacionados en la isla de Formosa para cuidarlo. Incluso Chiang Kai-shek pidió en 1960 a Estados Unidos para invadir a la China continental y derrocar a Mao.

Chiang Kai-shek es un prócer en Taiwán.

Bajo Chiang Kai-shek Taiwán se convirtió en un primer laboratorio de política de toque de gong ultraliberal en Asia Oriental. Bajo ley marcial, se redujeron los derechos laborales de los trabajadores taiwaneses y una poderosa elite burguesa se asoció a capitales estadounidenses para convertirse en un “tigre asiático” en los años de los decenios de 1960 y 1970. La industria textil se fue para arriba y también de la tecnología digital primigenia, engendrando el famoso “Made in Taiwán” con ayuda estadounidense, que invadió de manufacturas textiles y de electrodomésticos hacia el Tercer Mundo. Taiwán de hecho fue reconocido como “toda China” ante la ONU, dejando fuera a la China maoísta.

Pero todo se terminó en 1971-1972. En 1971 Estados Unidos decidió sacar a Taiwán de la ONU. En 1972 el presidente estadounidense republicano Richard Nixon visitó Pekín y se entrevistó con Mao. Allí acordó con las autoridades chinas continentales que Pekín apoye a Washington en la guerra fría contra la Unión Soviética. A cambio, Pekín le pidió reconocimiento internacional, ingreso a la ONU y que se Washington deje de reconocer a Taiwán como estado nacional independiente.

China comunista logra lugar en la ONU

Hay que recordar que la China de Mao se enemistó con Moscú en 1956, y desde entonces hubo peleas entre los gigantes comunistas de la guerra fría. Estados Unidos no aprovechó esta pelea, ya que Mao hasta 1970 siguió una línea radicalizada antiimperialista muy osada. Pero eso culminó y los chinos decidieron aliarse a Washington para impedir una invasión soviética latente desde Mongolia o Siberia Oriental (siempre presente entre 1960 y 1966). Algunas escaramuzas militares en 1970-191 en las fronteras chino-soviéticas alertaron a Pekín de que Moscú estaba a punto de invadir China para instalar un régimen títere moscovita. Mao lo entendió y se acercó a Estados Unidos.

Lo que consiguió Mao fue que Estados Unidos saque de la ONU a Taiwán. Sólo eso, que no es poco, porque la República Popular China tomó su lugar en la ONU y en el Consejo de Seguridad. Mao muere en 1976 y desde entonces Deng Xiaoping toma las riendas del poder en Pekín e intenta convertir a la China continental en una especie de “milagro económico taiwanés” a mayor escala. Eran los albores del llamado “socialismo de mercado” de China, de la llegada del capitalismo salvaje al gigante asiático.

Reunión cumbre entre Mao y Nixon en Pekín en 1972.

Desde 1972 Taiwán es reclamada por la República Popular China, que rechaza las relaciones diplomáticas con países que la reconocen. Taiwán mantiene vínculos oficiales con 14 de los 193 estados miembros de la ONU y la Santa Sede. Las organizaciones internacionales en las que participa la República Popular China se niegan a otorgar membrecía a Taiwán o le permiten participar solo de manera no estatal. Pero Taiwán es miembro de la Organización Mundial del Comercio, el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico y el Banco Asiático de Desarrollo bajo varios nombres.

Los países cercanos y los países con grandes economías mantienen vínculos no oficiales con Taiwán a través de oficinas de representación e instituciones que funcionan como embajadas y consulados de facto. A nivel nacional, la principal división política es entre los partidos que favorecen la eventual reunificación china y promueven una identidad china en contraste con aquellos que aspiran a la independencia y promueven la identidad taiwanesa, aunque ambas partes han moderado sus posiciones para ampliar su atractivo.

Taiwán y el nacionalismo contra Pekín

Taiwán eligió el 16 de enero de 2016 a Tsai Ing-wen como su primera presidenta mujer, junto a Chien-Jen Chen, luego de concederle a su partido, el independentista, Partido Democrático Progresista, su primera mayoría en la legislatura nacional. Este partido se acercó a las posturas nacionalistas más radicalizadas contra Pekín. Estados Unidos con  Trump desde 2017 le brindó toda ayuda política, económica y militar al régimen de Chen. Si bien desde 1971 los estadounidenses no se fueron de Taiwán, con Trump aumentaron su presencia militar.

Washington no reconoció técnicamente a Taiwán como un país, aunque es su undécimo socio comercial más grande. Incluso el complejo diplomático de Estados Unidos en Taipéi es llamado el “Instituto Americano en Taiwán” , en lugar de una embajada o consulado. Pekín ha presionado constantemente a otras naciones para que respeten su reclamo de soberanía sobre Taiwán.

