Libertad para la Flotilla Global Sumud: organizaciones y familiares reclaman por las y los argentinos secuestrados por las fuerzas de ocupación israelíes

Libertad para la Flotilla Global Sumud: organizaciones y familiares reclaman por las y los argentinos secuestrados por las fuerzas de ocupación israelíes

TIEMPO DE LECTURA: 5 min.

En la sede de ATE Capital, familiares, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales, políticas y sindicales reclamaron la liberación inmediata de los tres argentinos detenidos tras la intercepción de la Flotilla Global Sumud por parte del Estado ocupacionista de Israel. Se denunció la persecución a la misión humanitaria que buscó llevar ayuda a Gaza y exigieron al Gobierno nacional que tome medidas diplomáticas concretas para garantizar su regreso seguro.

Este 6 de octubre, familiares y organizaciones sociales, políticas y sindicales se reunieron en la sede de ATE Capital para exigir la inmediata liberación de las y los tripulantes argentinos secuestrados por las fuerzas de ocupación israelíes durante la interceptación de la Flotilla Global Sumud.

El encuentro se realizó a las 13 horas y contó con la presencia de representantes y dirigentes de organizaciones políticas, gremios, organismos de derechos humanos y legisladores locales, provinciales y nacionales que acompañan el reclamo por la liberación de Carlos “Cascote” Bertola, Celeste Fierro y Ezequiel Peressini, los tres argentinos que integraban la misión humanitaria.

La conferencia se llevó adelante luego de que, el pasado 1º de octubre, las fuerzas israelíes interceptaron ilegalmente a la Flotilla Global Sumud, una iniciativa compuesta por voluntarios y voluntarias de 47 países que transportaban agua potable, alimentos y medicamentos con el objetivo de romper el bloqueo que Israel mantiene sobre Gaza desde 2007.

Dio inicio a la conferencia de prensa la presidenta de la Federación de Entidades Argentino Palestinas y del Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino, Tilda Rabi, quien aseveró: “Este momento es especial, no solo por nuestros presos y secuestrados, sino por lo que se está viviendo en el mundo y más que nada nuestros hermanos gazatíes. Pero quiero celebrar la diversidad y pluralidad que nos reúne aquí hoy, ya que nuestro pueblo lleva más de 80 años intentando liberarse, los abrazo por tener un frente por y para Palestina”. “¡Venceremos desde el río hasta el mar!”, concluyó.

Luego, Felipe Bertola, hijo de Carlos “Cascote” Bertola, agradeció a todas las organizaciones que se hicieron presentes: “En este momento que toca vivir como familiar, sabiamos lo que estaba haciendo Cascote: llevando ayuda humanitaria a un pueblo que esta sufriendo un genocidio. Sabíamos que era una situación complicada pero el apoyo popular y de la gente que se acercó a abrazarnos. Esto habla un poco de lo que es el pueblo argentino: solidario. Si somos solidarios entre nosotros debemos solidarizarnos con el pueblo palestino”.

“No es casual que mi padre haya emprendido el viaje hacia Gaza a fines de octubre, ya que mi viejo empezó a militar a finales de los 90 cuando se encuentra con su identidad como hijo de desaparecidos, cuando integra la agrupación HIJOS La Plata y cuando se encuentra con su apodo Cascote que asi le decian mis abuelos. Militó contra el neoliberalismo en Argentina, hoy es Dirección Nacional de la Corriente NuestraPatria e integra el Frente Popular Patria y Futuro, organizaciones que han levantado la causa del pueblo palestino historicamente”, prosiguió Felipe y agregó: “Gracias a sus conocimientos prácticos en la náutica, a Cascote lo invitaron a capitanear el barco Estrella Manuel, que llevaba medicamentos. La tripulación tenía 12 integrantes y hace una semana, tras el secuestro que sufrieron a manos del régimen israelí que no sabemos nada de él, ni Celeste, ni el resto de la tripulación lo que pedimos es la vuelta rápida y deportación a Argentina de los compañeros”.

En tal sentido, Gabriela, la hermana de Celeste Fierro, sostuvo: “Desde que tengo memoria que Celes sale a luchar contra las injusticias. Espero que pronto estén todos de vuelta, no pierdo las esperanzas”. Y culminó: “Ojalá que Palestina sea libre y que el trabajo de la flotilla no sea en vano”. También se compartió un audio de la familia de Ezequiel Peressini, pidiendo por la pronta liberación de él y todos los detenidos.

