Kicillof dio una clase pública en la Casa de las Madres en defensa de su universidad

Kicillof dio una clase pública en la Casa de las Madres en defensa de su universidad

TIEMPO DE LECTURA: 3 min.

La UNMA fue intervenida a fines de julio por el Gobierno nacional con el argumento de “regularizar la situación institucional”. Desde ese día, la rectora Cristina Caamaño fue removida, hecho que se le sumó al previo desfinanciamiento como señales de ataques directos por parte del oficialismo.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, dictó una clase pública en la sede de La Casa de las Madres presentada bajo el título “La autonomía de la Universidad de las Madres se defiende”, en defensa a la institución que dejó de ser financiada por el actual Gobierno nacional de manera discriminatoria por sobre las demás universidades, y que luego fue intervenida con la remoción de su rectora Cristina Caamaño.

Junto a dicha rectora, y a las Madres de Plaza de Mayo Josefa de Fiore y Carmen Arias, el gobernador expuso una clase magistral en donde, a grandes rasgos, distinguió la búsqueda de fondo del gobierno en las acciones realizadas contra la institución, en contraposición de lo que los dirigentes alegan. “La Universidad de las Madres de Plaza de Mayo está bajo ataque por parte del Gobierno nacional y no nos sorprende, ya que no solo es un ícono del sistema universitario argentino, sino que, además, es sinónimo de la lucha por la memoria, la verdad y la justicia”, aseguró en esa línea.

La Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo (UNMa) dejó de percibir la totalidad de los fondos correspondientes desde el mes de enero, por lo que tanto docentes como no docentes trabajan desde aquel momento sin percibir su salario. Luego, a fines de julio, con el argumento de “situaciones irregulares” dentro de la institución, en donde entraron justificativos de todo tipo como porcentajes de recibidos (la institución funciona desde 2020 y tiene meses como universidad nacional), o la misma elección realizada en septiembre, en donde Caamaño ganó en una votación normal de claustro educativo.

Ante esta situación, el gobernador Kicillof llevó adelante esta clase en donde dejó varias definiciones sobre lo que consideró “una lucha” tanto por la propia universidad que representa la identidad de la lucha por la memoria, como por el sistema público universitario en general: “Esta embestida no es contra un edificio, sino contra nuestra historia y contra todo lo que representa el sistema universitario nacional: les molesta que siendo pública, autónoma y gratuita sea un ámbito académico de excelencia”.

“El problema central es que (la universidad) no expresa lo que el Gobierno nacional quiere para la Argentina, ya que la universidad pública es fundamental sólo si se apunta a un país que apuesta por el desarrollo y la inclusión”, aseguró el gobernador, quien también abrió el abanico hacia el sector del radicalismo, en conmemoración de la ley de 1918 que, precisamente les otorgó la autarquía para decidir sus situaciones institucionales de manera independiente al Gobierno nacional, por lo que el propio gobierno actualmente realiza esta intervención de manera ilegal.

En referencia al radicalismo, Kicillof llamó a recordar a la memoria de este partido que “supo ser nacional y popular” en contraposición con los legisladores que actualmente representan a esa facción, y que, en la última semana dieron vuelta su postura ante el proyecto de ley que le otorgaba una recomposición salarial al sector jubilatorio.

Por su parte, Caamaño resaltó que, pese a que “la universidad está pasando por momentos difíciles, celebrar estos encuentros reafirma nuestra voluntad de resistencia, convencidos y convencidas de que no vamos a dar ni un paso atrás”.

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Francisco y los movimientos populares: un encuentro contra el capitalismo salvaje

Francisco y los movimientos populares: un encuentro contra el capitalismo salvaje

TIEMPO DE LECTURA: 13 min.

Se cumplen 10 años del primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares. Iniciativa conjunta entre las organizaciones populares del mundo y el vaticano. Un hecho transcendental para entender el pasado reciente de los movimientos populares y el rol del papa argentino. Esta nota iba a ser sólo un racconto, pero siempre Francisco tiene el ancho en la manga. 

Los primeros encuentros: el envión

“Este encuentro nuestro responde a un anhelo muy concreto, algo que cualquier padre, cualquier madre quiere para sus hijos; un anhelo que debería estar al alcance de todos, pero hoy vemos con tristeza cada vez más lejos de la mayoría: tierra, techo y trabajo. Es extraño, pero si hablo de esto para algunos resulta que el Papa es comunista. No se entiende que el amor a los pobres está al centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo, eso por lo que ustedes luchan, son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social de la Iglesia”.