Pero Trump ordenó movimientos militares de la Armada en el Mar de China y cerca de las costas de la República Popular China, realizando ejercicios junto a soldados de Taiwán en 2018-2020, irritando a Pekín siempre, como parte de la “guerra comercial”. Además, Pekín siempre pegó el grito en el cielo ante las sucesivas ventas de armas de Estados Unidos a Taiwán bajo órdenes de Trump.

La mandataria taiwanesa Tsai Ing-wen y Trump reforzaron vínculos diplomáticos y militares en 2017-2020.

El regalito de Trump a Biden

La historia en enero de 2021 cambió. Trump no quería irse sin molestar a China continental. En ese sentido, la declaración de los últimos días reconoce que la relación entre Washington y Taipéi “no necesita, ni debe, estar encadenada por las restricciones autoimpuestas de nuestra burocracia permanente”, concluyó el jefe de la diplomacia estadounidense Pompeo.

En realidad, Trump quiere dejarles un regalito problemático a los demócratas que asumirán el 20 de enero próximo. Pekín sabe que con Biden puede haber un punto de acercamiento comercial con Estados Unidos para terminar con los roces y las tensiones creadas por Trump en 2017-2020.

 ¿Querrán los demócratas un problema militar en el Mar de China? Algunos pretorianos del Pentágono no aconsejan un enfrentamiento con China por Taiwán. Habrá que esperar a ver qué hacen los demócratas. ¿Terminará la “guerra comercial”? Lo cierto es que el reconocimiento de Taiwán es una piedra en el zapato diplomático de la futura administración de Biden.

Mauricio Piñero
Mauricio Piñero

Cuentan las crónicas que nació como el hijo de nadie. Luchando por la Patria Grande, como Internacionalista y antiimperialista. Tripero de alma y cuerpo, siempre junto a la patriada barrial. La historia descolonizada es mi pasión como docente de la Escuela Pública y de los barrios. Las noticias sobre los pueblos que luchan como forma de viajar hacia una verdadera justicia social global.

En Nuestra América, el presente es de lucha

En Nuestra América, el presente es de lucha

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El 2019 nos había mostrado rebeliones populares en distintos países de la región, pero principalmente en Chile, Colombia y Ecuador. El más comentado o analizado fue el estallido social chileno porque las principales consignas de ese evento, realmente masivo, hacían mención a los 30 años de injusticia social y de eterno experimento neoliberal al que el pueblo chileno fue sometido, y también porque aquella revuelta popular hizo la presión suficiente para que Sebastián Piñera convocara a una plebiscito para consultarle a la población si quería cambiar la Constitución Nacional, vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet. 

Es decir que, en el caso de Chile, era absolutamente evidente que se trataba de un hartazgo frente a un sistema excluyente, discriminador y criminal, que nada tiene de beneficioso para las grandes mayorías. En el caso de Ecuador y Colombia, si bien las movilizaciones eran contra los gobiernos de Lenin Moreno e Iván Duque, también quedaba claro que el problema eran las políticas de ajuste propias del neoliberalismo y el saqueo sin límites, porque si algo se puso de manifiesto, sobretodo desde la quema de la Amazonia en el último tiempo, es la financiarización de nuestros bienes comunes -aunque la destrucción de la Madre Tierra y de la humanidad misma viene siendo descrita desde hace varias décadas-.

En medio de los estallidos, Argentina le dijo basta a los cuatro años de miseria planificada y el pueblo boliviano volvía a reafirmar a Evo Morales como presidente. Por aquellos meses, también comenzaba a gestarse el Grupo de Puebla, una instancia de articulación regional que aglutinaba a distintes líderes progresistas y de la cual Alberto Fernández había sido impulsor, lo que daba cuenta de la importancia que tenía para la Argentina que se venía retomar la senda de diálogo y cooperación con los pueblos hermanos, después de una direccionada destrucción de la UNASUR. 

Sin embargo, el Grupo de Puebla abría algunos interrogantes en relación a qué peso podría llegar a tener el espacio: solo Andrés Manuel López Obrador y Alberto Fernández ostentaban el poder político; y por otro lado, no existían representantes venezolanes, ni una articulación con el Gobierno Bolivariano en ese sentido.

Después de eso, la Organización de los Estados Americanos declaró que en Bolivia había habido un fraude electoral y dio paso a un Golpe de Estado sanguinario del que las Fuerzas Armadas fueron parte, en el que muches bolivianes dejaron la vida tratando de defender la patria, y que le permitió a Jeanine Añez autoproclamarse como presidenta interina y que todo el mundo siguiera rodando como si nada hubiera pasado -porque realmente fue alarmante el desconocimiento internacional del Golpe-.