Los familiares denunciaron que se trató de un nuevo acto violatorio del derecho internacional, en el que se criminalizó una acción humanitaria bajo el pretexto de “amenaza a la seguridad”. La Flotilla de la Libertad, como se la conoce internacionalmente, fue atacada previamente con drones y hostigada por el propio ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir, quien difundió videos recorriendo el lugar donde permanecen detenidos los tripulantes y tratandolos de “terroristas”.

Durante la conferencia se enfatizó la necesidad de una respuesta diplomática firme por parte del Estado argentino y de la comunidad internacional para garantizar la libertad y la integridad física de las y los detenidos. Las y los presentes remarcaron que la criminalización de esta misión humanitaria forma parte de la política sistemática de persecución contra quienes denuncian el genocidio del pueblo palestino.

Un joven palestino de Gaza que actualmente reside en Argentina, Abdallah El Tibi, tambien estuvo presente y sostuvo: “Antes que todo debemos exigir en una sola voz la inmediata liberación de todos y todas las compañeras secuestradas por la ocupación, y que han sido maltratadas dentro de las cárceles y obligadas a besar la bandera de la ocupación (israelí)”

Esto último se condice con lo que declaró Ersin Celik, un periodista turco que fue secuestrado en la Flotilla Global Sumud, y posteriormente dado en libertad. “Greta Thunberg fue golpeada, obligada a arrastrarse y besar la bandera israelí, y arrastrada por el cabello frente a todos”, detalló Celik. Son varios los liberados de la flotilla que están manifestándose en el mismo sentido sobre que los secuestrados están con poca agua y comida y en malas condiciones.

En paralelo, el joven palestino recordó: “todo el genocidio, los 70.000 muertos, los más de 20.000 niños que fueron asesinados”. Apuntó contra el ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben-Gvir, quien dice que “todos en Gaza son terroristas y dice lo mismo de la flotilla pero en realidad el gran terrorista es él y todo su gobierno”. Al cierre de su intervención llamó a movilizar por Palestina y por el cese del genocidio mañana 7 de octubre a las 17 horas en el Congreso de la Nación.

Por su parte, Fernanda Pereyra -integrante del Comité en Solidaridad con el Pueblo Palestino, Dirección Nacional de la Corriente NuestraPatria y abogada de la Asociación contra la Violencia Institucional- cerró la conferencia y detalló: ”Desde el inicio de nuestra organización en los años 90, tenemos la bandera de la causa palestina, la soberanía y la autodeterminación de los pueblos del mundo como columnas vertebrales de nuestra militancia”.

Finalmente, el acto concluyó con un llamado a sostener la movilización que sucederá mañana 7 de octubre a las 16:30 horas desde el Congreso de la Nación a Plaza de Mayo por la inmediata liberación de todos los integrantes de la Flotilla Global Sumud. Como expresaron los familiares, esta lucha “no es solo por nuestros compañeros, sino por la dignidad de todos los pueblos que enfrentan la ocupación, el silencio y el cese del genocidio”. 

Escritoras argentinas que incomodan 

Escritoras argentinas que incomodan 

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En la literatura argentina actual, varias escritoras se encuentran desarmando los mitos que rodean al cuerpo femenino y la maternidad. Agustina Bazterrica, Mariana Enriquez, Samanta Shweblin y Ariana Harwicz escriben desde el borde: narrando el no deseo de ser madre, el cuerpo como aquel campo de batalla. En estas obras, la maternidad no es redención, sino conflicto, el cuerpo no es templo, sino un territorio de control, violencia y resistencia. 

 

¿Sobre qué escriben estas autoras?

A través de géneros como el horror, la distopía, el gótico y el realismo psicológico estas autoras construyen universos donde lo femenino no es idealizado, sino expuesto con crudeza, belleza y contradicción. Escriben sobre aquello que la sociedad prefiere no mirar: el aborto, el deseo de no maternar, la violencia obstetrica, el duelo gestacional, el deseo de desaparecer. En lugar de esconder, exponen. En lugar de suavizar, raspan. En lugar de idealizar, cuestionan.

Agustina Bazterrica utiliza la distopía para hablar del cuerpo como mercancía y del control biopolítico sobre la reproducción. En sus mundos, el cuerpo femenino es vigilado, intervenido, sacrificado. La maternidad aparece como un privilegio regulado, como una función impuesta por estructuras de poder que deshumanizan. Bazterrica no suaviza: su prosa es quirúrgica, directa y por eso duele.

Tomando Cadáver Exquisito, Bazterrica plantea un mundo distópico en el cuál el cuerpo humano es presentado como carne, es mercancía: “La carne humana no tiene alma” dice uno de sus personajes, un universo en donde la ética ha sido reemplazada por la eficiencia del consumo. En Las Indignas, la autora lleva esa lógica al terreno de la reproducción: las mujeres viven bajo un régimen religioso que decide quién puede gestar y quien no.