Con estas palabras, el 28 de octubre de 2014, el recientemente ungido papa Francisco recibía en el vaticano a representantes de los movimientos populares del mundo. El Aula Vieja del Sínodo, oficiaba de recinto para una instancia que explicitaría la marca de este nuevo papado: el diálogo entre las organizaciones populares y el sumo pontífice. 

Esos días de octubre se realizaba el primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares, una cumbre global de las organizaciones de los excluidos. Una instancia de intercambio entre quienes luchan contra las desigualdades en cada rincón del planeta, sin importar credo. Un diálogo interreligioso, intercultural y profundamente político. Allí, referentes de los cinco continentes, involucrando a decenas de países, liderazgos nacionales como Evo Morales y experiencias de organización popular: la CTEP, ahora UTEP, y su proyecto político sindical, el MST brasilero, y las organizaciones campesinas africanas y sus luchas por el acceso a la tierra, entre otros. Casi una internacional de los movimientos populares. 

“Pese a esto, a esta cultura del descarte, a esta cultura de los sobrantes, tantos de ustedes, trabajadores excluidos, sobrantes para este sistema, fueron inventando su propio trabajo con todo aquello que parecía no poder dar más de sí mismo… pero ustedes, con su artesanalidad, que les dio Dios… con su búsqueda, con su solidaridad, con su trabajo comunitario, con su economía popular, lo han logrado y lo están logrando…. Y déjenme decírselo, eso además de trabajo, es poesía.”

La convocatoria nacía de la iniciativa de dirigentes eclesiales, entre los que se destacaba la figura del cardenal ghanés Peter Turkson, integrante del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano e Integral, actor clave para entender la interacción entre los movimientos populares y la institución vaticana; como también la participación de dirigentes sociales como Juan Grabois (MTE) y Joao Pedro Stedile (MST-Brasil).

Los movimientos cerrarán ese primer evento con un documento donde se expondrán los principales debates y líneas rectoras del trabajo de todas las organizaciones participantes. Un lema (las 3T), la identificación del sujeto histórico (los excluidos del mundo) y una agenda (reforma agraria del siglo XXI, respeto la ecología integral y la casa común, la integración sociourbana y la economía popular-comunitaria). 

“Repitamos junto al papa: ¡Tierra, Techo y Trabajo son derechos sagrados! ¡Ningún trabajador sin derechos! ¡Ninguna familia sin viviendas! ¡Ningún campesino sin tierra! ¡Ningún pueblo sin territorio! ¡Arriba los pobres que se organizan y luchan por una alternativa humana a la globalización excluyente! ¡Larga vida al Papa Francisco y su Iglesia pobre para los pobres!”.

En el segundo EMMP, realizado en julio de 2015 en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), el discurso de Francisco rondará en la crítica a la economía de exclusión y reivindicará la lucha y la organización cotidiana de los trabajadores de la economía popular: 

“En este camino, los movimientos populares tienen un rol esencial, no sólo exigiendo y reclamando, sino fundamentalmente creando. Ustedes son poetas sociales: creadores de trabajo, constructores de viviendas, productores de alimentos, sobre todo para los descartados por el mercado mundial”.

En referencia directa a los diez mandamientos religiosos, los movimientos lanzan su decálogo:  impulsar y profundizar el proceso de cambio; vivir en armonía con la madre tierra; defender el trabajo digno; mejorar nuestros barrios y construir viviendas dignas; defender la tierra y la soberanía alimentaria; construir la paz y la cultura del encuentro; combatir la discriminación; promover la libertad de expresión; poner la ciencia y la tecnología al servicio de los pueblos; rechazar el consumismo y defender la solidaridad como proyecto de vida

El evento permeaba en las organizaciones y en casos como en Argentina, en diciembre de 2015, se realizará una réplica nacional en el Santuario de los Santos Latinoamericanos en Lomas de Zamora, que contó con la participación de organizaciones de la Economía Popular y algunos sectores del sindicalismo, tejiendo una incipiente articulación social y política en vísperas de la asunción del gobierno de Mauricio Macri. 