El 2020, un año de resistencia popular

Resumiendo, arrancábamos un 2020 con movilizaciones populares a lo largo y ancho del continente, que daban cuenta de la miseria impuesta por el modelo neoliberal, con una Bolivia asediada por un Golpe y con Evo exiliado en nuestro país, y con una Argentina, que pese a las dificultades, tenía la intención de retomar las sendas de la cooperación e integración regional.

Después vino la pandemia, que a principios de marzo llegó a estos lares. El hecho de que el confinamiento fuera la primera herramienta de la que dispusieron los gobiernos de la región, a excepción de Brasil, donde Jair Bolsonaro nunca admitió la existencia del Covid-19 y la virulencia de la enfermedad, hizo que las movilizaciones populares mermaran: el pueblo entendía que había que cuidar la salud de los demás. Pero en contexto de encierro, muchas personas no pudieron salir a ganarse el mango, muches otres fueron despedides porque los lugares donde trabajaban “tenían que recortar personal”, y el hambre se profundizó en casi todo el mundo, pero especialmente en aquellos países donde no hubo políticas públicas direccionadas a tratar de mitigar los efectos de la pandemia.

Pese a que la pandemia sirvió de excusa para dilatar el proceso electoral y aunque se intentó ganar tiempo para proscribir al Movimiento al Socialismo, finalmente y por la presión de organizaciones sociales y políticas, movimientos indígenas y sindicatos, finalmente se llevaron adelante las nuevas elecciones en Bolivia el 18 de octubre, una elección que terminó con la dictadura criminal de Jeanine Añez, pero que también dejó demostrado que en Bolivia había habido un Golpe y que nadie más que Washington podía confiar en la OEA. 

La dilatación del proceso electoral que la dictadura proponía para tratar de mantenerse en el poder, terminó desfavoreciendo a la derecha: el MAS pudo hacer una autocrítica respecto de los 15 años de gobierno y pudo pensar con mucha cautela los candidatos para la elección, que finalmente fueron Luis Arce y David Choquehuanca y que se alzaron incluso con un porcentaje mayor al que Evo había logrado en 2019. La recuperación de Bolivia y el hecho de que Alberto Fernández haya acompañado a Evo en el regreso a su país, da cuenta de que hay esperanza en relación a poder volver a consolidar un bloque fuerte. 

El 18 y 19 de Diciembre tuvo lugar en la Sede de UNASUR en San Benito (Cochabamba), el “Encuentro de los Pueblos del Abya Yala hacia la construcción de una América Plurinacional”. La convocatoria fue acordada en la reunión que sostuvo el ex presidente Evo Morales Ayma en la sede de la Coordinadora de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba con representantes de movimientos indígenas, campesinos y sindicales de Ecuador, Bolivia, Argentina y Perú, luego de su épico regreso del forzado exilio.

Las organizaciones reunidas suscribieron un documento en el que se ratificaron como postulados esenciales la lucha contra todas las formas de colonialismo y neocolonialismo, la lucha contra el capitalismo por ser un sistema que acaba con la vida y la Madre Tierra y la lucha contra todas las formas de guerra. El llamamiento consignaba entre sus objetivos la definición de una nueva agenda política para los pueblos, el fortalecimiento de la CELAC y la recuperación de UNASUR y el ALBA. Una buena noticia en el camino porpor recuperar los lazos de solidaridad que supimos construir entre 2005 y 2015.

Por otra parte, una semana después y también pese a la intención oculta de Piñera de dilatar el proceso constituyente, a un año de la revuelta popular de octubre, el pueblo chileno salió a la calle para decidir si la constitución chilena debía ser modificada. En ese marco, el apruebo arrasó con más del 78% de los votos y la mejor noticia tuvo que ver con la segunda consulta que hacía el plebiscito: si la Constitución debía ser redactada por una convención mixta, compuesta por 86 legisladores y 86 ciudadanes elegides por el pueblo, o si la redactaba una convención constitucional, compuesta directamente por 155 ciudadanes y sin participación directa de funcionaries. 

La población se decidió por esta última opción, lo que deja ver, en primer lugar, lo descreído que está el pueblo de la casta política en general, algo que también está relacionado con la baja participación electoral, y en segunda instancia, derrotas concretas para Sebastián Piñera, que esperaba que algunos de sus allegados participaran de una convención mixta que redactara la constitución. 

Este 2021 se eligirá a les ciudadanes que redactarán la constitución y la redacción puede tardar más o menos un año, es decir que para mediados de 2022 habría una nueva constitución, aunque antes habrá elecciones presidenciales en un Chile donde es alarmante la participación electoral y según una encuesta reciente, solo el 7% de la población aprueba la gestión de Piñera.