Mariana Enriquez, desde el horror gótico y lo sobrenatural, retrata mujeres que sangran, que desaparecen, que se enfrentan a lo monstruoso dentro y fuera de sí. En Nuestra parte de noche, el linaje materno está atravesado por el sacrificio y la violencia. La maternidad no es redención: es una herencia maldita, es el cuerpo que transmite el dolor. Enriquez escribe con una belleza oscura, donde a través de lo siniestro revela lo que la sociedad prefiere esconder.

El cuerpo materno no es sagrado: es vulnerable, es explotado, es temido. “La maternidad es una forma de posesión”, escribe Enriquez y es a través de esa frase que condensa su mirada sobre el vínculo materno-filial como un espacio de ambigüedad y violencia

Samanta Schweblin, en “Distancia de rescate”, construye una maternidad paranoica, en donde el vínculo de madre-hija está atravesado por el miedo ambiental y la amenaza invisible. El género fantástico le permite narrar la fragilidad del cuerpo, la angustia del cuidado, la imposibilidad de proteger. Su estilo es contenido, pero la tensión subterránea lo vuelve explosivo.

En este mismo libro se muestra a una narradora que vive en constante alerta, como si la maternidad fuera una trampa que puede estallar en cualquier momento “¿Cuánto falta para que se rompa el hilo?”, pregunta obsesivamente, refiriéndose al vínculo que la une a su hija.

Ariana Harwicz, en La débil mental y Matate, amor, rompe con toda corrección. Sus protagonistas son madres que odian, que desean escapar, que viven la maternidad como una condena. El realismo psicológico se convierte en grito, en vomito, en desgarro. Harwicz escribe desde el exceso, desde el borde, y por eso incomoda.

En Matate, amor, la protagonista es una madre que odia a su hijo, que desea escapar, que vive la maternidad como una condena “Estoy harta de ser madre, de ser mujer, de ser cuerda”, grita en uno de los pasajes más crudos.

De esta manera, estas autoras convierten al borde en el centro. Usando los géneros que históricamente fueron considerados menores o periféricos para narrar lo que la literatura tradicional no se atrevía a decir. Lo hacen con crudeza, pero con una belleza que nace de la verdad, de la necesidad de decir.

Lo que esta literatura revela

Estas narrativas no son solo ficciones: son el espejo de una realidad que muchas mujeres viven. En Argentina, la violencia obstétrica sigue siendo una problemática grave. Según la Ley 25.929 de Parto Humanizado, toda mujer tiene derecho a un parto respetado, pero su implementación efectiva es baja. Las denuncias más frecuentes incluyen trato deshumanizado, abuso de medicación y falta de consentimiento informado.

Además, el acceso al aborto legal, seguro y gratuito —garantizado por la Ley 27.610— aún enfrenta obstaculos en muchas provincias. La maternidad obligada, el estigma sobre el deseo de no maternar y el control sobre los cuerpos gestantes siguen siendo parte del paisaje social.

Según datos recopilados por REDAAS, en 2019 se realizaron 8.388 interrupciones legales del embarazo (ILE) en CABA, 5.028 en la Provincia de Buenos Aires en el primer semestre de 2020 y 2.138 en Santa Fe en 2018. Pero cinco provincias —Formosa, Corrientes, Tucuman, Santiago del Estero y San Juan— aún no adhieren al protocolo nacional, lo que limita el acceso efectivo al derecho.

Sumado a esto también se puede ver el acoso hacía las mujeres, que es una realidad persistente en Argentina. Según el Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación, en 2024 se registraron más de 2.500 denuncias por acoso sexual en espacios públicos y laborales.

Esto no es solo físico: es también simbólico, estructural, cotidiano. Es el control sobre cómo se viste una mujer, cómo se mueve, cómo habla, cómo se relaciona con su cuerpo. Y es precisamente ese control el que las autoras desarman y exponen en sus obras.

Leer estas obras no es solo un ejercicio estético: es una forma de tomar conciencia. De entender que el cuerpo femenino no es un territorio neutral, sino uno atravesado por mandatos, violencias y silencios. La literatura puede ser una herramienta para visibilizar, para incomodar, para transformar, abriendo de esta manera el diálogo a maternidades diversas, cuerpos disidentes y narrativas que incomodan porque dicen la verdad.

Decir que las autoras convierten el borde en centro significa mostrar de frente lo que la sociedad prefiere dejar en la sombra. Porque a veces, el horror no está en los monstruos, sino en aquellos mandatos que obligan a callar.

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