En noviembre de 2016 el tercer EMMP se realizará nuevamente en el Vaticano; y contará con la participación de delegados de 67 países. Allí Francisco alertará sobre los riesgos que corren los movimientos populares al vincularse con la política: el corromperse y el encorsetarse. En relación a esto último afirmaba:

Primero, no dejarse encorsetar, porque algunos dicen: la cooperativa, el comedor, la huerta agroecológica, el microemprendimiento, el diseño de los planes asistenciales… hasta ahí está bien. Mientras se mantengan en el corsé de las «políticas sociales», mientras no cuestionen la política económica o la política con mayúscula, se los tolera. Esa idea de las políticas sociales concebidas como una política hacia los pobres, pero nunca con los pobres, nunca de los pobres y mucho menos inserta en un proyecto que reunifique a los pueblos a veces me parece una especie de volquete maquillado para contener el descarte del sistema. (…) Así la democracia se atrofia, se convierte en un nominalismo, una formalidad, pierde representatividad, se va desencarnando porque deja afuera al pueblo en su lucha cotidiana por la dignidad, en la construcción de su destino. Ustedes, las organizaciones de los excluidos y tantas organizaciones de otros sectores de la sociedad, están llamados a revitalizar, a refundar las democracias que pasan por una verdadera crisis. No caigan en la tentación del corsé que los reduce a actores secundarios, o peor aún, a meros administradores de la miseria existente. 

Al cierre del encuentro, se ampliaría el decálogo de 2015 a 41 mociones vinculadas a las diversas problemáticas de los movimientos populares en los distintos países partícipes. Entre ellas, la exigencia por la liberación de Milagro Sala, la sanción de la Emergencia Social, rechazamos la apropiación ilegítima de tierras y lagos de la Patagonia Argentina, especialmente los casos de Lago Escondido. Todas ellas se dirigían a “las autoridades Nacionales Correspondientes, al Papa Francisco y a los pueblos as nuestros países”.

Estos tres encuentros marcarán una primera etapa en este camino conjunto entre las organizaciones populares y la autoridad vaticana. En Argentina tendrá un fuerte impacto, que va más allá de los señalamientos sobre los voceros del papa o los piqueteros de Francisco, comenzará a extenderse al interior del mundo político, sindical, militante, un reconocimiento en la figura de Francisco de un gran denunciador de las grandes injusticias sociales y un apoyo a su tarea militante cotidiana (en muchos casos esto también involucrará una apertura hacia la fe). Un dirigente popular, dirá a quien escribe: “Francisco evangelizó a los movimientos populares”, y algo de eso había. 

 

EMMP en la (pos)pandemia

Luego de un bache extendido por la aparición del COVID-19, que expondría las grandes desigualdades y empujaría al recrudecimiento de las condiciones sociales y económicas globales, en 2021 se llevaría adelante un cuarto encuentro bajo la modalidad virtual. La participación de Francisco vendrá a sintetizar las grandes problemáticas del escenario pospandémico:

En estos meses muchas cosas que ustedes denunciaban quedaron en total evidencia. La pandemia transparentó las desigualdades sociales que azotan a nuestros pueblos y expuso —sin pedir permiso ni perdón— la desgarradora situación de tantos hermanos y hermanas, esa situación que tantos mecanismos de posverdad no pudieron ocultar. Muchas cosas que dábamos por supuestas se cayeron como un castillo de naipes. (…) En muchos países los Estados reaccionaron. Escucharon a la ciencia y lograron poner límites para garantizar el bien común y frenaron al menos por un tiempo ese “mecanismo gigantesco” que opera en forma casi automática donde los pueblos y las personas son simples piezas. 

A su vez señalará otras problemáticas profundizadas por la pandemia y la implementación del aislamiento social: la crisis alimentaria, la hiperconectividad y sus consecuencias en niños y adolescentes, entre otras. Allí también rescatará la labor socio-comunitario de las organizaciones en ese contexto, y cuestionará fuertemente a las grandes corporaciones, a las cuales exhortará a abandonar sus dinámicas de destrucción, explotación y manipulación de la naturaleza y la humanidad. A lo que se sumará la reivindicación de las demandas de las organizaciones por el salario básico universal y la reducción de la jornada laboral.

Nuevamente los movimientos populares sintetizaban sus reflexiones a partir del diálogo con Francisco para este nuevo tiempo (pos)pandémico en un documento titulado “salvemos a la humanidad y al planeta”, donde enumeraban un pliego de exigencias inmediatas de alcance universal, entre las que aparecían la gratuidad de los sistemas sanitarios, la liberación de patentes de vacunas, el salario universal, una reforma agraria popular, suspensión del extractivismo y el ecocidio, la condonación de las deudas externas de los países en desarrollo, etc. 