Por otra parte, a mediados de noviembre hubo elecciones municipales en Brasil, unas elecciones donde vimos un retroceso de la ultraderecha, pero un ascenso de la derecha más tradicional y conservadora. En ese sentido, y pese a que hay algunos puntos interesantes en relación a la participación de mujeres -y en especial de mujeres negras-, de personas de la comunidad LGBTIQ+, la buena elección que hizo Guilherme Boulos en San Pablo, hubo una lección respecto de ciertas mezquindades que quedaron evidenciadas en la no unidad de los seis partidos de izquierda. 

Otro suceso no menor, después de un año en el que se acrecentaron las agresiones contra Venezuela, fue la recuperación por parte del gobierno bolivariano de la Asamblea Nacional, un hecho que celebra toda la Patria Grande, porque la AN le había servido de bastión al imperio yanqui para acelerar su guerra contra Venezuela. A pesar de las agresiones, de la guerra económica y el bloqueo criminal al que Estados Unidos somete a Venezuela, a pesar de las dificultades derivadas de la pandemia, a pesar de las presiones inconstitucionales que hubo a lo largo de todo este año, alentadas por gobiernos injerencistas para suspender el proceso electoral, y a pesar de la convocatoria antidemocrática de abstención por parte de los factores políticos de la ultraderecha, el pueblo bolivariano salió a votar y volvió a apostar por la revolución bolivariana.

Hubo un golpe parlamentario en Perú que destituyó a un Martín Vizcarra, que aunque muy apegado a los grandes grupos económicos -porque su legitimidad de origen era bastante escasa-, se había propuesto terminar con una línea sucesiva de corrupción y eso le había dado cierto apoyo popular. Lo cierto es que los partidos salpicados por la corrupción le pararon el carro, lo destituyeron, lo sucedieron dos presidentes y también estallaron las protestas, porque en Perú sucede algo muy similar a lo que pasa en Chile: desde la llegada de Alberto Fujimori en 1990, no hubo proyectos populares que trabajaran en pos de combatir la desigualdad existente. Hay elecciones en abril de este 2021 y como en Chile, la población también reclama la constitución de una Asamblea Constituyente. 

No es el único proceso electoral: el mes que viene habrá elecciones en Ecuador si es que Lenín Moreno no se las ingenia para retrasar la fecha, en noviembre habrá elecciones presidenciales en Chile, y legislativas en Argentina. Y en ese sentido y teniendo en cuenta el rol que han jugado los medios de comunicación en lo que analizamos como el Lawfare en América Latina, comunicacionalmente tenemos un desafío y un reto muy grande: seguir aportando a la formación política y educando desmercantilizada, descolonizada y despatriarcalizadamente. Como decía el Che, si el presente es de lucha, el futuro es nuestro.

Miranda Cerdá Campano
Miranda Cerdá Campano

Nací en Chubut y milito porque no hay mejor manera de transformar el mundo. Soy hincha fanática de San Lorenzo y fundamentalista de la Vuelta a Boedo, lloro por todo y no sé cómo explicarle a la gente lo mucho que me gusta la palta. 

Desafíos 2021: la constancia del cambio permanente (Parte I)

Desafíos 2021: la constancia del cambio permanente (Parte I)

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Palabras que refieren lo que fue el hecho noticioso más importante del año 2020. Un año que se nos va y que ha estado marcado, indudablemente, por esta pandemia del Covid-19 con efectos múltiples: en el área sanitaria, política, turística, social, económica. Incluso respecto a la visión del virus, transitando desde aquellas teorías conspirativas, pasando por el negacionismo y la constatación de lo feble que es nuestra humanidad. A pesar de esta constatación es evidente la necesidad de replantearse nuevos modelos de desarrollo, donde resulta crucial el papel relevante que tiene que cumplir el sector público, el Estado, cuya acción tendrá que ser mayor al que ha tenido en las últimas décadas. Un Estado vilipendiado, sujeto a criticas inmisericordes y que muestra en forma indiscutible que “el muerto que vos matasteis goza de buena salud”

Lo mismo respecto a una revisión, cuestionamiento y hasta un cambio medular de lo que ha sido el modelo de globalización impulsado hasta ahora. Esto implica la búsqueda y la lucha por nuevos modelos de participación social, nuevas estructuras sociales donde la población tenga garantizado sus derechos en un amplio espectro de necesidades. Es evidente que resulta insuficiente y hasta una burla que la participación de la sociedad se limite a acudir cada cierto tiempo a emitir un voto y creer que así ya estamos licenciados como demócratas. Lo mencionado, en un marco de cambios personales y colectivo importantes, donde la crisis ha provocado o catalizado cambios importantes en la manera en que trabajamos, en la que nos relacionamos, adquirimos bienes y servicios, en la forma en que podemos viajar y convivir. En la forma que podemos vislumbrar un mundo más unido o definitivamente en un mundo que camine hacia un sálvese quien pueda.

