El Gasoducto Presidente Néstor Kirchner ya mostró réditos de ahorro tazados en 421 millones de dólares en la balanza comercial. ¿Qué impacto tiene en nuestra economía y por qué es sustancial el desarrollo de la industria nacional por sustitución de importaciones?
Según lo relevado por Energía Argentina S.A. (ENARSA), el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, inaugurado el 9 de julio y puesto en marcha días después, ya permitió ahorrar desde aquella fecha 421 millones de dólares en términos de cobertura por importación. Se contabiliza que lo utilizado diariamente por día, proveniente de la nueva construcción industrial, está tazado en unos 12 millones de dólares al día, por lo cual el GPNK ya muestra actuales réditos.
Cuando se discuten los términos de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) o cuando se hace referencia a la importancia de la industria nacional, la razón del planteo yace en estos números estadísticos. ¿De dónde nace la capacidad estatal para recomponer salarios ante una devaluación forzada? Tal vez quienes solo piensen en la política exterior como una ventana para que los extranjeros realicen sus negocios a su merced en el país, respondan que la única variante posible es la emisión y el sobre gasto. No obstante, la industria nacional como herramienta de protección, creación de empleo y reducción del gasto en importaciones sintetiza todas esas discusiones y, en la medida que más grande y eficiente sea, más tira la balanza comercial a nuestro favor. En ese sentido, sería óptimo realizar el ejercicio de repreguntarse por qué algunos sectores políticos demonizan la industria nacional y luego realizan durante sus gestiones “industricidios” que, además de todo lo nombrado, ascienden el desempleo con una capacidad única.
Según un gráfico publicado en Infobae el 13 de noviembre de 2019, en el marco de un balance de la gestión de Mauricio Macri, la capacidad instalada de la industria, (es decir, el uso de las industrias y sus maquinarias) cayó de un 63% en 2016 a un 57% en 2019. Al son de ello, el desempleo subió desde 2015 de 6 puntos a 9, según lo relevado por el INDEC.

Hoy, incluso luego de una pandemia que frenó sustancialmente el uso de la industria, la capacidad instalada elevó su uso al 67%, y causalmente el desempleo bajó a 6,3%, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Aquí yace la diferencia entre dos gestiones que presentaron y presentan problemas a la hora de controlar la inflación y distribuir la riqueza (la actual, totalmente diezmada por el acuerdo con el FMI tomado por la anterior). Esta diferencia es la decisión de alentar tanto al sector público como privado y así mismo bajar la desocupación.
Una obra pública de la envergadura del gasoducto marca la diferencia más allá de la creación del empleo, ya que como se mencionó anteriormente, ahorra en importaciones y colabora en la reducción del déficit fiscal. En esta línea, según informó ENARSA, el ducto que va desde Tratayén a Salliqueló ya aportó 482 millones de metros cúbicos de gas a Vaca Muerta, lo cual le permitió incrementar su producción diaria. La temática de Vaca Muerta también cae a colación del tema abordado porque la reserva de gas no convencional más grande de Argentina posee una riqueza en cantidad de minerales explorables tazados en 16 mil millones de barriles de petróleo, según el último informe de la Energy Information Adminstration (EIA). Sin embargo, esta exploración ronda en un costo altísimo, por lo que hoy solo se está explotando entre el 35 y 40% del total de la piedra que yace en Neuquén.
Por lo mismo, es sumamente celebrable la decisión política de construir, incluso en contra de la voluntad del Fondo Monetario, este gasoducto llamado Presidente Néstor Kirchner, para fortalecer otro productor de industria en el área de los minerales en este caso, como lo es Vaca Muerta, que dicho sea de paso, también es una posibilidad producto de la decisión política de recuperar Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
¿Qué sigue en el calendario de los ductos?
La dinámica de sustitución de importación en energía continúa en la agenda del poder ejecutivo: actualmente se trabaja en la licitación del segundo tramo del GPNK, que busca extenderse para finalizar en un próximo tramo la conexión con Brasil y Uruguay, de modo de crear un pasaje de comercio bilateral directo. Por otra parte, se confirmó que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) financiará la construcción y provisión de cuatro turbocompresores de extensión para el tramo ya inaugurado del GPNK, que se estima que aumentará el ahorro de divisas por producción en ocho mil millones de dólares.

Joaquín Bellingeri
Militando desde la información y la palabra contra el amarillismo oportunista y por una sociedad en la que predomine la equidad social.