 

Una década después: más que una celebración

Hoy a las 5 HS argentina, se llevó adelante la celebración a diez años del primer EMMP, en el Vaticano. Un nuevo diálogo en un mundo incierto, más injusto, más violento y más impune que el de 2021. Pareciera que las exigencias de los movimientos populares de aquel último encuentro poco impacto tuvieron en las dirigencias políticas y empresariales del mundo.

No sé si es por la ausencia de discursos que interpelen, la baja moral o la falta de lectura política, pero cuando puse la transmisión en vivo, no esperaba encontrarme con una intervención que obligaría a modificar una nota que planeaba ser un racconto de los EMMP pasados. Tamaña ingenuidad, si hasta aquí cada encuentro entre Francisco y los movimientos populares había sido una continuidad de reflexiones, desafíos y un epicentro de la denuncia de las injusticias del mundo.

El cronograma marcaba que sería el propio Francisco quien diera inicio a la actividad, pero por alguna razón la transmisión arrancó con las intervenciones de distintos dirigentes sociales. La representación argentina estaba a cargo de Alejandro “Peluca” Gramajo, secretario general de la UTEP. Estaba exponiendo sobre el proceso de sindicalización de la economía popular, cuando fue interrumpido por un murmullo. Por la puerta ingresa Juan Grabois, y detrás en su silla de ruedas, el sumo pontífice asomaba a la reunión. Su llegada se había demorado ya que se encontraba en otra actividad con estudiantes católicos. En la transmisión parece que Grabois le comenta a Peluca que suspenda su alocución para dar lugar al santo padre, y luego continúe. Un gesto en la mano de Francisco da a entender la indicación de que el dirigente argentino continue con su intervención. Luego habría momento para las palabras del jefe vaticano. 

Me hicieron ver una represión, hace una semana o un poco menos, quizás. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. Y no tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas. No, no. El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía. Ténganlo en cuenta a eso, eh”

Los medios argentinos ya están inundados con la noticia, “el papa cuestionó la represión del gobierno de Milei” y ya salieron los que lo acusan de “estar lejos”, como si eso fuera una limitante para referirse a un país que habitó y caminó más de 70 años.

La labia de Francisco, el recursero de ejemplos de su historia en Argentina, se entrelazan con una profundidad política, para señalar con gran simpleza, los graves problemas que atraviesan al mundo entero. Hay algo en la habilidad discursiva del papa, que los argentinos nos permiten interpretar sus aseveraciones en una doble dimensión, nacional y global; más ahora cuando la Argentina se ha convertido en el experimento del capitalismo salvaje, desigual e inhumano, llevado al extremo. El papa le habla al mundo, pero no podemos evitar pensar que todo nos lo dice a nosotros.

“El diablo entra por el bolsillo” dice. Habla de la avaricia de los ricos, cuestiona la presión que ejercen sobre los gobiernos, cuestiona la lógica del lucro y la acumulación de riqueza. Un mensaje al mundo, un mensaje contra el discurso gubernamental argentino.

“Avanza una forma perversa de ver la realidad, una forma que exalta la acumulación de riqueza como si fuera una virtud. Les digo, no es una virtud, es un vicio. Las riquezas son para compartir, para crear, para fraternizar. Acumular no es virtuoso, distribuir sí lo es. Jesús no acumulaba, sino que multiplicaba y sus discípulos distribuían”. 

Un mensaje al mundo, un mensaje a la caricatura capitalista que conduce la Argentina.

“Las ideologías deshumanizadas promueven una cultura muy fea, la cultura del ganador; que es un aspecto de la cultura del descarte. Algunos llaman a esto “meritocracia”, otros no la nombran, pero la practican. Es gente que parada sobre ciertos éxitos mundanos se siente con el derecho de despreciar en forma altanera a los perdedores. Es paradójico que muchas veces las grandes fortunas poco tienen que ver con el mérito: son rentas, herencias, son fruto de la explotación de personas y expoliación de la naturaleza, son producto de la especulación financiera o la evasión impositiva, derivan de la corrupción o el crimen organizado.” 