Resulta evidente que el Covid-19 ha traído consigo el desastre en amplias ramas de la economía. La escasísima demanda de los servicios de turismo ha generado un efecto económico desastrosos en países donde dicha actividad es prioritaria:  España, Italia, México, Tailandia, República Dominicana o Cuba. En España por ejemplo, el peso del turismo alcanzó los 154.487 millones de euros en 2019, lo que supuso el 12,4% de su PIB y donde el turismo alcanzó los 2,72 millones de puestos de trabajo, el 12,9% del empleo total. En Italia, el sector turismo representa el 13% del PIB y las pérdidas de este año 2020 se estiman en 120 mil millones de euros. En Cuba representó el año 2019 el 12% del PIB con 5 millones de turistas. Una caída brutal para un país que ha buscado por esa vía caminos de ingresos tras afectaciones económicas tras la caía del campo socialista, socio prioritario.

Tanto como en turismo, constatamos la interrupción en la cadena de suministros en un modelo capitalista donde las partes para fabricar un producto se hacen en distintos países, que afecta a quien provee los componentes y quien ensambla el producto final. Una cadena rota y frente a la cual vamos a tener que observar con cuidado pues el empresariado (con apoyo estatal) tratará de recuperar sus perdidas a costa de los trabajadores, recurriendo siempre a ese estado vilipendiado, haciendo realidad aquella que “las ganancias son privadas y las pérdidas sociales”

Si algo ha dejado en evidencia, esta crisis sanitaria, es la falta de protección social, el descalabro de los sistemas públicos de salud y las enormes brechas sociales en regiones como la latinoamericana por ejemplo, evidenciado en las medidas implementadas para paliar los efectos del Covid-19. La vieja máxima neoliberal respecto a la “necesidad de disminuir la grasa del estado” debe dar paso a un Estado si bien no obeso por lo menos con peso y estatura adecuada. Chile refiere un ejemplo en materia del retiro de nuestros fondos previsionales, que constituye una medida insuficiente, coyuntural, donde el salvataje de la difícil situación económica ha corrido a cuenta de los propios trabajadores y escasa participación estatal. Con una estrategia comunicacional desinformadora y manipuladora, que asigna la responsabilidad de pensiones miserables futuras a los trabajadores y no a las fallas de un sistema en esencia injusto.

Se nos va un año 2020 marcado, igualmente, por una política continua de agresiones, guerras, políticas de dominio y de máxima presión que ha seguido incólume contra: Irak, Yemen, Palestina, El Líbano, Libia, Irán, Venezuela, Cuba. Cáucaso Sur, Sáhara Occidental. Disputas comerciales con China. Presiones contra las instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Consejo de Derechos Humanos, Corte Penal Internacional, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) Violación permanente de resoluciones internacionales respecto a Palestina. Yemen, Siria, Irak, el pueblo Rohingya, entre otros.

En las últimas semanas hemos sido testigos del denominado “Proceso de Normalización” destinado a seguir implementando la política de colonización y ocupación de Palestina y el Sáhara Occidental, junto a la protección y lavado de imagen de monarquías como los EAU, Bahréin, Marruecos y Arabia saudí y lógicamente a la entidad sionista. Como también el chantajear a un gobierno, como el de Sudán, a quien se le prometió por Washington sacarlo del listado de países patrocinadores del terrorismo si establecía relaciones con el sionismo. Todo ello coordinado, patrocinado y llevado a la práctica por Washington. Una política vergonzosa, chantajista, despreciable.

Un camino plagado de cambios

La crisis causada por el Covid-19 nos enfrenta a desafíos cotidianos, necesarios de resolver: empleo, asistencia sanitaria, seguridad pública, asistencia financiera, apoyo alimenticio, el pago de las deudas del hogar en múltiples áreas. Pero, nada de ello que es vital, para el día a día, nos debe dejar de lado la mirada de futuro. Bajo lo descrito que refiere constatar y en el marco de un pensamiento y una acción antiimperialista ¿Qué es lo que se viene como desafío y exigencias?  En general lo observado, revelado, constatado y criticado en párrafos anteriores, nos expresa lo que debemos cambiar, el norte de nuestra acción.

