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Analizarán los proyectos y buscarán acuerdos para llegar a un texto de consenso que contemple llevar las 48 horas semanales de la actualidad a 36 horas por semana o un máximo de 6 horas diarias.

En Cámara de Diputados, el oficialismo buscará avanzar el próximo miércoles 4 a las 16 horas con el análisis de los proyectos de reducción de la jornada laboral y tendrá como objetivo encontrar acuerdos para llegar a un texto de consenso que contemple llevar de las actuales 48 horas semanales a 36 horas por semana o un máximo de 6 horas diarias.

El debate comenzó la semana pasada en la Comisión de Legislación del Trabajo, cuya presidenta, Vanesa Siley del Frente de Todes (FdT), recalcó en el inicio de la reunión que sería la primera pero no la última e informó que “la CGT va a estar presente en la reunión y también algunas cámaras empresariales que pidieron participar”.

En este sentido, fuentes parlamentarias no descartaron que la central obrera sea citada para la tarde del miércoles 4 para exponer sobre la iniciativa. De todos modos, la comisión mantendrá otras reuniones más para avanzar ya con los diputados en el análisis de un texto de consenso.

Cabe recordar que en Argentina la jornada laboral se rige por la Ley 11.544 del año 1.929, que fija 48 horas semanales como máximo, es decir 8 horas por día incluyendo los sábados. Sin embargo, “el promedio es de 34 a 36 horas semanales”, advirtió Juan Manuel Ottaviano, abogado laboralista. “La reducción de la jornada máxima legal viene a convalidar un proceso económico que se dio a lo largo de todo el siglo veinte respecto de la distribución de los tiempos de trabajo, no viene a generar algo nuevo”, simplificó el abogado.

De esta manera, el oficialismo ya trabaja en un borrador que toma como fundamento a siete proyectos presentados por diputados de diferentes bloques y que trata de implementar que la duración de la jornada laboral diurna salubre no podrá exceder de seis horas diarias o 36 semanales. De esas propuestas, cinco corresponden al oficialismo, presentadas por Claudia Ormaechea, Hugo Yasky, Sergio Palazzo, Eduardo Valdés y Mónica Litza, y dos de legisladores de la oposición, impulsados por el socialismo, mediante Enrique Estévez y de Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda.

Además, el boceto señala que “la limitación de la jornada de trabajo no tendrá vigencia cuando se apliquen los horarios rotativos del régimen de trabajo por equipos. Cuando se alternen horas diurnas con nocturnas se reducirá proporcionalmente la jornada en 12 minutos por cada hora nocturna trabajada o se pagarán los 12 minutos de exceso como tiempo suplementario”.

Por otra parte, el escrito aclara: “En caso de que la autoridad de aplicación constata el desempeño de tareas en condiciones de insalubridad, intimará previamente al empleador a adecuar ambientalmente el lugar, establecimiento o actividad para que el trabajo se desarrolle en condiciones de salubridad dentro del plazo razonable que a tal efecto determine”. De igual manera el texto señala que “las reducciones de las jornadas máximas de trabajo establecidas por la presente ley no podrán llevar aparejada reducción o supresión alguna en la remuneración de los trabajadores”.

Cabe recordar que la iniciativa cuenta con el aval de la ministra de Trabajo, Raquel “Kelly” Olmos y al respecto la semana pasada expresó: “Nosotros promovemos que, de adoptarse una modificación hacia la reducción de la cantidad máxima de horas de trabajo autorizadas semanalmente, se haga de manera escalonada”. “No se puede hacer de un día para el otro porque tiene que haber un horizonte de previsibilidad en relación a esa modificación”, aclaró la titular de la cartera laboral.

En este sentido, Olmos destacó que, si se opta “por un mecanismo de reducción, estaríamos impulsando una redistribución más adecuada de la productividad alcanzada, aportando al concepto de justicia social”. “Si uno ve el mapeo mundial no hay una posición común como tampoco hay un desarrollo homogéneo entre los países”, agregó la ministra.

Por su parte, Ormaechea, autora de una de las iniciativas, recalcó la importancia de avanzar en la reducción de la jornada laboral y señaló que ese tipo de debates se dieron “en todo el mundo con pruebas pilotos con resultados muy favorables”. “Esta ley va a mejorar la distribución de los puestos de trabajo y en algunos sectores también la creación de puestos”, concluyó.

El legislador oficialista Eduardo Valdés, otro de los autores, advirtió que “los países de mejor índice de Gini son los que redujeron el horario laboral, como Noruega, Dinamarca y Alemania” y agregó que esas modificaciones también son discutidas “por la derecha inglesa”, algo que a su entender prueba que no se trata de una cuestión “ideológica”.

Si bien la mayoría de los gremios se mostraron a favor de la reducción de la jornada laboral en el inicio del debate, recientemente se conoció que, desde la Cámara Argentina de Comercio, su presidente Mario Grinman, señaló su postura en contra de la iniciativa, y aseguró que no es el momento para tratarlo. En consonancia, desde la Unión Industrial Argentina también se expresaron en contra. El vicepresidente del departamento de Política Social del ente indicó: “Yo limito la jornada para que trabaje menos, ¿para qué? ¿O sea, está mal trabajar, estamos en contra del trabajo? ¿Para qué, para ir afuera a hacer qué? Por supuesto la vida familiar es absolutamente importante, pero esto ya se debatió internacionalmente. El límite dispuesto por la OIT es de 8 horas diarias o 48 horas semanales”.

Pese a los últimos dichos, el debate por la reducción de la jornada laboral es una discusión que se está dando en el mundo y en algunos países ya están en marcha pruebas piloto para determinar su efectividad para el mundo del trabajo. En este sentido, Argentina se encuentra dentro de los países de Nuestra América con jornadas de trabajo más extensas, cerca de países como Mongolia o Pakistán, en los que la carga horaria semanal supera las 50 horas.

Cabe destacar que algunos países de la Patria Grande ya establecieron reducciones de la jornada laboral: Ecuador tiene 40 horas semanales de trabajo y ocho como máximo diarias, al igual que Chile y Venezuela, mientras que Brasil, El Salvador, Honduras, Cuba y República Dominicana, se limitaron a 44 horas semanales y ocho diarias.

También hay países europeos que han disminuido la semana laboral. Australia, Dinamarca, Holanda y Noruega por ejemplo, desarrollan semanas laborales que van desde las 30 a las 35 horas. En Suecia, hay una prueba piloto, que incorporó la jornada laboral de seis horas diarias, tanto en instituciones públicas y privadas de servicios, con resultados efectivos. 

En Reino Unido, se implementó la prueba piloto para incorporar la semana laboral de 4 días, la propuesta estuvo basada en el modelo conocido como 100-80-100, que consiste en mantener el 100% del salario, reducir el 80% de la jornada laboral y mantener, al menos, el 100% de la productividad.

En los últimos años la productividad laboral mejoró pero no se incrementaron las horas de trabajo, porque justamente ese tiempo no depende exclusivamente de la intensificación laboral. De esta forma el debate que se abrió, a partir de la discusión parlamentaria, permite enriquecer la mirada sobre el trabajo y la distribución del ingreso laboral en el país.

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