Un mensaje contra la cultura chad, contra las bravuconadas que hegemonizan nuestras redes sociales y desbordan los vínculos sociales; contra la felación reverencial, absurda y grotesca por los billonarios, esa cultura que destruye la cabeza de los pibes que solo quieren hacer guita. 

“La cobardía lleva a muchos políticos a cambiar sus convicciones por sus conveniencias. Pasaron por la amansadora de grandes medios, las redes sociales, tuvieron miedo y claudicaron. Adoptaron entonces posturas serviles frente a los económicamente poderosos. Renegar de los ideales nobles y generosos para servir al dios dinero o el poder es una gran apostasía. No pasa solo con los políticos, sino con actores sociales, sindicales, artistas, intelectuales, también con los curas. Dicen que la sotana tiene unos bolsillos enormes…Caer en gracia a los dueños del poder real trae ventajas, ayuda a trepar, ese verbo no se lo olviden, en esa pirámide burocrática del poder formal, pero es una traición. Los que trepan y trepan llegan arriba, y cuando están arriba muestran el trasero. Esa es la esencia de la corrupción.” 

Cuanto más alto trepa el monito, así es la vida, el culo más se le ve, en jerga ricotera. Un mensaje al mundo corrompido, a los dirigentes guardados, a los vendidos y a los resignados. 

Suma su denuncia el extractivismo de los recursos naturales de la Argentina, la trata de personas, se indigna por el avance de las apuestas deportivas y le pide “a los empresarios de la tecnología informática, de las plataformas digitales, de las redes sociales, que dejen la arrogancia de creer que están por encima de la ley.” Mensaje para los impunes del mundo, y para los ídolos, cuasi próceres, de algunos. 

“Sigan combatiendo la economía criminal con la economía popular. No sé si es lícito hablar de economía popular, yo creo que sí. Y si es una cosa que nadie entiende, pónganla en marcha para que la entiendan. No aflojen, por favor”. 

Un mensaje para los pueblos del mundo, para las organizaciones populares en cada rincón del planeta; para que se le pongan los pelos de punta a varios. Expresa su reivindicación de la agricultura familiar (recuerda el conflicto del proyecto Artigas con Etchevere en Entre Ríos), destaca la organización popular frente al capitalismo de exclusión, la lucha contra un mundo que legitima la opresión, la desigualdad y la violencia; e incentiva a seguir por este camino:

Aquel día en Roma plantamos una bandera: Tierra, techo y trabajo son derechos sagrados. (…) La misión de ustedes es transcendente, si el pueblo pobre no se resigna, el pueblo se organiza, persevera en la construcción comunitaria cotidiana y a la vez lucha contra las estructuras de injusticia social, más tarde o más temprano, las cosas cambiarán para bien. (…) Ustedes salieron de la pasividad y el pesimismo…no aceptaron ser víctimas dóciles, se reconocieron como sujeto, como protagonistas de la historia. Este es el aporte más lindo de ustedes. Ustedes no se achican, ustedes van al frente. (…) No solo protestan -que está muy bien protestar, eh- sino que realizan innumerables obras, incluso desde la más absoluta precariedad de los medios, a veces sin ninguna ayuda del Estado y otras, perseguidos. Los acompaño en su camino, sigo creyendo, como les dije en Bolivia, que la acción comunitaria de los pobres de la Tierra, depende no sólo su propio futuro sino tal vez el de toda la humanidad.

Una caricia al alma, en momentos donde nuestro país atraviesa la envestida del anarcocapitalismo, donde se foguea, brota, se legitima y se reverencia la acumulación de riqueza como bien superior y fin último. Cuando parece que hablar de justicia social y de amor al prójimo es un cliché retardatario; cuando las dirigencias amansadas y temerosas no asoman cabeza; cuando asoman discursos que estigmatizan a los propios, a la organización de los pobres, como administración y gerencia de la pobreza; en estos tiempos donde falta creatividad, se gasta el cassette, se hace el vacío y reina la desmoralización, vayamos hacia Francisco. Hoy más que nunca, faro espiritual y político que marca el camino hacia un mundo con justicia social, un mundo que no se suicide. 

Le habla al mundo, pero sentimos que nos habla a nosotros. Hoy aparece Francisco; una caricia al alma, un cachetazo a la resignación, una gambeta al sálvese quien pueda.


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Laureano González

Sociólogo y docente. Ricotero, tripero y peronista, porque no se puede ser feliz en soledad.

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