En el plano de mi continente y en específico en Latinoamérica y el Caribe el mundo post pandemia está cruzada de interrogantes y escasas certezas. Las proyecciones económicas establecidas por las diversas instituciones dedicadas al tema económico, como es el caso de la Comisión Económica para América latina y el Caribe (CEPAL) ya certifican que el 2020 ha sido el año de mayor contracción económica en los últimos 100 años. Consta transversalmente, que la crisis sanitaria ha agudizado las desigualdades y la fragilidad de los sistemas sociales poniendo en jaque el sistema político, la economía regional y las posibilidades de desarrollo. Esto hace temer un aumento del hambre y la pobreza, que tanto esfuerzo, sacrificio y décadas de esfuerzo habían logrado disminuir, sobre todo en aquellos países donde la llegada de movimientos revolucionarios y progresistas lograron avanzar en indicadores de desarrollo en beneficio social.

La interrogante es saber si la agenda de trabajo va encaminada a recuperar esos indicadores o intensificar el trabajo político que permita agudizar las contradicciones sociales, políticas y económicas, como parte de una estrategia de toma del poder. Lo dejo abierto al análisis del lector pues suelo escuchar, en este caso en mi entorno, que las condiciones objetivas de la revolución están y lo que hay que hacer es agudizar las contradicciones y trabajar por incrementar las condiciones subjetivas, que es hablar del factor conciencia, dirección y organización.

En un contexto internacional nos enfrentamos a la polarización y el proteccionismo, sobre todo de aquellos bloques más poderosos y que suelen aunar esfuerzos de autoprotección y hasta la obtención de beneficios dentro de la crisis. Hablo del bloque norteamericano, el bloque europeo y las grandes corporaciones transnacionales tanto económicas, industriales, financieras como de armas. Esto implica enfrentar dicha realidad y donde resulta imprescindible, como agenda de trabajo esencial, para el 2021 y siempre tenerlo como blanco permanente de nuestro trabajo la lucha contra el sionismo, en todos los ámbitos. Fundamental la eliminación del sionismo y del Wahabismo como ideología. Y, al mismo tiempo el dar a conocer, mostrar, ilustra, escribir, defender el trabajo del Eje de la Resistencia.

Artículo publicado originalmente en segundopaso.es

Pablo Jofré Leal
Pablo Jofré Leal

Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. especialista en temas de Latinoamérica, Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de revista digital www.politicaycultura.cl

El futuro es nuestra consecuencia

El futuro es nuestra consecuencia

TIEMPO DE LECTURA: 9 min.

La pandemia del COVID-19 generó controversias en todas las esferas de nuestras vidas y fue la protagonista del último año. Las falencias del modelo productivo dominante, que nos trajeron a la crisis socioambiental actual, quedaron expuestas evidenciando los resultados del maltrato a nuestra casa llamada Tierra.

Un sistema que tiene como partícipes a las grandes élites del globo, importantes perpetuadores de las prácticas que benefician a la minoría rica, dejan a millones en el último peldaño de la cadena alimentaria del consumismo. ¿Ver para creer? En el fin de la década no solo fuimos espectadores, sino también protagonistas de la catástrofe.

Nuestra casa está en llamas

El 2020 comenzó con incendios en Australia, luego le siguió nuestro continente con focos activos en la Amazonía, y en nuestro país, más tarde o más temprano, llegaron a más de una decena de provincias, de forma más intensa en las sierras de Córdoba y en el delta del Paraná de Santa Fe y Entre Ríos. Durante el año pasado fueron afectadas por los incendios 1.080.846,98 hectáreas en todo el país.

Desde finales de mayo, en Córdoba el fuego llegó a localidades como Reserva La Calera, Santa María de Punilla, Tanti, Sierras Chicas y la zona entre San Antonio de Arredondo y Las Jarillas. A mediados de agosto, se acercó a Villa Albertina y llegó hasta localidades del departamento de Ischilín. Fueron afectadas más de 40.000 hectáreas y se estima que fue el peor incendio en 12 años.

En el Delta del Paraná los incendios comenzaron en marzo, pero recién en mayo el Plan de Manejo del Fuego tomó acción y atacó 30 focos activos con helicópteros hidrantes. Se registraron en la zona más de 2.800 focos de incendios en el territorio del Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sustentable del Delta del Paraná (PIECAS DP).

El Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) del Gobierno nacional fue el encargado de dar a conocer información sobre los incendios. Un dato interesante que otorgó fue que el 95% de los incendios fueron producidos por intervenciones humanas: entre los principales escenarios se encontraron la preparación de áreas de pastoreo con fuego, fogatas y colillas de cigarrillos mal apagadas y el abandono de tierras.

Estos datos nos permiten analizar una de las prácticas más cotidianas del modelo de producción tradicional: los incendios como forma de limpiar terrenos para el aprovechamiento agropecuario o inmobiliario. Los incendios generados intencionalmente, suelen darse en épocas específicas del año en donde las condiciones climáticas permiten la rápida propagación del fuego. Una vez afectadas y “limpias”, las tierras suelen tener un precio más bajo que el anterior al de los incendios, por lo que su ocupación por grandes negocios agropecuarios e inmobiliarios resulta sencilla.

En el caso más específico del Delta del Paraná, la región es inundable, por lo que su precio suele ser más bajo de por sí; se tiene fácil acceso a agua de buena calidad; son zonas cercanas a centros de comercialización y consumo; y al ser difícil su acceso suelen tener menos controles por parte del Estado. Las quemas preparan el terreno para alimentar al ganado y ahuyentan especies autóctonas que puedan afectar a su producción.

Las consecuencias son evidentes, se pierden espacios verdes y los distintos ecosistemas son reconfigurados generando desequilibrios que afectan a la sociedad y ambiente en su conjunto. En medio de una crisis ambiental estas prácticas requieren un tratamiento urgente, el camino por excelencia es tomar las demandas de las comunidades en la agenda política. Una de las victorias en ese sentido, fue la sanción de la modificación de la Ley de Manejo de Fuego, que busca proteger ecosistemas que puedan ser víctimas de incendios. Es así que se modificó el artículo 22 bis de la ley 26.815 ampliando las restricciones en el uso de las tierras afectadas, durante 30 o 60 años, para su recuperación. La modificación tiene la intención de terminar con la especulación inmobiliaria y agropecuaria sobre tierras incendiadas.

Una conquista que queda pendiente es el tratamiento y sanción de la Ley de Humedales que busca crear un marco legal que proteja y ampare toda práctica que se de en esos territorios. La propuesta popular tiene la intención de convocar a las comunidades y productores locales para que formen parte del proceso de creación y reglamentación de la ley. Además, se exige que se reconozca la diversidad de los humedales en un inventario con un análisis integral que considere no sólo las condiciones ecosistémicas, sino también, las características socioeconómicas y culturales de la región.

La pandemia de los desmontes

En el norte del país se intensificó otras de las prácticas que, de la mano con los incendios, busca beneficiar a la hegemonía productiva: los desmontes. Los bosques son continuamente atacados por la expansión de las fronteras agropecuarias que buscan mayor rentabilidad llenando los campos con granos predominantes como la soja. Las consecuencias de este tipo de cultivo van desde las modificaciones ecosistémicas a los suelos hasta el envenenamiento de las regiones con agrotóxicos, pero también la deforestación que afecta gravemente a las condiciones climáticas del planeta y a las vidas de las comunidades que habitan los bosques.

El ASPO, al ser abusado por el poder de los grandes empresarios agropecuarios, también fue usado como herramienta para evitar todo conflicto social en respuesta al saqueo. Si bien se organizaron manifestaciones que denunciaron los desmontes, las agendas políticas y mediáticas estuvieron ocupadas con la pandemia, olvidando que el mundo no paró, sino que siguió en movimiento junto con las expresiones de las distintas comunidades en defensa de sus territorios.

En el marco del Aislamiento Social Productivo y Obligatorio, y de una emergencia social y sanitaria declarada en la región, la legalidad y el abuso de saqueo fueron tomadas indiferentemente. Ya en el comienzo del período pandémico -entre el 15 y el 31 de marzo- se desmontaron ilegalmente 2.172 hectáreas en cuatro provincias del noroeste argentino. Vale la pena mencionar que 130 de las hectáreas fueron adjudicadas al presidente de la Sociedad Rural Salteña, Ignacio García del Río. Por su parte, el gobierno salteño -provincia donde se dieron con más intensidad- decidió desligarse del conflicto atribuyendo la responsabilidad a Nación por estar dándose una violación de un decreto nacional -el del ASPO- que excedía su “poder provincial”.

Veneno que cae del cielo

El paquete de atentados contra el ambiente viene completo: se desmontan bosques o se incendian terrenos y se ocupan tierras ilegalmente para cultivos con agrotóxicos que envenenan todo lo que toquen, afectando directamente la salud de las personas y los ecosistemas de las regiones.

En la mayor parte del país, la producción agropecuaria estuvo entre las actividades exceptuadas del confinamiento, sin establecer especificaciones que permitieran reconocer la diversidad dentro del sector. Durante el ASPO se denunciaron “incidentes” con fumigaciones en Santiago del Estero, Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Chaco, provincias donde predominan estas prácticas y viven las consecuencias de sus excesos y mal usos. Cada año se liberan 500 millones de litros/kilos de agrotóxicos y se viola la Ley General del Ambiente que busca evitar el abuso de los productos.

Los tóxicos que caen desde las avionetas generan consecuencias graves: malformaciones congénitas, abortos espontáneos, enfermedades oncológicas, problemas respiratorios y pulmonares. Hoy, en medio de una pandemia, una de las consecuencias más graves es la inmunosupresión: debilitamiento del sistema inmunológico reduciendo los linfocitos y alterando los niveles de anticuerpos, en otras palabras, se facilita el acceso de los virus, bacterias y gérmenes al cuerpo humano.

Podemos decir que se lograron pequeñas victorias en este tema, como el acuerdo de Bayer-Monsanto que pondrá fin al 75% de las demandas en curso y futuras contra el Roundup -uno de sus productos más famosos- por ser cancerígeno. De esta forma, se formaliza el reconocimiento de responsabilidad de la empresa y se le da un golpe simbólico, pero no es suficiente.

Otro de los tantos casos que se dieron fue en nuestro país, en San Nicolás. La Justicia Federal recibió un informe pericial que confirmó la contaminación de Atanor -una de las compañías de agroquímicos más grandes del país- en la localidad y en el Río Paraná. Los vecinos reclaman respuestas desde hace tiempo por el fallecimiento de 200 personas en sólo seis cuadras lindantes a la empresa, la comunidad entera queda a la expectativa de que lo que se haga con las pruebas.

¿El agua vale más que el oro? Preguntemos en Wall Street

El agua, bien común esencial para la vida, es cada vez más valiosa por su escasez y derroche extremo. El lobby minero buscó instalarse en el pasado 2020, con mayor rapidez y fuerza en el interior del país durante el ASPO.

A mitad de año, volvió el conflicto a Mendoza cuando el Senado provincial aprobó el proyecto, presentado por el gobernador Rodolfo Suarez, de la creación del “Consejo Económico, Social y Ambiental de Mendoza” que tendría un “carácter consultivo de los Poderes Ejecutivo y Legislativo y de participación para el debate, diseño, planificación e implementación de políticas públicas en materia económica, ambiental y social”. El mismo es representado mayoritariamente por el sector empresarial y solo el 3% por trabajadores del Estado. Mendoza tuvo extensas jornadas de lucha desde 2019, cuando se intentó modificar la ley 7.722 para permitir la utilización de cianuro y ácido sulfúrico en la actividad minera, y que, gracias al levantamiento de la comunidad, se rechazó el proyecto. En la actualidad, sabemos que el novedoso Consejo podría dar paso libre al lobby que sigue intentando instalarse en la región.

En la segunda mitad del año surgió otro conflicto al sur del país. En Chubut, se intenta apelar al segundo artículo de la ley que regula la actividad minera -la Ley N°5001- para realizar la zonificación de la región en donde se encuentra el Proyecto Navidad de la multinacional Pan American Silver, y de esta forma, habilitar la megaminería en la provincia. El pueblo chubutense fue el responsable de la creación de la ley N°5001, luego de un levantamiento histórico en 2003, en contra de la instalación de la empresa Meridian Gold, en este 2020 ni la pandemia pudo callar sus voces.

Para cerrar el año nos encontramos con una noticia un tanto preocupante a nivel mundial: el agua comenzó a cotizar en Wall Street, específicamente en la bolsa de mercados a futuro de Estados Unidos y su precio se determina por la combinación de volumen y disponibilidad. La situación trajo a la discusión al centro del escenario mediático, a pesar de ello, al pasar los días la noticia desapareció. En un planeta donde dos millones de personas no acceden al agua potable, el sistema dominante y los privados siguen acaparando bienes comunes esenciales para nuestra vida como si no estuviéramos necesitando de ellos.

¿Podemos confiar en el 2021?

Si algo queda claro, luego del repaso por el 2020, es quienes están detrás del entramado político, económico y social que sigue permitiendo prácticas saqueadoras.

De la misma forma en la que entendemos que el conflicto envuelve a muches actores y distintos escenarios donde el poder predomina, la solución debe darse desde abajo y desde cero. En un sistema capitalista con políticas neoliberales que nos venden al ambientalismo desde el individualismo y, que propone solucionar los problemas del mundo cerrando bien la canilla para no derrochar agua, la organización popular resulta indispensable.

Es junto a los pueblos originarios que proponen formas de vivir amenas con los ecosistemas y que entienden al hombre como parte del ambiente, es junto a los nuevos proyectos de huertas agroecológicas sin agrotóxicos y sin explotación.

Si esperamos mejoras para este 2021 no hay que olvidar al verdadero enemigo, ni hay que caer en las redes de los falsos presagios liberales. El poder popular podría salvarnos, encaminemos este año hacia la reflexión y, por consiguiente, a la acción.


Agustina Flores
Agustina Flores

Soy hija de los vientos patagónicos. Compañera (in)esperada de la militancia para la liberación. Entusiasta del puño y la letra. Lo personal es político, el periodismo también.

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